Signs of identity in the thought of M. Heidegger
El artículo se inscribe en la problemática actual sobre el status ontolgico de la identidad, dado que ella se constituye como supuesto en la filosofía moderna permitiendo de este modo el dominio técnico de lo real a través de las ciencias, cuyas bases han sido puestas por Descartes. Siguiendo el análisis que Heidegger realiza en su conferencia de 1957 titulada “El Principio de Identidad” intentamos sealar cmo pensar la identidad quebrantando los límites establecidos por las categorías metafísicas, desde donde mostramos cmo ser y pensar están referidos el uno al otro en mutua pertenencia. Como conclusin, sealamos la necesidad de considerar a la diferencia ontolgica para comprender la identidad entre ser y pensar.
Palabras Clave: Ontología, Supuesto, Ser, Pensar, Filosofía.
UNLaM – CONICET
The article is part of the current problems on the ontological status of the identity, since identity was constituted as a supposition during the development of Modern Philosophy allowing technical domain of reality through the Sciences, whose foundations have been released by Descartes. Following the analysis that Heidegger did in his 1957 Conference entitled "The Principle of Identity" we tried to point out how to think identity breaking the boundaries established by the metaphysical categories from which we showed how being and thinking are referred to the each other in mutual belonging. In conclusion, we note the need to consider the ontological difference to understand the identity of being and thinking.
Words Key: Ontology, Supposition, Being, Thinking, Philosophy.
En los albores del pensar griego la filosofía nace ligada a la pretensin de pensar y fundamentar la totalidad de lo real, y también como un discurso verdadero sobre lo pensado y fundamentado, cuyo preguntar filosfico propio se expresa en la pregunta qué es el ser, como asimismo, “por qué es el ser y no más bien la nada” (Heidegger, 1969:39); dando lugar, de este modo, a una íntima relacin entre ser y hombre, dado que el hombre es el que pregunta por el ser y el ser solamente puede ser anunciado por el hombre. Replantear estas preguntas entre nosotros es situarnos ante el asunto del pensar propio que asume la filosofía en cuanto tal.
Cuando Aristteles define al hombre como un ser dotado de razn, es decir, que su capacidad racional lo diferencia de los demás seres, convierte en una exigencia racional que éste dé cuenta de los primeros principios o las primeras causas (Aristteles, 1998:L. alfa), asentando, de este modo, las bases de la metafísica como ciencia. El dar razones de sus afirmaciones es propio de esta ciencia que adopta la forma de demostracin. Pero Aristteles cae en la cuenta de que no todas las proposiciones la reclaman para sí o pueden serlo porque caeríamos en un círculo de resolucin indefinida, lo que destruiría su esencia misma. Dado que la demostracin absoluta es imposible, podemos, sin embargo, proceder a través de una más restringida, a partir de proposiciones privilegiadas que no la requieren, dado que son absolutas, universales y necesarias, además deben ser inmediatamente verdaderas, es decir, evidentes.
La metafísica se constituye como tal al adoptar los principios que han de
guiar su reflexin y explicacin del ente en cuanto ente y sus atributos
esenciales (Corti, 1985:56).
En su historia encontramos que la identidad se ha constituido como principio fundamental, es su pre-sub-puesto supremo. ¿Qué significa pre-sub-puesto? Puesto significa, algo que es instalado, afincado, afianzado, en un lugar. Sub significa, que eso puesto es un soporte por debajo, es cimiento que sustenta toda la estructura. Por ltimo, pre significa, que eso puesto por debajo que cimienta toda la estructura, es puesto de antemano, es impensado,1 y por lo tanto, está a salvo de todo cuestionamiento, litigio y análisis por parte del pensamiento.
1 Lo no-pensado no se refiere a todo aquello que la filosofía dejde pensar, o los temas que quedaron marginados de la reflexin y el pensar conceptual, sino más bien a lo que aparece como olvidado en la historia del ser, en la metafísica, pero que precisamente por aparecer así, ha dado lugar a la misma metafísica. Lo impensado no fue olvidado al principio de esa historia, y por eso no es algo que hubiera que recuperar, sino que es lo que está presente en cada pensador en el modo de la ausencia.
Segn Heidegger, al adoptar la identidad como pre-sub-supuesto, la filosofía desvía el camino iniciado por Parménides y Heráclito2 constituyéndose en metafísica; de este modo, slo podrá pensar lo ente y dejará sin pensar al ser, como así también la diferencia entre ser y ente.
En la tradicin filosfica encontramos un sentido ntico y un sentido lgico del principio de identidad, pero ambos se han entremezclado y terminaron siendo aspectos de una misma concepcin; es decir, cuando el ser-humano piensa lo real y lo nombra, lo nombra solo identitativamente. Es por esto que en la proposicin “S es P”, se comprende al “es” en tanto identidad onto-lgica. El principio de identidad afirma que “todo ente es idéntico a sí mismo”. La frmula usual del principio es expresada de la siguiente manera: A = A.3 Este principio es considerado la suprema ley lgica del pensar. La tradicin filosfica convirtien principio de identidad los principios aristotélicos de no contradiccin (Aristteles, 1998:L. delta) y tercero excluido (Aristteles, 1998:L. gamma) -el primero seala que cualquiera sea el ente en cuestin no puede ser y no ser al mismo tiempo y bajo un mismo respecto; y el segundo, seala que todo entes es o no es, no es posible la formulacin de una tercera posibilidad-y los asocia la frase donde Parménides seala la mismidad entre ser y pensar, a saber, “ser y pensar son lo mismo”. Pues, ¿qué nos significa esta frmula leída desde la tradicin metafísica?, la frmula indica la igualdad de una cosa consigo misma, es decir, la igualdad entre A y A, ens et ens. Siempre que tomamos a un ente como ente, lo estamos considerando desde la identidad consigo mismo. Siguiendo a Heidegger, cuando decimos lo mismo, por ejemplo una flor es una flor, se está expresando una tautología, no nos hace falta repetir dos veces la misma palabra para que algo pueda ser lo mismo, pero esto sí ocurre en una igualdad. Entonces, la frmula A = A habla de igualdad, y no nombra a cada A como lo mismo. La identidad enunciada por Parménides no
2 El pensar se inicia, segn Heidegger, en la frase de Parménides relativa a la mismidad de pensar y ser; y en el modo en que Heráclito retiene la unidad de Physis y Logos.
3 La identidad en su sentido originario es ontolgica, pero nosotros recibimos tal principio de la tradicin filosfica en donde aquel sentido fue reemplazado por el lgico Aquí, la lgica guía al pensamiento filosfico, en tanto establece qué es digno de pensarse y qué no.
dice que todo ente sea igual a sí mismo, dado que identidad e igualdad no son lo mismo, pero nuestra tradicin ha confundido ambos sentidos. La palabra identidad deriva del griego tautque significa “lo mismo”, comprendida así identidad quiere decir mismidad y no igualdad; por ejemplo 2+2 es igual a 4 pero no es idéntico a 4. Esta frmula encubre lo que en su origen la identidad anuncia en realidad.4 Lo que expresa el principio de identidad en la tradicin es, entonces, que la unidad de la identidad constituye un rasgo fundamental del ser de lo ente. Este se constituye como supuesto del pensar en la medida en que es una ley del ser que dice, que a cada ente, le corresponde la unidad e identidad en cuanto tal. Identidad y unidad es algo que pertenece a todo ente en cuanto tal, siendo un rasgo fundamental del ser del ente. Si el rasgo fundamental del ser es la unidad y la identidad, este es concebido como fundamento de lo ente posibilitando su aparicin y su permanente presencia como identidad y unidad consigo mismo. Pero el ser fundamento que funda no es el ser en su diferencia con lo ente. Al identificar al ser del ente en cuanto tal como fundamento de cada ente como lo fundado se olvida al ser mismo en cuanto a su diferencia ontolgica. Este modo de pensar rige todo el pensamiento occidental, en cuanto se ha constituido como historia de la metafísica. A partir de la garantía que proporciona la identidad, las investigaciones se aseguran el éxito de su dominio; es decir: a la ciencia moderna le está garantizada de antemano la unidad de su objeto.
La primera formulacin de la identidad aparece dentro del pensamiento occidental gracias a Parménides, la cual reza: “taut(estin) eînaí te kaì lgos” (Eggers Lan, Juliá, 1994: 109), que Heidegger traduce: “Lo mismo es en efecto percibir (pensar) que ser”.5 Reparemos en la cita; taut, en griego significa “lo mismo”, pero es comprendido bajo categorías onto-lgicas de la ciencia filosfica en su devenir histrico. Traducido al latín como “idem” es, de este modo, interpretado como igualdad en sentido lgico y como unidad en sentido ntico. Así tenemos que en la frase de Parménides leída desde la tradicin filosfica opera un cambio radical de sentido, ya que se entendique ser y
4 Cfr. Infra. Cap. 3.
5 Heidegger, Martin (1957) Identität und Differenz. Frankfurt am Main: Vittorio Klostermann. Nosotros utilizamos y citamos a lo largo del texto la edicin bilinge de (1990) Identidad y Diferencia, Trad. H. Cortés y A. Leyte, Barcelona, ed. Anthropos, p. 69, “Das Selbe nämlich ist Vernehmen (Denken) sowohe als auch Sein”.
pensar son idénticos y forman una unidad. El mensaje de Parménides en sentido propio, fundador del pensamiento filosfico, se transforma así en principio de identidad, dando comienzo a la historia de la metafísica occidental. ¿Por qué?, porque se transformtotalmente el inicio del pensar. Si lo mismo, tauten griego, idem en latín, das Selbe en alemán, se comprende como identidad lgica y unidad onto-lgica, la frase de Parménides dice, por un lado, idénticos son ser y pensar; y por el otro, ser y pensar forman una unidad. En la proposicin “S es P” se comprende al “es” como identidad y como unidad, es decir, como identidad onto-lgica. De este modo, la identidad, presupuesta en la metafísica, dispondrá un lugar privilegiado determinado por el ser o por el pensar que permitirá un modo peculiar de acceso e inteligibilidad de lo real. En el caso de la época antigua, gracias a Parménides, el ser determina la identidad con respecto al pensar. El ser es. Dado que fuera del ser nada hay y solo es posible pensar lo que es, necesariamente el pensar tiene que identificarse con el ser. La verdad se presenta en cuanto adaequatio, adecuacin del pensamiento y lo enunciado en la proposicin con respecto al ser. Así, ser y pensar son idénticos en sentido lgico y forman una unidad en sentido ntico. Por otro lado, en la época moderna, el pensar determina la identidad con respecto al ser, manifestándose una nueva concepcin de la verdad en cuanto certeza, certeza que tiene el yo-sujeto ente la objetividad del objeto (certeza de la representacin). Pienso, luego soy6. Dado que fuera del pensamiento nada hay, el ser necesariamente tiene que identificarse con el ser pensamiento. El pensamiento mismo garantiza para sí la certeza de ser. El pensar se presenta idéntico al ser en cuanto conciencia de ser (lo pensado) y autoconciencia de sí (el pensamiento). La época moderna esta determinada como Identidad Subjetiva. La identidad es comprendida entre el fundamento y lo fundamentado. Si el rasgo fundamental del ser del ente es ser fundamento; y si el yo ocupa el lugar del ser como fundamento, entonces, éste se constituye en
6 “Pero advertí enseguida que an queriendo pensar, de ese modo, que todo es falso, era necesario que yo, que lo pensaba, fuese alguna cosa. Y al advertir que esta verdad –pienso, luego soy-era tan firme y segura que las suposiciones más extravagantes de los escépticos no eran capaces de conmoverla, juzgué que podía aceptarla sin escrpulos como el primer principio de la filosofía que buscaba” (Descartes, 1999: 108). Es el pensamiento el que afirma al ser, en donde descubrimos que pensar y ser se nos presentan como una identidad. El pensar es fundamento que afirma al ser del hombre. El pensamiento se presenta como fundamento, en tanto ser del ente.
fundamento de lo real efectivo, es decir, de todo lo ente en general, en cuanto que es el ente privilegiado entre todos los entes restantes, porque satisface la nueva esencia de la verdad decidida en cuanto certeza7. Y si su fundamentar (representar claro y distinto) es cierto, entonces, todo representar es verdadero; y si todo representar es verdadero, todo lo que el sujeto-yo represente es real. Observamos, por lo tanto, que la identidad entre el fundamento y lo fundamentado es subjetiva porque la verdad del representar cierto depende del yo-sujeto.8 Así, desde la perspectiva de la identidad ntica, desde la cual se constituye el sujeto cartesiano, es manifiesto el solipsismo al que este es sometido, dado que el yo pienso es la primera certeza en orden al conocimiento de sí, pero también en la primera verdad en orden a la fundamentacin ontolgica en cuanto autoconciencia de la identidad de sí; y como esto supone estar ya en posesin de la verdad, toda intersubjetividad resulta innecesaria. De este modo se abre el camino para que todo aquello que se constituya como sujeto (un pueblo, una cultura, una nacin) violente lo real ya sea desde el dominio técnico a través de las ciencias o desde la violencia ideolgica ejercida a través del poder político.
Habíamos dicho que la identidad es por primera vez anunciada por Parménides: “ser y pensar son lo mismo”, pero, para Heidegger, la mismidad de pensar y ser que se halla en la frase de Parménides, procede de más lejos que de la identidad determinada por la metafísica a partir del ser y como un rasgo de
7 “No admitir jamás como verdadera cosa alguna sin conocer con evidencia que lo era; es decir, evitar cuidadosamente la precipitacin y la prevencin y no comprender, en mis juicios, nada más que lo que se presentase a mi espíritu tan clara y distintamente que no tuviese motivo alguno para ponerlo en duda” Descartes, 1999: 95). Las notas distintivas de la verdad en cuanto certeza son la claridad y la distincin, pero asimismo requieren de un fundamento absoluto e indubitable que satisfaga esta nueva esencia de la verdad. La constitucin del yo en cuanto sujeto absoluto y fundamento del representar claro y distinto es quien va a reclamar para sí la esencia de la verdad en cuanto certeza.
8 Recordemos, también, que la consumacin de lo que Heidegger llama metafísica de la subjetividad, slo comienza con Descartes, pero falta muchísimo para que el camino abierto se lleve a cabo; llevando a su fin a la historia de la metafísica. Así, debemos tener en cuenta dos puntos: a) las palabras histricas que Descartes mismo dijo, las cuales quedan abiertas a diferentes interpretaciones, y b) lo que ya aparece en Descartes y luego se consumará en el llamado “idealismo alemán”, y que hace a la caracterizacin heideggeriana de la modernidad, que es lo que aquí esta en cuestin.
ésta. La mismidad de pensar y ser es mutua pertenencia (Zusammengehren)9 entre (Zwischen) ambos. Esta identidad originaria que sale fuera de la representacin de la metafísica, habla de una “mismidad” a partir de la cual tiene su lugar el pensar y el ser; desde lo cual ser y pensar se pertenecen mutuamente. ¿Qué es esta mismidad? “La mutua pertenencia entre ser y pensar” (Heidegger, 1990: 68-73). Pero, ¿ser y pensar no son dispares? El hombre no es simplemente un ser racional – con esta determinacin la metafísica lo convirtien un ente – el ser-humano10 es, en cuanto tal, pertenencia al ser, que resulta mutua porque el ser pertenece, asimismo, al hombre, ya que solo así “es”, acontece. No hay preeminencia de uno sobre el otro; hay una vinculacin respetando cada uno su lugar en su mutua pertenencia; pero a su vez, en su diferencia ontolgica originaria. No podemos pensar la identidad sin referirla a la diferencia. Pensar la diferencia ontolgica (Unterscheidung)11 significa que hay que comprender al ser del ente como genitivo12 objetivo13 y genitivo subjetivo14 a la vez. Aquí está implícita siempre la diferencia en cuanto tal. Ambos, ser y ente, están vinculados, mutuamente se pertenecen. En el primer caso se indica que el ser pertenece a lo ente, y en el segundo se indica que lo ente pertenece al ser mismo. Así, se convierte en asunto del pensar a la diferencia en cuanto tal, es decir en cuanto “diferenciante”. El participio presente indica la donacin del ser respecto a lo ente. Es fundamental comprender al “es” en el lenguaje como un tránsito a... El ser sobreviene en el ente y lo desoculta, pero a su vez, el ser se oculta en aquello que desoculta. Esta trascendencia del ser, como sobrepasamiento y donacin en
9 Heidegger dice que el pertenecer (gehren) determina lo mutuo (zusammen), y no viceversa. La frase de Parménides habla de mutua pertenencia, donde la pertenencia determina lo mutuo. Cfr. (Heidegger, 1990: p 68-73).
10 En la nocin ser-humano se devela la relacin presente entre (zwischen) ser y hombre. Del mismo modo que se seala la íntima unin entre la Identidad y la Diferencia. La Identidad, mismidad entre ser y hombre, es en la Diferencia-diferenciante (Unterscheidung).
11 Inter-cisin. Es la es-cisin Entre (del latín inter) ser y ente, que resulta inter porque a su vez están referidos el uno al otro. “La diferencia de ser y ente, en tanto que inter-cisin entre la sobrevenida y la llegada, es la resolucin desencubridora y encubridora de ambas. En la resolucin (Austrag) reina el claro (Lichtung) de lo que se cierra velándose y da lugar a la separacin y la reunin de la sobrevenida y la llegada” (Heidegger, 1990:141).
12 El genitivo indica posesin o pertenencia.
13 El ser es en tránsito a…, recae sobre lo ente.
14 Se acenta el ser mismo en su sobre-llegar a lo ente.
lo ente al que llega, adviene. Este es el sentido propio del participio presente; es una tensin que se “da” entre (Zwischen) ambos y se mantiene. Así Heidegger puede afirmar que “sobrevenida y llegada están a la vez separadas unas de otra y referida la una a la otra” (Heidegger, 1990: 141). Esto es posible porque al hacer cuestin del pensar a la identidad en cuanto mismidad, ser, hombres y entes se encuentran en un claro (Lichtung), en un lugar abierto en donde el hombre recupera su condicin originaria, contemplativa del ser y los entes; y asimismo, tolerante, comprensiva y dialgica con respecto a los suyos.
Esta nueva perspectiva nos dispone en la tarea de la construccin de este ámbito oscilante donde el pensar recibe del lenguaje su herramienta que equilibra el movimiento. Esto es, asumir la identidad en el sentido del término latino ipsum el cual indica la identidad de todo ser humano consigo mismo en relacin de mutua pertenencia a lo otro como alteridad. Solo de este modo una actitud dialgica auténtica podrá hacer cuestin del pensar cmo la identidad se constituye en la diferencia y la diferencia en la identidad. La inter-relacin acaecerá en la medida en que se libere al sujeto de la posesin de la verdad entendida como certeza absoluta de sí y sus representaciones. Por ltimo, queremos sealar la dificultad fundamental que encontramos en este nuevo camino es el lenguaje del que disponemos para expresar el pensar. Compartimos junto a Heidegger esta preocupacin donde nos advierte: “la dificultad se encuentra en el lenguaje, nuestras lenguas occidentales son, cada una a su modo, lenguas del pensar metafísico” (Heidegger, 1990: 155).
ARISTÓTELES (1998). Metafisica. Madrid: Gredos. Traductor: Calvo Martínez.
CORTI, Enrique. (1985). La inteligencia y lo inteligible, en Pensamiento y Realidad, Revista de filosofía. Bs. As.: el Salvador.
DESCARTES, René. (1999). Discurso del Método, Madrid: Alianza. Traductor: R. Frondizi.
HEIDEGGER, Martin. (2000). ¿Qué es Metafísica?. Madrid: Alianza. Traductor: H. Cortés y A. Leyte. _____ (1990). Identidad y Diferencia. Barcelona: Anthropos. Traductor: H. Cortés y
A. Leyte. _____ (1969). Introduccin a la Metafísica. Bs. As.: Nova. Traductor: E. Esti.
VV. AA. (1994). Los filsofos presocráticos. Madrid: Gredos. Traductor: C. Eggers Lan y V. E. Juliá, tomo I.
Juan Pablo Emanuel Espern es licenciado y docente de Filosofía en la Universidad Nacional de La Matanza, Argentina. Doctorando por la Universidad del Salvador, área San Miguel y becario de CONICET.