Educación en ciencias: pluralidades epistemológicas


ÉTICA PROFESIONAL DE LOS DOCENTES

APLICACIÓN TEÓRICA Y PRÁCTICA27



Professional Ethics of Teachers

Theoretical and Practical Application


Marta Gluchmanová

(TUKe, Eslovaquia)


Resumen


En este artículo se trata el tema de la ética profesional de los docentes, y su implementación teórica y práctica en la actualidad. Aquí se acentúa la necesidad de la ética de la docencia en el entrenamiento teórico y práctico de los futuros docentes. Se presentan algunas teorías éticas de autores eslovacos y extranjeros y se muestra el nivel de su aplicación en la práctica. La autora considera que la ética de la docencia debería ser una herramienta de la práctica profesional y moral de cada docente. Considerando la situación actual no muy favorable en el sistema educativo eslovaco, se atestigua el hecho de que el conocimiento teórico está a menudo en desacuerdo con la realización práctica en el trabajo diario de cada docente.


Palabras clave: Ética profesional de los docentes | Teoría | Práctica | Temas éticos y morales.


Abstract


The author of paper deals with teachers' professional ethics, its theoretical and practical implementation at present. She stresses the need for the ethics of teaching in the theoretical and practical training of future teachers. She presents some ethical theory of Slovak and foreign authors and demonstrates the level of their application in practice. The author considers that the ethics of teaching should be a tool of professional and moral practice of each teacher. Considering the current not very favorable situation in the Slovak educational system, we witness to the fact that theoretical knowledge is often disagreed with practical realization in everyday work of the teacher.


Keywords: Professional Ethics of Teacher | Theory | Practice | Ethical and Moral Issues.


27. Este escrito y el proyecto en el que se enmarca fueron financiados por el subsidio VEGA 1/0629/15 Ethics of social consequences in context of contemporary ethical theories.

Introducción


La principal dificultad de la tarea docente consiste en el hecho de que este ha trabajado y trabaja en situaciones nuevas y únicas tanto en el pasado así como también en el presente (sin considerar las épocas particulares y sus circunstancias sociales y políticas). Esto es distinto en comparación con otras profesiones puesto que el docente afecta a los estudiantes mediante sus cualidades, su accionar y su conducta. La profesión docente es difícil, porque el accionar no es suficiente (según la creencia y conciencia de cada uno) de acuerdo con reglas previas, puesto que hay muy pocas situaciones similares a esas reglas en la práctica cotidiana de un docente. La mayoría de las situaciones varían esencialmente. Lo que es aceptado en una ocasión, no necesariamente es aceptado en circunstancias similares con la contribución de otros individuos, y de nuevo, tenemos que alcanzar un criterio único en las diferentes circunstancias. Hay pocas profesiones que necesitan del involucramiento total de la personalidad y en adición a esto en la profesión docente se necesita atender además a las consecuencias éticas que pueden surgir del propio accionar y la propia conducta.


En el pasado, así como también en el presente, hubo y hay una alta demanda de docentes, pero no se puede obviar el hecho de que el docente vive en una sociedad en la que ni los representantes políticos y las élites culturales e intelectuales están siguiendo códigos designados y no son un modelo para aquellos a quienes deben guiar o representar. Es absurdo establecer demandas y requerimientos morales máximos a los docentes cuando los criterios éticos no se sostienen para la mayoría de los miembros de la sociedad (Gluchmanová, 2015, pp. 141-150). Especialmente, si la sociedad no es capaz de apreciarlo. El trabajo del docente es considerado y evaluado por muchas personas. Esto es entendible, porque el docente interviene en la vida del estudiante, en la de sus padres y usualmente en la de otros parientes y también en sentido más general interviene en la sociedad. La profesión del docente es específica en comparación con otras profesiones porque es evaluada por cualquiera, a menudo es juzgada por gente no autorizada que muchas veces no considera las cualidades morales del docente y no se preocupa por la dificultad del trabajo desempeñado. La personalidad del docente es desplegada en su habilidad para “mirar dentro” del estudiante, la habilidad de ponerse en la mente del estudiante, su proceso mental, para solucionar muchos problemas educativos y morales que pertenecen al trabajo diario. Un conocimiento muy importante es el de diferenciar por qué un estudiante actúa en una cierta manera, qué consecuencias pueden seguirse de su accionar y de su conducta, etc. Si se compara a la profesión docente con otras, se puede ver que el número de decisiones educativas y morales es más alto que lo que otras personas desinteresadas podrían ver.


La necesidad de una ética profesional docente


En la actualidad se puede ver un desarrollo relativamente intenso de algunas éticas aplicadas y especialmente en éticas profesionales relacionadas al desarrollo dinámico de la sociedad y a los procesos de integración europea en Eslovaquia, incluyendo la globalización que trae la necesidad de integrar estos alcances a menudo descuidados de la vida profesional a la actualidad social y al discurso profesional. Incluso esto ocurre en la profesión docente, aunque en menor medida que en el campo de la medicina, los servicios de salud, los negocios, etc. La ética teórica o filosófica debería ser usada como un recurso para llevar a cabo problematizaciones morales y la evaluación de nuestras acciones, incluyendo las consecuencias resultantes de estas. En el caso de problemas más complicados, que se encuentran a diario en la profesión docente, no es tan simple tomar una postura evaluativa adecuada. Con respecto al contexto situacional, la realidad dinámica y variable a menudo no provee respuestas simples y definitivas, ni soluciones. Se puede ver el sentido de la reflexión ética de la profesión docente en el asesoramiento de la extensión moral de cuestiones y problemas particulares, que deberían llevar a la creación del discurso ético enfocado en el análisis, clarificando lo positivo y lo negativo de la situación particular, con el fin de aumentar el nivel de reflexión moral de los individuos o de ser consciente de los requerimientos y demandas morales relacionadas a la profesión docente y al trabajo profesional del docente en general. Asimismo, se debería tender a la formulación de normas morales y evaluaciones relacionadas a la conducta y al

desempeño del docente.


La ética de la docencia pertenece en parte a las esferas –bien establecidas o marginales— de interés dentro de la ética aplicada o profesional. Muchos autores mencionan que incluso los docentes no son relativamente muy conscientes de los aspectos éticos de la profesión docente. Hay más atención a estas cuestiones en el extranjero que en Eslovaquia. Las teorías más conocidas de la ética de la docencia en el mundo son: la concepción (o los dilemas morales) de la ética de la docencia de Kenneth A. Strike y Jonas F. Soltis, la moralidad de la profesión docente en la concepción de la filosofía de la educación de David Carr, así como también la ética de la virtud de la docencia de Elizabeth Campbell. La concepción integral de la ética de la docencia está ausente en Eslovaquia, a lo sumo, hay algunas interpretaciones adoptadas, tales como la concepción de la ética pedagógica de Jakov Samoljovič Kotiger y Vladimír Josifovič Čamler, la moralidad profesional de los docentes según Wolfgang Brezinka y la ética pedagógica (más bien la ética de la educación o la educación moral) de Janusz Homplewicz. Los modos de solucionar problemas así como también su calidad son considerablemente diferentes. Ellos difieren en sus recursos metodológicos. Sólo unos pocos están suficientemente basados en fundamentos ético-filosóficos, así como también el modo de resolución de problemas de la profesión docente está más bien basado en la pedagogía que en la filosofía y la ética.28 Las mencionadas concepciones de la ética de la docencia (aunque de diferente calidad) pueden contribuir a una discusión más amplia sobre la necesidad de la ética de la docencia en Eslovaquia y la investigación de posibles enfoques para la solución de aspectos éticos de la profesión docente.


El recurso metodológico ético y filosófico aborda un problema investigado en torno a los aspectos morales en la ética de la docencia, en mi artículo, se usa la ética de las consecuencias sociales como una forma de consecuencialismo no utilitarista. La aplicación del enfoque consecuencialista en la ética de la docencia tiende a la orientación de valores morales identificados (los valores de humanidad, dignidad humana y ley moral del ser humano dentro de la ética de las consecuencias sociales) conduciendo a lograr consecuencias sociales positivas y a su predominio sobre las negativas. Este es el camino según el cual esta teoría ética se diferencia de las éticas deontológicas, las que principalmente no consideran las consecuencias del accionar de los agentes morales en la evaluación de la acción. El llevar adelante los valores de humanidad, dignidad humana y las leyes morales del ser humano debería conducir a que la acción resulte en consecuencias sociales positivas no en el sentido de una maximización de ellas, sino más bien de la orientación positiva de un ser humano hacia sus logros (Gluchmanová, 2011, pp. 64-67).


Actualmente los cambios en el sistema educativo traen muchas cuestiones y problemas éticos a los que se tiene que dar respuesta incluso en la profesión de docente, o al menos considerar sus soluciones posibles. ¿Qué piensan los flamantes graduados de profesiones docentes acerca de estos problemas y cómo evalúan su preparación para desempeñarse en una profesión tan demandante? (Danišková, 2014, pp. 191-200). Marta Černotová llama la atención sobre el hecho de que los graduados de las facultades de pedagogía están decepcionados por su ocupación, insatisfechos con la preparación de grado y con los aspectos financieros de su labor. Los nuevos docentes no están a la altura de las demandas en aumento, por lo tanto dejan las escuelas. Sienten que los mayores problemas de su trabajo son los estudiantes conflictivos en sus clases. 29 Las respuestas mostraron


  1. Aquí no se tratarán el análisis y la evaluación de estas concepciones porque son el tema de investigación en otro trabajo (Gluchman, 2008, pp. 87-126).


  2. Graduados de la Facultad de Artes, de la Universidad de Prešov en Prešov, afirmaron que la facultad no los preparó para resolver los conflictos y problemas educativos que tienen que enfrentar. Como por ejemplo los estudiantes que generan problemas, la relación mutua docente/estudiante, docente/padre, docente/supervisor, estudiantes romaníes y sus padres, y a los problemas con los estudiantes causados por el desempleo de sus padres. Los que respondieron alertaron sobre la falta de información teórica para solucionar los problemas de absentismo escolar, tabaquismo, chicanas y abuso de drogas por parte de los estudiantes (Černotová, 2006, pp. 45-53) así como también sobre las relaciones de los estudiantes con necesidades especiales (Klembarová, 2014, pp. 201-211). Supongo que los mismos problemas, o similares, persisten incluso en muchos graduados de otras facultades pedagógicas en Eslovaquia.

    competencias psicopedagógicas insuficientemente desarrolladas y baja competencia en la comunicación con estudiantes. Esta es una reflexión sobre la preparación teórica en general (Černotová, 2006, p. 48). Se puede suponer que esto es una clara señal que surge cuando hay algunos rechazos a la práctica en las universidades, como por ejemplo la separación de la teoría y la práctica (entendida esta como la habilidad de enfrentarse con problemas éticos en el proceso educativo). Hay muchos ejemplos en la práctica de docentes que tienen conocimiento del tema, pero no son capaces de modificar las relaciones necesarias con sus estudiantes. El esfuerzo de los docentes por crear contacto con los estudiantes a menudo trae resultados contrarios a los esperados: hay muchos conflictos, alienación y malos entendidos mutuos en aumento. Desafortunadamente en la práctica un estudiante es usualmente considerado el culpable, dado que no es común culpar al docente, incluso aunque él o ella no tenga la razón. Se supone que una práctica docente real realizada decentemente capacita a cada miembro para chequear el nivel de sus competencias y habilidades éticas, el nivel de su influencia en el trabajo educativo de la escuela, hallar su preparación para el trabajo profesional y extraer los modos para el propio mejoramiento moral. Observar el trabajo de los estudiantes universitarios confirma que la práctica docente es un período en el que el profesional es formado más activamente, así como también sus atributos profesionales y éticos. Cada estudiante –futuro docente– durante su práctica docente encuentra que él o ella está cometiendo un montón de errores. Muchos de ellos son explicados debido a la falta de experiencia. Pero algunos errores pueden ser simplemente explicados por el trabajo insuficiente de la universidad, parece que hay una ausencia de la ética de la docencia dentro de la educación de los futuros docentes. Los aspectos negativos son representados por muchos errores de carácter ético: errores relacionados con las relaciones mutuas con los estudiantes –imprudencia hacia niños en desarrollo; subjetividad en la evaluación del conocimiento de los estudiantes; desconsideración de la futura toma de decisiones con respecto a los estudiantes indisciplinados; manifestaciones de tratamiento severo hacia los niños; desconfianza en sus propias habilidades, en la exactitud de su accionar en algunas situaciones; quejarse de los niños a los padres, o de y a otros docentes.


    Además, se mencionarán aquí los aspectos negativos relacionados a las interacciones mutuas entre colegas en escuelas donde los docentes suelen hacer sus prácticas: falta de respeto por la experiencia y sabiduría de docentes mayores; arrogancia de los jóvenes futuros docentes mostrada en el rechazo a aceptar consejos y recomendaciones de otros docentes; falta de tacto en la conducta hacia los mayores; cotilleo “a las espaldas”; esfuerzo por complacer al docente, halagarlo para que su evaluación de la práctica sea muy buena. A menudo se es testigo de aspectos negativos relacionados a las relaciones mutuas de los practicantes entre sí: renuencia a ayudarse mutuamente; falta de crítica hacia la conducta de colegas; relación negativa con colegas que son muy activos en todas las formas de actividades escolares. Tales errores están íntimamente relacionados con el nivel insuficiente de modales y la cultura general del estudiante con conocimiento insuficiente de normas ético-profesionales del docente: indisciplina, sentimientos inmorales, así como también errores surgidos de la insuficiente preparación general y “técnica” de los estudiantes para la práctica misma: inhabilidad para controlarse y actuar en situaciones nuevas y problemáticas.


    Elizabeth Campbell realizó un proyecto de investigación, “The Cultivation of Ethical Knowledge in Teaching” [El cultivo del conocimiento ético en la docencia] donde intentó investigar cualitativamente si los programas de algunas escuelas canadienses ofrecen experiencias que puedan contribuir a la evaluación de la ética profesional del docente y en general, las dimensiones morales de la docencia que están incluidas en el trabajo de los docentes. Los estudiantes –futuros docentes— afirmaron que les gustaría conocer más acerca de la ética sobre la base de sus tareas diarias a resolver. Los docentes se sienten más conducidos por la toma de decisiones diaria sobre cómo hablar a los niños acerca de un problema, hallar soluciones éticas, la teoría apropiada para conocer el enfoque claro del docente. Pero los mayores problemas son causados por dilemas éticos más serios de los que usualmente encontramos (por ejemplo, sospecha de abuso infantil). Algunos afirmaron una actitud positiva de los docentes que son justos y se preocupan acerca del bienestar cognitivo y emocional de sus estudiantes, sin embargo, alarmantemente ellos presentaron incluso prácticas de clases no éticas de docentes (supervisores) y otros profesionales experimentados del

    entorno escolar en la mayoría de los casos. Según ellos, fue fácil reconocer quién aplica principios éticos en el trabajo docente, aunque es más difícil de distinguir que quienes no los aplican. Los estudiantes retuvieron las acciones negativas –prácticas chocantes del ejercicio diario, así como también cotilleos acerca de los docentes y sus familias, uniendo prácticas ilegales de juicio y socavamiento de la política escolar, desatendiendo a los estudiantes, así como también a las expectativas curriculares, despreciando a colegas y avergonzando públicamente a estudiantes (Campbell, 2011, pp. 81-94).


    Es un hecho confirmado que aunque la práctica en la universidad es una experiencia muy valiosa, no prepara suficientemente a los candidatos a docentes para todos los problemas de sus carreras futuras en el sistema educativo, porque, por ejemplo, un docente puede posiblemente enfrentar tantas situaciones diferentes durante el proceso educativo que es casi imposible aprender cómo manejarlas, incluso aunque, por un lado, el docente tenga la chance de tener conocimiento previo del problema y pueda pensarlo o considerar la solución correcta o incorrecta a los problemas éticos de la profesión docente.


    A pesar de eso, es casi una tendencia usar la palabra “ético” en muchos casos y contextos de la vida diaria y profesional, en el caso de la profesión docente, está bien aplicado y es efectivo cuando se refiere a la atención particular de acuerdo a los problemas que surgen en esta profesión. Muchos autores están de acuerdo en que los programas educativos docentes ignoran las dimensiones éticas, como afirma Campbell y a diferencia de otras profesiones, es raro hallar algún intento formal de familiarizar a los estudiantes con la ética de la profesión particular. Además de esto, hay una presión sobre los docentes en el proceso de educación por conducirse moralmente no sólo por su profesionalismo, sino con el objetivo de ser modelos morales para sus estudiantes (Campbell, 2003, p. 131). Parece que incluso hay una situación similar en otros países desarrollados y democráticos, no sólo en Eslovaquia, lo que se prueba por las palabras de Campbell acerca de su experiencia en Canadá. Se acuerda con ella que se debería hacer foco necesariamente en el conocimiento ético y en el razonamiento moral durante la preparación de los futuros docentes.


    Aquí se sostiene, así como también lo hace Campbell, que el modelo personal de docente juega un rol muy importante en la creación de la relación (moralmente) correcta entre el docente y los estudiantes. Es preciso enfatizar la necesidad de cooperación mutua y de empatía, lo que debería conducir a la mejora de una relación. La ética de la docencia (como disciplina teórica, pero también como tema de estudios universitarios) debería apoyar la solución de tales tareas o problemas en este contexto. Debería ayudar en la preparación pedagógica de grado a los estudiantes, considerando las cuestiones que encontrarán más a menudo durante su práctica docente como estudiantes de su futura profesión de docentes (o asesores pedagógicos u otros empleados pedagógicos que tratan con estudiantes problemáticos).


    La posición de la ética de la docencia dentro de la ética


    Una de las razones de la reducción de contenido del problema de la ética en la profesión docente a sólo algunos aspectos consiste en que la investigación de estas cuestiones es hecha por pedagogos profesionales y expertos en ética y entonces la determinación del tema y el contenido de la ética de la profesión docente está más cerca del contenido de la pedagogía y de la ética y es un término marginal en tales casos. Los aspectos éticos son interpretados de modo inexacto o son simplificados.30


  3. Dorotíková afirma que la ética profesional reflexiona sobre la moralidad de las relaciones, opiniones y actitudes dentro de un grupo social particular. Esta ética, a veces llamada “ética aplicada”, confirma que por causa de la aún creciente diversificación de la sociedad, el rol de los grupos sociales aumenta con sus intereses particulares así como también con la presión por el reconocimiento de sus objetivos específicos y su propia autonomía (Dorotíková, 2003, p. 33). Tenemos que ser conscientes de la inexactitud consistente en la identificación de la ética aplicada y la ética profesional. En mi caso, considero que la ética profesional es una parte de la ética aplicada.

    La ética de los docentes o la ética de los pedagogos son términos relativamente nuevos en las condiciones socio-educativas actuales. En el caso de la ética relacionada con la profesión docente, se trata de la teoría hallada en la interfaz de la ética y la pedagogía, cuando no podemos comprenderla como una fusión mecánica de la ética y la pedagogía, principalmente porque la ética del docente es una parte de la ética aplicada, o ética profesional, y estos dos campos de conocimiento difieren en sus énfasis, o sea por un lado, se enfatizan los aspectos éticos y por el otro los aspectos pedagógicos. Hay diferencias básicas en la definición del tema de investigación de la ética y la pedagogía o en los métodos que estas disciplinas usan en la investigación teórica y en la problematización de sus temáticas. Muchos problemas éticos que necesitan ser resueltos están creciendo con los cambios y el desarrollo de la sociedad, incluso en el campo de la educación. Parte de ellos está relacionada con la escuela y la profesión docente y por tanto deberían ser resueltas por la ética de la docencia.


    El análisis de más definiciones del contenido del término sugiere que muchos autores piensan el problema de la ética de la profesión docente como códigos de ética de docentes, porque incluyen deberes del docente, sus relaciones con los estudiantes, la escuela, los administrativos, los padres, etc. Todo en forma normativa es parte del código de ética que es o puede ser sólo parte de la ética de la profesión docente, pero esta ética definitivamente no puede ser desperdiciada sólo centrándose en el problema incluido en su código de ética. Cada código de ética tiende a tener una visión en blanco y negro o a la simplificación del problema moral que es su punto débil, porque ni el mejor código de ética (de cualquier profesión) puede predecir todos los problemas morales de la práctica profesional y sólo puede ser una fuente de orientación en las rutinas o situaciones estereotipadas. Esta es su ventaja o lado positivo en tanto que principalmente capacita para identificar el alcance moral del problema (Kánský, 1998, pp. 94-95). Sin embargo, la complejidad y la dificultad de la profesión docente demanda mucha más atención para investigar y hallar soluciones a sus problemas éticos que deberían ser parte de tal investigación teórica y empírica.


    Así, podemos resumir que la ética de la docencia se ocupa de las investigación de los aspectos éticos y morales del trabajo del docente en el proceso educativo, caracteriza su posición en el sistema educativo junto con la de sus creencias morales, donde las creencias morales están conectadas con las creencias profesionales. Además podemos mencionar que la ética de la docencia se ocupa de los atributos morales del docente, sus atributos de razonamiento moral, toma de decisiones, conducta y accionar; así como también con las habilidades del docente para predecir las consecuencias de su accionar en relación a otros temas de importancia y habilidades para hacerse responsable de sus decisiones y acciones.


    Los temas de la ética de la docencia son los atributos personales y de carácter y las competencias pedagógico-psicológicas del docente que juegan un rol importante en su actividad pedagógica (predominantemente en la relación con los estudiantes, colegas, supervisores y padres) con quienes llegan a vincularse durante el desempeño de su profesión. Los análisis de problemas éticos de la actividad docente pertenecen también a ella, la ética de la docencia está buscando soluciones y ofrece guías de cómo resolver problemas morales particulares para que el docente pueda hacer frente a su experiencia diaria. Por lo tanto, la ética de la docencia forma incluso códigos de ética para los docentes. Las reflexiones, definiciones y otros términos relativos a la ética de la docencia podrían ser una motivación para posteriores discusiones relacionadas a los problemas éticos de la profesión docente y podrían contribuir al desarrollo de esta disciplina como una rama de la ética profesional no sólo en Eslovaquia, dado que los profesionales (filósofos, eticistas y pedagogos) marchan muy por detrás de las tendencias contemporáneas desarrolladas por la comunidad profesional en el mundo.


    Conclusión


    En conclusión, afirmo que si se habla de problemas educativos en la profesión docente, se debe ser capaz de identificar sus aspectos éticos. Esto quiere decir conducir a los agentes morales (incluyendo a los agentes potenciales) a pensar y razonar el por qué del accionar y si la conducta de

    algunos individuos es correcta o incorrecta, qué es bueno o malo, etc. Asimismo, trata la prácticas negativas (bullying, chicanas, agresiones y otras formas de violencia dentro y fuera de la escuela). 31 La ética de la docencia debe principalmente tratar con problemas éticos del trabajo del docente, sus derechos y los deberes de los que asume su cumplimiento en la relación del docente y el estudiante, el colegio, el supervisor (o subordinado) y la sociedad como un todo. No se puede reducir el problema de la ética de la docencia a sólo algunas de estas relaciones, aunque ciertamente la más importante de ellas es la relación de un docente con sus estudiantes. Definitivamente, debería ser el objetivo de la investigación teórica en la ética de la docencia y sus aplicaciones prácticas el resolver no sólo problemas morales dentro del proceso educativo, sino incluso en relación al esfuerzo por aumentar la importancia, el lugar y la posición de la profesión docente en la sociedad. Sin embargo, mientras los docentes no sean capaces de reflexionar sobre esta necesidad y la necesidad de unir la solución teórica y práctica de los problemas (incluidos los éticos) en relación a los esfuerzos de la profesión docente, será difícil esperar que el estatus socio-económico del docente en nuestra sociedad cambie fundamentalmente.


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  4. Campbell habla del aumento del interés en la sociedad canadiense por la retroceso de valores morales de la vida contemporánea lo que coloca un interés renovado en la educación moral y en el carácter de la educación en general. La autora conecta la ética de la profesión docente y la educación moral de acuerdo a su contenido. Según Campbell, el rol de la educación de los docentes está en enseñarles a entender las complejidades éticas de la profesión y capacitarlos en torno a la percepción de la importancia del accionar ético y la toma de decisiones en la práctica profesional de los docentes que fuertemente influenciará a los estudiantes. Los docentes, para ser los guías de los jóvenes en la ética, tienen que entender las complejidades de la tarea moral que ellos tienen en la escuela como profesionales y considerar la importancia de sus acciones y la toma de decisiones con respecto a sus estudiantes (Campbell, 1997, p. 255).

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