Artículos


https://doi.org/10.34024/prometeica.2023.26.14127

 

 

TEORÍA Y PROCESO DE LOS DÚOS EN CIENCIA

THEORY AND PROCESS OF DUETS IN SCIENCE

TEORIA E PROCESSO DE DUPLAS NA CIÊNCIA


Lucas Rimoldi

(Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Argentina)

llrimoldi@yahoo.com


Alicia Monchietti

(Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina)

almonchietti@mdp.edu.ar


Recibido: 28/07/2022

Aprobado: 10/01/2023

 

 


RESUMEN


La escritura a dúo en ciencia establece un “tercer espacio” entre trabajar y publicar solo y hacerlo grupalmente. Reduce el aislamiento, apoya la motivación y aporta seguridad para tomar riesgos. Más influidos por las peculiaridades institucionales que les dan marco que los dúos de escritura de otra índole, en el orden de su constitución, los distingue estar conformados por investigadores de la misma o distinta disciplina. En este proceso conjunto se disponen, obtienen y comparten recursos intelectuales y materiales con la meta primera de generar y comunicar conocimiento científico, por lo que la publicación científica es su principal output. Establecemos sus fases en la secuencia investigación/escritura/corrección- publicación, que describimos según un abordaje de tipo procesual. El mismo nos permite poner de relieve el interjuego de factores de tipo psicológico y sociológico, metodológico y técnico, e institucional y ético.


Palabras clave: epistemología. escritura. dúo. ciencia.


ABSTRACT

Duet writing in science establishes a “third space” between working and publishing alone and doing it in a group. It reduces isolation, supports motivation and provides confidence to take risks. More influenced by the institutional peculiarities that frame them than other pairs of writers, in the order of their constitution they are distinguished by being composed by researchers from the same or different disciplines. In this joint process, intellectual and material resources are made available, obtained and shared with the primary objective of generating and communicating scientific knowledge, with scientific publication being its main output. We established its phases in the research/writing/correction-publication sequence, which we describe according to a process-type approach. It allows us to highlight

the interaction of psychological and sociological, methodological and technical, institutional and ethical factors.

Keywords: epistemology. writing. duo. science.


RESUMO

A escrita em dueto na ciência estabelece um “terceiro espaço” entre trabalhar e publicar sozinho e fazer em grupo. Reduz o isolamento, apoia a motivação e fornece confiança para assumir riscos. Mais influenciados pelas peculiaridades institucionais que os enquadram do que outras duplas de escritores, na ordem de sua constituição, distinguem-se por serem compostos por pesquisadores da mesma ou de disciplinas diferentes. Nesse processo conjunto, recursos intelectuais e materiais são disponibilizados, obtidos e compartilhados com o objetivo primordial de gerar e comunicar conhecimento científico, sendo a publicação científica sua principal saída. Estabelecemos suas fases na sequência pesquisa/escrita/correção-publicação, que descrevemos segundo uma abordagem do tipo processo. Permite-nos destacar a interação de fatores psicológicos e sociológicos, metodológicos e técnicos, institucionais e éticos.


Palavras-chave: epistemologia. escrita. dupla. ciência.


1.


La escritura a dúo en ciencia concita dos actividades usualmente solitarias, y en virtud de la necesaria relación interpersonal entre los participantes que investigan y escriben, aporta beneficios cognitivos y emocionales, que contribuyen a las competencias y competitividad autoriales, y a la creatividad y la innovación disciplinar. Crea un “tercer espacio”, entre trabajar y publicar solo y hacerlo grupalmente. Creamer y Hutcheon han abordado el tema discriminando los dúos de formaciones más nutridas y dando centralidad, entre sus múltiples facetas, al aspecto vincular (Creamer 1999, 2004; Hutcheon y Hutcheon 2001). Por nuestra parte, dentro de una serie de trabajos conjuntos, hemos realizado un abordaje de tipo panorámico (Rimoldi y Monchietti 2020). En los límites del estado del arte gravitan otros trabajos sobre los usos, funciones y reconocimiento de la autoría múltiple en publicaciones académicas (Silva 2005), ligados a las metodologías cuantitativas utilizadas en cienciometría y bibliometría.


En principio los dúos académicos ostentan dos características diferenciales: están menos apoyados en afinidades empáticas que los dúos de escritura de otra índole a la vez que, comparativamente, se ven más influidos por las peculiaridades, necesidades y mecanismos institucionales que les dan marco. En el orden de su constitución, los distingue estar conformados por investigadores de la misma o distinta disciplina.1 Durante el desarrollo de un proceso conjunto disponen, obtienen y comparten recursos intelectuales y simbólicos, materiales e institucionales con la meta primera de generar y comunicar conocimiento científico, y en ocasiones también tecnológico, por lo que la publicación científica es su principal output. Establecemos sus fases en la secuencia investigación/escritura/corrección-publicación, que desplegaremos según un abordaje de tipo procesual a lo largo de tres incisos. El mismo nos permite poner de relieve y vincular factores en juego de tipo psicológico, antropológico y sociológico, metodológico y técnico, institucional y ético.



1Se entiende que consideramos a los integrantes de un dúo co-autores, de todas maneras, no es ocioso recordar los criterios para clarificar quién puede ser incluido dentro de una coautoría, de editorial Elsevier y del Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas (originalmente grupo de Vancouver): 1) haber hecho una contribución significativa a la concepción, diseño y ejecución de la investigación por ejemplo en cuanto al aporte de datos y su análisis; 2) participar de la redacción del artículo o la revisión crítica con aporte de contenido intelectual, y aprobar su forma final; 3) poseer la capacidad y responsabilidad de defender públicamente el trabajo. Para Elsevier es suficiente el cumplimiento efectivo de uno de los requisitos, el CIERM (actualizado a 2017) indica que deben cumplirse los tres.

De forma introductoria adscribimos el aspecto identitario a condiciones generales de orden antropológico. Tomasello, co-director del instituto Max Planck de Antropología Social, hace pié en la etología de los primates para postular como característicamente humanas la empatía y el cálculo del riesgo futuro. Basa la capacidad de cooperar en las habilidades de los seres humanos de comunicarse entre sí, de coordinar mediante la atención conjunta y las perspectivas individuales actividades tendientes a una meta común con rédito mutualista concreto, y de dividir el trabajo así como roles respectivos e interdependientes (2010 74, 81, 94). Si además de coincidir en las finalidades del proyecto en un punto de llegada consensuado los actores comparten los mismos valores, el compañerismo se incrementa. Tomasello señala la cualidad de disfrutar y sentir gratificación por las tareas intermedias, incluso a veces más que por la consecución de la meta instrumental, lo cual coincide con una de las dos conclusiones centrales a las que arribamos en nuestro trabajo, que la escritura a dúo se caracteriza por el disfrute que provoca su ejercicio (Rimoldi y Monchietti 2020, 116). Partimos entonces de entender que los siguientes infinitivos sintetizan las acciones necesarias de base: simpatizar-copensar-cooperar.


En la elección del colega, y como en toda relación de a dos, por lo menos al inicio interviene una atracción por algo que creemos tiene el otro y nos puede aportar, ya sean temas, fuentes, datos, expertise, financiamiento y atravesándolo todo reputación porque, como indica Bourdieu, esta es la primera moneda de cambio en la academia (20, 105-7). La tarea inicial es, nada más y nada menos, establecer el dúo. Si se cursa con éxito tal instancia de constitución y el dúo se desarrolla fortaleciéndose, su clima habilita un reflujo que permite el desbloqueo de ideas, articulaciones y proyectos. Sin embargo, como elección recíproca, muchas posibilidades no pasan de la fase de la propuesta al no ser aceptadas mientras otras aparecen impuestas por el contexto laboral y las posiciones que las personas tienen en las instituciones. Unas más se diluyen en un marasmo de formalidades y esterilidad porque demasiado respeto o demasiado recelo impiden poner la cabeza en las manos del otro. Por último otras, por lo demás prometedoras, corren el albur de sucumbir cuando las concesiones no son mutuas. Los factores motivacionales personales pivotan con las redes personales y el capital social, igualmente importantes respecto de la posibilidad de que el vínculo prospere. El cálculo de lo que se ofrece y lo que se busca colinda con el de estructuras jerárquicas y relaciones de poder.2

Lo que sigue refiere a los dúos de largo aliento o más productivos, son los que posibilitan un trabajo más rico y sedimentado que permite la profundización, el despliegue de un abanico de temas y potencialmente la innovación teórica; la cual requiere familiaridad intelectual y más tiempo (Creamer 1999, 271-3). En la literatura citada, Creamer instrumenta un enfoque sociológico de base empírica y analiza el testimonio de 80 parejas de académicos, distinguiendo los dúos por longevidad como de larga duración, intermitentes y eventuales. También lo hace según el número de publicaciones logrado, y según la cantidad de problemas abordados y la variedad de teorías combinadas (268). Se trata de parejas académicas que llevan una relación en la vida real y en las que la inmediatez y la mayor frecuencia del feedback mediante conversaciones informales, constituyen factores distintivos y de incremento de la calidad del trabajo (Creamer 271; Kraut, Egido y Galegher 155). Por su parte tanto Hutcheon y Hutcheon como Elbrecht y Fakundiny relatan en primera persona intimidades afectivas involucradas en dicho proceso. Ambos escritos de a dos como la mayor parte de los trabajos sobre dúos de escritura, contienen significativas referencias meta-autorales. Que estos tres estudios enfoquen el aspecto intersubjetivo mientras dan cuenta del caso de “compañeros domésticos” en el sentido de pareja, resulta natural en tanto proceden de las humanidades. Pero cabe puntualizar que los dúos en ciencia con una relación extra- profesional de tipo familiar abarcan otras variantes y son numerosos los formados por padres e hijos o hermanos. Se ha señalado con pertinencia que en ocasiones la colaboración responde principalmente a


2La cienciometría utiliza las nociones de grado de incrustamiento y heterogeneidad nodal para analizar estos aspectos de las redes sociales de los científicos. Grado de incrustamiento refiere a la variedad e intensidad de los vínculos, el equilibrio entre vínculos fuertes y débiles produce redes más íntegras que combinan los beneficios de la confianza con la exposición a información novedosa, gestada o circulada en ambientes externos y fundamental para el descubrimiento de oportunidades. Heterogeneidad nodal pretende especificar el grado de diversidad de dichos vínculos en cuanto a las ubicaciones socio-institucionales y geográfico-espaciales involucradas.

mantener una relación personal pre-existente, de manera tal que en vínculos afectados por la separación física, provea una buena razón para seguir en contacto (Kraut, Egido y Galegher 152).

En todo caso los dúos de larga duración se revisten de una afectividad necesariamente positiva y de un componente de amistad, con prevalencia de solidaridad y consenso. Tanto como detentar una posición profesional sólida, el buen humor comunicativo y el don de la gratitud favorecen su desarrollo exitoso.3 En los dúos de escritores no todas son rosas y siempre está latente la agresión primaria y sus múltiples manifestaciones. El escollo más frecuente deriva de la tentación de convertirse en el autor principal: la riqueza y el placer de trabajar juntos chocan con la necesidad o la intención de recibir crédito individual, sobre las que opera la incidencia de agentes institucionales de evaluación y promoción, de colegas y editores. Se genera tensión.


La etapa inicial de concepción y diseño de investigación requiere batirse reiteradamente con la formulación del problema que se plantea indagar. Hay que precisar una y otra vez dicha formulación, lo que supone entre otras cosas establecer y actualizar el estado del arte, tener en cuenta la inserción y los paradigmas individuales y culturales de ambos participantes, que se proyectan con diferente peso en los conceptos teóricos que aparecen en la presentación del objeto. Como parte de las interacciones que anteceden a la escritura, el intercambio de bibliografía resulta fundamental en esta etapa de adecuación de elementos de los modelos metodológicos, cuando también se reparten tareas y se empiezan a realizar acciones complementarias a las del otro. El dispositivo dual suele reducir la inercia que puede bloquear la investigación y fortalecer la atención a obstáculos epistemológicos como insuficiencias de reflexividad o adhesión a prenociones.


Trabajar con un investigador de otra disciplina probablemente nos haga ver nuestras ideas con una luz nueva. La interdisciplina requiere apertura mental, interés e inmersión en el otro punto de vista junto con capacidad de pensar en los términos del otro, en un proceso de familiarización con la expertise ajena que se desarrolla a lo largo del tiempo, si se está dispuesto a modificar el propio y construir uno alternativo, en la búsqueda creativa y solidaria de nuevos caminos. Permite definir y abordar problemáticas que escapan a la examinación desde una sola disciplina. En la escritura a dúo, desde las primeras articulaciones hasta la elaboración final, muchos hallazgos derivan de la energía dedicada a sopesar las sutiles maneras en que las dos perspectivas varían, cuán productivas pueden tornarse las tensiones a nivel conceptual y cómo pueden fundirse en algo innovador, superador de las limitaciones de los enfoques dominantes y las tradiciones ya erosionadas a nivel de doxa (Mansilla, Lamont y Sato, 2, 8). Lo cual es emancipador y aporta al bien de la ciencia. El mayor beneficio que los dúos interdisciplinarios reportan a sus integrantes es ampliar el horizonte epistemológico de sus indagaciones y habilitarlos a realizar operaciones epistemológicas más complejas, que incluyen, pero trascienden, la de mixturar la expertise propia de sus respectivos campos.


Formar un dúo en ciencia es realizar una toma de posición que se engasta en una trayectoria. Puede resultar un hito para el status académico, el desarrollo intelectual y la historia cognitiva de los


3Desde el ámbito de la literatura y la enseñanza de la escritura Hanif Kureishi aporta una interesante síntesis de estos elementos: “Querés ver cómo trabajan otros -¿y por qué no?- dejar que te cambien. […] la colaboración es como la amistad o la escritura; sólo podés arrancar con una vaga idea de adónde vas. Un poco después, si tenés suerte, empezás a ver si hay o no hay al frente un destino que merece la pena. […] ¿Cómo sería, entonces, cometer errores, decir cosas locas, tener extrañas ideas delante de otra persona? ¿Se te impondrá el otro o te forzará a un compromiso, o viceversa? ¿Te sentirás liberado por ellos o se despertarán nuevos miedos? ¿Y qué miedos pueden ser? El desafío de la colaboración es encontrar el proceso en el que los dos pueden ser tontos sin ningún miedo; ver si su unión es una dilución o una expansión de sus capacidades combinadas. Lo que querés es que el otro te sorprenda, no que te limite. Ninguno de los dos quiere perder tiempo persiguiendo una idea que no sea interesante.” (Soñar y contar. Reflexiones sobre escritura y política. Buenos Aires, Anagrama, 2004, pp. 265-6).

Complementariamente la antropología filosófica de Peter Sloterdijk nos permite profundizar la referencia inicial a Tomasello. Su teoría parte de la observación de que el hombre, como producto evolutivo con índice de espontaneidad más alto, es afectado por influjos simpatéticos de otros seres vivos, sino bajo el cual se produce su entrelazamiento con complementadores y promotores. Su concepto de esfera como invernadero o burbuja de sentido explica la necesidad humana de construir, en base a afinidad de creencias y esfuerzo, un entorno generativo y protector del que a su vez surgen inspiraciones comunes. Las esferas apoyan la capacidad de autodisfrute y brindan inmunidad anímica. Los dúos en términos de Sloterdijk son microesferas, que reparten resonando sobre dos socios una identidad común, a expensas de una tensión permanente entre entrega y autonomía, y de la cesión de una parte de esta última, a cambio de los numerosos dones que se obtienen. (Sloterdijk, Peter. Esferas III. Madrid, Siruela, 2009. Cfr. esp. 47 y 287).

participantes.4 Sin llegar a obliterar o sacrificar la existencia propia, presenta el dilema de resignar parte de la autonomía al brindarse (Tomasello 71). Tampoco implica el desdibujamiento de la individualidad de cada investigador como autor único. Lo que se produce es una tensión en el sentido de estiramiento o elongación debida al despliegue, rediseño y extensión del yo autoral (Elbrecht y Fakundiny 245). A este respecto, y desde este punto de vista de la trayectoria, como cada autor constituye un campo de coherencia conceptual o teórica, abrir por demás el espectro de temas o metodologías (riesgo que se incrementa en los casos de interdisciplina) impacta negativamente en la identidad académica. Este efecto de dilusión se produce, por ejemplo, cuando las “salidas del campo” de los investigadores senior no conducen a resultados científicamente significativos; mientras que si lo hacen fortalecen su identidad profesional en términos de originalidad y capacidad. Considerando longitudinalmente la trayectoria, Creamer y luego Hutcheon alegan que este tipo de colaboración no es aconsejable para los autores noveles y con menos capital científico al no tener establecido el nombre individual:


Because it complicates evaluation, most long-term collaborative relationships, especially with a mentor or someone percieved to be senior in rank, are discouraged in the traditional academic reward structure. Participants cautioned that embarking on such a collaboration is risky before an independent reputation as a scholar is firmly established (Creamer, 1999: 275; y 270. Véase Hutcheon, 2001: 13-68).


Hay ideas, hipótesis, tesis que no son generalizables y creemos que esta es una de ellas. Por ejemplo, habría que incluir en este cómputo los beneficios de otra manera inaccesibles que puede reportarle a un investigador junior el trabajo junto a alguien bien plantado en su campo, como parte de un dúo que pareciera más coyuntural, pero que en ocasiones se prolonga mientras el discípulo va madurando profesionalmente y aún más allá. Dentro de esta dinámica interactiva, Steiner advierte además el rol activo del discípulo, que realza, disemina o traiciona las energías que conforman la identidad del mentor

(143). En suma, en cuanto al desarrollo de la trayectoria y de la identidad profesional, la opción más atractiva parece ser combinar lo individual con lo dual y lo grupal (los científicos más productivos publican de estas tres maneras).

La perspectiva de un modelo ecológico como sistema múltiple en que intervienen interacciones y juegos de factores individuales, interpersonales, de contexto institucional y societarios, nos permite integrar otras consideraciones que hacen al tipo de colaboración tratado. El siglo XXI promueve como modélicas formas de identidad vinculadas a numerosas propuestas identificatorias deletéreas, que modifican el diálogo y los lazos de sociabilidad genuinos. La comunicación virtual debilita los componentes empático y ético que caracterizan al vínculo cara a cara y avalan el compromiso mutuo, detalle significativo si consideramos que según The Royal Society, el 90 por ciento de todas las colaboraciones científicas comienzan cara a cara (65). El giro digital hace que las redes de trabajo y de conocimiento relacionadas con la conexión a redes virtuales en la era bluetooth tiendan a lo flexible y efímero, a la vez que facilita el trabajo de investigadores de distintos equipos, países o tipo de formación, quienes desde un proyecto común y en una dinámica que revierte en el logro de mayores presupuestos, pueden realizar trabajos más ambiciosos y producir panoramas ampliados con nuevas preguntas que hacen al avance científico. Como una de las direcciones en las que empuja la academia, puede considerarse estimulante para la formación de dúos la promoción y demanda de cooperación internacional (The Royal Society, esp. 66, y 62).


Porque, es claro que la escritura científica como acto organizacional responde a las condiciones, incentivos y límites que presenta la institución para la cual se trabaja y que, como marco, determina su tipología escénica. En las facultades de humanidades, caracterizadas por su amplia dispersión del rango de tópicos y, especialmente, por la baja tasa de interacción, esta práctica es inhabitual como consecuencia del encumbramiento de una “originalidad” que termina siendo egoísmo y egolatría (Creamer 2004, 557; Steiner 155). Imponen al investigador la illusio de que la vitalidad del campo reposa en los talentos y habilidades de cada uno como individuo, y de que se trata de una vida solitaria. Mientras, en las de exactas tampoco es la más común debido a la promoción de formaciones más nutridas por cuestiones metodológicas, y porque los créditos por publicación se otorgan con criterios que desafían las ya



4“Hemos definido este constructo en términos del conjunto de conocimientos adquiridos durante el curso vital y vinculado al funcionamiento intelectual alcanzado, siendo la historia cognitiva reorganizada continuamente a través de experiencias de aprendizaje individual y colectivo.” (Monchietti y Lombardo 2006).

referidas pautas internacionales de atribución de autoría, por ejemplo en cuanto a aporte personal significativo. En este caso frente a la naturaleza laboriosa y demandante del dúo, y al ingente tiempo que consume, resulta más atractivo participar de una autoría múltiple derivada del envío de datos, muestras, mediciones o resultados de experimentos.


2.


En lo técnico esta práctica reporta ventajas y desventajas, implica esfuerzo y la reiterada superación de escollos. Cada dúo busca un punto de partida que les vaya bien a ambos autores y un método que haga que la escritura se produzca, un método de escritura. De manera generalizada el feedback es considerado como la esencia en tanto permite que todos los otros principios funcionen. Desde el inicio la base ineludible es la charla iterativa, que permite primero cultivar parcelas de terreno común, merodear temas y realizar tormenta de ideas. En este punto el compañero opera como un pararrayos que aprovecha: capta, baja y convierte. La escucha profunda e inmersiva de la otra voz da lugar a un continuum psicoacústico y una resonancia que ampliará la voz individual. La resonancia tiene componentes corporales y visuales, más significativos cuando media la presencialidad, pero fundamentalmente conlleva una ética de la escucha y un efecto diapasón que facilita sucesivos afinamientos. Para nosotros un beneficio central de los dúos es habilitar a sus participantes a abordar y desarrollar temáticas que les resultan ajenas en términos de individualidad, y por lo tanto la conquista de territorios de otra manera inaccesibles. De la puesta en juego común de hipótesis, conceptos, bibliografía y metodologías resulta un repertorio más vasto en que los temas se agitan y combinan como en las figuras de un caleidoscopio. Se abren miradas diferentes sobre esos temas y discusiones más profundas de índole cognoscitiva, gnoseológica y epistemológica.


El clima de autoabastecimiento y capacidad surgido de la aprobación inicial, se continúa cuando ambos colegas se infunden valor para avanzar sobre sus hallazgos. En este sentido el cobijo que provee la construcción de atmósfera común otorga inmunidad frente a dudas individuales y temores profesionales.

La conversación va tomando la forma de escritura y la cataliza, lo conversado se internaliza y luego re- externaliza en el texto. Son horas de charla mientras se buscan fuentes, se aclara la organización y se eligen las palabras justas.


El manuscrito va y viene, en una dinámica de lectura mutua, reescrituras y relecturas. Puede hablarse de una escritura reactiva, sincrónica y/o paralela. Porque las actividades de escritura realmente no se realizan bajo una secuencia rígida, sino en o mediante rondas iterativas, presenciales o no, de lectura y revisión. El control de las versiones es una de esas actividades y demanda tiempo, concentración y coordinación. En el manuscrito confluyen dos estilos y en esta etapa se negocian dos patrimonios lexicales y hasta culturales que, en el caso de la interdisciplina, aparecen fuertemente influidos por usos, modos y modas propios de las diferentes áreas del conocimiento. Un científico puede seguir eficientemente un patrón de pre-escritura/escritura/corrección, otro caracterizarse por lo incisivo de sus análisis y la organización de los contenidos, mientras hay quienes se destacan por otorgar a sus escritos interés personal y comunicatividad y por calcular eficientemente la audiencia. Es decir, en la amalgama de estilos convergen estrategias que probablemente difieran en más de un aspecto, por ejemplo las estrategias de revisión. Quienes comparten campos considerados de bajo consenso, como las humanidades y las ciencias sociales, tenderán a manifestar diferencias sustantivas de opinión más pronunciadas que las usuales en otras áreas (Creamer 2004, 557). De la negociación debe resultar una sinóptica convergencia de perspectivas, con ajuste y síntesis.5 Requiere flexibilidad y una sinergia que


5Sobre este punto, advertimos algunos desvíos como formas incompletas y en algunos casos “primitivas” pero todavía ubicadas en los límites de nuestro desarrollo; las publicaciones de un etnógrafo y un pintor o de un botánico y un ilustrador pueden pensarse como antecedentes históricos y contextualizadores de esos casos de desvío. Otro ejemplo es la publicación de diálogos, en los que a veces interviene la tercera voz de un editor, moderador u organizador, como en Respuestas. Por una antropología reflexiva de Bourdieu y Wacquant, resultante de un seminario (México, Grijalbo, 1995). O como en el collage de reflexiones sobre nuestro tema de Kathleen Yansey y Michael Spooner, que a través de diferentes tipografías se propone producir un efecto multivocal a la vez que desafiar los límites del artículo académico: “A Single Good Mind: Collaboration, Cooperation, and the Writing Self”. College Composition and Communication, 49, 1, 1998, pp. 45-62.

comprende el respeto por las habilidades del otro, además de por sus conocimientos e intuiciones (Elbrecht y Fakundiny 250, Creamer 2004 563). Es necesario resignar algunos tics y rituales personales de concentración, motivacionales o anti-caos a los que cada académico está habituado, y así disminuir las frustraciones potenciales que siempre acompañan el proceso de trabajo.

Pensando y escribiendo junto a otro uno se enfrenta ineludiblemente a estilos diferentes y tiene la posibilidad de aprender nuevas habilidades con la supervisión del colega. La influencia mutua puede por ejemplo mejorar el estilo personal de resolución de problemas de escritura, o de gestión de la publicación de los resultados. Pero como ya sugerimos, lo más relevante en la escritura a cuatro manos en ciencia, más que un nuevo acervo estilístico alternativo, es el cambio epistemológico que viene imbricado en el proceso. Quedará vedado a quienes por características psicológicas, situaciones vitales, institucionales o sociales no se sienten cómodos con la perspectiva de cooperar.


Durante la preparación del manuscrito, en la superficie del discurso se juegan diferentes modalidades de presentación del emisor. Por ejemplo, en las humanidades, dentro de las elecciones autorales predominan dos actividades de tratamiento discursivo, los cambios de perspectivas enunciativas, y las caracterizaciones, glosas o comentarios de las expresiones utilizadas en el decir propio, menos frecuentes en otras áreas del conocimiento. Las huellas de la presencia del locutor se observan en indicaciones de persona, comillas, conectores argumentativos, recapitulaciones y negaciones. Como las ciencias humanas se ocupan esencialmente de hechos de significación no es de extrañar que potencien el trabajo con la palabra. En las ciencias naturales se tiende a omitir las marcas de punto de vista propio y de los otros científicos, de mediación y de interpretación. En efecto, cada comunidad discursiva también ostenta matices en la relación con el discurso de los otros, en medicina y psicología los antecedentes, aportes e ideas de otros especialistas suelen discutirse menos a través de la inclusión de citas de sus discursos que de la citación bajo la forma de resultados alcanzados. En la interdisciplina todo esto se dirime en aras de lograr un ethos académico aceptable, para los dos autores y para el medio en que se pretenda publicar.


En esta modalidad de escritura científica se piensa de manera más compleja sobre cómo piensan los otros, y eso hace a sus integrantes mejores escritores. Los lectores son una masa invisible, “fantasmal”, y en la imaginación se los construye asumiendo sus pensamientos y sensaciones, para replicar tanto como se pueda a los lectores interesados en el tópico en cuestión que existen en el mundo real. Dado que el colega, especialmente en este momento del proceso, actúa como primer lector y audiencia real, mejora el sentido de la recepción y el cálculo de la legibilidad.


Ya mencionamos como en nuestros mundos espumas (según la expresión de Sloterdijk) el auge tecnológico pone a mano recursos facilitadores de las prácticas colaborativas, como los procesadores de texto y el correo electrónico ya de uso masivo en la década de los 90. En un paisaje éticamente poco grávido y propenso al patchwriting, añadimos que los softwares proliferan vertiginosamente y con frecuencia dejan de ser herramientas para tornarse en obstáculos.


La presión por obtener créditos por publicaciones junto con los criterios de medición de productividad intensifica el debate sobre el orden en que aparecen los coautores o sobre su ubicación en portadas y portadillas, tornando dificultosa la perspectiva estimulante de formar un dúo. Antes de tratar este aspecto, observamos que el sistema científico fomenta el ego y, muchas veces, inhibe o impide la buena escritura.


3.

La comunicación de resultados validados por la comunidad científica es central entre los factores causales motivacionales de este proceso mutualista. El cálculo de la recepción se actualiza y capitaliza en la tarea de corrección del manuscrito en vistas a la fase de aprobación externa y distribución, momento en que los científicos toman su chance de definir la colocación de los resultados obtenidos, el campo específico y el medio a los que apuntan. El trabajo a dúo duplica el refinado (Posner y Baecker 1992,

128). La corrección comienza en consultas mutuas y se extiende hasta que se resuelven las revisiones, explicaciones, añadidos, rectificaciones o supresiones solicitados por los editores tras la evaluación de pares anónimos. La elaboración de ese postprint será el último requisito previo a la publicación. En la fase “logística” y de edición las estrategias incluyen procesar los rechazos de las revistas, evaluar modificaciones y nuevas postulaciones. La difusión puede facilitarse y su suceso potenciarse si uno de los autores posee en su campo un monto de consagración significativo, como en el caso de un académico con contactos (“rompeportones”) para presentar en una editorial de prestigio capítulos de libro o libros. Otras maneras de diseminar la producción del dúo son las reuniones científicas, bajadas pedagógicas a nivel de docencia universitaria, y actividades de extensión y divulgación. Pero el carácter científico sólo se completa con la aprobación de la evaluación doble ciego en un órgano de calidad certificada.


Es en esta etapa cuando cobra protagonismo la dimensión ética, y toda la literatura sobre multiautoría en ciencia converge al respecto (Silva 2005). En términos generales y de capacidad humana para elegir o rechazar las cosas en la dimensión de lo volitivo, la ética abarca las reglas y las pautas espirituales que rigen nuestra vida, las razones que justifican nuestras acciones y conductas, y los valores sociales que atañen al respeto y las obligaciones con nuestros semejantes. Fundamenta la responsabilidad moral y la integra un conjunto de hábitos mentales, de comportamiento y de sentimiento.

En la política de escritura del dúo, la ética atañe a los acuerdos explícitos e implícitos sobre las responsabilidades y beneficios compartidos y queda establecida en una serie de reglas de convivencia y trabajo. Cuando escuchamos genuinamente o leemos responsablemente respetamos el buen ethos del dúo. Los hábitos de conversación razonada permiten superar la crítica negativa y penetrar en el material del otro productivamente. Este diálogo incluye la tolerancia a algunas diferencias subjetivas irreductibles. Lo que no pueden faltar son las expresiones de deferencia y reconocimiento dispensadas al colega, pequeñas o generosas, pero algunas de ellas necesariamente públicas, que acompañen el recorrido científico compartido.


El no respeto de las pautas, las faltas a la confianza profesional o, como sugerimos al inicio, a favores comprometidos, resultan en conflictos que manifiestan la siempre viva agresividad primaria (Steiner 173). Celos y vanidad inflaman componentes polemógenos que atentan contra el clima cordial y pueden romperlo. Las situaciones potencialmente conflictivas se exacerban en vistas a la distribución y conversión de capital simbólico, de consagración y económico: de los debates y dudas sobre el orden jerárquico de aparición de nombres (la co-autoría incluso puede ser disimulada y hasta negada), pasando por la gestión y administración de derechos de autor (cuando hay patentes de por medio se trata de acuerdos comerciales con participación de la institución financiadora), hasta los efectos privados y públicos de la atribución del aporte individual por parte de los agentes que intervienen en la evaluación, difusión y recepción crítica del material. Creamer coincide en que las cuestiones de reconocimiento son las que juegan el mayor rol en la consideración de los sujetos de detener la colaboración (1999, 270). Para paliarlas los investigadores pueden alternar como primeros autores a lo largo de las publicaciones, o designar al segundo autor como autor correspondiente.


Así como todo el proceso está jalonado de momentos de desarmonía, displacer, estancamiento o caos, las reglas de este juego implican elasticidad y toques de informalidad. Pero el límite que no puede rebasarse sin amenazar seriamente la cooperación y sus beneficios es el de la partición justa y respetuosa de los beneficios: más allá la colaboración se desmorona y disuelve (Tomasello 102). Cuando la violencia o la traición proceden del interior, y como en tiempos de guerra, el colaborador se transforma en colaboracionista. La suspensión o la ruptura del dúo se producen a partir del momento en que uno de los actores estima que ya no obtiene nada de la cooperación tal y como funciona, o que tiene más que ganar si sale que si se mantiene dentro. Inversamente, fidelidad y compromiso como prácticas sociales y temporales que crean una duración y establecen un lazo con el futuro, resultan fundamentales cuando se revalida con otro el intercambio de acciones y pasiones para componer un corpus más potente.


La literatura describe un desdibujamiento actual de los criterios éticos de la profesión que puede afectar asimismo la dinámica dual (Browman y Stergiou; Ioannidis; Silva 88). En 2016, la editorial Taylor and Francis envió a sus colaboradores una encuesta de 5 páginas que enunciaba su intención de afinar los

criterios de valoración para determinar y asignar la coautoría en el proceso de edición.6 Las duplas no coyunturales formadas por investigadores senior con sus becarios o tesistas nos sirven para ejemplificar otro arco de situaciones que justifican la misma preocupación. En uno de sus extremos encontramos la apropiación por parte del tutor de la tesis de su dirigido cuando se fuerza la publicación de resultados en co-autoría. No es que impartiendo órdenes, organizando y corrigiendo el director no trabaje, sino que se aprovecha de la jerarquía para añadir a los beneficios genuinos de la dirección los de publicaciones que no le corresponden. El dúo aloja entonces autorías injustificadas, inmerecidas u honorarias, también llamadas guest o guift. El otro extremo es la obliteración de su estatuto de co-autor cuando por diversos motivos su labor excede la supervisión y alcanza una participación significativa en la producción del texto del dirigido. Esta infracción o forma de autoría conflictiva se denomina incompleta o fantasma (ghost) y omite a uno de los participantes, una forma de plagio que en el caso de un dúo es imposible adjudicar al desconocimiento o la confusión. La participación de un negro o ghostwriter es una eventual contracara de la escritura a dúo tal como la entendimos aquí. Este tipo de deshonestidades resuenan en la humorada de Proust, cuando en Por el camino de Swann se reía del erudito estafador que empleaba en la confección de palimpsestos una energía y un saber tales, que sólo con la centésima parte se hubiera ganado una posición más lucrativa pero honrada.


Conocer de manera práctica la escritura a dúo es un beneficio para hablar de ella, como en este caso, en que colaboramos para contarla. Nuestro dúo aunó las disciplinas Letras y Psicología e implicó incorporar recíprocamente nociones para una enriquecida puesta en común de los objetos abordados. Con edades distintas, cada uno ha publicado como autor único y junto a otras personas numerosos trabajos. Miradas teóricas múltiples (a veces contradictorias entre sí), jergas y estrategias disciplinares y personales diferentes incrementaron la fertilidad pero también hicieron más difícil la labor. El objetivo fue arribar al mejor resultado que pudiéramos lograr, bajo el compromiso de mantener la relación por encima de los problemas. Hubieron titubeos y desacuerdos pero desde el comienzo, de fondo, la determinación de poner tesón y superar los inconvenientes. Largas y periódicas sesiones de discusión, agotadoras pero también maravillosas, nos permitieron debatir palabra a palabra, en algunos casos evaluar su uso en cada disciplina, y qué tipo de datos eran aceptables como evidencia en ellas. En momentos ríspidos uno cedía en la elección de una palabra o su ubicación en alguna frase, y el otro hizo lo mismo. Volvimos a aprender a articular y formular.


Una espontaneidad un tanto salvaje engendró tramos felices y momentos de marcha fuera de carril. Así el investigador más experimentado realizó hallazgos y lanzó ideas de mayor alcance teórico, y al compañero correspondió a menudo desandar y resolver en un todo articulado, pulir y redondear un texto más minucioso, comprensible para los otros, moradores externos a esta esfera. Cuidamos la prosa a nivel de superficie textual y trabajamos en pos de la coherencia y la unidad. Escuchándonos atentamente pudimos calibrar el impacto y la accesibilidad de nuestros resultados. Luchamos para comunicar el pequeño aporte innovador al que nos condujo la interdisciplina, acercándonos a hacer de nuestro trabajo algo que otros puedan usar. Evitamos metaforizar la disciplina del otro (metaphorical transfer) desde una jerarquización paternalista de la própria, y eso nos permitió acceder a un nivel más profundo de articulación conceptual y metodológica. La mixtura disciplinar, que ayudó a cuestionar y abandonar prenociones y prejuicios, produjo una nueva distancia crítica que aprovechamos a nuestro favor, ocupando un lugar más neutral. En nuestra intención de no ceñirnos a demandas preformadas (p.e. por evaluadores o editores) ni a los enfoques de moda o dominantes, también nos vimos beneficiados de la cohesión que hemos analizado en términos del clima propio del dúo. Todo esto requirió inventiva, persuasión, y una cuota de ingenuidad.


6En la sociedad de la transparencia, las tecnologías de la información inciden en la rápida difusión y almacenamiento de lo producido sin pausa, a la par que la disponibilidad de la información tiende a sustituir a la verdad y nos expone a nuevos riesgos por la relativización del concepto de protección de datos. La abundancia incluye no sólo mayor disponibilidad de resultados y publicaciones que cuando los medios eran analógicos, sino que también multiplica la circulación de resultados pseudo-científicos o falsos, por ejemplo por haber sido manipulados para cumplir con un objetivo fijado de antemano. Esta diseminación de pseudoinformación inestructurada y velozmente perecedera se encuentra fomentada no sólo por la compulsión a la publicación inmediata, sino por la proliferación de revistas, especialmente aquellas que incluso ostentando buena indización y factor de impacto, transgreden el sistema double-blind, la utilización de grillas de arbitraje claras, o los plazos de evaluación.

La naturaleza de nuestro proyecto y nuestras posiciones institucionales nos permitieron liberarnos del compromiso de persistir en el tratamiento de un único tema, en cambio, a lo largo del tiempo se produjo un desgajamiento dentro de una secuencia de temas hilados pero diferentes, que se enraízan unos en otros conservando un parentesco, y que es posible corroborar consultando nuestros artículos.

Por esto afirmamos que este camino de la escritura y la investigación científica reduce el aislamiento, apoya la motivación y aporta seguridad para tomar riesgos. El par ayuda a expresarse y ganar atención, incluso puede actuar como vínculo puente y dar acceso a nuevas redes de trabajo. Escribir ciencia de a dos enriquece la agenda y el portfolio de cada uno. No menos cierto es que constituye una gratificante actividad vital que la gente realiza para incrementar el sentido de su vida.


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