Revista académica digital destinada a un lector humanista. Por humanista aquí entendemos interesado en la comprensin del mundo desde una perspectiva humana en la cual el mismo hombre también es objeto de reflexin. Por éstas razones decimos que Prometeica es una revista de “Filosofía y Ciencias”. El afán de la Filosofía por dar respuestas que nos acerquen a comprender el mundo es harto conocido desde tiempos inmemoriales, aunque ya también desde hace siglos no basta con la reflexin filosfica para aumentar el conocimiento sino que es necesario un diálogo con otras ciencias: la Física, la Biología, las Matemáticas y para completar la comprensin con una perspectiva diacrnica, con los estudios histricos en sentido amplio, en el sentido de las viejas Geisteswissenschaften, que recibieron y reciben distintos nombres segn las orientaciones de los planes y programas de estudio. Por eso Prometeica además de ser una publicacin académica que cumple con los estándares pretende ser un espacio de intercambio abierto al diálogo interdisciplinario, el debate y la difusin del trabajo de distintos especialistas del mundo.
Lucas Emmanuel Misseri (UNLa, Argentina) lucmisseri@gmail.com
Thaís Cyrino de Mello Forato (UNIFESP, Brasil) thaiscmf@gmail.com
Ana Paula Bispo da Silva (UEPB, Brasil) Alberto Clemente de la Torre (UNMdP, Argentina), Charbel Nio El-Hani (UFBA, Brasil), Fernando Santiago dos Santos (USP, Brasil), Flaminio de O. Rangel (UNIFESP, Brasil) Graciela Fernández Mingrone (UNMdP, Argentina), Marco Dimas Gubitoso (USP, Brasil), Maria Elice Brzezinski Prestes (USP, Brasil), Mariano Nicolás Hochman (UBA, Argentina), Ricardo Guillermo Maliandi (UNMdP, UNLa, Argentina), Vasil Gluchman (UNIPO, Eslovaquia), Waldmir Nascimento de Araujo Neto (USP, Brasil).
Daniel Quaresma F. Soares (USP, Brasil) info@prometeica.com.ar Luciana Caixeta Barboza (UFTM, Brasil) Francisco Angelo Coutinho (UFMG, Brasil) Responsable Boniek V. da Cruz Silva (UFPI, Brasil) Lucas E. Misseri, calle Rivadavia 2742, CP Renato Kinouchi (UFABC, Brasil) 7600, Mar del Plata, Argentina. Maria Luiza Ledesma Rodrigues (Brasil) Luciana Zaterka (USJT, Brasil) Diseo de isologo:
Victoria Reyes
Traductores y correctores
Juan Carlos Postigo Ríos (UMA, Espaa) Sacha Risau (Unesp, FHCS, Brasil)
Digital, Adobe Reader (pdf).
Castellano (lengua de la publicacin) Francés, inglés, italiano y portugués.
Normas de publicacin
Véase páginas 81-82
La comunicacin científica y sus vías 4
La interpretacin en arqueología, pasos hacia la hermenéutica del registro 5
Interpretation in Archaeology, Steps towards the Record Hermeneutics
La relacin entre verdad y comunidad en William James 18
The Relation Between Truth & Community in William James
La teoría schopenhaueriana de la visin en el parágrafo 21 de La cuádruple 28 raíz del principio de razn suficiente
Schopenhauer’s Theory of Vision in the Paragraph 21 of On The Fourfold Root of the Principle of Sufficient Reason
Modelos de utopía para la repblica inglesa: John Eliot y Gerrard Winstanley 38
Patterns of Utopia for the English Commonwealth: John Eliot & Gerrard Winstanley
Integracin y colaboracin en el ciberespacio 49
Integration & Colaboration in the Cyberspace
ENTREVISTAS
Entrevista a Luc Delannoy, por Lucas Misseri
Consciencia musical y neuroartes 63
Musical Consciousness & Neuroarts
RESEÑAS
Macedo Costa Gomes, José Leandro de Albuquerque
A Necessária Renovação do Ensino de Ciências, de A. Cachapuz et al. 74
Mana, Federico
Aporías de la cultura, compilado por D. Parente y L. Misseri 78
La pasin por el conocimiento ha tenido como problemática desde tiempos inmemoriales el asunto de su transmisin. Desde los primeros saberes mantenidos como arcanos para el resto de los miembros de las tribus, hasta los panpticos baconianos y benthamianos que imaginaban un investigador y un carcelero omniscientes. Los ilustrados advirtieron que en el panptico no slo estaban encerrados los “observados” sino también el “observador”. Los herederos del propio Francis Bacon vía Comenio, Saint-Simon y otros tantos consideraban que los saberes debían transmitirse a la totalidad de los científicos de modo que por la intercomunicacin crítica los resultados de cualquiera, en cualquier punto del globo, contribuyeran al avance y a la economizacin de los esfuerzos para la ciencia en general. Kuhn quizá mostrcon claridad cmo ese proceso se dio entre los primeros astrnomos modernos, no obstante, el mismo se ha dado en todas las disciplinas. Hoy, cientos de aos después, las vías de comunicacin científica se sofisticaron y muchas veces generaron barreras insalvables para la multidisciplinariedad. En Prometeica procuramos adaptarnos gradualmente a los requisitos técnicos sin perder la polifonía de las distintas áreas del conocimiento. Esperamos poder seguir comunicándonos con la mayor cantidad de apasionados por los saberes y brindándoles cada vez una mejor revista.
Lic. Lucas Emmanuel Misseri
Editor en jefe
The Interpretation in Archaeology,
Steps towards the Record Hermeneutics
JUAN PABLO CARBONELLI
(Museo Etnográfico/CONICET, Argentina)
En este trabajo abordaremos la asociacin entre arqueología y hermenéutica. Para ello, en primer lugar, efectuaremos un breve recorrido sobre los cuerpos tericos que existen en arqueología. A continuacin, deconstruiremos la aplicacin del falsacionismo en la disciplina, y a través de dicha crítica trasladaremos su objeto de estudio al escenario post-empirista de las ciencias sociales. Esto dará lugar a la comparacin entre el registro arqueolgico y el texto, y como resultado, la incorporacin de horizontes de subjetividad a la interpretacin arqueolgica.
Palabras clave: Arqueología | Hermenetica | Ciencias Sociales | Interpretacin
This paper will address the association between archaeology and hermeneutics. For this purpose, first, we will make a brief tour on existing theoretical bodies in archaeology. Then we deconstruct the application of falsifiability in the discipline, and through this critique we will move its subject to the post-empiricist stage of social science. This will lead to the comparison between the archaeological record and the text, and as a result, the addition of subjectivity horizons to archaeological interpretation.
Keywords: Archaeology | Hermeneutics | Social Sciences | Interpretation
En este trabajo intentaremos dar cuenta de cuál ha sido el modelo de ciencia que ha guiado la explicacin en arqueología. En primer lugar, abordaremos la epistemología del enfoque terico procesual, que generlas primeras explicaciones hipteticas-deductivas en la disciplina. En segundo lugar, indagaremos sobre las falencias de la aplicacin del modelo hiptetico-deductivo en las ciencias sociales en general, y en la arqueología en particular. Finalmente, y a manera de propuesta, continuaremos con la vía epistemolgica y terica que acerca la hermenetica y la arqueología (Hodder, 1986, 1987, Preucel y Hodder, 1996). A continuacin exploraremos las simili-tudes entre la accin y el texto (Ricoeur, 2008 [1985]), y de qué forma podemos trasladar dichas semejanzas al registro arqueolgico.
Consideramos que la ciencia arqueolgica ha transitado por tres períodos de hegemonía terica, y que cada uno de ellos ha definido su relacin con su objeto de estudio (el artefacto / el pasado del hombre). En primer término, la denominada Escuela Histrico Cultural. En dicho marco terico el objetivo disciplinar radicaba en ordenar una sucesin de hechos en el tiempo. Utilizando una metáfora, podríamos decir que su meta como teoría era ordenar en estantes distintas culturas. Ontolgicamente esencialista, la Escuela Histrico Cultural nace en Europa central y septentrional, a mediados del siglo XIX como una consecuencia del nacionalismo y del romanticismo (Trigger, 1989). Esto condujo a los arquelogos a preocuparse por los problemas histricos y étnicos, y a denominar las culturas y civilizaciones como “…conjuntos de material arqueolgico prehistrico y geográfica y temporalmente restringidos y su identificacin como los restos de diversos grupos étnicos…” (Trigger, 1989:157). Para este marco terico, las culturas eran definidas como estáticas por naturaleza y la variabilidad en el registro arqueolgico era explicada a través de procesos como la difusin y la migracin. De esta forma, se consideraba a la cultura como una forma de vida transmitida por pueblos específicos de generacin en generacin; comparativamente, pode-mos hablar de un conjunto cerrado de rasgos que permitía identificar una etnia en el registro arqueolgico. Epistemolgicamente, la Escuela Histrico Cultural llevaba a cabo un enfoque inductivista: a través de lo observado y analizado en el trabajo de campo, reunía y completaba, lentamente los aspectos de la cultura estudiada. Por lo tanto, la interpretacin del pasado se construía como un rompecabezas, donde cada dato representaba una pieza del total de la cultura. En 1960, se produce en la disciplina la irrupcin de un nuevo enfoque hegemnico: la Nueva Arqueología, que tuvo sus orígenes en el funcionalismo y en el neo-evolucionismo. De dichas corrientes fue de donde surgiuna nueva definicin de cultura: como un medio extrasomático de adaptacin al medio ambiente. Con respecto al modelo terico anterior, ahora el objetivo de la arqueología se emparentaba con el de la antropología: explicar las diferencias y similitudes del comportamiento cultural (Trigger, 1989). A través de la arqueología procesual, se ubica la disciplina arqueolgica dentro del modelo de las ciencias naturales, en su bsqueda de generalizaciones empíricas. El rechazo al método de las ciencias sociales radicaba en que “…[los arquelogos] no observan hechos sociales; observan hechos materiales, todos ellos contemporáneos, y, por tanto, los procedimientos de las ciencias sociales en la práctica son inapropiados para la arqueo-logía…” (Binford, 1988:25). Es, de esta manera, la materialidad la que une la arqueología al modelo empirista de las ciencias naturales. Otra nocin que se desprende de la cita anterior, es que el registro arqueolgico es un fenmeno contemporáneo (Ebert y Kohler, 1988). Hodder (1987) amplía esta descripcin en su explicacin acerca del rechazo de por parte de la “Nueva Arqueología” de la interpretacin de los significados simblicos. Este autor describe que los Nuevos Arquelogos incorporaron el modelo de las ciencias naturales para ser reconocidos como científicos, rigurosos y objetivos y en definitiva, ser aceptados por el resto de la comunidad científica. Adoptaron entonces una versin del positivismo: el método hiptetico-deductivo de Hempel. Esto implicaba deducir implicaciones a partir de teorías generales, y ponerlas a pruebas con datos independientes (Binford, 1981). Desde sus principios, la Nueva Arqueología comprendique slo mediante el estudio de situaciones vivientes, donde pudiera observarse el comportamiento y las ideas en conjuncin con la cultura material, podrían establecer correlaciones a través de las cuales inferir el comportamiento social que se materializaba en el registro arqueolgico. En otras palabras, la regularidad del comportamiento humano podría ser relevada a través de estudios etnográficos comparativos. Metodolgicamente, en primer lugar el arquelogo debía aislar los diferentes agentes o fuerzas que generaron un determinado patrn. Y en segundo lugar, estudiar dichos agentes o procesos en el mundo contemporáneo, buscando especificar criterios para reconocer los patrones que se han preservado en el registro arqueolgico (Binford, 1981). Dichos estudios actualísticos eran aplicados para establecer una conexin entre las propiedades dinámicas de las conductas del pasado (que el arquelogo deseaba conocer) y las propiedades materiales estáticas comunes entre el pasado y el presente. Esta clase de estudio fueron denominados como Teorías de Rango Medio (Binford, 1977) y contribuían a la generacin de hiptesis empíricas falsables, como respuestas a la teoría general (Ebert y Kohler, 1988). Debemos destacar aquí, la creencia que existía en la Nueva Arqueología sobre la existencia de leyes en la naturaleza, que explicasen la conducta humana del pasado. En resumen, la explicacin en arqueología implicaba integrar los datos arqueolgicos con otro tipo de informacin (etnográfica, etnoarqueo-lgica, histrica, ambiental) para crear modelos que conecten el registro arqueolgico con lo que sucedien el pasado (Ebert y Kohler, 1988).
En este apartado expondremos una serie de críticas a la aplicacin del falsacionismo, para las ciencias sociales en general y para la arqueología en particular. Una finalidad concreta de dicha crítica es incorporar epistemolgicamente la arqueología al terreno de las ciencias sociales, donde lentamente se ha abandonado el método hipotético deductivo. En primer lugar, para introducirnos en la discusin, consideramos necesario marcar que Popper (1981a) distingue tres contextos dentro de la investigacin científica: el de descubrimiento de una ley, el de justificacin de la misma y el de aplicacin. Para Popper (1981a) el método científico se encontraba atado al contexto de justificacin, denominando historicismo a cualquier otra interpretacin que tuviera una dependencia histrica. Segn los analistas de su obra, la unidad de las ciencias se fundaba en el criterio de falsabilidad estricta (Hidalgo, 2004). Este era un parámetro al que, como marcamos anteriormente, deseaban llegar los arquelogos post-positivistas. Una de las críticas que podemos realizar a la aplicacin del modelo hipotético-deductivo a la arqueología, es el presupuesto que en el proceso de constrastacin intersubjetiva, desar-rollado en el contexto de justificacin, la objetividad descansa unívocamente en el objeto. En otras palabras, siguiendo el análisis de Fernando García (2004), es dable pensar que para Popper la ciencia consiste nicamente en el método, en una lgica de la investigacin, haciéndose abstraccin de su objeto. A través del falsacionismo, es factible relativizar el proceso de observacin de la experiencia con respecto al resultado de la confrontacin crítica de las teorías (Hoyos Vazquez 2004). Esta relativizacin, conlleva la posicin de sostener la completa autonomía del objeto arqueolgico (artefacto) respecto al sujeto cognoscente (Carbonelli, 2011). En contraposicin a esto ltimo, sostenemos que en cada contrastacin, falsando una hiptesis, también se ponen en juego términos tericos. Estos se encuentran indisolublemente ligados a la experiencia y a los términos observacionales (Feyerabend, 1981). En Arqueología es ficticia toda separacin entre metodología y teoría, en particular al momento de integrar las distintas líneas de evidencia (tecnología lítica, cerámica, patrones de asentamiento, subsistencia, simbo-lismo) y darles sentido. Las elecciones técnicas más empíricas a la hora de decidir como excavar, delimitar un sitio y sus componentes son inseparables de las elecciones tericas de construccin del objeto (Carbonelli y Gamarra, 2011). En dicho sentido, consideramos que la arqueología, como el resto de las ciencias sociales, a diferencia de las ciencias naturales (quienes analizan objetos independientes de toda conciencia y significacin), son las que van construyendo su objeto científico, de acuerdo a su propia tradicin y a las singularidades propias del contexto socio-histrico que atraviesan. En Ciencias Sociales, las teorías no slo se utilizan para elaborar leyes para ser contrastadas, sino también para construir el concepto de aquello sobre lo que se hace ciencia (Fernando García, 2004). Como consecuencia, el falsacionismo no resulta un criterio adecuado para determinar la verdad y la falsedad de los enunciados de las ciencias sociales. Prueba de ello, es el hecho que
… las leyes de la vida social son leyes de las acciones de los hombres, que no son exteriores a ellas, y por lo tanto, no pueden dejarse de manifestarse a través de dichas acciones, de ser mediaciones… (Fernando García, 2004:259).
En el caso concreto de la arqueología, las leyes de la vida social que se busca contrastar en el registro arqueolgico, se hallan mediatizadas por las elecciones tericas de los investigado-res: las consecuencias observacionales de toda teoría importada por la arqueología se hallan impregnadas de conceptos abstractos y metafísicos. A manera de ejemplo podemos citar como son conceptualizadas las sociedades del noroeste argentino, durante los siglos anteriores a la llegada del imperio Inkaico: ya sea como jefaturas, donde reina la estratificacin econmica, la desigualdad social y el acceso diferencial a los recursos (Tarrag, 2000; Nielsen 2001); o como sociedades inmersas en la integracin comunal y la homogeneidad material y simblica (Acuto, 2007). Cada una de estas visiones construye los indicadores arqueolgicos necesarios para dar cuenta de esa realidad. Para decirlo en otras palabras, cada postura terica coloca un prisma sobre el investigador que efectivamente produce un contexto de justificacin que no es inocuo, sino que por el contrario, las consecuencias observaciones son producidas por la teoría y la retroalimentan. En consonancia a esto ltimo, como sostiene Lores Arnaiz (2004) el criterio falsacionista lleva implícito la confianza de Popper y los positivistas críticos en la autorregulacin de la ciencia. Acerca de esto ltimo, consideramos que es una percepcin ingenua del propio quehacer científico. Es innegable el peso de las condiciones socio-histricas sobre la elaboracin de hiptesis (por que surgen determinadas ideas o preguntas en un contexto y por qué no en otro) y fundamentalmente, en su validacin y perpetuidad. Dentro de las ciencias sociales, el poder de determinadas escuelas de pensamiento asociadas al poder político legitima la produccin científica elaborada en el campo. En la Arqueología Argentina, por ejemplo, la propagacin de las ideas difusionistas de la Escuela de Viena, estuvieron atadas (desde 1930 a 1950) a su amistad con el poder político nacional. En relacin a esto, Popper (1981b:419) establecía que las conexiones entre la razn y las circunstancias socio-histrica “…contie-nen una verdad innegable, pero trivial…”. La resistencia que existe en Arqueología, en efectuar un acercamiento interpretativo a los datos, podemos rastrearlo en la propia concepcin de Popper sobre las ciencias sociales y la historia. Dicho autor rechazaba como no científico a todas las interpretaciones de situaciones histricas y a la atribucin a la historia de algn significado (Hidalgo, 2004). Por consiguiente “la nica salida para las ciencias sociales es olvidar todos los artificios verbales y encarar los problemas prácticos de nuestro tiempo, con la ayuda de los modelos tericos, que en esencia, son los mismos en todas las ciencias…” (Popper, 1977: 243). El rigor científico de Popper (1977) sealaba que no podían existir leyes en la historia, pues ésta era un proceso rico de hechos singulares, en el cual era difícil establecer regularidades, explicaciones y predicciones. Aplicando en sentido estricto el criterio falsacionista, la arqueología durante la década del 60 intentalejarse de esta postura desdeada por el falsacionismo, buscando en el registro arqueolgico poder establecer generalizaciones empíricas de la conducta humana. Uno de sus intentos fue la etnoarqueología: el análisis de situaciones vivientes para deducir patrones del registro arqueolgico. Sin embargo, consideramos que frecuentemente se cayen el riesgo de asumir como leyes trans-culturales hiptesis elaboradas en un contexto específico. Por el contrario, sugerimos que el análisis de una sociedad del pasado deber ser contextualizado histricamente e interpretada individualmente.
A continuacin en el siguiente apartado, enumeraremos las condiciones para que el registro arqueolgico pueda ser interpretado, ingresando al mundo de la hermenetica (el tercer marco terico hegemnico).
Siguiendo a Johnsen y Olsen (1992) sostenemos que uno de los aportes que puede brindarle la hermenetica a la arqueolgia es cuestionarse sobre cuáles son las precondiciones necesarias para poder comprender el pasado. Lamentablemente, dicha pregunta fue dejada de lado por la disciplina, en su afán por eliminar todos los prejuicios y métodos subjetivos. No obstante, si aceptamos a la arqueología como una ciencia social, consideramos que esta disciplina no puede escapar de la doble hermenetica (Guiddens, 1987) inherente a todo objeto de estudio construído socialmente. Profundizando dicha acepcin, el mismo Guiddens (1987:357) había sealado las coincidencias entre la arqueología y la hermenetica:
…If there are two disciplines, the, whose intersection concerns the limits of presence, they are surely those of archaeology and hermeneutics: archaeology because this is the subject par excellence wich is concerned with relics o remains (…) hermeneutics, because all survivals of a conserved past have to be interpreted… (Guiddens, 1987:357)
Para poder aplicar un acercamiento hermenetico a la arqueología, sugerimos imprescindible diferenciar dos tipos de significados del objeto arqueolgico (Hodder, 1986): en primer término, el significado funcional sujeto a las cualidades intrínsecas como material. En dicho sentido, el significado del objeto se desarrolla a partir de su relacin con otros factores y procesos, en relacin con las estructuras sociales y econmicas. Y en segundo lugar, el significado que contiene los símbolos e ideas. Para poder acceder a este tipo de significado debemos de tener en cuenta que, como intérpretes accedemos al pasado con todos nuestros paquetes de prejuicios. Porque comprender es una relacin histrica (Gadamer, 1975), sujeta a la tradicin de las investigaciones y a nuestra propia biografía. De esta forma, superamos la aeja desvinculacin entre el sujeto cognoscente y el objeto sobre el cual predicamos (como sostiene la epistemología procesual): nosotros interpretamos un pasado que no se encuentra divorciado de nosotros, sino activamente involucrado en nuestra comprensin (Johnsen y Olsen, 1992:430).
4.1 Rasgos inherentes de la Accin-Texto-Objeto arqueolgico
En el segundo significado del objeto, encontramos una pista sobre el puente que une el procedimiento del arquelogo al indagar en su registro y la labor del hermeneuta. Si el objeto es un símbolo, podemos empezar a considerar a todo el registro arqueolgico como un texto. De esta forma, podemos efectuar un aporte a la pregunta de Ricoeur (2008:57): ¿Hasta qué punto podemos decir que el objeto de las ciencias humanas se ajusta al paradigma del texto? Ricoeur (2008) responde a esta formulacin a través de 4 rasgos principales que marcan e igualan la objetivacin del texto y de la accin: a) la fijacin del significado, b) su disociacin de la intencin mental del autor, c) la exhibicin de referencias no ostensivas; d) el abanico universal de sus destinatarios. A continuacin discutiremos la aplicacin de estas cualidades al objeto arqueolgico, producto de las acciones pasadas del hombre. En referencia al primer rasgo, la fijacin del significado, Ricoeur (2008:64) menciona que de la misma forma que el discurso se objetiva al materializarse en la escritura (exteriorizándose de la intencin del autor), el significado de la accin se objetiva al desprenderse del acontecimiento. Trasladando esta situacin a la arqueología, podemos decir que el acontecimiento se halla encerrado en el objeto arqueolgico, en el artefacto. El acontecimiento es la situacin que se desarrollen un instante en la historia de la humanidad, de la que nicamente nos queda su testimonio físico. No obstante, el significado de dicho acto se disocia del pasado y es retomado por el arquelogo. Concatenado al primer rasgo, Ricoeur (2008) afirma que de la misma forma que un texto se desprende su autor (y es releído e interpretado por mltiples actores), la accin se desprende de su agente y desarrolla sus propias consecuencias. Ricoeur (2008) también llama a este rasgo como la autonomizacin social de la accin. Sugerimos que en arqueología, si podemos hacer de una punta de proyectil objeto de nuestra investigacin, es porque el significado de la accin del pasado (de la cual la punta fue un vehículo) se objetiva y se desarrolla en forma autnoma a las intenciones de los autores/protagonistas originales. Esta autonomizacin constituye la dimensin social de la accin y nos permite que se convierta en nuestro objeto científico. Toda accin (presente o pasada) deja una huella, una seal. La historia misma es un continuo registro de la accin (Ricoeur, 2008). Las acciones del pasado quedaron materializadas (i.e., en los desechos de talla, en los muros, en los pukaras, en la decoracin cerámica), inscriptas socialmente y, por lo tanto, se constituyen como archivos y se van sedimentando en el tiempo social, institucionalizándose y separándose definitivamente de la intencin primigenia. Esta ltima acepcin nos ayuda a concebir al registro arqueolgico como un documento; testimonio de un acontecimiento de la prehistoria, pero también como un espacio independiente, que existe en nuestro presente. Finalmente, siguiendo la comparacin efectuada entre el texto y la accin y aplicándola al objeto arqueolgico, uniremos el concepto del tercer y cuarto rasgo. Ricoeur (2008) menciona que al igual que un texto, la accin humana excede, sobrepasa y trasciende las condiciones sociales de su produccin; quedando su significado en suspenso, sujeto a nuevas interpretaciones. De la misma forma, se suceden en Arqueología mltiples explicaciones sobre un mismo acontecimiento, por ejemplo la relaciones entre el Imperio Inkaico y las sociedades del NOA durante los siglos XV y XVI: ¿fueron del todo asimétricas?, ¿hubo resistencia?, ¿existidominacin simblica y efectiva?, ¿el tributo fue parte de una estrategia o un intercambio pacífico? De más está decir que el significado del contacto entre dos pueblos, sobrepasa las dimensiones del acontecimiento histrico, y es representado constantemente y nuevamente en otros contextos sociales, como el de la comunidad académica. Consideramos que los cuatro rasgos exhibidos anteriormente, nos ayudan a comprender la asociacin entre el registro arqueolgico (conformado por acciones llevadas a cabo en el pasado) y el texto. Esto crea un espacio propicio para la Hermenetica, para empezar a utilizar las reglas requeridas para la interpretacin de los documentos / registro = escritos / materializados. En la siguiente seccin, abordaremos como llevar a cabo dicha metodología.
4.2 Metodología de enlace entre la arqueología y la hermenetica
Sin lugar a dudas, una propuesta que interpela el entrelazamiento entre la arqueología y la hermenetica, se enfrenta a la siguiente paradoja: de la misma manera que el positivismo y el modelo hipotético-deductivo no dan cuenta de la dimensin subjetiva de lo real, el método hermenetico puede no dar cuenta las dimensiones objetivas de lo humano, de las bases reales de la cultura (Criado Boado, 2006). Una de las vías metodolgicas para solucionar dicha paradoja es la propuesta por Criado Boado (2006), donde dicho autor insta a producir interpretaciones objetivadas u objetivables. Esto se efectuaría mediante el Método Interpretativo (asumiendo todas las contradicciones que dicho concepto encierra), el cual consta de dos fases: la primera de enunciacin de las interpretaciones y la segunda de interpretacin de las interpretaciones. En la primera fase se generan hiptesis interpretativas, poniendo a prueba su coherencia interna y validez. En este paso, el arquelogo debe buscar la recurrencia estructural (sin la necesidad de establecer explicaciones de origen causal), y establecer si el enunciado interpretativo se corresponde con lo real, si es factible hallar un patrn. En el segundo paso, se incorporan horizontes de subjetividad diferentes sobre los cuales contextualizar la interpretacin arqueolgica (Criado Boado, 2006). Segn Criado Boado (2006) se trata de comprender e interpretar los enunciados hipotéticos generados en el primer paso. Dicha interpretacin se efecta dentro del propio horizonte de subjetividad del fenmeno estudiado, incorporando modelos del saber antropolgico, sociolgico, de las ciencias políticas, de la lingística, etc. El significado se introduce aquí no desde la propia subjetividad del intérprete, sino mediante un modelo contextual, que al incorporar cuerpos tericos distintos otorga sentido a la interpretacin generada en el primer paso. En la metodología propuesta por Criado Boado (2006) encontramos semejanzas con la dialéctica entre explicacin y comprensin propuesta por Ricoeur (2008), para las Ciencias Sociales. Cuando intentamos explicar el registro arqueolgico, lo que Boado (2006) denomina formular hiptesis interpretativas, exponemos nuestra interpretacin al juicio y a la competencia con otras interpretaciones rivales. Como bien lo ha establecido Ricoeur (2008), pertenece al quehacer propio de las ciencias humanas el reconocer la plurivocalidad del significado de la accin humana. Entonces, la validacin aquí, es llevada a cabo por el conflicto y la tensin entre interpretaciones. A raíz de esto, difiere de la verificacin empírica, ya que “…sostener que una inter-pretacin es más probable que otra, es algo diferente a mostrar que una conclusin es verdadera…” (Ricoeur, 2008: 74). A diferencia del falsacionismo, en este caso la verdad no descansa en la experiencia, sino en la argumentacin, en el plano terico. La objetividad se obtiene a través de la convalidacin y competencia de las opiniones previas, en su proceso de formulacin (Gadamer, 1975). Esto reestablece el vínculo entre el sujeto cognoscente y el objeto arqueolgico, porque el investigador se involucra plenamente en su argumentacin. Al situarnos en el trayecto que va de la explicacin a la comprensin, el segundo paso propuesto por Boado (2006), podemos establecer un nexo con el concepto de fusin de horizontes de Gadamer (1975). Incorporar modelos de produccin científica para comprender el registro arqueolgico, implica una fusin entre el pasado y el presente; entendiendo que en cada uno se encuentra un abanico de posibilidades, entre los cuales se encierra el significado. En cada oportunidad que interpretamos el pasado, debemos tener en cuenta que lo hacemos desde el presente, con su carga de ideologías, relaciones de autoridad y poder. Y a su vez, con el estigma, de conocer la existencia de una multiplicidad de saberes, como los de los pueblos originarios, de las relaciones de género, que nuestro poder-saber occidental ha ocultado sistemáticamente. De la misma forma, cada significado desentraado del pasado actuará en nuestro presente, dislocando, transformando y cuestionando todas nuestras estructuras pre-establecidas. En este sentido, emplear una fusin de horizontes (entre el pasado y el presente), conlleva dejar de lado la racionalidad absoluta utilizada por una epistemología neopositivista. Esta emplea una razn indolente (Santos, 2006) que se considera nica, exclusiva y que no explora la diversidad epistemolgica inagotable. Este tipo de razn contrae el horizonte del presente porque deja por fuera mucha realidad, mucha experiencia, transformándola en invisible. La racionalidad neopositivista es también una razn metonímica (Santos, 2006) ya que conserva la idea que hay una escala dominante en las cosas, apuesta al universalismo; donde toda idea o entidad es válida independientemente del contexto en el que ocurre. Por el contrario, debemos ser conscientes que toda interpretacin en arqueología, responde a nuestra insercin dentro de la tradicin de la disciplina: de allí nacen todos nuestros prejuicios e hiptesis. Gadamer sinte-tiza esta reflexin al marcar: “El comprender debe pensarse menos como una accin de la subjetividad que como un desplazarse uno mismo hacia un acontecer de la tradicin, en que el pasado y el presente se hallan en continua mediacin”. (Gadamer, 1975: 360) Únicamente interpelando “nuestro estar” en la tradicin, el quehacer histrico de la arqueología y su funcin social, podremos dar cuenta de una multiplicidad de significados del objeto arqueolgico que permanecen ocultos.
A lo largo de este trabajo hemos intentado demostrar porque la arqueología debe incorporarse defini-tivamente al campo de las ciencias sociales. Una de las razones, es la dificultad de aplicar el método hipotético deductivo en una disciplina que estudia las acciones sociales del pasado, para lo cual se nutre de elementos tericos que utiliza en todos los pasos de la investigacin y para quien la experiencia no basta para explicarlo todo. Otro motivo lo encontramos al establecer que la Arqueología se enriquece al abastecerse de horizontes de subjetividad e interpretacin que permiten alcanzar el sentido de las acciones del pasado, robusteciendo sus hiptesis y permitiendo el diálogo entre pasado y presente. Finalmente, encontramos en las semejanzas entre el registro arqueolgico y el texto, un argumento para situarnos frente a él como hermeneutas. Es decir, como actores que, an con sus prejuicios, se hallan dispuestos a interpretar al Otro, aunque éste se halle distante, en el pasado.
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Juan Pablo Carbonelli es Licenciado en Ciencias Antropolgicas (orientacin Arqueología) y Profesor en Enseanza Media y Superior en Ciencias Antropolgicas (UBA). Becario de CONICET, en el Museo Etnográfico Juan B. Ambrosetti, UBA FFyL. Adscripto de la Cátedra Arqueología Argentina, UBA. Integrante del Proyecto Yocavil, investiga la transicin cazadores-recolectores a sociedades agro-pastoriles plenas en el Valle de Santa María, Catamarca.
LA RELACIÓN ENTRE
VERDAD Y COMUNIDAD EN WILLIAM JAMES
The Relationship between
FEDERICO GIORGINI
(Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina)
Resumen En el presente artículo intentaremos retomar los planteos de James referidos al método pragmático y especialmente los concernientes a su teoría de la verdad para evaluar la posibilidad de insertar nuevos elementos que generen nuevas preguntas. Sabiendo que la propuesta de James revitaliza las discusiones sobre las teorías de la verdad, ofreciendo perspectivas filosficas dinámicas en contraposicin con las teorías idealistas modernas, entendemos que analizar como se construye la verdad puede brindarnos herramientas paraabordar discusiones filosficas contemporáneas. Consideramos, siguiendo un planteo de Ángel Faerna, que una posible falencia en la teoría de verdad jamesiana puede ser la falta de desarrollo de las implicancias de un elemento como la comunidad. Argumentaremos a favor de que la inclusin de este elemento puede llegar a enriquecer esta teoría e incluso disparar nuevas preguntas y discusiones.
Palabras clave: verdad | comunidad | pragmatismo.
Abstract In the present article we are going to try to take up again James´s ideas refered to the pragmatic method and specially the ones concernings to his truth theory, so we can evaluate the possibility to introduce new elements wich generates new questions. Knowing that James´s proposal revitalizes the discussions about truth theories, offering dynamic philosophical perspectives in comparison to the idealistics modern theories, we understand that anlyses how to construct the truth can give us the tools to raise contemporary philosophical discussions. Following Faerna´s ideas, we consider that a posible problem in Jame´s truth theory can be the missing development of the implicances of an element like the community. We are going to argue in favor of the idea that the inclusion of this element can enriches this theory and even generates new questions and discussions.
Keywords: Truth | Community | Pragmatism.
Prometeica | Revista de Filosofía y Ciencias | ISSN 1852-9488
Introduccin
Dada la tradicin filosfica, el buscar verdades, razones, realidades, ha sido la bsqueda de algo estático, lo más estático, fijo e inamovible, eterno. Se han producido miles de obras argumentando a favor de ideas opuestas sin lograr la contundencia necesaria para desactivar al respectivo antagonista. Han transcurrido siglos de combates tericos intentando desentraar cuál es la “verdad”, cuál es la realidad, cmo acceder de manera correcta al conocimiento definitivo. En este marco, la propuesta del método pragmático de James es una apuesta a una filosofía dinámica, con rasgos fuertemente empiristas, que trabaja especialmente sobre las consecuencias prácticas, haciendo hincapié en dichas consecuencias a la hora de pensar una teoría. De esta manera, invierte el orden al hacer propuestas tericas, ya que el punto de partida es pensar en qué efectos prácticos generaría una propuesta terica en lugar de dejarse llevar por supuestos que devienen en efectos contraproducentes. Segn el mismo James, el desarrollo del pragmatismo no slo consiste en un método, sino también en una teoría de verdad. Siguiendo a Faerna, encontramos en esta teoría, a través del presente trabajo, una falencia que tiene que ver con el papel que juega la comunidad como factor a tener en cuenta. Para desarrollar esta problemática será necesario examinar tres aspectos que irán entrelazándose: 1) de qué manera se establece la verdad en el pragmatismo de James; 2) explicitar qué entendemos por comunidad y 3) qué importancia tendría el factor de la comunidad en una teoría pragmatista de la verdad como la de James.
I
Antes que nada vale sealar: la oposicin que James se encarga de remarcar entre su teoría y el idealismo clásico no tiene el alcance de involucrar al racionalismo. O mejor dicho, sí, pues lo que James pone en duda es la condicin racionalista del idealismo. La diferencia, al contrario de lo que podría esperarse como resultado de una disputa con el idealismo – de larga tradicin racionalista –, esta marcada por la consideracin del filsofo norteamericano, quien entiende que toda esta tradicin con sus distintas hiptesis sobre lo absoluto recae en lo irracional. Es decir, se pone en disputa la
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posesin de la hiptesis más racional. La profesora Paula Rossi identifica tres elementos subrayados por James a la hora de pensar el por qué de esta crítica a las hiptesis idealistas de lo absoluto defendidas por los racionalistas:
a) porque la realidad cotidiana nos muestra diariamente una diversidad imposible de unificacin, b) porque la nocin de un todo perfecto no logra explicar el mal en el mundo, c) porque los racionalistas reducen las conciencias finitas humanas a simples objetos de una nica conciencia omnisciente.1 (Rossi, 2008: 78).
Dentro de este marco terico se desarrollará la propuesta jamesiana respecto a una teoría de verdad, es decir que dicha propuesta no tendrá la pretensin de partir de concepciones que apelen a una realidad ltima, absoluta, estática, y sus argumentos, para no hacerlo, partirán de una concepcin racional. En el tratamiento terico del pragmatismo segn James, la verdad no es la misma de la que hablan los idealistas; se considera que la verdad puramente objetiva no se haya en ningn lado, pues no existe. La verdad es algo que les sucede a nuestras ideas, significa su poder de actuacin. Si una idea2 nos conduce satisfactoriamente de una parte de nuestra experiencia a otra, si nos ayuda a relacionarnos con nuestras experiencias, podemos entonces, segn James, hablar de verdad. Al respecto, el filsofo espaol Mariano Rodríguez explica:
Que una idea se verifique, se haga verdadera, significa que ha conseguido orientarnos satisfacto-riamente en el conjunto de nuestra experiencia, sin omitir ninguna transicin ni entrar en insuperable contradiccin con ningn otro sector de la vida práctica. Que hemos podido corroborarla: porque el conocimiento no es una copia de la existencia, sino un incremento y enriquecimiento de la misma. (Rodríguez, 1990: 100)
1 El trabajo de Paula Rossi nos presenta una serie de tensiones dialécticas entre elementos inicialmente contrarios, los cuales se presentan en convivencia hacia el interior del pragmatismo de James. En este caso destacamos la revaloracin de la racionalidad, la cual suele quedar solapada tras la fuerte impronta del sentimiento, y la cual nos facilitará una perspectiva del horizonte en el cual se desarrolla la teoría de verdad propuesta.2 N.del A. Es en la línea pragmatista de Dewey y Schiller de donde parte James para entender a las ideas. Las ideas no son sino partes de nuestra experiencia y están muy ligadas a las creencias, de hecho la línea que las divide de esta ligazn no es especialmente clara. Siguiendo a Peirce, James resalta que el significado de un pensamiento –otra forma para entender las ideas-está determinado por la conducta adecuada para producirlo, es decir que los efectos prácticos de un objeto es todo lo que podemos conocer de él, no conocemos de él su entidad ideal. De esta manera, las ideas surgen del contexto práctico, del contexto comn y no de la internalidad de un nico individuo.
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La verdad se hace, se construye, existe un proceso por el cual los seres humanos llegamos al establecimiento de la verdad. En este sentido, se piensa a una idea como verdadera en tanto que creerla es beneficioso para nuestras vidas; es buena porque es til. Lo distintivo de esta concepcin es que la verdad es “lo bueno”; no algo estático a lo que debemos acceder, sino que depende de nosotros, quienes determinamos qué es verdadero segn la conveniencia práctica. Ideas verdaderas son las que podemos asimilar, hacer válidas, corroborar y verificar; ideas falsas son las que no (James, 1984:131). Entonces, la verdad acontece a una idea, no es algo cierto por sí mismo sino que llega a ser cierto por los acontecimientos, por su verificacin y sus consecuencias. Justamente, Rodríguez expone que James, a pesar de estar de acuerdo con la tradicin en considerar a la verdad como adecuacin a la realidad, entiende esa adecuacin de manera dinámica y práctica:
La verdad significa adecuacin a la realidad: en esto James está de acuerdo con la tradicin que califica de “intelectualista”. Pero a lo que decididamente se opone es a entender esta adecuacin como una relacin estática o inerte. La verdad acontece a una idea. La idea llega a ser cierta, se hace cierta por los acontecimientos. La verdad es un proceso, un suceso. Esta es la explicacin exacta de la afirmacin pragmatista de que la verdad de una idea es su verificacin, el proceso concreto de su validacin. (Rodríguez, 1990: 99)
Ahora bien, aquí estamos llegando al nudo de la cuestin. Entendemos, así, que la
verdad es construida por el humano, que responde a sus necesidades prácticas, que
se establece segn los beneficios que genere y todo esto siempre que pueda
verificarse3. Podemos preguntarnos entonces, ¿para qué es necesario que se
verifiquen las ideas? O mejor dicho, ¿para quienes?
II
3 James considera que existen dos modos de establecer la verificacin, de manera primaria o directa y de manera indirecta. En la verificacin primaria, la idea verdadera tiene que demostrar ser buena como creencia y por razones evidentes y definidas, lo cual está directamente relacionado con la experiencia y los resultados positivos en este campo, es decir que lo evidente se piensa desde lo experiencial. Para lograr verificar si los pensamientos son verdaderos es necesario que podamos utilizarlos como intrumentos de accin. El hecho de que las ideas sean tiles es la verificacin de que son verdaderas.
La verificacin indirecta tiene que ver con la confianza en las verificaciones realizadas por otros. Asumimos que Japn existe sin haber estado nunca en él, dice James. “En donde la evidencia circunstancial basta, no necesitamos testimonio ocular, de este modo, las creencias verificadas concretamente por alguien son el sostén de la superestructura de creencias”
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Dado que si una creencia responde a mis necesidades practicas y me beneficia, tal como dice James, no necesitaríamos mucho más para estar persuadidos de creerla. Pero es necesario que cualquiera sea capaz de realizar una verificacin para que los demás humanos puedan ser beneficiados por la verdad establecida, para poder comunicarse; de lo contrario, si nadie pudiera verificar una verdad que slo beneficiara a uno, no estarían muy dispuestos a aceptar dicha verdad como tal, salvo que ésta fuera una cuestin meramente privada. Es el mismo James quién sostiene:
Las ideas verdaderas nos conducen a regiones verbales y conceptuales tiles a la vez que nos relacionan directamente con términos sensibles tiles. Nos llevan a la congruencia, a la estabilidad y al fluyente intercambio humano. Nos alejan de la excentricidad y del aislamiento, del pensar estéril e infructuoso (James, 1984:138).
Pareciera ser muy claro al sealar que las consecuencias de las ideas verdaderas son la congruencia, el intercambio humano y el alejamiento del aislamiento. Estas consecuencias, entre otras, son las mismas que nos ayudan a dar cuenta de nuestra participacin en una comunidad, ya que el criterio de correccin no soy solamente yo, sino que el otro, integrante de la comunidad, interviene activamente. Por otra parte, estas consecuencias, son las condiciones para que una idea sea verdadera, pues la idea, como ya analizamos, se constituye en la práctica y no responde a un ideal metafísico y/o solipsista. Justamente, esta problemática referen-te al establecimiento de la verdad como una práctica que excede al individuo, ya había sido identificada anteriormente por el predecesor de James en el pragmatismo, Charles Sanders Peirce. En su texto de 1877, The fixation of belief, Peirce lleva a cabo una clasificacin de los métodos para fijar las creencias y el primer método que analiza se topa de inmediato con el inconveniente práctico que implica mantener una verdad en base a la propia opinin:
Un hombre puede ir por la vida manteniendo sistemáticamente apartado de la vista todo aquello que pueda llevarle a un cambio de sus opiniones (…) Pero este método de fijar la creencia, que puede llamarse el método de la tenacidad, en la práctica resulta incapaz de mantener sus bases. El impulso social va contra él. Quien lo adopta se encuentra con que otros piensan de modo diferente a él, y en algn momento de mayor lucidez será proclive a pensar que las opiniones de éstos son tan buenas como
(James, 1984:135). Es decir que nosotros mismos podríamos realizar la verificacin si fuera necesario.
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las suyas propias, quebrantándose así su confianza en sus creencias. (Peirce, 1988:14-15)
De esta manera podríamos entender cmo el hecho de establecer verdades está ligado directamente con la participacin, así como que la comunidad es un factor necesario para establecer la verdad, ya que es el grupo el que se comunica a través de la misma y el que la reconoce como tal. Sin una comunidad no sería necesaria la verdad. Esto también había sido vislumbrado por Nietzsche casi en la misma época (1873):
(…) puesto que el hombre, tanto por necesidad como por hastío, desea existir en sociedad y gregariamente, precisa de un tratado de paz y, de acuerdo con éste, procura que, al menos, desaparezca de su mundo el más grande bellum omnium contra omnes [guerra de todos contra todos]. Este tratado de paz conlleva algo que promete ser el primer paso para la consecucin de ese misterioso impulso hacia la verdad (Nietzsche, 1994:20).
Si hay verdad es porque hay comunidad, sin comunidad no necesitaríamos verdades para comunicarnos, no necesitaríamos de estas ficciones tiles ya que sería suficiente que la creencia sea beneficiosa slo para mí, yo sería la nica medida, no necesitaría comunicarle nada a nadie, conmigo bastaría. Pero como es necesario establecer acuerdos comunes es que se establece la verdad como “moneda de cambio confiable”. Es por todo esto que consideramos muy importante el desarrollo de un factor como el de la comunidad dentro de una teoría de verdad pragmatista. Sería un elemento sumamente necesario dado las características que cobra la verdad dentro de una teoría de este tipo. Entendemos a la comunidad no como un mero conjunto de humanos, sino que hallamos sus implicancias influyendo en el establecimiento de la verdad. Una comunidad es el espacio donde se establece la comunicacin, es el por qué de las verdades. Es la comunidad la que verifica las verdades; como individuo no puedo establecer una verdad a los otros componentes de dicha comunidad si no es aceptada por ellos, si no es verificada por ellos, si no se inserta en el entramado de diferentes verdades que conforman sus creencias. En este sentido estamos de acuerdo con Faerna:
Es cierto que el juicio de verdad en torno a una creencia lo realiza cada individuo de acuerdo con su experiencia particular, pero no lo es menos que ello se inscribe dentro de una práctica pblica, Cuando James hizo
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notar que nunca habríamos acuado el nombre colectivo “ideas verdaderas” ni le habríamos asociado una connotacin positiva de no haber sido por sus efectos en la experiencia del sujeto, olvidaadir que tampoco lo habríamos hecho si nunca hubiéramos sentido la necesidad de ponernos de acuerdo sobre lo que se debe creer (Faerna, 2001:181).
Más allá de algunos puntos que James seala, el faltante de un desarrollo más detallado de la importancia que pareciera cobrar la cuestin social, la comunidad, en el establecimiento de la verdad, se hace notar. A nuestro entender, y como lo hemos dejado ver en el análisis anterior, es sumamente necesario el desarrollo que estamos marcando como ausente, ya que consideramos el factor social como fundamental a la hora de hacer un análisis sobre la verdad. Al respecto, Peirce remarcaba lo siguiente:
Esta concepcin de que el pensamiento o el sentimiento de otro hombre pueda ser equivalente al de uno mismo constituye claramente un nuevo paso, y de gran importancia. Surge de un impulso demasiado arraigado en el hombre como para suprimirlo sin poner en peligro la destruccin de la especie humana. A menos que nos transformemos en eremitas, nos influimos necesariamente en las opiniones unos a otros; de manera que el problema se transforma en cmo fijar la creencia, no meramente en el individuo, sino en la comunidad. (Peirce, 1877: 15)
III
En una teoría pragmatista de la verdad, donde ésta no es un objeto a encontrar, donde abandona su condicin de absoluta, la bsqueda de consecuencias positivas pasa a ser algo que atae a la comunidad entera. Al poder establecer la verdad con la que nos comunicamos, se haría más evidente el hecho de tener que buscar un bien comn con ella, si alguien intenta establecer una verdad que satisfaga slo sus necesidades, normalmente, se lo excluiría tratándolo de loco o mentiroso. Esta exclusin provendría del conjunto, la comunidad. Incluso James estaría de acuerdo en estos puntos: “Si vuestra sensacin no aporta fruto en mi mundo, la considero totalmente separada de mi mundo. La llamo solipsismo y llamo a su mundo un mundo de sueos” (James, 1980:58). Evidentemente, James no negaría la influencia de este factor, pero pareciera ser que tampoco ha podido distinguirlo particularmente. Incluso, cuando él mismo responde a las críticas de sus contemporáneos, no puede ver que la falencia que le achacan podría ser solucionada, o por lo menos hacer la teoría más consistente, desarrollando el papel que juega la comunidad.
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Pareciera ser que lo nico que imputan sus detractores es que su teoría de la verdad no tiene como fundamento algo absoluto, que no puede sostener una verdad sin pensar que refleja lo Real. Es por ello que los tilda de superficiales y los acusa de no hacer el esfuerzo de comprender su teoría. Pero la mayor objecin que los idealistas hacen a James no parece inadecuada si en su teoría no se incluye un desarrollo del proceso por el cuál se establece la verdad, incluyendo a la comunidad. La cuestin que se repetía en las críticas era la siguiente: “se debe admitir como verdad cualquier idea por loca que sea, si alguien la considera tal” (James, 1980:96). Imaginemos por un momento que esta crítica no proviene de un idealista, como en efecto sucede segn James, sino de una persona que viene siguiendo el planteo. En este caso, es decir en el caso en el que el crítico no pretenda que una verdad tiene que ser respaldada por la idea sino que se acepta el hecho de la construccin y contingencia de la misma, hay que prestar mucha atencin al planteo. Efectivamente, no habría un sostén más allá de mi propia experiencia y el efecto que percibo de esta verdad, pero este efecto, si la verdad no es compartida, será negativo a la hora de la utilizacin en la comunidad. De este modo, la propuesta de James entraría en una paradoja y estaría fallando, ya que lo inicialmente til pierde su utilidad si no es compartido, si no se establece en un ámbito comn. Dado que la verdad debe ser til, pareciera ser infaltable la comunidad para establecer dicha utilidad. Es aquí donde creemos detectar un factor faltante en el análisis para que efectivamente funcione mejor esta teoría de verdad. Dispongamos un ejemplo para clarificar: Dado el hecho de que la gente se siente insegura esté donde esté, se produce un reclamo por aumentar la planta del cuerpo policial considerando que esto solucionará la situacin. Por mi parte, creo que el aumento de la planta policial no slo no solucionará el problema, sino que es uno entre varios factores de los que lo agudizarán. Una posible verificacin se puede dar investigando la situacin de los vecinos de barrios pobres, en donde la policía es la que extorsiona a sus hijos para que salgan a robar. De esta manera, yo consideraría la verdad de que mientras más policías haya, más probabilidades de violencia e inseguridad. A mi parecer, la verdad es que la policía es un grave problema, sin embargo, esta verdad es slo mía y de un grupo minoritario, por ende a la hora de salir a denunciar esta institucin seré automáticamente excluido por la comunidad, que se maneja a través de otra verdad. Con este ejemplo podemos ver como funciona el hecho de establecer una verdad que no tiene eco en la comunidad y que incluso es considerada como contraproducente. Más allá de que consideremos más beneficioso hacer un análisis
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desde nuestra verdad, si la comunidad no lo considera de esta manera slo seremos locos hablando. Y en este caso no tiene que ver con que nuestra verdad carece del respaldo de una idea, sino que carece del respaldo que otorga la comn creencia, carece del hecho de ser considerada beneficiosa por el grupo mayoritario que compone una comunidad. He aquí algo que creemos que falta desarrollar en la estructura de la teoría de James para ganar mayor consistencia.
IV
Consideramos que la teoría de verdad desarrollada por James es un gran aporte a la filosofía, es una apuesta dinámica que disuelve problemas clásicos y abre un nuevo espectro de planteos. Por ello, pensando algunos de sus límites podríamos agregar factores que enriquezcan el análisis. En este marco, entendemos que tomando en cuenta el factor de la comunidad, tras haberlo hallado ausente, estaríamos realizando una propuesta de trabajo de manera constructiva para con dicha teoría, con las perspectivas de trabajar una concepcin que an contiene elementos innovadores y puede convertirse en una herramienta de gran utilidad para el abordaje de problemáticas actuales, incluso trascendiendo lo terico. En conclusin: entendemos que siguiendo los lineamientos de la teoría de verdad que presenta William James habría un factor que estaría ausente, ese es el de la comunidad. La comunidad concebida como un grupo de personas que buscan comunicarse a través de verdades beneficiosas, para lo cual tienen que poder realizar una verificacin. De esta manera, pensamos que si sumamos este factor a la estructura del análisis de James, existiría la posibilidad de enriquecer la teoría y de hacerla más consistente an. No obstante, lejos estamos de la pretensin de superacin del tema, ya que una vez dispuesto el factor de la comunidad genera el replanteo de otras cuestiones. Por ejemplo: ¿Es imposible, entonces, la convivencia de dos o más verdades opuestas dentro de la misma comunidad? ¿Es necesaria la hegemonizacin para que una idea sea verdadera? ¿Puede trabajarse la verificacin de una idea para que gane su lugar dentro de las ideas verdaderas? ¿Dejará de ser verdadero para mí y el grupo minoritario de personas el ejemplo expuesto? Esta serie de preguntas son una muestra de la posibilidad de seguir profundizando en el análisis de James y en los aportes que podemos realizar, sin dejar de pensar su posible aplicacin en problemáticas prácticas.
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FEDERICO GIORGINI es estudiante avanzado de la Licenciatura en Filosofía en la Universidad Nacional de Mar del Plata. Ha realizado adscripciones en las cátedras de Antropología Filosfica y Filosofía Contemporánea. Recibiuna beca del DAAD (Deutscher Akademischer Austausch Dienst -Servicio Alemán de Intercambio Académico).
EN EL PARÁGRAFO 21 DE LA CUÁDRUPLE RAÍZ DEL
PRINCIPIO DE RAZÓN SUFICIENTE
In the Paragraph 21 of On The Fourfold Root of the Principle of Sufficient Reason
JUAN IGNACIO GUARINO
(Universidad Nacional del Sur/CONICET, Argentina)
Resumen En el presente trabajo me ocuparé de presentar los rasgos generales de la teoría schopenhaueriana de la visin mediante una exégesis del parágrafo 21 de La cuádruple raíz del principio de razn suficiente, el cual se titula “Aprioridad del concepto de causalidad; intelectualidad del conocimiento empírico; la inteligencia”. El rol de dicha teoría en tal parágrafo es el de argumentar a favor del carácter intelectual del conocimiento empírico, es decir, de la percepcin del mundo exterior. La argumentacin schopenhaueriana pretende mostrar el desatino de las teorías de la visin de su época, las cuales se centran en la sensibilidad haciendo caso omiso de las operaciones espontáneas de la inteligencia para construir la visin empírica, consciente. Sin embargo, por cuestiones de extensin y conveniencia, el presente trabajo se centrará en la presentacin de la teoría schopenhaueriana más que en las críticas a las teorías no intelectuales de la visin. Para poder comprender la teoría schopenhaueriana de la visin es necesario comprender su fisiología trascendental de la percepcin, puesto que la visin no es más que un caso concreto de ésta. Me ocupare entonces de exponer breve y concisamente la teoría schopenhaueriana fisiolgica-trascendental de la percepcin.
Palabras clave: Schopenhauer | percepcin | visin.
Abstract In this paper I examine Schopenhauer’s Theory of Vision as it appears in section 21 of The fourfold root of the principle of sufficient reason which header reads “Apriority of the concept of causality; intellectuality of empirical knowledge; the intellect”. The function of this theory in the context of section 21 is to support the intellectual features of empirical knowledge, i.e. perception of the external world. Schopenhauer arguments tries to show the wrongness of the standard theories of his contemporaries who take into account only sensibility, excluding any analysis on intelligence’s spontaneity and its operations that construe empirical and aware vision. Nevertheless, our analysis centers in Schopenhauer’s thesis rather than in its critics towards non-intellectual theories of vision. In order to comprehend Schopenhauer’s theory of vision one must first take into account it’s transcendental physiology of perception for vision is indeed a concrete instance of perception. Consequently I present also a brief exposition of Schopenhauer’s physiologic-transcendental theory of perception.
Keywords: Schopenahuer | perception | vision.
“Mens videt, mens audit; coetera surda et coeca”
Epicarmo
En el presente trabajo me ocuparé de presentar los rasgos generales de la teoría schopenhaueriana de la visin mediante una exégesis del parágrafo 21 de La cuádruple raíz del principio de razn suficiente, el cual se titula “Aprioridad del concepto de causalidad; intelectualidad del conocimiento empírico; la inteligencia” (Schopenhauer, 2005b:67-106)4. El rol de dicha teoría en tal parágrafo es el de argumentar a favor del carácter intelectual del conocimiento empírico, es decir, de la percepcin del mundo exterior. La argumentacin schopen-haueriana pretende mostrar el desatino de las teorías de la visin de su época, las cuales se centran en la sensibilidad haciendo caso omiso de las operaciones espontáneas de la inteligencia para construir la visin empírica, consciente. Sin embargo, por cuestiones de extensin y conveniencia, el presente trabajo se centrará en la presentacin de la teoría schopenhaueriana más que en las críticas a las teorías no intelectuales de la visin. Para poder comprender la teoría schopenhaueriana de la visin es necesario comprender su fisiología trascendental de la percepcin, puesto que la visin no es más que un caso concreto de ésta. Me ocupare entonces de exponer breve y concisamente la teoría schopenhaueriana fisiolgica-trascendental de la percepcin.5
Fisiología trascendental de la percepcin
La fisiología trascendental de la percepcin se inscribe claramente dentro de la dupla terica de herencia kantiana, idealismo trascendental y realismo empírico. El idealismo trascendental declara que la experiencia considerada en abstraccin del sujeto al cual le pertenece es meramente ideal o irreal, pero que por el contrario, si presuponemos las condiciones subjetivas de objetividad, la experiencia es real o independiente del sujeto. Dichas condiciones subjetivas de objetividad son -segn Schopenhauer-el tiempo, el espacio y la ley de causalidad. El tiempo es la forma subjetiva primordial
4 El parágrafo en cuestin se refiere a la edicin ampliada de Sobre la cuádruple raíz del principio de razn suficiente (Über die vierfache Wurzel des Satzes vom zureichenden Grande)que data de 1847 y se diferencia sensiblemente de la primera edicin de 1813, al punto que varía la estructuracin del texto. Además, resulta interesante destacar la existencia de un opsculo Sobre la visin y los colores (1816) en el que Schopenhauer desarrolla más extensamente su teoría de la visin y de los colores, basándondose en gran medida en la obra Teoría de los colores de J.W. Goethe. 5 Para una exposicin más detallada de la fisiología trascendental de la percepcin y de la teoría del tacto, cfr. Guarino (2009), págs. 76-80.
puesto que la consciencia es ella misma un flujo, una sucesin, y toda sucesin supone un antes y después y, consiguiente-mente, el tiempo. El espacio, por su parte, es la condicin subyacente a un mundo exterior, puesto que sin ella no podría haber objetos extensos. La construccin de la experiencia se inicia logico sensu gracias a la facultad de la receptividad, es decir, la sensibilidad la cual Schopenhauer la comprende empíricamente como la capacidad del organismo de alterar su estado. Dichas alteraciones son sentidas y es aquí que la ley de la causalidad entra en juego, puesto que comprende dicha alteracin como un efecto para el cual propone una causa. Dicha causa se sita en el espacio, intuido a priori, y así se constituyen los objetos y la experiencia misma. De los cinco sentidos (visin, tacto, oído, gusto y olfato), solamente la visin y el tacto nos permiten reconstruir objetos puesto que los otros tres slo nos proveen informacin meramente subjetiva, incapaz de determinar relaciones espaciales. Por ellos nos enteramos de las cualidades de los objetos, pero estos objetos solo son tales por obra de la vista y el tacto; por el olfato no nos es posible reconstruir la rosa, ni por el oído el instrumento.
La visin y sus características generales
La visin por el contrario nos permite construir objetos con facilidad pues no necesita del contacto ni de la proximidad. Careciendo que su campo de aplicacin de medida, llega incluso hasta las estrellas, ya que es capaz de percibir los matices de la luz, suministrándole de este modo al intelecto datos concretos para la determinacin de objetos. Su medio, como ya hemos dicho, es la luz y por esto mismo se encuentra sometida a mltiples errores puesto que su receptividad se limita a las cualidades puestas de manifiesto por la luz. Al impactar esta en la retina se generan los datos inmediatos, el claro y el oscuro junto con sus gradaciones y matices, es decir, los colores. La impresin retinal es completamente subjetiva, i.e. son modificaciones internas del sujeto considerado empíricamente, del organismo. De asemeja a una paleta manchada de muchos colores, la cual constituye la materia prima para que el intelecto produzca la visin tal como la experimentamos. La impresin en la retina, la materia de la visin, es considerada por el intelecto como el efecto producido por una causa, a saber la luz reflejada por los objetos; mediante la forma intuitiva a priori del espacio es posible atribuir a la impresin una causa, un objeto, construyéndolo en el espacio. Esto es posible gracias a la particular constitucin de la retina, la cual es una superficie susceptible de una yuxtaposicin de impresiones singulares, poseedor asimismo de cierto espesor. Dado que la luz se propaga en línea recta e impacta sobre la superficie retinal atravesándola, la impresin supone como dato la direccin de la que proviene el rayo lumínico reflejado por el objeto. Describamos ahora con mayor detalle como es el proceso de la ley de causalidad por el cual la inteligencia construye el campo visual a partir de la impresin retinal.
Inversin y simplificacin de la imagen retinal
La visin es –como ya hemos dicho-producto de una serie de operaciones intelectuales -es decir, producidas por el intelecto-, a partir de los data sensibles de las dos retinas oculares. El primero de dicha serie de operaciones es el proceso de inversin de la imagen retinal, puesto que los objetos hieren en ésta de modo invertido tras penetrar en el ojo. Recordemos que cada punto de los objetos visibles propaga rayos en línea recta y en todas direcciones, de modo que los rayos de luz que provienen de la extremidad superior se cruzan en la abertura de la pupila con los rayos que provienen de la extremidad inferior del objeto examinado, y del mismo modo, se cruzan los rayos provenientes de la derecha y los de la izquierda al traspasar el aparato reflector del ojo. Éste, compuesto por la crnea, el humor acuoso, lente y cuerpo o humor vítreo, se encarga solamente de concentrar los rayos que penetran al ojo de modo que impacten en la retina del modo conveniente. Tal inversin es –segn Schopenhauer-un proceso del intelecto mediante la ley de la causalidad, por el cual refiere la impresin a una causa -el objeto-, al analizar la direccin de la sensacin de la que proviene la luz. Así toma como puntos de referencia los extremos del objeto tal como aparece en la impresin retinal, trazando como rectas los rayos de luz que le dan origen a dichos puntos, calculando por la impresin la distancia del objeto causante de la impresin, buscándolo allí y deshaciendo al recorrer este camino la inversin original, reemplazándola por un objeto en el espacio. Los ojos reciben dos impresiones retinales distintas del mismo objeto, puesto que lo captan desde diferentes perspectivas. Sobre ellas acta una segunda operacin del intelecto, la simplificacin de la imagen duplicada, puesto que aunque poseemos dos ojos, la visin es una sola. Al examinar un objeto, las líneas de visin de los ojos se dirigen a ellos, convergiendo en ellos y formando un ángulo agudo cuyo vértice es el objeto en cuestin. Las líneas de visin o ejes pticos hieren el centro de la retina, de modo que cuando convergemos nuestra visin en un punto los rayos reflejados por éste impactan lugares correspondientes de ambas retinas. El intelecto en su aplicacin de la ley de causalidad reconoce ambas imágenes como dos perspectivas de un mismo objeto y consecuentemente producido por un solo objeto. Lo mismo sucede con el resto de la imagen retinal; los puntos producidos por los rayos provenientes de los objetos coinciden en una y otra retina, por la geometría misma del ojo y no por alguna disposicin fisiolgica. Como prueba de esto sugiere Schopenhauer que se intente poner bizcos los ojos, de modo que modo que los haces luminosos captados por las mismas zonas de la retina en uno y otro ojo no corresponderán al mismo objeto y consecuentemente, la imagen será doble y no una nica. Del mismo modo y sin necesidad de bizcar los ojos, si observo a un objeto lejano, los objetos más cercanos de mi campo visual se verán duplicados, puestos que los rayos que de ellos provienen no impactan la retina de manera simétrica.
También presenta Schopenhauer una experiencia inversa. Si se coloca un par de objetos idénticos y se los observa de modo tal que cada uno impacte en la retina del mismo modo que el otro, es decir, formando imágenes simétricas, entonces el intelecto percibirá un solo objeto. Gracias a esta propiedad de la visin gozamos hoy en día de los estereogramas y de las imágenes 3D en general. Schopenhauer cree que la hiptesis de que existe una correspondencia orgánica entre la imagen de una y otra retina es incorrecta. Se refiere una hiptesis presentada por Isaac Newton, segn la cual habría un cruzamiento de los nervios pticos al llegar estos al cerebro y la considera falsa por lo antes mencionado, como así también por evidencia empírica de que no hay reunin de tales nervios.
Tridimensionalidad de la imagen visual
El paso de la doble imagen retinal a la imagen nica de la visin no es empero en vano, sino que produce una propiedad interesante y valiosa de la visin, a saber, la tridimensionalidad de la imagen visual, o mejor dicho, del campo visual. Los datos sensibles, la impresin de la retina, proveen solamente de una imagen bidimensional, puesto que la retina es una superficie. El intelecto, por medio de la causalidad, trazará la extensin de los cuerpos en el espacio tridimensional a priori, es decir, independiente de la experiencia. Los datos utilizados para dicho cometido son la direccin en la que se recibe la impresin, los límites de la misma y la gradacin claro-oscuro, y su producto es tan instantáneo e inmediato que no llega su cálculo a la consciencia. A partir de la naturaleza intelectual de la profundidad, Schopenhauer explica cmo es que el dibujo de perspectiva suponga la aprehensin de reglas geométricas para la construccin de puntos y líneas de fuga. A partir de dicha tercera operacin, el intelecto realiza un proceso por el cual la profundidad se vuelve una magnitud matemática, es decir que se trata del conocimiento de la distancia. La impresin retinal nos aporta, como ya hemos dicho, la direccin de la que provienen los objetos, pero no la distancia y consecuentemente, ésta es calculada por el intelecto. El dato principal para dicha determinacin es el ángulo visual, aunque éste es en realidad equívoco, puesto que a un mismo ángulo visual puede corresponderle un objeto pequeo y prximo como un objeto grande y lejano. El campo visual se presenta como el espacio que se extiende a partir del punto central que determina la perspectiva. Cualquier seccin espacial equidistante al punto de la perspectiva determina una figura esférica y podemos imaginar el campo visual como el conjunto de todas las esferas concéntricas al punto de la perspectiva. Esta peculiar constitucin del espacio visual determina las leyes geométricas de la perspectiva. El ángulo determinado por dos semirrectas originadas en el punto de referencia, determina un segmento, un arco, al proyectarse contra una de las esferas concéntricas. La longitud del arco será mayor cuando el radio sea mayor. Así, todo objeto ocupará una cantidad de grados del campo visual en proporcin de su tamao y en proporcin inversa de la distancia al punto de referencia. Así explica Schopenhauer por qué los objetos por sobre la línea del horizonte parecen más bajos al aumentar la distancia, como así también los objetos a los laterales parecen cerrarse en el horizonte. En resumidas cuentas, al alejarnos, los objetos parecen converger puesto que al alejarse ocupan progresivamente menos grados del campo visual. Es por esto que por el mero dato del ángulo visual no es posible que el intelecto determine la distancia del objeto y en consecuencia recurre a datos auxiliares. El primero de estos datos son las alteraciones internas del ojo por la cuales acomoda su aparato refractor; Schopenhauer reconoce la existencia de mltiples teorías para explicar dicho fenmeno, pero se decide por la teoría de Kepler segn la cual habría un movimiento de la lente para aumentar o disminuir su refraccin segn la distancia del objeto observado. Este movimiento sería conocido por una vaga sensacin que serviría en la determinacin –instantánea-de la distancia. Un segundo dato sería el ángulo visual, no ya del ojo en sí mismo, sino de ambos ejes pticos. Así, a los objetos lejanos le correspondería un ángulo menor y a los cercanos un ángulo mayor. La posicin de los ojos se traduciría en una sensacin que nuevamente formaría parte de la determinacin inmediata de la distancia del objeto percibido. Además, un tercer dato vendría dado por la perspectiva de aire, ya que –segn Schopenhauer-éste toma un color azul al absorber parcialmente los rayos lumínicos, provocando asimismo la difuminacin de los contornos a la distancia. Durante la niebla –comenta Schopenhauer-los objetos parecen más grandes, porque la inteligencia los juzga más lejanos. Finalmente, un cuarto dato, es la consideracin de la distancia por medio de la relacin con objetos en ella situados, cuyo tamao conocemos, como ríos, bosques, ciudades, etc… A partir de este efecto explica además por qué los objetos situado verticalmente parece más chico que uno situado sobre la horizontal, y el conocido fenmeno por el cual la luna parece más grande al acercarse al horizonte.
Psicogénesis de la visin
En la teoría schopenhaueriana hay esbozada una psicogénesis de la visin, en el sentido de que ésta consiste en una serie de procesos, los antes comentados, que deben ser aprendidos intuitivamente mediante la práctica, sin ser tu teoría siquiera conocida. Esto se debe –repite Schopenhauer-a que la visin es un proceso formalmente intelectual y no meramente sensorial. Cree asimismo que el nio recién nacido recibe la impresin de la luz y de los colores pero que no perciben realmente los objetos, los cuales se van dibujando en su consciencia gradualmente, al experimentar con los sentidos de la vista y el tacto. Comenta asimismo el caso de un ciego que llego a ver por primera vez gracias a cierta operacin y que relataba que en los primeros momentos de recuperar su visin tenía solamente una “impresin total, como de un todo formado de una sola superficie multicolor” y que no percibía distancias ni extensiones, ni tampoco objetos, en tanto “cosas aisladas”6. Además, comenta que este ciego slo logro desarrollar la visin gracias a la ayuda del tacto, el cual conociendo ya las cosas puede mostrárselas al sentido de la visin para guiarla. También comenta las anécdotas de algunas publicaciones peridicas de noticias de la época en las que se comenta la sorpresa de un ciego curado cuando logra descubrir que los grabados de su pared representan una multitud de objetos, u otro que no estimaba las distancias y pensaba que tenía todo al alcance de su mano.
6 Cfr. Schopenhauer (2005b), pág 91. “einen Totaleindruck wie von einem aus einem einzigen Stcke bestehenden Ganzen: er hielt es fr eine glatte, verschiedenen gefärbte Oberfläche”.
Resultan interesantes sus referencias a estudios científicos de su época. Se explica el cofuncionamiento de los sentidos de la vista y el tacto en una suerte de psicogénesis del mundo exterior. Resulta además interesante el comentario de que, los ciegos cuando recién recuperan la visin, sienten que la imagen visual, aparte de ininteligible, está situada tocando sus ojos, como si no operara siquiera la forma intuitiva a priori de espacio tridimensional.
Consideraciones fisiolgicas
Para finalizar, me gustaría comentar un interesante argumento a favor de la divisin presentada por Kant y retomada por Schopenhauer, en lo referente a una funcin sensible o receptiva y a una funcin intelectual o espontánea. Sobre esto, comenta Schopenhauer a manera de “confirmacin” la obra de Jean Pierre Flourens7, De la vie et de l’intelligence (1858) en la cual se expone la contrapartida fisiolgica de dicha distincin. Schopenhauer cita el fragmento del epígrafe “Oposicin entre los tubérculos y los lbulos cerebrales” que aquí reproduzco:
Es preciso que hagamos una importante distincin entre los sentidos y la inteligencia. La seccin de un tubérculo determina la pérdida de la sensacin del sentido de la vista; la retina se hace insensible, el iris se paraliza. La seccin de un lbulo cerebral es compatible con la sensacin: conserva el sentido, la sensibilidad de la retina, la movilidad del iris; no destruye más que la percepcin. En el primer caso se trata de un hecho sensorial; en el segundo, de un hecho cerebral. En un caso se trata de la pérdida de un sentido; en el otro, de la pérdida de la percepcin. La distincin entre percepcin y sensacin es también un hecho importante: está demostrada palmariamente. Hay dos medios de hacer perder la visin por el encéfalo: 1º Por los tubérculos, que ocasiona la pérdida del sentido de la sensacin; 2º Por los lbulos, que es la pérdida de la percepcin, de la inteligencia. Pensar no es sentir: he
7 Marie Jean Pierre Flourens (15 April 1794 -6 December 1867), fue un fisilogo francés, doctorado en medicina en Montpellier en 1823, fundador de la neurobiología experimental y pionero de la anestesia. Contrastla teoría localizacionista frenolgica del físico austríaco Franz Joseph Gall mediante la realizacin de lesiones localizadas en el cerebro de palomas y conejos vivos y observando consecuentemente los efectos de esto en su motricidad, sensibilidad y comportamiento. Así descubrique los hemisferios cerebrales se ocupan de la percepcin, motricidad y juicio, mientras que el cerebelo controla el equilibrio y la coordinacin motora, y finalmente, la destruccin de la medula oblongata causa la muerte pues controla los procesos respiratorios, circulatorios y homeostáticos en general. No pudo encontrar lugares específicos para funciones como la memoria y el conocimiento, por lo que creyque estarían representadas de una forma difusa en el cerebro. Además, fue el descubridor de los efectos anestésicos del cloroformo.
aquí toda una filosofía echada por tierra; la idea no es la sensacin, y he aquí otra prueba del vicio de origen de esta filosofía.8
Y posteriormente, bajo el epígrafe “Separacin de la sensibilidad y de la percepcin, cita:
Una de las experiencias realizadas por mí separa precisamente la sensibilidad de la percepcin. Cuando se extirpa el cerebro propiamente dicho (lbulos o hemisferios cerebrales) a un animal, este animal pierde la vista; pero con respecto al ojo nada ha cambiado: los objetos continan pintándose sobre la retina; el iris permanece contráctil; el nervio ptico, sensible, perfectamente sensible. Y sin embargo, el animal no ve: ya no hay visin, aunque todo lo que es sensacin subsiste; no hay ya visin, porque no hay percepcin. El percibir, y no el sentir, es, pues, el primer elemento de la inteligencia. La percepcin es parte de la inteligencia, pues se pierde con la inteligencia, y por la separacin del mismo rgano, los lbulos o hemisferios cerebrales, y la sensibilidad no ha desaparecido, puesto que subsiste después de la pérdida de la inteligencia y separacin de los lbulos o hemisferios.9
Este tipo de referencias a la ciencia de su época son frecuentes en la argumentacin
schopenhaueriana que pretende ser una síntesis de la teoría kantiana y del análisis
fisiolgico experimental.
Conclusin
La visin es tenida por Schopenhauer como el sentido objetivo, intelectual, por
excelencia ya que en ella la inteligencia se pone de manifiesto, obrando con tal
velocidad y precisin sobre la burda materia de las sensaciones, que no llegamos a
tener consciencia de ella. Su argumentacin se centra en mostrar el abismo existente
entre los datos aportados por la receptividad sensible de la retina y la imagen visual
subjetiva. La inteligencia acta comprendiendo la alteracin subjetiva de la retina como
un cambio de estado, producto o efecto de un objeto, el cual es construido en el
espacio intuido a priori a partir de ciertos procesos intelectuales nuevamente a priori.
Los datos aportados por la retina son una yuxtaposicin de puntos coloreados
producidos por diversos rayos lumínicos, de los cuales se conoce el ángulo de impacto
pero no la distancia de su origen. Las dos impresiones retinales son invertidas para
8 Cfr. Schopenhauer (2005b), págs. 94-95. Traduccin realizada por Eduardo Ovejero y Maury. Cfr. Id. (1950), pág. 96.9 Cfr. Id. (2005), págs 95-96. Traduccin realizada por Eduardo Ovejero y Maury. Cfr. Id. (1950), pág. 96.-97
solventar la inversin de los haces de luz al penetrar al ojo y las impresiones retinales son coordinadas entre sí geométricamente, en tanto la retina es comprendida como un espacio de la sensibilidad. Mediante los datos de la posicin de los ojos entre sí mediante propiocepcin muscular, el intelecto calcula el ángulo visual y triangula la distancia utilizando datos auxiliares como la luminosidad principalmente. Mediante el cálculo intuitivo constante y simultáneo de diferentes objetos situados a diferentes distancias, el intelecto produce la tridimensionalidad o profundidad de la imagen, la cual no estando presente en la impresin retinal, se nos presenta en la visin con una vivacidad tal que la tomamos como de origen no subjetivo. An no siendo un proceso consciente, la visin es un talento aprendido pues lo inmediatamente real –sin concurso del intelecto-es la impresin retinal, que se presenta como un todo multicolor, en el que no es apreciable objeto ni extensin alguna, como así tampoco profundidad. Slo por el ejercicio de esta facultad en conjuncin de otros sentidos, principalmente el tacto, es posible comprender cmo esas sensaciones deben referirse –causalmente-a objetos. Así, cuando tomo una naranja con mis manos, y veo un borrn de un color peculiar, un aroma que reconozco, puedo considerar todas estas sensaciones efectos de una causa nica, el fruto que tengo en mis manos.
BIBLIOGRAFÍA
GUARINO, Juan Ignacio (2009). “Schopenhauer y la fisiología trascendental de la percepcin. Interpretacin general, crítica y defensa” en Eikasía. Revista de filosofía, ao IV, nmero 26 (Julio 2009), págs. 73-88. ISSN 1885-5679. http://www.revistadefilosofia.org/
SCHOPENHAUER, Arthur (1950). La cuádruple raíz del principio de razn suficiente en Obras. Editorial El Ateneo. Buenos Aires. ___(2005a). Über das Sehn und die Farben en Sämtliche Werke. Suhrkamp Taschenbuch Wissenschaft. ___(2005b). Über die vierfache Wurzel des Satzes vom zureichenden Grunde en Sämtliche Werke. Suhrkamp Taschenbuch Wissenschaft.
JUAN IGNACIO GUARINO es Licenciado en Filosofía por la Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca, Argentina. Es también doctorando en Filosofía por la misma institucin y becario del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.
MODELOS DE UTOPÍA PARA LA REPÚBLICA INGLESA:
JOHN ELIOT Y GERRARD WINSTANLEY
Patterns of Utopia for the English Commonwealth:
John Eliot and Gerrard Winstanley
ALICE MANUELA GUIMARÃES
(Universidade Aberta, Lisboa, Portugal)
Resumen Durante el interregno inglés, John Eliot y Gerrard Winstanley escribieron sus utopías en hemisferios diferentes, retratando diferentes modelos de utopías que ofrecían modelos alternativos de cdigos legales para una plataforma divina de gobierno que ellos apremiaban a los ingleses para que los emulen. Su radicalismo en lo concerniente al poder real, el orden político y la estabilidad, el mejoramiento de las condiciones sociales y la tolerancia religiosa, fueron retratados dentro de sus propios textos utpicos: The Christian Commonwealth y The Law of Freedom. Un análisis pormenorizado de estos textos que nunca han sido agrupados y reunidos por eruditos, ilustra el rango de la imaginacin política de sus autores y provee una oportunidad para examinar modos diferentes de tratar con los asuntos políticos y sociales y perspectivas diferentes para soluciones ideales de tales autores que estuvieron tan comprometidos en conectar a la utopía con la realidad. Dentro de este extraordinario contexto político, la accin política y la literatura utpica gozan de una simbiosis sin paralelo.
Palabras clave: utopía | interregno | accin política.
Abstract During the English Interregnum John Eliot and Gerrard Winstanley wrote their utopias in different hemispheres, depicting different patterns of utopias which offered alternative models of code laws for a divine platform of Government they urged the English to emulate. Their radicalism concerning the royalist power, the political order and stability, the improvement of social conditions and religion tolerance, were depicted within their utopian texts: The Christian Commonwealth and The Law of Freedom. A close analysis of these texts which have never been grouped and brought together by scholars, illustrates the range of the political imagination of their authors and provides an opportunity to examine different ways to deal with political and social concerns and different perspectives for ideal solutions by such writers who were so committed in connecting utopia to reality. Within this extraordinary historical and political context, political action and utopian literature enjoy an unparalleled symbiosis.
Keywords: Utopia | Interregnum | Political Action.
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La palabra “utopía” aparecipor primera vez con la Utopía de Sir Tomás Moro, publicada en latín como Libellus vere aureus nec minus salutaris quam festivus de optimo reipublicae statu, deque nova insula Utopia (“Un opsculo verdaderamente de oro, no menos benéfico que entretenido conciernente al más alto estado de la repblica y la nueva isla de Utopía”; 1516); pero las utopías son mucho más aejas que su nombre. La Repblica de Platn fue el modelo de muchas, desde Moro a H. G. Wells. Aunque el término es una creacin moderna, lo que significa que el concepto mismo de utopía les era ajeno a los antiguos griegos; aunque, en su primer uso, el término específicamente se refiere a la política y un género literario específico, la “utopía literaria”, el pensamiento utpico y los motivos utpicos son identificables en la antigua literatura y cultura griegas desde sus inicios. La misma utopía moderna con sus implicaciones políticas, como fue teorizada por primera vez por Moro, se retrotrae a una tradicin griega antigua de bsqueda de la perfeccin y de las mejores constituciones cuyo primer modelo fue la Repblica platnica. Desde entonces y por siglos modelos de uniformidad y divergencias han sido desplegados por muchos escritores utpicos. En el siglo XVII, sin embargo, la utopía tuvo un status nico. Se convirtien un medio serio de expresar la falta de satisfaccin con el statu quo y de sugerir mejores reales para ella. Tomando en cuenta el tiempo en que fueron escritas, son llamadas utopías modernas. Sin embargo, las sociedades descriptas alli, fueron retratadas en los escritos de Platn y Moro en lo que concierne a los sistemas en desarrollo tendientes a la igualdad y la justicia. En su seriedad, en su conviccin de que la humanidad tiene el poder de mejorarse a sí misma y en su creencia de que los escritos utpicos pueden ayudar a ese esfuerzo, los autores utpicos de principios del siglo XVII desarrollaron el modelo utpico de escritura, proveyendo lo que puede ser llamado el momento utpico clásico. Mucho ha sido escrito sobre el período 1640-1660, en lo concerniente al modelo utpico, un tiempo en el que la crisis en el consenso religioso, social y político, se emparejcon la resultante caída del control de las imprentas, se permitila impresin de visiones alarmantes y utpicas. Este período de la historia inglesa entre la segunda Guerra Civil y la Restauracin abriposibilidades ilimitadas para compartir el futuro del país y atestiguel surgimiento supremo de la imaginacin política que desarrollaría en visiones y escritos utpicos. Tomo como mi ejemplo a John Eliot y Gerard Winstanley quienes ejemplifican la variedad y diversidad de expresiones disponibles dentro de los escritos utpicos del interregno inglés.
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Durante este período, la bsqueda de la perfeccin fue parte del diseo apocalíptico que domina a los divines puritanos en Nueva Inglaterra y a los revolucionarios puritanos en Inglaterra. En este contexto John Eliot, un misionero inglés en Nueva Inglaterra, escribisu Christian Commonwealth (1659), un modelo de un gobierno teocrático basado en su experimento con los indios algonquinos mientras Gerrard Winstanley, el líder revolucionario del movimiento digger en Inglaterra, en su obra The New Law of Freedom (1649), pregonun evangelio revolucionario de reforma social, una sociedad cristiana establecida por la prohibicin de la propiedad privada. Aparentemente estas utopías, Law of Freedom de Winstanley y Christian Commonwealth de Eliot, no tienen nada en comn, excepto el hecho de haber sido escritas en el mismo encuadre temporal de slo diez aos y así escritas dentro del mismo contexto histrico y político – el puritanismo y el interregno inglés. Sin embargo, al profundizar en estas obras podemos hallar algunos paralelos e interacciones entre estas utopías transatlánticas, evala su potencial y traza puentes que enlazan sus percepciones para formar un mejor futuro para el mismo país. La bsqueda de la perfeccin, al menos de un futuro mejor y el cumplimiento de profecías apocalípticas fueron impulsos que fluyeron desde Europa hasta Nueva Inglaterra. Imbuidos por las expectativas apocalípticas y milenaristas del período, dentro de la misma década, cada uno de estos autores escribien diferentes hemisferios dando diferentes respuestas a los problemas sociales de la repblica inglesa. Por ese tiempo, impulsos que agitaron el corazn de Europa hallaron expresin en el Occidente transoceánico, y ninguno fue más constante que la bsqueda de la perfeccin. Las aspiraciones perfeccionistas en Inglaterra y Nueva Inglaterra podría expandir la visiones proyectada en lo que Keith Thomas llam“utopías orientadas a la accin” (Thomas, 1987:24,43). Compartiendo el mismo transfondo cultural e histrico podrían inspirar algunas similitudes y a menudo resulta en escritores dirigiendo algunos de los mismos temas en sus utopías. Sin embargo, mientras operaban dentro de la misma cultura, la manifestacin individual de cualquier visin utpica está an influenciada por factores personales de su creador – su ideología, religin, entorno y status social. A este respecto las utopías se convierten en una reflexin del autor y el epítome de la interpretacin de la sociedad de un autor o, como Eliav-Feldon lo pone, “la personificacin, la cristalizacin de toda la Weltanschauung del autor” (1982:11). Mientras la utopía siempre constituye una bsqueda de una realidad mejor, los
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detalles específicos de esta realidad o incluso como esta bsqueda debería ser conducida depende del autor individual. Como J. C. Davis observa,
Todos los visualizadores de sociedades ideales están ocupados en maximizar la armonía y el contento y en minimizar el conflicto y la miseria; produce una miseria; en producir una sociedad perfeccionada donde las cohesiones sociales y el bien comn no están en peligro por el apetito individual. (Davis, 1981:19).
En lo que concierne a los intentos de los eruditos, definir el ambiguo concepto de utopía, mucho ha sido propuesto. En este artículo, sin embargo, seguiré la definicin propuesta por Ruth Levitas en su obra, The Concept of Utopia, donde toma casi todo el libro para discutir las razones por las que esta definicin sobrepasa a otras, aquellas formuladas descriptiva, formal, o funcionalmente.
La utopía expresa y explora lo deseado; bajo ciertas condiciones también contiene la esperanza de que estos deseos puedan encontrarse en la realidad, más que meramente en la fantasía. El elemento esencial en la utopía no es la esperanza, sino el deseo –el deseo de un mejor modo de vida. (Levitas, 1990: 191).
Su definicin es particularmente til, al apuntar lo que choca como un discurso claramente utpico en los escritos elegidos (incluso cuando no estén hablando explícitamente de utopías). Aunque tanto Eliot como Winstanley han tratado de definir una sociedad mejor ofreciendo modelos de cdigos legales y apoyando su discurso retrico con las Escrituras, ninguno de los dos ha dado la misma solucin para solucionar los problemas legales, políticos o religiosos que, segn ellos, yacen en la ríz de la imperfeccin social. Sus utopías, The Law of Freedom y Christian Commonwealth, comparten la misma agenda política hacia la realidad y convienen en un plan similar de realizacin en sus aspiraciones políticas, pero cada autor despliega un énfasis y aproximamiento a la utopía nico y diferente, difiriendo en cuanto a epistemología, ideología y énfasis social y político. Mientras Winstanley se ocupa primariamente de la religin e imagina igualdad agraria, Eliot asenta su intento por construir una repblica teocrática. Como los autores están ligados a una cultura e historia compartidas, se puede fácilmente hallar evidencia de algunas preocupaciones comunes considerando a la sociedad inglesa del interregno, tales como la estabilidad política, el mejoramiento de las
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condiciones sociales y la tolerancia religiosa, que dominaban la conciencia política de su cultura. Su utopías tienen una base empírica – sus acciones previas: la comunidad de diggers de Winstanley en St. George’s Hill y la Ciudad Oradora de Natick de Eliot con los indios algonquinos. El modelo republicano de Eliot estaba situado dentro de su propio trabajo entre os algonquinos que, como los israelitas al partir de Egipto, no tenían ni ley ni gobierno. Wistanley previuna sociedad cristiana utpica basada en los pasajes del Libro de los Hechos del Nuevo Testamento (Hechos 2:44-45) donde la primitiva comunidad cristiana fue descrita sin clases, y manteniendo toda la propiedad en comn. Fue el instrumento organizador de los diggers, quienes establecieron comunidades en Inglaterra en 1649 (durante las Guerras Civiles inglesas) en las que toda la propiedad era mantenida en comn por los miembros de la comunidad. Tratando de regenerar esa parte de la poblacin inglesa sin voz, ni ley, ni disciplina a quienes los puritanos de Nueva Inglaterra veían como desplazados (los nativos) y tratando de integrarlos en el recientemente cercado y racionalizado pasaje de Nueva Inglaterra y del mismo que otra gente en el Viejo Continente sin tierras ni voz (la gente sin tierra de Inglaterra provocada por el cercamiento de las tierras) impidiéndoles el convertirse en un grupo de desempleados, sin-techo, paganos, vagabundos, estos escritores utpicos vieron en estos grupos de personas reales el material crudo para personificar sus utopías. Como James Holstun seala, los puritanos hallaron gente desplazada y desposeída de Inglaterra y Nueva Inglaterra como material crudo para sus utopías.
El cercamiento de Nueva Inglaterra procedía de aquél de Inglaterra. Los indios poseían las tierras por derecho natural… Como el cercamiento del suelo comunal inglés a menudo comenzcon un solo gran terrateniente acaparando lo comunal, convirtiéndolo en propiedad privada, así la expansin blanca en Nueva Inglaterra a menudo comenzcon los indios permitiéndoles a los blancos el uso para asentamiento y cultivo de los suelos comunes indios (…) Los desposeídos y desplazados aparceros ingleses y los hombres de las tribus algonquinas pronto hallaron que el cercamiento era irreversible. Tal como Winstanley y los diggers respondieron al desplazamiento de los apareceros rurales al estimularlos a cercar y cultivar los suelos comunales tales como aquellos de St. George’s Hill, así Eliot y sus colegas misioneros trabajaron incansablemente para adquirir trechos de tierra para las Ciudades de Oracin Indias. (1987: 107-108)
En este contexto, los ambiciosos trabajos utpicos de estos autores tuvieron toda la
intencin de ser completados. A diferencia de los escritores utpicos tradicionales, no
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escribieron para alcanzar un lugar en los anaqueles de la historia literaria sino para retratar un modelo alternativo de cdigos legales para una repblica perfecta que les gustaría se emulara en Inglaterra, tomando como punto de partida sus propias experiencias previas en la reorganizacin de esa gente desposeída. Sus prácticas con las comunidades de diggers y con las Ciudades de Oracin Indias proveían la base empírica para sus escritos. En ese período ningn otro utopista permanecitan ocupado en conectar lo escrito con la práctica. Fueron, segn el profesor James Holstun: “los más importantes tericos y practicadores utpicos en su respectivo reino, en el siglo XVII”. Durante el interregno inglés, más que nunca, el utopismo se orienta sí mismo hacia una realidad alcanzable y en la perspectiva de estos autores utpicos debería ser cumplida en ese tiempo y en ese precio lugar: Inglaterra. Así el locus para sus utopías fue Inglaterra y el chronos fue su propio tiempo. Ni la visin utpica de Winstanley, ni la de Eliot se refiria otro tiempo o espacio para su realizacin que el “aquí y ahora”. En un siglo revolucionario que mezclla actividad política con la profesin religiosa miles de personas no slo creían sino también militaban para transformar la Repblica Inglesa en una clase de réplica de la bíblica Canaán, un simulacro de Dios en la Tierra. Imbuido por ese espíritu apocalíptico, los escritores del interregno inglés abogaron por la necesidad de crear las condiciones necesarias antes de la segunda venida de Cristo, la que, ellos creían, sería en Inglaterra. Para preparar a Inglaterra, la nacin “elegida” para la epifanía de la redencin y la gloria, Eliot y Winstanley esbozaron modelos de un tipo de gobierno organizado, establecido segn un plan divino, sancionado por la Escritura, bajo el que “la gente componía sus diferencias y llegaba a una dulce armonía de obediencia y sujecin a Cristo” ( Eliot, 1659:136,7). Por lo tanto, ambos autores desarrollaron un determinismo político puro ofreciendo la alternativa de un cdigo legal para una plataforma divina de gobierno que ellos ya habían atestiguado con sus experimentos previos y urgían a los ingleses a que los emularan. John Eliot propuso un esquema detallado para una teocracia o “Repblica Santa”, una plataforma divina de gobierno enseada por Dios mismo como la colocen su Repblica Cristiana. El autor abogaba por el establecimiento de una política civil escritural en Inglaterra, la creacin de un Estado eclesiástico congregacional y la adopcin de un cdigo legal basado en la Biblia. Eliot propuso dividir a la sociedad en dos grupos de decenas, medias centenas, centenas y millares y así sucesivamente, cada uno de ellos elegiría a sus gobernantes, que a su turno deberían elegir a sus
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representantes en los más altos consejos. Notque Jess opersobre este principio en el Nuevo Testamento (Marcos 6:40) y desarrolleste sorprendente esquema en gran detalle, yendo hasta finos puntos relativos considerando en qué nivel de la pirámide de crímenes capitales debería ser juzgado y así en adelante. En consecuencia con el mismo espíritu, Law of Freedom de Winstanley ofreciun cdigo legal completo y detallado para el logro inmediato de un Estado comunista, una “Plataforma para el gobierno de la Tierra sin comprar ni vender”. El reemplazo del viejo sistema legal fue una alta prioridad para Winstanley. En su repblica cada uno debe ser consciente de la ley y ser capaz de representar en una corte legal consecuentemente. Intentmantener el sistema legal tan simple como fuera posible. El resultado de su esfuerzo legislativo fue una lista de sesenta y dos reglas y regulaciones para controlar todas las interacciones sociales en la repblica. Esta idea de un sistema legal simple fue comn en la tradicin utpica. En la Repblia de Platn, los gobernantes son un grupo de hombres inteligentes y altruistas llamados los guardianes o reyes-filsofos, que conducen los asuntos pblicos para el bien de toda la nacin. En la Utopía de Moro se cuenta con un sistema legal simple y autocontenido: “en Utopía cada uno es un experto legal… porque las leyes son tan pocas, como dije, y consideran la interpretacin obvia de cualquier ley es la más justa” (More, Utopia, 1989:85). Asimismo en la Ciudad del Sol de Campanella, se afirma: “No tienen sino pocas leyes y éstas son cortas y claras, y escritas en una tabla lisa…” (1981:197). Otro asunto relevante es que en sus utopías, ambos autores dirigieron sus críticas al poder monárquico, sugiriendo un modelo social y político organizado para la sociedad inglesa, confiando en la doctrina religiosa, la Biblia y la historia bíblica para promover sus repblicas utpicas. Como James Holstun seal:
La Biblia dio una relevancia previamente inimaginada a la organizacin social en tales comunidades utpicas y escritos como la comunidad de los diggers de Gerrard Winstanley en George’s Hill y en su Law of Freedom y en las Ciudades Indias de Oracin y su la Christian Commonwealth de John Eliot. Estos textos parecen ofrecerse como modelos para la organizacin social. (1987: 34-35)
Actualmente sus trabajos parecen ofrecerse como modelos para la organizacin y
planos para la comunidad inglesa en tanto que fueron apoyados por una base
empírica y autorizados por el texto de las Escrituras.
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A lo largo de todo el texto de Eliot las citas de la Biblia dirigen su apoyo a sus propuestas para la divisin utpica de las personas y para la formacin del gobierno popular. Él esbozsu modelo civil desde la teocracia hebrea del Éxodo:18 y su modelo eclesiástico del Libro de la Revelacin, donde la teocracia hebrea regresa en una forma cristiana. Asimismo, Gerrard Winstanley, en The Law of Freedom, también ha apoyado su discurso retrico en la Biblia inclinándose hacia el antiguo Israel para su modelo. Textos claves incluyeron los Hechos de los apstoles o como él los parafrasea:
Y cuando el Hijo del hombre, se fue de entre los apstoles, su Espíritu descendisobre los Apstoles y la Hermandad, como ellos esperaban en Jerusalén; y los ricos vendieron sus posesiones, y dieron parte a los pobres; y ningn hombre dijo, que debía ser dueo de lo que poseía, porque todas las cosas eran comunes (Hechos, 4:32).
También esbozdesde el Génesis el argumento de que dado que todos los seres humanos descienden de Adán y Eva, ninguno es mejor que otro por ninguna razn. En otras palabras, lo que él retratfue un programa religioso y político bajo el nuevo pacto que vino con Cristo. Se puede deducir de la retrica de Eliot y de Winstanley un breviario de las reglas del Antiguo Testamento, una transliteracin desde el texto de las Escrituras al texto legislativo que formaría y reordenaría la realidad social y política inglesa. Otro paralelo importante en estas dos utopías es la emergencia de una cultura del temor como una razn endgena de la prevalente incertidumbre del período revolucionario. El temo de una monarquía restauradora, o cualquier otra regla que no fuera la de Cristo, se convirtien un poderoso impulso en la bsqueda de balance y estabilidad sociales. James Holstun afirma:
En The Christian Commonwealth Eliot convierte su experimento de Ciudad de Oracin con la disciplina congregacional de los sachems10 en un modelo de utopía prometiendo a la Inglaterra devastada por la revolucin una transformacin democrática completa que la protegería contra el retorno de cualquier régimen sachémico excepto el del rey Jess. (1987:144-145)
Así como en Eliot, el temor de una monarquía restauradora era inminente también en
el texto de Winstanley e incluso limitando con la obsesin. Winstanley sospechaba
conspiraciones monárquicas y monarquistas por todas partes.
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Para ambos autores, el gobierno popular era la regla de la ley escrita y la monarquía slo la regla de los hombres. Así, ellos confiaban en tal cdigo legal. Además, había un temor más ideolgico que aquel del regreso monárquico. Era definitivamente el temor al poder de Cromwell y la pérdida de los ideales democráticos. Eliot temía la predominancia secular amenazada por Cromwell y el Parlamento Rabadilla. Él los veía, en la medida en que el rey, como usurpador del poder político de Cristo en la Tierra (Holstun, 1987:149). Winstanley, a su turno, identifica Cromwell como la figura política a realizar sus ambiciones políticas. No obstante, también advirtique su poder representaba una considerable amenazada para las ideas de su causa. Él lo previno de hacer mal uso de su poder:
El poder correcto de la creacin es an el mismo. Si ty aquellos en el poder contigo debieran ser hallados hablando a los pies del rey, ¿podrías aseguraros a vosotros o a vuestra posteridad que no habrárevocacin? Seguramente no… Porque si Él [Dios] no perdonara a los reyes que se han sentado tanto tiempo en su recta mano gobernando el mundo, ni te considerara, a menos que tus modos sean hallados más correctos que los del rey. (Winstanley, 1883: 276)
Con la conviccin de que su visin utpica representaba a la providencia divina, él asumiel rol de un profeta, advirtiendo a Cromwell de las consecuencias del abuso de su poder y no vivir los ideales de la Revolucin. Sin embargo, al mismo tiempo, él necesitaba a Cromwell, como afim: “Tienes el lugar y el poder para ver todas las cargas quitadas de vuestros amigos, los comuneros de Inglaterra” (Winstanley, 1883: 278). Segn esto, Cromwell podría convertirse o en el arquitecto de una nueva repblica o en el tirano esclavizador de su Estado. Así, pese al temor hacia el mal uso y abudo del poder de Cromwell, tanto Eliot como Winstanley reconocieron la importancia de Cromwell como una fuerza central de la política del interregno. Se han desplegado algunos de los más relevantes paralelos entre estos dos autores y dado que las diferencias son incontables no se hallaría lugar para extenderse en ellas dentro de los límites de este artículo. No obstante, meramente se acentuará sus diferencias en los métodos textuales, con Eliot intentando excluir toda prudencia meramente humana y con Winstanley intentando incorporarla – como lo desarrollará en la teoría notable de la individualidad y creyendo que Dios estaba en la vida interior de los hombres. Mientras que Eliot concebía la perfeccin política slo como
10 Líder de tribu entre los algonquinos. (Nota del Traductor).
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alcanzable por un acto divino, Winstanley intentaba mantener una metodología estrictamente idiosin-crática apoyando una epistemología individualista: estaban los individuos, en interaccin con su yo interior, que guiaba el poder terrenal. Winstanley acenta la posibilidad de una reorganizacin paradisíaca del mundo social y econmico, pero está firme en su asercin de que esto se logra a través de la accin del espíritu. Winstanley fue una voz gritando en la selva de la codicia y tiranía prevalentes; una voz que no slo se desatendisino que fue enmudecida por la fuerza. Él colocel bienestar de la gente comn como el objetivo de la sociedad y el gobierno y advirtila dependencia de la libertad política sobre la adecuacin y justicia econmicas. Eliot fue una voz en la espesura del Nuevo Mundo, una voz de la alteridad, de aquellos que fueron vistos como salvajes gobernados por muchas tierras sin título o propiedad; una voz defendiendo y protegiendo a las despreciadas “bestias salvajes” desposeídos de su tierra, sin derechos. Buscel bienestar de los nativos y fue un defensor de su carácter e inteligencia con un fuerte sentido de justicia. En conclusin estos ejemplos son slo dos entre muchos que retratan la dinámica de estas utopías que liberaron al utopismo de su posicin pasiva tradicional dentro del reino de la literatura contemplativa y lo transpusieron al reino activo de la política del interregno. Sus autores trabajaron intensamente entre otros de su tiempo, y los historiadores del pensamiento utpico no les prestaron la atencin merecida, quizás, como afirma Holstun, porque sus obras no fueron tanto sobre literatura sino sobre personas.
BIBLIOGRAFÍA
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DAVIS, J.C. (1981). Utopia and Ideal society: A Study of English Utopian Writing 15161700, Cambridge: Cambridge University Press.
ELIAV-Feldon, Mriram (1982). Realistic Utopias: The Ideal Imaginary Societies of the Renaissance, 1516-1630, Oxford: Clarendon.
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ELIOT, John (1846). The Christian Commonwealth: Or, the Civil of the Rising Kingdom of Jesus Christ. Collections of the Massachusetts Historical Society, 3rd ser. 9.
HOLSTUN, James (1987). A Rational Millennium, Puritan Utopias of Seventeenth-Century England and America, Oxford: Oxford University Press.
LEVITAS, Ruth (1990). The Concept of Utopia, Syracuse: Syracuse UP.
MORE, Sir Thomas (1989). Utopia, Ed. George M. Logan and Robert M. Adams. Cambridge: Cambridge University Press.
WINSTANLEY, Gerrard (1883). The Law of Freedom and Other Writings, Ed. Christopher Hill Cambridge: Cambridge University Press.
ALICE MANUELA MARTINS GUIMARÃES es Doctoranda en Literatura Anglo-Americana por la Universidad Abierta de Lisboa, Portugal. Profesora en Lengua y literatura moderna (inglesa y alemana) por la Universidad de Oporto. Magister en Estudios de literatura norteamericana, por la Universidad Abierta y docente en la Escuela Teixeira Lopes de Gaia, Portugal.
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INTEGRACIÓN Y COLABORACIÓN EN EL CIBERESPACIO
Integration & Colaboration in the Cyberspace
WANDER M. PAES
(Pontificia Universidad Catlica, São Paulo, Brasil)
Resumen
El concepto de compartir recursos computacionales entre participantes WEB, ha sido gradualmente extendido para apoyar escenarios en el mundo wireless que introduce una variedad posible de integracin y colaboracin. El concepto de “servicios” deviene en una clave del compartir informacin dentro del mundo de la tecnología de informacin. En este punto de vista se presenta la relacin entre los movimientos dentro del entorno de informacin digital enfocado en conceptos socio-tecnolgico: tecnología persuasiva/ubicua, Arquitectura de Servicios/Sistema, Colaboracin e Integracin en aplicaciones WEB como un recurso del sistema e interoperabilidad de la informacin. La idea acerca del punto de vista interdisciplinario, como un instrumento de sabiduría, produccin de conocimiento, y colaboracin de informacin esparcida dentro del entorno digital, es un factor que se adapta al contexto contemporáneo, alcanzando a los dispositivos mviles usando los servicios distribuidos en Internet. Este aproximamiento queda en la necesidad de un estudio relacionado a la interoperabilidad que refiere a la comunicacin y al intercambio de informacin entre la gente. Este fenmeno muestra una tendencia de las soluciones de sistemas en entornos wireless y tecnología de Internet debido a una variedad de protocolos y a la popularidad de los dispositivos mviles (celular, PDAs, Smartphone, Tablets y Pocket PC). La consolidacin de Internet como un entorno de colaboracin así como también la aparicin de las aplicacions mviles habiendo influenciado directamente en las solucions comerciales y en la arquitectura de sistemas en la sociedad contemporánea. Este renueva el mapa digital cartográfico de los servicios decentralizados en el ciberespacio. Deviene en un fértil entorno para el estudio de las aplicaciones mviles, los componentes computacionales (como un servicio) y su usabilidad entre accionistas en el ciberespacio. Una escena que representa el impacto significativo en la colaboracin de la informacin, alcanzando las interfaces de los sistemas mviles. Este entorno dinámico está caracterizado por una coexistencia armnica entre la centralizacin y la descentralizacin de la informacin difundida internamente de la red de trabajo digital. De modo que, este cambio dinámico de la informacin entre jugadores en el ciberepsacio puede presentar flujos de datos asimétricos (como las redes P2P) o simétricos (WebSite slo como un provedor de datos). Por lo tanto, el objetivo específico de este artículo involucra la idea acerca de los servicios de interoperabilidad bajo los conceptos de arquitectura de sistema, colaboracin, movilidad, ciberespacio, artefactos portátiles y los aspectos tecnolgicos de la conexin entre los entornos híbridos de informacin. La emergencia de este contexto representa un importante estudio de investigacin a cerca de la variedad de posibilidades de soluciones integradas ofrecidas por la tecnología computacional. El tema de esta investigacin no solo se aproxima al aspecto tecnolgico centrado en el diseo de sistemas y programas, sino también muestra los beneficios de la interoperabilidad de la informacin, derivando del flujo decentralizado de informacin en un entorno wireless y WEB. Este aspecto aade el cambio dinámico de la informacin en el ciberespacio.
Palabras clave: Ubicuo | Movilidad | P2P | Interoperabilidad | Computacin y Arquitectura de la Informacin | Ciberespacio.
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Abstract
The concept of sharing computing resources among WEB participants, has been gradually extended to support scenarios in wireless world that introduce a variety possible of integration and colaboration. The concept of “Services” become a key of sharing information inside the technology information world. In this point of view I present the relationship among the movements inside digital information environment with focus on socio-technological concepts: pervasive/ubiquitous technology, Services/System Architecture, Collaboration and Integration in WEB applications as a resource of systems and information interoperability. The idea about interdisciplinary point of view, as a instrument of wisdom, production of knowledge, and collaboration of information spread inside the digital environment, is a factor that fits in the contemporary context , reaching the mobile devices using the services distributed in the Internet . This approach remains the necessity of a study related to the interoperability what refers to the communication and the exchange information among peoples. This phenomenon shows up as a trend of the systems solutions in Wireless environments and Internet Technology due a variety protocols and the popularity of the mobile devices (cellular, PDA´s, Smartphone , Tablets and Pocket PC). The consolidation of the Internet as a collaboration environment as well as the sprout of the mobile applications had directly influenced the business solutions and the systems architecture in the contemporary society. This new cartographic digital map of the decentralized services in cyberspace . It become a fertile environment for the study about mobile applications, computing component (as a service) and its usability among stakeholders in cyberspace. A scene that represents significant impact in the collaboration of the information, reaching the interfaces of the mobile systems. This dynamic environment is characterized by a harmonic coexistence between the centralization and the decentralization information scattered inside the digital network. So that, this dynamic change of information between players in the ciberespace may present asymmetrical data flux (as P2P network) or symmetrical (WebSite only as a data provider ). Therefore, the specific objective of this article involves the idea about services interoperability under the concepts of system architecture, collaboration, mobility, cyberspace, portable devices and the technological aspects of connection between the hybrid information environment. The emergency of this context represents an important research study about the variety possibilities of integration solutions offered by computing technology. The issue of this research does not only approach the technological aspect centered in design of systems and programs, but also shows the benefits of the information interoperability, deriving of the decentralized flow of information in wireless and WEB environment. This aspects add the dynamic change of information in cyberspace.
Keywords: Ubiquous | Mobility | P2P | Interoperability | Computing and Information Architecture | Ciberspace.
1. Colaboracin de la informacin
El gran desafío de la colaboracin de la informacin en el medio digital es el uso de una arquitectura sistémica existente capaz de cumplir el flujo fin-a-fin de un proceso de comunicacin de la informacin. La carrera rumbo al desarrollo de las soluciones en la actual era de la informacin implica la capacitacin de los idealizadores en conocer el concepto de gestin de la informacin en el ciberespacio, y también de las alternativas e innovaciones tecnolgicas, a fin de emplazar con éxito una solucin en el medio digital. Eso porque, en muchos casos, hay una dificultad latente en conocer la relacin entre la nueva tecnología y las necesidades del individuo en la sociedad contem-poránea.
Creo que podremos distinguir algunas dimensiones en el universo digital para comprender la dinámica de la integracin y de la colaboracin de la informacin, entre las cuales podemos citar la dimensin del (i) Concepto de Arquitectura Sistémica Orientada a Servicios, (ii) de la infraestructura computacional, (iii) de los servicios mviles, y (iv) del papel de la sociedad en la gestin de la informacin.
Esas dimensiones coexisten en una relacin de intercambio e interdependencia, cada cual con fines específicos para cumplir el papel de la interoperabilidad en un ambiente dinámico de intercambio de informacin. Sobre todo, la influencia del factor social tiene un papel relevante en ese escenario, proporcionando la construccin de conocimientos y generacin de conocimiento en el tráfico de la informacin, desde que el individuo y el colectivo proporcionaron el dinamismo de Internet. Inicialmente, tendremos en consideracin una abstraccin de la Arquitectura Sistémica sobre algunos protocolos básicos del ambiente de Internet para elucidar el intercambio de informacin entre el cliente (PC) y el servidor (WebServer). En ese contexto, percibimos los papeles de algunos protocolos con el objetivo de comunicar, mapear, y traficar la informacin como: TCP IP1, HTTP2, HTML3, UDDI4, WSDL1, SOAP2 y XML3. Ese ltimo con un
1 Conjunto de protocolos de comunicacin entre computadoras en red. El acrnimo se refiere a dos protocolos más importantes del conjunto: el TCP (Transmission Control Protocol Protocolo de Control de Transmisin) y el IP (Internet Protocol -Protocolo de Interconexin). 2 Acrnimo para Hypertext Transfer Protocol, que significa Protocolo de Transferencia de hipertexto, un protocolo de comunicacin para transferir datos en Internet.3 Acrnimo de Hyper Text Markup Language. Lenguaje de marcacin usado para la construccin de páginas en Internet.4 Acrnimo de Universal Description and Discovery Integration. Funciona como una lista de páginas amarillas donde las aplicaciones se registran para ofrecer sus servicios usando SOAP para integracin de la informacin.
papel significativo en el proceso de consolidacin de un “lenguaje comn” para estructurar la informacin traficada en el medio digital, así también como su desdoblamiento VXML que permite la interpretacin de la informacin de voz.
En esa dimensin percibimos soluciones sistémicas apoyadas por el concepto de desarrollo de sistemas distribuidos orientados al servicio (SOA) con el objetivo de representar una ruptura en la concepcin monolítica de los sistemas con el compromiso de ser reutilizable y colaborar con la transformacin/traduccin de la informacin entre los demás sistemas en el medio digital.
Junto con una Infraestructura de redes de acceso (LAN y WAN)4 compuesta por computadoras de alto desempeo (Webservers), software básico (Sistemas Operativos
– Linux, Unix y Windows), y dispositivos como Midlewares y Gateways para conexin, utilizado en los ambientes de los Webservers donde están distribuídos los sites en Internet para proporcionar informacin en las estaciones de clientes (PC – computadora personal) .
Y más recientemente la disponibilidad de intergracin de la informacin en los dispositivos electrnicos por medio de los Servicios. El concepto SOA (arquitectura orientada al servicio) aparece como un paradigma ideal a ser superado por una arquitectura de distribucin e intercambio de informacin entre el ambiente de Internet y de los servicios en el ambiente mvil. En este ltimo, es donde los componentes sistémicos están disponibles por las operadoras de telecomunicacin y preparados para la colaboracin, intercambio y comunicacin de la informacin, y mediados por la arquitectura computacional embarcada en cada aparato electrnico mvil.
Podemos citar algunos Servicios Mviles que ya están incorporados en lo cotidiano de la sociedad como: los Games en el celular, el Video Service, Global Roaming, High speed data service -3G, conexin Mvil-WEB, VOIP (Voz sobre IP) para el celular, LBS/GPS – Servicios de localizacin por la red mvil, Msica, FMC – Fixed Mobile Convergency, SMS – Short Message Service, MMS – Multimedia Service, y medios
1 Acrnimo de Web Service Definition Language. Lenguaje que dice lo que cada servicio hace y de qué manera será ejecutado.2 Acrnimo de Simple Object Access Protocol. Protocolo de comunicacin entre aplicativos para definir la funcionalidad que una aplicacin desea exponer a la informacin para otros sistemas. 3 Lenguaje de marcacin con especificaciones técnicas definidas para transmitir informacin. 4 LAN, Local Area Network, y WAN, Wide Area Network. Estructura que conecta varias computadoras y dispositivos en un área definida. La capacidad de comunicacin entre aparatos depende del área geográfica. Más restringida en el caso de LAN y más abarcativa en el caso de WAN.
mviles en general embarcados en los aparatos electrnicos que intercambian informacin por medio del ambiente sin cable.
El Papel del individuo en la Gestin de la informacin involucra las cuestiones sociales y culturales por detrás de los fenmenos tecnolgicos lo que caracteriza la influencia de las nuevas tecnologías en el comportamiento de la sociedad. Un ambiente de interconexin proporcionado por la tecnología mvil que transforma los dispositivos electrnicos en pequeas computadoras, en poderosos procesadores de Hypermedia, Web Browsing, conexin con redes Mviles WiFi, acceso a Internet. Lo que se traduce en un medio que transforma también las relaciones sociales por medio de las interacciones entre los usuarios del medio mvil. En conjunto con la integracin del colectivo en Internet caracterizado por las comunidades virtuales.
La influencia de una dimensin sobre otra (i, ii, iii, iv) se caracteriza en un contexto multidisciplinar de un sistema complejo en lo que dice respecto a la interoperabilidad de la informacin en el ciberespacio.
Es difícil tejer una afirmacin de preponderancia entre las dimensiones citadas arriba, pues todas las dimensiones se sustentan y se refuerzan mutuamente en un contexto liquido1 (Bauman, 2001) donde una dimensin se torna relevante en una eventual mudanza o evolucin de la outra.
¿Pero qué es el servicio? ¿Cuál es el proceso de creacin y utilizacin del servicio a fin de caracterizarlo como objeto de integracin de informacin entre sistemas y personas?
Es cada vez más frecuente la utilizacin del término servicio para representar la integracin de sistemas en el ambiente WEB y en el medio mvil. Y para responder a las preguntas de arriba, inicialmente, es necesario encuadrar la arquitectura de servicios en un contexto multidisciplinar. Tanto en el ambiente corporativo (más restringido) como en Internet (más distribuido, diverso y dinámico), donde no está en cuestin solamente el foco en protocolos y sistemas, sino también un factor social, dado que la informacin (mediada por los servicios) es utilizada por personas.
La utilizacin de los servicios en el ambiente corporativo involucra un proceso de maduracin que relaciona las áreas de la empresa involucradas en la tecnología de la informacin. En la cual la necesidad de utilizacin, desarrollo de la tecnologia utilizada, y de la disponibilidad de la informacin son definidas por las políticas de las
Abordaje de Zygmunt Bauman para representar la dinámica y los cambios en todos los aspectos de la sociedad contemporánea.
corporaciones. Ese escenario también nos invita a reflexionar sobre el flujo de la informacin y el papel de los responsables insertos en el organigrama funcional (objetivo pblico), en el cual involucran procesos y reglas de negociacin entre las diversas áreas de la corporacin. La utilizacin del concepto de servicios computacionales reutilizables dentro de las corporaciones corrobora la exigencia de un perfil multidisciplinar en el planeamiento estratégico de la gestin de la informacin debido a la generalizacin y abarcabilidad de las necesidades entre las áreas que serán mapeadas por los servicios computacionais.
A su vez, la utilizacin de los recursos digitales distribuidos en la red mundial de computadoras (Internet) involucra una integracin, disponibilidad y utilizacin de los servicios para toda sociedad digital, en la cual constatamos una forma más democrática, distribuida, diversificada, y sujeta a los diversos tipos de práctica e interpretacin de la informacin. De esa forma, Internet presenta su dinámica por medio de la utilizacin de servicios que están disponibles en una plataforma más bien amplia y rica en diversidad de soluciones y protocolos en comparacin con el ambiente corporativo. Una diversidad que podemos perciber en los fenmenos MashUp1/web 2.0 al cual podemos interpretar como una arquitectura de servicios a gran escala para la colaboracin de la informacin por medio de componentes de sistemas reutilizables, en conjunto de la integracin MobileWeb a través del ambiente de la comunicacin mvil.
Ese abordaje toma en consideracin la creacin y la utilizacin de los servicios en el ambiente de Internet en un escenario más amplio, diverso y sin el encuadramiento de las políticas de control y utilizacin, utilizados en las corporaciones. Este escenario presenta una dinámica de reutilizacin y creacin de servicios de manera más intensa y con relaciones que involucran políticas pblicas, entidades de gobierno de la red (ICAN, CGI, NicBr, etc.), infraestructura de comunicacin, sites, comunidades virtuales, criterios de seguridad de la informacin, ambiente de tecnología mvil, además de involucrar un contingente mucho mayor de usuarios distribuidos por el mundo lo que hace de Internet un ambiente mucho más dinámico y colaborativo. Sobre todo, es importante subrayar que el desarrollo de soluciones en el medio digital presenta una característia multidisciplinar en relacin a la interdependencia de las dimensiones citadas anteriormente (i, ii, iii, iv). Dado que la relacin entre los processos, reglas de negociacin, cognicin, ergonomía, diseo e interfaz de un sistema siempre
1 Mashup es el término utilizado cuando un website o una aplicacin web usa contenido de más de una fuente para crear un nuevo servicio o sistema.
existieron en el proceso de desarrollo de los sistemas de informacin. Lo que caracteriza el momento actual es una intensificacin de ese escenario debido al crecimiento de las alternativas tecnolgicas junto con la necesidad de colaboracin de la informacin.
El esquema de abajo nos ayuda a entender la utilizacin e integracin de los servicios en el medio digital con la representacin longitudinal del proceso de transformacin de la informacin con adicin del medio mvil como un canal más de distribuicin y colaboracin.
Cliente | |||
---|---|---|---|
Desktop | |||
Estaçes de trabalho | |||
Web Services | Serviços | Repositrio de Informaçes | |
Laptops | |||
Banco de | |||
Dados | |||
Dispositivos Mveis | Banco de Dados |
Es importante resaltar que la cuestin de la multidisciplinaridad en el desarrollo de sistemas está considerada en ese artículo como un nuevo fenmeno debido a la emergencia de la arquitectura volcada a servicios y de la necesidad de representar las necesidades sociales en los sistemas de informacin.
Todavía, el enfoque que transcurre limitadamente en la cadena longitudinal, nos impide ver las relaciones que transcurren en el entorno de la informacin por los individuos. De modo que la relacin multidisciplinar de las dimensiones citadas anteriormente abarca los procesos, tecnología, reglas de negociacin, cognicin, ergonomía, diseo e interfaz del sistema que siempre existieron en el medio digital. Por tanto el momento está caracterizado por el escenario creciente de las alternativas tecnolgicas de colaboracin en el ciberespacio y de la emergencia del medio mvil con la consolidacin de la integracin del ambiente Mobile-WEB.
2. Servicios
Además de los servicios disponibles en Intenet, las operadoras de telecomunicaciones ya ofrecen una gran opcin de alternativas de conexin e integracin para consumo de sus clientes. Un breve recuento histrico de la utilizacin de la comunicacin Mobile-WEB demuestra el desarrollo de la utilizacin de conexin con Internet (Mobile-WEB) por medio de los dispositivos mviles de acuerdo con algunos servicios disponibles en el mercado.
1990 | 2000 | 2003 | 2006-2011 |
---|---|---|---|
Diario Correo Teléfono Juegos | WAP 1.0 Text Basic Browser e-mail Celular Analgico | WAP 2.0 GGrafic Based Browser Celular Digital | WAP 2 e 2,5 G, 3G Portal Service Popularizacin de los Servicios SMS/MMS Juegos en Red Popularizacin de la Banda Ancha en Internet. Juegos WEB Servicios LBS/GPS |
El cuadro histrico de arriba sobre el crecimiento de la utilizacin y disponibilidad de los servicios en el medio Mvil está directamente vinculado al desarrollo de los principales protocolos: CDMA-EVDO-WCDMA1 y GSM-EDGE-HSDPA2. Entre otras alternativas, además del ya habitual servicio de voz, las operadoras de telecomunicaciones y empresas de tecnología disponibilizan diversos tipos de medios/soluciones/aplicaciones mviles intrelazadas por medio de Middlwares3 de transformacin y conexin de la informacin entre ambientes computacionales distintos. Entre las cuales podemos citar algunas implementaciones no meio mvel:
1 CDMA-EVDO-WCDMA: Representacin de las redes mviles que utilizan protocolos EVDO y WCDMA bajo la red de celular CDMA.2 GSM-EDGE-HSDPA: Representacin de las redes mviles que utilizan los protocolos EDGE y HSDPA bajo la red de celular GSM.3 Composicin de hardware y software para mediacin entre ambientes computacionales distintos utilizados para integrar y atenuar las diferencias entre protocolos de comunicacin y plataformas sistémicas, con objetivo de encapsular la heterogeneidad del ambiente y proveer de un modelo de integracin e intercambio de recursos.
M-Commerce
Es un término utilizado por Adam Greenfield en su libro EveryWare para representar las soluciones mviles para el comercio electrnico.
Soluciones de negocio que están adaptadas a la utilizacin de los dispositivos mviles (celulares y smartphones) con el objetivo de substituir o agregar las alternativas existentes en los puntos de venta para transacciones financieras y adquisicin de los bienes de consumo, también como herramientas para la localizacin geográfica LBS1 (Location Based Service) ofrecidos por las operadoras de telecomunicaciones. Localizacin que puede ser obtenida por medio de la red de celular o satélite (GPS – Global Position System).
Las aplicaciones mviles son desarrolladas en prácticamente todas las actividades o segmentos de negocio que lidian con informacin, considerándose las debidas adaptaciones de las reglas de negociacin y restricciones de presentacin de la informacin, entre las cuales podemos destacar: consultas de informacin, comercio, automatizacin industrial y transacciones bancarias así como gerenciamiento e investigacin de informacin en general.
Infomediario
Los infomediarios se definen por la publicacin de informaciones específicas de un sector, que rene y distribuye el contenido informacional a fin de promover un contenido específico para un objetivo pblico cuyo negocio es investigar y analizar informacin, desarrollando análisis detallados del mercado e informacin de los
1 Segn la organizacin OpeGIS (2000) a través de la iniciativa Open Location Service Initiative (www.openls.org), define a LBS como los tipos de software de servicio que prvoeen una localizacin geográfica. Otra definicin centralizada en la tecnología mvil, referida en el informe 9 del Foro UMTS, presenta la tecnología LBS como servicios de localizacin para los equipamientos mvieles de tercera generacin (3G) (Fuente: SACRAMENTO, Vagner, ENDLER, Markus, SOUZA, Clarisse: “Um serviço flexível para a configuração e manutenção da política de privacidade de usuários de aplicação LBS”. Instituto de Informática – Universidade Federal de Goiás (UFG), 2006).
clientes. Son acompaados de mecanismos de distribuicin como RSS1, acrnimo de Rich Site Summary.
Con la expansin de Internet y de otras redes de informacin, el acceso a las redes se hizo aparentemente más fácil y más barato. Algunas de las mejores universidades del mundo, como el MIT (Massachussetts Institute of Technology), anunciaron la publicacin gratuita de sus cursos. Softwares gratuitos y sites informativos se esparcen por Internet, lo que representa un camino para la democratizacin y el desarrollo de la sociedad de la informacin (SCHWARTZ, 2007: 2). La exposicin de la informacin institucional electrnica y las herramientas de bsqueda disponibles en el ambiente WEB también están accesibles para el dispositivo mvil por medio de una conexin Mobile-Web ofrecidos por las Operadoras de Telecomunicaciones (Vivo, TIM, Claro, Oi, etc.), proporcionando una extensin del canal de comunicacin para los portales informativos por medio de los medios mviles.
Video
El aumento y la popularizacin de la banda de transmisin promovieron el surgimiento del sistema IPTV (Internet Protocol Telelevision), basado en el protocolo IP (Internet Protocol) agregado al poder de procesamiento de los dispositivos influenciaron la diseminacin y reproduccin de los videos por los medios mviles. Ese movimiento trasciende la simple reproduccin y transferencia de los archivos streaming2 de videos con transmisiones en tiempo real y reproducciones de sonido e imagen como en las redes de TV. La propuesta de presentar un nuevo canal de comunicacin abarca desde la reproduccin de los canales de TV en el medio mvil hasta el servicio simultáneo de imagen y sonido en tiempo real durante la comunicacin entre los usuarios de los dispositivos sin cable. Entre las demás manifestaciones de interaccin bajo el concepto de hipermedios.
1 El RSS es un formato patrn para intercambio de contenido en la Web (Fuente: PASSARINI, Darley, FERNANDES, Parcilene: “RSS no desenvolvimento de uma Central de Notícias. Sistemas de Informação” – CEULP/ULBRA, Palmas TO – Brasil, 2006).2 Streaming: tecnología de compresin de datos para transmitir contenido multimedia sobre una red de datos. Permite acceso al contenido concomitante al proceso de download, utilizando un programa llamado "player" instalado en la PC, notebook, handheld o aparato celular (Fuente: HENRIQUE, Cesar: Novas Propostas para Protocolos de Streaming. Escola de Engenharia – Universidade Federal Fluminense -UFF, 2007).
Mensajes
SMS (Short Message Service) es un servicio que permite la transferencia de mensajes entre dispositivos mviles, tornándose uno de los serviços más populares y eficientes de la telefonía mvil. El MMS (Multimedia Message Service) surgicomo una innovacin en relacin al SMS destinado a los equipamientos de tercera generacin (3G) ya que trae la posibilidad más abarcativa de agregar contenidos multimedia de audio, imagen a cppr u videos en el concepto del mensaje, con la reproduccin por medio de archivo streaming, que exige una velocidad de transmisin superior. En cuanto al SMS exige solamente una plataforma para intercambio de mensajes en formato texto. Ese contexto contribuye a enriquecer el contenido del mensaje y proporcionar una interaccin más atractiva en el ambiente mvil.
Audio
La utilizacin de los recursos de audio en el medio digital por los dispositivos mviles agrega procesamientos multifuncionales de sonido digital. La padronizacin de los archivos de audio en el medio mvil, bajo la utilizacin del modelo conocido como PodCasting, representa un sistema de distribucin de audio que mezcla audio, radio y archivos de AAC y MP3 1 .
Arquitectura -SOA
SOA es el acrnimo de Service Oriented Architecture, un concepto que versa sobre la utilizacin/reutilizacin de los componentes de software titulados de servicios, con el objetivo de proporcionar la integracin de la informacin entre ambientes sistémicos en la red. Eso proporciona la mediacin de los usuarios a los sistemas de informacin. Entre los cuales, podemos resaltar aplicaciones importantes de la utilizacin de la arquitectura de servicios:
1 Patrn de archivos digitales para transmisin de audio en el medio digital.
Y la aplicacin del concepto de servicios en e ambiente mvil se entiende por el acrnimo de MOA (Mobile Oriented Achitecture).
Consideraciones Generales
Abordar el desarrollo de una nueva tecnología representa una perspectiva dinámica que involucra un conjunto de innovaciones en el transcurrir del tiempo. Los recursos de la tecnologia mvil presentan una nueva perspectiva de integracin de la informacin distribuida en el medio digital, agregando a Internet que ya se consolidcomo principal ambiente de integracin y distribuicin de la informacin de la sociedad contemporánea. Lo que también estamos constatando, de forma irreversible, es la expansin de la utilizacin del medio de comunicacin a través de los dispositivos mviles de manera cada vez más multidisciplinar, colectiva y colaborativa, desarrollada para ir más allá de las fronteras de las instituciones. Con la funcin de ser más un canal de colaboracin de la informacin embarcada en los dispositivos mviles de cada individuo, en conjunto con la informacin distribuidas en Internet.
Conforme Demi (2009), el lado de esta nueva tendencia de distribucin, como funcin de promocin y difusin de los servicios en el medio digital, se presenta también el medio mvil de manera desafiante como factor generador de productos amigables, sea desde el punto de vista del uso de nuevas tecnologías de hardware y software. De modo que las barreras tecnolgicas estén cada vez más invisibles y los usuarios consigan tener acceso a la red mundial de computadoras por los dispositivos mviles de manera cada vez más simple y ergonmica.
La integracin y la colaboracin de la informacin ya representa un factor preponderante en la gestin de la informacin en escala mundial en la sociedad, incrementado con el advenimiento de la mobilidad como un nuevo escenario más de intercambio y acceso a la informacin desprovisto de un punto fijo de comunicacin y conexin, promoviendo en cualquier local, o en movimiento, una conexin para el acceso, integracin y colaboracin de la informacin en el ciberespacio.
Es importante subraya que la contribucin de ese artículo propone una visin de la interdisciplinaridad en el proceso de colaboracin de la informacin no limitada, o como factor preponderante, a la arquitectura tecnolgica y los protocolos volcados al transporte y conexin de la informacin. La interdependencia de la dimensin propone una visin periférica y multidisciplinar sobre el proceso de colaboracin de la informacin. En un abordaje que interrelaciona diversos movimientos tecnolgicos, procesos, diseo, reglas de negociacin, cognicin, ergonomía, integracin hombre-máquina, e interfaz de sistema que actuan en el medio digital. La representacin del momento actual es una intensificacin de la utilizacin del medio digital por la sociedad, incrementado por la emergencia de la mobilidad, en conjunto con todo aparato tecnolgico computacional orientado al servicio aplicado en los WebServers de Internet, y por creciente disponibilidad de las alternativas tecnolgicas con relacin a la integracin de la informacin en el ciberespacio.
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1JORSTAD Ivar, 2DUSTDAR Schahram, 3THANH, Do Van: Service-Oriented Architecture and Mbile Services , 1Norwegian University of Science and Technology, Depto. Of Telematics. O.S. Bragstads plass 2E, N-7491 Trondheim Norway – ivar@ongx.org -Journal of technology, 2 Viena University of Technology Dristribuited System Group (DSG) , Information System Institute A-1040 Wien, Argentiniertrasse 8/184-1 Austria – dustdar@infosys.tuwien.ac.at – http://www.infosys.tuwien.ac.at/staff/sd/, 3 Telenor R&D, Snaroyveien 30 N-1331 Fonerbu Norway -thanh-van.do@telenor.com – http://www.item.ntnu.no/~thanhvan Management & Innovation, ano/vol. 1, nmero 004 – JOTMI Research Group [http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/847/84710411.pdf], Santiago Chile, 09-2006.
WANDER M. PAES es Doctorando en Tecnologías de Inteligencia y Diseo Digital con la tesis “Gobierno de los procesos tecnolgicos en el ambiente distribuido” en la Pontificia Universidad Catlica de São Paulo, Brasil. Magister en Tecnologías de Inteligencia y Diseo Digital (2008) en la misma institucin. Profesor de diversos cursos extensin ligados a su área de investigacin.
CONSCIENCIA MUSICAL Y NEUROARTES
Musical Consciousness and Neuroarts
Entrevista a Luc Delannoy
Luc Delannoy es filsofo, escritor y fundador del programa académico Neuroartes. Nacien Bruselas, Bélgica, reside en Nueva York, es autor de varios libros publicados en Bélgica, Francia, Canadá, Estados Unidos y México. Es miembro de la New York Academy of Sciences, de la Association for the Scientific Study of Consciousness, de la Mind and Science Foundation y del Mind and Life Institute, ensea neuromusicología, neuroestética y neuroartes. Actualmente es Director del Instituto de Neuroartes, un centro que investiga cmo el arte influye en la relacin entre la mente y el cuerpo. Sus libros Caliente! y Carambola son considerados por la prensa internacional como fundamentales para la comprensin de la historia del jazz. Su nuevo libro El Espejo es una serie de ensayos sobre la consciencia musical. Recibiel prestigio premio Deems Taylor For Excellence in Authorship on Musical Subject.
www.lucdelannoy.com / www.neuroartes.org
¿Qué entiende por “consciencia musical”?
Hoy por hoy, comparto la propuesta de Gerald Edelman y de sus colegas Bernard Baars y Joseph Galy y considero que debemos buscar en nuestra biología el origen de la consciencia humana. Considero que la funcin primaria de la consciencia es discriminar, la cual dependería de complejos bucles dinámicos re-entrantes en lo que estos científicos llaman el Espacio Global de Trabajo. El cerebro discrimina entre seales a veces contradictorias con el propsito de buscar patrones (patterns). La consciencia necesita de los mdulos de la motivacin y de la memoria, sin los cuales ningn evento cognitivo es consciente. Lo captado en nuestros campos sensoriales por nuestros sentidos no es epistémico, no es consciente; no es mental y no requiere de un Yo observador. La consciencia musical sería entonces una serie de procesos cognitivos discriminatorios frente a las ondas sonoras, o mejor dicho frente a manchas sonoras borrosas; estos procesos dinámicos están íntimamente relacionados con nuestras memorias y nuestro sistema sensoriomotriz y con la facultad integradora. En base a los patrones adquiridos formulamos expectativas, así podemos decir que nuestra consciencia musical está orientada hacia el futuro. La interdependencia entre cerebro, cuerpo y mundo es fundamental para los procesos de estructuracin y construccin de la consciencia. Dicho todo ello, debo mencionar que las teorías cuánticas del físico Henry Stapp me llaman mucho la atencin. Sin embargo veo en su propuesta un riesgo de volver a un dualismo ya que si el colapso cuántico requiere de un input psíquico y físico, deberíamos nuevamente hablar de dualismo.
Aquellos que por defectos genéticos o producto de accidentes perdieran la audicin perderían una muy importante esfera humana ¿ese “otro tecnolgico” del que habla, asumiría en estos casos una funcin protésica de la técnica para asegurar esa supervivencia del hombre y de la msica?
El buen funcionamiento del oído y de la corteza auditiva no es condicin sine qua non para la supervivencia del hombre, ni de la msica. Como cualquier forma de arte, la msica es evolutiva, evolucioncomo evolucionel hombre. Es una adaptacin evolutiva, tiene bases biolgicas, es un juego cognitivo. El tema de la otredad en la msica es muy interesante. Paul Ricoeur subraya que el Otro es el desconocido, la otra parte absoluta con la cual, juntos, no tenemos nada que hacer. ¿Cmo construir un mundo comn para un encuentro? –se preguntaba el filsofo. La dificultad máxima es producir un ser comn. La msica y las obras de arte serían una respuesta posible a este problema; es el mejor medio de vivir la experiencia de la diferencia y, así, del otro. Al escuchar msica le doy un sentido a otro que no soy yo. La diferencia individual vivida en la comunidad. El ser comn es la comunidad, una comunidad de fragmentos diferentes unidos por estar separados. Con la escucha musical doy un sentido al Otro como yo mismo, tal como él me trata como un Otro. La msica nos lleva a una epistemología comunitaria. La msica sale del Uno para ir hacia el Otro y esta relacin con el otro es el tiempo. El tiempo estructurado en comn permite una coexistencia pacífica, una fusin de horizontes, diría Gadamer. El Otro se desliza en el Uno y, después de la coexistencia, lo libera, se liberan recíprocamente. La msica permite al Otro instalarse, y cuando la escuchamos, el Otro se despliega. Nosotros estamos prximos del otro; hay lo que Emmanuel Levinas llama, en su libro De otro modo de ser o más allá de la esencia, un compromiso de acercarse1. El improvisador es el absolutamente otro que afirma su originalidad con autoridad. La improvisacin es una expresin corporal instantánea, es la fusin dinámica del cuerpo del msico con el cuerpo de la msica. En la improvisacin, las notas producidas son un reflejo de un instante inmediato; provienen de un ensamble de subsistemas dinámicos y competitivos. Las notas surgen a expensas de otras –lo que en términos neurocientíficos podría ser entendido como la exclusividad neuronal–. El flujo de la improvisacin es esta sucesin de instantes inmediatos de la cual emergen las notas, y enseguida la idea musical toma forma. Estas notas son el producto de todo un corpus de obras musicales que posee el improvisador. El otro tecnolgico es la otra cara del ser humano creado por él mismo que nos hace ver más allá de nuestro reflejo en el espejo. En una condicin post-humana, el otro tecnolgico es la condicin de la supervivencia y también de la supervivencia de la msica. En su esfuerzo de contra-creacin, el hombre ha tratado de demostrar su capacidad de controlar a la naturaleza al fabricar instrumentos de msica ensamblados a partir de elementos naturales para la produccin de sonidos, sonidos que difieren de un instrumento a otro. Es también una manera de dejar una huella humana en la naturaleza. Compositores como el italiano Ferruccio Busoni lamentaron –en su época– que no haya más instrumentos, o más bien que la msica esté limitada debido a la poca variedad de instrumentos. El hombre ha creado una máquina capaz de producir sonidos electrnicos y sintéticos. Esta máquina, su creacin, ahora quiere controlarlo, aunque más bien parece haberla creado para seducirla. Esta máquina sper poderosa es la computadora; algunos la consideran un Dios, un dios todopoderoso que el hombre podrá luego controlar en un acto ltimo de revancha. ¿Dios (si es que existe) podrá soportar la competencia? ¿Tiene o tendrá un día consciencia la computadora?
Una vez más, el hombre se desafía a sí mismo para reencontrar su humanidad. Es de lo que se trata: seducir a la tecnología, como lo dice justamente Frank Popper2. Humanizar la tecnología para asegurar nuestra supervivencia como especie. O considerar la msica coma una modalidad de evidencia de nuestra humanidad. Efectivamente una versin del otro tecnolgico podría asumir una funcin protésica. Antes de recurrir a este otro tecnolgico, en caso del oído por ejemplo, deberíamos
1 Levinas, E. (1995) De Otro Modo de Ser o Más Allá de la Esencia. Ediciones Sígueme. 2 Popper, F. (2007) From Technological to Visual Art. The MIT Press.
confiar en la plasticidad cerebral y ver de qué manera se podrían reorganizar algunas funciones cerebrales. El otro tecnolgico puede ser usado también como mejoramiento pero no implica un mejoramiento de los procesos cognitivos. La msica es un evento cognitivo, depende de nuestra arquitectura cerebral y de nuestras funciones cerebrales. Mientras la sensacin es no epistémica, le percepcin es cognitiva. La percepcin es un proceso de seleccin, de anticipacin y de simulacin.
3. En El espejo, Ud. escribe “La racionalidad depende de nuestras emociones; actualmente tenemos varias racionalidades o, más bien, racionalidades cambiantes” ¿en ese conjunto lgos-páthos hay alguna relacin de preeminencia de la razn discursiva por sobre las otras formas de racionalidad ligadas a las emociones o an esa esfera racional es entendida como emotivo-dependiente?
Al aplicar la teoría del darwinismo neuronal para proponer una explicacin de la evolucin de la consciencia, entendemos que la aparicin del lenguaje representa un salto cuántico en este proceso evolutivo. Como lo plantea Edelman, la capacidad semántica y el verdadero lenguaje han permitido la emergencia de la consciencia de orden superior. Las emociones son procesos relacionados a la homeostasis. Somos seres naturalmente emocionales. Si existe preeminencia es por “moldeaje” cultural. El riesgo de una razn discursiva extrema es de alejarnos de nuestra propia naturaleza o sea de nuestra biología, un sueo platnico que nosotros vemos más como una pesadilla. Me imagino el deseo platnico de la inmortalidad de nuestra alma – consciencia -; subimos nuestra consciencia a un disco duro (la computadora ya remplazel concepto de Dios que intuye y ordena perfectamente nuestras vidas), obsoleto nuestro cuerpo físico desaparece, et voilà nos re-encontramos con Dios y/o las formas platnicas puras. El reto es encontrar un sutil equilibrio entre emociones y razn.
¿La alteridad interior entendida como serie de hiptesis es un intento de solucin al mismo problema del solipsismo enfrentado por Husserl al tratar de explicar la intersubjetividad?
Considero que el Yo está ausente de los procesos sensoriales; el campo sensorial no es epistémico y no requiere de un Yo observador, así, no podemos hablar de solipsismo. El proceso sensorial no es subjetivo, puede existir sin la mente. El Yo no es una entidad a priori, pre-existente. Las sensaciones son parte del cerebro, del cuerpo y no del Yo. El sujeto surge de un cuerpo, no es una entidad a priori. La sensacin no es epistémica, no es mental, no la forma el Yo. El Yo no precede las experiencias mentales. La Yoidad es un concepto cognitivo que se construye en base a nuestras experiencias y a nuestras relaciones con el Otro; el Yo nace poco a poco en nuestras memorias. El Otro siempre interviene en mis procesos perceptivos; el Otro siempre me corrige, el Otro me construye, así debería aprender a respetarlo. La intersubjetividad es pretender la existencia de interseccin perfecta que nos permite llegar a una intersubjetividad parcial, decía el psicolingista Ragnar Rommetveit. El aspecto intersubjetivo de la percepcin humana representa un factor fundamental de la evolucin. Es una ventaja evolutiva al igual que nuestras selecciones de las wavicles1 que forman parte de la nada (no-thing) que nos rodea. No-thing no significa no-existencia sino que es desde este nivel de nada/existencia que surgen las cosas, los objetos, el mundo tal que lo percibimos. El llamado mundo no es una singularidad objetiva pre-existente pblica compartida. No tiene fronteras pre-fijadas ni pre-determinadas. La separacin sujeto-objeto no es primaria sino segundaria y pragmática. Es una ficcin que tiene un fin práctico. El organismo no se mueve en un mundo de invariantes sino que tiene la capacidad de ajustar sus respuestas adaptando sensitivamente sus selecciones en sus campos sensoriales.
La intersubjetividad es el espacio en el cual se narra una ficcin. Un espacio en el cual se forman comunidades epistémicas, se estructuran conocimientos comunitarios, se tejen relaciones sociales; espacio en el cual el Otro puede corregir y actualizar mi percepcin. Cuando hablo de comunicacin por medio de la msica, en un espacio intersubjetivo, me refiero a la activacin de zonas cerebrales similares entre varios individuos que generan experiencias que no pueden ser traducidas con palabras. Aquí la comunicacin se entiende como la sutil conscienciacin de pertenecer a la misma especie. Al realizar esta pertenencia podríamos entonces empezar a respetarnos como individuos y como grupos sociales. La práctica artística es una institucin que emerge de la sociedad en la cual las mentes individuales se encuentran en una consciencia colectiva. Debemos entonces considerar el arte como una herramienta cognitiva integrada en otros sistemas de
1 El término wavicle denomina a aquellas entidades que son a la vez ondas (waves) y partículas (particles).
comunicacin. La cultura y las expresiones artísticas son el resultado de las actividades del cerebro. En una cultura nuestro entorno está constituido de otras mentes. Debemos tomar en cuenta una poblacin más o menos extensa de cerebros. Recientemente el científico francés Jean-Pierre Changeux hablde los circuitos culturales en el cerebro: lectura, escritura, los sistemas simblicos de cada cultura. Al igual que Changeux, en cuanto al término cultura, tomaremos como referencia la interpretacin de los antroplogos del siglo XX, Malinowski y Mauss: el conjunto de formas adquiridas de comportamiento en las sociedades humanas. De ahí surgila separacin entre lo cultural (sociolgico) y lo natural (innato). Las neurociencias muestran que esta separacin no tiene razn de existir, no existe tal separacin, por lo tanto Changeux propone el término neurocultural para volver a unir algo que no debería estar separado. Es importante entender que lo cultural es parte de lo cognitivo como lo hemos mencionado desde aos.
El objetivo de este espacio no debería ser la realizacin en sí de algo concreto, sino la expresin de los procesos y de las aspiraciones que puede generar. La msica tiene funcin de cuento, el cuento siempre actualiza nuestras percepciones; hacer msica también es contar, declinar las diversas interpretaciones de nuestras percepciones. Así el arte es un corrector amable, un generador de ficciones. Un espacio intersubjetivo permitiría construir un tejido social incluyente con esperanza de coincidencias de percepciones.
La humanizacin a través del arte y de la msica consiste en conocer y reconocer nuestros procesos perceptivos, nuestras estructuraciones/ interpretaciones/ficciones generadas por las obras, nuestros juicios, y también que el otro vive procesos perceptivos diferentes a los nuestros y desarrolla interpretaciones/ficciones individuales que no coinciden con las nuestras; el arte nos permite entender que no existe una singularidad objetiva pre-existente y compartida; no hay referentes atemporales.
La proyeccin de un espacio dialogal abierto por el arte a otros elementos de la sociedad (salud mental, por ejemplo, Neuroartes) permitiría una apertura hacia el otro y así, el desarrollo de políticas sociales, econmicas basadas en la aceptacin de la diferencia –siempre que nuestra fe en una posible comunalidad sea activa y basada en el juego social del lenguaje.
6. En la página del proyecto www.neuroartes.org se explica que las mismas constituyen una nueva forma de pensar el arte en relacin a los ámbitos biolgico y terapéutico ¿en qué sentido las neuroartes suponen una terapia para pacientes con trastornos mentales? ¿Es posible la inclusin social de dichos pacientes por medio de su apertura a las artes?
De cierta manera el programa de Neuroartes busca la forma adecuada de acercarse al cerebro de los individuos que “padecen” trastornos mentales y neurolgicos para apoyarlos a desarrollar su propia subjetividad. Si consideramos que el arte tiene un origen biolgico, también consideramos que el contacto con el arte modifica nuestra biología. Nuestra neurobiología nos hace diferentes, somos subjetividades encarnadas con nuestros deseos, placeres, desagrados, dolores, indiferencias. Nuestros deseos y placeres hacen que no seamos autmatas. La práctica regular de actividades artísticas modifica la biología humana, acta sobre los procesos neuronales, favorece la plasticidad cerebral y afectiva del sujeto. El cerebro moldea los contenidos de nuestros procesos sensoriales y perceptivos, así se presenta como la herramienta de la cognicin encarnada en nuestro cuerpo. El mundo penetra nuestro cuerpo por los sentidos y nuestro cerebro/cuerpo construye un prototipo hipotético y dinámico del mundo. Si el cuerpo es sensible, significa que se ubica en un entorno sensible en el cual el contacto es fundamental; el resultado de cualquier contacto afectará el cuerpo. En este sentido mi cuerpo es sensible/abierto al mundo. El programa de Neuroartes se basa en principios físicos y neurofisiolgicos, en los procesos fisiolgicos que tienen efectos psicolgicos.
El cerebro acta como herramienta en el proceso de conocer y así podemos andar en el mundo a medida que lo estructuramos y que lo modificamos. La percepcin, la educacin, la creacin artística y la vivencia del arte ayudan al sujeto a desarrollar los procesos del conocer. Por ejemplo, cuando estamos frente a una pintura, mientras nuestro cuerpo entero vive la experiencia de la obra y del contexto en el cual se encuentra la obra, nuestro cerebro realiza una construccin interior subjetiva de la pintura, la construccin y la vivencia de la pintura se manifestarían en las redes neuro-sinápticas, cuya plasticidad depende de la visin y del aprendizaje visual y emocional del sujeto, y también del Otro.
De cierta forma, la estructura de la pintura está presente en nuestro cerebro, pero es difícil saber el grado de fidelidad de esta presencia. Las cortezas visuales reflejan el entorno visual del hombre. El resultado de esta reflexin depende de la pintura, de su poder de evocacin, de la relacin que tenemos con ella y también de nuestros procesos neuronales dinámicos (o sea, de los cambios internos constantes en mi cerebro y en mi cuerpo). El ver obras de arte modifica los patrones sensoriales de nuestro sistema visual y nuestro sistema perceptivo. La estructuracin/construccin es un acto que nos trasforma. Todos los procesos neuronales son actos que nos trasforman.
Las experiencias artísticas tienen un impacto en la plasticidad cerebral de los individuos y logran modificar sus comportamientos individuales y sociales. La empatía es la respuesta que damos al imperativo del Otro. El Otro siendo aquí las obras de arte y sus creadores y/o sus intérpretes.
Los objetos artísticos -pinturas, esculturas, perfumes, msica, manjares-dan forma a nuestro cerebro y a nuestro cuerpo; sin embargo, solo una práctica sistemática afecta de manera duradera al cerebro. La práctica formal y regular de un arte -msica o pintura por ejemplo-puede consolidar una conexin más profunda entre la corteza cerebral y el sistema límbico -el cerebro de las emociones que controla los estados afectivos del individuo-para permitirnos tener un papel más activo en una sociedad más armoniosa.
A través de su poder imaginativo el arte permite construirnos como individuos y al mismo tiempo fomenta un diálogo con el Otro. Consideramos que los eventos mentales y los procesos de atencin son habilidades flexibles. Identificar posibles sustratos neuronales de trastornos mentales permitiría actuar sobre ellos. Así, nuestra propuesta es que a mediano y largo plazo, el arte y la interaccin con las expresiones artísticas puedan modificar nuestro comportamiento como individuos y como sociedad. Buscamos como ayudar al sujeto a estructurar sus experiencias y a favorecer sus procesos de empatía lo que podría resultar en construcciones de mundos más armoniosos. El arte genera lo que he llamado un despertar neural. Más que terapias buscamos formular campaas de prevencin y de formacin de salud mental. Reflexionamos sobre y actuamos en diferentes contextos: salud mental y pornografía infantil, salud mental en situaciones humanitarias (violencia ocasionada por el narcotráfico, la inmigracin ilegal), autismo parálisis cerebral, la psicopatología filosfica (enfermedad de la consciencia).
La salud mental es un bien pblico, es un derecho humano fundamental. Sin una salud mental equilibrada no hay bienestar individual ni colectivo. No podemos reducir el bienestar individual a asuntos econmicos y materiales. No estoy convencido que se puede medir cuantitativamente.
La inclusin social a la cual se refiere se trata más bien de una actitud de exclusin que muestra la mayoría de la poblacin. Ahí es donde tenemos que trabajar, para evitar un estigmatizacin sistemática. En una primera etapa la actitud que tiene que modificarse, humanizarse, es la de la poblacin en general. La exclusin empieza cuando uno se cierra al otro.
7. En Neuroartes se reconocen tres influencia filosficas: la hermenéutica, la fenomenolgica y la neorrealista crítica, no obstante, hay algunas referencias directas y simblicas a filosofías orientales. ¿Qué rol juegan el budismo, el taoísmo y el confucianismo en este planteo neuroartístico?
El linaje del neorrealismo crítico, principal influencia de Neuroartes en cuanto a la percepcin, se remonta a Jenfanes de Colofn y Protágoras de Abdera, al pirronismo (Pirrn de Elis, Timn, Sexto Empírico) y a los escépticos de la Nueva Academia (Arcesilao). Del taoísmo retenemos principalmente la idea de la borrosidad. Este verso es muy significativo:
“Indistinct and shadowy Yet within it an image Shadowy and indistinct Yet within it is a substance.”1
De cierta forma el pirronismo constituye una forma occidental de budismo Madhyamaka. Los pirrnicos consideran que es necesario suspender su juicio sobre todas las creencias, mientras los escépticos, aos más tarde, dirán que no existen creencias verdaderas. Es una diferencia fundamental. Lo nico que hacen estas creencias, dicen los pirrnicos, es aferrarnos a una realidad no evidente y generan sufrimiento. La idea es liberarnos de estas creencias sin negar su existencia y no confundir las apariencias con una realidad objetiva. Tenemos experiencias, deducimos de estas experiencias pero no podemos dogmatizar sobre la realidad en base a estas experiencias. Aquí se trata de ver si las afirmaciones sobre la realidad pueden ser confirmadas por nuestras experiencias. Si no se puede, entonces es mejor suspender nuestros juicios sobre dichas afirmaciones. El pirronismo acepta las experiencias presentes, placenteras o desagradables, dicen que se pueden estudiar científicamente. Pero no podemos llegar a conclusiones sobre algo que no es evidente, sería dogmatizar. La idea es liberarnos de estas creencias y no confundir las apariencias con una realidad que de cierta forma es indeterminada, ambigua. No es necesario tener creencias para vivir nuestras experiencias. Nosotros afirmamos que no es necesario tener conceptos para vivir una experiencia. Nuestro problema es cuando
1 “Indistinto y sombrío / todavía dentro de él una imagen / sombría e indistinto / todavía dentro de él una sustancia”.
confundimos el objeto de nuestra percepcin con el concepto. O sea, como lo dice el Prof. Edmond Wright, “tomamos una cosa por otra. Somos supersticiosos”. Los escépticos de la Nueva Academia no solamente dudan de las afirmaciones no evidentes sobre las experiencias sino también consideran estas dudas como evidencia de la falacia de las creencias. Los escépticos consideran que nuestros sentidos nos engaan; que nuestras experiencias sensoriales son ilusorias. Los pirrnicos critican a los escépticos diciendo que su duda llega a ser absoluta. El escepticismo de la Nueva Academia es muy distinto del escepticismo propuesto por los pirrnicos. La suspensin del juicio para los pirrnicos no se debe a la presentacin de contra-argumentos entre varios individuos. Para ellos solo existe una sucesin de eventos. Para los escépticos de la Nueva Academia si hay una sucesin de argumentos y de contra-argumentos, y si cada quien trata de demostrar la validez del suyo, es mejor suspender el juicio ya que no podemos aprehender la realidad. Los pirrnicos rechazan esta situacin conflictiva que solo puede llevarnos a la duda absoluta. Claro, pueden existir contra-argumentos a cualquier argumento pero estos contra-argumentos no son una necesidad para decidir la suspensin de nuestro juicio ya que se transformarían en creencias.
Si en el origen el término escepticismo revelaba el deseo de buscar, de investigar, con la Nueva Academia significa su contrario, la imposibilidad de investigar. Verificar las experiencias de una supuesta realidad objetiva pre-existente implicaría tener acceso a esta realidad sin tener experiencia. Si, independientemente de nuestra percepcin, existe un árbol idéntico para todos, si el árbol es una entidad singular objetiva pre-existente a nuestros sentidos, si lo real existe independientemente de nuestros sentidos, entonces este real debe ser sin color (vista), sin sonido (oído), sin sabor (gusto), sin olor (olfato), sin sentido (tacto) ya que es el cerebro que estructura color, sonido, sabor, olor, sentido. Lo real no tiene las características sensoriales que el cerebro le asigna sino solamente características isomorfas que responden a intensidades y frecuencias. Una versin contemporánea del pirronismo podría ser una cierta forma de relatividad – y no de relativismo -con el riesgo que conlleva.
Quisiera volver un instante a Platn. Platn decía que un dios había puesto adentro de nosotros elementos de ideas puras y que nuestros sentidos a pesar de ser confusos, nos ayudan a acordarnos de estas ideas puras, así no es necesario buscar como comparar lo que percibimos con una realidad objetiva pre-existente externa ya que la tenemos adentro de nosotros mismos. Platn defendía la existencia de ideas y de formas puras externas –noumena-sin las cuales ninguna ciencia, ningn conocimiento estricto es posible. Es muy probable que, al principio, Platn considerara sus ideas como ficciones pero él mismo las transformen hiptesis y sus discípulos en dogmas. Paslo mismo con Kant y su Ding an sich y el ego. Él considerestas ideas como ficciones necesarias, sin embargo, usestas ficciones como si fueran hiptesis. Platn decía que no es posible saber y no saber al mismo tiempo. Sin embargo, un diálogo entre dos personas a la salida de una obra de teatro o de un concierto o de un cine demuestra que efectivamente es posible. El diálogo permite actualizar la percepcin de los individuos involucrados en la conversacin. Aceptamos el riesgo de saber y de no saber al mismo tiempo. Una posible salida al argumento platnico es afirmar que por razones operacionales, pragmáticas, necesitamos los objetos, las “ideas”, los valores como catalizadores pero tenemos que admitir que no coinciden con ninguna realidad objetiva pre-existente, esta admisin es justamente el juego en el cual el platonismo no quiere entrar.
No debemos tomar las formas platnicas al pie de la letra. A la pregunta “¿Qué es?” no podemos tener una respuesta definitiva “Eso es…” buscando una equivalencia en el repertorio de las formas puras. El “eso es…” solo será una herramienta provisional para un diálogo abierto y no lo equivalente a una entidad singular objetiva preexistente; es una herramienta que favorece lo que Alfred Schutz llama una reciprocidad de perspectivas.
CACHAPUZ, Antnio; GIL-PEREZ, Daniel; PESSOA DE CARVALHO, Anna Maria; PRAIA, João; VILCHES, Amparo. (orgs.). (2005). A Necessária Renovação do Ensino de Ciências. São Paulo: Cortez. 264 pp.
JOSÉ LEANDRO DE ALBUQUERQUE MACEDO COSTA GOMES
(Universidad Estatal de Paraíba, Brasil)
En las ltimas décadas, varias investigaciones sobre la enseanza de las ciencias han sido publicadas en todo el mundo. Tales investigaciones buscan resolver el reconocido fracaso de la enseanza de las ciencias en las aulas. “Asistimos a un fracaso generalizado y, lo que es peor, a un creciente rechazo de los estudiantes para el aprendizaje de las ciencias e incluso para la propia ciencia”. (p. 38). Por demasiado tiempo, la metodología de enseanza no sufrisensibles alteraciones, asimismo a despecho de los cambios sociales e innovaciones tecnolgicas ocurridas. Ensear, infelizmente, an es, en muchos de los casos, simplemente adiestrar a los alumnos para que se tornen hábiles reproductores de los saberes ya reconocidos y tenidos como verdades irrefutables. Los manuales de enseanza, en su mayoría, organizan anacrnicamente los contenidos, contribuyendo a construir en los estudiantes visiones deformadas del hacer científico y de sus relaciones con la tecnología. De esa forma, los métodos de enseanza transmiten a los educandos una ciencia deshumanizada, inmune a los intereses humanos. La Enseanza de las Ciencias ha sido restringida a una metodología de presentacin de contenidos, de clases de conocimientos ya previamente organizados y agrupados, de hechos “milagrosos” producidos por “magos” de la ciencia. Además de eso, no se busca en ese tipo de enseanza estrechar los lazos entre el cmo y por quién la ciencia es producida con el cuándo y por qué ella fue desarrollada. Así, se hace necesaria una reflexin acerca de la Enseanza de las Ciencias, a fin de que la misma sea revisada, en la tentativa de acercar a los estudiantes al mundo de la ciencia. Entre tanto, para que eso sea posible, deben ser consideradas las influencias de la accin humana sobre el quehacer científico, esto es, tratar a la ciencia como producto de la accin y reflexin del hombre en todas suas dimensiones. Hecho esto, el propio hombre se torna parte de la ciencia en cuanto objeto de estudio. En la obra A Necessária Renovação do Ensino das Ciências, dividida en cuatro partes, los organizadores Antnio Cachapuz, Daniel Gil-Perez, Anna Maria Pessoa de Carvalho, João Praia y Amparo Vilches trazan un amplio e profundo estudio acerca del proceso de Enseanza de las Ciencias, considerándolo bajo diversos puntos de vista. La primera de las partes enfoca la alfabetizacin científica en cuanto agente de promocin social y de insercin del individuo en un mundo que exige de él un posicionamiento crítico sobre la ciencia, la tecnología, y el uso de estas para el progreso de la humanidad. Se da importancia a la confrontacin entre la alfabetizacin científica y la formacin de futuros científicos: el proceso de enseanza es comnmente concebido como si todos los estudiantes fuesen a tornarse científicos. Sobre eso, los autores dicen que “tal orientação deveria modificar-se porque a educação científica se apresenta como parte de uma educação geral para todos os cidadãos”. (p. 31). El modelo de emprendimiento científico llevado a las aulas precisa ser rediscutido, revisto. La funcin primaria de la formacin del estudiante es darle condiciones para actuar activamente en la sociedad en la cual está inserto. Así, cualquier tipo de modelo educativo que apenas considere al educando como un posible reproductor de conocimoento está, desde su génesis, destinado al fracaso. En esta perspectiva, la alfabetizacin científica es el objetivo de un proceso educativo que prepara al estudiante para una ciudadania efectiva. En la parte siguiente, los investigadores trazan consideraciones sobre el papel de la epistemología en el desarrollo de la didáctica de las ciencias y en la formacin de los docentes. (p. 35). Son presentadas las visiones deformadas de la ciencia y la tecnología, su relacin con el fracaso sistemático de la Enseanza de las Ciencias y una descripcin del tipo de actividad científica que busca resolver el problema del reduccionismo y de las visiones deformadas, a fim de que no se venga a caer en la trampa de la simplificacin exagerada, de la vulgarizacin del quehacer científico. A veces, la ciencia es errneamente revelada a los estudiantes como una produccin que, aunque construida por el hombre, es neutra, impersonal, atemporal, descontextualizada, elitista, aterica, infalible, ahistrica y de crecimiento linear: esas son algunas de las características de las visiones deformadas del desarrollo de las ciencias presentado en la mayoria de los manuales de enseanza. La produccin colectiva de la ciencia es despreciada, el intercambio de experiencias y conocimientos entre grupos de investigacin es simplemente ignorado. La ciencia pasa a ser vista como fruto del esfuerzo individual, esfuerzo de un científico de extrema inteligencia y desligado de preconcepciones tericas, el que se diferencia de los demás meros mortales por la capacidad de percibir el conocimiento por la simple observacin de la naturaleza, lo que, por la aplicacin de una secuencia de etapas investigativas predeterminadas y rigurosamente definidas, alcanza el irrefutable resultado deseado. No es dada la debida relevancia al contexto socio-cultural, econmico e histrico en el cual tal conocimiento fue desarrollado. Se da un mirar epistemolgicamente crítico acerca del binomio observacin-teoría y el contexto de justificacin de la ciencia y sus implicaciones en la formacin docente. Por fin, esta seccin de la obra estudia la experimentacin científica en cuanto herramienta para la Enseanza de las Ciencias, contribuyendo a una enseanza libre de las deformaciones sobre el quehacer científico. El aprendizaje como investigacin es el objeto de estudio de la tercera parte del libro. Esta seccin está dirigida a los docentes en ciencias y traza una reflexin sobre el modelo constructivista aplicado a la educacin científica. Para los autores, por medio del tratamiento de problemas, el aprendizaje de los alumnos es pensado como proceso de investigacin orientado. El profesor acta como un director de investigacin. “Así, lo que es conocido como una aproximacin constructivis-ta al aprendizaje de las ciencias responde a las características de una investigacin orientada”. (p. 113). El modelo de constructivismo defendido es aquel en el cual el educando, orientado por el profesor, es revestido de una autonomía de investigacin acerca del objeto de estudio, tornándose, en los términos escogidos por los autores, un novice researches: “la participacin activa de los estudiantes en la construccin del conicimiento y no la simple reconstruccin personal del conocimiento previamente ad-quirido, por el profesor o libro escolar”. (p.114) An en esta seccin, dos ejemplos de metodología de la enseanza por investigacin son presentados. Uno de ellos se destina a los docentes de Física, explorando los conceptos de trabajo y energía. El segundo está dirigido a los docentes de Geografía y Biología, y explora la situacin de emergencia planetaria y de la degradacin de la vida, una reflexin sobre el desarrollo sustentable, bien como las posibles medidas a ser adoptadas a fin de combatir tal situacin. En la cuarta y ltima parte de la obra, los autores se dedican a la defensa de la Didáctica de las Ciencias en cuanto nuevo cuerpo de conocimientos. Realizando un breve recuento histrico sobre la evolucin de los estudios acerca de la Didáctica de las Ciencias, la obra hace consideraciones sobre el surgimiento y evolucin del estatuto de la misma como nueva área de investigacin. Son considerados algunos obstáculos que se presentaron en los ltimos treinta aos con relacin al “desarrollo científico de la Didáctica de las Ciencias.” (p. 196) Como campo específico de investigacin, los autores afirman que la misma “…constituye un campo especí-fico de investigacin a partir del momento en que las problemáticas que le son subyacentes son la enseanza y el aprendizaje de las ciencias”. (p. 199). Son relacionadas las principales líneas de investigacin de este nuevo cuerpo de conocimientos, bien como algunos desafíos enfrentados contemporánea-mente al desarrollo del mismo: las nuevas tecnologías aplicadas a la enseanza y el plano de la enseanza constructivista. Finalmente, perspectivas para el futuro son discutidas, llegándose a la conclusin de que las más pujantes carencias son la “superacin del reduccionismo conceptual” (p. 213), el redimen-sionamiento del constructivismo llevado a la formacin docente, buscando comprender las visiones aceptadas por los docentes acerca de lo que es ciencia y de qué modelo de ciencia es llevado por estos a las aulas. La obra reviste de una importancia singular a las investigaciones sobre la enseanza de las ciencias en cuanto que se propone desmistificar el quehacer científico por medio de nuevas propuestas de enseanza por investigacin y también en cuanto que cuestiona el actual estado de la formacin de los docentes en ciencias. Formacin ésta que el texto concepta como deficiente y descaracterizada en cuanto a las dimensiones epistemolgica, humana e histrico-contextual de la ciencia.
JOSÉ LEANDRO DE ALBUQUERQUE MACEDO COSTA GOMES es maestrando del programa de posgrado strictu sensu en Enseanza de Ciencias y Educacin Matemática -modalidad Enseanza de Física – de la Universidad Estatal de Paraíba-UEPB, Brasil, graduado de Licenciatura en Física por la Universidad Federal de Pernambuco -UFPE (2005) y pos-graduado lato sensu en Metodología de la Enseanza de Física por la Universidad Gama Filho -UGF (2010). Actualmente es profesor de Física en el régimen de dedicacin exclusiva del cuadro efectivo del Instituto Federal de Alagoas campus Arapiraca. Actucomo profesor invitado de la Universidad de Pernambuco UPE / campus Garanhuns. Fue profesor concursado de Física de la SEDUC -PE, actuando en la Escuela de Referencia en Enseanza Media, y profesor de Física en los colegios Presbiteriano 15 de Noviembre (Garanhuns-PE), Preacadémico (Caruaru PE) y Souza Leão (Recife -PE), todos pertenecientes a la red privada de eduacin.
PARENTE, Diego y MISSERI, Lucas, compiladores. (2011). Aporías de la cultura. Perspectivas filosficas y sociales. Mar del Plata, Universidad Nacional de Mar del Plata. 127 pp. ISBN 978987-544-385-3
FEDERICO MANA
(Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina)
El presente libro surge como resultado del trabajo llevado a cabo por el grupo de investigacin Problemáticas Socioculturales que desempea sus tareas en la Facultad de Ciencias de la Salud y Servicio Social de la Universidad Nacional de Mar del Plata. De esta manera, el libro se compone de diversos artículos realizados por seis de sus miembros: Catalina Barrio, Leandro Catoggio, Romina Conti, Andrés Crelier, Lucas Misseri y Diego Parente. Así pues, el mismo se presenta como un análisis social y filosfico del concepto de “cultura” haciendo hincapié, a su vez, en las problemáticas emergentes en torno a esta compleja categoría. En este sentido, el desafío planteado por los autores ha sido el de utilizar todas las herramientas que brinda la filosofía para abordar la cultura desde una mirada integral. Ahora bien, ¿cuáles son las formas que posee la filosofía para trabajar un concepto complejo sin subsumirlo o reducirlo a una perspectiva determinada? En el recorrido de Aporías de la Cultura podemos encontrar una respuesta efectiva y exitosa a esta problemática. Es así pues que encontramos en el primer artículo, a cargo de Catalina Barrio, un abordaje terico desde las categorías de Hannah Arendt en donde se pone de manifiesto que no entenderemos nunca a la “cultura” si no se tienen en cuenta la tradicin y las experiencias que cada sociedad posee, confeccionando así una perspectiva cuyo resultado no es el cuestionamiento en sí mismo de una cultura dada, sino más bien el de los modos histricos de abordarla. Por su parte Leandro Catoggio nos hará pensar desde Gadamer sobre la forma en que el lenguaje crea mundos y cmo desde el fenmeno artístico podemos interpretar las ideologías presentes en una cultura dada, apoyándose este análisis en una corriente hermenéutica-crítica que guiará nuestra lectura. A su vez, Romina Conti nos conduce desde las categorías de Herbert Marcuse, a pensar si es posible la eliminacin de la cultura a favor de una cultura afirmativa en donde el arte ya no es revolucin sino reproduccin de los paradigmas consumistas de la sociedad occidental. Con este ltimo texto se cerrará uno de los dos ejes centrales de la obra, a saber: la relacin entre la cultura, el lenguaje y la estética, dando paso al segundo que toma como temática principal la relacin de la cultura con la sociedad y la técnica. A continuacin, el artículo presentado por Andrés Crelier nos llevará a reflexionar acerca de la validez moral de la crítica cultural de una sociedad por parte de otra, incorporando una novedosa perspectiva en donde la auto-reflexin será el proceso fundamental que legitime y/o valide dicha crítica, debido a que slo gracias a esta reflexin se podrán esclarecer las normas que posee nuestra sociedad y que podríamos llegar a pretender como universales. Posteriormente se presenta el artículo de Lucas Misseri, artículo que sobresale por su originalidad planteando una relacin terica que no parece haber sido abordada detenidamente antes de la presente obra: imaginario social y utopía. Así, en un recorrido que implica a diversos autores como Cornelius Castoriadis, Karl Mannheim y Ricardo Maliandi, se ponen en contraposicin dichas categorías entendiendo a la utopía como un elemento social que es al mismo tiempo crítica de los valores establecidos y propuesta de nuevos valores, llevando a su vez esta dicotomía conceptual hacia el análisis del choque entre la tradicin y la novedad. Por ltimo, en el texto presentado por Diego Parente, podremos pensar y reflexionar acerca del rol que ocupan los artefactos técnicos en nuestra sociedad desde una mirada ontolgica que recupera, y a la vez discute, conceptos del filsofo francés Gilbert Simondon. En concordancia con esto, el presente artículo nos conducirá hacia la relacin existente entre los objetos técnicos y su entorno, debatiendo el concepto de “concretizacin” y los cambios de índole ontolgicos que generan dichos artefactos. Por lo tanto, a partir de lo hasta aquí expuesto, podemos concluir sin temor a equivocarnos que “Aporías de la Cultura” resume con suma efectividad la complejidad del análisis filosfico en torno a la cultura sin caer en un reduccionismo o una pura erudicin. A su vez, posee la admirable virtud de desplegar los conceptos necesarios y abrir las suficientes líneas de futuros debates en una extensin que demuestra un gran poder de síntesis y una solvencia admirable para exponer todo tipo de argumentos.
Podemos afirmar entonces, a manera de conclusin, que “Aporías de la cultura” trasciende la recapitulacin de trabajos de un grupo de investigacin ya que gracias a su compromiso conceptual, a su claridad argumentativa y a su inclusin de los aspectos socio-histricos dentro del análisis filosfico, ha de consolidarse en una obra de referencia a la hora de indagar el estado actual del pensamiento filosfico marplatense.
FEDERICO MANA es profesor en Filosofía por Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP). Actualmente se encuentra finalizando su tesis de licenciatura, en la misma institucin, sobre la siguiente temática: Vacío y ficcin: La ficcin como significacin imaginaria instituida para cubrir el horror al vacío.
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