TY - JOUR AU - Kellner, Hans PY - 2020/12/22 Y2 - 2024/03/28 TI - Against Declarativity JF - Prometeica - Revista de Filosofía y Ciencias JA - prometeica VL - IS - 22 SE - Debates DO - 10.34024/prometeica.2021.22.11544 UR - https://periodicos.unifesp.br/index.php/prometeica/article/view/11544 SP - 103-117 AB - <p class="Resumopro">El discurso histórico es un fenómeno de época, moldeado por la retórica y la comprensión de género del momento en que se formalizó y profesionalizó, es decir, la segunda mitad del siglo XIX. En las artes representativas, la pintura realista y su rival, la fotografía, eran dominantes, y la forma literaria que tomó esta noción de conciencia fue la novela realista. Los dispositivos del realismo literario reemplazaron a los dispositivos de la literatura romántica, al igual que esos últimos dispositivos habían tenido éxito, aunque nunca reemplazaron, a los dispositivos del siglo XVIII. El discurso histórico y la misma noción de historia propiamente dicha siguieron a los dispositivos del realismo, especialmente la perspectiva fotográfica de un solo objetivo: un punto de vista, un espectador. Desde la perspectiva del discurso, esto tomó la forma de declaratividad. Esto no quiere decir que la oración declarativa que da nombre a este término haya sido rechazada como la forma preferida de hacer afirmaciones sobre el mundo, ni mucho menos. La oración declarativa es casi inevitable, aunque algunos estilistas conscientes de sí mismos (Derrida, por ejemplo) se esfuerzan por evitarla. Sus lectores trabajan aún más duro. Pero, así como la narratividad abarca un ámbito que se extiende mucho más allá de las narrativas, de modo que las narrativas pueden proliferar en un entorno que, en un sentido crucial, ha rechazado las grandes narrativas, las declaraciones declarativas existirán sin implicar la declaratividad. La declaratividad se convirtió en la marca definitoria de la historia profesional y sigue siendo su modo principal, al igual que sigue siendo el modo principal de la literatura y de muchos otros discursos. De hecho, este ensayo está escrito en el modo retórico declarativo. Sin embargo, el modernismo literario, la filosofía y una serie de desarrollos científicos han dejado atrás esta forma de representar el mundo. Además, los mismos cambios tecnológicos e intelectuales que provocaron la visión modernista han creado al mismo tiempo un mundo diferente para ser representado, un tipo diferente de evento para ser representado históricamente. No solo ha cambiado la forma, sino también el contenido. Las frustraciones éticas y prácticas de representar tales eventos han llevado a la forma declarativa del conocimiento a un desafío teórico y a un desafío a las distinciones de género que constituyen el gremio de la historia: la idea del pasado producida por individuos académicamente profesionalizados. Por ejemplo, la distinción entre historia y ficción, o más bien, su respectiva relación con la verdad y la realidad, se ha desdibujado, mientras que la historia ha adoptado algunos de los dispositivos de la literatura modernista y las demandas prácticas del presente.</p> ER -