image

Reseñas


image

LATOUCHE, Serge. Cornelius Castoriadis ou l’autonomie radical. Colección: Les précurseurs de la décoissance. Neuvy-en- Champagne. Le passager Clandestin. ISBN: 978-2-36935-008-8.


EMILIANO ALDEGANI

(UNMDP, ARGENTINA)


El recorrido teórico de Serge Latouche está vinculado a una considerable defensa del decrecimiento económico como proyecto político y social, frecuentemente asociada a su colaboración con la Revue du MAUSS, y por libros como Sobrevivir al desarrollo (2007), La hora del decrecimiento (2011), y otros trabajos en los que reflexiona sobre la necesidad de redefinir el sentido del desarrollo que el capitalismo y la sociedad de consumo ofrecen, para escapar a el consumo ciego por parte de los individuos y a la producción industrial desenfrenada de artículos innecesarios.

Sin embargo, continuando el camino que ha comenzado con la redacción de Jacques Ellul contre le totalitarisme technicien, Latouche, busca indagar en esta obra el pensamiento de Cornelius Castoriadis, en tanto que su construcción teórica ofrece importantes herramientas conceptuales para el desarrollo del decrecimiento como proyecto político, y que Latouche considerará, en concordancia con el título de la colección, un precursor del decrecimiento. Pues Castoriadis es un gran crítico de la sociedad de crecimiento, e incluso cuando la noción de decrecimiento ingresa al ámbito de discusión intelectual francés luego del fallecimiento del filósofo, pueden encontrarse en la críticas que Castoriadis presenta a la sociedad de consumo y a la expansión de la pseudo-racionalidad del capitalismo, elementos de gran importancia para el proyecto de decrecimiento.

Ahora bien, Latouche advierte que el pensamiento político castoridiano es solidario de una concepción de la ontología original, que sin ser incompatible con el proyecto de decrecimiento, le es totalmente extraña. Por lo que el libro


comenzara por exponer someramente la concepción de la ontología tal como la presenta Castoriadis, y el modo en que se articula dentro de su obra con el concepto de autonomía como proyecto concreto y como horizonte de sentido para pensar la transformación social y cultural.

A partir de estas consideraciones Latouche comienza a vincular el proyecto de autonomía de Castoriadis con algunas nociones del movimiento ecologista, apoyándose en algunos pasajes de la obra del filósofo, y establecerá una comparación entre la noción de autonomía tal como aparece en el pensamiento de Castoriadis, con la forma en la que la conciben otros autores como Ivan Illich o Jacques Ellul. En general, Latouche buscará mostrar cómo mientras que Castoriadis pone el acento en el carácter político y filosófico de la noción de autonomía, Illich se concentra en la crítica a la puesta en desvalorización de la actividad humana que generan la técnica y las instituciones. Pero afirmará, sin embargo, que existe un grado de complementariedad entre la concepción de la autonomía en ambos autores, pues incluso cuando el pensamiento de Illich no pone el acento en la auto-reflexividad, elemento central para Castoriadis, la revitalización de la democracia y la crítica a la sociedad de consumo que presenta el proyecto de decrecimiento, puede concebirse como la preconización de una forma provisoria de realización concreta que conduce en la dirección en la que Castoriadis piensa la sociedad autónoma.

Por otra parte, Latouche recupera la crítica de Castoriadis a la democracia representativa, y vincula al proyecto de autonomía con un proyecto tendiente a la democracia directa y la autogestión. Elementos en los que recupera un vínculo con el pensamiento de decrecimiento, pues para Castoriadis el acceso a una verdadera autogestión no puede establecerse bajo la técnica del capitalismo y con el retraimiento cívico de la sociedad de consumo. Pero advierte sobre el peligro de identificar plenamente a la democracia directa con un estado de resolución del conflicto social, pues esto iría en contra del pensamiento de Castoriadis, e incluso de su marco ontológico.

En la segunda parte del texto Latouche comienza a reflexionar sobre la necesidad de descolonizar el imaginario social de las significaciones que el capitalismo le impone: las ideas de progreso, desarrollo, crecimiento, etc. La


realización de una sociedad de decrecimiento, afirma, implica descolonizar nuestro imaginario. Es decir, comenzar a construir una sociedad en la que los valores económicos no sean centrales, y vuelvan a ser medios para la vida del hombre. Y advierte sobre el carácter voluntario que presenta en muchos casos la incorporación del imaginario capitalista en cuerpo social. La crítica de la ideología dominante será por tanto un elemento central para generar un cambio en el imaginario.

Ciertamente, lo que Latouche busca recuperar de Castoriadis es la idea de un desarrollo económico que sea medio para la vida humana y no su fin último. Y a la vez la idea de un desarrollo de la ciencia que esté orientado por la phronesis y no por una búsqueda de saber irreflexiva e irresponsable. A lo que Latouche agrega: nosotros no tenemos una oposición ciega al progreso, sino una oposición al progreso ciego. El progreso económico es un absurdo si consiste en transformar a los individuos en máquinas que producen y consumen sin objeto. Y estas ideas constituyen para Latouche el punto de partida del pensamiento del decrecimiento, pues una vez deconstruida la ideología del crecimiento, tanto el proyecto de autonomía como el decrecimiento suponen la necesidad de salir del capitalismo en el plano simbólico y material. Por lo que ambos proyectos se orientan por la búsqueda de generar un verdadero cambio cultural que permita a los individuos salir de su subordinación a las máximas que el capitalismo les impone (El expansionismo ilimitado, y la búsqueda irreflexiva de la producción y el consumo).

Por consiguiente, la crítica a la alienación publicitaria de los medios de comunicación será un elemento central de una contra-ofensiva contra el imaginario capitalista. Latouche afirmará también que la descolonización del imaginario no será posible si la sociedad de decrecimiento y la sociedad autónoma no se hacen ya efectivas, pues los valores que la sociedad de consumo promueve conllevan un cierto cretinismo cívico. En este sentido, la confrontación con el imaginario capitalista no es una cuestión de decisión, sino de una praxis social en la que los individuos se formen a sí mismo como individuos reflexivos, pues es evidente que la descolonización del imaginario no puede ser impuesta por la fuerza. Y destacará la necesidad de la participación


del conjunto de la sociedad en la esfera política, tomando distancia de la identificación del movimiento revolucionario en la expresión de un sector particular, que presentado dentro del esquema de clases, no permitió al pensamiento de izquierda pensar a la sociedad como una totalidad determinante.

Finalmente, la última sección del libro ofrece una compilación de fragmentos de entrevistas y artículos de Castoriadis que muestra un gran trabajo de selección de y rastreo de los momentos en los que Castoriadis expuso una referencia explícita a los problemas vinculados a la ecología, la pseudo racionalidad de la expansión capitalista, y en general a las ideas que han sido recuperadas a lo largo del libro. Lo que permite al lector introducirse en la lectura de un aspecto del pensamiento de Castoriadis que resulta poco presente en el desarrollo general de su obra. El libro se presenta por lo tanto, como un buen material para introducirse al pensamiento de Castoriadis, así como para la discusión general del concepto de autonomía y su relevancia política en las sociedades image