https://doi.org/10.34024/prometeica.2023.28.15025
RESEÑA DEL LIBRO: NONTOL, LUCIO. (2023). LA VISIÓN DE NINGÚN LUGAR EN ÁNGELA DE FOLIGNO. SALAMANCA: EDICIONES DE LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA. ISBN 978-84-17601-58-4
A VISION OF NOWHERE IN ANGELA OF FOLIGNO
Book review: Nontol, Lucio. (2023). The vision of nowhere in Angela of Foligno. Salamanca: Ediciones de la Universidad de Salamanca. ISBN 978-84-17601-58-4
UMA VISÃO DO NADA EM ANGELA DE FOLIGNO
Resenha do livro: Nontol, Lucio. (2023). A Visão do Nada em Angela de Foligno. Salamanca: Ediciones de la Universidad de Salamanca. ISBN 978-84-17601-58-4
Rafael Ramis Barceló
(Universitat de les Illes Balears, España)
Recibido: 21/04/2023
Aprobado: 12/09/2023

El profesor Lucio M. Nontol enseña teología moral en Seton Hall University, y su trayectoria investigadora ha estado ligada al pensamiento contemporáneo, filosófico y teológico, especialmente con estudios sobre Alasdair C. MacIntyre. Sin embargo, como franciscano de la Tercera Orden Regular, ha tenido siempre un especial interés por las cuestiones ligadas a la penitencia y a las grandes figuras religiosas conectadas con el carisma penitencial de la TOR, como puedan ser Ramon Llull o Ángela de Foligno, a quien ha dedicado el libro que aquí reseñamos.
“Ha habido épocas privilegiadas –escribe Nontol– como los siglos XII y XIII, en las que el individuo ha intentado describir su interioridad bajo símiles de árboles, jardines, escaleras, monasterios, etc., para indicar una conciencia hasta cierto punto, nueva sobre sí mismo o sobre el yo con respecto a su etapa anterior. Sin embargo, en todas las épocas ha
habido la necesidad de convertir el no-lugar en lugar, de encontrarlo, de narrarlo, de expresarlo o, en todo caso, de construirlo” (p. 15).
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Esta obra es una reflexión acerca del no-lugar, desde un planteamiento no estrictamente historicista, sino que bebe en las fuentes de la filosofía y la teología contemporánea. Escribe el autor que “la descripción exterior de un no-lugar interior que tiene que ver con la madurez personal y con aquello que resulta muchas veces inapreciable permite adentrarnos en una dimensión trascendente de la realidad y que va más allá de todas las categorías y representaciones que podríamos imaginarnos. Por lo tanto, escribir sobre lo que sucede en el interior de uno mismo no es fácil, más bien, ayuda a mirar a quien ya lo hizo para aprender a relacionarnos con algo fundamental de nuestra vida” (pp. 15-16).
En este sentido, continúa Nontol, “Ángela de Foligno describe, con la ayuda de su confesor, una experiencia de encuentro con Dios. Una experiencia de encuentro con lo indisponible y una superación de todo lo que ha supuesto una actitud agresiva con el mundo, con Dios, con el prójimo. Ángela, por el contrario, nos enseña que no es suficiente saber de Dios (ni Filosofía ni Teología) sino aprender a ‘caminar y conversar’ con Él ‘vigilando el corazón’, buscando dentro de nuestro ser y aprender a ver de otro modo. Nos enseña a poner a Dios donde está, es decir, al comienzo y al final de cada labor, y vivir con Él, acordándonos a Él durante la jornada, de modo que el no-lugar nos abra espacios de expresión externa que permita que el ser humano genere ‘nuevas’ formas de relacionarse con toda su existencia. Por lo tanto, en las líneas que siguen intentaré desarrollar este hilo conductor. El trabajo está dividido en cuatro partes, empezamos situando al personaje a partir de su biografía, de su contexto, analizamos su obra y finalmente, se hace un esfuerzo por actualizar el aporte de Ángela a partir de la Filosofía y la Teología” (p. 16).
En efecto, el libro se divide en cuatro partes. La primera trata la biografía de Ángela de Foligno, mientras que en la segunda analiza el fenómeno místico, a fin de contextualizar su pensamiento entre quienes no son especialistas (ahondando sobre la mística medieval y el movimiento terciario franciscano). El centro de la obra es el capítulo tercero, que representa un análisis del Libro de la Experiencia, en el que Nontol explica la importancia de tomar conciencia de la ciudadanía del cielo, a saber, el tránsito del “no yo” al “yo” verdadero, del conocimiento de sí a un mayor conocimiento de Dios, y el camino de la penitencia al amor, que abre la puerta a la espiritualidad penitencial. Finalmente, en el capítulo cuarto trata algunos temas adicionales, como la visión de ningún lugar (la interioridad), la relación entre la lógica y la mística, el silencio sagrado y lo indisponible y, finalmente, la unión mística con Cristo crucificado.
La postura hermenéutica de Nontol no es filológica ni histórica, sino más bien un diálogo libre, de franciscano a franciscano, para buscar el mensaje espiritual, más allá de los siglos: para Nontol, Ángela puede ser entendida como un “fertilizante” muy importante y acertado para nuestros tiempos (p. 17). En lo demás, sigue los trabajos de Pablo García Acosta, cuya edición castellana maneja y cita.
Nontol concluye que “la penitencia es una categoría fundamental que recorre los escritos y toda la experiencia de Ángela de Foligno. Si tuviéramos que definirla, podría decirse que es la capacidad de encontrar un motivo por el que entregar la vida. Ángela lo encontró en Dios y a partir de ahí el desenlace de su vida tomó un rumbo diferente” (p. 135). Ello le permite un conjunto de corolarios muy interesantes.
En primer lugar que la penitencia es una peregrinación hacia ningún lugar, es decir, un camino interior en sentido de metanoia (conversión), que busca llegar a la divinización del alma. En segundo lugar, que la experiencia de la interioridad hace que sea una de las místicas más importantes de la época. Es curioso que la experiencia de la subjetividad sea considerada un rasgo de la época moderna, mientras que, en la lectura de Nontol, la subjetividad o singularidad ya queda trazada en la obra de Ángela. En tercer lugar, la penitencia es una consecuencia de un encuentro peculiar con Dios, el cual conlleva a una comprensión de la vida espiritual como un descenso, una kénosis, que significa un desprendimiento para lograr una “total” identificación con Cristo crucificado, pobre y “abandonado”.
Asimismo, la obra concluye con unas reflexiones acerca de la vida penitencial y la pobreza, pues, “en toda esta manera de vivir la penitencia le corresponde una ‘nueva’ forma de relacionarse con Dios. No desde la teoría sino desde la experiencia” (p. 136). Nontol parece indicar que una lectura de la santa ayuda mucho más que otros baldíos senderos de autoayuda, porque va a lo hondo del ser a partir de la mística del descenso. Frente a la deificación contemporánea del hombre, el camino de Ángela de Foligno es un buen antídoto para centrarse en lo auténticamente importante: un camino de despendimiento, en el que la persona se despoja de las adherencias innecesarias para llegar al hondón del ser. De ahí el interés en su pensamiento como luz para alumbrar nuestra contemporaneidad.
En definitiva, este trabajo de Lucio M. Nontol es un diálogo espontáneo y sincero, que intenta romper las barreras del tiempo, y conectar con la savia que Ángela de Foligno puede aportar a los debates de nuestros días. Ya al inicio se indica que no se trata de un estudio erudito, sino una reflexión práctica, es decir, contestar a la pregunta: ¿qué aporta Ángela a la búsqueda espiritual? En efecto, desde el carisma
de la penitencia, se entiende la hondura de una senda que “impulsa a reconsiderar al individuo integral ubicándolo dentro de una cosmovisión que le posibilita la realización y el sentido de la vida” (p. 106).