Manuel CERVERA-MARZAL y Eric FABRI (comp.), Autonomie ou barbarie. La démocratie radicale de Cornelius Castoriadis et ses défis contemporains. París, Éditions du Passager clandestin, 2015.
(CSPRP, FRANCIA) TRADUCCIÓN: E. ALDEGANI
El proyecto de autonomía es como una planta histórica a la vez vivaz y frágil. Estas palabras, escritas por Castoriadis hace ya 40 años, conservan una llamativa actualidad. Las revoluciones árabes y la renovación de los movimientos sociales en Grecia, España, Portugal e incluso en Estados Unidos, muestran la multiplicación de las resistencias democráticas al desorden establecido del capitalismo mundial. Sin embargo, frente a esta vivacidad renaciente, la fragilidad del proyecto democrático no permanece menos grande: tanto el avance de derechas extremas y xenofóbicas, como el de los fundamentalismos religiosos o la influencia persistente del imaginario neo- liberal lo muestran de un modo siniestro.
Vistos los riesgos contemporáneos que amenazan al proyecto de autonomía, estos son los “procesos de heteronomización” que, en esta obra colectiva titulada Autonomie ou barbarie nosotros exploramos bajo una doble aproximación teórica y práctica. La introducción de Manuel Cervera-Marzal y Eric Fabri presenta los principales conceptos de Castoriadis y muestra cuál es su aporte para afrontar los desafíos de la actualidad. Concretamente, cada uno de los trece capítulos se esfuerza en combinar dos dimensiones, ya que un examen pormenorizado del pensamiento de Castoriadis sirve de punto de apoyo teórico al tratamiento de una interrogación al contenido más histórico, sociológico o político, que se sustenta sobre los procesos de heteronomización en marcha dentro de las sociedades occidentales. Dicho de otra manera, se trata de entrar
al universo conceptual castoridiano (sin prohibirse prolongarlo, enmendarlo o criticarlo) con el fin de extraer recursos teóricos susceptibles de aclarar problemas concretos que no son necesariamente los que Castoriadis mismo afronta.
El libro se constituye, en las primeras cinco partes, de una vuelta sobre la evolución del pensamiento económico y político de Castoriadis. A través de una estimulante relectura del recorrido militante e intelectual de Castoriadis, Romain Karsenty propone superar la antinomia de la teoría y la práctica. El vuelve sobre la ruptura de Castoriadis con el marxismo, realizada en nombre de la salvaguarda del proyecto revolucionario. Esta ruptura permite a Castoriadis elaborar una relación fecunda e inédita entre la filosofía y la política, tal que la superación del pensamiento especulativo no signifique el fin de la filosofía o su disolución en la actividad política. Sin embargo, se pregunta Karsenty, ¿no abandona el « último Castoriadis » la cuestión estratégica al beneficio de la enunciación de verdades ontológicas?
Jean Vogel prolonga el panorama concentrándose en la vertiente económica de la obra castoridiana. A fin de quedar más cerca de las evoluciones históricas, Castoriadis ha, él mismo, revisado repetidas veces su concepción de la dinámica del capitalismo. Sin embargo, a pesar de las innovaciones conceptuales, una constante permanece: la irremediable oposición entre socialismo y barbarie. Estos dos términos no designan una alternativa a la que la humanidad arribaría al finalizar el período actual, sino una lucha en marcha en la sociedad presente, donde se intensifican simultáneamente en todos los dominios las fuerzas socialistas y las fuerzas de la barbarie.
La segunda parte de la obra examina diferentes formas de heteronomía ya en marcha dentro de las sociedades contemporáneas. La desmesura tecnológica, la religión y la mercancía se refieren a los gérmenes de la barbarie que los autores se esfuerzan por acorralar.
Volviendo sobre la noción castoridiana de auto-institución, Nicolas Poirier recuerda que toda sociedad es la fuente de sus leyes y de sus valores y que, en este sentido, la actividad humana no reposa más que sobre ella misma. Mientras que una sociedad autónoma reconoce esta ausencia de fundamento, las
religiones se esfuerzan al contrario en ocultar este “Caos”. Ellas niegan la contingencia de las leyes atribuyéndoles una falsa necesidad. En este contexto,
¿debemos pensar que los sacerdotes están ellos mismos alienados, al punto de creer sinceramente que las instituciones humanas provienen de la divinidad, u ocultan en conocimiento de causa la auto-institución de lo social, a fin de mantener mejor a sus fieles dentro de su dependencia?
Abandonando los encantos de la religión por los de la televisión, Arnau Tomès se pregunta, a partir de Castoriadis y de Marx, sobre las razones por las que la mercancía nos fascina tanto. ¿Por qué la humanidad consagra la mayor parte de su energía a producir quimeras? No es suficiente descubrir los resortes de la explotación capitalista para quebrar el encanto del consumo. Porque las mercancías extraen su fuerza de su capacidad de satisfacer nuestra necesidad de reconocimiento. Sin embargo, la libertad de consumir tiene un precio elevado: la destrucción del ecosistema, el crecimiento de la desigualdad y la pérdida de la autonomía política. ¿Cómo explicar que los individuos paguen voluntariamente este tributo? Es esta espinosa pregunta la que se formula Arnau Tomès.
Por su parte, Stéphane Vibert análisis del despliegue aparentemente sin límite de la tecnociencia. Él cuestiona la pertinencia de la oposición castoridiana entre el proyecto de autonomía y la expansión del control racional. Vibert subraya que la primera de estas dos tendencias de la modernidad se apoya sobre una exigencia de racionalidad que se encuentra también al corazón de la segunda. Por otro lado, esta dicotomía entre autonomía y heteronomía no llega realmente a hacer inteligibles los fenómenos relativos a la técnica, como muestra la vacilación de Castoriadis respecto de los prejuicios sociales de la técnica y su control por los hombres.
La ciencia, la mercancía y ciertas ficciones religiosas muestran la persistencia de vientos contrarios al proyecto de autonomía. Pero si esta última es contestada por las fuerzas sociales y políticas efectivas, la autonomía es igualmente criticada en tanto concepto, que algunos juzgan inadecuado para pensar la sociedad contemporánea. La tercera parte de la obra pone el acento sobre los límites y lo impensado de la concepción castoridiana de la autonomía.
Incluso cuando no ha parado de evocar el riesgo de un eclipse del proyecto
de autonomía dentro de nuestras sociedades, Castoriadis no se ha dedicado jamás por ejemplo a teorizar la naturaleza de estos procesos en el curso en el que una sociedad autónoma se volcaría a la heteronomía. Para tratar de cubrir esta falta, Eric Fabri se avoca a desprender las características de tal “proceso de heteronomización”. Su análisis lo conduce a poner al día dos tensiones, por un lado, entre la autonomía y el goce, y por el otro, entre la autonomía y el control, que trabajan el proyecto de autonomía del interior, y lo vuelven intrínsecamente vulnerable al riesgo de una vuelta a la heteronomía.
¿La ética de la autonomía, que invita a cada individuo a determinarse según su propia voluntad, no se dirige exclusivamente a los adultos de buena salud? Examinando los debates recientes en la rama de la bioética relativos a la legislación sobre la eutanasia, Oliver Fresard se interroga por el tipo de relación adecuada entre, de un lado, las personas en situación de gran fragilidad y, por el otro, sus prójimos y el personal médico. La dependencia de cierto individuos (menores, enfermos, etc.) al cuidado de otro no autoriza a tratarlos como sujetos incapaces de decidir por sí mismos pero invita al contrario a conciliar la ética de la autonomía y la ética de la vulnerabilidad.
La autonomía castoridiana es cuestionada desde el plano de la ética, pero también desde el plano de la sociología. Castoriadis veía dentro del Mayo del68 la expresión contemporánea más lograda del proyecto de autonomía. Pero se pregunta Philippe Caumières, ¿no le ha atribuido el filósofo un deseo – de autonomía – a este movimiento contestatario que era personalmente el suyo, sin que necesariamente fuera el de los verdaderos actores, estudiantes y obreros? El análisis de Pierre Bourdieu, que postula que las causas profundas del Mayo del 68 escapan a la consciencia espontánea de los individuos, parece permitir una mejor comprensión de la brevedad y de la rareza de este tipo de movimientos.
Desviando la vista desde las formas de la heteronomía hacia los potenciales de la autonomía, la cuarta parte del libro está consagrada a la educación. La emancipación no es un placer solitario. Fruto de un trabajo colectivo siempre recomenzado, la autonomía es movimiento más que un estado definitivo. El aprendizaje, la formación y la experiencia constituyen el logro cotidiano de la
educación para la autonomía.
Los discursos relativos a la “crisis de la educación” abundan en las sociedades contemporáneas. Sin embargo, detrás de este lamento, estas críticas del sistema escolar se apoyan en referencias a normativas distintas y a veces contradictorias. El trabajo de tipología de Sophie Wustefeld permite aclarar lo que se pone en juego. Pues resulta una crítica dirigida contra los programas educativos promovidos por la UNICEF y la UNESCO, cuyas tendencias neo- imperialistas tienen poco en común con el ideal de una educación emancipadora.
Mientras que la autonomía supone una relación horizontal dentro de la que cada individuo no domine a sus pares, la educación es al contrario una actividad intrínsecamente asimétrica. ¿Cómo evitar que la formación para la autonomía no forme individuos conformes a un modelo fundamentalmente ajeno a su influencia? Afrontando esta interrogación crucial, Audric Vitiello explora la complementariedad de las prácticas democráticas y de la educación para la autonomía. Y a su vez, advierte sobre el desvío neoliberal de la idea de autonomía y señala la importancia de reinscribir esta última en el marco de un proyecto político colectivo.
La crítica de la heteronomía no tiene sentido más que con su indispensable complemento: la exploración de prácticas emancipadoras. La obra se cierra, en la quinta parte, con un examen sobre las posibilidades de la democracia radical. Desde las revoluciones socialistas del principio del siglo XX hasta las instituciones políticas de Suiza, las experimentaciones son tan ricas como numerosas.
“Decidir quien debe decidir es ya no decidir más”. Apoyándose en esta premisa castoridiana, Antoine Chollet pone al día el fundamento oligárquico de los regímenes “representativos” contemporáneos y deconstruye minuciosamente los diferentes argumentos que las elites políticas oponen a los procesos de democracia directa que existen en Suiza. Su análisis desarrolla una reflexión esclarecedora sobre las condiciones de posibilidad de la emergencia de una verdadera democracia que, lógicamente, no puede cumplirse más que dentro de las formas institucionales de una democracia directa.
Pero el advenimiento de la autonomía- del que la democracia directa parece una declinación política- enfrenta una paradoja: ¿cómo instaurar una sociedad auto-organizada, mediante una forma de lucha auto-organizada, dentro una sociedad capitalista cuya injerencia material y espiritual sobre los oprimidos obstaculiza al máximo tal disposición a la auto-organización? Yohan Dubigeon enfrenta esta dificultad mediante un retorno histórico a los debates estratégicos entre Lenin y sus detractores, de los que Castoriadis formaba parte. La reflexión de los éstos teóricos hace visible un tipo de organización política capaz de escapar a la degeneración burocrática que golpea hoy tanto a los partidos como a los sindicatos.
A propósito de eso, ¿por qué los movimientos de emancipación colectiva vuelven a menudo en su contra? ¿Por qué terminan regularmente por reproducir las lógicas de dominación que denuncian? Como muestra Manuel Cervera-Marzal, el análisis castoridiano de la degeneración burocrática de la revolución rusa permite identificar ciertos resabios autoritarios del bolcheviquismo. Más específicamente, el apego a una política de auto- emancipación supone permanecer en vigilancia frente a las vanguardias contestatarias que pretenden liberar al pueblo de sus tutores para, finalmente, remplazarlos por otros