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RESEÑAS


FLAX, Javier. Política científica. “Interdisciplina y Derechos Humanos”. Buenos Aires, Editorial Biblos, 2014, pp. 209, ISBN 978-987-691-249-5.


LUCAS E. MISSERI

(UNC/CONICET, Argentina)


Javier Flax es un filósofo argentino, doctorado en su disciplina en la Universidad de Buenos Aires donde ejerce tareas docentes y al mismo tiempo investigador de la Universidad Nacional de General Sarmiento. En esta casa de altos estudios es profesor de “Filosofía del Derecho” y “Derecho y Economía de los Medios”, dos áreas involucradas en el libro Política científica. Además de este libro que nos convoca ha publicado en 2013 Ética, política y mercado y en 2004 La democracia atrapada.

Su más reciente libro está estructurado en siete capítulos en los que aborda distintas problemáticas ligadas a la vinculación entre política y ciencia desde distintos enfoques. En principio, Flax se remite a dos teorías a las que considera influyentes en su pensamiento: las de Oscar Varsavsky y Rolando García. Aunque también cumplen un rol importante las teorías del filósofo pragmatista Charles S. Peirce, el epistemólogo Gaston Bachelard y el economista Joseph Stiglitz. En segunda instancia, desarrolla el análisis de casos y de datos estadísticos concretos que conforman un marco para hablar de la política científica argentina reciente y de las políticas científicas llevadas a cabo en el país años atrás.

En el capítulo primero, titulado “ciencia, poder y utopía”, Flax presenta un enfoque clásico de lo que se denomina utopía tecnológica. Decimos “clásico” porque se inicia con la problematización de la utopía de la ciencia como un dominio sobre la naturaleza, tal como fue definida por Francis Bacon en el siglo

XVII. Sin embargo, el filósofo argentino considera que si bien esta utopía de

cuño baconiano se ha distopizado en los últimos tiempos, hay posibilidades para desarrollar formas alternativas de hacer ciencia que implican autonomía, interdisciplina y cambio social. Si bien Flax reconoce que esto se trata de una nueva utopía, considera que no hay nada malo en ello y llama a completar la inacabada utopía de la Ilustración, añadiéndole las tres exigencias ya mencionadas.

En el segundo capítulo, titulado “Idas y vueltas de la ciencia en la Argentina”, plantea su diagnóstico de la política científica argentina a partir de indicios económicos. Como por ejemplo: en qué se gasta el dinero para estimular el avance científico nacional. A partir del análisis de casos como el de la televisión digital, los premios Nobel y el retorno de algunos investigadores llega a una conclusión teñida de optimismo para el futuro de la ciencia en Argentina.

En el tercer capítulo, “Patentes” Flax introduce un tema de particular complejidad y vigencia: el de la relación entre conocimiento y patentes. Desnudando la argumentación privatizadora, Flax desarticula algunos de sus argumentos para mostrar que en esa tensión la importancia para la humanidad está en la distribución del conocimiento. Luego, se detiene particularmente en el marco argentino de esa tensión.

En los capítulos cuarto y quinto, “La abducción” y “La historia de la ciencia”, Flax entra de lleno en problemas de epistemología como los obstáculos epistemológicos, el método, la aplicación y la historización de la ciencia.

En el quinto capítulo, “la necesidad de una metodología interdisciplinaria”, Flax parte de un caso concreto para argumentar en favor de la interdisciplina como método para el desarrollo científico y a su vez como una forma de ejercer una política científica coherente.

Por último, en el capítulo séptimo “La especificidad de las ciencias sociales” aborda los desafíos de las ciencias sociales en el marco de las política científicas en tanto que su status científico es un problema per se. Aborda los enfoques naturalistas, comprensivistas y la teoría crítica para analizar las particularidades de las disciplinas enmarcadas en las ciencias sociales.

En conclusión, el libro de Flax propone un interesante viaje introductorio y problematizador en torno a los problemas de la imbricación entre política y ciencia desde una perspectiva filosófica situada: Argentina y el mundo del siglo

XXI. Su libro, como decía Bacon que tenía que ser toda filosofía, es una excelente propedéutica para la política científica debido a que está ilustrado con múltiples ejemplos concretos que ayudan a pensar la problemática desde una forma convocante. Su criticismo no es desesperanzador, sino que está promovido por una fuerte esperanza eutópica en que una ciencia alternativa y emancipadora es posible para Argentina y para el mundo. image