Equipo
editorial
Editor
en jefe - Filosofía
Emiliano
Aldegani (Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina)
Editor
en jefe - Ciencias
Flaminio de
Oliveira Rangel (Universidade Federal de São Paulo, Brasil)
Editor Invitado
Nicolás Martínez
Sáez (Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina)
Editores Adjuntos
Cristina
Bonfiglioli (Universidade de São Paulo, Brasil)
Ivy Judensnaider (Universidade Paulista, Universidade Estadual de Campinas,
Brasil)
Jimena Yisel Caballero Contreras (Universidad
Nacional Autónoma de México,
México)
Secretaria de redacción
Jimena
Yisel Caballero Contreras (Universidad
Nacional Autónoma de México, México)
Comité editorial
Agustin Adúriz
Bravo (Universidad de Buenos Aires, Argentina), Alberto Clemente De La Torre
(Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina), Ana Paula Bispo
(Universidade Estadual da Paraíba, Brasil), Arindam Bose (Tata Institute of
Social Sciences (TISS), India), Charbel El-Hani (Universidade Federal da Bahia,
Brasil), Fernando Santiago dos Santos (Instituto Federal de São Paulo, Brasil),
Xavier Ruiz Collantes (Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, España), Jimena
Yisel Caballero Contreras (Universidad Nacional Autónoma de México, México),
Lucas Emmanuel Misseri (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Técnicas, Argentina), Maria Elice Brzezinski Prestes (Universidade de São
Paulo, Brasil), Mariano Nicolás Hochman (Universidad de Buenos Aires,
Argentina), Renato Marcone José de Souza (Universidade Federal de São Paulo,
Brasil), Silvia Dotta (Universidade Federal do ABC, Brasil), Thais Cyrino de
Mello Forato (Universidade Federal de São Paulo, Brasil), Vasil Gluchman
(University of Prešov, Eslováquia), Waldmir Nascimento de Araujo Neto (Universidade
Federal do Rio de Janeiro, Brasil).
Asesores académicos externos
Abigail Vital – Centro Federal de Educação Tecnológica – RJ, Brasil, Alexandre Bagdonas – Universidade Federal de Lavras, Brasil, André Noronha – Instituto Federal de São Paulo, Brasil, Boniek Venceslau da Cruz Silva – Universidade Federal do Piauí, Brasil, Breno Arsioli Moura – Universidade Federal do ABC, Brasil, Carlos Eduardo Ribeiro – Universidade Federal do ABC, Brasil, Carlos Roberto Senise Júnior – Universidade Federal de São Paulo, Brasil, Daniel Quaresma Figueira Soares – Universidade de São Paulo, Brasil, Danilo Cardoso – Universidade de São Paulo, Brasil, Denilson Cordeiro – Universidade Federal de São Paulo, Brasil, Esdras Viggiano – Universidade Federal do Triângulo Mineiro, Brasil, Evaldo Araujo de Oliveira Filho – Universidade Federal de São Paulo, Francisco Ângelo Coutinho – Universidade Federal de Minas Gerais, Brasil, Guilherme Brockington – Universidade Federal do ABC, Brasil, Helio Elael Bonini Viana – Universidade Federal de São Paulo, Brasil, Isabelle Priscila Carneiro de Lima – Instituto Federal da Bahia, Brasil, Ivã Gurgel – Universidade de São Paulo, Brasil, Jose Antonio Ferreira Pinto – Universidade Estadual da Paraíba, Brasil, Leonardo André Testoni – Universidade Federal de São Paulo, Brasil, Luciana Caixeta Barboza – Universidade Federal do Triângulo Mineiro, Brasil, Luciana Monteiro de Moura – Universidade Federal de São Paulo, Brasil, Luciana Zaterka – Universidade Federal do ABC, Brasil, Lúcio Costa – Universidade Federal do ABC, Brasil, Marco Braga – Centro Federal de Educação Tecnológica – Rio de Janeiro, Brasil, Maria Inês Ribas Rodrigues – Universidade Federal do ABC, Brasil, Maria Luiza Ledesma Rodrigues – Universidade Estadual Paulista, Brasil, Marlon Cesar de Alcântara – Instituto Federal Sudeste de Minas Gerais, Brasil, Nadja Magalhães – Universidade Federal de São Paulo, Brasil, Nei de Freitas Nunes Neto – Universidade Federal da Grandes Dourados, Brasil, Renato Kinouchi – Universidade Federal do ABC, Brasil, Renato Marcone José de Souza – Universidade Federal de São Paulo, Brasil, Simone Alves de Assis Martorano – Universidade Federal de São Paulo , Simone Nakaguma – Universidade Federal de São Paulo, Winston Schmiedecke – Instituto Federal de São Paulo, Brasil.
Formato de la publicación
Digital: Portable Document Format (PDF),
Hyper Text Markup Language (HTML), Extensible Markup Language (XML).
Idiomas aceptados
Castellano, portugués e
inglés (lenguas de la publicación).
Normas de publicación
https://periodicos.unifesp.br/index.php/prometeica/about/submissions
Contacto
Responsable
Emiliano Aldegani (Universidad
Nacional de Mar del Plata, Argentina)
Diseño de isologo
Victoria
Reyes (http://www.victoriareyes.com.ar)
Imagen de portada
Recorte de la
portada del libro El Amor (Cortês), de Andrés el Capellán - Akal Editora
Contenidos
#24
EDITORIAL
05-06 | NICOLÁS MARTÍNEZ SÁEZ
| Nuevas
aproximaciones filosóficas de la obra de Andrés el Capellán
ARTÍCULOS
07-20 | LAURA CAROLINA DURÁN| Andrés el
Capellán y Margarita Porete: Amor secular y amor divino
21-31 | PATRIZIA DI PATRE | Ambigüedad y
erotismo: La tradición del romancero en el De Amore
32-54 | SUSANA GÓMEZ
LÓPEZ | La fisiología del amor. El diálogo de Francesco Patrizi sobre los besos
55-69 | SERGIO
MONTALVO MARECA| Dos maneras de entender del amor:
Andrés el Capellán frente al doctor López de Villalobos. Análisis comparativo
del De Amore y las sentencias sobre amor
70-82 | DON A.
MONSON | El verdadero Andrés el capellán está invitado a
presentarse
debates
83-91 | JOSÉ
ENRIQUE RUIZ-DOMÈNEC | Cuarenta años después de “El juego del
amor como re-presentación del mundo en Andrés el Capellán”: Notas para la lectura de un seminario
92-102 | JUAN
ESCOURIDO | Historiar desde el ludus: Ensamblaje y espacio
lúdico medieval
ReseÑas
103-105 |
MARIANO OLIVERA | Cornelia, Clodia, Hortensia y Sulpicia
ENTREVISTAS
106-110 | NICOLÁS
MARTÍNEZ SÁEZ | Entrevista a Don Alfred Monson
EDITORIAL - DOSIER
111-112 | IVY
JUDENSNAIDER; CRISTINA PONTES BONFIGLIOLI | La pandemia del
Covid-19
artÍculos - DOSIER
113-130 | GILDO
GIROTTO JÚNIOR et al.| Hiperparticularización de conceptos,
negativismo científico y naturaleza de la ciencia: un análisis de las respuestas
a los textos de divulgación científica
131-142 |
BENEDICTO ACOSTA et al.| Una panorámica sobre patentes, vacunas
y covid-19
143-156 | CELSO RIBEIRO CAMPOS et al. | Reflexiones
sobre el impacto de la pandemia de covid-19 en la educación
157-168 | THIAGO
ANTUNES-SOUZA et al.| Divulgación científica y formación del
profesorado: Posibilidades extensionistas en la pandemia de covid-19
169-181 | WIARA
ALCÂNTARA | Escuela y cultura escolar durante y pospandémica:
Caminos de reflexión
182-199 | JESÚS
AYALA-COLQUI | El nacimiento del
"liberfascismo" y los distintos modos de gestión de la pandemia en
América Latina
200-209 | VALTER
ANTONIO ROCHA VIANA et al. | Uso de la mascarilla como
dispositivo de barrera en la lucha contra la pandemia COVID-19: Repercusiones
en la salud cardiovascular
2010-226 |
ESTÊVÃO SALVADOR LANGA et al. | El impacto del Coronavirus
(COVID-19) y el cambio climático en el tipo de cambio: Un enfoque multivariante
para Mozambique
DEBATES - dosier
227-242 | IVY
JUDENSNEIDER et al. | El contexto negacionista y la
resistencia de la comunidad científica: Aspectos asociados a la pandemia en las
pruebas ENADE 2021
ReseÑas - Dosier
243-245 | IGNACIO
MOYA | La filosofía de la redención
246-249 | RENAN
FERREIRA DA SILVA | Entre el lenguaje, el pensamiento y la
política
Editorial
https://doi.org/10.34024/prometeica.2022.24.13340
Nuevas aproximaciones
filosÓficas de la obra de AndrÉs el CapellÁn
Cuando aún me encontraba trabajando en mi tesis doctoral, en donde
intenté mostrar cómo el amor descrito en De Amore se presenta como un
juego entre varones y mujeres nobles y plebeyos que al igual que otros juegos y
diversiones como el ajedrez, los dados, la caza y los torneos ocupaban gran
parte del tiempo libre de una nueva sociedad naciente hacia finales del siglo XII,
el entusiasta Dr. Emiliano Aldegani me propuso realizar un número especial
acerca de Andrés el Capellán en la prestigiosa revista de filosofía y ciencias
Prometeica.
Ahora bien, las interpretaciones hegemónicas de De amore, que
se han consolidado desde finales del siglo XIX, han sido llevadas a cabo por
profesionales de la literatura que han visto en la obra del Capellán, o bien
una codificación del amor cortesano, o bien algún tipo de ironía explicativa de
la aparente contradicción entre los dos primeros libros en favor del amor
mundano y el tercero en condena del mismo. Sin embargo, a poco de iniciar el
milenio, D. A. Monson ha señalado, en su obra Andreas Capellanus,
Scholasticism, and the Courtly Tradition (2005), la importancia de la
influencia del contexto filosófico en la producción de la obra del Capellán.
Andrés el Capellán es un dialéctico, un hombre formado en la tradición
eclesiástica pero también en el arte de argumentar con silogismos que le
permite mutatis mutandis generar un arte de seducción amorosa.
Ahora bien, ofrecer una interpretación filosófica de la obra del
Capellán sigue siendo un desafío para los filósofos: ¿por qué el Capellán luego
de enseñar el juego del amor, con bromas, humor y a veces con tono solemne, se
inclina hacia el final de su obra en una condena del mismo? En mi tesis,
propuse pensar en la identificación de Andrés el Capellán con la figura del
aguafiestas (spielverderber) que he tomado de la teoría de juego desarrollada
por Johan Huizinga en su ya clásica obra Homo ludens (1938). Sin
embargo, con esto no he querido cerrar el debate sino proponer un marco lúdico
filosófico para comprender una obra medieval que se desarrolla en un contexto
donde el debate filosófico está en primer plano.
En este sentido, quisiera aprovechar esta editorial para agradecer de
manera muy especial a todas las personas que participan en el número presente,
todas ellas contribuyen a generar nuevos debates y se han mostrado interesados
en poner en valor la figura del Capellán, a veces, pensándolo en relación con
otros filósofos y pensadores que comparten tradiciones y abordan temas comunes
como es el caso de los artículos de la Dr. Patrizia Di Patre, la Dr. Susana
Gómez López, el Dr. Sergio Montalvo Mareca y la profesora Carolina Durán; en
otras oportunidades se vuelve a indagar en la personalidad y el pensamiento del
Capellán como es el caso del artículo y la entrevista en español realizada a D.
Alfred Monson o también elaborando un marco teórico-lúdico más propio del siglo
XXI para abordar obras medievales como es el caso del Dr. Juan Escourido.
Finalmente, el Dr. José Enrique Ruiz-Domènec, quien en los años 1970 hiciera un
promisorio trabajo sobre las relaciones entre el pensamiento de Andrés el
Capellán y el juego del amor, nos ofrece una serie de reflexiones acerca de los
vaivenes intelectuales de aquellos años en las universidades europeas, en
especial de París y Barcelona, donde una nueva forma de hacer historia estaba
emergiendo de la mano de historiadores como Georges Duby.
Por último, no querría dejar de mencionar la importancia de contar con
un número especial acerca de Andrés el Capellán en lengua española teniendo en
cuenta la escasez de trabajos en esta lengua y en este sentido agradecer a todo
el equipo de la revista Prometeica por confiar en el abordaje de este autor y
de su obra, con lo cual esperamos que resulte ser un material valioso para
futuros investigadores hispanohablantes que deseen introducirse en los
laberintos lúdicos y amorosos de Andrés el Capellán.
Nicolás Martínez Sáez -
Editor invitado
(Universidad
Nacional de Mar del Plata; Universidad Nacional de La Plata)
e-mail: martinezsaeznicolas@gmail.com
Artículos
https://doi.org/10.34024/prometeica.2022.24.13312
ANDRés el CapellÁn Y MARGARITA
PORETE
amor secular y amor divino
ANDREw the
chaplain AND MARGUERITE PORETE
Secular love and divine love
andreas CapelÃo e marguerita porete
Amor secular e amor divino
Laura
Carolina Durán
(Universidad
de Buenos Aires)
lcarolinaduran@gmail.com
Recibido: 05/01/2022
Aprobado: 07/01/2022
RESUMEN
El
presente artículo analiza aspectos centrales de las obras De amore de
Andrés el Capellán y El Espejo de las almas simples de Margarita Porete.
Se trata de textos que abordan la cuestión del amor, el que existe entre un
hombre y una mujer y entre el alma y la divinidad, respectivamente. Ambas obras
fueron condenadas por ser juzgadas heréticas. Ambos trabajos expresan el amor
como un exceso y sus consecuentes efectos. Proponemos caracterizar la idea de
amor en estos textos y establecer similitudes y diferencias. Para tal propósito
presentaremos mínimamente cada una de las obras, consideraremos su
conceptualización del amor y los modos en cómo entienden que debe regularse tal
intensa pasión en el ámbito secular y el místico. De este modo, procuramos
aportar un análisis que especifique algunos aspectos de las concepciones
medievales del amor.
Palabras
clave: Amor secular. Amor divino. Andres el Capellán. Margarita Porete. De amore. El espejo de las almas
simples.
ABSTRACT
This
article analyzes central aspects of the works De amore by Andrew the
Chaplain and The mirror of simple souls by Marguerite Porete. These are
texts that address the question of love, the one that exists between a man and
a woman and between the soul and divinity, respectively. Both works were
condemned for being judged heretical. Both works express love as ancess and its
consequent effects. In these texts, we propose to characterize the idea of love
and establish similarities and differences. For this purpose, we will present
each one of the works minimally, consider their conceptualization of love, and
the ways in which they understand that such intense passion must be regulated
in the secular and mystical sphere. In this way, we try to provide an analysis
that specifies some aspects of medieval conceptions of love.
Keywords: Secular love. Divine love. Andrw the Chaplain. Marguerite Porete. De amore/ The mirror of simple souls.
RESUMO
Este artigo analisa aspectos centrais das obras De amore de Andreas Capelão e O espelho das almas simples de Marguerita Porete. São textos que abordam a questão do amor, aquele que existe entre o homem e a mulher e entre a alma e a divindade, respectivamente. Ambas as obras foram condenadas por serem consideradas heréticas. Ambos os trabalhos expressam o amor como um excesso e seus efeitos consequentes. Propomos caracterizar a ideia de amor nesses textos e estabelecer semelhanças e diferenças. Para tanto, apresentaremos minimamente cada uma das obras, consideraremos sua conceituação de amor e as formas pelas quais entendem que tal paixão intensa deve ser regulada na esfera secular e mística. Desta forma, tentamos fornecer uma análise que especifica alguns aspectos das concepções medievais de amor.
Palavras-chave: Amor secular. Amor divino. Andreas Capelão.
Marguerita Porete. De amore. O
espelho das almas simples.
Introducción
En este trabajo proponemos realizar un análisis de los modos de
comprender el amor en el tratado De amore, de Andrés el Capellán, y El
espejo de las almas simples, de Margarita Porete. Ambos trabajos sitúan el
amor como clave en su composición textual. Ambas son obras que, a pesar de
haber sido condenadas, tuvieron una gran circulación. El amor ha sido un
componente esencial de la reflexión filosófica ya desde las consideraciones de
Platón sobre el Eros, incluso en los presocráticos como Empédocles, quien
entendía que Afrodita era uno de los poderes básicos de la naturaleza. La tarea
de pensar sobre el amor se ha sostenido a lo largos de los años en la tradición
occidental.[1] En este escrito
caracterizaremos sucintamente las obras de Andrés el Capellán y Margarita
Porete, luego analizaremos la concepción acerca del amor en tales textos y cómo
procuran reglar un modo de vida y conducta. El objetivo es establecer algunos
puntos de contacto a la vez que las principales diferencias entre ambos. De
este modo, procuramos aportar un análisis más fino y detallado entre estas
concepciones medievales del amor.
De
amore
Andrés
el Capellán fue un clérigo que vivió entre 1150 y 1220, quien se nombra a sí
mismo como capellán de la corte.[2] Tuvo una relación cercana
con varias mujeres como Leonor de Aquitania, María de Chanpagne, Adela de
Blois, Ermengarda de Narbona y Elizabeth de Vermandois, todas vinculadas con
las cortes de amor y el patronazgo y protección de poetas de la literatura cortesana.
Probablemente el tratado De amore (Acerca del amor) fue escrito
después de 1186, fecha de la boda de Margarita de Francia, hija de Luis VII y
hermanastra de María de Champagne, ceremonia mencionada en el texto. Si bien no
hay acuerdo sobre la fecha de composición de la obra, suele situarse entre 1147
y 1190. El texto se organiza en tres libros bastante heterogéneos en su
extensión y carácter. El primero trata sobre la definición del amor, la
etimología del término, los efectos de tal pasión, los sujetos de la misma —entre otras temáticas— e incluye una serie de diálogos
entre varones y mujeres de diferentes clases sociales, es el libro más extenso.
El segundo se dedica a los problemas de cómo alcanzar y conservar el amor.
Sobre el tercer libro se ha discutido bastante, pues resulta en cierto sentido
paradójico dado que se trata de un discurso que condena el amor y presenta a la
mujer como la responsable de todos los males.[3]
En 1277
el Papa Juan XXI escribió al obispo de París preocupado por las herejías
difundidas en aquel momento. Étienne Tempier convocó una comisión de teólogos
para que elaborasen un listado de tesis cuestionables, reunidas luego en el Syllabus.
En el prólogo del Syllabus no se indica la fuente de las proposiciones
condenadas, con una notable excepción: el De amore. La identificación de
las tesis prohibidas resulta difícil y es discutida. Unas son aristotélicas,
otras avicenianas, otras averroístas, algunas de autores no filosóficos,
algunas incluso de Tomás de Aquino, de otras no es posible identificar la
autoría. El De amore se prohibía en su totalidad y se lo unía a tratados
de nigromancia. Una de las tesis condenadas en el Syllabus, la ciento
setenta, “porque el pobre de fortuna no puede obrar bien en moral” (quod
pauper donis fortune non potest bene agere in moralibus) ha sido puesta en
relación con el segundo diálogo del texto del Capellán, una conversación entre
un plebeyo y una mujer noble (Piché 1999, Denomy 1946). Ambos textos tienen una
base común en tanto entienden que la pobreza es un obstáculo para ejercer la
virtud o acciones nobles (De Libera 2002: 128). En la obra de Andrés, el
plebeyo puede ennoblecerse mediante el trabajo para alcanzar el amor. Así, el
amor tiene un valor incuestionable para la nobilitas, en tanto da valor
a cualquier hombre, aun si no ha nacido en la nobleza, de ahí que se argumente
sobre la “nobleza de carácter” adquirida con ayuda del amor (Andrés el
Capellán, 2006: I. VI 91-93).[4]
Durante
los siglos XII y XIII De amore circuló entre público laico y clerical.
La prohibición en cierto sentido fue vana, pues el texto fue copiado y
traducido en las cortes europeas. El siglo XII ha sido caracterizado como
“siglo del amor”. Hasta entonces, no se habían escrito tanta cantidad de
tratados sobre el amor en sus diferentes concepciones y aspectos, ni tantos
textos literarios acerca de dicha pasión (Singer, 1992). García Gual (1997)
sostiene que la sentencia “el amor es un invento del siglo XII” (atribuida al
historiador francés Charles de Seignobos) puede parecer exagerada, pero tiene
sentido si se matiza y precisa. En efecto, se trata del amor cortés, de esa
pasión que enaltece toda una literatura a partir de la poesía trovadoresca.[5] El concepto de amor
cortés (amour courtois) fue establecido por Gaston Paris (1883: 519). El
amor cortés es un amor codificado: el amor es propio de la nobleza, inspira
proezas, servicio y obediencia a la dama, conlleva idolatría y secreto.
El
espejo de las almas simples
Margarita
Porete ha sido identificada como una beguina que escribió y transmitió sus
enseñanzas en los últimos años del siglo XIII. Se la suele considerar como la
primera mujer quemada en la hoguera en 1310, si bien contamos con información
proporcionada por otra beguina, Hadewijch de Amberes, quien en su obra Visioenenboek
(Libro de las visions, ca. 1240) menciona la muerte de una beguina
(Alyedis) ajusticiada por el primer inquisidor general, Robert le Brouge (Van
Mierlo, 2003: 189).[6] Se ha propuesto que
Margarita nació entre 1250-1260 (Morino 1993: 11), si bien la información
biográfica es exigua y proviene del proceso de condena (Field 2012: 209 ss). Su
obra Le mirouer des âmes simples
anéanties et qui seulement demeurent en vouloir et désir d’amour (El espejo de las almas simples
anonadadas y que solamente moran en querer y deseo de amor) habría sido
escrita un poco antes de 1290, un siglo después del De amore. Entre 1296
y 1306 se quema el libro en la plaza pública y se prohíbe que siga en
circulación. En tales circunstancias Margarita procuró certificar la ortodoxia
de su trabajo mediante tres autoridades eclesiásticas (el franciscano Juan, el
cisterciense don Franco de Villiers y el maestro de París Godofredo de
Fontaines), quienes aprobaron el texto, de modo que se condenó un libro
aprobado (McGuinn 1998: 437, De Gier 2014: 128).[7] Margarita, a pesar de la
prohibición, siguió divulgando su obra, por lo que fue arrestada en 1308 y
puesta a disposición del inquisidor de París. En 1309 una comisión de veintiún
teólogos estudió quince proposiciones del Espejo juzgándolas heréticas
(Verdeyen 1986, Field 2012). Margarita se negó a retractarse, fue condenada
como hereje relapsa y quemada en la hoguera. Después de su muerte, autora y
texto se separan.[8]
Aun
cuando el libro fue prohibido sobrevivió en no menos de seis versiones en
cuatro lenguas. Entre los siglos XIV y XV fue traducido al latín, italiano,
inglés, y quizás a algún dialecto alemán, convirtiéndose en una de las obras
místicas de mayor circulación. Se trata de un trabajo didáctico, que incorpora
lenguaje y temas del amor cortés, pero mantiene un carácter más especulativo,
vinculado con el lenguaje apofático y la vía negativa. Es un diálogo entre
diversas personificaciones como Dama Amor, Alma, Razón, Pura Cortesía,
Discernimiento.[9] El libro consta de ciento
cuarenta capítulos divididos en dos partes, una primera (I- CXXII) y una
segunda más breve (CXXIII- CXXXIX), más el capítulo final CXL con la approbatio.
Margarita despliega el camino que debe proseguir el alma para llegar a la
tierra de la verdadera libertad.
Concepción
del amor
Ambas
obras se centran en el amor. En De amore se presenta una definición del
amor:
El amor
es una pasión innata que nace de la visión de la belleza del otro sexo y del
excesivo pensamiento por la misma, que lleva a desear, por encima de todo, la
posesión de los brazos del otro, y así realizar de mutuo acuerdo todos los
preceptos del amor (Andrés el Capellán, 2006: I. I 1).[10]
La
definición establece que se trata de una pasión (passio) innata, es
decir, connatural a la naturaleza humana. Esta pasión se desata por una visión.
Ahora bien, el aspecto que queremos destacar es la cualidad de “pensamiento
desmedido” (immoderata cogitatione). El Capellán sostiene que cuanto más
se piensa en la dama más se inflama el amor, y que no basta cualquier reflexión
para hacer surgir el amor, sino que debe ser una inmoderada, excesiva,
desenfrenada. Esta caracterización se centra en el exceso que crea la experiencia
amorosa.[11] Este aspecto se señala en
otras secciones de la obra. Así, en el capítulo segundo del libro I se afirma
que esta atención hacia la amada es asidua (assidua), en el capítulo
seis se dice que el amor comienza a crecer de forma desmesurada (immoderata
suscipit incrementa). En uno de los diálogos del mismo libro, entre un
hombre de alta nobleza y una plebeya, el enamorado se siente invadido por el
pensamiento sobre la amada y la desea por sobre todas las cosas. En el libro
III, la reprobatio amoris, se indica que el pensamiento excesivo (nimia
cogitatio) debilita el cerebro produciendo enfermedades físicas. Por otra
parte, todo este poder del impulso del amor podemos entenderlo en relación con
el poderío del dios Amor. En el diálogo entre un varón y una dama nobles, la
mujer, que no acepta acceder a los requerimientos amorosos, no comprende
algunas expresiones de su enamorado. Este relata una historia en la que los
séquitos del dios Amor reciben sus premios o castigos según su comportamiento.
Quienes no accedieron a servir a Amor sufren un eterno castigo sin perdón. El
rey Amor rige el mundo y por eso no es aconsejable huir de él. En este mismo
diálogo, el varón noble aprende de una mujer —que ha sido castigada por no entregarse al
amor— las principales reglas del
amor, que revisaremos en la sección siguiente. Dado que se trata de un dios que
impone una conducta, descripto asimismo como rey, se habla de la milicia de
amor (militia amoris), pues los enamorados batallan por cumplir su
propósito. Agreguemos que en esta misma sección se habla del “rayo de amor”.
Hay allí una descripción sobre las mujeres que han sido o no tocadas por el
rayo de amor (amoris radio), de acuerdo con su ubicación en el palacio
del rey Amor. Se trata de una idea que se reitera en la obra. En el capítulo
cuarto del libro I se dice que quien es amado brilla por el rayo del amor (radio
fulget amoris). Como mencionamos en el primer apartado, el amor puede
ennoblecer a quien no posee una nobleza determinada por la sangre. Un hombre
plebeyo enamorado de una noble dice a su amada: “Tampoco establece diferencias
por el nacimiento. Tan solo se fija en esto: si una persona es apta para
manejar las armas del amor [...] el amor empuja a todos los hombres de
cualquier clase que sea a la exaltación amorosa” (Andrés el Capellán, 2006: I.
VI 71).[12] La dama objeta que por su
nobleza de sangre no puede acceder a tales proposiciones. Sin embargo, el
hombre responde que “pareces asentir a los errores de quienes no aceptan la
integridad moral si no va seguida de nobleza y de belleza, aceptando la belleza
del cuerpo y la nobleza de la sangre sin la integridad moral”, y agrega “no fue
la belleza, ni el cultivo del cuerpo, ni aun la opulencia de cosas, sino la
sola probidad de las costumbres lo que primariamente distinguió a los hombres
en nobleza y aun introdujo la diferencia de clase” (Andrés el Capellán, 2016: I
VI 90-91). De esta manera el amor deviene un impulso para el perfeccionamiento
moral y permite alcanzar la nobilitas independientemente de la condición
que se tenga por nacimiento.
Si bien
la obra de Andrés está escrita en latín, la literatura del amor cortés se distingue
por estar escrita en lengua vernácula, como las obras de las beguinas. El amor
cortés expresa una forma de entender el amor que surgió en la literatura
francesa del siglo XII, y ha sido calificado como un “sistema” de amor
cortesano, un “código”, un “cuerpo” de reglas y aun como una “forma de vida”
(Singer, 1992: 35). De Rougemont (1993: 79 ss) popularizó la noción de que el
amor cortesano era “realmente” antisexual, purista y ascético, de conformidad
con su supuesta dependencia de la herejía cátara. Denomy (1947) calificó el
amor cortés como herejía. La doctrina del amor cortés incluía los siguientes
puntos que el autor consideraba heréticos: la apoteosis del amor humano, la
concepción de que esta pasión es divina y la idea de que los vínculos sexuales
fuera del matrimonio son deseables. Pero esto no solo altera la influencia de
la herejía cátara, sino que también distorsiona la naturaleza de la literatura
no religiosa sobre el amor en la Edad Media. En la mayor parte de ella la
carencia sexual no era un principio central o básico, y hasta entre los
trovadores la represión y la renuncia raras veces se identificaban con el
ascetismo o la negación de los componentes sexuales del amor. El amor cortesano
de la Edad Media no tenía nada que decir respecto al tipo de unidad apasionada
que buscaban filósofos y místicos, pero exaltaba el valor y la conveniencia de
un estado comparable que hombres y mujeres podían alcanzar en su relación
mutua. Con todo, es la idea de exceso lo que entendemos puede establecerse como
punto común entre el amor cortés y el amor místico, como argumentaremos más
adelante.
Por
otra parte, la relación entre amor cortés y cristianismo ha sido analizada
(Russell, 1965: 40). La aparente similitud entre el lenguaje del amor cortés y
el del misticismo cristiano no ha pasado desapercibida. La tensión del amor, la
angustia de la separación, la idolatría del amado son similares en el
sentimiento místico. Underhill (1961), si bien entiende que no puede
identificarse el místico con el extático, señala similitudes entre el amor
divino y el profano o secular, en tanto el amante devoto de la literatura
cortesana como el místico, sirven sin esperanza de recompensa.[13] El lenguaje del exilio y
del peregrinaje son comunes a ambos. Para ser digno de su amada, el amante
cortés ha de aceptar un largo camino, lleno de barreras y trampas, sin
esperanza alguna de retribución, está condenado a suspirar y suplicar de lejos,
porque su amada vive, a menudo, en tierra extranjera:
Noble
dama, yo no solo os pido nada, sino que me aceptéis por servidor. Yo os serviré
como se sirve a un buen señor, aunque no pueda sobrevivir por ello la
recompensa. Heme aquí a vuestras órdenes, sincero y humilde, alegre y cortés
(Delorme, 2001: 142).
El
amante tiene como fin último el servicio de su amada. Se trata del amor de
lonh (amor de lejos) de los trovadores, tal como se encuentra en Jaufre
Rudel.[14] Cirlot (1996) entiende
que el amor de lonh en relación con la distancia conlleva el exceso del
pensamiento, pues “la lejanía es la causa de que el amante se abandone al
pensamiento”. Aquí reencontramos esa idea del pensamiento desmesurado de la
definición de amor del De amore. El debate de los trovadores a lo largo del
siglo XII acerca del amor de lonh gira fundamentalmente sobre el pensar
excesivo que genera, de modo que incluso interesa más el hecho de que el amor
de lonh sea un amor per cuda (amor por pensamiento) que un amor
ses vezer (amor sin ver) (García Acuña, 2009: 33).
Las
ideas que hemos revisado del De amore tienen sus puntos de similitud con
algunas del Espejo. Margarita establece una analogía entre el amor de un
hombre y una mujer y el amor del alma y Dios. El texto comienza con unas
palabras de Amor que relata un ejemplo de amor humano aplicable al amor divino:
Ejemplo. Hubo una vez una doncella, hija de
rey, de gran corazón y nobleza, así como de gran coraje, que vivía en un país
extranjero. Sucedió que la doncella oyó hablar de la gran cortesía y nobleza
del rey Alejandro y al instante su voluntad lo amó por el gran renombre de su
gentileza. Pero estaba tan lejos esta doncella del gran señor al que había
entregado su propio amor que no podía ni verlo ni tenerlo; por eso a menudo se
sentía desconsolada, pues ningún otro amor le bastaba más que este. Y cuando
vio que este lejano amor estando tan cercano o dentro mismo de ella estaba a la
vez tan lejos fuera de ella, pensó que encontraría consuelo a su desazón
imaginando una figura de su amigo por quien a menudo sentía su corazón herido.
Entonces hizo pintar una imagen que representaba el rostro del rey que amaba lo
más cercana posible al modo en que ella le amaba y a la medida del amor que la
tenía presa, y por medio de esta imagen y con otros métodos suyos soñó al
propio rey (Margartia Porete, 2005: I, trad. levemente modificada).
Este
ejemplo mundano representa lo que sucede con el alma amante de la divinidad.
Margarita comienza su texto con esa referencia a un país extranjero (patria
aliena) en el que habita el rey del que la doncella se enamora. El amor es
caracterizado como lejano y cercano a la vez, describiendo así la particular
topología de la experiencia amorosa. Luego el Alma realiza la analogía entre el
episodio relatado y lo que le sucede a ella misma. El Alma escuchó hablar de un
rey. Este rey es Dios, quien entrega el libro al Alma: ambos son los autores de
la obra. En
el prólogo del Espejo, el tema de l’amour du monde o cortesano,
el amor secular, es explícito. El texto de Margarita es un ejemplo de este
género como una forma literaria completamente desarrollada, pero con raíces en
el siglo XII, relacionadas en parte con la alegoría de la novia/ novio de los
sermones de Bernardo de Claraval sobre el Cantar de los Cantares y la
influencia cisterciense en general con el gran desarrollo de la mística
nupcial, así como con el medio teológico en el que el amor afectivo fue
prominente.[15] A lo largo del Espejo,
Margarita desarrolla imágenes cortesanas mediante el uso de conceptos como
cortesía, generosidad, amor distante, nobleza, monarquía, dones de la amada y
el éxtasis de la unión amorosa. En los textos de las beguinas el lenguaje del
amor cortés se fusiona con la expresión metafísica del amor a Dios. Ahora bien,
si bien la Minnemystik (mística nupcial) fue característica del
movimiento de las beguinas, no debemos olvidar otra forma de comprender sus
pensamientos, particularmente importante en Margarita: la Wesenmystik
(mística de la esencia), que se caracteriza por un pensamiento más
especulativo.[16]
Hemos
destacado la dimensión del exceso en el amor cortesano. En relación con la
experiencia mística, seguimos a de Certeau (2008: 294) quien entiende que “es
místico aquel o aquella que no puede parar de caminar y que, con la certidumbre
de lo que le falta, sabe, de cada lugar y de cada objeto, que no es eso, que
uno no puede residir aquí ni contentarse con esto. El deseo crea un exceso.
Excede, para y pierde los lugares”. En el Espejo este exceso aparece de
diversos modos. Es Amor quien enseña al Alma el camino de la unión con la
divinidad, que es asimismo el camino de la libertad. Amor explica:
Esta Alma
—dice Amor— ha entrado en la abundancia y las afluencias del divino Amor, no
por haber alcanzado el conocimiento divino, pues no puede darse que un
entendimiento por iluminado que sea pueda alcanzar ninguna de las afluencias de
divino Amor. Pero el amor de esta Alma es tan afín al afluir del ‘más’ de este
Amor más que divino (no por haber alcanzado el Entendimiento de Amor, sino por
haber alcanzado su exceso de amor) que la ornan los ornamentos del exceso de
paz en la que vive y dura, es, fue y será sin ser (Margartia Porete, 2005:
LII).
De este modo,
por efecto de la presencia de Amor, el alma se encuentra en un estado de
abundancia que la ubica más allá del ser. Ese amor que fluye es un “más”, pues
es un amor más que divino en tanto exceso que supera lo que se alcanza por vía
del entendimiento humano. El alma goza de no poder captar nunca toda la riqueza
de su amado, sino de participar de él de una forma que podemos denominar
“negativa”. Es decir, hay conocimiento en el desconocimiento.[17] Esto transforma el alma que es un
ser sin ser. El alma se entrega por completo a la voluntad de Dios y no quiere
otra cosa “no deja entrar en su pensamiento nada que sea contrario a Dios”
porque solo piensa en él (Margarita Porete, 2005: XI).
Y aquí
encontramos un rasgo diferencial entre este amor místico y el amor cortés. En
la experiencia mística, este exceso del pensamiento por el amor a la divinidad
deviene en un no pensar: “no busca a Dios por la penitencia, ni a través de
ningún sacramento de la Santa Iglesia, ni por pensamientos, palabras u obras,
ni a través de criatura terrestre ni celeste, ni por justicia o misericordia,
ni por gloria de la gloria, ni por conocimiento divino, ni por divino amor, ni
divino loor” (Margarita Porete, 2005: LXXXV). Es decir que en la experiencia
mística el exceso de pensamiento, que es un exceso de amor, se transforma en un
más allá del pensamiento y del amor. Cuando Margarita describe su búsqueda,
explica haber buscado a Dios en las criaturas pero no lo encuentra allí,
entonces “se puso a pensar, y su pensamiento le dijo que fuera a buscar lo que
reclamaba en el fondo nodal del entendimiento de la pureza de su supremo
pensar” (Margarita Porete, 2005: XCVI). Este más allá del pensamiento puede ser
asimilado a ese fondo del pensar desde el que se produce la escritura de la
obra para la propia transformación y la de quienes lean el texto. La
transformación del alma se describe en un trayecto de siete estados. En el
cuarto el alma es arrebatada por la supremacía de amor en el deleite del
pensamiento en meditación. Ahí el Alma es tan vulnerable, noble y deliciosa que
no puede sufrir que nadie la toque sino el toque del puro deleite de Amor, y se
encuentra orgullosa por la abundancia de amor (Margarita Porete, 2005: CXVIII).
Estas almas aman “sin un porqué” (Margarita Porete, 2005: XLIX). En el Espejo,
la diferenciación entre el noble y el villano se expresa mediante las almas
desinteresadas “que sublime Amor demanda” y las almas interesadas que son
aquellas que se mantienen sometidas al ejercicio de las virtudes (Margarita
Porete, 2005: XLIX). En este proceso de transformación, producido por el exceso
de amor y pensamiento, el “Alma mora en la pura nada sin pensamiento”
(Margarita Porete, 2005: XCVII). De este modo se trata de un más allá del
pensamiento y del amor. Un capítulo se titula justamente así: Razón pregunta
qué hacen aquellos cuyo estado está por encima de sus pensamientos. Se
trata de un diálogo entre Razón y Amor:
[Razón:] ¡Ah, por Dios! —dice Razón—, ¿qué
hacen aquellos cuyo estado está por encima de sus pensamientos?
Amor: Se embelesan en aquel que está en la
cima de la montaña y se embelesan por igual en aquel mismo que está en el fondo
de su valle en un nada pensar que se encuentra encerrado y sellado en la
secreta clausura de la suprema pureza de tan excelente Alma; clausura que nadie
puede abrir, ni desellar, ni cerrar cuando está abierta, si el gentil
Lejos-cerca, de muy lejos y de muy cerca, no la abre o cierra; él es el único
que tiene las llaves, no hay otro que las lleve, ni las podría llevar
(Margarita Porete, 2005: XCVIII).
Aquellos
que habitan en la cima de la montaña y están embelesados (ilz s’esbayssent,
ipsi stupent) no piensan en nada (nient penser, nichil
cogitare). Aquí se incluye una referencia al gentil Lejoscerca (gentil
Esclar, nobile longe), que es una de las maneras de denominar a la
divinidad, que trae aparejadas nociones del amor cortés y la idea del amor de
lejos. En primer lugar, Lejoscerca es nombrado como gentil (nobile)
lo que nos evoca aquella idea sobre la nobilitas en el amor cortés, es
decir, el amor tiene que ver con la nobleza del alma, pues esta es creada a
imagen de la divinidad. En efecto, un capítulo se titula Cómo esta Alma
lleva la impronta de Dios como la cera de un sello: “Esta Alma lleva
la impronta de Dios y tiene en la unión de amor su verdadero cuño, a la manera
de la cera que toma la forma del sello, así toma esta Alma la impronta del
ejemplar verdadero” (Margarita Porete, 2005: L).[18]
En segundo
lugar, la lejanía es explícitamente mencionada mediante la paradojal expresión
que coordina lejanía-cercanía, nombrado en la literatura amor de lonh.
En tercer término, la idea del rayo de amor del De amore encuentra aquí
una nueva formulación porque el Lejoscerca aparece como un relámpago. Ahora
bien, aquí el relámpago implica el anonadamiento o aniquilación de la propia
alma.[19] El Relámpago opera un anonadamiento en el alma (Margarita Porete, 2005:
LIX).
Una última
referencia a la consideración sobre el tipo de amor del que habla el Espejo.
Sobre el final de la obra, Margarita explica que se trata del retorno del alma
al ser primigenio, de modo que ha dejado tres y ha hecho de dos uno, es decir,
las tres potencialidades del alma y las tres personas de la Trinidad han sido
superadas del mismo modo que la duplicidad del alma y la divinidad, pues se han
convertido en una unidad, en una relación sin mediación. Esa unidad existe
cuando el alma regresa a la simple deidad que es un ser simple “de desbordante
fruición, en pleno saber, sin sentimiento, por encima del pensamiento”
(Margarita Porete, 2005: CXXXVIII). Ese simple ser cumple en el Alma por
caridad (caritas) cuanto el Alma cumple: “Y ese simple querer, que es
querer divino, lleva al Alma a estado divino: más arriba no se puede ascender,
ni más profundo descender, ni se puede estar más desnudo” (Margarita Porete,
2005: CXXXVIII). Es decir, hay una identificación entre el alma y la divinidad,
de modo de producir una unión que puede ser calificada también como fusión. El
alma alcanza el estado divino, que es a la vez un estado de desnudez y
simpleza.[20]
Las
reglas de amor
Ahora
bien, estos tipos de amor, cortés y místico, tienen una expresión “normativa”
en el establecimiento de ciertas reglas que procuran regular o guiar la
conducta a fin de alcanzar el objetivo buscado: el encuentro amoroso. Como
revisamos en la primera sección, se ha pensado el amor cortés como un amor
codificado que establece un cierto modo de vida. Si bien el capítulo ocho del
libro II de amore se titula Sobre las reglas del amor y elabora
una lista de treinta y una reglas que entrega el rey del Amor, aquí vamos a
evaluar otra sección: las doce reglas del libro I enmarcadas en el diálogo de
un varón y una dama nobles. El noble relata el itinerario del dios Amor. Este
noble había perdido a su señor en un paseo, y encontró a una dama que era
castigada por no haber cumplido con los requerimientos del amor en la vida
terrena. Ella le enseña al noble cuáles son estas reglas:
I.
Huye de la avaricia
como de una peste maligna y abraza su contrario
II. Mantente casto para tu amada
III. No quieras destruir a sabiendas el amor de una mujer unida rectamente
a otro
IV. No pretendas el amor de una
mujer con la que te impide casarte un sentimiento natural de vergüenza
V. Acuérdate de evitar todo tipo de
engaño
VI. No quieras tener muchos
confidentes de tu amor
VII.
Trata de permanecer
siempre fiel al ejército del amor, obedeciendo las órdenes de sus damas
VIII.
Has de mantener
siempre el pudor al dar y recibir las compensaciones del amor
IX. No debes ser maldiciente
X. No propales los secretos de los amantes
XI. Muéstrate educado y cortés en
todas las cosas
XII.
No excedas los
deseos de tu amante cuando te entregues a los placeres del amor (Andrés el
Capellán, 2006: I. VI 268-269).
Walsh
(1982) señala que los doce preceptos del amor en este diálogo trasponen el
ideal del amor secular en amor cristiano, en tanto se establecen reglas que
prescriben generosidad, castidad y fidelidad, entre otras. Por nuestra parte, y en
consonancia con la lectura de Martínez Sáez (2021: 183), entendemos que si la
propia definición de amor expresa que se trata de una pasión inmoderada,
resulta lógico pensar en una serie de reglas que ayuden a lidiar con los
excesos del amor. Estas reglas procuran indicar de qué modo el amante puede
adquirir un dominio de sí que posibilite alcanzar su anhelado objeto. Con todo,
no es un dato ocioso que las reglas provienen directamente del dios Amor, pues
de esta manera se caracterizan como trascendentes, y esto las liga a los
mandamientos cristianos, en otro de los puntos que podemos establecer un
paralelismo entre ambos tipos de amor. Claro que en este caso, se trata de
reglas que permiten que el amante alcance el amor mundano y terrenal en este
mundo.
Ahora
bien, en la obra de Margarita no hay una reglamentación similar, aun así
consideramos oportuno revisar un texto anónimo que contiene una serie de reglas
de amor para las beguinas.[21] Se trata de Règle dês
fins amans (Regla de los auténticos amantes).[22] A pesar de que el movimiento de
las beguinas terminó prohibido por el Concilio de Viennes de 1311 —concilio establecido luego de la
muerte de Margarita—, con
anterioridad las autoridades eclesiásticas habían aprobado esta forma de vida
en común. Entre 1231 y 1233, el papa Gregorio XI dirigió varias bulas de
protección hacia las beguinas, aceptando su forma de vida comunitaria bajo la
dirección de una maestra que ellas mismas podían elegir. Carecemos de fuentes
que informen adecuadamente sobre este estilo de vida, si bien compartimos aquí
un relato que nos permite introducirnos en las reglas de las beguinas:
Había un
maestro de París que llamó a un compañero y le pidió que le trajera a una
beguina, y este le trajo una. El maestro le dijo: ‘¿Qué [tipo de] gente sois y
qué hacéis?’. ‘Maestro —contestó ella— [...] sabemos amar a Dios, confesar,
guardarnos [del mal], conocer a Dios, los siete sacramentos, podemos amar y
discernir los vicios de las virtudes, tener humildad sin orgullo, amor sin
odio, paciencia en tribulación, claro conocimiento de Dios y de la santa
Iglesia, y estamos preparadas para sufrir todo por Dios: todo esto es ser
beguina (beghinages)’. Cuando el Maestro lo escuchó, se dijo: ‘Entonces sabéis
más de divinidad que todos los maestros de París’ (Bara Bancel, 2016: 67).
Tal
como hemos comprobado, en la obra de Margarita el amor tiene un rol central, en
tanto dinamiza el proceso de transformación e incluso lleva a un más allá del
amor. En esta cita, la anónima beguina menciona en primer término su amor a
Dios, aspecto central en la Regla de los auténticos amantes. Se trata
del texto medieval más extenso acerca de la forma de vida beguina, que no
pretende tanto legislar, sino más bien articular los ideales de la comunidad.
Fue redactado en francés antiguo, por un autor o autora anónima a finales del
siglo XIII, hacia 1300, de modo que es un texto contemporáneo a la obra de
Margarita. Quien escribió la Regla estaba familiarizado con la literatura
cortesana y también con la Escritura y los padres de la Iglesia.[23] La autora podría haber
sido una beguina, pues muchas de ellas poseían una profunda formación teológica
y experiencial. Según Ruh (2002: 379-380),
la Regla muestra una afinidad con Margarita, tanto por su contenido
como por la forma de expresión, aunque con una menor radicalidad. Esta regla se
detiene especialmente en la actitud interior y el significado espiritual de ser
beguina, verdadera amante de Cristo, a la vez que muestra cómo entendían las
beguinas su estilo de vida como religiosas de la Orden de los auténticos
amantes.[24]
La
Regla define como “auténtico amante (fin amant) a aquel o aquella que
ama a Dios con autenticidad (finement) [...] Es decir, puramente, y de
todo corazón y con todas nuestras fuerzas y con toda nuestra virtud [...] Así
nos amó él” (Bara Bancel, 2016: 70). La Regla establece doce signos por
los cuales se pueden conocer a los verdaderos amantes:
I.
Odiar aquello que
odia su Amigo: el pecado
II.
Guardar los
mandamientos de su Amigo
III.
Descubrir con
frecuencia el corazón a su Amigo
IV.
Amar lealmente
V.
Pensar con
frecuencia y atentamente en su Amigo
VI.
Escuchar con gusto
la palabra de su Amigo
VII.
Pedir atentamente
noticias de su Amigo
VIII. Ir frecuentemente y de buen
grado allí donde se encuentra su Amigo
IX.
Enviar con frecuencia
joyas y bellos dones a su Amigo
X.
Recibir devotamente
las joyas que su Amigo envía: y estas son pobrezas, privaciones, enfermedades y
tribulaciones
XI.
Dolerse por la
desgracia de su Amigo
XII.
Estar dispuestos a
hacer todo aquello que quiere y manda el Amigo, con [todo] corazón, cuerpo y
haber (Bara Bancel, 2016: 71).
De
acuerdo con la Regla, las beguinas poseen estos signos más verdadera y
espiritualmente, pues pertenecen a la Orden de los amantes, como Magdalena, la
amada y amante de Cristo. Dado que cumplen con estas reglas, ellas recibirán
doce alegrías que Dios entrega, entre ellas llegar a ser amigas íntimas de
Cristo, recibir sus visitas, etc. Se saben herederas del reino de Dios, con la
certeza de su amor, porque aman a Dios. La Regla aporta una etimología
de “beguina”, que viene del latín benigne (benignae), esto es,
“buen fuego”, porque ellas son esos fuegos buenos que iluminan a los que están
lejos.
Si bien
las reglas del De amore y la Regla de los auténticos amantes no
son totalmente equiparables, nos interesa señalar algunos paralelos. La Regla
establece en primer lugar alejarse del pecado, algo que podemos encontrar de
algún modo significado en el texto del Capellán en los preceptos I y IX,
referidos a la avaricia y el maldecir, ambos pecados.[25] La segunda proposición de
la Regla indica guardar los mandamientos que podemos asociar con la
séptima regla de Andrés que señala la necesidad de permanecer fiel al ejército
del amor, asimismo vinculada con el enunciado XII de la Regla que
proclama hacer todo lo que indica el Amigo. El cuarto enunciado de la Regla
expresa la necesidad de un amor leal. Andrés también habla sobre esto en su
obra y lo traspone como regla; aquí podemos agrupar tres preceptos del
Capellán: la necesidad de mantenerse casto para la amada, no buscar la mujer de
otro ni pretender el amor de alguien que no lo permite la verguënza, a la vez
que evitar el engaño (II-V).[26] También podemos
establecer un paralelo entre las sentencias VIII de Andrés y X de la Regla,
pues ambas indican cómo recibir los dones que otorga el amado. En definitiva,
ambas reglas procuran indicar cómo se debe cuidar la conducta para con quien se
ama. En ambas se trata de amar a una figura que excede la del amante: en el
caso del amor cortés por la idealización de la amada, en el caso del amor
místico por tratarse de la divinidad.[27]
Por
otra parte, el hecho de que exista una regla formulada nos hace pensar en la
dimensión común y comunitaria que estos movimientos de alguna manera
implicaban, aunque no se explicite completamente. Hemos mencionado la cuestión
de la nobleza en ambas obras, la de Andrés y la de Margarita. En De amore
hay un explícito desarrollo que diferencia la nobleza de la condición social
heredada y la vinculada con las posibilidades de crecimiento moral que el amor
permite. En la obra de Margarita en general se ha interpretado un cierto
elitismo, en tanto se afirma en varias oportunidades que la experiencia mística
de amor entre el alma y la divinidad no es acequible para cualquiera, a la vez
que se habla de la soledad del alma en tal experiencia. Ahora bien, también el Espejo
incluye referencias que nos permiten articular algo relacionado con una
comunidad de almas. En
uno de los capítulos del Espejo (XXII Cómo esta Alma es comparada al
águila y cómo se despide de Naturaleza), Margarita explica que el alma se
despide de la naturaleza porque Amor está junto a ella y la libera. Luego
explica que el alma no necesita consuelo, no la aflige la tentación, y agrega
que “es común a todos por la generosidad de caridad pura y no pide nada a nadie
por la nobleza de la cortesía de bondad pura de la que Dios la ha colmado”
(Margarita Porete, 2005: XXII). De manera que el alma noble es al mismo tiempo
excepcional y común, y esta última característica permite pensar no solo en lo
común que pueda tener con otras almas sino en una comunidad de almas. Unos
capítulos más adelante, Margarita habla de las almas que están en la recta
libertad del puro Amor. Allí las almas en el camino de la libertad que
posibilita Amor se describen como sin sentimientos, sin apegos espirituales
–pues estas prácticas se convertirían en métodos de esclavización de las almas-
y permanecen en la paz de la libertad a la que “pocos se abandonan […] y llevan
en paz las disposiciones de Amor” (Margarita Porete, 2005: XXIV). Estas almas
son “únicas en todo y comunes en todo” (Margarita Porete, 2005: XXIV). Esta
idea se repite, dado que se afirma que un alma que arde en el fuego de la
hoguera de Amor se ha convertido en el propio fuego pues Amor la ha
transformado. Si bien es un fuego que arde por sí mismo y se alimenta por sí
mismo, el capítulo finaliza con una referencia a lo común: “Pues un Alma así no
posee en ella materia que le impida ver claro, dado que se halla sola en sí
misma en virtud de la verdadera humildad; es común a todos por su generosidad y
caridad perfectas y se halla sola en Dios por la divina empresa de Amor Puro”.
A estas consideraciones debemos sumar las referencias a los que habitan en la
montaña, que son nombrados en plural.[28] De este modo, las reglas que
codifican y guían las conductas constituyen no solo un posible ordenamiento a
seguir en la búsqueda del amor —mundano o divino— sino también cierta consideración de conciencia común, conciencia de
una comunidad a la que se pertence.
Conclusiones
Durante
la Edad Media, tanto en la literatura secular como en la cristiana se desplegó
una gran reflexión sobre el amor. La literatura secular, en la que podemos
incluir al De amore, reflexionó sobre las relaciones amorosas entre
hombres y mujeres, la naturaleza de esa pasión y los modos en que debía
regularse. En la cultura europea hay una inflexión en el sentimiento del amor
en los escritos de los pensadores de la Iglesia en el marco de la meditación
sobre las relaciones afectiva entre el Creador y las criaturas. Esta temática
fue radicalizada en el pensamiento de las beguinas, en particular en Margarita
Porete, la más especulativa de las místicas. Ambas corrientes de pensamiento —la del amor mundano y la del
divino— fueron lectoras de textos del
clasicismo latino, como Ovidio y Cicerón, este último en su modelo de la amicitia,
aporto la idea de esta pasión como un impulso voluntario fuera de sí,
olvidadiza de sí, desinteresado y que conduce mediante un progreso, una
depuración gradual, a la fusión con el otro (Duby, 1992). Hemos establecido
algunos puntos de contacto entre la consideración secular del amor,
representada aquí por Andrés el Capellán, y la conceptualización mística, según
la obra de Margarita, especialmente la idea de que el amor implica un exceso de
pensamiento, un exceso de experiencia, la experiencia de un exceso. Pero
también pudimos establecer diferencias. Creemos que la principal distinción
equiparase a los términos en los que se han clasificado, dentro del marco
Cristiano, las dos grandes conceptualizaciones sobre el amor. En efecto, amar en
la escuela greco-tomista es buscar el bien propio, por tanto, encontrar la
propia alma, que puede equiparase al alma amada, es decir, amar es encontrar lo
que se ama. En la escuela místico-extática, amar es perder la propia alma.
Referencias
Andrés
el Capellán. (2014). El arte de amar honradamente. Trad. Gil Soler. P.
Libros en Red.
Andrés
el Capellán. (2006). Libro del amor cortés. Trad. Rodríguez Santidirán. P.
Alianza. Madrid.
Babinsky,
E. (1987). “The use of courtly language in Les mirouer dês simples ames
Anienties by Marguerite Porete.” Essays in Medieval Studies. 4. 91-106.
Bara
Bancel, S. (2016). “Las beguinas y su ‘Regla de los auténticos amantes’ (Règle
dês fins amans)”. Mujeres, mística y política. La experiencia de Dios
que implica y complica. Col. Aletheia 11. Editorial Verbo Divino. Estella.
Bianchi,
L. (1990). Il vescovo e i filosofi: la condamna parigina del 1277 a
l’evoluzione dell’ aristotelismo scolastico. Lubrina. Bergama
Certeau,
M. de (2008). La fábula mística. Siruela. Madrid.
Cervera
Novo, V. (2010). “Sobre las fuentes de la condena de 1277. La nobilitas
en el libro De amore de Andreas Capellanus y en los tratados éticos del
aristotelismo radical”. Patristica
Et Mediævalia. 31. 82-89.
Cirlot,
V. (1996). Les cançons de l’amor de lluny de Jaufré Rudel. Columna. Barcelona.
De Gier, I.
(2014). “Text as Authority: Marguerite Porete’s Mirouer des simples ames.” Mulieres
religiosae. Shaping Female Spiritual Authority in the Medieval and Early Modern
Periods. 127-150.
Brepols. Turnhout.
De
Libera, A. (2000). Pensar en la Edad Media. Anthropos. Barcelona.
Deelorme:
(2001). Histoire des Reines de France: Aliénor D’Aquitaine, Épouse de Louis
VII, mère de Richard Coeur de Lin. Pygmalion. Paris.
Denomy, A.
(1946). “The ‘De amore’ of Andreas Capellanus and the Condemnation of 1277. Mediaeval
Studies. 8. 107-149.
Denomy, A.
(1947). The Heresy of Courtly Love. Candlemass Lectures on Christian
Lietature. New
York.
Duby,
G. (1992). El amor en la Edad Media y otros ensayos. Alianza. Madrid.
Field, S.
(2012). The Beguine, the Angel, and the Inquisitor: The Trials of Marguerite
Porete and Guiard of Cressonessart. University of Notre Dame Press. Notre
Dame.
García
Acuña: (2009). Poética de la visibilidad del Mirouer des simples ames
de Marguerite Porete. Tesis Doctoral UPF Universitat Pompeu Favra. Barcelona.
García
Gual, C. (1997). El redescubrimiento de la sensibilidad en el siglo XII.
Akal. Madrid.
Gilson, E.
(1940). The Mystical Theology of Saint Bernard. Cistercian Studies.
London.
Grunter, O.
(1930). A Treatise on the Canon of Medicine of Avicenna Incorporating a
Translation of the First Book. Luzac. London.
Guerrero,
R. (2008). “Avicena: sobre el amor”. Anales del Seminario de Historia de la
Filosofía. 25. 245-261.
Le
Goff, J. (2008). Los
intelectuales en la Edad Media. Gedisa. Barcelona.
Margarita
Porete. (2005). El espejo de las almas simples. Trad. Garí, B. Siruela.
Barcelona.
Marguerite
Porete. (1986). Le Mirouer des Simples Ames. Ed. Guarnieri, R. Brepols.
Turnhout.
Margaretae
Porete. (1986). Speculum Simplicium Animarum. Ed. Verdeyen: Brepols.
Corpus Christianorum LXIX. Turhhout.
Martínez Sáez, N. (2021). Andrés el Capellán.
Dialéctica y juego en el amor. Tesis de Doctorado. Universidad Nacional de
La Plata.
McGuinn,
B. (1998). The
Flowering of Mysticism. Men and Women in the New Mysticism. Vol. III. The
Presence of God: A History of Western Christian Mysticism. Crossroad Publishing Company. New
York.
Morino, A.
(1995). “Introduzione.” Lo specchio delle anime semplice by Margarite
Porete. Sellerio. Palermo.
Newman, B.
(2002). “The Mirror and The Rose: Marguerite Porete’s Encounter with the dieu
d’amours. The Vernacular Spirit: Essays on Medieval Religious Literature.
105-123. Palgrave. New York.
Paris, G.
(1883). “L’Amour courtois.” Romania. XII. 459-534.
Piché,
D. (1999). La condemnation parisienne de 1277. Coll. Sic et Non. Vrin. Paris.
Riquer,
M. (1975). Los trovadores: historia literaria y textos, vol. I. Planeta.
Buenos Aires.
Rougemont,
D. de (1993). Amor y Occidente. FCE. Buenos Aires.
Rousselot:
(1981). El problema del amor en la Edad Media. Vrin. Paris.
Ruh, K.
(2002). Storia della mistica occidentale, vol. 2: Mistica femminile e
mistica francescana delle origini. Vita e Pensiero. Milano.
Russell, J.
(1965). “Courtly Love as Religious Dissent.” The Catholic Historical Review.
51. 31-44.
Sánchez
Herrero, J. (2005). “Los
orígenes de la inquisición medieval”. Clio & Crimen. 2. 17-52.
Shoeck, R.
(1951). “Andreas Capellanus and St. Bernard of Clairvaux.” Modern Language Notes. 66. 295-300.
Singer,
I. (1992). La naturaleza del amor. Siglo XXI. México.
Trojel,
E. (1892). Andreae Capellani. De amore libri tres. Libraria Gadiana. Havniae.
Underhill,
E. (1961). Mysticism: a study in the nature and development of man's
spiritual consciousness. Dutton. New York.
Van Mierlo,
J. (1925 [2003]). Hadewijch. Visioenen. Vlaamsche Boekenhalle. Antwerpen/Gent/Mechelen.
Verdeyen:
(1986). “Le procès d’Inquisition contre Marguerite Porete et Guiard de
Cressonessart (1309-1310)”. Revue d’historie ecclésiastique. 81. 48-94.
Walsh:
(1982). Andreas Capellanus. On love. Duckworth. London.
https://doi.org/10.34024/prometeica.2022.24.12961
AmbigÜedad y erotismo
LA TRADICIÓN DEL ROMANCERO EN EL DE AMORE
AMBIGUITY
AND EROTICISM
The
tradition of the romancero in the De Amore
AMBIGÜIDADE E EROTISM.
A tradição do romancero no De Amore
Patrizia Di
Patre
(Pontificia
Universidad Católica del Ecuador)
pdipatre@puce.edu.ec
Recibido: 22/11/2021
Aprobado: 20/12/2021
RESUMEN
A lo largo
del romancero se intersecan líneas y focos de reflexión cuyo sustrato bien
puede haber ocasionado las principales temáticas y giros indagatorios del
tratado compuesto por Capellanus. Con este trabajo se pretende explorar las
intersecciones teóricas, principalmente bajo la forma de directrices éticas y
simbólicas, entre el volumen de Capellanus y el conjunto de romances presentes
en la colección renacentista, con el fin de localizar sus antecedentes
tempranos en época medieval y determinar al mismo tiempo las fuentes de
inspiración temática propias del tratado compuesto por Andrés el Capellán.
Palabras
clave: Capellanus, romancero, amor cortés, Edad Media, poesía medieval.
ABSTRACT
Throughout
the Romancero lines and foci of thoughts intersect, which may well
have caused the main themes and investigative turns of the treatise composed by
Capellanus. The work aims to explore the theoretical intersections, mainly in
the form of ethical and symbolic guidelines, between the Capellanus volume and
the set of romances present in the Renaissance collection, to locate their
early antecedents in medieval times and determine at the same time the sources
of thematic inspiration typical of the treatise composed by Andreas Capellanus.
Keywords:
Capellanus, romancero, courtly love, Middle Ages, medieval poetry.
RESUMO
Ao longo do romance, linhas e focos de reflexão se cruzam, cujo substrato pode muito bem ter dado origem às principais voltas temáticas e investigativas do tratado composto por Capellanus. O objetivo deste trabalho é explorar as interseções teóricas, principalmente na forma de diretrizes éticas e simbólicas, entre o volume de Capellano e o conjunto de romances presentes na coleção da Renascença, a fim de localizar seus antecedentes iniciais na época medieval e ao mesmo tempo determinar as fontes de inspiração temática do tratado composto por Andrés el Capellán.
Palavras-chave: Capellanus, romances, amor cortês, Idade Média, poesia medieval.
Introducción
Todo lo
relacionado con el patrimonio retórico amoroso, incluidas las valencias
simbólicas, tiene cabida en los tres libros del célebre tratado compuesto por
Andrés el Capellán [29]; a veces un simple giro locutorio
(“de la cintura para arriba, de la cintura para abajo”) conlleva filones de
expansión inusitada, hasta llegar a casuísticas muy sutilmente complicadas; en
otras ocasiones, un epílogo clásico o lugares comunes bastante difundidos
estarán sujetos a operaciones de alta conceptualización. Detrás de este aparato
impuesto por la tradición cultural hay, sin embargo, un empleo muy consciente y
sistematizado: todos los tópoi con implicaciones negativas para la mujer
y las libres expresiones de un amor pasional aparecen recogidos, en los
primeros dos libros, con vistas a una refinada inversión. Así acontece con el
tópico de la mujer
víctima, abundantemente presente en el Cancionero[30]; con el de la mujer habladora e
insidiosamente liosa; con el motivo opuesto al de víctima inocente, o sea la
mujer que asesina a sus rivales[31]. Hasta las sentencias neutras
relativas a los hierros que, por amor, se deben perdonar, reciben en las
diatribas del Capellán ostentosas amplificaciones apologéticas: no hay hierros
en la fuente de todo bien.
En el
tercer libro, en cambio, la recogida de la tópica tradicional reitera las
funciones primitivas, acentuándolas en formas, también aquí, sistemáticas y
consecuenciales. El libro medieval sobre el amor comienza como una quaestio:
con definiciones previas a la argumentación [32]. Se confronte el accessus
del tratado amoroso con el de Dante sobre la Monarquía [33], para sancionar irrefutablemente la
analogía argumentativa y aquiescencia semántica de ambos referentes:
Primum
igitur videndum quid est quod “temporalis Monarchia” dicitur, typo ut dicam et
secundum intentionem”. Est ergo temporalis Monarchia... unicus principatus [34].
Considerado
el manantial de términos tradicionales constituido por el romancero (con la recogida
sistemática que impone), asumiremos esta colección como referente universal de
nuestra búsqueda, señalando siempre el valor antagónico u homológico, pero en
todo caso fontal, de un thesaurus que debió de circular en términos cronológicamente cercanos a los de
nuestro autor medieval. Esto consentirá también separar los componentes del caudal común (previo, por
ende, a
ambas obras, o contemporáneo del solo Andrés) de
otros factores unívocamente caracterizadores.
“De
la cintura arriba, de la cintura abajo”: un empleo común
Para ver el
carácter siempre amplificante -también en módulos “neutros”- de locuciones o
símbolos que resultan peculiares en el referente asumido, bastará remontarse al
Romance del conde Claros de Montalván [35], que podríamos considerar como un
contenedor universal de dichos y hechos atinentes a las formas tradicionales
del amor cortés-descortés [36].
Media noche
eran por filo, los gallos querían cantar,
conde Claros
con amores no podía reposar:
dando muy
grandes sospiros que el amor le hacía dar,
por amor de
Clarañina, no le deja sosegar (108, 1-4).
El conde se
viste de una forma particularmente elegante, va a buscar a la amada presa de un
ímpetu irresistible, le habla en formas corteses que despiertan la simulada
burla de la mujer: “Conde Claros, conde Claros, el señor de Montalván, / ¡cómo
habéis hermoso cuerpo para con moros lidiar!”. Este motivo, tópico en el
romancero [37], será recogido por el Capellán
únicamente en la forma completa del elogio omnicomprensivo: bueno en el amor,
valeroso en armas, conocedor de todas las artes, excelente en el juego, dulce y
manso, de extrema generosidad para con todos, etcétera (cfr. de entre los
innumerables lugares el extenso y ejemplar presente en I, 142-161). Conjunto
modélico, núcleo de paralela expresividad dentro del romancero: “Tan apuesto de
persona, decidor bueno entre damas, / repartidor en su haber, aventajado en la
lanza” [38].
Hay
versiones más o menos extensas:
El cual
desque fue mancebo muy esforzado salía:/ de gran corazón y seso e ingenioso a
maravilla,/ de hermoso cuerpo y cara que nada le fallecía; / daba muy buenos
consejos a quien menester lo había/ hombre de buena palabra y de buen donaire y
guisa, / pagábanse mucho de él, amábanle en demasía/ todos los homes del mundo
que por caso le veían./ Sobre estas buenas maneras otras dos gracias tenía: /
que era gran cabalgador, si en todo el reino lo había; / gran lanzador de
tablados que mucho bien lo facía;/ tenía muy buenas armas obraba caballería/
tan altamente con ellos, que todos temor le habían;/ nunca se falló en batallas
que de ella bien no salía (Romance del conde don Sancho Díaz, 10, 54-66).
En el
contexto del romance que escogimos (Romance del conde Claros de Montalván), los
términos emblemáticos del cuadro (buen peleador, amador óptimo) se encuentran concentrados de forma peculiar:
“Mi cuerpo tengo, señora, para con damas holgar: / si yo os tuviese esta noche,
señora a mi mandar, / otro día en la mañana con cien moros pelear, / si a todos
no los venciese que me mandase matar” (108, 30-33).
Suficiente
reunión de motivos, como para alertar sobre la presencia de una tópica
ejemplar. Vayamos ahora al núcleo que despertó nuestro interés, es decir, la
caracterización topográfica de los goces amorosos:
Tomárala por
la mano, para un vergel se van; / a la sombra de un ciprés, debajo de un rosal,
/ de la cintura arriba tan dulces besos se dan, / de la cintura abajo como
hombre y mujer se han (108, 46-49).
Todo en
este romance es ambiguo: al cazador que presenció la escena, y lealmente se la
refiere al padre de la Infanta, denominado siempre en el texto “el buen rey”,
se le da muerte despiadadamente, como a tantos otros portadores de malas
nuevas: y eso que no cuidó de los extraordinarios sobornos ofrecidos para
callar, como se subraya en el cuerpo narrativo; todos corren el riesgo de
morir: el conde, degollado; la infanta, de dolor y espanto. Pero el final es
feliz, puesto que “quien no ama las mujeres no se puede hombre llamar”, y “que
los yerros por amores dignos son de perdonar”: en el más puro espíritu de
Andrés, el de la primera parte o de los libros I y II, naturalmente. Se
confronte a este propósito el lugar que sigue inmediatamente a una carta
sentenciosa de la duquesa de Champagne (I, 395-400), donde el “más noble”
habla, precisamente, “a la más noble”:
Sin embargo
creo que en el amor no puede haber grave ofensa a Dios, porque con leve pena
puede expiarse el pecado cometido por natural necesidad; y también porque no es
absolutamente lícito el considerar pecado lo que origina en esta vida el bien
sumo, sin el cual nadie en el mundo podría considerarse digno de alabanzas [39].
No extraña
por ende, a tenor de ambos textos, que la figura en cuestión, “de la cintura
arriba, de la cintura abajo” sea objeto de una cumplida disertación teórica a
lo largo de nuestro tratado (I, 533-560), y precisamente al final de este
diálogo. Es la mujer quien interpela al varón sobre el caso de una mujer
“extraordinariamente gentil”, la cual les da a escoger a dos rivales entre la
posesión de “la parte alta o baja” de su cuerpo. ¿Quién ha elegido la parte
mejor, y por ende el más cumplido legado, del cuerpo femenino?
Profanaciones
aparte (ya que nadie negaría aquí el paralelo religioso entre Marta y María,
con la explícita referencia a quien escoge “la parte mejor” de la herencia
cristiana), o más bien perfectamente insertas en el tejido discursivo de
Andrés, se ha de conjeturar en este punto una tópica de muy consolidada
tradición: señas claras de ello son las frases declaratorias del lugar común,
exentas de cualquier precisión o indicios, simplemente ligadas a un concepto
que, en virtud de lo mismo, no necesitaba mayores aclaraciones; se resumía así,
de forma escueta o altamente alusiva.
La otra
línea tradicional es más de tipo lingüístico que simbólico, o tal vez resume
ambos propósitos: se trata de la locución sustitutiva, pero también referencial
con respecto a un uso punitivo real, del “cortar las faldas por vergonzoso
lugar” [40] (cfr. Romancero, 18: Romance de doña Lambra), probablemente
ligado a un paralelo masculino de indudable “punibilidad” en términos
cristianos:
“Dios es en
la ayuda mía”, / respondió el buen rey Rodrigo, / “la culebra me comía, /
cómeme ya por la parte que todo lo merecía, / por donde fue el principio de la
mi muy gran desdicha” (Romancero [1], Penitencia de don Rodrigo, 27,
53-56).
Son señales
verbales impregnadas de un rigorismo costumbrista, o constitucional diríamos
(dado su carácter socionormativo), contrahechas dentro del tratado medieval
hasta la inversión más desenvueltamente paródica: lo que en términos
tradicionales denuncia la culpa y merece un castigo, se convierte aquí en una
topografía idealmente erótica, en fantásticas coordenadas del placer.
1. Mujer víctima, mujer asesina [41]
En el
romancero el tema de la mujer víctima, muerta a manos del marido, hace
esporádicas, pero muy significativas apariciones. La más cumplida realización
del motivo la tenemos en el Romance de cómo el duque de Berganza mató a la
duquesa su mujer: “Revolvió el duque su espada, a la duquesa hería: dióle
sobre su cabeza, y a sus pies muerta caía (53, 29-30).
También el Romance
del rey don Pedro toca, aunque de manera realmente fugaz, esta dramática
incidencia:
El rey fue
mucho turbado, mandó el pastor fuese preso;
mandó hacer
gran pesquisa, si la reina fuera en esto.
El pastor se
les soltara, nadie sabe qué se ha hecho.
Mandó matar
a la reina, ese día a un caballero,
pareciéndole
acababa con su muerte el mal agüero (43, 27-31).
En otro
romance muy señalado, el del conde Alarcos, tenemos un núcleo temático que
conjuga dos funciones a la vez, la que se está examinando y la antitética
conectada con la imagen de la “mujer asesina”, inspiradora de homicidios por
amor, o celos. Lo examinaremos en la clave correspondiente, ya que por ahora
urge considerar el desarrollo del motivo expuesto en el tratado De Amore.
Si bien el tercer libro de la obra teoriza la eventualidad en cuestión, en el
resto del volumen falta toda alusión a la idea. Eso se debe a que mientras el
Capellán considera siempre el rol honorífico de la mujer, y busca atribuirle
constantemente un papel fundamental o inclusive dominante, dentro de la
sucesiva reprobatio amoris no cabe sino el rechazo a lo contrario: la
violencia sobre la mujer cobra entonces aspectos meramente acusatorios o contrastivos,
sin minar la pasividad inherente al sujeto:
Para colmo
sabemos de muchos que, llevados por el excesivo amor a sus amantes, no solo
meditan en delitos nefandos, sino que hasta llegan a trucidar cruelmente a su
propia mujer; y a todos consta que el delito es cosa infame (III, 44).
Siempre en
el tercer sector de la obra, y en franca reprobación de amor, el paralelo de la
asesina -o hembra presta para cualquier atrocidad- tan presente a lo largo del
romancero, cobra un relieve muy particular:
Es además la
mujer siempre prona a cualquier atrocidad; cualquier delito, por atroz que sea
o se haya podido manifestar en este siglo, cada mujer sin excepciones ni temor
alguno, movida por razones nimias, comete de ordinario.
¿Cómo no
pensar en las “infantas” del romancero, justicieras atroces de sus rivales?
Veamos esto:
Yo os
lo daré, buen Rey, d’este poco que tenía:
mate
el conde a la condesa que nadie no lo sabía
y eche
fama qu’ella es muerta de un cierto mal que tenía
y
tratarse ha el casamiento como cosa no sabida
(Romancero
[1],72, 46-49).
El mismo
motivo, dominado por un desenfado análogo, campea en el Otro romance
de doña Isabel (51). La protagonista aquí es nada menos que la despiadada
reina, la cual manda matar a la concubina del rey: ella tiene hijos de él, y su
culpa consiste en eso a los ojos de la soberana. Sin tener en cuenta nada más
que su propio enojo (“[el Rey] por fuerza me fue a tomar”, se defiende sin
éxito doña Isabel), la mujer planea fríamente este acto execrable. Escuchemos
las palabras de la triste embajada:
Perdonédesme,
señora, por lo que os quiero hablar.
Sabed que la
reina mi prima acá enviado me ha,
porque ella
es muy mal casada, y esta culpa en vos está,
porque el
rey tiene en vos hijos, y en ella nunca los ha,
siendo, como
sois, su amiga, y ella mujer natural
manda que
muráis, señora, paciencia queráis prestar (51, 18-23).
Llegaremos
a la conclusión de que en el tercer libro del De Amore se recogen los
motivos denigratorios acerca de la figura femenil (y masculina también),
mientras que en el resto del tratado seguimos constatando la más absoluta
desautorización de la tópica atinente al género: notemos en efecto que el lugar
común tradicional y sobresaliente de los primeros libros, o sea la consideración
de la mujer como fuente de todo bien, objeto de admiración perpetua y, sobre
todo, refinada decididora de cualquier cosa -y de su destino en primer
término-, falta absolutamente en la tradición que alimentó el romancero.
Discursos como los que siguen serían impensables desde la perspectiva
invariable de los romances:
Creo por
cierto que los hombres de bien han sido dispuestos por Dios con el único fin de
obsequiar a señoras como vos sois, obedeciendo sus voluntades, y me parece
patente por la fuerza de indudables razones que los hombres en sí nada pueden,
ni sacan algún provecho de la fuente de todo bien, si no es por sugestión de
las damas (I, 403).
Aunque todos
los bienes proceden sin duda de las mujeres, y muchas prerrogativas les ha
concedido el Señor, y ellas son consideradas fuente y origen del propio bien…
(I, 403).
La
preceptiva del amor cortés excluye cualquier tradición porque es originalmente
promotora de un nuevo, o más bien inusitado, filón tradicional. Esta tradición
incipiente crea ex nihilo sus propios tópicos -destinados a ser tales-,
reinventa posiciones, destruye cualquier creencia contraria en nombre de un
evangelio propio, de ilustres distanciamientos y posturas francamente anómalas.
Cuando, en cambio, querrá retomarse un posicionamiento “burgués”, no se dudará
nada en escoger los módulos de más potente tradicionalismo, los que impregnan
profundamente las vetas de innumerables canteras populares, o más que
populares: romantizados y en versos…
2. Mujer facunda, mujer astuta
“Hija de mi corazón, oh hija de mis entrañas,
levántate al mismo punto, ponte la ropa
de pascua,
y vete donde el rey moro, y entreténlo
con palabras”.
“¡Me dirías, buena niña, cómo estás tan
descuidada?”.
“Mi padre está en la pelea, mi madre al lecho
descansa,
a mi hermano mayor lo han muerto en la
campaña”.
“¿Me dirías, mi buena niña, qué ruido es que
sonaba?”.
“Son los pajes de mi padre, que al caballo dan
cebada”.
“¿Me dirías, mi buena niña, adónde van tantas
armas?”.
“Son los pajes de mi padre, que vienen de la
campaña.
No pasó espacio de una hora que al rey
moro lo ligaban
(39, 9-19).
El motivo
tópico de la mujer sagaz y parlanchina, tan difuso en el romancero,
aparece variamente trabajado a manos del Capellán. Veamos entre todos este
empleo significativo:
Mucho
cuidado debes tener, Gualterus, en no dejarte engañar por la vana
hermosura de las mujeres, pues son tales su astucia y facundia que no te será
fácil, una vez gozados sus favores, desprenderte de su amor (I, 10).
Es obvio
que, a diferencia del romancero donde el tema es extremamente variegado
-como veremos enseguida-, aquí solo tenemos una doble polaridad: blanco o
negro, rechazo o acogida. En general las palabras de la mujer son siempre más
elegantes, refinadas y concluyentes que las del varón; y se puede percibir
incluso un dejo de ironía en este juicio de la mujer plebeya hacia las dotes oratorias
del otro sexo: “…: magisque placent ab homine verba prolata quam pica loquente”
(I, 171). Las protagonistas de los diálogos se muestran más diestras también en
el empleo de las fórmulas escolásticas, y el hombre debe frecuentemente ceder a
la fuerza de sus razones [42]. Ahora, de todo ello la mujer saca
buen partido y con tanta determinación, que no duda en aplastar al interlocutor
mediante un bien calculado sarcasmo: “En tus discursos te muestras como un
cangrejo, siempre andando en reversa, ya que no temes renegar de lo que antes
afirmabas con tanto entusiasmo” (I, 188); “Tu argumento entonces se desploma
bajo el peso de evidentísimas razones” (365).
Por otra
parte, el escuadrón de las mujeres “nobilísimas” está compuesto por las que
“supieron dar respuestas dignas a quienes insidiosamente las requería de
amores” (243), como muestran también en el romancero los ejemplos
que siguen. La conclusión es que, de todo el caudal perceptible en el filón
amoroso popular, lo más elogioso se recoge en los dos primeros libros del
Capellán; y que todo cuanto se recoja en tal sentido será rotundamente
desmentido en el tercero:
Que nunca la
mujer puede detenerse en su habla, y ni el espíritu ni la lengua se cansarían
jamás en ello. Y hasta se sabe de mujeres que, no teniendo con quién hablar, se
hablan a sí mismas y en voz alta, por la mera avidez de proferir palabras”
(III, 100-101).
Pero
vayamos ya a los paralelos “buenos” del romancero:
“Calledes, conde, calledes, y no os queráis
alabar;
el que quiere servir damas así lo suele hablar,
y al entrar en las batallas bien lo saben
excusar
(108, 34-36).
Se debe
notar aquí el más puro espíritu del Capellán, en un romance que hemos
considerado precisamente por estar en clara sintonía con las reglas de amor
manifestadas en el tratado medieval. La “burla” es un componente ineludible de
las escaramuzas amorosas, como veremos también en el próximo apartado [43].
Mujer burladora
Ahí habló el caballero, bien oiréis lo
que decía:
“¿De qué vos reis, mi alma? ¿De qué vos
reis, mi vida?”.
La niña que estaba en salvo, aquesto le
respondía:
“Ríome del caballero y de su gran cobardía,
que tiene la niña en el monte, y usaba de
cortesía”
(Caballero burlado, 139, 26-29).
La niña desque lo oyera díjole con osadía:
“tate, tate, caballero, no hagáis tal villanía:
Hija soy de un malato y de una malatía;
El hombre que a mí llegase malato se tornaría”.
A la entrada de París la niña se sonreía:
“¿De qué vos reis, señora, de qué vos reis, mi
vida?”
“Ríome del caballero y de su gran cobardía,
¡tener la niña en el monte, y catarle cortesía!
Caballero, con vergüenza, estas palabras decía
[…]
(Romance que dice: de Francia partió la niña,
140, 12-21).
La niña le respondiera y estas palabras
decía:
“¡Oh mal haya el caballero que sola deja
la niña!
Él se va a tomar consejo, y ella queda en
la montaña”
(Romance de la infantina, 138, 15-17).
Este último
tema en realidad se cruza con el de la “mujer discreta”, bien hablada y
sentenciosa. Así que una vez más notamos el sapiente dominio por parte del
Capellán de todos los filones relativos al ensalzamiento o denigración de la
figura femenina.
3. “Ella, como discreta, no creyó en
sus dichos”
Ocurre
muchísimas veces que la mujer “requerida de amores” no confíe en las palabras
del interlocutor, ya sea porque se cree indigna de él, por motivos
esencialmente ligados a la respectiva posición social, o porque le interesa más
desentenderse del asunto. En otras ocasiones pueden manifestarse actitudes
francamente retóricas, y no es siempre fácil decidir entre las distintas
manifestaciones en juego. El modelo genérico se atañe, de todas formas, a
nociones básicas, establecidas de la forma que declaran los siguientes versos:
La cava, como es discreta, a burlas lo
había echado.
El rey le hace juramento que de veras se
lo ha hablado.
Todavía lo disimula, y burlando se ha
excusado
(Romance de la Cava, 4, 7-9).
El módulo
funciona también con los referentes invertidos (quien requiere y puede burlar
es una mujer), según lo veremos en el ejemplar Romance de Gerineldo:
“Como soy vuestro criado señora, os burláis conmigo” (Alvar 94, 3). Y esto da
pie para hablar de la libre utilización del canon por parte de Andrés. El autor
se apresura en efecto a establecer la igualdad de condiciones en el
ofrecimiento de amor, como sucede con tanta frecuencia a lo largo del
romancero:
Puede
entonces la mujer, cuando alguien la convida a amar, alentarlo con gracia y
cortesía, si se da cuenta de que el otro por alguna razón no manifiesta su
amor. A este argumento por lo demás le confiere gran autoridad el testimonio de
la hija de Carlomagno, quien abiertamente requirió de amores a Hugo de Alvernia
(I, 517).
Podemos apreciar
con esto el tipo de ambiente y las auctoritates involucradas en el
proceso, con todo lo que comporta en términos de derivación literaria. La
fuente de todo ello debe necesariamente ser común.
Volviendo
al tópico de la burla amorosa y al temor relacionado de caer en alguna trampa,
aquí tenemos un magnífico ejemplo: “Siempre os preciasteis, conde, de las damas
os burlar” (Romance del conde Claros, 40). Ahora, el prototipo en cuestión
subsiste, a diferencia de otros casos, en el solo romancero, ya que a manos del
Capellán el motivo se encuentra muy sutilmente trabajado y enriquecido, como
era de esperar dado su preeminente papel en el juego conversatorio de las
partes [44]. Se puede llegar inclusive al grado de refinamiento presente en estas
líneas:
El amador
sapiente y entrenado no debe, en su primer coloquio con una dama desconocida,
solicitar directamente favores amorosos, sino que primero debe darse a conocer,
y en segundo lugar mostrar en todos sus discursos una suave apacibilidad (I,
353).
Una
declaración directa es sospechosa; para evitar la trampa del diálogo mendaz se
debe recurrir a un instrumental potentemente codificado, gracias al cual el
primitivo eslabón de la mentira da lugar a una expresividad sin dobleces. En
tales condiciones se fijan solo esquemas procedimentales, destinados a
convertirse después en tablas de verdad específica, o sea amorosa. Cuando los
interlocutores incurren en el caso señalado de la burla inherente a la
disparidad social, todo se resuelve de forma inesperada, con una elegancia
lógica que reemplaza cualquier eventualidad maliciosa. Y es que disponen de
cánones:
Sería
verdaderamente feliz la plebeya que se hiciera digna del amor de un conde; mas
pensad cuál alabanza o premio le correspondiera al conde, o marqués, que
aspirara a obtener el amor de una plebeya (I, 285).
Cesa o
decae entonces el propio origen de la eventualidad burlesca, que puede residir
solo en espacios ajenos al reinado del amor. Es claro que el primitivo tema de
los romances ha proporcionado únicamente, en el caso presente, el pretexto para
disolverlo todo.
Requeridora
de amores, requerida
Aquí
también la doble eventualidad en cuestión, lejos de representarse fielmente,
deriva en sutilezas aclaratorias. Pero el tema existe, surge la necesidad de
reseñarlo, proporciona soluciones nuevas a núcleos de problematicidad
incipiente. Veámoslo a partir del romancero:
“¿Qué mandáis, gentil mujer?”.
Con una voz amorosa comenzó de responder:
-“Ven acá, el pastorcico, si quieres
tomar placer;
siesta es de mediodía, que ya es hora de comer;
si querrás tomar posada todo es a tu
placer”.
-“Que no era tiempo, señora, que me haya
de detener;
que tengo mujer e hijos, y casa que
mantener…”.
-“Vete con Dios, pastorcillo, no te sabes
entender,
hermosuras de mi cuerpo yo te las hiciera
ver…”.
Hasta en el
Romance del conde Alarcos la infanta Solisa se dirige al padre
solicitando sin vergüenza el objeto de su amor; y en el Romance que dice: de
Francia partió la niña, o de la Infantina, y de Gerineldo. El
caso más extremo queda el de la linda Melisenda, con asesinato incluido.
Extrañamente,
en el tratado medieval el tema no queda caracterizado sino como el omnipresente
reproche a la mujer, bajo la forma de pecado capital: la mujer nunca expulsaría
de su cama a hombre alguno, por más que tenga un marido noble y gentil [45](clara inversión, tal vez irónica,
de las palabras atribuidas a la noble mujer enamorada del marido, en el diálogo
del “más noble” con ella): es decididamente procaz, y llena de lujuria. Pero en
el cuerpo del tratado, donde naturalmente se aspira a la igualdad de oportunidades
y derechos en materia sexual, nunca sucede que a la mujer se confíe un rol
protagónico de conquista; la mujer debe cribar y discernir, tiene en todo
momento el dominio de la situación, domina, argumenta, escoge: su guarda es de
naturaleza intelectual, no suspicazmente impuesta o victimariamente requerida.
La conclusión es inevitable: cuando un núcleo aparece exitosamente dramatizado
en el romancero, encontrará su teorización cumplida -exenta, por tanto, de
caracterizaciones pragmáticas- por obra del tratadista medieval. Solo la
modalidad teórica cambia: lineal, en los primeros dos libros, por recogida
directa de la tradición; metódicamente desplazada, hasta las tortuosidades del
exceso monolítico, en la vertiente negativa del De Amore.
Referencias
Alighieri,
D. (1979). Opere minori. II. Monarchia. B. Nardi (Ed.).
Ricciardi.Milano-Napoli.
Alvar, M.
(1970). El romancero. Tradicionalidad y pervivencia. Planeta. Barcelona.
Anahory-Librowicz,
O. (1989). “Las mujeres no-castas en el romancero: un caso de honra”. En S.
Neumeister, Actas del IX Congreso de la Asociación Internacional de
Hispanistas. Vervuert. Madrid. CCCXXI-CCCXXX.
Botta:
(2013). “El léxico del Romancero General de 1600”. Edad de oro. 32.
47-78.
Cano,
B. (2004). “Las mujeres malas en el Romancero”. En Líneas actuales de
investigación literaria: estudios de literatura hispánica. Universidad.
Valencia. LXIII-LXXI.
Capellanus, A.
(1982). De Amore. P.G. Walsh (Ed.). Duckworth. London.
Cherchi:
(1994). The Ambiguity of Courtly Love in Andreas Capellanus’s Model.
University Press. Totonto.
Cherchi: (2016).
“Acursar les faldes”. Postilla al Tirant Lo Blanch, cap. XIV. Studi Romanzi.
Nuova serie. 12. 233-243.
Di Patre: (2018).
“A la sombra del De Amore. Dante entre Capellanus y La Celestina”. Celestinesca.
42. 57-82.
Di Patre: (2018).
“Dalla Monarchia di Dante al trattato machiavelliano sul Principe:
un percorso obbligato”. Dante. Rivista internazionale di studi su Dante Alighieri.
XV. 11-28.
González Troyano,
A. (1989). “Algunos
rasgos del arquetipo de la mujer seductora en el romancero tradicional andaluz”.
En Pedro M. Piñero Ramírez. El Romancero. Tradición y pervivencia en el
siglo XX. Fundación Machado de Cádiz. Sevilla.
Lacarra
Lanz, M.E. (1993). “Representaciones de mujeres en la literatura española de la
Edad Media (escrita en castellano)”. En Iris M. Zavala. Breve historia
feminista de la literatura española en lengua castellana. 2. Ánthropos.
Madrid. XXI-LXVIII.
Martínez,
N. (2015). “Andrés el
Capellán ante el fenómeno del amor cortés”. Studium. Filosofía y Teología.
35. 101-107.
Paolini, D.
(2010). “El libro de buen amor y el amor descortés”. En P. Civil, F. Crémoux, Nuevos
Caminos del hispanismo. Actas del XVI Congreso de la Asociación Internacional
de Hispanistas. 2. Iberoamericana. Madrid. XXXXVI-LII.
Romancero (1984). M. Alvar (Ed.). Bruguera. Barcelona.
Romancero (1994). P. Díaz-Mas (Ed.).
Editorial Crítica. Barcelona.
Villas
Millanes G. (2020). La mujer en el romancero: una propuesta de análisis
tipológico de los personajes femeninos. [Disertación de grado, Universidad
de Zaragoza]. https://zaguan.unizar.es/record/94789/files/TAZ-TFG-2020-1108.pdf?version=1.
https://doi.org/10.34024/prometeica.2022.24.12869
La fisiologÍa del amor
El diÁlogo de Francesco Patrizi sobre los besos
The physiology of love
Francesco Patrizi’ s dialogue on kissing
A fisiologia do amor
O diálogo de Francesco Patrizi sobre o beijo
Susana Gómez
López
(Universidad
Complutense de Madrid)
susanagl@filos.ucm.es
Recibido: 18/10/2021
Aprobado: 20/12/2021
RESUMEN
El amor
siempre ha sido objeto de reflexión de filósofos, tema privilegiado de poetas,
artistas y moralistas de toda índole e inclinación. Desde el siglo XVII, la
propia historia del cuerpo, de la concepción de las pasiones y las emociones ha
ido “descarnando” el amor, separándolo de los procesos corporales,
fisiológicos. Antes de llegar a aquel momento crítico de la historia de la
cultura europea, hubo ciertamente quienes defendieron un amor separado del
cuerpo, pero lejos de resultar algo obvio, tuvieron que defender sus argumentos
ante una profunda tradición científica y filosófica que consideraba el amor una
patología inseparable de los procesos fisiológicos. En este artículo se hace un
repaso por el concepto de hereos, aegritudo amoris, para
presentar un texto de Francesco Patrizi da Cherso (1529-1597), Il Delfino,
overo del bacio, que constituye una de las más claras exposiciones de una
concepción fisiológica del amor, una naturalización del amor que sorprende y
resulta especialmente interesante por su síntesis con la tradición platónica.
Palabras
clave: amor. hereos.
aegritudo amoris. enfermedad de amor. Patrizi da Cherso.
ABSTRACT
Love has
always been an issue for philosophers, a privileged topic for poets, artists
and moralists of all sorts and inclinations. Since the seventtenth century, the
history of the body, of the conception of passions and emotions, has
"disembodied" love, separating it from physiological processes.
Before reaching that critical moment in the history of European culture, there
were certainly advocates of a love divorced from the body, however, far from
being obvious, they had to defend their arguments against a deeply rooted
scientific and philosophical tradition that considered love a pathology
inseparable from physiological processes. This article reviews the concept of hereos,
aegritudo amoris, in order to introduce a text by Francesco
Patrizi da Cherso (1529-1597), Il Delfino, overo del bacio, which is one
of the clearest expressions of a physiological conception of love, a true
naturalization of love both surprising and particularly interesting for its
synthesis with the Platonic tradition.
Keywords: love. hereos. aegritudo amoris. Lovesickness. Patrizi da Cherso.
RESUMO
O amor sempre foi um objeto de reflexão para filósofos, um assunto privilegiado para poetas, artistas e moralistas de todos os tipos e inclinações. Desde o século XVII, a própria história do corpo, da concepção das paixões e das emoções, tem sido "despojada" do amor, separando-o dos processos corporais e fisiológicos. Antes de chegar àquele momento crítico na história da cultura européia, certamente havia quem defendesse um amor separado do corpo, mas longe de ser óbvio, eles tinham que defender seus argumentos contra uma profunda tradição científica e filosófica que considerava o amor uma patologia inseparável de processos fisiológicos. Este artigo revisa o conceito do hereos, aegritudo amoris, para apresentar um texto de Francesco Patrizi da Cherso (1529-1597), Il Delfino, overo del bacio, que constitui uma das mais claras exposições de uma concepção fisiológica do amor, uma naturalização do amor surpreendente e particularmente interessante para sua síntese com a tradição platônica.
Palavras-chave: amor. hereos. aegritudo amoris. doença do
amor. Patrizi da
Cherso.
Introducción
Otra
razón se opone con toda evidencia al amor: a causa del amor y de las obras de
Venus el cuerpo humano se debilita y con ello los hombres pierden sus fuerzas
en el combate. Tres son las causas, bastante razonables, de que ocurra así: en
primer lugar, porque, según demuestra la ciencia médica, la energía del cuerpo
se debilita mucho con las prácticas de Venus, en segundo, porque el amor hace
que el cuerpo coma y beba menos, con lo que, con toda razón, su energía
disminuye. Y por último, porque el amor aleja el sueño y suele privar al hombre
de todo descanso. La privación del sueño produce una mala digestión y una gran
debilidad física [...] Puede
aducirse una cuarta razón de por qué el cuerpo humano se debilita: creemos que
a causa del pecado todos los dones divinos disminuyen en el hombre y se acorta
el tiempo de vida.
Así escribía
Andrés el Capellán (1150-c. 1220) en el Libro III de su De amore
(57-59 [389]), dedicado fundamentalmente a exponer toda una serie de razones
por las que el hombre haría bien en alejarse de la pasión amorosa y, si fuese
posible, no caer siquiera en ella. Los motivos de orden teológico estaban muy
presentes en su condena del arte amatoria: el amor es pecaminoso y la divinidad
utiliza el cuerpo, los instrumentos de la fisiología, para castigar al hombre.
La cuestión de las causas y efectos somáticos del amor está presente en casi
todos los textos de la tradición literaria, médica y filosófica sobre el amor,
sin embargo, en cada obra, cada autor, adquiere matices y significados
diferentes, a veces incluso diametralmente opuestos. No basta en absoluto
insertar tales comentarios e interpretaciones médico-filosóficas en el marco de
una dicotomía entre platónicos o aristotélicos, entre discursos sobre el amor
cortesano o sobre el amor metafísico, por citar solo algunas de las categorías
más frecuentemente usadas al abordar la historia de la tradición literaria
sobre el amor. El De amore de Andrés el Capellán es un claro ejemplo de
una particular síntesis de concepciones médicas heredadas de la antigüedad, de
una corriente de literatura cortesana que florecía en su época y de unas
profundas convicciones teológicas.[46] Hubo y
habrá, antes y después de la obra de Andrés el Capellán, textos de amor
cortesano exentos de motivaciones teológicas, o textos sobre la medicina del
amor indiferentes a los temas cortesanos.
Cuando Andrés el
Capellán escribía, en el Occidente latino las teorías médicas del amor apenas
habían empezado a tener eco. Dando un salto en la historia, quiero presentar aquí
un texto poco conocido redactado a mediados del siglo XVI: Il Delfino, overo
del bacio, de Francesco Patrizi da Cherso. En el espacio de aquellos cuatro
siglos que median entre el De amore del Capellán y el Delfino, la
filosofía de Aristóteles se había impuesto y había comenzado a derrumbarse, la
medicina galénica se había consolidado como modelo del funcionamiento del
cuerpo humano, de su estructura, sus enfermedades y sus correspondientes
terapias. Los médicos de Salerno, Bolonia, Padua o Montpellier habían
enriquecido, comentado y a veces debatido las ideas de Galeno. Las obras de
Avicena, el príncipe de los médicos, se habían convertido en la referencia
fundamental para todo aquel que desease profundizar en los secretos del cuerpo
humano y de los males que lo aquejaban. Platón había renacido en las calles y
cortes florentinas casi al mismo tiempo que se fundía con las corrientes
herméticas. El texto de Patrizi, como veremos más adelante, bebe de todas esas
tradiciones y en él hay ecos de la literatura cortesana del amor, de la
filosofía neoplatónica, de la fisiología aristotélica y de esa poesía del dolce
stil nuovo a la que Dante, siendo él también uno de los stilnovisti,
había criticado con dureza por su interés en el amor profano, carnal o sensual.
Poesía,
amor y medicina
Corrían los
últimos años del siglo XI cuando las cortes francesas empezaron a disfrutar de
un arte tan placentero, jocoso y picante como emotivo e inspirador. Eran los
versos recitados por los nuevos trovadores del amor cortesano, que poco
tardaron en traspasar fronteras y extenderse por toda Europa. Algún tiempo
después, en la Sicilia del siglo XIII, floreció en la corte de Federico II una
corriente de poesía amorosa, uno de cuyos más notables exponentes fue Giacomo
da Lentini (1210-1260), que en uno de sus sonetos escribía:
Muchos amantes su enfermedad llevan
en el corazón, sin que se les vea;
con todo yo no puedo ya ocultar la mía,
que no se haga presente por mi sufrimiento.[47]
En parte inspirados
por aquellos versos amorosos de franceses y sicilianos, comenzó a forjarse en
Italia un “nuevo estilo” poético cuyos protagonistas pronto empezaron a ser
conocidos como los stilnovisti, los poetas del dolce stil nuovo.
Escribían siempre en lengua vernácula y dedicaban casi todos sus versos a la
temática amorosa, pero sobre todo utilizaron su arte poética para adentrarse en
los problemas filosóficos, espirituales y fisiológicos relativos al amor. El
más renombrado protagonista de aquel nuevo estilo fue Guido Cavalcanti (c.1258–
1300), autor de un poema destinado a convertirse muy pronto en objeto de
sutiles comentarios. Parece ser que el amigo Guido Orlandi, en nombre de una
dama, le envió un soneto invitándole a explicar la naturaleza del amor, “Onde
si move e donde nasce Amore “.[48]
Cavalcanti respondió escribiendo uno de los más famosos poemas de la historia
de la literatura: el Donna me prega. Los textos, como las
manifestaciones artísticas o cualquier otra expresión simbólica, están cargados
de significados que en muchas ocasiones sólo pueden captar y entender quienes
se hallan en un mismo contexto cultural. Con el tiempo no son pocas las veces
que signo y significado se divorcian y nos impiden captar sus vínculos. Quedan
los signos, pero o no sabemos interpretarlos o les atribuimos significados
diferentes a los que tuvieron en su día. El poema de Cavalcanti puede parecer
al lector contemporáneo una bella rima apasionada, digna de ser incluida en
cualquier volumen de poesía amorosa. Pocos de nuestros contemporáneos, a
excepción de unos pocos académicos especialistas en la poesía medieval, captan
la multitud de significados y temas filosóficos, médicos y morales que yacen en
esos versos. El poema de Cavalcanti ha sido objeto de una infinitud de
exégesis.[49] Una de las primeras, si no la primera,
fue la que hizo su amigo Dino del Garbo (1280-1327), gracias a la cual podemos
acercarnos a desentrañar sus poéticos, médicos y filosóficos significados. El
comentario que hizo el florentino Del Garbo es tan detallado que resulta
difícil separar cuánto hay en él de los pensamientos e intenciones de
Cavalcanti y cuánto es una interpretación propia, de modo que aquí atribuiremos
a ambos las mismas consideraciones sobre el amor.[50]
De Cavalcanti
dijo Bocaccio que era “óptimo filósofo natural”, mientras que Giovanni Villani
afirmó que Dino del Garbo “era grandísimo doctor en Física y en otras ciencias
naturales y filosóficas.[51] Ambos eran
excelentes conocedores de las obras de Aristóteles, de Avicena, Averroes y en
general de toda la tradición filosófica y científica. Todos aquellos
conocimientos quedaron reflejados, condensados, en sus poemas y comentarios
sobre el amor, los cuales se decantan por el análisis del amor sensual, dejando
en un segundo plano tanto la acepción de amor como amistad como sus aspectos
más metafísicos, espirituales o teológicos. El amor del que quieren hablar
estos stilnovisti es un vehemente deseo de unirse con el objeto amado,
una pasión tan violenta que altera el cuerpo llegando incluso a producir la
locura o la muerte, de ahí que el amor deba ser tema de estudio tanto de los
filósofos como de los médicos, los cuales denominan hereos a la pasión
amorosa.[52]
Aristóteles, y
más aún las interpretaciones que de él hizo Averroes, estuvieron en la base de
las afirmaciones de estos protagonistas del dolce stil nuovo. Para el
filósofo andalusí el ser humano posee tres facultades diferentes: vegetativa,
sensitiva e intelectual. El intelecto es parte de una conciencia universal que
se une con el cuerpo en el momento del nacimiento y retorna al universo tras la
muerte, de modo que lo que proporciona a cada persona su identidad no es el
intelecto, sino la particular e individual capacidad sensitiva, las pasiones y los
deseos del cuerpo.[53] Esto llevó a
Averroes -y a muchos de sus seguidores- a considerar que el objetivo principal
del ser humano era perfeccionar la capacidad sensitiva gracias a la razón, que
deseos carnales e intelecto llegasen a un perfecto equilibrio, a un buon
perfetto.[54] Cavalcanti, tenaz estudioso de las obras
de Averroes, no creía sin embargo que fuese posible alcanzar ese estado de buon
perfetto y tal imposibilidad, pensaba, era la causa del continuo tormento
que padece el hombre, siempre incapaz de gobernar sus pasiones con su razón. El
amor era en buena medida el culpable de tal incapacidad. La lírica amorosa de
Cavalcanti bien puede ser leída como una directa rectificación de la aspiración
averroísta al equilibrio entre razón y pasiones.
Las “pasiones”,
como los “espíritus” se encuentran entre los términos que más variaciones
semánticas han experimentado a lo largo de la historia del pensamiento
filosófico y científico. Cuando Cavalcanti y Del Garbo afirmaban que el amor
era una pasión, utilizaban el término en sentido aristotélico: aquello
que perteneciendo al alma afecta al cuerpo, y por tanto sólo puede estar
vinculada al apetito sensitivo, pues el apetito racional no interactúa con el
cuerpo. Se referían, obviamente, a la parte sensitiva del alma, y más en
concreto a la parte apetitiva que en ella se encuentra y que es la fuerza
motriz del alma que se transmite al cuerpo.[55]
El amor, como otras pasiones, pertenece a la facultad sensitiva del alma, que a
su vez se divide en sentidos internos y externos. Los internos son el sentido
común, la fantasía o imaginación y la memoria, mientras que los externos son
los correspondientes a los cinco sentidos del cuerpo humano.
Tanto para
Cavalcanti como para Del Garbo, no cabía duda de que el amor se asienta en la
memoria, pues es allí donde se alojan las species que emanan de las
cosas. Según la teoría aristotélica de la luz y la visión, especialmente
desarrollada por la ciencia árabe medieval, la luz es la actualización del
medio transparente, de lo diáfano, y la visión no es el resultado de la transmisión
de una emanación material, sino un acto por el que se capta la forma de las
cosas, no su materia. Tales formas de los objetos, desmaterializadas, son las species,
que al llegar a los ojos nos permiten ver las cosas. Cavalcanti y Del Garbo
recurrían a esta analogía entre la luz, la visión y el amor para mostrar que,
así como las species emanadas de los objetos se plasman en la memoria,
también es en la memoria del amante donde se alojan las species del
objeto amado, generando el enamoramiento. El amor está en la memoria en tanto
que esta comunica las species del objeto percibido al apetito, el cual
genera la pasión amorosa.[56] Esta es la
explicación de uno de los temas recurrentes de toda la tradición médica sobre
el amor: los ojos como órgano clave del proceso de enamoramiento. En palabras
del propio Cavalcanti:
Por los ojos empezó el asalto
que aniquiló toda resistencia,
y así la mente quedó destruida.[57]
Cuando los ojos de una mujer se encuentran con los de un hombre, el amor en potencia se despierta y se convierte en pasión. Es entonces cuando se ponen en movimiento ciertos espíritus del cuerpo cuyo desenfreno provoca desequilibrios que pueden acabar degenerando en la enfermedad y hasta en la muerte. Cuando de los ojos del amante emanan con fuerza sus propios espíritus, como saetas, penetran por los ojos del amado y este cae presa del enamoramiento. Así escribía Cavalcanti:
Se aprecia en el cambio de color, de la risa
al llanto,
y por el miedo se desfigura completamente la
cara;
poco descansa; incluso en ocasiones veréis
que esto mismo ocurre a personas de gran
valor.
Esta nueva cualidad produce suspiros
y obliga a que se fije en un lugar no estable
despertando la ira de la que mana fuego
(no puede imaginarlo quien no lo ha probado)
y hace que el hombre ya no pueda moverse
ni que se vuelva, aunque sea por obtener
algún alivio;
y así sin lugar a dudas no conserva ni mucho
saber ni poco.[58]
En cuanto a la
pregunta acerca de cómo se genera el amor, la respuesta era doble. Había que
tener en cuenta, en primer lugar, la disposición natural del cuerpo, por eso
hay personas más predispuestas a amar que otras. Tal “disposición” se refería a
la complexio, que es la proporción en la que se encuentran en un
individuo las cuatro cualidades fundamentales (caliente, frío, seco y húmedo),
que a su vez determinan la composición y equilibrio de los humores y estos, a
su vez, los temperamentos. Además de la disposición natural de cada individuo,
el otro desencadenante fundamental y necesario de la pasión amorosa eran las
mencionadas species, su alojamiento en la memoria y su acción sobre el
apetito o deseo.
Una de las
características del enamorado, recordaban Dino del Garbo y Cavalcanti, es que
oscila continuamente entre la euforia y la alegría y la tristeza y la
desesperación. También en este caso la explicación de que así fuese residía en
la fisiología aristotélica. El calor innato del corazón pone en movimiento la sangre
y los espíritus vitales, haciendo que estos se expandan por todo el cuerpo y lo
preparen para el movimiento. Cuando el individuo se encuentra ante algo
placentero, el calor del corazón aumenta y en consecuencia se acelera la
expansión por todo el cuerpo de los espíritus vitales. Por el contrario, cuando
se encuentra ante algo desagradable o triste, el corazón se enfría y los
espíritus se quedan en él. O, en otras palabras, la causa de las pasiones y
alteraciones del cuerpo es la diferencia de calor en el corazón, la cual hace
que los espíritus se muevan ab extra o ad intra.[59]
La historia de la
interpretación médica del amor es larga y se remonta a los tiempos de la Grecia
clásica. Los médicos hipocráticos empezaron a describir algunos síntomas de
pacientes que parecían muy enfermos y cuya causa atribuyeron al enamoramiento:
visión ofuscada, sudores repentinos, palpitaciones irregulares o desmayos.[60]
Unos siglos después, Plutarco (s. I. d. de C.), convencido de que el amor tiene
sede en el corazón, definió claramente la sintomatología del enamorado en su
relato de los males padecidos por Antíoco y los intentos del médico Erasístrato
por acabar con ellos. Cuando Estratónice entraba en la habitación de Antíoco, este comenzaba a
manifestar palpitaciones irregulares del corazón, sudaba en exceso, se quedaba
tremendamente pálido, tartamudeaba y veía todo borroso. Acabaría loco y muerto.[61]
Nacía así el concepto de
“aegritudo amoris”, que Galeno hizo suyo afirmando que si el amor era una
enfermedad, era el médico quien debía estudiar sus síntomas, causas y métodos
terapéuticos.[62] El amor, decía, es una emoción
humana, no divina, y puede llevar a una forma de locura. Para Galeno el amor no
era una enfermedad del cuerpo, sino una pasión del alma, pero debemos tener en
cuenta que según él las operaciones del alma eran el resultado de la
composición humoral del cuerpo, tal como explica en su obra titulada Las
facultades del alma siguen los temperamentos del cuerpo; de modo que en
última instancia su interpretación de la enfermedad de amor era somática,
aunque habrá que espera aún muchos siglos para que se especifiquen las
características humorales de tal enfermedad.[63]
Haciéndose eco de
la herencia griega y latina, fue la medicina árabe la que realmente empezó a
considerar el amor como una enfermedad específica, ya no sólo como una variante
de la melancolía o la manía.[64] Así, por
ejemplo, el médico persa Rhazes (o al-Razi) (ss. IX-X), en el capítulo V de su Kitāb
al-Tibb al-Rūhānī (Medicina del alma), identificó la enfermedad de
amor, denominada ᶜishq, con la forma más aguda de melancolía, la
licantropía, una especie de locura que lleva al hombre a comportarse como un
lobo (coturub).[65] El amor
-decía- es una locura terrible que puede llegar a destruir al ser humano: al
principio los amantes empiezan a cambiar su apariencia externa, se les debilita
la vista, se les secan y hunden los ojos; se les seca también la lengua y en ella
les salen llagas; finalmente se les seca todo el cuerpo y les asalta una sed
terrible. Llegados a este punto, se pasan día y noche tumbados boca abajo o
caminan entre las tumbas de los cementerios.
Fue en el siglo
XI cuando las teorías de los médicos árabes sobre el amor empezaron a penetrar
en el Occidente latino gracias en buena medida al trabajo de traducción de la
escuela de Salerno, y más en concreto a los esfuerzos de Constantino el
Africano (1058-87), que tradujo del árabe al latín el Kitab al-Malaki de
Ali ibn al Abbas al-Majusis -conocido a partir de entonces como los Pantegni-
y el Zad al-musafir de Ibn al-Jazzar, el famoso Viaticum. En este
último, dividido en siete libros, la enfermedad de amor se describía así:
Hereos es una enfermedad que padece el cerebro,
y cuya causa es un gran anhelo acompañado de un intenso deseo sexual y
aflicción de los pensamientos […] Se trata de una enfermedad que tiene graves
consecuencias para el alma. Aparecen incesantes pensamientos, los ojos siempre
están como hundidos y se mueven rápidamente como persiguiendo al objeto de
deseo. Los párpados se cierran y la piel amarillea, lo cual es debido al
movimiento del calor que sigue a la falta de sueño. El pulso se acelera y hace
irregular. Más cae el alma en este tipo de pensamientos, más dañinos se hacen
los efectos para el cuerpo […] Beber suave y buen vino es una de las mejores
formas para alejar los pensamientos de estos enfermos de hereos, como lo
es también charlar con los amigos, escuchar dulces melodías, contemplar
agradables jardines y paisajes, ver correr el agua y contemplar el rostro de
bellas mujeres. Ya dijo Rufus que el vino es la mejor medicina para el tímido,
el triste y el heroico [el amante enfermo de hereos].[66]
Descripciones muy
similares se encuentran en otros médicos árabes, pero quizá una de las más
relevantes, por la influencia que tuvo en la historia posterior de la medicina,
fue la de Avicena. En el Libro III de su Canon dedicó unas páginas a los
síntomas y diagnóstico de lo que él consideraba la enfermedad de amor, lo cual
a partir de entonces legitimó la inclusión del amor entre los objetos de
estudio de la medicina. Avicena describía tal enfermedad como una depresión de
pensamientos obsesivos. Sus síntomas eran el descuido del aspecto personal,
ojos hundidos y secos, parpadeos compulsivos y una continua alternancia de risa
y llanto. La respiración también se veía afectada, siendo a veces muy rápida y
otras muy lenta, el pulso se hacía irregular, los sudores excesivos y el
enfermo padecía trastornos del sueño. Para realizar el diagnóstico, Avicena
proponía que el médico verificase si el pulso se alteraba al escuchar el nombre
de la persona amada. La curación podía consistir en la conjunción con esta
última y en el caso de que ello no fuese posible se podía intentar que el
enfermo se enamorase de otra persona que le hiciese olvidar a la anterior.
También había que entretener al enfermo con paseos, juegos o charlas que le
evadiesen de su obsesión.[67]
A las
descripciones del hereos de Constantino el Africano y de Avicena
siguieron, ya en el Occidente latino, las de otros médicos como Guglielmo de
Saliceto (1210-1277) o de algunos de los integrantes de la escuela de
Montpellier, como Gerard du Berry. Arnaldo de Villanova (1238-1311), alumno de
Du Berry en Montpellier, en su Liber de amore heroico se detenía con detalle
en los síntomas fisiológicos del hereos, explicándolos con los
fundamentos de la medicina galénica. Así, por ejemplo, mantenía que si los ojos
aparecían hundidos era porque se producía un extremo calentamiento de los
espíritus del cuerpo que lo iban secando, llegando incluso a provocar un llanto
sin lágrimas. Se hacía por tanto necesario aplicar terapias que combatiesen la
sequedad y aportasen humedad al cuerpo, como los baños o la ingesta de vino,
sumados, por supuesto, a todos los entretenimientos y cuidados ya propuestos
por Avicena. También Bernard de Gordon (o Gordonius) se hacía eco de esta misma
temática amorosa en su Lilium medicinae, insistiendo en la necesidad de
explicar el proceso del enamoramiento y sus consecuencias basándose en la
medicina galénica.[68] Cuando un
individuo en encuentra ante la presencia de un objeto o persona deseada se
produce una especie de ebullición en la zona del corazón que hace que los
espíritus vitales se recalienten y aumente su temperatura, incrementando
también, en consecuencia, el calor de los espíritus animales que tienen sede en
el cerebro y regulan las capacidades psíquicas y motoras. Este era el motivo,
pensaban Gordon y Villanova, del desequilibrio de las facultades mentales que
podía llevar a la locura y a la muerte: “nisi herosis succurratur in maniam
cadunt aut moriuntur” […] Amor est mentis insania, quia animus vagatur
per inania, cerebro doloribus permiscens pauca gaudia”, escribía.[69] Gordon explicaba con los mismos procesos
fisiológicos la causa de la sintomatología tradicional del amor: los picores,
los ojos sin lágrimas, los temblores, el pulso irregular o la piel amarillenta.
Dino del Garbo y
Cavalcanti acogieron todas estas interpretaciones médicas del amor, pero a
diferencia de la mayoría de los médicos que acabamos de mencionar, ellos no
creían que el amor fuese una enfermedad. Era cierto que éste podía provocar un
agotamiento de la virtus vitalis de la que había hablado Avicena, pues
al estar el amor relacionado con un excesivo calentamiento del corazón, se iban
desequilibrando las cualidades del cuerpo, el enamorado dejaba de comer y su
cuerpo comenzaba a secarse. Pero a pesar de ello el amor, escribía Del Garbo,
no debía ser considerado como una enfermedad, pues no se trataba de un proceso
“antinatural” en el sentido que la medicina galénica había dado a esta
categoría, no se oponía a la complexio. Solo era una enfermedad, decía,
“por accidente”. Y no era una enfermedad en sí porque era el resultado de una acción natural
de una facultad natural: del apetito sensitivo.[70]
¿Y la
locura, la sinrazón? ¿Cómo podían derivarse de una pasión del apetito
sensitivo? Porque el excesivo calor que se genera en el corazón enamorado,
decían, puede llegar incluso a afectar a la facultad cogitativa, pues los
espíritus vitales acaparan toda la atención del cuerpo, cuyo cerebro se hace
incapaz de pensar en cualquier otra cosa que no sea el objeto de su deseo. Por
eso, escribía Dino del Garbo, en el amor nunca puede haber sabiduría y por
tanto nadie debería dejarse llevar por él.[71]
Ciertamente, el amor no pertenece al alma racional, pero a veces su inmensa
fuerza puede oponerse a la razón. El apetito sensitivo no está regulado por la razón, escapa de su poder, y
es entonces cuando la pasión amorosa degenera en locura. Además, al amor, bien
lo había dicho Avicena, es connatural que su deseo sea infinito, violento, sin
límites, nunca satisfecho, siempre impidiendo acercarse a ese buon perfetto
averroísta. El amor, en suma, es siempre fuente de sufrimiento.[72]
Una concepción
diametralmente opuesta del amor salió de la pluma de otro de los protagonistas
del dolce stil nuovo: Dante Alighieri (1265-1321), entrañable amigo de
Cavalcanti, tanto como feroz crítico de sus ideas. Si sus amigos stilnovisti
habían percibido y explicado el amor como una perturbación contra la cual la
razón nada puede hacer, una pasión que aleja al hombre de toda posible
racionalidad y conduce al sufrimiento, para Dante, en cambio, el deseo erótico
es la manifestación de una fuerza vital que invade todo el universo dotándolo
de vida[73]. El amor queda despojado de esa
percepción nefasta, oscura, casi mortal de la que hablaban Cavalcanti o Del
Garbo para convertirse en fuente de gozo, esplendor y sabiduría. El objetivo de
Dante era hacer un retrato filosófico del amor que lo que lo alejase de ese
exilio a la irracionalidad al que lo habían enviado sus queridos amigos poetas
-y médicos- amorosos. Solo lo consiguió separando el amor del cuerpo,
descarnándolo, alejándose de la tradición médica, espiritualizando. El amor por
una mujer, por sus cualidades concretas y carnales, se transforma en el amor
por una “mujer Filosofía”. La “donna gentile” que tiene ante sus ojos y de
cuyos ojos emanan rayos inflamados, es en realidad pura apariencia tras cuyos
velos se esconde el más elevado conocimiento.[74]
El verdadero amor es una forma de elevación a la divinidad, pues amando a
Beatrice, el poeta alcanza el conocimiento de Dios.
La concepción
dantesca del amor es una reconciliación con el buon perfetto averroísta.
Contra la condena cavalcantiana del amor como fuerza obstaculizadora de la
razón, y por tanto fuente de sufrimiento, Dante cree que el amor siempre está
gobernado por el “fiel consejo de la razón”, lo cual está en consonancia con su
objetivo de aspirar a un control racional de todas las pasiones. En Dante la
razón vence sobre el amor porque el propio amor es racional. Con estas bellas
palabras lo expresará en su Convivio (III, iii):
dije que amor me
hablaba en la mente, para dar a entender que este amor era el que nace en
aquella nobilísima naturaleza, es decir, de la verdad y la virtud, para excluir
de mí toda falsa opinión, por la cual se sospechase que mi amor fuese tal por
deleite sensible.[75]
El amor
filosófico renacentista
Los siglos XV y
XVI estuvieron invadidos por una oleada de tratados filosóficos sobre el amor
que se inspiraban fundamentalmente en el pensamiento de Marsilio Ficino, en
cuya obra estaba muy presente la antigua división platónica entre amor profano
o sensual y amor filosófico o divino.[76] Para Ficino
el amor tiene un valor filosófico y cosmológico, es vínculo del universo,
vehículo de unidad de todas sus partes. El tema del amor recorre toda su obra
y, como Platón, se inclina siempre por una defensa del amor cognoscitivo,
divino, con una insistente desconfianza por el amor carnal. Ejemplar en este
sentido son sus palabras en el De vita coelitus comparanda:
Para quien se
dedica a la contemplación y es ávido de saber, nada hay más dañoso que el acto
venéreo y, a la inversa, para quien se dedica a éste de continuo nada puede
haber más ajeno que la investigación y la contemplación.[77]
Quien busca la
verdad, decía, se enfrenta a tres monstruos terribles. Además de la tendencia
del sabio a la melancolía como resultado de su continuo descuido del buen
equilibrio de su pituita y su bilis negra, esos tres monstruos siempre acechan.
El primero de ellos era “el coito al que incita Venus”, que seca inmediatamente
los espíritus, debilita el estómago y las partes situadas en torno al corazón y
es completamente nocivo para el ingenio. El segundo monstruo es el exceso de
vino y comida y el tercero la falta de sueño, acostarse demasiado tarde y
hacerlo después de cenar.[78]
De la larguísima
producción literaria de Ficino, fue su Commentarium in Convivium Platonis de
Amore, escrito en 1469 e impreso en 1484, el que mayor inspiración y
comentarios despertó entre los filósofos del siglo XVI. Traducido por él mismo
al italiano como el De Amore, es un gran elogio del amor que trasciende
lo carnal y se eleva hacia el conocimiento de la divinidad, mientras que el
amor puramente humano, el amor profano, es engañoso y vil, como lo son todas
las cosas sensibles. Sin embargo, la apuesta ficiniana por ese amor que aspira
al conocimiento de lo bello y lo divino no excluía su buen conocimiento de las
supuestas bases fisiológicas del fenómeno amoroso. Es más, las utilizaba como
argumento fundamental para poner sobre aviso a quienes cayesen en las
tentaciones del deseo carnal. En el discurso séptimo del De amore (cap.
3) se asocia el amor con la locura, considerándolo una enfermedad humana que
convierte al hombre en una bestia, un amor bestial que es fruto, explica
Ficino, de un proceso fisiológico.[79] Y en el
capítulo 7 del mismo canto, matizaba su convicción de que el amor humano es una
perturbación de la sangre:
La prueba de que
esta pasión está en la sangre es que este ardor carece de reposo, y los físicos
establecen esta fiebre continua en la sangre; la que cesa en seis horas, en la
pituita; la que cesa en un día, en la bilis, y la que cesa en dos, en el humor
de la bilis negra. Con razón ponemos, entonces, la fiebre del amor en la
sangre, o sea, en la sangre melancólica, como oísteis en el discurso de
Sócrates, pues a esta sangre acompaña siempre una idea fija.[80]
Como enfermedad
que era, el amor debía ser tratado por el médico, con una terapia que iba desde
las sangrías para eliminar la sangre perturbada a la buena costumbre de tomar
vino claro, hacer ejercicio para sudar o tener la mente distraída. Pero sobre
todo era importante seguir férreamente una advertencia: “esquivar los ojos del
amado”.[81] Una cosa destacaba en la explicación
ficiniana de la fisiología del amor: su insistencia en la acción de los spiritus.
No era en absoluto una novedad, pero la insistencia de Ficino en esta cuestión
supera con creces las de otros autores e introduce variaciones muy
significativas. El canto VII del De amore se abre con una alusión a
Cavalcanti y si bien parece que sus explicaciones coinciden, especialmente en lo
que se refiere a la idea de que el amor penetra por los ojos, para Ficino los
espíritus que salen de los ojos no son meras species, formas sin
materia, sino los propios espíritus vitales del cuerpo:
Pues como los
espíritus (spiritus) se generan de la sangre más pura por el calor del
corazón en nosotros son siempre semejantes al humor de la sangre. Pero al igual
que este vapor de los espíritus (spiritus) nace de la sangre, así
también manda fuera rayos semejantes a sí por los ojos, como a través de
ventanas de vidrio. Y también, como el sol que es el corazón del mundo expande
en su curso la luz y por la luz difunde sus virtudes a las regiones inferiores,
así el corazón de nuestro cuerpo, agitando la sangre próxima a él en su
movimiento eterno, desde él extiende los espíritus (spiritus) a todo el
cuerpo. Y a través de aquéllos difunde las chispas de luz de los rayos a cada
miembro, sobre todo a través de los ojos. […] ¿Qué tiene de sorprendente
entonces si el ojo abierto, y dirigido con atención hacia alguno, lanza a los
ojos del que está cerca las flechas de sus rayos, y junto con éstas, que son el
vehículo del espíritu (spiritus), extiende el vapor sanguíneo, que
llamamos espíritu (spiritus)? De aquí la flecha envenenada traspasa los
ojos y como es lanzada por el corazón del que hiere, busca el pecho del hombre
herido, como su propia morada, hiere su corazón y se condensa en su más duro
dorso, y se convierte en sangre. Esta sangre extraña, que es ajena a la
naturaleza del herido, envenena la sangre propia de éste. Y envenenada la
sangre, se enferma.[82]
Los espíritus
corporales de los que hablaban los médicos eran, según Ficino, los primeros
instrumentos del alma incorpórea y eterna, la herramienta con la que poder
abarcar todo el universo.[83] Pero si bien
es cierto que los espíritus de los que hablaba Ficino entroncaban con la
tradición médica hipocrático- galénica, no se limitaban a ella, pues en este
caso eran inseparables de funciones y valores metafísicos, teológicos y
cosmológicos.[84] Los espíritus vinculan el mundo de lo
inteligible, inmaterial por esencia, con el mundo terrenal material, al hombre
con el gran animal que es el mundo. Ambos poseen un spiritus que
constituye el vínculo del universo. Vínculo que ya había hecho su presencia en
el Tratado sobre el amor de Avicena, pero también en los versos de
Dante, y que en el siglo XVI gozará de una nueva fortuna gracias a su
reinterpretación en clave platónica y hermética, baste recordar como ejemplo el
De vinculis in genere de Giordano Bruno (1591).
Giovanni Pico
della Mirandola (1463-1494) siguió la concepción platónica del amor expuesta
por Ficino y en el Commento alla Canzone di Girolamo Benivieni dividió
el amor en tres tipos: angelical, humano y bestial, insistiendo en su
desinterés por el amor vulgar, que consideraba un apetito sensitivo
correspondiente a la parte más inferior del alma y debía ser dominado por el
amor racional. En la misma línea neoplatónica de defensa de un amor racional y
metafísico se expresó León Hebreo (1460-1530) en sus Dialoghi d’amore (publicados
póstumamente en Roma, 1535) que serían traducidos al castellano por Garcilaso
de la Vega en 1590. A León Hebreo tampoco le interesaba el amor profano,
carnal, vulgar, y cuando hablaba de amor humano solo lo hacía refiriéndose al
amor que el hombre siente por Dios (el amor divino es el que el Creador siente
por lo creado). Solo se salvaba de sus condenas, en todo caso, un amor carnal
moderado por el intelecto y dirigido exclusivamente a la reproducción, mas
nunca al placer.
Entre finales del
siglo XV y principios del siglo XVI, las obras de Ficino y León Hebreo sobre el
amor se convirtieron en modelo y punto de referencia para toda una larga lista
de autores neoplatónicos que heredaron una profunda expresión de recelo y
desinterés, cuando no de directo desprecio, por el amor carnal, vulgar. Uno de
ellos fue el discípulo de Ficino, Francesco Cattani da Diaceto (1466-1522), que
insistía en que el amor carnal solo es fuente de ignorancia y enfermedad.[85]
Pietro Bembo (1470-1547), por su parte, llevó el discurso amoroso hacia el
terreno literario, uniendo platonismo y petrarquismo. Su reflexión sobre el
amor está destinada a enseñar al lector a no errar, pues dado que no amar es
imposible, el hombre, dice, ha de hacer todo lo posible para dominar ese amor
humano, lleno de deseo y tormentos, y elevarse al amor divino, que es la
auténtica satisfacción para el alma. Se trataba, en el fondo, de una
cristianización del amor.[86] Pocos años
más tarde, en 1525, Mario Equicola (1470-1525) publicó su Libro de natura de
amore, una obra de carácter enciclopédico donde se hacía un repaso por
todos los tipos de amor, del cortesano al divino, del carnal al metafísico,
para concluir afirmando que todos los tipos de amor son en el fondo formas de
amor a sí mismo y que este amor a sí mismo conduce al amor a Dios.[87]
Los ecos del amor
ficiniano siguieron muy vivos durante todo el siglo XVI. En 1556 Flaminio
Nobili publicó su Trattato dell’Amore Humano, cuyo objetivo era
desentrañar el vínculo entre los dos tipos de amor de la tradición filosófica
neoplatónica, el amor carnal y divino. Para ello escogió la categoría de “amor
humano” como nexo intermedio de unión entre ambos. En un tono muy similar al de
Equicola, afirmaba que el amor humano siempre es honesto si se mantiene en el
plano intelectual, pero se convierte en algo bestial cuando es presa de los
sentidos.[88] Podríamos seguir la larga lista con las
lecciones que Francesco de’ Vieri preparó para ser leídas en la Academia
florentina. Todo ello sin olvidar, por supuesto, las Conclusioni amorose
de Torquato Tasso (1570), un auténtico compendio de la literatura platónica
sobre el amor de todo el siglo XVI.
No todos los
platónicos, sin embargo, quisieron abrazar un amor puramente contemplativo. El
amor del sabio ermitaño que encuentra el joven Lavinello en Gli Asolani
de Bembo estaba muy lejos de la real vida cortesana en la que se movían los
intelectuales de la época, incluido el propio Bembo. El gusto renacentista por
la “civil conversación”, la conversación ingeniosa sobre temas como la
galantería, el amor o las buenas maneras, vino en ayuda de una conciliación
entre platonismo y vida cortesana, lo cual quedó reflejado en la estructura
dialógica de la mayoría de los textos sobre el amor que se escribieron en el s.
XVI.[89]
El Cortesano de Baldassare Castiglione (1478-1529), publicado en Venecia
en 1528, pronto se convirtió en el mejor ejemplo a seguir por quienes
pretendían llevar a cabo aquella conciliación.[90]
En su libro IV Castiglione ofrecía el contrapunto al enfoque metafísico e
intelectualizado del amor expresado por Bembo, en cuanto que reconocía la
centralidad y valor del amor mundano en la virtuosa vida de la corte.[91]
Según Bembo, al que Castiglione concedía el papel de uno de los protagonistas
del diálogo, el cortesano se debía elevar sobre el amor sensual.[92]
Mas Castiglione con gran sutileza retórica mostraba que él se inclinaba más por
el platonismo florentino de Ficino que por el extremismo espiritualizante de
Bembo, el cual no hacía ninguna concesión al amor sensual.[93]
La estrategia utilizada para mostrar su crítica a Bembo esa elegante y
divertida. Se relataba cómo habiendo hablado Bembo:
con tanta fuerza
que casi parecía estar arrebatado y fuera de sí, se quedó sin hacer movimiento
ninguno, teniendo los ojos vueltos hacia el cielo como atónito, cuando Emilia,
la cual juntamente con todos los otros había estado siempre atentísima,
tirándole la halda, le dixo: “Guardà, miser Pietro, que a vos también con esos
pensamientos no se os a parte el alma del cuerpo.[94]
La obra de Castiglione tuvo un gran éxito desde que vio la luz en Venecia. De ella rápidamente se hicieron otras ediciones y se tradujo a varias lenguas, al español, inglés, francés, alemán, polaco y por supuesto al latín.[95] Recogiendo en buena medida el testigo de El Cortesano, en los ambientes intelectuales florentinos y venecianos de mediados del s. XVI se produjo una oleada de obras sobre el amor escritas por autores que aún estando teñidos de concepciones neoplatónicas prefirieron concentrarse en cuestiones populares, cortesanas y pedagógicas. Entre ellos encontramos el Specchio d’amore de Bartolomeo Gottifreddi (Florencia 1547), el Dialogo amoroso y el Raverta de Giuseppe Betussi (Venecia 1542 y 1543). En la misma línea estaba la obra de una mujer: Tullia D’Aragona, una de las más famosas cortesanas de la época, que en 1547 publicó un Dialogo atacando la visión puramente intelectual y metafísica del amor.[96] Una mención especial merece la obra de Francesco Sansovino titulada Ragionamenti di messer F. Sansovino, nel quale s’insegna a’giovanni uomini la bella arte d’amore (1545). Este último fue el que con más dureza criticó los planteamientos que los platónicos habían hecho del amor y su desdén por el amor humano, sensual.[97] Tanto por el estilo literario como por las ideas que circulan a lo largo de las páginas de la obra, se encuentran en el texto de Saansovino muchos paralelismos con Il Delfino de Patrizi del que hablaremos a continuación. Así, por ejemplo, se podía leer en el Ragionamento:
Silio: ¿Qué gente es esa que no aprecia el amor de las bellas mujeres, ya
sean nobles o no?
Panfilo: Son los platónicos, es decir, los contempladores de la belleza más
perfecta con la cual ascienden a la divinidad. Pero dejémosles ir, que son
sospechosas sus acciones.[98]
Una
filosofía natural del beso: Il Delfino, overo del bacio de Patrizi.
Francesco Patrizi
da Cherso es uno de los grandes olvidados de la historia del pensamiento
filosófico y científico. Un olvido que contrasta enormemente con la relevancia
que sus ideas tuvieron no solo estando él en vida, sino llegando incluso a las
mentes de muchos de los protagonistas del clima intelectual del s. XVII.
Exceptuando los maravillosos estudios que un puñado de historiadores le han
dedicado, el nombre de Patrizi, cuando aparece, lo hace vinculado a su Nova
de Universis Philosophia (Venecia, 1591), una obra ciertamente magna, mas
tardía, escrita casi al final de su vida. Enciclopédica, de lectura ardua, la Nova
de Universis Philosophia fue el resultado maduro de la actitud crítica con
el aristotelismo de las escuelas, del perfil humanista y la fascinación por el
platonismo y el hermetismo que empezaron a germinar en la mente de Patrizi
desde su juventud y fueron evolucionando en su paso por las universidades y
ambientes intelectuales de Padua, Venecia y Ferrara.[99]
En una carta autobiográfica, el propio Patrizi contaba que fue en sus años de
juventud como estudiante en la Facultad de Artes y Medicina de la Universidad
de Padua donde empezó a sentir sus simpatías por un averroísmo de tintes
platónicos que enseñaban algunos de sus maestros, como Marcantonio de’ Passeri,
apodado “il Genoa”.[100]
De los años que
Patrizi transcurrió en Padua nació en 1553 su primera obra impresa, un volumen
que contenía cuatro textos: La città felice; Il Dialogo dell’Honore,
il Barignano; una Lettura sopra il Soneto del Petrarca y un Discorso
della diversità de’ furori poetici. La città felice es una
demostración de concordismo entre Aristóteles y Platón: por una parte, la
defensa de una ética aristotélica de la virtud y la felicidad, una concepción
aristocrática de la organización política; por otra parte, una concepción
astrológica del mundo que permitía a Patrizi ofrecer una fundamentación
naturalista de un modelo de ciudad gobernada por una élite aristocrática y
astrológicamente determinada. El orden de la ciudad, la estructura aristotélica
de la polis, resultaba ser indisociable de la filosofía natural, pues las
necesidades de la ciudad y de los ciudadanos -se leía en el texto- se deducían
de forma necesaria de las exigencias requeridas para la conservación de los
espíritus que según la tradición hipocrático galénica eran los responsables
últimos de todas las funciones del cuerpo humano.[101]
En el Discorso della diversità de’ furori poetici, Patrizi desarrollaba
uno de los temas más amados por los nuevos platónicos: la teoría de furor,
vinculándola a una concepción animista y unitaria del cosmos de corte
ficiniano.[102]
Abandonada la
Universidad de Padua en 1554 y tras una breve estancia en su Cherso natal, en
1557 Patrizi decidió instalarse en Venecia. Se encontró una ciudad en plena
efervescencia política y cultural, donde tuvo además la suerte de llegar casi
al mismo tiempo que se creaba la Accademia della Fama, fundada por Federico
Badoer en 1558.[103] En el seno de la Academia, Patrizi se sintió fascinado por el hermetismo
neoplatónico de Francesco Giorgio -también conocido como Zorzi (1466-1540)- y
de Giulio Camillo Delminio (1480-1545), autor de un famoso “teatro de la
memoria” diseñado no solo para recordar, sino como auténtica máquina de
descubrimiento y desvelamiento de la verdad.[104] La meta del teatro de Camillo era hacer
descansar la retórica y la elocuencia en los fundamentos de una metafísica
neoplatónica y hermética que transformaba también la teoría del conocimiento.[105]
En 1560 Patrizi se encargó de parte de una nueva edición de las obras de
Camillo, en concreto del tomo sobre retórica, tópica y poética. Partiendo de
una concepción cratiliana del lenguaje, el Chersino estaba convencido de que la
retórica, lejos de ser un puro arte de los signos o un ejercicio de imitatio
de los antiguos, debía estar encaminada a capturar las proporciones, esencias y
estructura del cosmos.[106]
Patrizi quiso
poner en práctica su concepción de la retórica en sus comentarios a los sonetos
amorosos de su amigo Luca Contile. Lo hizo en Le Rime di Messer Luca Contile
(Venecia, 1560), donde recurría a la tópica para analizar con ella cada una de
las palabras de los sonetos y desvelar así el auténtico significado del
argumento central: el amor humano y cosmológico. Bajo la apariencia de esas
rimas amorosas y cortesanas tan de moda en la época, yacía, según Patrizi, el
minucioso trabajo de la inventio que, movida por el ingenio, iba hilando
cada palabra con su concepto, y en cada uno de ellos se volvían a desplegar más
vocablos y conceptos, como en un río de sabiduría capaz de reflejar los más
profundos y ocultos secretos de los vínculos amorosos. La poesía no era mera
elocuencia, mera estética, sino el verdadero “poema del mundo”. O al menos, así
lo pensaba Patrizi, tal debía ser.
Patrizi no solo vio
en los sonetos de Contile la ocasión para ensayar su proyecto de una retórica
filosófica. Los utilizó también para lanzarse a la arena de la reflexión sobre
la filosofía y la fisiología del amor. Todas las tradiciones que se habían ido
tejiendo hasta entonces tenían su eco en los sonetos de Contile: la luz, los
ojos, la belleza y el conocimiento de las verdades más elevadas, pero también
los temblores, la palidez del rostro, el deseo que lleva sin freno a la locura,
la aegritudo amoris, el mal del amor, el hereos. Y también los
besos, a cuyo estudio, decía Patrizi en unas líneas de su comentario a las
rimas de Contile, ya había dedicado algún tiempo.[107] Se refería a un trabajo que reposaba
silencioso en sus estancias y que estaría destinado a seguir oculto durante
siglos. Se trataba de Il Delfino, overo del bacio, un texto manuscrito
conservado en la Biblioteca Ambrosiana de Milán y del que solo en 1975 se hizo
una edición impresa.[108] Se desconoce la fecha de su redacción, aunque evidentemente, por la
referencia en Le Rime, debió ser escrito antes de 1560, muy
probablemente durante su estancia veneciana. Además, el estilo irónico, casi
burlesco, en forma de diálogo, coincide con sus obras del mismo periodo, desde La
Città felice al Della Historia (1560) o el Della Retorica
(1562) y se aleja, en cambio, de la prosa densa de sus obras posteriores, como
las Discussiones
peripapeticae (1571 y
1581), Della poetica (1586) o la propia Nova de Universis Philosophia.
A primera vista, Il
Delfino podría parecer uno más de los muchos textos de las tradiciones
literarias, médicas y filosóficas sobre el amor que, como hemos visto, se
habían ido desarrollando a lo largo de los siglos. Mas el texto de Patrizi,
teniendo elementos de todas esas tradiciones, se diferencia de todas ellas.
Destaca en especial la gran crítica que un apasionado platónico comon lo era él
hizo a los discursos neoplatónicos sobre el amor y al desprecio que estos
habían expresado por el amor sensual. En Il Delfino, Patrizi lleva al
límite la descripción ficiniana del proceso de enamoramiento basada en la
tradición médica hipocrático-galénica, la fisiología de los humores y los
espíritus, uniéndola a elementos fundamentales de la filosofía natural de corte
platónico y hermético. No hay nada en él, sin embargo, que apunte a la
definición de tal proceso fisiológico como una enfermedad, siempre y cuando la
generación y funcionamiento de los espíritus del cuerpo se mantengan en buena forma
y equilibrio. Es precisamente en este momento crítico del enamoramiento cuando
intervienen los besos, pue ellos son los encargados de la regeneración de los
espíritus.
El texto de
Patrizi es un encantador y divertido diálogo sobre la naturaleza de los besos y
sus diferentes tipos: en la mano, en el cuello, en las mejillas, en el pecho,
con lengua o sin ella, de chupetón o de leve roce en la piel. Una auténtica
clasificación de los besos a partir de la cual Patrizi, con gran ironía y un
humor no exento de guiños retóricos a otros autores, va desgranando su idea de
en qué consiste el amor, carnal o celeste. Todo comienza cuando el joven
Delfino, a quien a lo largo de todo el diálogo se le llama “Angelo amoroso”,
acude al encuentro de Patrizi para que le ayude a resolver sus grandes dudas
acerca de qué es el amor. Este, que habita en la soledad de una alta colina, le
responde: “No creo que haya sido buena idea la vuestra, Señor Angelo Amoroso,
ésta de venir a preguntar sobre el amor a hombre ermitaño y dedicado a estudios
bien diferentes a los amorosos, que bien sabéis que éstos, en la apartada vida
en soledad, no han de tener cabida.”[109]
Se disparaba así,
para quien supiese captar la referencia, la primera lanza de tono burlón
dirigida contra los discursos neoplatónicos sobre el amor, pues el sabio
anacoreta, escondido en su solitario refugio, apartado de los amores carnales y
absorto en la contemplación de las más elevadas ideas, era el retrato
filosófico de los nuevos platónicos. Era una alusión retórica al episodio de
Lavinello relatado por el platónico Bembo en Gli Asolani.[110]
Patrizi, en cambio, comienza su diálogo subrayando que el tema del amor no es
muy adecuado para un ermitaño. No quiere esto decir que no haya mucho de
neoplatonismo en Il Delfino, pero nos encontramos ante un caso similar
al de La ciudad feliz, pues si en ella exponía un proyecto de
naturalización de la organización política del estado propuesta por
Aristóteles, en este caso el proyecto es una naturalización del amor y una
defensa del amor carnal que le alejaban de los discursos metafísicos de corte
platónico. Tras afirmar que el tema del amor es poco adecuado para quien vive
alejado del mundanal ruido, Patrizi decide que va a hablar por boca de un
“espíritu amoroso” que siente que se le acaba de meter en el cuerpo.
Comienza así la
inquisición de Delfino sobre los besos. Y su primera pregunta es qué los hace
tan dulces, un misterio para el que nunca ha encontrado respuesta en ningún
escritor.[111] Patrizi rápidamente le hace notar que
no todos los besos provocan dulzura o ternura en quien los recibe. Por ejemplo,
y así Delfino lo reconoce, los besos dados por familiares o los recibidos en la
frente o las mejillas no despiertan tales sensaciones, y por tanto no todo beso
es dulce. O, en otras palabras, el beso no es dulce en si mismo. Pronto se desvela
que lo que intriga e inquieta a Delfino es en realidad la cosquilleante dulzura
que provoca el beso en la boca, el beso amoroso. Mas, pregunta Patrizi, ¿y si
el asunto amoroso en cuestión fuese con una mujer fea, vieja o con mal aliento?
“Una dulzura tal quédesela quien quiera, que a mí no me interesa”, es la
tajante respuesta de Delfino. Parece entonces que ya vamos por buen camino: lo
que produce dulzura es la belleza. Aunque también es cierto, recuerda Patrizi,
que hay bellísimas cortesanas que en sus tratos amorosos con apuestos mancebos
rehúyen los besos, que parecen despertar en ellas más asco que dulzura. De modo
que tampoco en la mera belleza del cuerpo puede residir la respuesta al
interrogante de Delfino.[112]
Así, excluyendo
posibles causas de la dulzura del beso, Patrizi lleva a Delfino a lo que parece
resultar una verdad indudable: “Es por tanto el amor el que pone la dulzura en
el beso, pues éste sin amor carece de dulzura, igual que la madera no arde ni
calienta si no hay fuego”.[113] No es el
beso en sí mismo el que despierta tan agradables sensaciones, pues si así
fuese, las provocaría viniese de quien viniese. El beso es sólo el vehículo, el
instrumento físico de transmisión de algo que no lo es. Y Patrizi llega a esta
conclusión utilizando una analogía que no es en absoluto casual: el fuego, que
como se irá viendo a lo largo del diálogo, es esencial en el proceso del
enamoramiento.
A fin de intentar
desentrañar el misterio de la dulzura del beso, Patrizi propone una
clasificación de sus tipos basándose en dos cosas: las partes del cuerpo en la
que se dan y las formas de besar. Las seis partes elegidas son la nariz, el
pecho, el cuello, las mejillas, los ojos y la boca. Las cuatro formas de besar
son con los labios cerrados, succionando los labios, mordiéndolos y, por
último, el beso con lengua. Sin duda alguna, reconocen los dos contertulios,
los más dulces son los que se dan en el cuello y en la boca. Hay algo además en
estos últimos que los diferencian de los demás, y es que, excepto en el caso de
que se den con los labios cerrados, al mismo tiempo que se dan, se reciben. Aún
así, la charla prosigue con una serie de preguntas y respuestas acerca de quién
recibe más placer, el que da el beso o el que lo recibe.[114]
Patrizi dice estar convencido de que es el que lo recibe, pero Delfino expresa
sus dudas, pues a él le resultan tremendamente excitantes los besos con lengua
y los de chupetón para quien los da. Tal comentario, en apariencia ligero e
intrascendente, será en cambio crucial cuando, unas páginas más adelante,
Patrizi comience a exponer su explicación del fenómeno amoroso en términos
fisiológicos. Si el mayor placer pertenece a quien recibe el beso, es porque el
amante se bebe los espíritus de la persona amada, siempre que estos sean de
buena calidad.
Si para que los
besos resulten dulces al recibirlos es absolutamente necesario que el amor
intervenga, será menester, considera Patrizi, detenerse en la naturaleza de tal
pasión. Rehuyendo la tan arraigada separación neoplatónica entre un amor
carnal, profano, y un amor sacro, divino y elevado, Patrizi mantiene que para
elevarse a la comprensión de la naturaleza del amor, incluso del más
espiritual, es necesario partir de sus causas y manifestaciones carnales.
Fisiología, metafísica y cosmología neoplatónica y hermética se unen en una
explicación del amor según la cual el cuerpo es instrumento necesario de las
pasiones. La de Patrizi es una concepción astrológica del amor, entendiendo
obviamente por astrología una filosofía natural según la cual todos y cada uno
de los elementos del universo están ligados por cadenas de causalidad. Los
astros no son meros cuerpos de una materia etérea, sino uno de los primeros
pasos del despliegue emanantista del ente supremo, de la divinidad, receptáculo
primero de todas las Ideas. Criaturas que a su vez llevan consigo y trasladan
al mundo las potencias y cualidades divinas.[115]
Semejanza y
belleza, se lee en el diálogo, son las madres que hacen nacer el amor en los
corazones. La semejanza puede ser exterior o interior, y ciertamente la primera
no puede ser considerada causa del amor. Solo la semejanza interior lo es.[116]
A su vez, la semejanza interior puede ser de dos tipos: la que se refiere a las
cualidades del alma y la que deriva de las cualidades del cuerpo. Para explicar
la primera, la semejanza del alma, Patrizi recurre a ideas que ya había
utilizado en La ciudad feliz y que intentaban dar respuesta a la difícil
cuestión de la unión del alma con el cuerpo. Cuando Dios crea las inmateriales
e incorpóreas (no dimensionales) almas, para que puedan iniciar su recorrido
desde el empíreo hasta el centro del mundo, la Tierra, y allí unirse a los
humanos cuerpos, se revisten de un sutilísimo “cuerpecillo etéreo”. Con él, van
descendiendo y atravesando en su viaje todas las esferas celestes e
impregnándose de todas y cada una de las cualidades de los cuerpos junto a los
cuales pasan.[117] Cuando dos
almas han realizado un recorrido similar, se han acercado a los mismos cuerpos
celestes y han recibido sus influencias, tales almas serán por siempre
semejantes. Son las disposiciones de los astros y su poder sobre las almas las
que en última instancia permiten el parto del amor.
Antes de vestirse
con el cuerpo etéreo y empezar su descenso hasta el mundo terrenal, el alma
toma de Dios todas la Ideas, que son sus criaturas más bellas y excelsas, y
entre ellas la idea de belleza. Así, cuando el alma llega por fin al vientre de
las madres, guiándose por la idea del cuerpo que lleva consigo, da forma a la
materia. Y dado que toda alma lleva consigo la idea de belleza, va plasmando,
aunque salvando los impedimentos de la materia, las proporciones corporales,
los lineamientos, los colores, las luces y las sombras del cuerpo. Las otras
almas unidas a otros cuerpos, herederas también ellas de esa idea de belleza,
son así capaces, aún sin ser conscientes de ello, de comparar la adecuación del
nuevo ser a la perfecta idea de belleza. Cuando la comparación arroja
excelentes resultados, se produce un placer estético que favorece el origen del
enamoramiento. Sin embargo, avisa Patrizi, la belleza no basta para enamorar,
pues es necesario distinguir afecciones del alma que a veces se confunden y nos
hacen tomar por amor lo que no lo es. Una cosa es el gusto, otra bien diferente
el deseo, y otra aún más diferente el amor. El gusto, dice el Chersino, es un
gozo que experimenta el alma en sí misma al contemplar la belleza, mientras que
el deseo es ese gusto sumado a la pulsión de proyectarse fuera de si mismo, de
alcanzar lo otro. Cuando al gusto y al deseo se une la auténtica pasión, fuerza
y voluntad por acceder a lo que gusta y se desea, es entonces, y solo entonces,
cuando nace el amor.[118]
Todas estas
elevadas disquisiciones siguen dejando a Delfino sin respuesta. Maravillosas
explicaciones sobre la naturaleza del amor, reconoce. Pero el misterio de los
besos y su capacidad para despertar en quien los da o los recibe semejante
dulzura amorosa queda sin resolver. Es entonces, ya avanzada la conversación,
cuando Patrizi desvela los mecanismos fisiológicos por los que se produce el
enamoramiento. Semejanza y belleza, dice, son las madres primeras del amor,
pero ¿cuál es el medio, el auriga, que de la belleza y la semejanza lleva el
amor a los corazones? No hay duda: la luz y los rayos de los ojos.[119]
Como ya hemos visto, el protagonismo de la luz de los ojos en el enamoramiento
no era nada especialmente nuevo. Lo interesante en la exposición de Patrizi es
el detalle con que explica esta potencia de los rayos luminosos que parten de
los ojos. Los aspectos más metafísicos dejan paso a una explicación del amor en
términos casi exclusivamente fisiológicos. La tradición hipocrático-galénica se
une a la filosofía neoplatónica de la luz, a su filosofía de la luz. Hacía así
su aparición en la producción intelectual de Patrizi un tema que será central
en su filosofía más madura, la expuesta en la Nova de Universis Philosophia.[120]
Los rayos
luminosos, que son similares a la belleza, dice Patrizi, transportan los
espíritus que proceden del corazón de una persona, salen por sus ojos y al
penetrar por los ojos de otra persona, se introducen por ellos y se van
dirigiendo hacia su corazón, incendiándolo cuando llegan a él. Los rayos
luminosos son los aurigas de los espíritus del cuerpo:
PATR. Los ojos, que no son sino un pasaje por el
que el amor desde lo bello y semejante se transporta hasta vuestra alma.
DEL. ¿Y de qué manera se transporta, oh espíritu
amoroso?
PATR. Por los rayos y la luz de los ojos, que
similares a toda la belleza y lo bello, llevan consigo los espíritus amorosos
emanados del corazón. Y al encontrarse con nuestros ojos, penetrando por ellos
hacen llegar hasta nuestro corazón la belleza de la que nacieron, encendiéndolo
con sus llamas. Y estos son los auténticos dardos, saetas y flechas de Amor,
con las cuales disparando e incendiando los corazones, produce en ellos llagas
tan dulces y llamas tan ardientes que por mucha dulzura que después venga, no
sanan ni cicatrizan.[121]
Una explicación
como esta solo es comprensible si se acepta la premisa de que los ojos, tanto
los de los hombres como los de los animales, son órganos que poseen luz en si
mismos. Y efectivamente la poseen, dice Patrizi, porque así como cada cosa de
la naturaleza ha heredado ciertas cualidades de la divinidad y de los astros
junto a los cuales su forma ha pasado en su descenso hasta unirse con la
materia, los ojos han heredado la luz de su padre el Sol.[122]
No es, subraya, una mera suposición, ni una invención suya, sino algo, dice,
atestiguado tanto por la experiencia como por los testimonios de numerosos
autores. Experiencias y testimonios que, si bien hoy nos resultan peregrinos y
fantasiosos, estaban plenamente arraigados en la tradición literaria.[123]
Patrizi añade además un argumento profundamente naturalista derivado de su
modelo de la fisiología del cuerpo. Si los ojos son claros, dice, se debe a la
presencia en ellos de los espíritus del cuerpo. Lo demuestra el hecho de que el
ojo del hombre vivo es mucho más claro que el del muerto, pues tiene muchos más
espíritus. Y además observamos que cuando la pupila se dilata es mucho más
reluciente que cuando por algún esfuerzo se contrae, pues entonces los
espíritus, agotados por el esfuerzo, dejan de fluir en abundancia hacia los
ojos.[124]
Siguiendo el
modelo fisiológico aristotélico galénico, Patrizi explica cómo los espíritus
vitales generados en el corazón, entidades materiales de una extrema sutilidad,
al ser calentados por el calor natural del corazón, se van elevando hasta
llegar a salir por todos los poros del cuerpo, incluidos los diminutos
agujerillos que se encuentran en los ojos.[125]
Al salir los espíritus por los ojos, se unen a la luz que hay en ellos y, como
montados en los rayos luminosos, van al encuentro de otros ojos, los deslumbran
y aumentan sus poros, haciendo que puedan penetrar por ellos y mezclarse con
los espíritus de la persona a la cual la mirada va dirigida. Unidos los
espíritus de ambas personas, juntos emprenden su camino hacia el corazón, y así
al calor natural del corazón del receptor se une el calor de espíritu
“forastero”, inflamándose aún más. [126] Patrizi insiste en que la suya es una explicación
naturalista de la pasión amorosa al indicar a Delfino que “esto ciertamente no
sucede por encantamiento o hechicería, sino por causa natural”. Se entiende
ahora que Patrizi hiciese referencia más arriba, para referirse al proceso de
enamoramiento, a la analogía con la madera que solo arde si hay fuego que la
prenda.
Sin embargo,
siendo los espíritus sustancias muy sutiles, con el tiempo se van consumiendo y
si no hubiese ningún proceso de regeneración, acabarían por agotarse. Así como
en el hígado es necesaria la llegada del quilo procedente de los alimentos para
que se puedan generar los espíritus naturales, en el corazón son necesarios
esos espíritus procedentes del hígado unidos al aire que llega al ventrículo
izquierdo procedente de los pulmones (el pneuma) y al calor natural del
corazón para que puedan generarse los espíritus vitales. Si en el momento de la
diástole el corazón se llena de aire procedente de los pulmones, el cual toman
principalmente por la nariz y la boca, pero también por todos los poros de la
piel que envuelve al cuerpo, al contraerse en el momento de sístole, en cambio,
los espíritus vitales salen disparados por las arterias hasta salir por la
nariz, la boca y el resto de los poros del cuerpo. Es el ritmo natural del
cuerpo, gracias al cual se refresca el corazón y se renuevan los espíritus para
mantener al hombre en vida. Mas si esta renovación de espíritus basta para
mantener la vida, al corazón enamorado le hace falta algo más para seguir
estándolo: un flujo extraordinario de espíritus, los espíritus del amado que
hagan perdurar esa inflamación propia de la pasión amorosa. Al estar junto al
amado o la amada, al recibir los rayos de sus ojos, al tocarlo o besarlo, el
amante absorbe por todos sus poros las exhalaciones de los espíritus salidos de
su corazón. Es así como el amor se restaura en el corazón. De hecho, prosigue
Patrizi, los amantes sienten mayor placer cuanto mayores son las zonas de
contacto entre sus cuerpos, pues uniendo más poros de la piel, dejan que por
ellos transiten y se unan más espíritus. Tampoco se suele sentir gran placer si
el cuerpo del amado está frio, porque en tal estado los poros están encogidos y
casi cerrados, impidiendo la salida de los sutiles espíritus e impidiendo que el
amante los pueda absorber.[127]
Patrizi ha ido
llevando así a Delfino a la comprensión de su pregunta: ¿por qué el beso
despierta tanta dulzura? Si el enamoramiento se produce por un tránsito de los
espíritus de un cuerpo al otro, el beso es el acto que permite una mayor y más
intensa transferencia de tales espíritus. Cada beso lo hace a su manera y en su
justa medida, pues no es comparable el beso en la mano al que se da en el pecho
o en la boca, y tampoco lo es el que se da con un leve roce de los labios al
que se da succionando con toda la pasión posible la lengua o cualquier otra
parte del cuerpo del amado. Desde luego, el beso que Patrizi denomina “a
succio”, de chupetón, el que succiona la boca o la piel del amado, es el que
más dulzura provoca porque con él se absorbe una gran cantidad de espíritus.
Pero mejor aún si el beso es con lengua, pues al ser esta un cuerpo
completamente esponjoso y lleno de poros, por ella penetran los espíritus mejor
que por cualquier otra parte del cuerpo. El beso con lengua, además, hace que
el amado pueda saborear los humores del amante, sintiendo con más intensidad y
cercanía el cuerpo y el temperamento del amado.
Pero vayamos
ahora a la cuestión del beso. La causa de que el beso al enamorado sea tan
dulce es que gracias a él el amante atrae y bebe los espíritus del amado. Y tal
cosa sucede tanto con los besos dados en la mano, en el pecho, el cuello, la
mejilla, los ojos o la boca. Por la misma razón, el beso de chupetón, el que
absorbe los labios del amado, es más dulce que el dado solo con el roce de los
labios, pues no solo recoge los espíritus que su corazón ha expulsado, sino que
con su fuerza absorbe y bebe una mayor cantidad. Es también por esto que el
beso de chupetón es más dulce si se da en la boca que en otras partes del
cuerpo, pues al ser mayor la entrada, se absorben por ella más espíritus que
por los pequeños agujeritos de la piel. Más dulce aún que este beso de chupetón
es el beso con lengua, pues con él no solo se absorbe la misma cantidad de
espíritus que con el de chupetón, sino también los de la lengua, la cual es un
cuerpo completamente esponjoso, completamente lleno de espíritus, y además
saborea los humores interiores del cuerpo amado.[128]
Se quedará
Delfino, al final del diálogo, con un misterio inconfesable: el del beso en el
cuello, el cual despierta una pasión inusitada y cuya causa el espíritu amoroso
que habla por boca de Patrizi prefiere mantener en secreto. Sí da, sin embargo,
una pista: “se siente mucha mayor dulzura besando en la parte izquierda del
cuello”.[129] Aunque no especifica más, está claro
que es una referencia al modelo galénico del funcionamiento del cuerpo humano.
Recordemos que en el hígado se generan los espíritus naturales, una parte de
los cuales pasa, junto con la sangre, al ventrículo derecho del corazón a
través de la vena cava. Ya en el corazón, una parte de esa sangre pasa por la
vena arteriosa hasta llegar a los pulmones. Otra parte pasa al ventrículo
izquierdo por los poros del supuesto septum, y es en este ventrículo
izquierdo donde la sangre venosa, mezclándose con el aire procedente de los
pulmones (el pneuma), se convierte en sangre arteriosa y se generan los
espíritus vitales. El beso en la parte izquierda del cuello es, por tanto, el
que puede absorber, por su cercanía al lugar donde se generan, la mayor
cantidad de espíritus vitales procedentes del corazón y provocar mayor placer
en el amante.
La concepción patrizina
del amor sorprende por su radical naturalismo. Prácticamente ninguna de sus
afirmaciones era de creación propia, sino fruto de una larga tradición de
interpretación del amor en clave médica. La descripción que hace Patrizi en Il
Delfino, sin embargo, destaca por su detalle. Y lo que llama más la
atención: su platonismo es innovador y crítico con sus propias fuentes de
inspiración. Si en la mayoría de los platónicos el amor carnal era denigrado, o
por lo menos considerado un simple, aunque peligroso, paso hacia el amor
divino, para Patrizi el amor carnal -como el resto de los actos naturales de
hombres y animales- no es bueno ni malo. El amor “por su naturaleza misma no es
cosa ni virtuosa ni viciosa, ni loable ni abominable, como no lo son el comer, el
beber, el dormir o cualquiera de las otras actividades naturales”, se lee en
uno de los comentarios a las rimas de Contile (Rime, 44). También es
cierto que si bien Il Delfino destaca por concentrarse en los procesos
fisiológicos que generan y transmiten el amor carnal, Patrizi no lo separa
totalmente del amor divino, pues considera que el ejercicio del amor humano,
cuando el amante es virtuoso, conduce siempre al perfeccionamiento de la
virtud, lo cual le lleva a “operar divinamente”. El amor carnal, además, se
parece a las actividades más elevadas del alma, las artes y la filosofía, en
cuanto que, igual que a través de las producciones de estas últimas el hombre
pretende dejar una huella eterna, así el amor tiende a hacer eterna su
perfección procreando hijos.[130]
Il Delfino, como La ciudad feliz, nos muestra
a un Patrizi que desde sus primeros años de formación tenía un proyecto de
filosofía natural que iba más allá de su fascinación por el platonismo en sus
aspectos metafísicos y morales. En ambos textos, su aspiración era explicar las
causas naturales de las pasiones, políticas o amorosas. Los espíritus, esas
mínimas y sutilísimas partes materiales que circulan por todo el cuerpo y todo
el cosmos, no solo son las causas del mantenimiento de la vida, de la salud y
la enfermedad del cuerpo, sino de todos los procesos que se dan en el mundo,
incluidas las afinidades personales, las preferencias, los gustos, el amor o la
organización jerárquica del estado. La unidad de todas las cosas, elemento
fundamental de la visión neoplatónica del mundo, no puede excluir al hombre, a
sus pasiones y a sus productos literarios o construcciones políticas. Esta
naturalización corría el riesgo, por supuesto, de fagocitar la libertad del hombre,
de atarlo completamente con las cadenas astrológicas de la causalidad natural.
Era el peligro del que ya muchos habían alertado, pero que sobre todo Pico
della Mirandola había convertido en elemento fundamental de su reflexión sobre
la astrología y la magia natural. Aceptaba Pico, por supuesto, la existencia de
unas cadenas astrológicas que determinan todos los fenómenos de la naturaleza.
El hombre, sin embargo, ocupaba en ese cosmos natural un lugar privilegiado
desde el que podía operar con los instrumentos de su conocimiento. El hombre
está en el mundo, atado a la inmensa red de vínculos que unen todas las partes
de universo, pero gracias a su conocimiento puede intervenir en ellos,
escapando así del rígido determinismo astrológico al que están sujetos el resto
de los seres a los que Dios no ha concedido el poder de conocer. La magia
natural es precisamente esa capacidad de operar en la naturaleza y
transformarla. Patrizi es plenamente consciente de los peligros de esa,
digámoslo así, excesiva naturalización del hombre, un riesgo que intenta salvar
sumando a su modelo fisiológico del amor la capacidad humana de conocerlo. El
amor, recuerda Patrizi, no es encantamiento ni hechicería, sino pura
naturaleza. Pero precisamente porque es naturaleza, si se conocen sus causas,
sus efectos y sus síntomas, el hombre será capaz de aprovechar mejor las
maravillas del enamoramiento, pero también de protegerse de sus frecuentes
peligros: la enfermedad de amor, el hereos, que provoca “esas
palpitaciones, languidecimientos y debilidad que a veces hacen enfermar,
dejando a las personas inmóviles y sin sentido.” Magia natural y fisiología del
amor corren paralelas en la obra de Patrizi, pues así como el mago natural es
capaz de modificar los efectos naturales conociendo sus causas, el conocedor de
los procesos naturales del amor será también capaz de mantenerlo y evitar sus
posibles efectos perniciosos.
Referencias
Abd Alghani, J.
(2014). “Mediaeval Arabic Love Theory Between Dissonance and Consonance”, Acta
Orientalia Academiae Scientiarum Hungaricae. vol. 67. no. 3. 273-287.
Aguzzi
Barbagli, D. (1972). “Un contributo di Francesco Patrizi da Cherso alle
dottrine rinascimentali sull'amore”. Yearbook of Italian Studies. vol. 2. 1-32.
Akasoy, A.
– Giglioni, G. (2013). Renaissance Averroism and Its Aftermath: Arabic
Philosophy in Early Modern Europe. Dordrecht. Springer.
Alvar,
C. y Lucía, J. M. (eds.) (2008). Antología de la antigua lírica italiana.
(De los primeros textos al Dolce Stil Novo). Madrid.
Arcari, P. M.
(1935). Il pensiero politico di Francesco Patrizi da Cherso. Arti
Grafiche Zamperini. Roma.
Avicena (1987). The
Canon of Medicine of Ibn Sina. ed. de A. Sharafkandi. Soroush. vol 3.
Teheran, Irán.
Beecher, D. -
Ciavolella, Ma. (1990). A Treatise on Lovesickness. Jacques Ferrand.
Syracuse University Press. Syracusa, Nueva York.
Bembo, P. (2000).
Gli Asolani, ed. de C. Dionisotti. Turín. Einaudi.
Bird, O.
(1940). “The Canzone d’Amore of Cavalcanti According to the Commentary of Dino
del Garbo. Text and Commentary”. Medieval Studies. II: 150-203.
Bird, O.
(1941) “The Canzone d’Amore of Cavalcanti According to the Commentary of Dino
del Garbo. Text and
Commentary”. Medieval Studies. III: 117-160.
Blanco Valdés, C. (2006). “La teoría del 'buon perfetto' en Cavalcanti y Dante”. Revista de Literatura Medieval. 19:113-128.
Bolzoni, L.
(1980). L'universo dei poemi possibili. Studi su Francesco Patrizi da Cherso.
Bulzoni. Roma.
Bolzoni, L. (1981). “L’Accademia Veneziana: splendore e decadenza di una utopia enciclopedica”, en Università, accademie e società scientífiche in Italia e in Germania nel Cinquecento. Annali dell’Istituto Storico Italo-Germanico. Il Mulino. Bologna.
Bolzoni, L.
(1984). Il teatro della memoria. Studi su Giulio Camillo, Padua.
Liviana.
Bolzoni, L.
(2007). La estancia de la memoria. Modelos literarios e icononográficos en
la época de la imprent. Siruela. Madrid.
Bolzoni, L.
(2015). L'idea del theatro con «L'idea dell'eloquenza», il «De
transmutatione» e altri testi inediti. Adelphi. Milán.
Burke, P. (1998).
Le fortune del Cortigiano. Baldassarre Castiglione e i percorsi del
Rinascimento europeo. Donzelli editore. Roma.
Capellán, A.
(1990). De amore. Tratado sobre el amor, ed. de Inés Creixell
Vidal-Quadras. El Festín de Esopo. Barcelona.
Castelli, P.
(2002). Francesco Patrizi filosofo platonico nel crepuscolo del Rinascimento.
Olschki. Florencia.
Castiglione, B.
(2011). El cortesano. ed. de M. Pozzi. Cátedra. Madrid.
Cavalcanti, G.
(2006). Rimas. edición de J. Aulicino y Amadeo Mandarino. Buenos Aires Poetry. Buenos Aires.
Chittick,
William (2014). “Love in Islamic Thought Religion”. Religion Compass. 8/7. 229–238.
Ciavolella, M.
(1976). La Malattia d’Amore dall’Antichita al Medioevo. Roma.
Cox, V.
(1992). The Renaissance Dialogue: Literary Dialogue and its Social and
Political Contexts. Castiglione to Galileo. Cambridge University Press.
Cambridge.
Crespi, A.
(1929). “La dottrina d'amore nell'Acerba di Cecco d'Ascoli”. Giornale
Storico della Letteratura Italiana. 93: 279-312.
Cull,
J.- Dutton, B. (eds.). (1991). Un manual básico de medicina medieval. Bernardo Gordonio, Lilio
de medicina. ed. crítica de la edición de 1495. Hispanic Seminary of Medieval Studies.
Madison, Wisconsin.
Dadic,
Z. (2000). Franciscus
Patricius and His Natural Philosophical and Natural Scientific Thought. Skolska knjiga. Zagreb.
Di Giulio,
C. (1996). “La mimesi dell’amore nel’Cortegiano”. Romance Notes. vol.
36. n. 3. pp. 253-260.
Dionisotti, C.
(1966). “Bembo, Pietro”. en Dizionario biografico degli italiani. vol.
8. 133–151. Istituto della Enciclopedia Italiana. Roma.
Fabian, S. B.
(2014). Cecco vs. Dante: Correcting the Comedy with Applied Astrology. PhD.
Columbia University.
Fackenheim,
E. L. (1945). “A Treatise of Love by Ibn Sina”. Mediaeval Studies. vol. 7. 208– 228.
Fellina, S.
(2017). Alla scuola di Marsilio Ficino: Il pensiero filosofico di Francesco
Cattani da Diacceto. Edizioni della Normale. Pisa.
Fenzi, E. (ed.)
(1999). La canzone d’amore di Guido Cavalcanti e i suoi antichi
commenti. Génova. Il Melangolo.
Ficino, M.
(1576). Commentarium in Convivium Platonis. en Opera Omnia.
Basilea T. II.
Ficino, M.
(1994). De amore. Comentario a «El Banquete» de Platón. ed. de R. de la
Villa. Tecnos. Madrid.
Ficino, M.
(2005). Tres libros sobre la vida. ed. de Marciano Villanueva Salas.
Asociación española de neuropsiquatría. Madrid.
Gagliano, M. -
Guérin, P. - Zanni, R. (eds) (2016). Les deux Guidi Guinizzelli et
Cavalcanti: Mourir d’aimer et autres ruptures. Presses Sorbonne Nouvelle.
París.
Gentile, S.
(1983). “In margine all'epistola «de divino furore» di Marsilio Ficino”. Rinascimento.
s. 2. XXIII (1983). 33-77.
Giffen, L. A.
(1971). Theory of
Profane Love Among the Arabs: The Development of the Genre. New York University Press. Nueva York.
Gómez, S. (2020).
“Armonía del mundo y retórica celeste en la Venecia del s. XVI”. Éndoxa.
46, 357-382.
Gómez, S.,
(2015). “Medicina y política en Francesco Patrizi: el cuerpo de La ciudad
feliz”. Asclepio. Revista de Historia de la Ciencia y de la Medicina.
61. 1, 2.
Gómez, S. (2013).
“Telesio y el debate sobre la naturaleza de la luz en el Renacimiento
italiano”. en M. A. Granada (Ed.) Telesio y la nueva imagen del mundo en el
Renacimiento italiano. Siruela. Madrid. 194-235.
Gónzalez
Fernández, I. (2003). “Cavalcanti y Dante: distinta" filosofía y una
"misma cuestión de amor”. Actas del Congreso Internacional "La
Lengua, la Academia, lo Popular, los Clásicos, los Contemporáneos”. Vol.
II. Alicante. Universidad de Alicante. 683-691.
Granada, M. Á.
(1984). “Amor, spiritus, melancholia”. Faventia. vol. V. (6). 51-71.
Kristeller, P. O.
(1963-67). Iter Italicum I. Londres.
Lacarra
Lanz, E. (2015). “El «amor que dicen hereos» o aegritudo amoris”, Cahiers
d’études hispaniques médiévales. n. 38. 29-44.
Leushuis,
R. (2017). Speaking of Love: The Love Dialogue in Italian and French
Literature. Leiden. Brill.
Lowes, J.
L. (1914). “The Loverers Maladye of Hereos”. Medieval Philology. XI/4: 491-546.
Ludueña, F.
(2019). “Voluptas Urania. Marsilio Ficino como exégeta neoplatónico y cristiano de la filosofía
natural del amor en Guido Cavalcanti”. Praxis filosófica. 49: 61-86.
Maggi, A. (1999).
“La bellezza e la speranza nel "Trattato dell'amore umano" di
Flaminio Nobili (1568)”. Romance Notes. 39(3).
249-255.
Maier-Kaapoor, C.
(2010). Marsilio
Ficino’s Medico-Philosophical Language of Love. Its Genesis and its Reception
amongst Sixteenth-Century Italian Love Treatises. Baltimore. UMI Dissertation Services.
Martínez Sáez, N.
(2015). “Andrés el
Capellán ante el fenómeno del amor cortés en la Edad Media”. Studium. Filosofía y Teología. 35. pp. 101-107.
McNamara,
L. (2015). “Hippocratic and Non-Hippocratic Approaches to Lovesickness”. en L.
Dean-Jones y R. M. Rosen. Ancient Concepts of the Hippocrati. Leyden
Brill. 308-327.
Moulton, F.
(2015). “In Praise of Touch. Mario Equicola and the Nature of Love”. The
Senses and Society. 5:1. 119-130.
Muccillo, M.
(1986). “Marsilio Ficino e Francesco Patrizi da Cherso”. en G. C. Garfagnini
(ed.). Marsilio Ficino e il ritorno di Platone. Olschki. Roma. 615-679.
Muratori,
L. A. (1723-51). Rerum Italicarum Scriptores. Milán.
Musacchio,
E. (1992). “The Role of
the Senses in Mario Equicola’s Philosophy of Love”. en D. Beecher y M.
Ciavolella (eds.). Eros and Anteros. The Medical Traditions of Love in the
Renaissance. University of Toronto. Toronto. 87-102
Nelson, J.
Ch. (1958). Renaissance Theory of Love. Columbia University Press.
Pagan, P. (1973-1974). “Sull’Accademia Veneziana o della Fama”. Atti dell’Istituto veneto di scienze, lettere ed arti. CXXXII. 359-392.
Patrizi da
Cherso, F. (1975). Lettere ed opuscoli inediti. ed. de D. Aguzi
Barbagli. Istituto Palazzo Strozzi. Florencia.
Patrizi da
Cherso, F. (1553). La città felice; Dialogo dell'honore, Il Barignano;
Della diversità dei furori poetici; Lettura sopra il sonetto del
Petrarca; La gola, e 'l sonno, e l'ociose piume. Venecia.
Patrizi, F. (1560). Le Rime di Messer Luca Contile divise in tre parti, con Discorsi et Argomenti di F. Patrizi. Venecia.
Pattini, D. (2002). Furor e ispirazione tra Medioevo e Rinascimento. PhD. Universidad Ca’ Foscari de Venecia.
Plastina, S.
(1992). Gli alumni di Crono. Mito, linguaggio e storia in Francesco Patrizi
da Cherso. Messina. Rubbettino Editore.
Prins, J.
(2015). Echoes of an Invisible World: Marsilio Ficino and Francesco Patrizi
on Cosmic Order and Music Theory. Leyden: Brill.
Puliafito, A. L.
(1987). “Per uno studio della ‘Nova de Universis Philosophia’ di Francesco
Patrizi da Cherso: note alla ‘Panaugia’”. Atti e memorie della Accademia
toscana di scienze e lettere ‘La Colombaria’. 52. 160-199.
Rivolta, A.
(1933). Catalogo dei codici pinelliani dell’Ambrosiana. Milán. 58-60.
Rose, P. L.
(1969). “The Accademia Venetiana. Science and Culture in Renaissance Venice”. Studi
Veneziani. XI. 191-242.
Stabile, G.
(1974). “Giulio Camillo”. en Dizionario Biografico degli Italiani.
Instituto della Enciclopedia Italiana. Roma. vol. XVII. 218-228.
Stone, G. B.
(2020). Guido Cavalcanti: Poet of the Rational Animal. Nueva York.
Routledge.
Tafuri, M.
(1985). Venezia e il Rinascimento. Religione, scienza, architettura.
Einaudi. Roma. 172-185.
Vasoli, C. (1989). Francesco Patrizi da Cherso. Bulzoni. Roma.
Vasoli, C.
(2002). “L'Ermetismo a Venezia. Da Francesco Giorgio Veneto ad Agostino
Steuco”, en C. Gilly et al. Magia, alchimia, scienza dal '400 al '700. Centro Di. Florencia. 31-67.
Wack, M. F.
(1990). Lovesickness in the Middle Ages. The Viaticum and Its Commentaries.
University of Pennsylvania Press. Philadelphia.
Walker, D.
P. (1958). “The Astral Body in Renaissance Medicine”. Journal of the Warburg
and Courtauld Institutes. vol. 21. n. 1-2. 119-133.
Yates, F.
(2005). El arte de la
memoria. Siruela. Madrid.
Zonta, G. (1912).
Trattatti d’Amore del Cinquecento. Laterza. Bari.
https://doi.org/10.34024/prometeica.2022.24.12662
Dos maneras de entender del
amor: andrés el capellán frente al doctor lópez de Villalobos
Análisis comparativo del De amore y las
sentencias sobre amor
Two ways
to understand love: andreaS capellanus versus dr. lópez de villlalobos
a comparative analysis of De Amore and sentences of love
DUAS formas de compreender o amor: aNDRÉ CAPELÃ VERSUS O DOUTOR LÓPEZ DE VILLALLOBOS
uma análise comparativa entre De Amore e sentenças de amor
Sergio Montalvo Mareca
(Universidad
Complutense de Madrid e Instituto Universitario Menéndez Pidal)
e-mail: sergmont@ucm.es
Recibido:
29/08/2021
Aprobado:
08/12/2021
RESUMEN
Este
trabajo analiza la idea del amor como elemento literario y sus implicaciones en
el comportamiento humano. Para ello, se han seleccionado dos tratados clásicos
que explican el amor en todas sus vertientes, el De amore de Andrés el
Capellán (siglo XII) y las Sentencias sobre amor de Francisco López de
Villalobos (siglo XVI). A pesar de la diferencia temporal, ambas obras
comparten una vinculación inequívoca en cuanto a la forma que los dos autores
tienen de entender las características y comportamientos del amor. Entre otros,
se trata su origen, los diferentes tipos que existen (esencialmente divididos
en buen y mal amor), los grupos sociales que están capacitados para el
ejercicio amatorio o los peligros de elegir una mala pareja. Por otro lado,
resultan igualmente relevantes para el propósito del artículo las diferencias
que se extraen de la comparación intertextual. Mientras que Andrés el Capellán
defiende el amor pasional como una consecuencia inevitable de la atracción
física entre hombres y mujeres, Villalobos lo interpreta como una enfermedad
mental que acaba por destruir al varón, pues termina con un cuadro grave de
enajenación que lo empuja a cometer todo tipo de imprudencias. Frente a este,
Villalobos aboga por un amor puro y espiritual, libre de cualquier patología,
que es el amor a Dios. El Capellán también admite que existen amores nocivos
para el alma y el cuerpo (con prostitutas, con monjas...) y explica las
consecuencias de su ejercicio para disuadir a quienes pudiesen desearlos.
Palabras clave:
Amor. Andrés el Capellán. De amore. Villalobos. Sexualidad.
ABSTRACT
This paper analyzes the idea of love as a literary element and its
implications in human behavior. Two classic treatises have been selected that
explain love in all its aspects, the De amore by Andreas Capellanus (12th
century) and the Sentencias sobre amor by Francisco de Villalobos (16th
century). Despite the time difference, both texts share an unequivocal link in
terms of the way the two authors understand the characteristics and behaviors
of love. They explain its origin, the different types that exist (essentially
divided into good and bad love), the social groups that are qualified for the
exercise of love or the dangers of choosing bad lovers. On the other hand, the
differences drawn from the intertextual comparison are equally relevant for the
purpose of the article. While Andreas Capellanus defends passionate love as an
inevitable consequence of the physical attraction between men and women,
Villalobos interprets it as a mental illness that ends up destroying the man,
since he ends up with a serious state of alienation that pushes him to commit
all kinds of imprudence. Villalobos advocates a pure and spiritual love, free
of any pathology, which is the love of God. Andreas Capellanus also admits that
there are loves harmful to the soul and body (with prostitutes, with nuns...)
and explains the consequences of their exercise to dissuade those who might
desire them.
Keywords: Love. Andreas Capellanus. De amore. Villalobos. Sexuality.
RESUMO
Este artigo analisa a ideia do amor como elemento literário e as suas implicações para o comportamento humano. Para este fim, foram selecionados dois tratados clássicos que explicam o amor em todos os seus aspectos, o De amore de André Capelão (século XI) e o Sentencias sobre amor de Francisco de Villalobos (século XVI). Apesar da diferença temporal, as duas obras partilham uma ligação inequívoca em termos da compreensão dos dois autores das características e do comportamento do amor. Entre outras coisas, os autores escrevem sobre a sua origem, os diferentes tipos que existem (essencialmente divididos em bom e mau amor), os grupos sociais capazes de fazer amor e os perigos de escolher maus amantes. Por outro lado, as diferenças que podem ser extraídas da comparação intertextual são igualmente relevantes para o objetivo do artigo. André Capelão define o amor apaixonado como uma consequência inevitável da atracção física entre homens e mulheres. Villalobos, por outro lado, interpreta-o como uma doença mental que acaba por destruir o homem, uma vez que ele acaba com um sério estado de alienação que o leva a cometer todo o tipo de imprudência. Contra isto, Villalobos defende um amor puro e espiritual, livre de qualquer patologia, que é o amor de Deus. O Capelão também admite que existem amores que são prejudiciais à alma e ao corpo (com prostitutas, com freiras...) e explica as consequências do seu exercício, a fim de dissuadir aqueles que os possam desejar.
Palavras-chave: Amor. André Capelão. De Amore. Villalobos.
Sexualidade.
Introducción
Elaborar
un recorrido que dé cuenta de las diferentes perspectivas por las que ha pasado
el sentimiento amoroso a lo largo de la historia resultaría una tarea
imposible. No obstante, durante los últimos siglos de la Edad Media despuntó un
modelo que introdujo una nueva manera de amar —al menos desde el punto de vista
literario—. Es necesario remontarse hasta el sur de Francia, a las regiones de
Provenza y Aquitania, durante los siglos XI-XIII. Allí se considera que se
originó lo que Gaston Paris bautizó como amour courtois (1883)[131].
El
primer testimonio de este trabajo, el De amore de Andrés el Capellán, se
escribió en torno a 1185 y supone la recopilación de todas las características
y preceptos que se encuentran en el código del amor cortés. La obra presenta
una división en tres libros, emulando el Ars Amandi de Ovidio[132]. En el primero se tratan los
aspectos formales del amor: sus efectos, los sujetos que pueden sentirlo, las
características de los buenos amantes o los distintos métodos para lograrlo. El
segundo libro se ocupa de abordar las claves necesarias para, una vez logrado,
conservarlo y aumentarlo. Por último, en el tercero, que lleva el nombre de Reprobatio,
el religioso se retracta de lo expuesto hasta entonces.
La
segunda obra, las Sentencias sobre amor del doctor Francisco López de
Villalobos (1473-1549)[133], posee un interés añadido, pues
es fruto de la reflexión de un médico. Este texto breve aparece como colofón de
un volumen misceláneo, comúnmente bautizado como Problemas e impreso en
Zamora en 1543. En él, el polígrafo renacentista aborda una serie de cuestiones
médicas y físicas (los mencionados Problemas), e incluye otros textos,
como dos diálogos sobre medicina, una traducción del Anfitrión de Plauto
o las estas Sentencias (Rojo Vega, 1993: 184-185). Villalobos ofrece una
concepción del amor atípica, pues compara el sentimiento con una enfermedad
cerebral que termina por afectar gravemente a los individuos que la padecen.
Con todo, no es una novedad, pues las interconexiones entre el mundo erótico y
el patológico se remontan, al menos, al siglo V a.C. como se extrae de los
textos de Platón, Aristóteles o Hipócrates (Cabello Pino, 2012). Tampoco
resulta inverosímil encontrar algunas ideas paralelas en el De amore.
Entre las precisiones sobre el amor cortés de Andrés el Capellán aparecen
citados aspectos como la imposibilidad de que exista el amor si no existen los
celos o el estado de desconfianza permanente al que está sometido el amante
durante la fase de enamoramiento-enajenación; dos realidades que, desde un
enfoque clínico, pueden enraizarse con un trastorno de obsesión paranoide
(López Paredes y Orellana, 2013: 27). De la misma manera se describen otros
comportamientos de la fase de enamoramiento que son próximos a las
manifestaciones sintomáticas que muestra el cuerpo humano ante la enfermedad.
Estas son, por ejemplo, falta de apetito, insomnio, disminución del estado de
vigilia o irritabilidad, entre otras.
Análisis
del concepto de amor
La
definición del amor, así como de sus procesos, partes o resultados es una
preocupación intrínseca del ser humano. Supone el tema literario protagonista
de cualquier época y, a través de los textos, es posible analizar los distintos
aspectos que lo conforman. En las dos obras que aquí se tratan se aporta un
estudio concienzudo y minucioso sobre el ejercicio de amar. A pesar de que tanto
el De amore como las Sentencias sobre amor se enmarcan en el
género tratadístico, ambas comparten una redacción dinámica, bien estructurada
y fundamentada sobre el componente práctico. Los argumentos se exponen
siguiendo un esquema de pregunta-respuesta, implícito en el caso de Villalobos
y explícito en el de Andrés el Capellán: ¿qué es el amor?, ¿cómo surge?, ¿entre
quiénes puede darse?, ¿qué provoca en ellos?, etcétera.
Para
Andrés el Capellán, el amor equivale a la pasión carnal y es una cualidad
inherente del ser humano. Además, está relacionado con la percepción de la
belleza, es decir, con la atracción: “amor est passio quaedam innata procedens
ex visione immoderata cogitatione forme alterius sexus, ob quam aliquis super
omnia cupit alterius potiri amplexibus et omnia de utriusque voluntae in ipsius
amplexu amoris praecepta compleri” (Capellán, 1985:54)[134]. Como es algo innato, no es
sensible de planificación o nacimiento voluntario, sino que se manifiesta en
respuesta ante algún estímulo captado por la vista. Aquí se introduce otra
matización. Si bien el sentimiento amoroso surge a partir de la visión, además
es necesario que sufra una fase de reflexión en la que el amante enloquezca
poco a poco por poseer el cuerpo que lo atrajo:
Quod autem illa passio sit innata, manifesta tibi ratione ostendo, quia passio illa ex nulla oritur actione subtiliter veritate inspecta; sed ex sola cogitatione quam concipit animus ex eo quod vidit passio illa procedit.Nam quum aliquis videt aliquam aptam amori et suo formatam arbitrio, statim eam incipit concupiscere corde; postea vero quotiens de ipsa cogitat, totiens eius magis ardescit amore, quousque ad cogitationem devenerit pleniorem. Postmodum mulieris incipit cogitare facturas, et eius distinguere membra suosque actus imaginari eiusque corporis secreta rimari ac cuiusque membri officio desiderat perpotiri (56).
De
acuerdo con esto, para el religioso todas aquellas emociones que no provocan
cierta obsesión no pueden llamarse amor: “Non quaelibet cogitatio sufficit ad
amoris originem, sed immoderata exigitur; nam cogitatio moderata non solet ad
mentem redire, et ideo ex ea non potest amor oriri” (54). De hecho, en la
propia etimología de la palabra, según el autor, ya se aportan estas
características. Como señala la editora, dicha teoría procede de la
identificación de amare con hamare (‘coger con el anzuelo’, en
latín), relación que ya aparece en las Etimologías de Isidoro de Sevilla
(X, L, 5). Así, el enamorado es una especie de pez metafórico que muerde el
anzuelo de la pasión. A la vez, él es también el pescador que, con sus cebos,
pretende pescar la mujer para poseerla:
Por su
parte, Villalobos en su concepción sobre los inicios del estado de
enamoramiento abandona el componente sexual para centrarse en el platónico:
El amor es una donación que se da, porque a quien tú amas ofrécesle y
dasle tu amor; y éste daslo de tu voluntad, que ninguno ama por fuerça. La
voluntad no tiene mayor cosa que pueda dar que el amor, porque es dar su querer
y darse a si misma. Siguese d'aqui que a quien tu amas dasle tu voluntad. Y por
quanto tu voluntad es tu senora, a quien tu sirves y por quien te mueves y te
riges, siguese que a quien das tu voluntad le das a ti mismo. Pues luego el
amor es una donación
que el amante haze a la cosa amada, en la qual le ofrece y trespassa su
voluntad con todas las cosas que a la voluntad pertenescen (Villalobos,
2001:223-224)[135].
De lo
anterior se extrae que el varón que se entrega en amor a la amada ya no es
dueño de sí, pues la propiedad la ejerce su señora. No obstante, para que el
amor sea bueno y verdadero es necesario que la parte contraria done también su
voluntad, solo así los dos estarán plenamente constituidos, aunque con las
voluntades intercambiadas: “De manera que ya tú no te puedes mover ni governar
por tu voluntad, pues no la tienes; ni puedes tener otra condición ni otro
querer mas del que tiene la cosa que amas, porque en ella lo enajenaste todo y
eres miembro suyo. Por esto dizen que el amante se trasforma en el amado”
(224). A continuación, el médico distingue dos tipos de amor: el verdadero, que
se tratará más adelante, y el vicioso, que no es otro que aquel que busca
obtener un placer carnal por encima del beneficio espiritual. Este falso amor
se caracteriza por una pasión desmedida por poseer a la dama.
Asimismo,
el Capellán advierte que el amor solo puede existir entre personas de diferente
sexo, pues, de lo contrario, no existe una disposición natural del cuerpo para
otras prácticas: “duae namque sexus eiusdem personae nullatenus aptae videntur
ad mutuas sibi vices reddendas amoris vel eius naturales actus exercendos”
(58). De nuevo, responde a un criterio puramente sexual porque lo que el amante
busca en el amor es, en definitiva, gozar de su amada. Muchas veces, el deseo
por alcanzar el premio de la carne es tan desmedido que lleva a los hombres a
cometer acciones imprudentes que, con el tiempo, terminan por debilitar el
sentimiento y hasta su propia salud: “Videmus enim ipsos mortem contemnere
nullasque timere minas, divitias spargere et ad multas devenire inopias” (60).
Para
Villalobos, el falso amor también está estrictamente ligado al sexo. Quienes lo
practican no se guían por sentimientos honestos, sino que se mueven por la sed
de hallar un momento de deleite sexual. Heredando la terminología aristotélica,
el doctor dice que este es un comportamiento impropio de los hombres buenos,
pues responde a las necesidades del alma sensitiva. Por ende, lo correcto es
que el amor permita el desarrollo de las capacidades del alma intelectiva, solo
entonces puede ser bueno:
Provado
está assimismo que el amante se convierte y transforma em la cosa amada;
síguese qu’el amador se torna de la condición y naturaleza daquel deleite que
ama. Éste no es deleite de hombre en quanto es hombre, porque no consiste en la
razón y entendimiento, que es lo que haze al hombre ser hombre, difirente de
los brutos, mas consiste en los sentidos corporales, que son dados
prinicipalmente a las bestias, porque su perfición es el ánima sensitiva, por
la qual son animales. De aquí se sigue que los deleites sensitivos pertenecen a
las bestias por parte de las bestias (227).
La
siguiente noción que presenta el Capellán es la de los colectivos que están
capacitados para introducirse en el amor, pues no todos los seres humanos están
preparados para este noble arte. Comienza enunciando aquellos grupos que no
pueden o no deben acceder. La edad hábil para amar es algo que preocupa a los
dos autores. Ya se verá como Villalobos considera que quienes peinan canas ya
deben abandonar este ejercicio. Tal preocupación provoca que el primero de los
grupos que trata el Capellán sea el de los ancianos, donde engloba a los
hombres con más de cincuenta años y a las mujeres de más de sesenta. El autor
recomienda a los varones de esta edad se entreguen a otros placeres, como los
de la comida o el vino, pues; además, les desaconseja continuar manteniendo
relaciones sexuales ya que podrá provocarles molestias físicas:
Aetas
impedit, quia post sexagesimum annum in masculo et post quinquagesimum in
femina, licet coire horno possit, eius tamen voluptas ad amorem deduci non
potest, quia calor naturalis ab ea aetate suas incipit amittere vires, et
humíditas sua validissime ínchoat incrementa fovere, atque homínem in varias
deducit angustias et aegritudinum diversarum molestat insidiis, nullaque sunt
sibi in hoc saeculo praeter cibi et potus solatia (66).
Tampoco
el religioso evalúa la excesiva juventud como buena compañera para lograr el
amor correcto. En esta línea, precisa que las mujeres no deben empezar a amar
antes de los doce años ni los hombres hasta los catorce puesto que, si bien el
varón a la edad de catorce años dispone de plenas facultades viriles
(entiéndase capacidad eréctil y fértil), no será un buen amador hasta que
alcance los dieciocho, edad a la que el autor juzga que maduran socialmente los
varones:
El
tercer colectivo que Andrés el Capellán considera que debe abstenerse de
iniciarse en los juegos del amor son los viciosos. En este caso, se refiere
solo al sexo masculino, aunque en otra parte de su tratado hablará de las
mujeres viciosas. Los varones viciosos aparecen presentados como seres insaciables
que ansían yacer con el mayor número de mujeres posible y que son incapaces de
desarrollar ningún tipo de vínculo hacia ninguna de ellas ya que su objetivo es
solo el de procurar el placer. De este modo, en ellos nunca podrá existir un
sentimiento real más que el desfogue:
Nimia voluptatis abundantia impedir amorem, quia sunt quidamqui tanta voluptatis cupidine detinentur quod amoris non possunt retineri reticulis; qui post multas etiam de muliere cogitationes habitas vel fructus assumptos, postquam aliam vident statim illius concupiscunt amplexus, et obsequii a priore amante suscepti obliviosi et ingrati exsistunt. Illi tales quot vident tot cupiunt libidini immisceri. Istorum talis amor est qualis est canis impudici. Sed nos credimus asinis comparandos; ea namque solummodo natura moventur guae ceteris animantibus homines ostendit aequales, non vera quae rationis differentia nos a cunctis facit animalibus separari (68).
Villalobos
también advierte de los peligros de ser un hombre vicioso. En cambio, para él,
no lo es quien busca insaciablemente mujeres con las que gozar, sino,
sencillamente, aquel que renuncia al amor espiritual por la lujuria. Para amar,
es necesario entregar la voluntad a la amada, de manera que el hombre pierde su
estatus superior masculino para convertirse en una parte todo lo que antes era.
Como consecuencia de haberse donado a la mujer y de haber renunciado al
verdadero amor, el varón experimentará una serie de sensaciones como la
debilidad o la tristeza sin saber de dónde proceden. Esto supondrá una
penitencia eterna a pagar por haberse entregado a la concupiscencia:
Mira qué
tan grande es tu pérdida en semejantes amores que, como tu voluntad y lo que
ella señorea posee la muger que amas y tú no, síguese que te perdiste a ti
mismo y dexaste de ser. Assí que tú no eres ya quien eras, mas aste trocado por
outra cosa muy desigual em valor y muy lexos de lo que antes eras, ca dexaste
de ser hombre y tórnaste mujer, dexaste de ser hombre suelto y libre y házeste
muger cativa y atada; dexaste de ser todo y tórnaste parte. Y ya sabes que toda
muger dessea ser hombre y todo esclavo desea ser libre, y la parte desea la
perfición del todo, assí que tu desearás todas estas cosas (225-226).
Tanto
el Capellán como el doctor Villalobos reconocen el poder perfeccionador que
tiene el amor cuando es bueno, pues logra engrandecer a quien lo profesa. La
visión de Andrés el Capellán comulga con la idea neoplatónica de mejora de los
individuos y de acercamiento a la perfección. Cuando el hombre ama, se perfecciona
y adquiere nuevas virtudes. Además, aporta una cualidad adicional: la castidad,
entendida como fidelidad. Esta hace que el enamorado no advierta los encantos
de ninguna otra mujer que no sea la suya:
Effectus autem amoris hic est, quia verus amator nulla posset
avaritia offuscari; amor horridum et incultum omni facit formositate pollere,
infimos natu etiam morum novit nobilitate ditare, superbos quoque solet
humilitate beare; obsequia cunctis amorosus multa consuevit decenter parare. O,
quam mira res est amor, qui tantis facit hominem fulgere virtutibus, tantisque
docet quemlibet bonis moribus abundare! Est et aliud quiddam in amo re non
brevi sermone laudandum, quia amor reddit hominem castitatis quasi virtute
decoratum, quia vix posset de alterius etiam formosae cogitare amplexu, qui
unius radio fulget amoris. Est
enim suae mentí, dum de amore suo plenarie cogitat, mulieris cuiuslibet
horridus et incultus aspectus (64).
La
teoría de Villalobos, en cambio, está más vinculada a la religión, pues, a pesar
de las numerosas indicaciones que aporta el médico zamorano sobre las
relaciones interpersonales, será el amor entre el ser humano y Dios el único
que admita como legítimo y perfecto, mientras que el resto, aunque lícitos en
algunos casos, siempre se encontrarán manchados. Así, frente al amor ferinus,
que conducía al alma sensitiva, este amor divino libera al alma de todo lo
terrenal y la eleva al cielo, junto a su enamorado, Dios. Quienes profesen este
tipo de amor evitarán sufrir algunos de los problemas que se muestran en los
epígrafes siguientes. Por ejemplo, no sentirán celos ni inseguridades, pues
Dios corresponde siempre a quien lo adora y ejerce la suma fidelidad:
Iten, en
estos amores bivirás seguro de aver celos; que ya sabes que es inmudable quien
tú amas y que siempre te amará tanto como agora y mucho más, si tú quisieres. Y
ya sabes tanbién que el amor que te tiene es mayor que el que tú le tienes. Y
bien se parece en lo mucho que te da y en lo poco que tú le das. Y quantos más
competidores tengas y quanto mejor les fuere a ellos, tanto serás tú más
preciado y más amado, porque aquí los unos no impiden a los otros, antes se
ayudan en tanto grado que después de Dios no avrá cosa en el mundo que más ames
que a tus competidores (238).
Para
este amor perfecto no resultan determinantes factores como la edad, que en el De
amore funcionaba como un rasgo excluyente: “suelen ser las canas y la vegez
estorvo en los otros amores y en éstos no, antes te paras con ellas más hermoso
y más dispuesto” (237). Por otro lado, Villalobos sostiene que con este 'buen
amor' no existe la posibilidad de enfermar de locura, un aspecto que se
analizará en el epígrafe. El amor hacia Dios no radica en el estómago, matriz
de los deseos carnales, sino en el propio intelecto. Por ello es, además, más
seguro:
Como
colofón a la larga nómina de beneficios de enamorarse del Creador, Villalobos
señala que el vínculo será, además, inmune a las preocupaciones mundanas que
ahogan el corazón de los hombres y mujeres que establecen relaciones entre
ellos. Estas son, por ejemplo, la distancia, elemento en el que el autor
encuentra el motivo de grandes locuras cometidas por los varones, como
peligrosos viajes hasta acercarse a la amada, duelos y peleas con otros hombres
o, incluso, el secuestro de la mujer: “Ni te pueden apartar de quien bien
quieres prisiones ni amenazas ni fuerças ni destierro... No ay puerta cerrada
para ti cada vez que quieres entrar, porque, en buscando al que amas, le
hallarás luego; y en pulsando, luego te abrirán” (237).
Aunque
las Sentencias sobre amor es un texto que se caracteriza por su tono
sencillo y distendido, la parte moralista de Villalobos aflora cuando aborda
las consecuencias de no profesar el amor a Dios que tanto se ha esmerado en
presentar y defender:
Si te
agradan estos amores, síguelos. Y si no quieres sino muger y dama hermosa y a
ésta metella en las entrañas y en los senos del coraçón y que se ande Dios por
defuera, como si fuesse una vieja que te ruega y te da quanto tiene, puédeslo
hazer. Empuércate bien en tus suziedades… y saldrás tal de allí, que no halla
quien de asco pueda mirarte, sino el diablo que te abraçará sin cosa y te
meterá en aquella pocilga que tú buscavas. Ella es tal que en pensalla
solamente, si bien la contemplas, te tomarán dos mil desmayos (239-240).
El
amor, ¿una enfermedad?
Como ya
se ha mencionado, que Francisco López de Villalobos fuese un profesional de la
medicina aportó un tinte adicional muy valioso en la construcción de su tratado
amoroso, si bien es cierto otros textos sobre el mismo tema ya habían
manifestado algún tipo de relación entre el universo erótico y la medicina,
especialmente en lo tocante con el ánimo y la teoría de los humores[136]. Más allá de la enajenación
prototípicamente sentimental, existe un segundo tipo denominado enajenación
mental. Esta realidad aparece definida, con la marca de tecnicismo del Derecho
—debido a su capacidad de reducir los cargos de una acusación—, por el Diccionario
de la RAE como “locura” o “estado mental de quien no es responsable de sus
actos; que puede ser permanente o transitorio”. Cinco siglos atrás, el doctor
Villalobos ya se preguntó por los orígenes de la enajenación mental. Concluyó
que el inicio radicaba en lo que él denominó la 'imaginativa', lugar del
cerebro donde se construyen las primeras imágenes:
Esta
immaginativa adolece algunas vezes de un género de locura que se llama
alienación y es por parte de algún malo humor que ofusca y enturbia el espírito
donde se hazen las immagines... Assí en la immaginativa por parte del mal humor
y por hechura y molde que allí toma, se pueden causar tantas immágines quantas
la humana sabiduría no puede comprehender. Y según es la immágen falsa que allí
se pone, assí le toma la tema y la alienación a este loco... Y, assí, la
immaginativa para pensar distinctamente las cosas es menester que no tenga
imagen hecha ni abituada dentro de sí. Porque, si la tiene, es mentirosa y
enajenada la imaginación y quanto piensan todo es del metal de aquella imagen
que allí está (229-230).
En el
caso de los enamorados, aquello que hace degenerar el pensamiento es la imagen
de la amada, aquello que para el Capellán era el comienzo del amor, y que está
totalmente modificada por las pasiones del sujeto. Desde ahí, el hombre sufre
una alteración en su capacidad de percepción de la realidad con la
correspondiente creación de una representación falsa en el cerebro. A menudo,
la idealización de la dama es de tal magnitud, que necesita de otras fantasías
para sostener el engaño. De ahí que la conciencia que el varón tenía acerca del
mundo real se altere progresivamente en favor de su fantasía. Es en ese momento
cuando puede afirmarse que la enfermedad ya se ha instalado en su cuerpo. Desde
ahí, como sucedería en cualquier otro contexto de dolencias médicas, el
paciente experimenta diferentes síntomas visibles con los que su organismo
pretende dar la voz de alarma.
Para el
autor de los Problemas, los indicios manifestados son suficientes para
catalogar el amor como una enfermedad. La justificación de esta concepción
radica precisamente en la voluntad. Así, es posible considerar que se juzga
como enfermo a alguien que, sin quererlo, ha sido atacado por un mal, mientras
que el enamorado no se autodefine como víctima de ningún achaque. Del mismo
modo, mientras que el enfermo quiere curarse lo antes posible, el enamorado
trata de lograr que su dolor se manifieste con mayor intensidad:
De
manera que los otros locos querrían sanar y buscan remedios para ello si no es
extremada su locura; y éstos no quieren sanar ni lo pueden querer, antes
procuran con todas fuerças de meterse más adentro en la pasión y confirmar su
dolencia con mayores causas. Esto no lo haze sino que en otras alienaciones
sola la imaginación está enajenada, y los enamorados tienen ajena la
imaginación y la voluntad con ella. Y con todo esto ha venido en costumbre de
la gente que a los otros desvariados llaman locos y a éstos no, sino galanes. Y
la causa de su manifiesto error nació y tuvo principio de ver que en los amores
cada uno entra por su voluntad propria y por su propio querer. Y assí, a todos
ellos paréceles que no es enfermedad la que se toma voluntariamente, sino la
que viene por fuerça y violencia de causa que haze enfermar (230-231).
La cura
de esta debilidad no es sencilla por dos motivos. El primero ya se ha mencionado,
no puede curarse lo que no se admite. El segundo se basa en que, aunque el
varón reconociese que padece un trastorno mental, no querría ningún remedio
para ponerle fin, pues vive feliz en su ilusión. Por lo tanto, la única
solución para superar los estragos potenciales del enamoramiento es la
separación total de las partes. Asimismo, Villalobos, conocedor de que son
pocos los amantes que quieren renunciar a sus sentimientos, propone como otro
recurso: alcanzar también la enajenación de la dama para que ella se done al
hombre:
La
substancial perdición y daño del amador brevemente lo avemos mostrado. El
remedio más cierto sería que pusiese tierra y mares entre medias de sí y de su
amiga y se encomendase a Dios y a los devotos templos para que le resusciten en
su propio ser y le libren daquellas tan ásperas y escuras prisiones. Quando
esto no se hiziere,sino que determinadamente ha de seguir por el processo de
sus amores, el mayor reparo que tiene es procurar con todas sus fuerças y
diligencia que su amada le ame otro tanto como él a ella, porque entonces cada
qual dellos dará su voluntad al querer y voluntad del otro, de manera que,
juntas y pagadas entrambas voluntades, se haga dellas una voluntad común
entr’ellos y cada uno goze de su meitad; y no que quede el uno dellos del todo
perdido y deshecho (232).
Parte
de estos planteamientos pudieron estar marcados por la influencia de los
dolcestilnuovistas y su concepción sobre el amor. Esta también guardaba
relación con la medicina, especialmente con la relativa al cerebro y a la
concepción que tiene el enamorado del mundo: “el objeto del amor es, de hecho,
un fantasma… impulsado por la sangre e introducido, como tal, en un círculo
neumático en el que se abolen y se confunden las barreras entre lo externo y lo
interno, lo corpóreo y lo incorpóreo, el deseo y su objeto” (Serés, 1996: 103).
Del mismo modo, esta tradición considera que el posible carácter violento del
amante —se volverá sobre ello unas líneas más abajo— se debe, como afirma el
propio Villalobos, a la actividad de los diferentes humores y a cómo estos
intervienen en las acciones y en los sentimientos de los seres humanos:
El
extremo delirante (“furioso”) de esta circulación espiritual es el amor
heroico, que… consiste en una “corruptio imaginationis, debida precisamente a
la acumulación de cólera adusta (o sea, un tipo de melancolía) en la cavidad
cerebral en que se halla la virtus aestimativa… El corazón tiene que impulsar
constantemente espíritus vitales, cuyo calor, unido al del impulso, resesca la
cavidad cerebral, lo que produce la melancolía, que no es más que bilis negra,
o sea, la bilis amarilla que circula calcinada por el organismo” (Serés, 1996:
103-104).
Como
parte de esta distorsión de la realidad, es frecuente que aparezcan los celos,
situando el problema en un estadio de mayor gravedad. Villalobos establece una
estructura dividida en tres partes para desgranar los posibles motivos que
conducen a la obsesión celosa. El primer motivo se basa en una relación de
causa-efecto prácticamente inalterable: el crecimiento del amor conlleva la
aparición de los celos. Si el acto mismo de enamorarse ya implicaba la
alteración de las facultades mentales, conforme crece la intensidad del
sentimiento, aumentan exponencialmente sus efectos sobre el sujeto. Tampoco en
este resulta novedosa la teoría de Villalobos, pues la misma idea de que los
celos potencian el amor se recogía ya en el De amore. Allí, además,
Andrés el Capellán vincula su origen bien a la pérdida de la amada, bien a un
exceso de imaginación por parte del enamorado, anticipándose a lo que luego
hará el humanista.
La
segunda razón que da Villalobos para la aparición de los celos es el miedo que
siente el varón por perder a su mujer. Frente al tinte sentimental que le
otorga el Capellán, Villalobos le concede a este motivo un valor totalmente
contrario. El inicio de la actitud celosa no se debe a un sentimiento exagerado
de añoranza hacia la mujer, sino a un ejercicio de egoísmo. El amador debe
conservar a su amiga junto a él porque en ella ha depositado su voluntad;
luego, si esta lo abandona, él quedará sin alma. Dicha preocupación lo lleva a
desconfiar de todo cuánto ve, pues encuentra en cualquier escenario motivos
para temer su propia perdición. Esto hace que enloquezca todavía más, sufriendo
más por lo que imagina que por lo que realmente sucede. Así pues, el amante no
siente celos por miedo a perder a su enamorada, sino por sí mismo. Esta
concepción rompe la idealización romántica que tradicionalmente reciben los
celos por parte de la literatura occidental y que, a su vez, es la que se
presenta en el De amore:
Por
último, el tercer motivo que explica la aparición del instinto celoso es la ira
del enamorado hacia otros hombres que este considere que pueden estar visitando
a su señora. Aquí el sujeto se encuentra ya en una fase crítica de enajenación
o frenesí. Este frenesí —o “manía”— debe entenderse como una violenta
perturbación del ánimo. En esta clase de locura aparece un factor que no se
había dado hasta ahora, la agresividad. Por eso, el enamorado celoso se
convierte en el prototipo más peligroso de todos los posibles. Es en este
tercer punto donde más se alejan las posturas de los autores. Frente a la cruda
visión del doctor Villalobos, Andrés el Capellán continúa defendiendo que el
amante celoso se enamorada todavía más, incluso cuando tales celos alcanzan su
cota máxima, es decir, cuando la mujer se encuentra en posesión de otro hombre,
pues el sujeto siente de cerca el peligro de la pérdida y su soledad y, en
consecuencia, sus sentimientos por la dama aumentan: “Immo amplius tibi dico:
etsi manifeste cognoveris quod alius tuae coamantis fruatur amplexu, magis ex
hoc eius incipies affectare solatia” (298).
Los
peligros del amor ilícito. Tipos y consecuencias
Hasta
ahora ya se han descrito los peligros de profesar un falso amor que se
describen en las Sentencias. Los peligros de este amor, “que no es amor,
assí como el oro falso no es oro, aunque lo parece” (224-225), se extraen de la
relación de beneficios que el médico atribuye al único amor verdadero. Todos
los demás tipos, aunque existen variantes ilimitadas, son ilícitos y sensibles
al sufrimiento. En primer lugar, el riesgo inmediato de practicar el amor
humano es la locura, que puede agravarse conforme se desarrollen los celos en
cada uno de los tres estadios descritos. Vinculado a lo anterior, se despertará
entre los malos amantes un sentimiento continuo de desconfianza y de miedo a la
infidelidad por parte de la otra persona. A la vez, el amor terrenal necesita
de cierta proximidad entre los sujetos, pues la lejanía termina por afectar
negativamente, bien disminuyendo el sentimiento, bien agravándolo y
conduciéndolo a la enfermedad. Además, el falso amor requiere una edad
propicia, tanto en cuanto al vigor, como en cuanto a la apariencia física.
Villalobos pone el límite en la aparición de las canas. En conclusión, es
posible extraer numerosos peligros del mal amor; sin embargo, la mayoría de
estas enseñanzas son fruto de la deducción a partir del modelo de amor ideal,
pues Villalobos no se centra en desgranar este tipo de amores nocivos, sino que
se limita meramente a enunciarlos:
Pues el
amor nocivo se divide en tantas partes quantos vicios ay y deleites que tú
puedes amar, que unos aman la honra, otros la hazienda, otros la gula, otros
las mugeres; y assí de todos los otros vicios quantos ay y se pueden pensar. Y
porque entre todos los amores viciosos el amor del hombre a la muger y de la
muger al hombre es el mayor y más famoso, [...] por éste ligeramente tomarás
noticia de los otros amores viciossos que aquí no serán expresados (225).
Mayor
es el esmero que de Andrés el Capellán, quien detalla con maestría y
minuciosidad todos aquellos escenarios que pueden conducir a amores tortuosos.
Concluye el primer libro de su De amore con una serie de capítulos que
analizan algunos amores bien ilícitos o complicados, que, en definitiva,
conducen a la perdición de los amantes o al quebranto del pacto mutuo, es
decir, a la infidelidad. El religioso diferencia hasta seis tipos de relaciones
poco recomendables. Estos son el amor de los religiosos, el de las monjas,
aquel que se obtiene demasiado rápido o por medio del dinero, el de los
labradores y, por el último, el amor con prostitutas.
Si se
atiende a la dignidad del individuo, el estado de clérigo es
la
categoría máxima a la que puede aspirar un hombre, pues este es el estado que
se encuentra más próximo a Dios. Seguidamente se encuentran la alta y la baja
nobleza y, por último, el tercer estado social (plebeyos). Sin embargo,
alcanzar esta dignificación requiere determinados sacrificios, como rechazar
todos los placeres carnales y mantenerse alejado de las tentaciones:
Unde manifeste apparet clericum, quantum ad clericalem pertinet claritudinem nobilitatis, amare non posse. Ideoque satis videretur ineptum, si secundum ipsius gradus dignitatem et ordinis nobilitatem de ipsius tractaremus amore. Ab omnibus igitur clericus amoris actibus alienum exsitat, et omnis corporalis immunditia eum relinquat, alias enim sua speciali et a Deo sibi nobilitate largita merito privatus existat (264).
El
Capellán confiesa que los religiosos sufren mayores dificultades que el resto
de los varones para resistir sus instintos sexuales, pues dice que estos se
encuentran en estrecha amistad con ciertas actividades ociosas, como los
grandes banquetes, lo que provoca que afloren todo tipo de ardores
concupiscentes. Tal es el dolor que el autor considera que soportan los
religiosos para aguantar sus ganas de copular que acaba por aconsejar un método
para quienes no consigan guardarse. En este caso, deben respetar la jerarquía
de clases sociales, de manera que, para saciar su apetito, deberán buscar
mujeres que resulten lo más inofensivas posibles al prestigio, es decir, las
plebeyas. Al contrario, deben evitarse con especial cautela las mujeres de la
alta nobleza y, por descontado, las monjas. El sacerdote que se atreva a yacer
con estas no solo se arriesgará a un escándalo mayúsculo, sino que estará
contribuyendo a ensuciar el alma de estas mujeres de bien:
Quia vix tamen unquam aliquis sine carnis crimine vivit, et clericorum sit vita propter otia multa continua et ciborum abundantiam copiosam prae aliis hominibus universis naturaliter corporis tentationi supposita, si aliquis clericus amoris voluerit subire certamina, iuxta sui sanguinis ordinem sive gradum, sicut superius edocet plenarie de gradibus hominum insinuata doctrina, suo sermone utatur et amoris studeat applicari militiae (264).
Como se
acaba de señalar, el amor con una religiosa es el estadio mayor de la
perversión y, por tanto, se desaconseja por entero. A lo largo de la tradición
literaria, los deleites con mujeres del estamento eclesiástico se han
presentado como el máximo logro de la seducción. Así ocurre en el mito de don
Juan, cuyas artes amatorias son tales, que consigue que la mujer le sea infiel
a su marido, Dios. De este modo, como señaló ya Maeztu en aquel célebre ensayo
sobre La Celestina, El Quijote y Don Juan de 1926, la
conquista de una monja no implica solo divertimiento erótico, se toma como un
símbolo de poder y capacidad de desafiar el orden social establecido:
Para
Ramiro de Maeztu, el impulso sexual masculino representaba la naturaleza
indomada. La falta de freno de este instinto libidinoso de los hombres era
identificada con el caos civilizatorio y con la ausencia de ideales, ambos
rasgos característicos, en su opinión, de aquel momento histórico. La salida
que el Don Juan, símbolo del desorden sexual, ofrecía a la incertidumbre
reinante era precisamente la “factibilidad de vivir sin otro empeño que los
vaivenes de nuestros apetitos y caprichos”. La figura del Tenorio representaba
para Maeztu el orgullo egoísta y la concupiscencia. Más aún, la pulsión sexual
masculina no era sino el empuje barbárico que conducía al desorden social, el
temido peligro revolucionario (Aresti, 2018: 14).
Por su
sentido sacrílego, este tipo de relaciones son las más condenadas por el
Capellán: “quia maxima inde coelestis sequitur indignatio patris, et publica
inde iura potenter armantur et supplicia minatur extrema, et totius ex hoc
crescit in populo mortificativa infamia laudis” (266). El autor —religioso, no
se olvide— admite haber tratado de seducir a una monja, por lo tanto, ha
practicado el amor inferior. No obstante, y a modo de exemplum, el autor
narra cómo logró retirarse antes de firmar su perdición. Esta misma marca
autobiográfica puede apreciarse en las Sentencias sobre amor. Villalobos
comienza su explicación sobre los diferentes tipos de amores describiendo el
amor impuro antes que el verdadero. Más tarde justifica que esta disposición
responde a un criterio lógico. El médico admite conocer mejor el amor ilícito
porque es el que más ha practicado a lo largo de su vida y, en consecuencia,
sobre el que más ha podido aprender:
Hablaremos
primero de las propiedades y passiones del amor vicioso; y después trataremos
del amor virtuoso. Y como quiera que en razón de valor y dignidad y tanbién en
orden de natura el amor virtuoso precede y es primero que el vicioso, pero en
orden de dotrina y para enseñar primero se deve tratar el vicioso, porque dél
tenemos más experiencia y mayor noticia, y la orden de la dotrina es que vengamos
en conoscimiento de lo que no sabemos por lo que sabemos (225).
Otro
punto interesante de este análisis se encuentra en la muestra de individuos que
cada autor considera como dignos de practicar el juego del amor. Mientras que
para Villalobos cualquier individuo puede aferrarse al verdadero amor y crecer
feliz junto a Dios, Andrés el Capellán restringe la actividad solo para
cortesanos. Así, los campesinos quedan totalmente excluidos puesto que,
considera el religioso, su falta de modales los vuelve más próximos a las
bestias que a los hombres. Además, y en consecuencia de lo anterior, son el
estamento social que más se deja llevar por las pasiones de la carne,
impidiéndoles trabar vínculos más refinados. Sin embargo, en el hipotético caso
de que un trabajador de la tierra imite a sus señores y se enamore de una
joven, este jamás debe de poder acceder a las técnicas de seducción del amor
cortés. El Capellán aborda esta cuestión desde una perspectiva económica. Si el
labrador se enrola en juegos de amor, acabará por distraerse, puesto que la
distracción es una de las características del enamoramiento, y no cumplirá con
los trabajos que tiene a su cargo, por ejemplo, labrar la tierra. Es decir,
permitir al campesinado participar en los juegos sentimentales supondría un
riesgo para la legitimidad del sistema estamental:
Dicimus
enim vix contingere posse quod agricolae in amoris inveniantur curia militare,
sed naturaliter sicut equus et mulus ad Veneris promeventur, quemadmodum
impetus eis naturae demonstrat. sufficit ergo agricultori labor assiduus et
vomeris ligonisque continua sine intermissione solatia. Sed etsi quandoque
licet raro contingateos ultra sui naturam amoris aculeo concitari, ipsos tamen
in amoris doctrina non expedit erudire ne, dum actibus sibi naturaliter alienin
intendunt, humana praedia, illorum solita fructificare labore, cultoris defectu
nobis facta infructifera sentiamus (282).
En
cambio, si cualquier otro hombre perteneciente a un estado superior desease
yacer con una campesina, el Capellán desaconseja los cortejos, halagos y demás
presentes, algo que deben guardar solo para las dueñas de su rango. Esto se
debe a que considera a las labradoras como hembras rudas que no saben del amor.
En consecuencia, lo que el autor propone para alcanzar el goce con estas
señoras del tercer estado es tomarlas por la fuerza:
Si vero et illarum te feminarum amor forte attraxerit, esa pluribus laudibus effere memento, et, si locum inveneris opportunum, non differas assumere quod petebas et violento potiri amplexu. Vix enim psarum in tantum exterius poteris mitigare rigorem, quod quietos fateantur se tibi concessuras amplexus vel optata patiantur te habre solatia, nisi modicae saltem coactionis medela praecedat ipsarum opportuna pudoris. Haec autem dicimus non quasi rusticanarum mulierum tibi suadere volentes amorem, sed ut, si minus provide ad illas provoceris amandum, brevi possis doctrina cognoscere quis tibi sit processus habendus” (282).
A pesar
de lo anteriormente dicho, el Capellán aboga por alejarse de aquellos amores
“de fácil entrega”, es decir, aquellos en los que la mujer le concede demasiado
pronto su cuerpo al amante para que goce de él, obviando así todas las fases
previas que componen el modelo cortés. Esta clase de mujeres obran así porque
tampoco poseen la capacidad de amar. En su caso la explicación se encuentra en
el apetito sexual insaciable que les abrasa las entrañas, ardor que les obliga
a servirse del vigor masculino para aplacarlo (Montalvo Mareca, 2020: 32-33).
En cuanto al varón que tratase de iniciar amores con esta clase de mujeres por
los beneficios sexuales que pudiese cosechar con ellas, este sufrirá el dolor
de una relación abocada a la infidelidad: “Nam quum propter nimiam Veneris
abundantiam huiusmodi mulier nullius se potest amoris vinculis colligare sed
multorum appetit libidine satiari, eius frustra quaeris amorem, nisi te in
Veneris opera tam potentem agnoveris ut eius valeas libidinem saturare” (278).
Sin
embargo, y a pesar de las lecturas que se han hecho del De amore como una
obra violentamente machista, el Capellán aborda también la equivalencia de esta
fácil entrega en los hombres, en los que señala que también puede darse esa
líbido inextinguible:
Et dicitur esse idem in femina facilis rei petitae concessio quod in homine nimia voluptatis abundatia, quam constat ab amoris aula penitus exsulare. Qui enim tanta carnis voluptate vexatur ut ex cordis affectu nillius se valeat amplexibus colligare, sed quamcunque videt impudico animo concupiscit, hic quidem non amator sed adulterator vocatur amoris ac simulator et erit cane deterior impudico. Immo impetuosus meretur asinus iudicari, quem tanta corporis petulantia movet ut unius possit affectioni astringere. Ergo tibi evidenter apparet quod nimiam voluptatis abundantiam prorsus teneris abiicere et mulieris, in qua facilem petitae rei concessionem cognoveris, amorem tibi non expedit postulare (279-281).
Aquellos
hombres que sufrieren de este tipo de comportamiento tampoco son capaces amar,
pues no conseguirán desarrollar sentimientos honestos hacia la amada, sino que
acabarán por corromperla también a ella. Esta capacidad de empobrecimiento
espiritual hace que este prototipo de varón sea una de las figuras que el
religioso castiga más severamente en su obra: “Immo impetuosus meretur asinus
iudicari, quem tanta corporis petulantia movet tu unius se non possit
affectioni astringere” (280).
Del
mismo modo, De Amore invita a desconfiar siempre de las mujeres
avariciosas y de aquellas que permiten el amor como medio para conseguir dinero
o regalos materiales, pues tampoco se trata de un sentimiento verdadero: “Sed
si aliqua mulier avaritiae tanto detineatur ardore ut muneris gratia se ipsam
largiatur amanti, haec a nemine reputetur amatrix sed falsificatrix amoris et
immundarum mulierum prostibulis adiungenda” (270). Así, Andrés el Capellán,
juzga la codicia y la presunción como dos rasgos de naturaleza constante en la
caracterización femenina. Con ello, se enmarca en la tradición misógina
medieval, después heredada en los siglos XVI y XVII sin apenas sustanciales a
pesar de las nuevas tesis humanistas y renacentistas, que consideraba a las
mujeres seres inferiores a los hombres y con una serie de vicios innatos que
empobrecía sus almas: “Juntóse con el ser raro la delicadeza del artificio, y
de allí nasció el precio, y del precio la mala codicia que dello las mugeres
tienen, las quales se pierden por lo precioso y costoso” (León, 2002: 165).
Puesto que su natural es profesar un gusto exagerado por el dinero, las mujeres
deben guardarse de este impulso para poder acceder al amor, de lo contrario
será difícil fácil encontrar un ejemplo donde la dama estime más al marido que
los bienes de este.
Una vez
ha terminado de describir este tipo de comportamientos femeninos, el religioso
comienza con los consejos para los hombres que quieran tratar con ellas. En
primer lugar, antes de iniciar los amores deberán cerciorarse de que la dama
les guardará fidelidad también en la pobreza, puesto que todas la conservan en
los periodos de bonanza económica. Asimismo, el varón deberá contemplar que
estas señoras, con frecuencia, fingen amar al hombre solo para recibir mil
regalos, hasta terminar por arruinarlo por completo. Entonces, cuando el
enamorado ya no dispone de más dinero o patrimonio, airadas por la falta de
bienes, abandonan su personalidad impostada y se muestran como son: viles e
interesadas. Frente a esto, el Capellán sentencia que la mujer que ama
verdaderamente siente rechazo por los obsequios, pues no quiere ver disminuido
el patrimonio que pasará a ser de ambos.
Para
concluir este paseo por los amores ilícitos, Andrés el Capellán recomienda a
los varones que, si sufren episodios en los que su deseo sexual es demasiado
acusado, no se expongan a la posibilidad de topar con una mujer de las que ha
descrito. En consecuencia, anima a la contratación de prostitutas, pues el daño
económico y el espiritual será siempre menor al que pueda provocar una mala
dama: “Si enim tanta corporis te petulantia cogat, ut soldatas quaerere velis
feminas, magis tibi expedit cum mulieribus publice in prostibulo commorantibus
negotiari et earum pretio corpus parvo mercari, quam sub amoris figmento ab
aliqua se dominam simulante meretricio more velle propriis exspoliari divitiis”
(276). Con todo, resulta extraño el somero tratamiento que da el autor al amor
de las prostitutas. Si bien en el resto de los casos ha explicado, a veces
desde la experiencia, cómo lograr satisfacer los deseos con determinados
colectivos, sobre este tipo de relaciones se muestra excesivamente parco. Esto
pudo deberse a que el ambiente prostibulario, a priori, quedaría fuera
de los círculos a los que tenía acceso el religioso y que, por lo tanto, lo
desconocía en gran medida. Por otro lado, y dado que ya había descrito antes
los amores con mujeres que se entregan demasiado rápido o con otras que solo se
sirven del amor como un método para conseguir dinero, huelgue de repetir la
explicación.
Conclusión
Como
resultado de este trabajo, es posible extraer una perspectiva híbrida del amor
basada en dos perspectivas: la de un religioso, a través del De amore de
Andrés el Capellán, y la de un médico, por medio del estudio de las Sentencias
sobre amor de Francisco López de Villalobos. La separación en el tiempo de
las obras (De amore, ca. 1185 y Sentencias, 1554) permite mostrar
en un eje temporal la fijación del concepto del amor cortés a lo largo de los
últimos siglos de la Edad Media y los primeros años del Renacimiento español,
así como sus principales cambios e influencias. Además, a lo largo de estas páginas
también se ha tratado uno de los conceptos más importantes del amor, que llega,
incluso, a nuestros días, motivado por la proliferación de los estudios
psiquiátricos y psicoanalistas: la condición del amor entendido como una
enfermedad del cerebro que anula la voluntad de los individuos y los convierte
en seres impulsivos e impredecibles, en ocasiones, incluso en sujetos
potencialmente peligrosos.
Tras la
comparación de ambos testimonios, se advierte que los puntos en común son
mayores que los desacuerdos. Los aspectos parejos entre ambos autores van desde
la forma de organizar el texto hasta sus temas y subtemas, pasando también por
las fuentes para la elaboración del pensamiento. Respecto a los criterios
formales, en ambos está presente el carácter experiencial durante la narración;
los autores admiten haber accedido a algunos de los amores que luego
clasificarán como ilícitos, hecho que sorprende más en el caso del clérigo por
su vinculación a la Iglesia. Otro aspecto parejo en ambos tratados es la
vinculación del concepto de amor a la sexualidad, si bien es cierto que en las Sentencias
esta relación se da solo para el falso amor. Los autores justifican el
comportamiento del hombre como un vehículo para conseguir el premio otorgado
por la dama, es decir, el consentimiento para yacer con ella. Paralelamente,
uno y otro se ocupan de caracterizar el sexo como el núcleo del pecado, pues es
este ardor desmedido lo que hace que, tanto hombres como mujeres, alcancen la
enajenación, llevándolos a actuar contra la moral, la religión e incluso en
contra de las leyes jurídicas (asesinato por celos, incesto, violación de las
reglas monacales...). Frente a este mal amor, Andrés el Capellán y el doctor Villalobos
describen un amor verdadero que es capaz de engrandecer y perfeccionar a
quienes lo practican. El Capellán lo enfoca desde una perspectiva aristotélica,
de acuerdo con la teoría del alma intelectiva, mientras que Villalobos lo
reduce al amor a Dios; es decir, las dos visiones tratan de alejarlo de los
terrenal para elevarlo al estado más alto.
En
último lugar, en el epígrafe final se recogen algunos de los amores más
conflictivos tal y como los presentan los autores de sendos tratados. Si bien
su contenido no supone el grueso de este trabajo, sí que posee un interés
relevante para los estudios humanísticos, especialmente para los que versan
sobre literatura y filosofía, ya que en él aparecen expuestas algunas ideas
cruciales que, con el paso de los siglos, irán desarrollándose hasta quedar
fijadas como una parte indivisible de la historia de la literatura y del
pensamiento europeo. Se trata, por ejemplo, del personaje de la monja seducida
y el modelo del seductor (Don Juan Tenorio), el religioso lascivo (Libro
de Buen Amor), las prostitutas y sus relaciones (La Celestina) o la
caracterización peyorativa de la mujer presente en gran parte de la literatura
de matrimonio, género de enorme popular en los siglos XVI y XVII.
Referencias
bibliográficas
Aresti,
N. (2018). “La peligrosa naturaleza de Don Juan. Sexualidad masculina y orden
social en la España de entreguerras”. Cuadernos de Historia Contemporánea.
40. 13-31.
Aristóteles
(2014). De anima. Traducción de T. Calvo Martínez. Gredos. Madrid.
Arrizabalaga,
J. (2002). “Francisco López de Villalobos (c.1473-c.1549), médico cortesano”. Dynamis.
22. 29-58.
Baranda
Leturio, C. (2014). “El humanismo frustrado de Francisco López de Villalobos y
la polémica con Hernán Núñez”. eHumanista. 29. 208-239.
Basarte,
A. (2012). Nueve ensayos sobre el amor y la cortesía en la Edad Media.
Editorial de la Facultad de Filosofía y de Letras de la Universidad de Buenos
Aires. Buenos Aires.
Cabello
Pino, M. (2012). “La corriente científico-filosófica de la enfermedad de amor
en la Grecia Clásica: Hipócrates, Platón y Aristóteles”. Analecta Malacitana Electrónica. 33. 29-43.
Caden, J.
(1993). Meaning of sex difference in the Middle Ages: Medicine, Science and
Culture. Cambridge
University Press. Cambridge.
Capellanus,
A. (1982). Andreas Capellanus. On love. Edición de P. G. Walsh. DuckWorth. Londres.
Capellanus,
A. (1985). De amore. (Español-Latín medieval) Edición bilingüe
español-latín medieval de I. Creixell Vidal-Quadras. Edicions del Quaderns
Crema. Barcelona.
Capellanus,
A. (2006). Libro del amor cortés. Edición de P. Rodríguez. Alianza.
Madrid.
Duby,
G. (1994). “El modelo cortés” en Historia de las mujeres en Occidente,
t. II. Taurus. Madrid. 301-320.
Fabié y
Escudero, A. Mª. (1886a). Vida y escritos de Francisco López de Villalobos.
Imprenta de Miguel Ginesta. Madrid.
Fabié y
Escudero, A. Mª. (1886b). Algunas obras el doctor Francisco López de
Villalobos. Imprenta de Miguel Ginesta. Madrid.
Gilalbert
Barberà: (1996), “Tradición misógina griega en el De amore de Andrés el
Capellán” en Actes del Simposi Internacional de Filosofia de l’Edat Mtjana.
El pensament antropològic medieval en els àmbits islàmic, hebreu i cristià.
Patronat d'Estudis Osonencs. Vic. 550-558.
Klibansky,
R. et al. (2012). Saturno y la melancolía: estudios de historia de la
filosofía de la naturaleza, la religión y el arte. Traducción de M. L.
Balseiro. Alianza. Madrid.
Jaramillo
Antillón, J. (2001). ¿El sexo débil de la mujer? Editorial de la Universidad
de Costa Rica. San José.
León,
L. de (2002). La perfecta casada. Edición de J. San José Lera.
Espasa-Calpe. Barcelona.
López
de Villalobos, F. (2001). “Sentencias sobre amor” en Tratados de amor en el
entorno de Celestina (siglos XV-XVI). Edición de P. M. Cátedra. Sociedad
Estatal España Nuevo Milenio. Madrid.
López
Paredes, O. E. y Orellana, M. (2013). “Los celos desde un punto de vista
psiquiátrico”. Revista Hondureña del Postgrado en Psiquiatría. 7. 21-36.
Maeztu,
R. de (1926). Don Quijote, Don Juan y la Celestina: ensayos de simpatía.
Calpe. Madrid.
Martínez
Sáez, N. (2020). “Ovidio como fuente principal en el De amore de Andrés
el Capellán”. Revista Chilena de Estudios Medievales. 17. 67-72.
Montalvo
Mareca, S. (2020). “Amor y sexualidad en la Baja Edad Media: una mirada a
través del De amore de Andrés el Capellán”. Ímpetu. 3. 19-37.
Paris,
G. (1883). “Le Conte de la Charrette”. Romania. 12. 459-534.
Parker,
A. (1986). La filosofía del amor en la literatura española: 1480-1690.
Cátedra. Madrid.
Real
Academia Española (2014). Diccionario de la lengua española. Espasa.
Madrid.
Rodazo
Ruiz, A. M. (2000). “Tristura conmigo va”. Fundamentos de amor cortés.
Universidad de Castilla-La Mancha. Cuenca.
Rojo
Vega, A. (1993). “Francisco López de Villalobos, médico real (1473-1549)”. Brigecio:
Revista de estudios de Benavente y sus tierras. 3. 175-186.
Sánchez
Granjel, L. (1979). Vida y obra de López de Villalobos. Ediciones
Universidad de Salamanca. Salamanca.
Sarrión
Mora, A (1994). Sexualidad y confesión: la solicitación ante el Tribunal del
Santo Oficio (siglos XVI-XIX). Alianza. Madrid.
Serés,
G. (1996). La transformación de los amantes. Crítica. Barcelona.
Sevilla,
I. de (2009). Etimologías. Edición de J. Oroz Reta y M. A. Marcos
Casquero. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid.
https://doi.org/10.34024/prometeica.2022.24.11899
WILL THE REAL ANDREAS
CAPELLANUS PLEASE COME FORWARD
EL
VERDADERO ANDRÉS EL CAPELLÁN ESTÁ INVITADO A PRESENTARSE
O VERDADEIRO ANDRÉ O CAPELÃO É CONVIDADO A APRESENTAR-SE
Don A.
Monson
(College of
William & Mary / Kenyon College)
damons@wm.edu
Recibido:
19/03/2021
Aprobado:
26/10/2021
ABSTRACT
The time
and place of composition of the medieval Latin treatise on love, De amore,
and the identity of Andreas Capellanus (“Andrew the Chaplain”) to whom its
authorship is attributed have long been a subject of controversy. There are
essentially three hypotheses, each tied to a particular interpretation of the
treatise. Following the rediscovery of the work by Gaston Paris in 1883, it was
long thought that to have been written in the 1180s at the court of Champagne
by a court chaplain at the behest of the countess Marie, an important patroness
of courtly literature. Based on new diplomatic evidence and some of the manuscript
rubrics, Alfred Karnein renewed the question in 1978 with the theory that the
treatise was indeed written in the 1180s, but in Paris at the court of Philip
II Augustus, and not to promote the courtly love ethic but to combat it. In
1994 Peter Dronke advanced the theory that Andreas Capellanus is a pseudonym
designed to link an anonymous work with a legendary romance lover, André de
Paris, and that the treatise was written in the 1230s in the Arts Faculty of
the University of Paris as an elaborated erotic joke. Each of these hypotheses
has its strengths and weaknesses, and so the question is likely to remain
undecided.
Keywords:
Andreas Capellanus. De amore. courtly love. humor. irony.
RESUMEN
La época y el
lugar de composición del tratado medieval latino sobre el amor, De amore,
y la identidad de Andreas Capellanus ("Andrés el Capellán"), a quien
se atribuye su autoría, han sido objeto de controversia durante mucho tiempo.
Existen esencialmente tres hipótesis, cada una de ellas vinculada a una interpretación
particular del tratado. Tras el redescubrimiento de la obra por Gaston Paris en
1883, se pensó durante mucho tiempo que había sido escrita en la década de 1180
en la corte de Champaña por un capellán de la corte a instancias de la condesa
María, importante mecenas de la literatura cortesana. Basándose en nuevas
pruebas diplomáticas y en algunas de las rúbricas de los manuscritos, Alfred
Karnein renovó la cuestión en 1978 con la teoría de que el tratado fue escrito
en esa época, pero en París, en la corte de Felipe II Augusto, y no para
promover la ética del amor cortés, sino para combatirla. En 1994, Peter Dronke
avanzó la teoría de que Andreas Capellanus es un seudónimo diseñado para
vincular una obra anónima con un legendario amante de romance, André de Paris,
y que el tratado fue escrito en la década de 1230 en la Facultad de Artes de la
Universidad de París como una elaborada broma erótica. Cada una de las
hipótesis tiene sus puntos fuertes y débiles, por lo que es probable que la
cuestión siga sin resolverse.
Palabras clave: Andrés el Capellán. De amore. amor cortés. humor. ironía.
RESUMO
A época e o lugar da composição do tratado latino medieval sobre o amor, De amore, e a identidade de Andreas Capellanus ("André o Capelão") a quem é atribuída a sua autoria há muito que são objecto de controvérsia. Existem essencialmente três hipóteses, cada uma delas ligada a uma interpretação particular do tratado. Após a redescoberta da obra de Gaston Paris em 1883, pensou-se durante muito tempo que ter sido escrita nos anos 1180 na corte de Champagne por um capelão da corte a mando da condessa Marie, uma importante padroeira da literatura cortês. Com base em novas provas diplomáticas e em algumas das rubricas dos manuscritos, Alfred Karnein renovou a questão em 1978 com a teoria de que o tratado foi escrito nessa altura, mas em Paris, na corte de Filipe II Augusto, e não para promover a ética do amor cortês, mas para a combater. Em 1994 Peter Dronke avançou a teoria de que Andreas Capellanus é um pseudónimo concebido para ligar uma obra anónima com um amante lendário do romance, André de Paris, e que o tratado foi escrito nos anos 1230 na Faculdade de Artes da Universidade de Paris como uma elaborada piada erótica. Cada uma das hipóteses tem os seus pontos fortes e fracos, e por isso é provável que a questão permaneça indecisa.
Palavras-chave: André o Capelão. De amore. amor cortês. humor. ironia.
The
medieval Latin treatise on love attributed to a certain Andreas Capellanus is
arguably among the most important documents of medieval civilization[137]. In any case, it is certainly among the
best known and the most controversial. Much of the controversy centers on the
meaning of the treatise, the authorial intention that it embodies, and its
implications for the contentious problem of "courtly love." The
debate goes beyond these matters, however, to include the very identity of the
author whose intentions are in doubt. Indeed, in most discussions the question
of the author's identity and that of his intentions are intimately connected.
From the
late-nineteenth century well into the second half of the twentieth century, the
De amore was generally regarded as a manual of courtly love. The famous
article of Gaston Paris (1883) in which he first expounded his theory of amour
courtois also played a key role in making the treatise known to medieval
scholarship. Although the focus of the article was the Chevalier de la
charrette (Lancelot) of Chrétien de Troyes, a significant part of it (pp.
523-532) was devoted to describing Andreas’s treatise. Gaston Paris saw in
Chrétien’s romance the first expression in northern French literature of a new
attitude towards love between the sexes first developed in southern France by
the troubadours, later to be brought north by Eleanor of Aquitaine,
granddaughter of William IX of Aquitaine, the first troubadour, and her
daughter Marie de Champagne, the patroness to whom the Chevalier de la
charrette is dedicated. He also saw the De amore as an early codification
of that new attitude, hence the attention paid to the treatise in his article
and the central role that it has always played in discussions of courtly love.
After
dominating the discussion of medieval love literature for several decades,
Gaston Paris’s theory was vigorously challenged in the second half of the
twentieth century by scholars such as D. W. Robertson, Jr. (1962: 391-503;
1968), John F. Benton (1968), and E. Talbot Donaldson (1970), who claimed that
courtly love was a myth of recent origin and an impediment to understanding
medieval texts. Chief among their arguments was a reappraisal of the De
amore. Following two books devoted respectively to advice on how to acquire
love and how to maintain it, Andreas appended a third book that constitutes a
“rejection” or “condemnation” of love (reprobatio amoris), thus creating
an apparent contradiction between the two parts of his work. The third book was
viewed by earlier scholars such as Pio Ranja (1891: 256-257) and John Jay Parry
(1941/1969: 19) as a hypocritical attempt to avoid ecclesiastical censure, but
in studies going back to the early 1950s, Robertson (1951, 1952-1953, 1962)
argued that the first two books should be seen as ironic condemnation of
illicit love (or "concupiscence") in the Christian tradition and thus
as supporting the message of book three rather than conflicting with it. More
recently Betsy Bowden (1979) has argued that the De amore is a kind of
elaborate dirty joke in the Ovidian tradition, consisting of a series of obscene
images and puns thinly veiled beneath the surface of the text, an approach that
has also attracted a certain number of adherents. Each of these three
interpretations of the treatise has spawned its own theory concerning the
identity of the author.
Nothing is
known about the author of the De amore except the mostly conjectural
indications that can be deduced from his work. Including a fragment recently
discovered in Macerata (Ciotti, 1987; Knapp, 2006: 299), the treatise is
preserved, in whole or in part, in 42 Latin manuscripts (Karnein, 1985: 267-87;
cf. Roy, 1992)[138].
In about one half of them the work is anonymous, but in addition to several
clearly erroneous attributions to Alanus (Alain de Lille), Pogius (Poggio Bracciolini),
Enea Silvio (Piccolomini), Albertanus (da Brescia), and Boncompagno (da Signa),
the name Andreas (“Andrew”) appears as the author in the rubrics of 11 mss (K
2, 5, 6, 10, 21, 24, 30, 32, 35, 36, 37). All but one of these (K 37) add the
title Capellanus ("the Chaplain"), in six cases with some further
qualification (Karnein, 1985: 271, Table V). The rubrics of three mss of the
medieval Italian translations also ascribe the treatise to Andrea (K 52 &
54) or to Andrea Capellano (K 51).
One ms (K
30) and an incunabulum (K 46) attribute the work to Andreas chaplain of Pope
Innocent IV (1243-1254)[139].
A chaplain to Innocent IV named Andreas was the author of the anti-matrimonial
tract De dissuasione uxorationis ("On Dissuasion from
Marriage"). Writing in Padua around 1300 the jurist Geremia da Montagnone
believed that the papal chaplain was the author of both works, and it is
possible that Geremia’s opinion inspired the rubric of K 30, a fifteenth-century
ms probably Italian in origin, and that of the incunabulum. However, Rajna
(1891: 226-41) has shown that for reasons of content, style, and chronology it
is highly unlikely that the two works were by the same author, and this
assessment has been generally accepted by scholars.
One ms (K
10) and a 1610 edition (K 47) describe Andreas as “chaplain of the king” (regis
capellanus), two others (K 6 & 24) as “chaplain of the king of France”
(regis francie capellanus), and yet another (K 2) as “chaplain of the royal
French court” (francorum aule regie capellanus) in the incipit but as
“chaplain of the queen” (regine capellanus) in the explicit. These
rubrics may all be derived from a passage in the seventh dialogue (DA
1.6.385 [152]) in which the man cites the teaching of "Andreas the lover,
chaplain of the royal court" (amator Andreas aulae regiae capellanus),
an apparent reference to a passage in book one, chapter five of the De amore
(DA 1.5.6 [40]).
Nearly
one half of the extent mss are preserved in German-speaking countries, a
quarter are in Italy, and another quarter in France or Belgium (Karnein, 1985:
269, Table II). All the mss now found in Italy and several of those in Germany
or France were certainly or probably produced in Italy, which account for
nearly one half of the total production (Karnein, 1985: 269, Table III).
Nevertheless, numerous indications point to an origin in northern France. In
addition to the previously cited ms rubrics linking the work with the entourage
of the French king, there are two references to France (DA 1.6.215
[100], 229 [104]) and one to Paris (DA 1.6.55 [54]) within the text. The
Arthurian tale of book two, chapter eight shows that the author was familiar
with the Arthurian legends whose earliest literary manifestations occurred in
northern France in the second half of the twelfth century. The aristocratic
ladies called on to render decisions in the love cases of book two, chapter
seven can all be identified with French noblewomen living in the same period[140]. And a similar conclusion emerges from
the fact that, of the many medieval translations and adaptations of the
treatise into various vernacular languages, the earliest are all in Old French,
including the Franco-Venetian Livre d’Enanchet (before 1252), the Livres
d’Amours of Drouart la Vache (1290), and Jean de Meun’s translation of
Andreas’s definition of love in the second part of the Roman de la Rose
(1270s).
The two or
three earliest mss date from the thirteenth century (K 1, [24], 33), with
another seven or eight from the fourteenth (K 2, 3, 11, [24], 25, 28, 39/40;
Macerata fragment) and about three quarters of the total coming from the
fifteenth century (Karnein: 268, Table I; cf. Roy, 1992: 53). A terminus ante
quem for the work is provided by the fact that it was quoted extensively by
Albertanus of Brescia in 1238 in his De amore et dilectione dei et
proximi. The only date within the De amore is that of a letter
included in the seventh dialogue, attributed to “M., countess of Champagne,”
and dated 1st May 1174. Although the letter itself is considered to be
fictitious, its date has generally been regarded as providing a reliable
terminus a quo[141].
This still leaves a span of sixty-four years within which to situate the
composition of the treatise.
Gaston
Paris (1883: 528) thought that the De amore dated from the beginning of
the thirteenth century. He reasoned that it would have taken several years for
knowledge of a treatise written in norther France to reach Albertanus in
norther Italy. On the other hand, Marie de Champagne, Eleanor of Aquitaine, and
the other highborn ladies quoted as authorities in the treatise are described
there, in his estimation, as belonging to the past; he cites in that connection
the fact that they are always evoked in the past tense. Nevertheless, he sees
it as a recent past that can still be remembered, and he correlates this with
the fact that the ladies in question all died in the last decade of the twelfth
century. He later proposed a more precise date around 1220 (Paris, 1912: 483,
485). It is apparently on his authority that the work is dated from the
early-thirteenth century by C. S. Lewis (1936/1958: 32), and more recently by
Jean Frappier (1973: 79, 81), who cites Gaston Paris.
Paris’s
contemporary Pio Rajna (1891: 265), however, dated the treatise to around 1200,
and subsequently most scholars have placed in the last quarter of the twelfth
century. Of the various attempts to provide a more precise date, the one most
widely recognized concerns a passage from the fifth dialogue (DA 1.6.215
[100]) in which the noblewoman states that she would prefer to live modestly in
France rather than to be laden with Hungarian silver but subject to a foreign
power. This remark is usually taken to refer to the marriage in 1186 of
Princess Margaret of France, daughter of Louis VII, to King Bela III of
Hungary. Such an allusion would have been topical shortly after the marriage
took place, it is argued, or in 1184-1185 when it was being planned (Eckhardt,
1943; Steiner, 1929, 1938). Although highly speculative, this dating has been
widely accepted. It would place the composition of the treatise during the
reign of Philip II Augustus, who ruled from 1180 to 1223. Unfortunately, no
chaplain named Andreas is attested in the royal chancellery during that period.
The De
amore is dedicated to a certain Gualterius ("Gautier" or
"Walter") who is addressed as venerandus
("venerable"), thus indicating a person of high rank (DA 0.1
[30])[142].
The only other information given about the addressee is that he is in love, but
young and inexperienced, hence his need for instruction. The incipit of one ms
(K 6), having previously identified Andreas as chaplain of the king of France,
refers to Gualterius as nepos of (presumably the same) memorable king (regis
memorati nepos), which is usually taken to mean “nephew,” but it could also
refer to a grandson or even to a more distant relative. A rubric of another ms
(K 32) calls Gualterius “son of the king” (regis filius). There is no
son of a French king named Gautier for the entire period. The only Gautier in
the French royal family at the time was Gautier de Charros, grandson of Pierre
de Courtenay and thus grandnephew of Louis VII, but he was apparently too young
to be Andreas's addressee (Paris, 1912: 484; Trojel, 1888: 107). Outside the
royal family the name Gautier was so common that most scholars have given up
the search as fruitless (e.g. Vinay, 1951: 207). Many see in the addressee a
fictitious character embodying the rhetorical topos of "affected
modesty," of which one variant consists in attributing a work's origin to
the request of a patron or friend (e.g. Paris, 1912: 485; cf. Curtius, 1953:
83-85).
Among
contemporary historical figures the one most often cited in the De amore
is Marie, countess of Champagne. In addition to her letter in the seventh
dialogue she is asked to decide seven of the love cases of book two, more than
any other lady, and her opinions are cited in three other passages of the
treatise (see above, n. 4). Like her mother Eleanor (with six love cases and
one other reference the second most frequently cited authority in the
treatise), Marie was an important patroness of letters (Bezzola, 1967/1984:
374-454; Lejeune, 1979: 455-460). We have seen that Gaston Paris attributed a
seminal role to mother and daughter in propagating the new fashion of “courtly
love” in the courts of northern France. In addition to Chrétien de Troyes,
whose Chevalier de la charrette she commissioned, the courtly authors
who enjoyed Marie’s patronage include the romance writer Gautier d’Arras and
the lyric poet Gace Brulé, and there are several others in whose works she
receives favorable mention. All this has led to speculation about the
countess’s possible role in the genesis of the De amore.
Noting the
presence of a chaplain named Andreas in the court of Champagne in the
mid-1180s, Pio Rajna (1891: 249-252, 258-259) believed that Andreas could have
known the countess personally and received some of her pronouncements from her
own lips, but that he was writing after her death in 1198, remembering events
from ten years earlier. Other scholars such as John Jay Parry (1941/1969: 17)
have not hesitated to claim that the treatise was written in the 1180s at the
court of Champagne at Marie's behest. Nine charters from the diocese of Troyes
during the period 1158-1199 are witnessed by a person or persons named Andreas
(Benton, 1962), including two issued by Marie herself in 1182 and 1186 in which
Andreas is qualified as capellanus. Louis-André Vigneras (1934-1935) saw
this as proof that the author of the De amore was Marie’s chaplain, and
John F. Mahoney (1958) has tried to show that this chaplain was the same as
Andreas de Luyères, witness to several other charters. Since Marie was the
daughter of Louis VII and the half-sister (and maternal aunt by marriage) of
Philip Augustus, it is argued, relations would have been close between the
courts of Champagne and France, so it would not be surprising for a chaplain
employed in Troyes to continue his career in Paris, thus accounting for the
rubrics associating Andreas with the royal court (Parry, 1941/1969: 17; Rajna,
1891: 258-259; Schlösser, 1960: 45-46).
The
association of the De amore with the court of Champagne has sometimes
given rise to great flights of fancy. Vigneras (1934-1935) wrote that, as
protégés of the countess, Andreas and Chrétien must have met at her court.
Parry (1942/1969: 3) saw Chrétien as Andreas’s “friend and fellow citizen.”
Felix Schlösser (1960: 45-49) describes Andreas as Marie’s counselor and
traveling companion who took part in discussions concerning Princess Margaret’s
marriage to Bela III and recorded the countess’s opposition to the marriage in
the remark about Hungarian silver. P. G. Walsh (1982: 3, 15, 244, n. 22)
conjectures that Andreas may have been secretly in love with the countess and
that disappointment in this regard may account for the about-face in book
three. A prominent though much debated feature of the theory saw in the love
cases of book two, chapter seven a reflection of actual “courts of love” held
not in Troyes, but at Eleanor’s court in Poitiers (e.g. A. Kelly, 1937), but
Paul Remy (1955) has traced the development of this “legend” and seemingly laid
it to rest.
Having
acquired the status of a historical fact for many, the Champagne hypothesis was
vigorously contested beginning in the 1960s by scholars such as Benton,
Robertson, and Karnein. They stress the fact that the connection with Champagne
is not supported by any of the ms rubrics, which associate Andreas rather with
the royal court. In a survey of Marie’s literary patronage Benton (1961) puts
Andreas Capellanus in the category of authors whose association with the court
is doubtful or erroneous. There is no evidence, he argues (p. 586), that Marie
could read Latin; no author who addressed her in his work wrote for her in
Latin, and she commissioned several translations from Latin into French, which
might indicate that her Latin was weak. Benton also sees no evidence that Marie
had any contact with her mother after the latter’s divorce, and based on Rita
Lejeune’s (1957) early dating for the troubadour Rigaut de Barbézieux, he
denies any evidence that the countess had any contact with southern France.
Rather than to the secular court of Champagne, argues Karnein (1985: 18-20),
this Latin, scholastic treatise must surely be addressed to a learned, clerical
audience.
The
numerous mentions of Marie de Champagne and Eleanor of Aquitaine should be
interpreted, according to these scholars, considering the humor and irony that
they see in the treatise as a whole. Our knowledge of the private lives of
these ladies is too limited, writes Robertson (1962: 445), for us to grasp all
implications of the love cases, but he offers two examples in which “Andreas’
satiric intention is clear.” In love case VI, Eleanor rules that a man who has
already proved his worth should be preferred to a younger, less-accomplished man
who seeks to enhance his worth through love, which Robertson, following Benton
(1961: 581), sees as casting an ironic light on her 1152 divorce from the
32-year-old Louis VII and her subsequent marriage to the future Henry II, then
19 years old. And having left Louis on grounds of consanguinity, the queen
denounces in case VII even unwittingly incestuous love relationships, although
Henry was almost as closely related to her as was Louis[143]. When the man of the fourth dialogue
cites Eleanor’s opinion that a woman should be free to choose between two
suitors of equal merit (DA 1.6.185 [92]), Robertson (1962: 420, n. 57)
sees this as “a rather obvious thrust at the lady’s widely alleged ‘freedom of
choice.’” Karnein (1978: 5; 1985: 26) see in Marie a possible target of hidden
irony as an erstwhile adversary of her half-brother Philip Augustus[144]. To illustrate what he sees as
political-literary satire in the love cases Karnein (1985: 100-104) suggests
that the dating of Marie’s letter to 1174 was perhaps made to coincide with
Henry’s imprisonment of Eleanor. In love case XIII the countess of Flanders
rules that a faithless knight should return to the woman who has made a worthy
man of him, and Karnein sees this decision as an ironic commentary on the fact
that the countess’s husband, Philip of Flanders, courted Marie briefly after
they were both widowed but went on to marry a Portuguese princess.
The question
of the place of origin of the De amore was substantially renewed thanks
to a new hypothesis by Alfred Karnein (1978; 1985: 21-39) situating it firmly
in the royal court. In addition to the three ms rubrics, Karnein cites the
presence in the French chancellery in the mid-1180s of a young official,
Gautier le Jeune, who would have been of an appropriate age, rank, and
education to be the recipient of Andreas's advice[145]. Moreover, there are two inventories of
royal charters from the mid-fourteenth century which mention the De amore
among the documents dating from before the time of Saint Louis, where Karnein
suggest that it could have been placed by Gautier le Jeune himself. Finally,
several royal charters from 1190-1191 are witnessed by a certain Andreas
Cambellanus ("Andrew the Chamberlain"). Pondering the possibility of
a connection with the De amore, Alexander Cartellieri (1899-1900, vol.
1: 230, n. 3) suggested a possible mix-up in the mss between the two titles,
but Karnein hypothesizes that Andreas could have written the treatise at an
earlier stage of his career, when he was only a chaplain and not yet a
chamberlain. Indeed, Gautier le Jeune followed just such a career path,
according to Karnein[146],
who sees this new Sitz im Leben as supporting a Robertsonian view of the
treatise as an ironic condemnation of love.
Despite the
new diplomatic evidence marshalled by Karnein, his conclusions have not been
universally accepted, and the Champagne hypothesis still has many partisans.
They include, to cite but two, Graziano Ruffini and Ursula Liebertz-Grün.
Ruffini (1980, pp. IX-XVI) accepts Karnein's affirmation that Marie did not
know Latin but points out that many of her courtiers did, citing the numerous
translations carried out in her court. Moreover, he continues, the advice of
the woman in the first dialogue (DA 1.6.55 [54]) that the man should go
to Paris to get educated excludes the French court as the place of the work's
composition (to which Karnein, 1985: 26, later replied that the passage
indicates the location of the lady of the first dialogue, not that of Andreas).
If, as Karnein argues, courtly vernacular literature was foreign to the royal
chancellery, Ruffini asks, how could a work so imbued with courtly culture have
been produced there? He concludes that the De amore must have been
composed in stages: having begun it in the courtly entourage of the countess of
Champagne, Andreas must have finished it in the royal court, where his career
had subsequently taken him, dedicating it to Gautier le Jeune, whom he had met
there. Thus, Ruffini redeploys Karnein's documentary evidence and his scenario
for the Chaplain's career advancement to construct a kind of synthetic
compromise between hypotheses.
A much more
fundamental challenge to Karnein’s theory comes from Ursula Liebertz-Grün
(1987). She disputes Benton's and Karnein's assertion that Marie did not know
Latin, citing a passage from one of the countess's translators in praise of her
ability to read and understand. The three ms rubrics invoking the French court
are probably a development from the passage internal to the treatise describing
Andreas as chaplain to the royal court, she further argues, and that passage
probably refers to the court of King of Love described in the Fifth Dialogue,
which would deprive those rubrics of any historical value. As for the copy of
the De amore found in the royal archives, she sees it as much less
likely that Gautier put it there than that it was put there to save it from
destruction in 1277, when the work was condemned as heretical by the Bishop of
Paris. Having thus disposed of Karnein’s hypothesis, Liebertz-Grün reaffirms
the traditional view that the treatise was written at the request of the
countess of Champagne.
Liebertz-Grün’s
reading of the passage in the seventh dialogue according to which Andreas is
chaplain of the royal court not of France but of Love had previously been
suggested by Henry Ansgar Kelly (1975: 36). It is embraced enthusiastically by
Fritz Peter Knapp (2006: 302-304), who claims that a close examination of the
wording hardly allows any other interpretation. The same sentence that
identifies Andreas as chaplain “of the royal court” (aulae regiae) also
mentions the “court of Love” (Amoris curia), which Knapp sees as two
references to the same entity. He points to the proximity of curia and aula
to refer to the court of Love at DA 1.6.217 (102) and to the frequent
use of the expressions aula Amoris and rex Amoris (“king of Love)
throughout the treatise[147].
Knapp sees the rubrics associating Andreas with the royal court of France as
the result of a misinterpretation of the expression “chaplain of the royal
court” by scribes who assumed that the court in question could only be that of
the cultural area in which the treatise is obviously based[148]. If the royal court is an allegorical
fiction, he continues, then it is highly likely that the chaplain is as well,
which would render futile any attempt to identify the author of the treatise
with a court chaplain attested in either Troyes or Paris. Consequently, Knapp
rightly points out Libertz-Grün’s inconsistency in clinging to the Champagne
hypothesis.
The most
recent hypothesis is that proposed by Peter Dronke (1994), who rejects both
earlier theories, pointing instead to the legend of André de Paris. The
troubadour lyric presents numerous allusions to a medieval romance, now lost,
in which Andrieu de Paris, also called Andreu de Fransa or Andrevet, dies for
love of the queen of France[149].
Earlier scholars such as Jacob Grimm (1866/1965, pp. 43-44) had suggested that
André de Paris and Andreas Capellanus could be the same person, that is, that
the author of the De amore could have inspired the lost romance, but
Trojel (1889) argues persuasively that since the earliest allusions to André de
Paris date from the late-twelfth century, the Chaplain would scarcely have had
time after writing his treatise to die of love and become a legend known
primarily to the troubadours. Dronke turns the proposition around, however,
arguing that Andreas is a pseudonym designed to link the work with the
legendary lover.
The passage
in the seventh dialogue that invokes the teachings of the chaplain of the royal
court (DA 1.6.385 [152]) refers to him as “Andrew the lover” (amator
Andreas), and Dronke sees in this expression an attempt by the author to
identify himself with the hero of the romance. The term capellanus, he
argues, is used here in the metaphorical sense of “devotee” or “votuary,”
attested elsewhere to refer to devotees of the Virgin Mary or the devil; the
reference to the royal court he sees as reflecting the fictional hero's attachment
to the queen. In support of this hypothesis Dronke invokes a passage in book
two (DA 2.6.18 [242]) where the author refers in the third person to
Andreas (presumably himself) and to what the latter most desires and without
which he cannot be happy (presumably love); Dronke links this passage with
another a little further along (DA 2.6.22 [244]) in which the author
describes his own languishing for a love so lofty that it can only bring him
suffering and with a passage from the troubadour Gaucelm Faidit referring to
André de Paris and his love for the queen. Dronke views all this as a witty
literary subterfuge in line with the playful self-references that abound
throughout the treatise. Neither the internal references nor the rubrics have
any historical value, he believes, and the work must be considered anonymous.
These
circumstances do not prevent Dronke from offering his own hypothesis concerning
the identity of the author. The first citation of the De amore was in
1238, and Dronke believes it was written near that date, in the 1230s. He also
believes that it was written in Paris, not because of Karnein's evidence but
because it was condemned there in 1277 be Bishop Tempier. It is more likely
that a text circulating in Paris in the 1230s would be condemned there a
generation later, he argues, than that such a condemnation would strike a work
written in Champagne nearly one hundred years earlier. Its principal audience,
he suggests, was composed of the students, clerks, and clerics of the Arts
Faculty who could appreciate the scholastic casuistry and clerical humor that
abound in the work. A rapid characterization of the De amore's content
and tone stresses the differences that separate it from vernacular courtly
poetry. Dronke concludes by outlining the various levels of humor that he sees
operating in the work, citing with approval, albeit with minor reservations,
the search for bawdy puns carried out by Betsy Bowden.
To my
knowledge there has not been much critical response to Dronke’s hypothesis,
which radically challenges previous opinions on the subject. Knapp (2006:
303-305) appears to agree with Dronke’s reading of the ms rubrics and the
passage that apparently inspired them. Knapp believes that the connection with
André de Paris can neither be affirmed nor ruled out, however, and that either
way Andreas could be either a pseudonym or the authentic name of an author
about whom practically nothing else can be known, including the title of
chaplain, which cannot be taken for granted. Knapp expresses no opinion
concerning the association of the treatise with the Paris Arts Faculty of the
1230s.
Dronke's
suggestions are certainly interesting and stimulating, particularly in that his
radical skepticism underlines the fragility of all the speculation on the
subject. Nevertheless, it seems to me that some reservations are in order. The
idea that the author of the De amore could count on his audience to
recognize the expression "Andreas the lover" as a sufficiently clear
reference to André de Paris is possible but hardly seems likely. Already in his
"Preface" (DA 0.3 [30]) the author stresses his experience in
love, and he returns to this subject later in the treatise, not only in the
passage cited by Dronke, but also in relating his experience with a nun in
which he claims to be "abundantly experienced in the art of love" (DA
1.8.5 [212]); perhaps his readers would have seen such declarations as the
reference for amator. The author's further qualification of himself as
"chaplain of the royal court" could scarcely have helped his readers
in identifying him with a hero of romance, for they would first have had to
translate that expression as “lover of the queen,” hardly an obvious
interpretation. Dronke's flippant dismissal (p. 52) of Karnein's hypothesis
with the statement "a chamberlain is not quite the same as a
chaplain" could easily inspire the observation that a royal chaplain is
not quite the same as a queen's lover. If the aula regia of the seventh
dialogue refers not to the royal court of France but to that of Love, as
Liebertz- Grün and Knapp have suggested, that would take us even further from
the queen and her lover.
If the
treatise is indeed anonymous, any identification of the time and place of its
composition must be conjectural, as Dronke (p. 52) acknowledges. Consequently,
it could have been written as easily in Troyes as in Paris and as easily at the
French court as at the university. Dronke uses the internal reference to the
royal court to dismiss the Champagne hypothesis, but if that reference is
fictitious, as he subsequently argues, it can have no bearing on the matter,
and so cannot serve to exclude a possible connection with Troyes. Dronke's
hypothesis leave several unanswered questions, such as how the treatise could
have reached Albertanus da Brescia in northern Italy less than a decade after
its composition, or how a thirteenth-century scholastic and his clerical
audience could be so well informed about the nobility of the preceding century.
Robertson, who assumes an immediate audience for the treatise contemporary with
the courtly society that it depicts, suggests that if we knew more of the
details we would get more of the jokes, but the clerics frequenting the
University of Paris in the 1230s quite possibly knew even fewer of the details
than we do. Would they have recognized in the mention of Hungarian silver a
witty allusion to a royal wedding of a half century earlier? As Karnein (1985:
104, n. 71) points out, by the end of the thirteenth century the historic
references had become so meaningless that Drouart la Vache didn’t hesitate to
change the name of the countess of Champagne to that of the countess of
Boulogne (v. 6005) to meet the needs of the rhyme.
In the
absence even of a solid name to which to attach it, any speculation about the
work's author must depend heavily on how one reads the work itself, and the
history of the scholarship shows that the De amore is sufficiently
complex and ambiguous to be susceptible of several very different readings.
Dronke’s reading of the treatise combines two elements, scholasticism, and
humor, neither of which is unproblematic, alone, or especially in combination.
Long neglected in favor of the courtly elements, the scholastic dimension of
the De amore has been increasingly recognized in recent years. In some
parts of the treatise, such the definition of love in the first chapter, the
level of the scholastic philosophizing is quite high (see Monson, 2005, chap.
5), but in other places it is much less so. Are the less satisfactory passages
to be seen as inadvertently so, and thus ascribed to deficiencies in the
author’s philosophical training and skill, perhaps associated with the early
scholasticism of the twelfth century? Should they be seen rather as conscious
attempts to create clerical humor?
Humorous
and ironic readings of the De amore are very much in fashion these days,
but neither of the two most prominent strands of that tendency, the Christian
irony championed by the Robertsonians and the search for bawdy puns initiated
by Betsy Bowden, has been able to demonstrate anything like a sustained pattern
throughout the entire treatise (see Monson, 2005, chap. 4). Both two schools
display a few samples of their reading method, leaving it to others to extend
the analysis to the rest of the work. It is significant that Robertson, Benton,
and Karnein all limit themselves largely to repeating the same two or three
example of statements by Eleanor of Aquitaine that they see as ironic.
Likewise, Dronke sees all varieties of irony and humor extending across all
three books of the treatise, a kind of elaborate game, a send-up of both
secular love concepts and clerical misogyny, but aside from the self-references,
he offers few concrete examples to show how he reached that conclusion.
Having
summarized the debate, what conclusions can we draw? It hardly seems likely
that a consensus will be reached any time soon. Each of the three hypotheses
advanced has solid arguments in its favor, but also serious weaknesses. Despite
another 130 years of discussions, we have not progressed much beyond Trojel’s
(1892/1972: II) pronouncement: Quis hic fuerit Andreas et quo tempore librum
scripserit, adhuc sub judice est (“Who this Andreas was and when he wrote
his book is still undecided”). Nevertheless, I shall venture two suggestions.
The first
is that we try to separate as far as possible, at least provisionally, the
historical question of the author’s identity from the hermeneutic question of
authorial intentions. Even if we knew for certain that the De amore was
composed in Troyes or at the French court or in the university, that would not
prove that it is a manifesto of courtly love, or an ironic clerical attack on
secular love, or a jocular erotic spoof, and the passions aroused by the
various interpretations of the work have tended to undermine any impartial
weighing of the evidence for the identity of the author. I am not very
optimistic about the implementation of this suggestion, for the history of
research on the subject shows just how difficult it is to separate the author
from his text.
Since so
much of the argumentation depends on evidence internal to the treatise, the
most urgent task is a new critical edition of the De amore (see Monson,
2018; Roy & Ferzoco, 1993). Of the forty-two extant mss, thirty contain a
more-or-less complete text, but Trojel knew only 12 mss when making his edition
(Trojel, 1899, later acknowledged awareness of three others), and he used only
nine of them. The oldest ms (K 1), from the thirteenth century, was unknown to
Trojel, and it was long inaccessible in a private collection, but it is now
available in the State Archive in L’Aquila; mutilated at the beginning and the
end, it contains about two thirds of the text. Trojel did use three
fourteenth-century mss, one of them (K 3) closely related to the L’Aquila ms,
but adopting a questionable stemma, he based his edition on another family of
mss, all from the fifteenth century. He also pieced together a composite text
from various mss, and he corrected spellings according to classical norms,
editorial practices that were common in his day but have long since been
abandoned. Trojel’s edition had rendered immeasurable service over more than a
century, but it is now high time to replace it with one using all the extant
mss and the early editions as well as the latest editorial methods, also
considering the medieval translations and the critical comments and suggestions
of the various translators and scholars who have occupied themselves with the
text. Regardless of its bearing on the question of the identity of the author,
such an edition would undoubtedly make a significant contribution to the more
important task of understanding the treatise itself.
It is, of
course, impossible to predict what new evidence, if any, a new edition would
provide concerning the author, or what might come from other sources. In any
case, the speculation is likely to continue, along with the ideological
divisions. Especially considering the most recent research, however, it seems
prudent to reckon with the possibility that we may never know for sure who
wrote the De amore. As a matter of convenience, we shall continue to
refer to Andreas Capellanus as the author of the treatise, but quite possibly
without knowing much else about him, without even knowing for certain whether
either the name or the title is authentic, whether we are dealing with a
pseudonym. Far from detracting from the work’s appeal, the uncertainty
surrounding the identity of its author adds one more dimension to the general
aura of mystery and fascination surrounding one of the most intriguing
creations bequeathed to us by the Middle Ages.
References
Baldwin, J.
W. (1994). The language of sex: Five voices from northern France around 1200.
University of Chicago Press. Chicago.
Benton, J.
F. (1961). “The court of Champagne as a literary center”. Speculum. 36.
551-591.
Benton, J.
F. (1962). “The evidence for Andreas Capellanus re-examined again”. Studies
in Philology. 59. 471-478.
Benton, J.
F. (1968). “Clio and Venus: An historic view of medieval love”. In F. X. Newman
(Ed.), The meaning of courtly love. 19-41. State University of New York Press. Albany.
Bezzola, R.
(1967/1984). Les origines et la formation de la littérature courtoise en
Occident (500-1200). Pt. 3. La société courtoise: Littérature de cour et
littérature courtoise. Slatkin. Geneva.
Bouchard,
C. B. (2003). “Eleanor’s divorce from Louis VII: The uses of consanguinity”. In
B. Wheeler & J. C. Parsons (Eds.). Eleanor of Aquitaine: Lord and lady.
223-235. Palgrave Macmillian. New York.
Bowder, B.
(1979). “The art of courtly copulation”. Medievalia and Humanistica. 9.
67-85.
Chambers,
F. M. (1971). Proper names in the lyrics of the troubadours. University
of North Carolina Press. Chapel Hill.
Curtius, E.
R. (1953). European literature and the Latin middle ages. (W. R. Trask,
Trans.). Princeton University Press. Princeton, NJ.
Diez, F.
(1825). Beiträge zur Kenntnis der romanischen Poesie. Reimer. Berlin.
Donaldson,
E. T. (1970). “The myth of courtly love”. Speaking of Chaucer. 154-163.
Norton. New York. (Reprinted from Ventures. 5. 1965. 16-23).
Dronke:
(1994). “Andreas Capellanus”. Journal of Medieval
Latin. 4. 51-63.
Duby, G. (1973). “Les ‘jeunes’ dans la société aristocratique
dans la France du Nord-Ouest au XIIe siècle”. Hommes et structures du moyen âge.
213-225. Mouton. Paris.
Duby, G. (1978). Les
trois ordres ou l’imaginaire du féodalisme. Gallimard. Paris.
Du Cange, C. du
Fresne (1678/1883-1887). Glossarium mediae et infirmae latinitatis. 10
vols. Favre. Niort, France.
Eckhardt, A.
(1943). “Les jambes du roi de
Hongrie”. In De Sicambria
à Sans-Souci: Histoires et légendes franco-hongroises (113-124). Presses Universitaires
de France. Paris.
Evergates, T.
(2019). Marie of France, countess of Champagne, 1145-1198. University of Pennsylvania Press.
Philadelphia.
Fabricius,
J. A. (1734-1746/1962). Bibliotheca mediae et infirmae latinitatis. 6 vols. Akademische Druck-
u.Verlagsanstalt. Graz, Austria.
Fauriel, C.
(1895). "André le Chapelain: Auteur d’un traité de l’amour". In Histoire
Littéraire de la France. vol. 31. 320-332. Welter. Paris.
Frappier, J.
(1973). "Sur un procès fait à l’amour courtois". Amour courtois et
table rond. 61-96. Droz.
Geneva. (Reprinted from Romania. 93. 1972. 145-193).
Grimm, J.
(1866/1965). Kleinere Schriften: III, Abhandlungen zur Literatur und
Grammatik. Olms. Hildesheim, Germany.
Karnein, A.
(1978). "Auf der Suche nach einem Autor: Andreas Verfasser von" De
amore. Germanisch-Romanische Monatsschrift. n.s. 28. 1-20.
Karnein, A.
(1985). “De amore” in volkssprachlicher Literatur: Untersuchungen zur
Andreas-Capellanus-Rezeption in Mittelalter und Renaissance. Winter.
Heidelberg, Germany.
Kelly, A.
(1937). Eleanor of Aquitaine and her courts of love. Speculum. 12. 3-19.
Kelly, H.
A. (1975). Love and marriage in the age of Chaucer. Ithaca. Cornell
University Press. New York.
Knapp, F. P.
(Trans.) (2006). Andreas, königlicher Hofkapellan: Von der Liebe. De
Gruyter. Berlin.
Lejeune, R.
(1957). Le troubadour Rigaut de Barbezieux. In Mélanges de linguistique et
de littérature romanes à la mémoire d’István Frank. Universität des
Saarlandes.
Lejeune, R.
(1979). Littérature et société occitane au moyen âge. Marche Romane.
Liège, Belgium.
Lewis, C. S.
(1936/1958). The
allegory of love.
Oxford University Press. New York.
Liebertz-Grün,
U. (1987). “Review of Alfred Karnein”, “De amore” in volkssprsiclicher
Literatur. Mittellateinishces
Jahrbuch. 22. 308-312.
Monson, D. A.
(1981). Les “ensenhamens” occitans : Essai de définition et de
délimitation du genre. Klincksieck. Paris.
Monson, D.
A. (2005). Andreas Capellanus, scholasticism & the courtly tradition.
Catholic University of America Press. Washington, DC.
Monson, D.
A. (2018). “The editions and translations of Andreas Capelanus’s De amore”.
In S. J. Miles & S. Martin (Eds.), “Il fist que proz”: Essays in honor
of Robert Francis Cook. 131-143. British Rencesvals Publications. Edinburgh, Scotland.
Paris, G. (1872).
André de France. Romania. 1. 105-107.
Paris, G. (1883).
Etudes sur les romans de la Table Ronde: Lancelot du Lac. II. Le Conte de la
charrette. Romania. 12. 459-534.
Paris, G. (1912).
Les cours d’amour du moyen âge. In M. Roques (Ed.) Mélanges de littérature
française du moyen âge. 473-497. Champion. Paris. (Reprinted from Journal des Savants. 1888.
664-675. 727-736).
Parry, J.
J. (Trans.) (1941/1969). Andreas Capellanus: The art of courtly love. Norton. New York.
Rajna:
(1891). “Tre studi per la storia del libro di Andrea Capellano”. Studi di
Filologia Romanza. 5. 193-272.
Raynouard, M.
(1816-1821). Choix des poésies originales des troubadours. 6 vols.
Didot. Paris.
Remy: (1955). "Les « cours d’amour » au moyen âge: légende et réalité ". Revue de l’Université de Bruxelles. 7. 179-197.
Riquer, M. de
(Ed.) (1971). Guillem de Berguedà. 2 vols. Abadía. Poblet, Spain.
Robertson
D. W., Jr. (1951). “The doctrine of charity in medieval love gardens”. Speculum.
26. 24-49.
Robertson,
D. W., Jr. ((1952-1953). “The subject of the De amore of Andreas
Capellanus”. Modern Philology. 50. 145-161.
Robertson,
D. W., Jr. (1962). A preface to Chaucer. Princeton University Press.
Princeton.
Robertson,
D. W., Jr. (1968). “The concept of courtly love as an impediment to the
understanding of medieval texts”. In F. X. Newman (Ed.). The meaning of
courtly love. 1-18. State University of New York Press. Albany.
Roy, B.
(1992). “Un art d’aimer, pour qui?”. In Un culture de l’équivoque. 47-73. Presses Universitaires de
Montréal. Montreal, Canada. (Reprinted from A la recherche des lecteurs
médiévaux du De amore d’André le Chapelain. University of Ottawa
Quarterly. 55. 1985. 45-73).
Roy, B. &
Ferzoco, G. (1993). "La redécouverte d’un manuscrit du De amore
d’André le Chapelain". Journal of Medieval Latin. 3. 135-148.
Ruffini, G. (Ed.)
(1980). Andreas Cappellano: De amore. Guanda. Milan.
Schlösser, F.
(1960). Andreas Capellanus, seine Minnelehre und das christliche Weltbild um
1200. Bouvier.
Bonn.
Steiner, A.
(1929). “The date of the composition of Andreas Capellanus’ De amore”. Speculum.
4. 9-95.
Steiner, A.
(1938) “The identity of the Italian ‘count’ in Andreas Capellanus’ De amore”.
Speculum. 13. 304-308.
Trojel, E.
(1888). Middelalderens Elskovshoffer: Literaturhistoisk-kritisk undersøgelse.
Reitzel. Copenhagen.
Trojel, E.
(1889). "André de Paris et André le Chapelain ". Romania. 18.
473-477.
Trojel, E. (Ed.)
(1892/1972). Andreae capellani regii Francorum : De amore libri tres.
Fink. Munich.
Trojel, E.
(1899). "Sur quelques prétendus manuscrits latins et italiens d’André le
Chapelain". Romania. 28. 119-120.
Vigneras, L. A.
(1934-1935). "Chrétien de Troyes rediscovered". Modern Philology.
32. 341-342.
Vinay, G. (1951).
Il “De amore” di Andreas Cappellano nel quadro della letterature amorosa
e della rinascita del secolo XII. Studi Medievali. n.s. 17. 203-276.
Walsh: G.
(Ed. & Trans.) (1982). Andreas Capellanus: On love. Duckworth. London.
Debates
https://doi.org/10.34024/prometeica.2022.24.13311
Cuarenta aÑos despuÉs de “El
juego del amor como re-presentaciÓn del mundo en AndrÉs el CapellÁn”
NOTAS PARA LA LECTURA DE UN
SEMINARIO
FORTY
YEARS AFTER “El
juego del amor como re-presentaciÓn del mundo en AndrÉs el Capellán”
Notes
for the reading of a seminar
QUARENTA
ANOS APÓS “El juego
del amor como re-presentaciÓn del mundo en AndrÉs el CapellÁn”
Notas para a leitura de um seminário
José Enrique
Ruiz-Domènec
(Universidad
Autónoma de Barcelona)
nicolasmartinezblog@gmail.com
Recibido: 04/01/2022
Aprobado: 07/01/2022
RESUMEN
El artículo
presenta el ambiente intelectual de los años 1970 en las universidades
europeas, en particular la de París y Barcelona, centros de pensamiento que
sirvieron de contexto para la elaboración de una obra titulada “El juego del
amor como re-presentación del mundo en Andrés el Capellán”. Cuarenta años
después su autor reflexiona sobre una nueva forma de hacer historia que había
capturado su atención.
Palabras
clave: Andrés el Capellán. juego de amor. siglo XII. edad media.
ABSTRACT
The paper
presents the intellectual environment of the 1970s in European universities,
particularly those of Paris and Barcelona, centers of thought that served as a
context for the elaboration of a book entitled "El juego del amor como
re-presentación del mundo en Andrés el Capellán". Forty years later, its
author reflects on a new way of making history that had captured his attention.
Keywords:
Andreas Capellanus. game of love. century XII. middle age.
RESUMO
O artigo apresenta o ambiente intelectual dos anos 70 nas universidades européias, em particular as de Paris e Barcelona, centros de pensamento que serviram de contexto para a elaboração de uma obra intitulada "El juego del amor como re-presentación del mundo en Andrés el Capellán". Quarenta anos mais tarde, o autor reflete sobre uma nova maneira de fazer história que havia captado sua atenção.
Palavras-chave: Andrew o Capelão. jogo do amor. século XII. idade média.
El
universo intelectual de París de los años 1970
El
curso académico 1978-1979 impartí en la Universidad Autónoma de Barcelona un
seminario dedicado al tratado De Amore de Andrés el Capellán. Los
alumnos decidieron grabarlo en cinta magnetofónica para seguir mejor los
argumentos allí expuestos. En la primavera de 1980 me presentaron el texto
transcrito para mi aprobación y ulterior publicación en las prensas de la
universidad. Ahora, a finales de 2021, algo más de cuarenta años después, desde
la prestigiosa Prometeica: Revista de Filosofía y Ciencias, se me pide
que vuelva sobre él. Para hacerlo necesito regresar, a través de los recuerdos
a los años setenta del siglo pasado, al universo intelectual vivido en Paris en
el entorno creado por Georges Duby en su seminario del Collège de France de los
jueves por la tarde. Fueron en esos años, y en ese lugar, donde se plantearon
las preguntas para relanzar el estudio de la cultura del siglo XII que abarcaba
un amplio abanico de temas: iba desde Pedro Abelardo y su correspondencia con
Eloísa a los debates sobre el amor cuya referencia era la literatura, con
Chrétien de Troyes como figura estelar. El momento lo dominaba un comentario
sobre “l’art d’aimer” en Les trois ordres ou l’imaginaire du féodalisme
(Duby, 1978: 404-413); mientras que el apéndice “Notice sur André le Chapelain”
en De l’amour de Stendhal se entendía como una cita lejana (Stendhal,
2018: 404-406). Fue exactamente ese mismo año 1978, que me hice con un libro
igualmente decisivo en mi deseo de afrontar un estudio sobre Andrés el
Capellán, el libro de Roger Boase, The Origin and Meaning of Courtly Love. A
critical study of European scholarship. Me sumergí en su lectura, ya que su
erudición orientaba con autoridad instantánea a un neófito en los enredados
senderos de la filología románica. Un resumen atinado, que iba desde los estudios
de A. J. Denomy a los de W. T. H Jackson, pasando por los de D. W. Robertson;
una aproximación que se alzaba ante mi para situarme en medio del debate de si
el apoyo a Andrés el Capellán procedía de la corte de Champaña o de la corte de
Paris. O de ambas. “It
has been the fate of Andres´s work De Amore to linked with the doctrine,
real or imagined, of courtly love” (Jackson, 1985: 3).
Yo
estaba ya preparado para juicios así, cargados de melancolía, pues había
aprendido del germanista Hugo Kuhn a hacer la pregunta: “¿qué realidad tiene la
poesía cortesana en sí misma, y cómo contiene los hechos sociales, sobre los
que se ha construido?” (Kuhn, 1969: 22-40). Mi intención era estudiar una
cultura en crisis, la cultura del último tercio del siglo XII, empezando por
seleccionar los textos que consideraba necesarios para ello. Aquellos dos años,
1977 y 1978, fueron claves para mí (divididos entre la docencia universitaria
en Barcelona y los viajes a Paris) para la búsqueda de un método que me
permitiera revelar las razones que le habían llevado a la sociedad cortés a
plantear el juego del amor más allá de ser un arte de la conquista masculina
(Bowden, 1979: 67-85). Y así, en lugar de continuar en el camino de la
sociología de la literatura que sugería por esos años Erich Köhler, desde
Heidelberg, con el que me había iniciado en estos temas (1974), me sedujo la
propuesta del imaginaire médiéval planteada por Georges Duby en el
Collège de France y Jacques Le Goff en la École des Hautes Études de Sciences
Sociales. Había leído con avidez “Lévi-Strauss en Brocéliande. Esquisse pour un
analyse d’un roman courtois” un artículo publicado por Le Goff en la revista
Critique en junio de 1974. Allí aprendí que la cultura medieval respondía a
estímulos poco analizados hasta ese momento, pero que resultaron fundamentales
para madurar una fenomenología escéptica con la que combatir el materialismo
histórico hegemónico en mi universidad.
En el
otoño de 1978, mientras seguía en los periódicos de Italia los acontecimientos
de Irán (en el Corriere della Sera publicaba el propio Foucault unas
crónicas que hacían pensar) alcancé el punto álgido de esa actitud
deconstructiva radical. Los trabajos de Le Goff, me llevaron a interesarme por
la “Otra Edad Media” por él difundida. Entre los temas pendientes de estudio
estaba el valor concedido al amor en la sociedad cortés, y me pareció que el
tratado de Andrés el Capellán era la pieza clave para este estudio. Hallé
razones para pensar así sobre el De Amore, un texto fruto de la retórica
escolar en sus mejores días, cuando emergía el método escolástico en la
universidad de Paris, el último tercio del siglo XII, pues el tratado de Andrés
el Capellán tenía el aspecto de los textos que, por entonces, analizaba Michel
Foucault en los cursos del Collège de France (hoy publicados o en curso de
hacerse), mientras bosquejaba una moral para la época nietzscheana y
post-cristiana que diera sentido a su deseo de hallar un guion para las
tecnologías del self[150].
Por eso me acerqué tanto a sus lecturas, como él mismo reconoció ante Duby en
un encuentro casual en el Collège, y que mi maestro me comentaría pasado algún
tiempo. Mi horizonte interpretativo se ajustaba, al igual que el del famoso
filósofo francés, a la búsqueda de los límites del Yo en el espacio del juego
del amor planteado en un tratado escolástico. Me enfrenté así a mi propia
formación intelectual (e incluso a la duda de si estaba en el camino trazado
por Sócrates o por san Agustín), es decir, planteé si la fenomenología tenía
las claves para explicar el tratado de Andrés el Capellán, siempre y cuando
estuviera encajada en un marco rigurosamente histórico. Una idea que apreció
Alfonso Mendiola de la Universidad Iberoamericana de México en su esfuerzo por
entender la construcción retórica de las crónicas de las conquistas de Hernán
Cortés en el imperio azteca. Eso me condujo a asumir la distinción de Eugen
Fink entre representación (Vorstellung) y re-presentación (Vergegenwärtigung)
a la hora de proponer una presentación (Darstellung) del acontecimiento
definidor del juego del amor. Son dos conceptos que responden a dos modos
diferentes de afrontar el mundo existente (sie seinde Welt) (Fink,
1966). Y lo hice para adentrarme en la inteligencia sentiente que dominaba las
cortes del norte de Francia.
Analizar
el amor del siglo XII en la España del siglo XX
La
modalidad de análisis fenomenológico situaba al amor en el límite mental, al
igual que las construcciones imaginarias forjadas por los clérigos para
convertir los tres órdenes en la figura política esencial del resurgimiento de
la monarquía (Ruiz-Domènec, 1982: 127-145). Lo que era distintivo acerca del
tema del amor, si se le compara con esos otros territorios del imaginario
medieval, era que la mística tenía una alta resonancia en la elaboración de la
poesía cortés (Schwietering, 1962). Ese aspecto me acercó más al estudio del roman
courtois que a la poesía de los trovadores a la hora de fijar el ideal de
la caballería como la imagen cortesana del mundo (Ruiz-Domènec, 1984a). Fue un
gesto arriesgado: el tópico ya había cuajado en lo tocante a estos temas y el
desafío corría el riesgo de no ser tolerado. Por suerte, el eminente profesor
Arno Borst salió en defensa de esta idea, y la situó en el punto de renovación
del estudio sobre la caballería de la Edad Media en un memorable, oportuno y
sincero artículo Ritterliche Lebensformen im Hochmittelalter (Borst,
1988: 312-33; 640-641). Al leer este magnífico informe es como si toda la
comunidad científica sintiéramos la necesidad de entender por fin el valor de
la caballería medieval (Ruiz-Domenec, 2010: 545-555).
La
literatura del norte de Francia era muy diferente al movimiento de los
trovadores. No estaba tocada por el anhelo de servir a la dama, sino de fijar
su conducta en el interior de unas redes de sociabilidad creadas por el
espíritu de la caballería en los torneos y las justas. Los hombres célibes, los
iuvenes, como había demostrado Duby en un oportuno artículo (1964:
835-846), miraban a través de una exaltación de la fiesta abrumadoramente
mundana, la gloria del triunfo deportivo, militar, como medio de ascenso
social. Y para ello el amor mostraba la estrategia para alcanzar el éxito ante
las damas de la corte. Era la forma de construir la sociedad cortesana. De
hecho, los manuscritos, que contienen las obras de Chrétien de Troyes y
seguidores, están llenos de miniaturas donde se fijan la gestualidad adecuada a
una sociedad apasionada por el juego del amor, cuya espléndida galería de
escenas estaba invariablemente orientada a la educación de los círculos de
confianza de la corte: unos manuscritos producidos en las dependencias de la
cancillería regia junto a los que contenían Les Grands Chroniques de France.
Sus artistas vivieron el mismo mundo ambiente que forjó la personalidad
de Andrés el Capellán. Era también, como en su caso, un deseo por sostener el
presente con historias del pasado, fueran bretonas o troyanas. Aunque los
miniaturistas no eran propiamente retóricos latinos, asumían un conocimiento
amplio de la gestualidad vinculada al juego del amor, y, por lo tanto, si bien
de forma indirecta de todas las categorías de la ficción literaria de aquellos
años. Como era de esperar en una corte de poetas, retóricos y filósofos, con
altos estándares de educación en latín, las alegorías del amor estaban siempre
presentes, más en las figuras literarias de Lancelot o Gauvain, que en
individuos reales que se replegaban a la poesía intimista como la de Heinrich
von Morungen o memorias como las de Philippe de Novare. Precisamente mi primer
enfrentamiento serio con la delimitación de la re-presentación en relación a la
conciencia de un horizonte temporal se llevó a cabo en un pormenorizado estudio
de los documentos con los que los nobles feudales plantearon el acto de
recordar, des Erinnerns que decía Fink, más allá de la aporía de
sostener el pasado para forjar el futuro (Ruiz-Domènec, 1984b). No era una
elección de lectura hermenéutica que un medievalista clásico, en Francia o en
España, hubiera hecho; pero el estudio de la experiencia de unos nobles del
siglo XII como vivencia de un Yo que recuerda me condujo a ahondar en el
territorio dejado abierto al final del seminario sobre Andrés el Capellán. La
producción de experiencia (que Fink llamaba Erfahrungsleistung) también
tiene una fuerte presencia en el tratado De Amore, gracias a ello tres
generaciones de europeos, durante el siglo XIII, asumieron la función del juego
en la formación intelectual, creando eo ipso el habitus
mental escolástico que facilitó el desarrolló del arte gótico[151].
Este
interés por la imaginación trascendental de los nobles, con sus raíces
profundas en el estudio de las estrategias matrimoniales, basadas en un sistema
de parentesco que primaba el intercambio generalizado, garantizaba, tal vez,
que el estudio del juego del amor y lo maravilloso (las imágenes surgidas de la
tradición bretona) eran la base para entender el cambio intelectual que se
estaba produciendo en el último tercio del siglo XII a través de bruscos giros
en la visión del mundo. La lectura del De Amore como expresión de una
totalidad del presente como categoría del azar me llevaba a plantear el souci
de soi como la norma constitutiva de la sociedad gótica. Tengo para mí que
este hallazgo metodológico hizo que mi libro fuese citado en el Choix des
Annales en el número de enero-febrero de 1981 como “le texte d’un brillant
séminaire, un commentaire de pointe sur une ouvre célèbre et secrète du Moyen
Age, le De Amore d’André le Chapelain” (Annales, 1981)[152]. Fue un aspecto positivo de la
recepción de mi texto y estrictamente necesario para los jóvenes estudiantes
que participaron en el seminario a los que se les invitaba desde muchos
sectores de mi universidad a mirar con recelo, incluso con sospecha, el trabajo
desarrollado en aquellos seminarios que impartí en los años setenta en la UAB.
Más de un gestor de entonces me llamó a capítulo para indicarme que esos
trabajos conculcaban la agenda académica, pues no formaba parte de mis
atribuciones revisar opiniones aceptadas por el resto de los miembros del Departamento
sobre la Edad Media y de nada servía que mostrase los informes realizados por
medievalistas como Peter von Moos (1974). Las imágenes de una época oscura,
dominada por sombríos señores feudales eran las únicas que se aceptaban como
normativas para ascender en el rango académico. Formaban parte de una
imposición ideológica obligada a cualquier docente que quisiera consolidar su
puesto con el apoyo de mandarines que unían a sus malas artes, el recurso a la
calumnia. Los mejor instalados en el nuevo orden en mi país lamentaban los
aires de renovación de los estudios medievales procedentes de los laboratorios
de pensamiento de Paris, el seminario de Duby en el College y el de Le Goff en
la École. Tales actitudes anunciaban la impostura de nuevos bárbaros que
hablaban de una Edad Media que únicamente existía en sus prejuicios. Eso
ocurrió mientras un grupo de muchachos atendía, en el seminario sobre el juego
del amor, los modos de pensar de Andrés el Capellán. Gracias a ellos fue
posible establecer en pocos años, en Bellaterra, una guerrilla contra el
dominante concepto del modo de producción feudal como la única base
interpretativa. Era una guerrilla necesaria para la supervivencia de una
generación crítica, cosmopolita, que no entendía por qué los aires de
renovación crítica de los “sesenta” no habían llegado a las aulas de su
universidad, como nos recuerda con detalle Juan Lagardera, uno de los más
brillantes defensores del espíritu crítico. Mi aportación a esa guerrilla en
favor de la calidad, el aprendizaje crítico y la distinción intelectual se
realizó en las aulas desperdigadas por los laberínticos pasillos de la Facultad
de Letras, y a veces, cuando la situación lo requería, en el aula de enseñanza
del viejo edificio del Archivo de la Corona de Aragón, situado en la plaza del
Rey de Barcelona. En ocasiones, antes del seminario propiamente dicho,
comentaba nuevas adquisiciones para mi biblioteca personal, que obtenía de mis
viajes a Paris, porque en cualquier momento, una nueva idea o una lectura incisiva
ponían en tela de juicio veredictos establecidos sobre las poesías amorosas de
Guillermo IX, duque de Aquitania, la correspondencia de Abelardo y Eloísa, las
epístolas de San Bernardo o las novelas de Chrétien de Troyes. Tal actividad
preliminar, seguida con auténtico entusiasmo por los asistentes, mientras se
acomodaban los rezagados, fue posible en gran medida por una actitud
intelectual que parece inimaginable hoy, por parte de una generación abierta a
todas las lecturas posibles en los idiomas que podían más o menos entender,
inclinada a prestarse libros, a fomentar las relaciones de cordialidad frente a
los monótonos y poco cultivados filisteos, sin amplios conocimientos de las
formas de faire de la histoire, y que subrepticiamente se hacían con los
puestos principales en el claustro sólo porque mantenían las tesis correctas
que eran sin duda las menos adecuadas. La rebelión en aquellas aulas durante
esos años era un gesto que equivalía nada menos que a la búsqueda de un nuevo
lenguaje de cambio histórico, de hecho, se trataba en verdad de una nueva
sensibilidad hacia el pasado que alejaba de sí la impostura y el dogmatismo de
los mandarines, en sintonía con diferentes fenómenos de entonces, la
contracultura entre ellos, y preparada para ver la Edad Media en una luz
diferente, menos siniestra. Este cambio de visión se produjo en el interior de
aquellos seminarios, pues estuvo acompañada desde el primer momento por un
proceso de reajuste intelectual e imaginativo. Por eso, pese a su éxito de
asistencia y al deseo de que continuase, las autoridades los suprimieron con
medidas draconianas, no exentas de cierta violencia verbal. Los libros que más
hicieron para provocar esta renovación del amueblado mental de los estudiantes
y el rechazo de lo añejo presentado bajo la capucha de un discurso
revolucionario (ya he dicho que primaba la impostura) son los que uno podría
esperar. Lo que es difícil de medir es su impacto en los asistentes a los
seminarios entre 1977-1984: siete cursos que fueron los personales pilares de
la sabiduría educativa en mi universidad hasta que fueron censurados por un
decano de triste recuerdo.
El
encuentro con la obra de Georges Duby
Ocurrió
un día, en uno de esos momentos previos, mientras preparaba los materiales para
el seminario sobre el De Amore de Andrés el Capellán, que aparecí con un
texto que me había absorbido la tarde anterior durante las largas horas del
tren-talgo nocturno que me solía trasladar de la Estación de Austerliz en Paris
a la Estación de Francia en Barcelona. Este texto era el borrador de lo que
luego se convirtió en un libro: Georges Duby y Guy Lardreau, Dialogues
(1980).
Duby,
por supuesto, transformó con estas confesiones mi noción de compromiso
intelectual, como lo hizo con muchos de los lectores de los Dialogues
con el filósofo maoísta Lardreau. Pero fue el impacto combinado de las
preguntas de uno y las respuestas del otro, del joven filósofo y del viejo profesor
lo que resultaría decisivo para mi (por eso tuvo Duby tanto interés de que lo
leyera antes de que se publicase). Ambos personajes transmitían una poderosa
impresión de la gran capacidad de leer los textos latinos, fueran de la
patrística como en el caso del filósofo (no en vano preparaba una tesis de
doctorado bajo el epígrafe Recherches sur l’histoire de la vie contemplative
dans la chrétienté médiévale) o medievales como el caso del historiador. El
mundo en el que Andrés el Capellán desarrolló su tarea intelectual, en Champaña
y Paris, estaba lejos de ser un mundo de eclesiásticos romos. La cultura del
primer gótico parisino no se podía reducir a una pastoral que germina el IV
Concilio de Letrán y con él los 71 Cánones sobre los movimientos heréticos.
Había que ahondar en el problema creado entre 1177-1190, y esos Dialogues
me ofrecieron la explicación de que en la historia a veces se produce una
fuerte resiliencia de la sociedad ante los cambios con el objetivo de
mejorarlos al darles una pausa. Me di cuenta entonces que muchas ideas
poderosas que había tratado de dilucidar mediante el método fenomenológico se
habían originado en un mundo muy distante, claramente a finales del siglo XII.
Evidencia de la unión entre la resistencia a dejar lo sagrado y la fuerza de lo
secular que se instalaba como normativa intelectual en el contexto cultural
social y político, en un mundo que claramente había superado la mutación que
Charles Haskins llamó el Renacimiento del siglo XII. Si esto era una nueva
manera de afrontar problemas de siempre, estaba claro que el método de la
historia debía acercarse a la filosofía, y viceversa. Por fin, estudiando a
Andrés el Capellán me di cuenta de que las dos líneas de mi trabajo
intelectual, la filosofía y la historia, se conjugaban para explicar una noción
básica de la modernidad: el juego del amor como re-presentación del mundo.
Me he
detenido en el efecto del ambiente intelectual hacia 1977, en el que vivía
inmerso, porque de algún modo explica la estructura de mi seminario sobre El
juego del amor como re-presentación del mundo en Andrés el Capellán. Es,
por así decirlo, lo que Fink llamaba Urstiftung, la fundación de base, de mi
argumento y el que parecía más firme a la hora de acceder a un problema que
liga el ser y el sentido de la existencia. Muchos de los temas que
caracterizaron los aspectos centrales de este seminario apenas habían sido
esbozados en trabajos anteriores. Por lo tanto, el seminario creaba el método,
en una línea que me remitía a muchas de las observaciones que Duby le hizo al
joven Lardreau en su despacho del Collège. Un lector actual, de principios de
2022 no debería hacer ilusiones sobre mi manera de proceder hace cuarenta y
cuatro años. El juego del amor como re-presentación del mundo no surgió
como efecto de un curso universitario elaborado tras una programación
largamente meditada el año anterior, como un programa consensuado con las
autoridades académicas y presentado al departamento en busca de su apoyo
institucional o eventualmente intelectual. Lejos de esto fue el efecto de una
reorientación de la lectura sobre un texto que estimaba clave para entender la
construcción de la sociedad cortesana europea a finales del siglo XII. Cuando
he vuelto a leer el libro resultante del seminario, me sigue sorprendiendo la
fuerza de las correlaciones intencionales (aquí esta el fundamento del método
fenomenológico) en el estudio de las apariencias (Fink las llamaba Erscheinungen),
lo que explica la irrupción de una problemática que marcó un punto de partida
de mis investigaciones sobre la Edad Media.
Lo diré
sin rodeos: el anterior seminario, en el curso 1977-1978, que había dedicado a
una lectura del Saint Bernard. L’art cistercien de Georges Duby me había dejado
exhausto[153].
Había dedicado un gran esfuerzo para adentrarme en la percepción del arte del
que entonces se consideraba casi con unanimidad el mayor medievalista vivo. Y
con la lectura del De Amore había encontrado la forma de entrar en los
textos medievales.
A
comienzos de 1979, en el ambiente que dio lugar al “giro lingüístico”, propuse
a los alumnos una serie de seminarios dedicados a la lectura de la fascinante
obra de Chrétien de Troyes. Eso exigía un cierto conocimiento del francés
antiguo, tarea propia de la filología románica, que contaba con una larga
tradición en Barcelona gracias al empuje del profesor Martín de Riquer: una
lectura densa de unas obras de la literatura en lengua francesa de la segunda
mitad del siglo XII era una apuesta muy seria. Fueron unos años presididos por
esa arriesgada decisión, que tenía como objetico pedagógico doblegar la rigidez
del sistema universitario, donde la historia y la filología jamás se habían
planteado en un objetivo común. Pero en aquellas jornadas de trabajo, rodeado
de alumnos admirables (muchos de ellos hoy excelentes catedráticos de
universidad) vagaba intelectualmente, con la consciencia tranquila, comentando
escenas y momentos de las obras de Chrétien de Troyes. Mi estudio sobre ese
modo literario de entender el laberinto cortesano de la caballería refleja los
horizontes de expectativa creados por esa joyeuse aventura a través de
espacios maravillosos. Lo que se iba abriendo en mi lectura fue la sorprendente
revelación de la parte silenciada de esta sociedad, la parte que legitimaba el
hecho mismo de la caballería, más allá de los torneos y las justas, la parte
que correspondía al “segundo sexo”, a las mujeres. A pesar de mi larga
vinculación a los intereses sobre el papel de las mujeres en el siglo XII,
fueron las fantasías masculinas sobre ellas las que habían capturado toda mi
atención. Vistas, en mis análisis, desde las novelas de Chrétien de Troyes y
seguidores, era la mujer noble la que aparecía verdaderamente distinta. Era
hora de volverse a Eileen Power. Pero debemos recordar que Medieval Women
de Power se consideraba todo un clásico en 1980. Lo que ocupó el primer plano
de mi atención, más bien, fue el capítulo XI de Le Chevalier, la femme et le
prêtre de Georges Duby (1981: 223-239). La estimulante riqueza intelectual
de este libro apenas había comenzado a fluir en el mundo académico, al verse
como una obra menor de un gran medievalista. Pero fue la intensa y casi
conmovedora conciencia de Duby sobre la literatura de evasión como ventana al
mundo de la aristocracia europea del siglo XII la que repentinamente nos señaló
el camino para investigar el sueño como re-presentación, en especial esa
capacidad que tiene la literatura de esa época en fijar el sentido de la
Weltlosigkeit, la ausencia del mundo, forma extrema –decía Eugen Fink– de
absorción de las novedades que impulsa los cambios en el mundo de la vida de
las personas. Fue este libro de Duby quien le dio sus coordenados a mi libro La
mujer que mira (1986). Claro está que para situar el campo de la lectura de
los textos literarios referente a la mujer vista como parte sustantiva del
juego del amor tuve que aplicar ese rasgo esencial de la imagen que Fink
llamaba Fensterhaftigkeit y que opté por traducir por “ventaneo”, la
cualidad de la mujer de re-presentarse como imagen en el juego del amor.
Naturalmente, el término necesita convertir la “ventana” es una realidad que
además fuera una metáfora de los nexos entre el dentro y el fuera. Y no me
cabía la menor duda de que la mujer era fundamento Der Ort dieses Sichöffnen,
como decía Fink. Yo me encontraba en el momento adecuado para conducir los
efectos del seminario sobre el De Amore a unas reflexiones generales
sobre el juego del amor en la construcción de la imagen de la mujer en la
cultura cortés. Fue en la costa este de Irlanda, en la que pasé el verano de
1984, donde adopté esta decisión como el último desafío. Casi me pierdo en esa
decisión. Encontré razones para organizar una despedida de estos temas, y de
los maestros que me empujaron en esta línea, mientras recorría los páramos
irlandeses. Tuve tiempo de terminar el libro y de esbozar uno nuevo cuyo
objetivo fuera mostrar el sentido de mis investigaciones iniciadas en 1977; un
libro tituló La novela y el espíritu de la caballería, redactado entre
montañas y valles, en medio de mi propio laberinto de dolor. Al finalizar la
etapa vital que empezó en el otoño de 1978 dictando el seminario sobre el juego
del amor como re-representación del mundo alcance la respuesta a las preguntas
que me habían salido al paso durante esos años, ¿Cómo he llegado a ser lo que
soy y por qué sufro por ser lo que soy?
Debates
en torno al De Amore
En
cuanto a la recepción del Juego del amor como re-presentación del mundo en
Andrés el Capellán fue un hecho singular, como me comentó el profesor
Ferruccio Bertini cuando me invitó a Génova para debatirlo. Por entonces el
estudio de esta obra comenzó a activarse gracias a dos importantes libros
publicados en el mismo año de 1985. Ambos son fruto de largas investigaciones
sobre el sentido del amor cortés. De Amore” in volksprachlicher Literatur
de Alfred Karnein es una apuesta por el estudio de la recepción (1985); Causa
Amoris de Rüdiger Schnell es un elegante ensayo que tiene como objetivo
desentrañar el intrincado sistema filosófico sobre el amor que está
profundamente entrelazado con la literatura cortes (1985). Estos dos libros son
complementarios entre sí: de hecho, uno es un ajuste del primero basándose en
la serie de artículos publicados por Karnein desde 1980 en adelante en la
revista Romania y otros lugares; Schnell considera que la concepción y
la representación del amor en la literatura de la Edad Media hay que
estudiarlas como la interrelación entre diversas formas de creencias y
prácticas amatorias. Tardó diez años en escribirlo, pues lo comenzó con un
estudio comparativo entre Andrés el Capellán, Herinch von Morungen y Herbort
von Fritslar (Schnell, 1975: 131-151). Bajando de las articuladas categorías cupiditas
y caritas se enfrenta a la höfische Liebe, la fin’amor, a
través de numerosos testimonios (Schnell, 1975: 77ss). Testimonios dispersos
que necesita sistematizar en su dimensión retórica, en comparación con la voz
del maestro Andrés el capellán, una voz escolástica, pero dotados con una
significación que se hacía inquietante tanto en el plano psicológico como
intelectual a través de la indefinición del contexto social, de ahí que Schnell
invite a seguirle en una hermenéutica que enlaza la höfische Liebe y la
Realität (Schnell, 1975: 103). Se unieron a estas consideraciones, algunas
otras que las enmarcó en el apartado Phänomenologie der höfischen Liebe
(Schnell, 1975: 126): un apartado que, sin embargo, no atendía la
intencionalidad del sujeto amoroso. En concreto, el estupro como una práctica
sexual de aquella época (Ruiz-Domènec, 1991: 21-30).
Fue con
cierto alivio que atendí el libro de John W. Baldwin, The Language of Sex
cuando me encontré con una aproximación a Andrés el Capellán (Baldwin, 1994:
16-25). Gran parte de la información que recababa sobre la vida del personaje,
sus años al servicio de María de Champaña (1182-1186), “who plays an important
role in the treatise” (Baldwin, 1994: 16)[154]; su llegada a Paris formando parte de
los aulae regiae capelani, su activa participación en el surgimiento y
función de la controversia sobre el sentido del amor y la sexualidad. El
juego del amor como re-presentación del mundo marcó los primeros pasos de
lo que era una agenda completamente nueva en el estudio del De Amore:
una agenda que en los años ochenta y noventa consolidaron los estudios de
Alfred Karnein, Rüdiger Schnell y John W. Baldwin. Algunas partes del libro, de
hecho, marcaron un ajustado distanciamiento de los viejos argumentos sobre el
significado del amor cortés.
Es
importante tener en cuenta la circunstancia en la que se fraguó el seminario y
se dio publicidad por escrito (finales de los años setenta) y de ese modo
encontraríamos dos hallazgos de interés: el fructífero encuentro intelectual
que supuso para muchos de nosotros la Edad Media que se gestó entonces y la
fructífera presencia de esa lectura de Andrés el Capellán en mi tarea
intelectual hasta 1992. Sin embargo, a pesar de las grandes transformaciones
que se produjeron entonces, cabe decir que esa forma de faire la histoire
que se opuso tanto al positivismo idealista como al materialismo histórico
tiende a ser relegada en un rincón seguro de la historia de la historiografía
(Carrad, 1992), como la propia fenomenología en el territorio de la filosofía,
para ser estudiada como el germen de la postmodernidad, cuando en realidad fue
más bien el último intento de relanzar el aprendizaje universitario, la
distinción intelectual y el espíritu humanístico.
Referencias
Annales:
Économies, Sociétés, Civilisations (1981) Janv.Fevr: “Choix des Annales”.
Baldwin: W.
(1994). The Language of Sex. Five Voices from Northern France around 1200The
University of Chicago Press. Chicago & Londres.
Boase, R.
(1977). The Origin and Meaning of Courtly Love. A critical study of European
scholarship. Manchester University Press. Manchester.
Borst, A.
(1988). Barbaren, Ketzer und Artisten. Welten des Mittelalters. Piper.
Munch/Zurich.
Bowden, B.
(1979). “The Art of Courtly Copulation”. Medievalia et Humanistica. (9).
Carrad:
(1992). Poetics of the New History. French historical discourse from Braudel
to Chartier. The John Hopkins University Press. Baltimore & Londres.
Duby, G. (1964). “Les ‘jeunes’ das la société ariustocratique dams la France du Nord-Ouest au XIIe siècle”. Annales: Economies, Sociétés, Civilisations. 19 (5).
Duby, G. (1978). Les trois ordres ou l’imaginaire du
féodalism. Gallimard.
Paris.
Duby, G.
& Lardreau. G.
(1980). Dialogues. Flammarion. Paris.
Duby,
G. (1981). Le Chevalier, la femme et le prêtre. Hachette. Paris.
Fink, E.
(1966). Studien zur Phanomenologie (1930-1939). Martinus Nijhoff. La Haya.
Jackson,
W.T.C. (1985). “The De
Amore of Andres Capellanus and the Practice of Love at Court”, Romaic Review,
1958; editado en The Challenge of the Medieval Text. Columbia University
Press. Nueva York.
Karnein, A.
(1985). “De Amore” in volksprachlicher Literatur: Untersuchungen zur
Andreas-Capellanus-Rezeption in Mittelalter und Renaissance.
Germanische-Romanische Monatsschrift. 4. Heidelberg.
Köhler, E.
(1974). Ideal und Wirklichkeit in der höfischen Epik. Tübingen, Max Niermeyer Verlag. Versión francesa L’Aventure
chevaleresque. Idéal et réalité dans le roman courtois. Gallimard. Paris.
Kuhn, H.
(1969). Dichtung und Welt in Mittelalter. J.B. Metzlersche
Verlagsbuchhandlung. Stuttgart.
Lagardera,
J. (2021). No hagan olas. Elca/Ediciones. Valencia.
Ruiz-Domènec,
J. E. (1979). Saint Bernard. L’art cistercien. Universidad Autónoma de
Barcelona. Bellaterra.
Ruiz-Domènec,
J. E. (1982). “Los tres órdenes o el límite mental”. Medievalia. (3).
Ruiz-Domènec,
J. E. (1984a). La caballería o la imagen cortesana del mundo. Istituto
de Medievista. Génova.
Ruiz-Domènec,
J. E. (1984b). La memoria de los feudales. Prólogo de Georges Duby.
Argot. Barcelona.
Ruiz-Domènec, J. E. (1986). La mujer que mira. Crónicas de la cultura cortés. Quaderns Crema. Barcelona.
Ruiz-Domènec, J. E. (1991). “Andreas Capellanus i l’horror a
l’estupre masculí.” De
Amore: l’amor a la literatura d’Occident. Societat d’Estudis Literaris (Ed. Anton M. Espadaler).
Barcanova. Barcelona.
Ruiz-Domènec,
J. E. (2010). “La caballería, el ultimo idilio”. Come l’orco della Fiaba.
Studi per Franco Cardini. Sismel. Florencia.
Schnell, R.
(1975). “Andreas Capellanus, Heinrich von Morungen und Herbort von Fritslar”. Zeitschrift
für romanische Philologie. 104.
Schnell, R.
(1985). Causa amoris. Liebeskonzeption und Liebesdarstellung in der
mittelalterlichen Literatur. Francke Verlag. Berna y Munich.
Schwietering,
J. (1962). Mystik und höfische Dichtung im Hochmittelalter. Max Niemyer. Tübingen.
Stendhal
(2018). Del amor. Alianza. Madrid.
Von Moos: (1974). Mittelalterforschung und Ideologiekritik. Der Gelehrtenstreit um Héloise. Wilhem Fink Verlag. Munich.
https://doi.org/10.34024/prometeica.2024.24.13414
HISTORIAR DESDE EL LUDUS
ENSAMBLAJE Y ESPACIO LÚDICO MEDIEVAL
HISTORIZING FROM LUDUS
Assemblage and Medieval Ludic Space
Historizando a partir do ludus
Agenciamento e espaço lúdico medieval
Juan Escourido
(East Carolina University)
escouridoj16@ecu.edu
Recibido: 18/01/2022
Aprobado: 18/01/2022
RESUMEN
Tradicionalmente, la estética medieval ha sido remitida a modelos teologales y boecianos, mientras que la textualidad premoderna ha sido considerada desde la perspectiva de la noción moderna de literatura. Existió, sin embargo, una estética medieval enraizada en la sensibilidad corporal, así como un concepto, ludus, que abarcaba los sentidos modernos de la literatura, además de otros. Tomando como ejemplo la obra de Andreas Capellanus, en este texto continúo investigaciones previas sobre historiografía ludológica introduciendo las posibilidades de dos nociones analíticas, la de espacio lúdico medieval y la de ensamblaje.
Palabras clave: ludus, literatura, historiografía, espacio lúdico, agenciamiento.
ABSTRACT
Pre-modern textuality has historically been viewed through the lens of the contemporary notion of literature, whilst medieval aesthetics has traditionally been referenced to theological and Boethian models. There was, however, a medieval aesthetic rooted in physiological sensitivity, as well as a concept, ludus, that covered modern senses of literature, among others. Using Andreas Capellanus' work as an example, I continue prior research on ludological historiography in this article by presenting the possibilities of two analytical notions, that of the medieval ludic space and that of the assemblage.
Keywords: ludus, literature, historiography, playful space, agency.
RESUMO
A textualidade pré-moderna tem sido historicamente vista através das lentes da noção contemporânea de literatura, enquanto a estética medieval tem sido tradicionalmente referenciada aos modelos teológicos e de Boécio. Havia, no entanto, uma estética medieval enraizada na sensibilidade fisiológica, bem como um conceito, o ludus, que abarcava os sentidos modernos da literatura, entre outros. Tomando como exemplo a obra de Andreas Capellanus, prossigo pesquisa prévia sobre a historiografia ludológica neste artigo, apresentando as possibilidades de duas noções analíticas: a do espaço lúdico medieval e a de agenciamento.
Palavras-chave: ludus, literatura, historiografia, espaço lúdico, agenciamiento.
En la última década y media he tratado varios corpus y fenómenos medievales desde la semiótica del juego. Acaso los más notables sean la producción del sujeto moderno; el significado, la antropología y la intención del Libro de buen amor; y la poesía cancioneril. Para ello recurrí a hermenéuticas de la historia de las ideas, la historia material, los estudios culturales, la crítica temática, la ecología mediática, la historia de las emociones y la filología. En esos textos me propuse explicar los fundamentos lúdicos de fenómenos estéticos, políticos e ideológicos a partir de la lectura atenta de corpus aparentemente no vinculados al juego. Es decir, no traté tanto de señalar qué podía tener de lúdica ésta o aquella cuestión, sino de exponer cómo a ella subyacía una infraestructura lúdica que constituía el fundamento de su análisis. En particular me ocupé de cómo el potencial subversivo de los juegos ¾ su cualidad de Iglesia de los malvados, de motivo de exceso político, de actividad vinculada al desorden y a la alteración del orden público ¾ se reguló y controló durante el período alfonsí, dando lugar al sujeto moderno entendido a la manera de Norbert Elias;[155] de cómo El libro de buen amor revela una intención, un significado y una antropología basada en el juego, significando lúdicamente en lugar de literariamente;[156] y de cómo la virtualidad es una categoría más adecuada que la de círculo mágico de Johan Huizinga para entender la función social de la poesía cancioneril, dialogando con las tesis de Victoria Burrus e Ian MacPherson.[157]
Así, hasta ahora he tratado explicaciones de casos puntuales, de libros o corpus concretos que no aparecen a la vista como juegos de manera evidente ¾ por lo que respecta al Libro de buen amor y a la poesía cancioneril ¾ o de actividades lúdicas que normalmente no se vinculan al corte histórico medieval-moderno.[158] Con Andreas Capellanus el terreno cambia. Su única obra enfoca en forma de juego una pasión recién aparecida ¾ la del amor fino, perfecto, cortés. Y si pensar el amor como juego no nos resulta chocante hoy quizá sea porque una historia de larga duración del amor tendría que empezar precisamente en el tratado de Andreas y en los poemas de Guillermo de Aquitania, ya que el amor grecolatino pertenece a un período absolutamente otro con respecto a nosotros. El amor que interesa al capellán no. De hecho, sería difícil establecerlo como otredad respecto de las formas de amor modernas y posmodernas que hoy conviven: continúa vigente el sintagma inventado por Gaston Paris ¾ amor cortés ¾ para definir la pasión que trata Andreas, los rituales asociados a él subsisten, los símbolos de la poesía trovadoresca del contexto del De amore cargan significados apenas alterados y, sobre todo, la vinculación a la heterosexualidad, al matrimonio y al sexo continúa, aunque en formas distintas y contradictorias a las de sus inicios. Naturalmente, no es obligatorio para el amante cortés de hoy intentar seducir a la esposa de otro hombre, el sexo no marca el final de la relación amorosa, el agente cortés no tiene por qué ser varón y no se requiere heterosexualidad para practicar cortesía ¾ o galantería, esa reformulación moderna del amor cortés. Aun así, parece evidente que mantener una conversación sobre el significado actual del amor sin ocuparse de sus relaciones con el coito, el matrimonio y la orientación sexual se antoja difícil. Lo afectivo (el amor), lo biológico (el sexo) y lo jurídico (el matrimonio) se enmarañan a partir del De amore de un modo peculiar que muta a través de los siglos pero que se reconoce como entidad. De hecho, es precisamente el Otro grecolatino el que nos ofrece una atalaya que posibilita la elucidación de los dominios afectivo, biológico y jurídico del amor actual al interno de la lógica occidental, un punto de vista simultáneamente externo e interno desde el que entender qué ha pasado en los últimos once siglos. Si se pregunta qué es el amor hoy y se desea una historia que sea también Historia, una story que sea history, debemos comenzar o terminar la exposición en los libros I y II de Andreas.
Las dimensiones lúdicas del De amore son de orden conceptual, genérico y estructural. En primer lugar, Andreas establece las reglas de una passio, de un sufrimiento, que concibe como juego. Es explícito sobre este punto en el quinto diálogo del libro primero y en el octavo capítulo del segundo, en donde aparecen las listas de reglas del juego del amor a las que se refieren varios personajes de los diálogos. Lo que sus tres libros ofrecen es, en última instancia, definiciones del amor y reglas sobre la socialización del deseo, acompañadas de una buena dosis de misoginia. Si exceptuamos los textos que versan directamente sobre juegos de exterior e interior, o que se construyen como juegos verbales, el tratado de Andreas es el texto más fácilmente asociable a lo lúdico que podemos encontrar en la Edad Media. Y si tomamos el término arte en su acepción de “manera apropiada”, el arte de amar que presenta Andreas explica la manera apropiada de jugar al amor.[159] En segundo lugar, el De amore oscila genéricamente, complicando su comprensión como una u otra cosa. Es epístola, tratado, diálogo, narrativa, libro de reglas y catálogo de dichos misóginos. Además ¾ y esto es también achacable a cuestiones de contexto ¾ su título no es definitivo. Se conservan treinta y cinco manuscritos en donde aparecen varias opciones, siendo las más repetidas, después de De amore, Liber amoris et curtesie, De arte honeste amandi et de reprobatione inhonesti amoris y Galteri de amore.[160] Solo un vistazo a las proveniencias nos pone en alerta de la riqueza de posibles lecturas desde el punto de vista genérico. Para la parte tratadística las fuentes parecen ser El collar de la paloma de Ibn Hazm, el Arte de amar de Ovidio y los Remedia amoris; los diálogos recuerdan a las tensós trovadorescas y al De amicitia spirituali de Aelredo de Rievaulx, un texto ciceroniano sobre la amistad masculina; las reglas se hacen eco del sic et non de Abelardo y de los libros de reglas o consejos como el Facetus de Aurigena; las narraciones del De amore conjugan parábolas cristianas y romances caballerescos, como sucede con los Lais de Marie de France y las novelas de Chrétien de Troyes; la parte misógina dialoga con obras de Tertuliano, Jerónimo de Estridón y Walter Map. Además, dado que la obra comienza como una carta dirigida a un Gualteri y los vocativos dirigidos a él y al lector son frecuentes, cuando entendemos genéricamente el tratado conviene tener presentes las convenciones del intercambio epistolar en el siglo XII. En tercer lugar, a este heterogéneo caudal de fuentes se añade una multitud discordante de voces. Dicho diferente: además de texto sobre el juego del amor es tratado juguetón, ya por descuido, ya por voluntad. La obra se ha leído como exposición erudita del amor cortés, como exponente de la doble verdad escolástica, como libro en parte serio y en parte irónico y como parodia.[161] La existencia de lecturas tan diferentes descansa en la proveniencia genérica dispar de la obra y en las contradicciones que presentan las voces del texto: por un lado, la autoral, que declara poseer todas las respuestas a las preguntas de la seducción, pero miente, ya que según avanzamos en la narración descubrimos que los preceptos se contradicen entre sí y no funcionan; por otro, las voces masculinas, que ponen en obra los supuestamente instruidos consejos del maestro y sufren los rechazos; por otro, las voces femeninas, que refutan por palabra y obra lo dicho por los hombres y por Andreas, desacreditándoles: ninguna de ellas es seducida por las supuestamente infalibles técnicas en las que instruye el De amore; finalmente, la voz del deseo atorado, sellado, obliterado. La voz del clérigo, en innúmeros aspectos femenina en tanto que asociada a la pasividad y a la falta de agencia en la socialización de la libido. De todos los juegos puestos en obra, el juego de voces acaso actúe como epítome: la voz teóricamente omnisciente en verdad no sabe nada que auxilie al enamorado, pues ella misma dice saber lograr seducir y describe como fracasa. Esa voz autoral proclama poseer todas las respuestas, las ensalza y muestra su inutilidad. ¿Cómo fiarse? ¿A qué agarrarse cuando quien habla promete algo y, como ejemplo, describe lo contrario? En esa voz que se destituye a sí misma, en ese exponer cómo verba y res se niegan mutuamente, en esa querida inestabilidad de la voz, ese defenderse y refutarse a la vez, explayarse y ridiculizarse, cacarear y no poner huevo, pedir escucha a cambio de éxito y mostrar que la escucha solo conduce al fiasco, se reconoce lo íntimamente medieval del De amore. En ese instinto lúdico radica la esencia de las dificultades para los lectores modernos, ansiosos de mensaje claro, sin ambivalencias ni ambigüedades.
Así, que el De amore concibe el amor como juego y presenta dimensiones lúdicas en su desarrollo invita a su análisis desde la perspectiva de este número especial de Prometeica. Pero además, que el amor comience a pensarse en Occidente bajo la figura del juego insinúa algo en lo que quisiera extenderme: la posibilidad de concebir la estética medieval a partir de la noción de juego y la posibilidad historiar fenómenos y expresiones artísticas anteriores a la aparición moderna de la literatura ¾ y, en consecuencia, ajenas a ella ¾ desde una perspectiva lúdica. Elementos de esta propuesta han aparecido previamente. En un texto anterior he desarrollado el razonamiento que postula una ideología literaria desde cuya lógica se leen las producciones de las culturas manuscrita y digital; en otro, he intentando delimitar, para su uso historiográfico, la confusa polisemia del término juego, de modo que la realización de una historia de larga duración de la textualidad sea posible guiada no por las nociones clave de la filología ni de los estudios literarios sino en relación a principios vinculados al juego.[162] Aquí me gustaría continuar ese trabajo exponiendo dos nociones operativas de una historiografía que podríamos llamar ludológica. Para recuperar el potencial historiográfico de lo lúdico presente en autores clásicos como Johan Huizinga, Roger Caillois, Bernard Suits o Jacques Ehrmann, parece que necesitamos nociones que permitan pensar las relaciones entre varias actividades humanas desde la perspectiva del juego. Más precisamente hoy, cuando el juego como forma que provee un principio explicativo susceptible de concebir e interpretar situaciones diversas se ha establecido en ámbitos como la educación, la sanidad, el trabajo o la auto-ayuda bajo el marbete de la ludificación de la vida (la gamification of life o ludification de la vie).[163] El marco global en el que se encuadra esta propuesta, así como las anteriores, es apuntar hacia un proceso de evaluación en los estudios literarios similar al que se produjo en la sociología y en la biología, donde las nociones pivote de los campos, sociedad y vida, comenzaron a compartir preeminencia con otras, las de red e información, tras un escrutinio de sus sobredeterminaciones y connotaciones, además de una historización de su emergencia y del papel que cumplían en las disciplinas citadas (Laddaga 2006: 223-229). En esta tarea otros trabajos han postulado la necesidad de analizar las inquietudes investigativas que genera el campo construido alrededor del concepto moderno de literatura. Así, desde la teoría y el análisis de corpus antiguos y medievales, Carla Hesse (1997), Simon Goldhill (1999), Jacqueline Cerquiglini-Toulet (2007) y Stefan H. Uhlig (2011) han hecho avances en este sentido, con Goldhill llegando a afirmar que el establecimiento de la esfera de lo literario no solo distorsiona las conexiones entre los textos de poesía y las demás producciones textuales del mundo antiguo, sino también deforma profundamente las conexiones entre esos textos y la cultura en la que y para la cual fueron producidos (1999: 84).
Aunque el juego no haya contado con los aparatos escolares y discursivos con los que ha contado la literatura, es sencillo estar de acuerdo con Goldhill. De hecho, cuando se trabaja en los márgenes de la cultura impresa — cultura manuscrita medieval, literatura de nuevos medios, cibertextualidad, hipertextualidad, estudios de juego desde posiciones narratológicas y ludológicas —, la noción de literatura como estructuradora de un dispositivo epistemológico resulta incómoda y limitante: o bien resulta históricamente falsaria al aplicarse a períodos anteriores y posteriores a su emergencia y hegemonía, o bien no nombra adecuadamente las producciones que interesan, o bien arrastra hacia su matriz ideológica, su tradición bibliográfica y sus ansiedades investigativas el análisis de las producciones que desde su perspectiva se presentan como marginales.[164] Es inmediatamente patente para quienes trabajan en estos márgenes la sospecha de que un cambio históricamente legitimado de la noción central del análisis — es decir, un cambio de la literatura al juego — modificaría las preguntas que realizamos al objeto y las ansiedades investigativas, transformando las lecturas e interpretaciones que se suceden, además de romper con la ilusión de una equivalencia entre la cercanía diacrónica y la formal, entre un texto producido al interno de la cultura manuscrita y un texto producido al interno de la cultura impresa.[165] Pero por ello mismo es también inmediatamente patente la pregunta por cómo hubiera sido distinto el debate crítico sobre la textualidad medieval si la crítica durante los siglos XVIII y XIX no se hubiera concebido y articulado discursiva y socialmente en torno a las prácticas e instituciones dependientes de la noción de literatura, así como la pregunta por qué sucede cuando usamos la categoría literatura para referirnos a producciones medievales. Pero si estamos de acuerdo en que el análisis del juego podría constituir la vía de acceso a un nuevo relato historiográfico, ¿cómo es posible desarrollar este análisis? ¿Cómo proceder al estudio de un historiar ludológico? ¿En qué un fenómeno de orden lúdico puede ser remitido y asimilado a un fenómeno de orden literario o histórico? ¿qué tipo de elementos antes entrevistos aparecen cuando la cualidad lúdica ocupa el lugar central de una epistemología historiográfica? Para responder a estas preguntas necesitamos nociones potencialmente operativas para el desarrollo de un historiar articulado en torno al juego. Parecen necesarias, pues la carencia es manifiesta: poco existe más allá del “círculo mágico” de Huizinga, y el potencial hermenéutico de ese constructo se antoja insuficiente. Así como si contemplamos el pasado desde puntos de vista poscoloniales, marxistas, feministas, filológicos o sociológicos poseemos una caja de herramientas amplia, cuando lo hacemos desde un punto de vista ludológico la caja aparece bastante vacía.
Así, las nociones que quisiera proponer para un historiar lúdico son la de espacio lúdico y la de ensamblaje. La primera pertenece al orden estético; la segunda, al teórico. La primera responde a la pregunta por la legitimación de la expresión artística en un período en que la belleza no puede ocupar el lugar central que ocupa en la modernidad; la segunda permite articular diferentes elementos como una unidad. Por ejemplo, remitámonos al juego de voces y a la presentación de planteamientos contradictorios que hallamos en Capellanus y en otras producciones medievales cuya anfibología ha sido leída como parodia, ironía, ambivalencia o ambigüedad. ¿Cómo podríamos definir esta cualidad, digamos, escapista, juguetona, de la textualidad medieval, sin plantear la necesidad de un mensaje unívoco que provoque la emergencia de términos que lo niegan ¾ parodia, ironía, ambivalencia, ambigüedad? Convendría para ello una categoría que permitiese localizar el fondo generativo de las artes medievales, que captase el funcionamiento del entramado artístico medieval de modo que no fuera la belleza o la univocidad de mensaje, así como tampoco la moralidad, la expectativa de la lectura. Es en este sentido que Mary Carruthers acuñó la noción de “espacio lúdico medieval” para referirse al fondo legitimador y generativo de las obras literarias y artísticas medievales, llegando a decir que para entender la producción artística del período es necesario desprenderse de las categorías románticas arraigadas en las hermenéuticas críticas y sustituirlas por un conocimiento profundo de las dimensiones sociales y antropológicas del juego. Para Carruthers, las lecturas de obras medievales están determinadas por la secularización, es decir, por la ansiedad de moralizar todo lo surgido antes del Humanismo, especialmente cuando topamos con obras, como es el caso de Andreas, cuya vinculación con la clerecía es inmediata. Pero ¿y si existiese un fondo legitimador de las artes medievales separado de la esfera moral? ¿Y si la Edad Media hubiese tenido una concepción de la belleza distinta a la romántica? ¿Y si obras ambiguas, ambivalentes, irónicas, paródicas, como la de Andreas, tuvieran más que ver con la una concepción antropológica del juego y de sus funciones sociales que con las nociones modernas de literatura o belleza? Hay una tradición que comienza en De Bruyne y continúa con su discípulo, Umberto Eco, que explica la concepción de la belleza neoplatónica y matemática de Boecio y que se ha instituido como referencia autorizada de la estética medieval. Se trata, en este caso, de un dominio escolástico del discurso que inevitablemente termina de un modo u otro enlazándose con preocupaciones morales y teológicas. El “espacio lúdico medieval” de Carruthers parte de la sospecha de que antes del Humanismo existía una concepción de la belleza no remisible necesariamente a la reflexión y a las esferas moral y religiosa, sino a la experiencia corporal, a los sentidos. Por ello, además de refutar las líneas interpretativas según las cuales aquello que parezca violar las normas morales en un artefacto artístico es considerado en relación a éste como desvío ¾ ironía, parodia, ambivalencia, ambigüedad o enseñanza para evitar comportamientos negativos ¾ la postulación de un espacio lúdico medieval como generativo de las artes establece un fundamento positivo.
Una indicación de un posible problema: en verdad, como señala Jeffrey F. Hamburger, son raros en la Edad Media los comentarios sobre artefactos humanos y más raros aún los textos donde aparezcan las respuestas humanas a esos artefactos. Pero, sin embargo, el mismo Hamburger señala que la respuesta teológica y estética a una producción artística pertenecen a dominios del discurso distintos, afirma que aunque resulte imposible establecer una demarcación rígida, estética y teología sí tienen sus propias esferas de acción (2005:11). Con esta división preliminar en mente, no solo se hace necesario desarrollar un aparato crítico de la estética medieval no teológica, sino también reconocer como una perspectiva excesivamente teológica que se cierne como una sombra sobre todo el período siempre oculta algo, y en este caso sería el tono guasón, la alegría, el placer del jugueteo de mucha textualidad medieval, incluido, como antes traté antes de mostrar brevemente, el De amore. Para que se entienda: no defiendo que antes del humanismo exista un mundo puramente estético, estrictamente secular, total y completamente separado del teocentrismo. Sin embargo, la estética medieval posee un cierto grado de autonomía anclado en la noción de juego que le es sistemáticamente negado desde una perspectiva sobre-moralizadora. De hecho, en el estudio de la literatura medieval, las excepciones más claras a este principio ¾ los roman o la poesía satírica ¾ normalmente se tratan como entretenimiento y juego para laicos, no para gente seria como los clérigos. Y, sin embargo, ahí están Andreas o Juan Ruiz, complicando el asunto. Para hacerlos encajar en una visión teologal se los concibe como moralmente defectuosos, de modo que la alegría, el juego, el jugueteo, el goce textual que aparece en tantas producciones laicas se separa del que aparece en los textos vinculados a la clerecía y se le otorga una importancia estética e historiográfica menor, de modo que la cualidad lúdica, juguetona, de la textualidad medieval se concibe como falta en relación a la moral y como síntoma de la mentalidad infantil del período, de modo que continúa en ese historiar, espectral, la imagen que figura el pasado como evolución, desde la niñez medieval a la madurez moderna. Así, la estética romántica y la lógica moralizante moderna se complementan: ya que la belleza de la estética moderna no puede encontrarse en las producciones medievales, ya que no hay un mundo protegido para las artes medievales con las características del mundo protegido estético moderno ¾ el encanto, lo sublime, etc. ¾ se vierte sobre lo medieval lecturas teologizantes.
Para asentar una estética medieval de orden distinto a la propuesta por De Bruyne y Eco, Carruthers piensa en el ludus. Ella define el espacio lúdico medieval como generativo y creativo, experimental y saludable, restaurador del equilibrio eucrático, la salud intelectual y la cortesía social a través de varias mezclas de elementos húmedos y secos, calientes y fríos, jocundos (cálidos) y serios (fríos), salvíficos y, en exceso, destructivos (2013:31). Estos serían los elementos que componen una estética medieval remitida al cuerpo, a las sensaciones, a los sentidos. La moderna noción estética de encanto, el medieval incantio, no puede servir. Las connotaciones negativas de ese concepto en las enseñanzas sociales y morales son abundantes; no es el caso de ludus. En efecto, ludus vehicula en la Edad Media significados adscritos a partir de la modernidad a la literatura: denota mimesis, representación, simulacro, placer no productivo, aprendizaje, libertad con respecto a las obligaciones prácticas, ficción y actividad regulada. Por otro lado, iocus denota un acto de habla humorístico, menos serio que los que se engloban bajo la categoría de ludus.[166] Y conviene también señalar de pasada la vinculación etimológica entre juglar, jocosidad y juego, siendo la poesía medieval herramienta que produce alegría ¾ como indica el Libro de buen amor, la Razón de amor, el Libro de Alexandre y Berceo, o como aparece en su primera definición tratadística, en el Cancionero de Baena, donde se la denomina gaya ciencia. Así, no se encuentra en la literatura clásica ni medieval ningún término que remita a la literatura tal y como se la entiende al inicio de esta frase. Pero, en la Edad Media, ludus vehicula buena parte de los sentidos que la literatura adquiere en su emergencia como campo de estudios a partir de finales del siglo XVIII: ludus es representación, imitación, ejercicio, ficción y simulacro.[167]
Esta oposición que estoy intentando esbozar entre la estética moderna sensible, corporal, basada en las nociones de encanto y sublime, y una estética medieval, también corporal, basada en las nociones señaladas anteriormente y pivotando en torno a la alegría y al ludus, separa dos entidades en cuyo quiebre pueden introducirse modos de mirar al objeto de análisis distintas a las establecidas por el sistema literario moderno. Esta oposición entre estética romántica y producción artística medieval con su concepción propia de belleza, es decir, con su estética como discurso no totalmente separado de la teología pero sí suficientemente distinto, por un lado va más allá de la belleza neoplatónica de De Bruyne y Eco y, por otro, explica la lógica moderna que interpreta una producción medieval desde una perspectiva moralizante al no hallar una noción de orden positivo equivalente a las propias ¾ encanto, sublime ¾ desde donde leer. El ludus, el espacio lúdico medieval, provee esa base faltante. Se trata de un espacio generativo que abarca las manifestaciones que hoy consideramos literatura, además de otras de carácter médico y legal, dado que se remite a los efectos que los artefactos producen sobre el cuerpo.[168]
Pero entonces un nuevo desafío se presenta: ¿cómo operar al interno de este espacio? ¿Qué conceptos desarrollar para ubicar elementos en un historiar que descanse sobre el ludus en lugar de sobre la teología, la moral o nociones provenientes de la modernidad? Creo que el ensamblaje de Gilles Deleuze ofrece un punto de partida merecedor de ensayo. Por motivos negativos y positivos. Negativos: el conjunto de los elementos que interesan a un historiar lúdico no se deja definir ni como dispositivo ni como sistema; son, más bien, conjuntos abiertos con relaciones de intensidad diversas. Positivos: el juego del espacio lúdico medieval no es únicamente el juego como actividad, como forma o como reificación ahistórica, al modo de Johan Huizinga. Tampoco es exclusivamente juego como opuesto al trabajo y a la producción, como opuesto a lo serio no-productivo, como opuesto a la realidad (el juego significando “como si”), o como opuestos a los juegos, al modo kantiano.[169] Dependiendo de cada investigación concreta, el juego del historiar lúdico combinará las dimensiones de reificación, actividad y forma; además, el término dicotómico que le otorga significado variará. Por ejemplo, si tratamos la explosión de juegos en la Castilla del siglo XIII, con su aumento exponencial de tahurerías, el juego aparecerá en su dimensión más evidente de contrario a la producción material feudal; si tratamos el juego como opuesto a la literatura y su peculiar ideología, el juego aparecerá en sus dimensiones reificada y formal; si tratamos el juego como mediador entre el texto y la vida social, el juego significaría “como si”, es decir, sería lo opuesto a la experiencia fenomenológica desprovista de suspensión de incredulidad.
Se podría objetar falta de originalidad. Vivimos la era Google, donde continuamente se generan líneas de fuga heterogéneas a partir de hiperenlaces, clics y likes, donde la nube aparece como contenedora y amalgamadora de materiales de diverso orden, donde los sistemas que funcionan a nivel ideológico se presentan como abiertos, dinámicos y robustos, configurando la dominación y la subjetivización a partir de las figuras preferidas por Deleuze para tratar la cuestión del control ¾ la red, la subjetividad maquínica, el deseo incontrolable e incontrolado, la descentralización de la vigilancia. Ante este escenario, la época pide inercialmente la noción de ensamblaje para pensarse, ya que ésta otorga libertad de inclusión de elementos variados e impuros manteniendo una apariencia de unidad. La fundación de lo que McKenzie Wark llama el espacio de juego neoliberal no es un a fundación en sentido moderno. Está en constante movimiento y evolución a través del aprendizaje. No hay base sólida, como dice la vulgata posmoderna, pero sí robusta en tanto que flexible: a cada segundo la máquina muta, es cada vez más smart.[170] Por ello, la noción clásica de ensamblaje que manejan Deleuze, Félix Guattari y Manuel de Landa como unidad no fundada y no jerárquica que respeta la heterogeneidad de sus elementos parece capturar la dirección inercial de nuestro pensamiento.[171] Pero, aun así, creo que para desarrollar un análisis lúdico del pasado es operativa si pensamos en el ensamblaje lúdico como una unidad de elementos heterogéneos que pone en juego afectos, eventos y fenómenos de orden subjetivo, institucional e historiográfico.
El problema de partida es la polisemia de la noción de juego. Pero ésa es precisamente su ventaja, su riqueza. No debería ser considerado casualidad, ni baladí, que figuras tan dispares hayan recurrido al juego para nombrar la clave de su pensamiento sobre un asunto particular. El juego ha funcionado como término-paraguas para iluminar aspectos de la literatura, la psicología, la pedagogía, la lingüística, las matemáticas, la sociología y la antropología, frecuentemente como metáfora central de la explicación del objeto en cuestión.[172] Pensemos, por ejemplo, en la noción de Wittgenstein de la lengua como juego; en la filosofía del “como si” de Vaiginher; en el desarrollo de lo que hoy se conoce como teoría de juegos en marketing y teoría política; en la game-semantics de Lorenzen; en la propuesta de Derrida de una organización de los semas descentrada, auto-transformativa y fluida regida por la sincronía y el juego libre; en la discusión de Jean Francois Lyotard y Jean Loup Thebaud sobre la posibilidad de prácticas ético-políticas post-deconstruccionistas en Just Gaming; o en el sistema educativo de María Montessori, construido a partir de la observación de que el juego y la experimentación son partes integrales del aprendizaje del niño. Para rendir pensables los aspectos generales del juego ¾ su polisemia, su permeabilidad discursiva, su multidimensionalidad analítica, su frecuente reificación a la Huizinga ¾ , la figura del ensamblaje parece adecuada.
¿Por qué? Brevemente: porque un ensamblaje es un colectivo de singularidades compuesto por las ideas sobre una cosa y la cosa misma cuya principal virtud es apuntar hacia campos de posibilidad que reconceptualizan ¾ o, dicho en deleuziano, que desterritorializan y reterritorializan. Como el rizoma, el ensamblaje es una construcción fluida que instituye una red que cambia de naturaleza en función de las nuevas conexiones que crea y lo crean. Recurro aquí a los ejemplos que usa el mismo Deleuze para explicarlo, con la esperanza de clarificar en qué sentidos la noción se ajustaría a un historiar lúdico a tenor de la polisemia del juego. Por ejemplo, en cuanto al poder, un ensamblaje no figura una infraestructura y una superestructura, ni una estructura profunda y una estructura superficial. En lugar de ello, aplana las dimensiones y explica las recíprocas presuposiciones e inserciones mutuas. O, por ejemplo, en cuanto a la lengua, el ensamblaje no postula un sujeto previo rodeado de y compuesto por significantes, de modo que una subjetividad pueda ser abstraída de la comunicación, sino que el sujeto es lo creado por el ensamblaje de significantes. Un último ejemplo: el padre y la madre no como figuras dadas, cuerpos que permiten explicar las funciones del pecho, el falo, la voz o la mirada; en lugar de ello, padre y madre como figuras que emergen a partir de ensamblajes materiales – i.e., el amamantamiento, la crianza, el trabajo que provee un salario, las rentas, el linaje (1987: 9-14). Así, el ensamblaje media entre las dialécticas tradicionales agencia-estructura y macro-micro. Evita el microrreduccionismo (remitir todo a un elemento concreto) y el macrorreduccionismo (reducir todo a la estructura global).
No solo
propongo tomar esta noción popularizada por Deleuze para un historiar
ludológico. También quisiera hacerme eco del dictum del escritor
francés, según el cual el valor de los conceptos es relativo a su utilidad
concreta y, por lo tanto, éstos son modificables y adaptables. Una de las
características del ensamblaje teorizado por sus proponentes es la abolición de
las jerarquías en su interior. No pienso que sea necesario retenerla, pues en
el transcurso de la interpretación de un fenómeno histórico, de una obra o de
un corpus particular, algunos elementos aparecerán como determinantes y otros
como consecuencias. La propuesta es retener el barrido a cero de la noción, la
posibilidad que abre de no utilizar conceptos que provienen de la lógica
literaria de la modernidad. Como es natural, mi propuesta acá es un uso desde
el punto de vista del espacio lúdico medieval, pero ése no es el único. De ser
preguntado qué, entonces, de la noción clásica de ensamblaje quisiera retener
para un historiar ludológico, diría que las siguientes características: su
condición amalgamadora, su apertura a diversos órdenes, su tachado de
posiciones fundamentadas en las dicotomías agencia-estructura o micro-macro y
su tendencia a reconceptualizar problemas críticos (o, en deleuziano, a
reterritorrializar).[173]
Quince
años atrás, cuando comencé mi investigación sobre el juego medieval, pretendía
señalar los elementos lúdicos de algunas obras. Al avanzar en ella, descubrí
que fenómenos de distinto orden — político, estético, ideológico — no es que
posean elementos lúdicos, sino que comparten un diagrama. Es decir, se explican
a partir de un centro, de una metáfora nuclear que supone el conocimiento de
las diferentes dimensiones culturales del juego y de sus significados. Desde el
centro complejo, caótico y difícilmente definible del juego emanan diferentes
sentidos, y el diagrama que emerge de ese centro implica la realización de
marcas que permitan surgir el relato desde la figura del ludus. Es fácil
estar de acuerdo en que en que el ludus medieval es, a ojos modernos, un
caos incontenible y excesivo, por su polisemia y por la variedad de sus
sentidos; espero que, también, podamos estar de acuerdo en que su cualidad
caótica es un germen de orden para una historiografía ludológica.
Referencias
Alfonso X. (1555). Las siete partidas. Gregorio López (ed.). Andrea de Portonariis, Salamanca.
Alfonso
X. (2007). Libro de los juegos e Ordenamiento de las tafurerías. Raúl
Orellana (ed). Fundación José Antonio de Castro. Madrid.
Andreas Capellanus. (1982). Andreas Capellanus on Love. P.G. Walsh (ed. y trad.) Duckworth Classical, Medieval and Renaissance Editions. London.
de Aquino, Tomás. (2010). Suma teológica. Francisco
Barbado Viejo (ed.). Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid.
Carruthers,
M. (2013). The experience of beauty in the Middle Ages. Oxford
University Press. Oxford.
Cerquiglini-Toulet,
J. (2007). La littérature française: dynamique & histoire. Gallimard. Paris.
Deleuze,
Gilles y Parnet, C. (1987). Dialogues. Columbia University Press. Nueva
York.
Deterding, S. et alii (2011), “Gamification. Using Game-Design Elements in Non-Gaming Contexts”. Proceedings of CHI 2011 Workshop Gamification. Doi: https://doi.org/10.1145/1979742.1979575
Enslinn, A. (2012). The language of gaming. Palgrave MacMillan. Nueva York.
Escourido, J. (2015). “Textual Games and Virtuality in Spanish Cancionero Poetry”. En Serina Patterson (coord.). Games and Gaming in Medieval Literature. Palgrave Macmillan. Nueva York. Doi: https://doi.org/10.1057/9781137497529_10. 187-208.
Escourido, J. (2017). “Política alfonsí de la alegría: juegos de tablero, subjetivación y control social”. La corónica: A Journal of Medieval Hispanic Languages. Literatures, and Cultures. 46 (1). 73-94. Doi: https://doi.org/10.1353/cor.2017.0025
Escourido, J. (2018). “La ideología literaria en las culturas manuscrita y digital”. Virtualis. Revista de cultura digital. 9 (17). 161-183.
Escourido, J. (2020). “¿Qué quiere Juan Ruiz? Estética de la alegría y Libro de buen amor”. Bulletin of Hispanic Studies. 251-269. Doi: https://doi.org/10.3828/bhs.2020.14
Escourido, J. (2021). “Itinerarios lúdicos. Del juego medieval al ludocapitalismo digital”. Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política, Humanidades y Relaciones Internacionales. 125-145. Doi: https://orcid.org/0000-0002-7993-1072
Eskelinen, M. (2012). Cybertext Poetics The Critical Landscape of New Media Literary Theory. Continuum. Londres.
Galloway, A. (2006). Gaming: Essays on Algorithmic Culture. University of Minnesota Press. Minneapolis.
Goldhill, S. (1999). “Literary History without Literature: Reading Practices in the Ancient World”. Substance. 88. 57-89. Doi: 10.2307/3685420
Guattari, F. (2006). Micropolítica. Cartografías del deseo. Traficantes de sueños. Madrid.
Haidu: (2004). The Subject Medieval/Modern. Text and Governance in the Middle Ages. Stanford University Press. Stanford.
Hamburger, J. (2005). “The Place of Theology in Medieval Art History: Problems, Positions, Possibilities.” En J. Hamburger & Anne-Marie Bouché (eds.). The Mind’s Eye. Art and Theological Argument in the Middle Ages. Princeton University Press. Princeton.
Hesse, C. (1997). “Books in time”. En G. Nunberg (ed.), The future of the book. University of California Press. Berkeley. 21-36.
Laddaga, R. (2006). Estética de la emergencia. Adriana Hidalgo. Buenos Aires.
Le Goff, J. (2016). ¿Realmente es necesario cortar la historia en rebanadas? Fondo de cultura económica. Ciudad de México.
Moi, T. (1986). “Desire in Language: Andreas Capellanus and the Controversy of Courtly Love.” En David Aers (ed.). Medieval Literature: Criticism, Ideology and History. Harvester Press. Sussex, UK.
Nail, T. (2017). What is an Assemblage?. SubStance. 142 (46, 1). 21-37.
Nuti, A. (1998). Ludus e iocus: percorsi di ludicità nella lingua latina. Fondazione Benetton Studi Ricerche. Treviso.
Silva, H. (2013). "La «gamification» de la vie: sous couleur de jouer?". Sciences du jeu, [En línea], 1. En línea desde el 1 de octubre de 2013. Consultado el 10 de septiembre de 2021. Doi: https://doi.org/10.4000/sdj.261
Uhlig, S. H. (2011). “Historiography or Rhetoric? A Road (Not) Taken in the Evolution of the Literary Field”. En D. Damrosch & T. Haen (Eds.). The canonical debate today. Rodopi. Amsterdam & Nueva York. 78-105.
Walsh: G. (1982). Véase Andreas Capellanus.
Wark, M. (2007). Gamer Theory. Harvard University Press. Boston.
Weiss, J. (1998). “Introduction”. En Michael Gerli y Julian Weiss (eds.). Poetry at court in Trastamaran Spain: from the Cancionero de Baena to the Cancionero general. Medieval & Renaissance Texts & Studies. Tempe, Arizona. 1-17.
Reseñas
https://doi.org/10.34024/prometeica.2024.24.13356
Cornelia, Clodia, Hortensia y Sulpicia
Reseña del
libro: LAURA CAROLINA DURÁN. CORNELIA, CLODIA, HORTENSIA Y SULPICIA. MUJERES DE
LA TARDO-REPÚBLICA ROMANA. BUENOS AIRES: TESSEO PRESS. 2021, 159 PP., ISBN
978-9878697284
Mariano
Olivera
(Universidad
Nacional de Mar del Plata)
filosofiayciencia2019@gmail.com
Recibido: 12/01/2022
Aprobado: 16/01/2022
Cornelia,
Clodia, Hortensia y Sulpicia de Laura Carolina Durán, es un libro que nos convoca a una lectura enriquecedora
que testimonia y revive el lugar activo y participativo de la mujer en la
historia del pensamiento y la política Occidental, particularmente en el
período de la tardo-república romana (201-27 a.C). La autora nos invita a
pensar lo invisibilizado, oculto, excluido y silenciado
bajo los tradicionales estereotipos femeninos y las feminidades
formadas, para ello se basa en un fidedigno ejercicio de recuperación, análisis
y recopilación de materiales textuales que reflejan los testimonios, hechos y
hazañas de cuatro mujeres excepcionales, cuyas improntas han legado un registro
activo en la República Romana tardía.
En el
prefacio de la obra, indica que su propuesta avanza contra la corriente de
aquella concepción histórica que desconoce o sostiene la negación de las
mujeres en el espacio sociopolítico y en la producción de pensamiento y
cultura. En todo el estudio de la autora, subyace la intención y el desafío de
responder a la pregunta sobre el lugar de la mujer en el pensamiento, la acción
y la palabra, condensado en uno de los periodos claves de construcción y
determinación del pensamiento y de la institucionalidad occidental. Así realiza
una contrahistoria androcéntrica, que nos muestra con detalle de citas,
anécdotas y descripciones como irrumpen cuatro romanas con personalidades
características y una posición social definida: matronas, mujeres de la elite
romana.
El
contenido del libro abarca 159 páginas y se estructura en Introducción, cuatro
capítulos que abordan cada una de las cuatro mujeres intituladas y un Epílogo.
Introducción
En la
introducción se caracteriza el lugar asignado, el modo de vida y el
comportamiento esperado de las mujeres en el periodo elegido. Se titula “Roma.
La domus, el
lugar de las mujeres en la tardo-república”. El eje central es la delimitación del
espacio viril del femenino, en la dicotomía Foro-domus. El Foro,
el centro de la vida política y jurídica es el ámbito masculino por excelencia,
mientras que la mujer queda relegada al Domus (casa) y a la dependencia
del pater familias (jefe o cabeza de familia) o dominus (señor),
el cual ejercía patria potestas (patria potestad) sobre la vida y muerte
de todos los miembros de su familia. A partir de aquí se sintetiza como se
configura la feminidad en la subjetividad masculina romana, en la
representación de los valores que debían moldearlas, la vituperación de los
vicios que las caracterizaban, y las expectativas, proyectos, deseos y temores
que se tenían para con ellas.
Cornelia
El
primer capítulo nos habla elocuentemente de la vida y la familia de Cornelia,
célebre no por haber sido madre, esposa e hija de importantes hombres de la
República, sino por su activa y discreta intervención política destinada a
conservarla de las fragmentaciones e intrigas dadas por la lucha del poder
entre los hombres. Así se realiza una contrapropuesta biográfica a la mujer
cuya fama orbita en torno al centro del universo masculino, rescatando en un
apartado a la olvidada figura de su madre Emilia, la cual participo y fue
responsable del resultado de un evento político que puede entenderse
históricamente como la primera desobediencia al régimen patriarcal y
manifestación de protesta femenina en las calles, el reclamo por la derogación
de la lex Oppia sumptuaria, la cual establecía una restricción en
público al uso de artículos de lujo.
Se
señala entonces, la figura y el antecedente de su madre como matrona
influyente, políticamente activa. Cornelia dignificara su herencia,
intercediendo en conflictos armados en los que se hallan involucrados su prole
y los cuales considera perjudiciales para la tardo-república, en un momento de
turbulentas escaramuzas entre patricios y plebeyos. Se describe como actúa con
determinación, como pacificadora y atenuante de las venganzas y las reformas
propuestas por sus hijos, procurando evitar la catástrofe.
El
apartado justifica como Cornelia se convierte convirtió en prototipo de madre y
matrona romana admirada, hasta tal punto que se erigió una estatua en su honor.
Clodia
El segundo
capítulo representa a Clodia, la antítesis de Cornelia como modelo de
respetable matrona romana, ya que encarna todo lo opuesto a lo que la cultura
romana espera y admira de la mujer domina. Incluso fue descalificada y
difamada por Cicerón bajo el título de lujuriosa meretrix, ávida de venganza.
Ya que se vio envuelta en controversias, por sus relaciones con varios hombres
al quedar viuda. Precisamente se refiere a una historia de amor y traición
entre Clodia y Celio, un discípulo de Cicerón el cual la matrona acuso de
intento de envenenamiento, y que fue llevado al espacio de la defensa judicial.
Este es un capítulo que encarna a la mujer que asume cierta libertad y a la
denunciante que no se calla y recibe una carga abrumadora de vicios y
valoraciones peyorativas. Se demuestra que la palabra de la mujer en el ámbito
judicial resulta desvalorizada, aún más desde la posición de denunciante. Se
trabaja con minuciosa exhaustividad el discurso de Cicerón que desacredita y
degrada con saña y elocuencia a la persona de Clodia. También se expone con
detalle la posible representación análoga de Clodia con Lesbia una meretriz, en
la poesía de Catulo. Son diversas representaciones misóginas las que apuntan a
Clodia, una mujer que sacudió el silencio sumiso y se desplazó con alguna
libertad en relación a las habituales limitaciones impuestas. De allí tal vez
lo que estimulo la dureza de las críticas de sus contemporáneos.
Hortensia
La tercera
sección nos interpela con la figura de Hortensia, una mujer que domina el
ámbito del discurso y que ejerce como oradora en defensa de un colectivo de
mujeres. Se conserva un solo discurso de su autoría, el cual será sutilmente
analizado en todo el capítulo, desde su procedencia histórica, hasta su valor
retórico y político para el movimiento femenino. Hortensia toma la palabra en
representación del grupo de matronas, que reclaman sus derechos, ya que ella
puede abogar en contra de lo que se les ha impuesto, mejor que ninguno de los
varones que no han osado defenderlas, mientras que otros intentan silenciarla.
La autora
señala el ingenio de un discurso que persuade manteniendo el delicado
equilibrio entre la promoción de una modificación en las normas del
funcionamiento social y la aceptación de alguno de los imperativos del
patriarcado. Pero también arremete con valentía al declarar que el ordo
matrorum es obligada por los triunviros a impuestos y a la confiscación de
sus bienes en pos de financiar una guerra que no esconde más que una guerra
civil ilegítima, contra los republicanos. El discurso de Hortensia destaca por
argumentaciones pacifistas y por sostener la independencia económica que deben
tener las mujeres de su posición social, que no deben verse sometidas a pagar
ni verse despojadas de sus bienes por contiendas espúreas, debidas a intereses
de poder de los hombres.
Sulpicia
El último
capítulo nomina a la poetisa Sulpicia, una mujer que concurrió en los espacios
de producción y circulación de poesía y de los literatos, con una elaboración
auténticamente femenina y de un valor que dista de aquellas interpretaciones
que la han caracterizado como una figura menor, o una imitación de sus colegas
masculinos. Dicho de otro modo, una poetisa que tuvo interés en tomar lugar con
sus poemas en la escena pública androcentrada. La particularidad de Sulpicia reside en ser
la primera escritora romana de quien se conservan textos poéticos y sobrevivir
en el ámbito público. Por ello, se nos introduce en un apartado donde se las
compara con poetisas romanas de las cuales no se han conservado obras, pero si
referencias indirectas.
Aquí se
analizan con detenimiento los epigramas de Sulpicia, con los cuales podemos
disfrutar de un acercamiento a una experiencia poética que es expresión del deseo, la erótica y la identidad
amatoria desde la perspectiva de una subjetividad femenina, que transmite un
mundo distinto al de la voz de los poetas latinos masculinos.
Epílogo
La
reflexión final de Durán apunta al ejemplo de estas cuatro mujeres que de un
dominio delimitado y definido en el domus o vivienda, atraviesan las
barreras confinatorias y amplían los límites de su propio status social,
tomando la palabra e “invadiendo” el espacio categorizado en el signo de viril.
Señala la importancia de nuestras protagonistas, matronas que implican una
irrupción en la política y la sociedad romana, cuya participación tuvo un
impacto valorable en la organización social y jurídica de la República, y que
también arremeten contra los ideales y los estándares de género reivindicando
el deseo femenino y la subversión de los roles asignados.
Así toda
su investigación se define y da cierre en sus palabras de “Todas estas mujeres
que pensaban, hablaban y escribían” (p. 134)
Para
concluir nuestro recorrido, sostengo que esta obra nos ofrece un aporte
indispensable en el proyecto de recuperación y reivindicación de la Memoria y
la historia de la mujer, circunscripto con detalle a un período específico y
provisto de profusas citas y referencias textuales. Una investigación completa
y comprometida, para aquellos que se pregunten si la mujer ha tenido
participación en la historia y el pensamiento de Occidente, adoptando como
ejemplos dignos a cuatro mujeres romanas en un escenario avasallante,
predominantemente masculino. Es en definitiva una historia del empoderamiento
de la fémina, donde imperaba su silenciamiento público y su ocultamiento en sus
hogares. Cuatro matronas empoderadas en situaciones adversas y subyugantes, en
las que demostraron valentía y determinación, guiando o representando a
colectivos de las mujeres. Mujeres valientes que actuaban y decidían bajo
situaciones críticas, tomaban la palabra, plasmaban su conciencia en la
escritura, actuaban y se manifestaban en contra de lo que consideraban injusto,
expresando sus deseos y derechos.
Entrevistas
https://doi.org/10.34024/prometeica.2022.24.13336
Entrevista al académico
estadounidense Don Alfred Monson
INTERVIEW
WITH THE AMERICAN ACADEMIC Don ALFRED MONSON
ENTREVISTA COM O AMERICANO ACADÊMICO DON ALFRED MONSON
Nicolás
Martínez Sáez[174]
(Universidad
Nacional de Mar del Plata)
martinezsaeznicolas@gmail.com
Recibido: 07/01/2022
Aprobado: 07/01/2022
Traducción: Libertad Martínez[175]
Grupo de Investigación Δίκαιόν ἐστι ἐμέ: ES JUSTO QUE YO…
Don Alfred Monson es profesor emérito de francés en el College of William and Mary en Williamsburg, Virginia,
Estados Unidos. Es especialista en literatura medieval francesa y occitana. Escribió numerosos artículos y libros sobre
temas vinculados a la Edad Media y, en 2005, publicó Andreas Capellanus,
Scholasticism & The Courtly Tradition, una
obra donde propone centrarse en las formas escolásticas y las técnicas de
razonamiento que el pensador medieval del siglo XII, Andrés el Capellán,
utiliza en su tratado De amore (Sobre el amor).
La complejidad del De amore
ha presentado a la crítica problemas que aún siguen abiertos a la discusión y
la interpretación. El primero de ellos tiene que ver con las relaciones entre
la obra del Capellán y el denominado “amor cortés”, fenómeno que inicia en el
sur de Francia a finales del siglo XI.
¿Es De amore una
codificación del amor cortesano cantado por los poetas y trovadores medievales?
Monson y otros académicos han considerado que De amore está en el centro
de las polémicas del “amor cortés” pero también proponen analizar al tratado
del Capellán desde su contexto filosófico y desde las formas de escritura
escolástica que emergen a partir de la introducción de las obras aristotélicas
en el mundo latinófono.
El segundo problema que más ha sido
analizado y ha dividido a la crítica es el de la consistencia, real o aparente,
entre los dos primeros libros en favor del amor mundano y el libro tercero
donde se rechaza al mismo en forma de palinodia. ¿Es que el Capellán se ha
arrepentido de haber escrito sus dos primeros libros y por eso necesita en el
tercero retractarse? ¿O podemos identificar un espíritu de ironía en algunos de
sus libros que podría ayudar a interpretar la obra como un tratado consistente?
O bien ¿podemos ver en el desarrollo del De amore una forma de escritura
propia del género literario conocido como summa? A fin de cuentas ¿juega el Capellán con sus lectores o les habla con
seriedad sobre un tema tan importante como el amor?
En el actual contexto de
confinamiento por la pandemia derivada por COVID-19, Don A. Monson accede
amablemente a responder, vía correo electrónico, una serie de preguntas
acerca de esta obra tan compleja y que ha sido tan poco estudiada en ámbitos
filosóficos y casi examinada exclusivamente por muchos críticos literarios
desde finales del siglo XIX hasta nuestros días.
Usted ha estudiado la obra de Andrés el
Capellán realizando una lectura novedosa que se inserta, de lleno, en el ámbito
de la filosofía y de las discusiones dialécticas que se llevan a cabo en el
contexto de reingreso de las obras de Aristóteles al Occidente latino, durante
el siglo XII. ¿Por qué considera que el tratado de Andrés el Capellán ha sido
analizado mayormente por la crítica literaria y casi nada por los filósofos?
A pesar de que no soy filósofo y no
puedo hablar por los filósofos, hay algunas observaciones acerca de De amore
que quizás podrían ayudar a explicar su inquietud. Andrés el Capellán está
claramente inmerso en la temprana escolástica, pero no es un pensador sistemático de primer
orden. Incluso su definición de amor y su discusión en el capítulo uno, la
parte más rigurosa del tratado, contiene sorprendentes errores como la
afirmación de que la passio que es el amor no proviene de ninguna actio
(obviamente
confundido con factio) o la sustitución de passio innata por
passio interior, expresiones
escolásticas estándar para las emociones. Quizás más grave, desde el punto de
vista filosófico, es el hecho de que Andrés mezcla en su especulación una gran
cantidad de material literario, empezando por su obvia imitación a Ovidio,
pasando por la alegoría del Purgatorio de las bellezas crueles del quinto diálogo,
hasta el relato arturiano del libro segundo, capítulo ocho y que incluye,
especialmente, muchos lugares comunes de la literatura vernácula -como la
poesía de amor de los trovadores-. Es precisamente esta dimensión literaria lo
que ha hecho del tratado un atractivo objeto de estudio para los académicos de
la literatura, quienes han visto, en su enfoque relativamente sistemático del
tema, una posible clave para resolver algunas de las ambigüedades de la poesía
vernácula.
Usted ha señalado que el uso del Capellán de los términos actio en vez
de factio o passio innata en vez de passio interior constituye un error. ¿Por
qué considera que se da esa situación?
Hay dos explicaciones posibles y la
respuesta completa puede ser una combinación de las dos. Si Andrés estaba
escribiendo a finales del siglo XII, como la mayoría de los académicos
consideran hoy, este fue un período formativo de la escolástica en el que la
terminología técnica aún no estaba completamente establecida. Además, Andreas
no parece ser un pensador sistemático de primer orden, por lo que estos
problemas pueden deberse, al menos en parte, a su insuficiencia como filósofo.
La distinción clásica entre actio y factio fue hecha por Tomás de
Aquino en el tercer cuarto del siglo XIII (Summa theologiae 1a2ae 57.4),
pero en su De anima Isaac de Stella (m. ca. 1169) usa actio de
una manera que recuerda el uso que hace el Capellán. No conozco ningún otro
testimonio de passio innata en lugar de passio interior (o sus
equivalentes, passio animae o passio animi) para designar las
emociones, aunque eso es claramente lo que Andreas tiene en mente y se refleja
en las traducciones de varios de sus traductores medievales. Andrés usa el
concepto estándar animi passio en el Séptimo Diálogo (ed. Walsh,
1.6.378: 148) para referirse a la emoción de los celos, por lo que estaba
claramente familiarizado con el concepto.
Usted ha señalado que la introducción de la Nueva Lógica de
Aristóteles se ve reflejada en la obra del Capellán, fundamentalmente en su
método, ¿cuáles son las fuentes aristotélicas y traducciones a las que Andrés
el Capellán pudo haber tenido acceso?
Las primeras traducciones de textos
aristotélicos previamente no disponibles fueron las obras de lógica, comenzando
por Tópicos y Refutaciones sofísticas, traducidas por Jacobo de
Venecia en la década de 1120. A mediados del siglo XII, todo el Organon
estaba disponible en Occidente por lo que Andrés el Capellán podría haber
estado familiarizado con él. Su invocación de una “regla de los lógicos”, en la
introducción del tercer diálogo, podría referirse a un pasaje de Tópicos o
al comentario de Boecio sobre los Tópicos. La Física de
Aristóteles fue traducida hacia el final del siglo XII, la Metafísica y Sobre
el alma a principios del siglo XIII.
¿Es posible que la valorización, en el libro tercero del De amore, de
la amistad por sobre el amor esté influenciada por la filosofía aristotélica
además de la explícita influencia de Cicerón?
Partes de la Ética nicomaquea fueron
traducidas a finales del siglo XII o principios del XIII, pero el libro ocho
que trata sobre la amistad no estuvo disponible en Occidente hasta que Roberto
Grosseteste tradujo toda la obra en la década de 1240. Esto es claramente
después del terminus ante quem del De amore, 1238, cuando el
Capellán es citado por su nombre por Albertano de Brescia en su obra De
dilectione Dei et proximi, por lo que no hay forma de que Andrés pudiera
haberlo conocido. No hay nada en la breve discusión de Andrés sobre la amistad
que recuerde el ideal de amistad de Aristóteles basado en el carácter virtuoso
y hay una referencia a la “utilidad de la amistad”, vista por Aristóteles como
la base más inferior para la amistad que, incluso, argumenta en contra de una
influencia indirecta. Como indica la pregunta, la influencia de Cicerón en
Andrés es explícita: se le cita tres veces por su nombre, dos veces en el
pasaje de la amistad en el libro tercero, incluida una referencia a su libro De
amicitia y una vez en un pasaje similar en el séptimo diálogo, por lo que
hay pocas dudas sobre de dónde Andrés tomó sus ideas sobre el tema.
En su introducción al De amore, en el año 1982, el traductor P. G.
Walsh afirma que Andrés el Capellán pudo haber conocido la tradición platónica
a través de la obra de Apuleyo, quien fuera el mejor conocedor del pensamiento
platónico en la Edad Media. ¿Qué podemos conocer, hasta el día de hoy, acerca
de la influencia de Platón y de sus diálogos amorosos en la obra del Capellán?
Existe una larga tradición en la
literatura académica, equivocada en mi opinión, de tratar de conectar el amor
purus de Andrés con el concepto posterior de “amor platónico”. El único
diálogo platónico disponible en el siglo XII era la primera parte del Timeo
en la traducción de Calcidio. Los diálogos que tratan sobre el amor como el Simposio
y Fedro, recién estuvieron disponibles en el Renacimiento Italiano.
En cualquier caso, el “amor platónico”, no se encuentra en Platón sino que fue
inventado en el siglo XV por Ficino. El pasaje de Apuleyo, citado por Walsh y
atribuido a Platón, hace una triple distinción probablemente volviendo a la
“escalera” al final del Simposio. El peldaño más elevado, el amor
divino, presumiblemente, se refiere no al "amor platónico" sino al
amor de lo bello, lo bueno y lo verdadero. En el otro extremo está lo que
parece ser amor carnal, aquí asociado con "una mente degenerada y el deseo
más corrupto". En el medio, Apuleyo distingue un amor intermedio, de
transición, que él llama mixtus. Andrés usa la expresión amor mixtus no
como un punto intermedio entre extremos, sino para designar la actividad sexual
que incluye la consumación, en oposición al amor purus, de una pureza
muy relativa, ya que denota actividad sexual pero que no incluye la
consumación. Si Andrés
tomó
prestado el término amor mixtus de Apuleyo, lo volvió a implementar con
un significado completamente diferente y, más allá de la cuestión del
vocabulario, su concepto de "amor puro" no debe nada a las ideas
platónicas expresadas en este pasaje o cualquier otro. Walsh lo reconoce antes
de hablar sobre posibles influencias árabes como Avicena e Ibn Hazm, otra
táctica común para encontrar ideas platónicas en Andrés. Creo que el amor purus
no trata en absoluto de ideas platónicas o de otro tipo, sino más bien de
una táctica retórica basada en el lugar común clásico y medieval del gradus
amoris o "cinco etapas del amor", que se cita específicamente en
el pasaje y en otros lugares en el tratado[176].
Si De amore pertenece al género summa y es precursor de las grandes
summae del siglo XIII como la de Tomás de Aquino ¿puede interpretarse que este género empezó siendo
un género más abierto que admitía diferentes tipos de discursos y recursos, que
podían oscilar desde definiciones y clasificaciones “serias” pasando por
anécdotas, diálogos risueños y situaciones cómicas hasta llegar a una palinodia?
En contraste con los términos tractatus,
liber y libellus, que se usan repetidamente de manera
autorreferencial en De amore, la palabra summa aparece solo dos
veces allí, no para designar ese o cualquier otro trabajo, sino en la expresión
breviter et in summa notare,
"para resumir brevemente". Aunque no se autodenomina summa, el
tratado anticipa las grandes summae del siglo siguiente al presentar un
tratamiento integral y sistemático del tema basado en confrontar e intentar
sintetizar opiniones contradictorias de diversas tradiciones sobre los asuntos
en discusión. Sin embargo, es un ejemplo muy embrionario y exploratorio del
género que incorpora una amplia variedad de tipos de discurso, incluidos
diálogos, cartas, casos, códigos, cuentos y ejemplos, además de los pasajes
discursivos y, por lo tanto, es mucho menos ordenado y sistemático que las proto-summae
del siglo XII como Las sentencias de Pedro Lombardo.También innova
con respecto a la práctica escolástica temprana en que expande el concepto de
autoridad de las fuentes estándares clásicas y cristianas latinas, para incluir
ejemplos y lugares comunes de la literatura vernácula, así como fuentes sociales
como los proverbios, la opinión pública y la autoridad de las mujeres de la
nobleza. La cuestión de si incluye elementos cómicos o irónicos y en qué
medida, es un tema muy debatido. No creo
que sea posible mostrar un uso sistemático de tales dispositivos y creo que el rechazo
del amor en el libro tercero se explica mejor por otros factores que por una
interpretación irónica general de los dos primeros libros, lo cual no puede ser
sostenido en un examen minucioso.
¿Cuáles son las críticas que se le pueden hacer a los argumentos a
favor de la interpretación irónica del tratado del Capellán?
Las interpretaciones irónicas de De
amore han surgido, principalmente, de los intentos de resolver el problema
planteado por la discrepancia entre la denuncia del amor en el libro tercero y
la aparente promoción en los dos primeros libros. Aunque algunos académicos han
visto ironía en el libro tercero, la idea principal de esta tendencia comenzó
en la década de 1950 con la interpretación irónica de D. W. Robertson, de los dos primeros libros. La
interpretación de Robertson se basa en la suposición de que, siendo cristianos,
la gente medieval no podría haber defendido lo que habrían visto como el pecado
de la concupiscencia, por lo que, cuando parecen hacerlo, en realidad, deben
expresarse irónicamente. La mayoría de los académicos no aceptan esta
representación monolítica de la Edad Media pero algunos, sin embargo, siguen a
Robertson en su visión irónica de los dos primeros libros del Capellán. El
principal problema con esta interpretación es que los dos primeros libros no
presentan un respaldo general del amor profano sino un intento complejo de
conciliar los conceptos de amor de los trovadores con Ovidio y con el
cristianismo. En consecuencia, esos libros contienen muchas declaraciones
piadosas que Robertson toma al pie de la letra en lugar de irónicamente. ¿Cómo
sabe cuándo cambiar de marcha entre lecturas directas e irónicas? Recurre a su
visión monolítica de la cultura medieval, de la que depende todo su argumento.
Aunque aparentemente sincero, el intento de Andrés de conciliar el amor profano
con la moral cristiana tiene un éxito limitado y esa es probablemente la mejor
explicación del cambio de dirección en el libro tercero.
En su obra, Andreas Capellanus, Scholasticism & The Courtly
Tradition, evita la polémica sobre la intención de Andrés el Capellán y analiza
el significado del De amore a través de su forma. ¿Considera que las
características formales del concepto de juego señaladas por el filósofo holandés
Johan Huizinga como el círculo mágico, la conciencia del “como sí”, el elemento
agonal y la tensión podrían aplicarse al tratado del Capellán?
Creo que hay una cualidad de juego en gran parte de la poesía
trovadoresca, que obviamente ejerció una influencia en el De amore. Un
género poético en particular, los poemas de debate dilemáticos, o partimen,
son claramente un juego. Esto es indicado por su nombre alternativo, joc
partit, literalmente "juego dividido" y por el hecho de que el
poeta que propone un dilema para ser debatido acepta defender el lado opuesto
de la pregunta al lado de la
que
elija su oponente. Los casos de amor del libro segundo, capítulo siete de
Andrés, parecen estar inspirados en el partimen, incluida la idea de que
las decisiones de las damas de la alta nobleza de la corte dicten decisiones.
La aplicación de la teoría de juegos al tratado en su conjunto me parece mucho
más difícil. Creo que Andrés intentó en los primeros dos libros reconciliar el
enfoque de los trovadores sobre el amor con la moral cristiana y que, el
rechazo del amor en el libro tercero es, en parte, un reflejo del hecho de que
fracasó en ese intento. Quizás se podría argumentar que el esfuerzo inicial fue
un juego que el Capellán, posteriormente, reconoce haber perdido, pero dudo que
él lo hubiera visto de esa manera.
Editorial - Dosier
https://doi.org/10.34024/prometeica.2022.24.13449
A pandemia de Covid-19
Uma visÃo multidisciplinar
Figura 1: Sunset Deco. Crédito: Ted Weber Gola, Saratosa, 2011.
Há mais de cem anos, milhões morreram por causa da Gripe Espanhola. Com exceção de historiadores e pesquisadores – e, talvez, de alguns admiradores de literatura – quantos de nós teríamos condições de fazer qualquer reflexão, ilação ou análise a respeito dos impactos de uma pandemia para a espécie humana? Desculpamo-nos: aconteceu há muito tempo! Por isso, por conta de uma suposta novidade histórica e em função das milhares de mortes diárias, o novo coronavírus tornou-se o centro de nossas vidas desde 11 de março de 2020, quando a Organização Mundial de Saúde decretou o estado de pandemia.
Soube-se, logo no início, que a peste vinha de fora, que ela havia surgido lá longe, na Ásia. Por descuido, arrogância em desejar o controle da natureza, por conta de hábitos estranhos na alimentação e na manipulação de seres vivos em grandes mercados, ou por outros motivos obscuros que alimentaram as mais criativas teorias de conspiração, a doença havia sido trazida para os aeroportos ocidentais por passageiros de classe média e alta que voltavam do estrangeiro.
Tal como ocorrera com a irrupção da lepra (século 12), da peste bubônica (século 14), e da varíola (séculos 5 ao 7) nas cidades medievais, as cidades modernas foram cercadas e fechadas. Ninguém entrava, ninguém saía. Os guetos improvisados tornaram todos prisioneiros, os que estavam dentro e os que estavam fora. Os guardas que vigiavam as entradas ganharam inusitado poder: eles eram os únicos que podiam permitir o reencontro de amantes, os abraços dos familiares, os gestos de solidariedade com os que padeciam da doença, da miséria e do abandono.
Os guardiões que comandavam os guardas demoraram para chegar a um acordo. Com as cidades lacradas, como fazer chegar alimentos, remédios, ajuda médica? Quais cidades deveriam ser atendidas prioritariamente? Os guardiões se isolaram: cada um percebeu que deveria cuidar de seus próprios muros, cada um deveria decidir sobre os que iam morrer e os que mereciam viver.
Alguns guardiões protestaram: para quê, afinal, fechar as cidades? Não seria melhor aguardar que morressem os mais fracos, os que tivessem que morrer, e deixar que a cidade se curasse com o passar do tempo? Defensores ideológicos da vida ou da morte, os Estados modernos desenvolveram estratégias de sobrevivência, como analisa Ayala-Colqui. Outros buscaram na Ciência os dados necessários para a tomada de decisões racionais: quais as relações entre o número de casos, de óbitos e a poluição ambiental? Essa é a reflexão realizada por Langa e colaboradores.
As escolas fecharam. Das salas, os alunos foram conduzidos a retângulos virtuais, cada qual em sua prateleira, e os professores viram-se obrigados a inventar novos jeitos de ensinar os velhos conteúdos no silêncio e na solidão do mundo escuro da tela iluminada. As escolas tiveram que reaprender, como nos mostra Alcântara, Antunes-Souza e colaboradores.
Enquanto cientistas corriam para descobrir vacinas, líderes de negócios e guardiões conflitavam sobre quem teria direito à cura, tema debatido por Acosta e colaboradores. Também negavam os benefícios no uso de máscaras para diminuir as possibilidades de contágio, àquele momento, e até agora, um eficiente instrumento preventivo, como nos explicam Rocha e colaboradores.
Boatos e rumores procuraram amainar a sede por notícias e explicações científicas: verdades foram desmentidas, mentiras transformaram-se em verdades, como nos mostra Girotto Júnior e colaboradores. Professores e pesquisadores armaram barreiras e cavaram trincheiras: como protestar diante da outra pandemia, dessa vez a de desinformação? Fazia-se necessário resistir, e ainda se faz, como Judensnaider e colaboradores sugerem e trazem para o campo do debate.
Nos meses sem fim que tem durado nossa quarentena, tivemos a oportunidade, desperdiçada, de ver como seria o mundo sem nós. Nas semanas de isolamento total, por alguns poucos dias, as ruas ficaram vazias, o ar limpo, os mares mais esverdeados e claros. Tivemos a oportunidade de perceber quão predatórios somos, quão extenuado está o nosso planeta.
Poderíamos ter ido à praia e ver o tempo se manifestar sob a forma de sombras, de folhas e de nuvens, tal como, para nós, evoca a belíssima imagem de Ted Weber Gola que abre nosso editorial. Teria sido possível pensar nossa finitude e a infinitude do mundo, cuja existência prescinde de qualquer manifestação humana. Perdemos a chance. Com sorte, talvez tenhamos outra apenas daqui a cem anos.
Ivy Judensnaider
(Universidade Paulista, Universidade Estadual de Campinas, Brasil)
Cristina Pontes Bonfiglioli
(Pontifícia Universidade Católica de São Paulo, Universidade de São Paulo, Brasil)
cristina.bonfiglioli@gmail.com
Artículos
– Dosier
https://doi.org/10.34024/prometeica.2022.24.13355
hiperparticularização de conceitos, Negacionismo científico e Natureza da Ciência
uma análise de respostas a textos de divulgação
HYPERPARTICULARIZATION
OF CONCEPTS, SCIENTIFIC NEGATISM AND THE NATURE OF SCIENCE
an
analysis of responses to scientific dissemination texts
HiperpaRticularización
de conceptos, negatismo cieTífico y naturaleza de la ciencia
un
análisis de respuestas a textos de divulgación científica
Gildo Girotto Júnior
(Universidade Estadual de Campinas)
ggirotto@unicamp.br
Cyntia Almeida Vasconcelos
(Universidade Estadual de Campinas)
cyntia.almeida@gmail.com
Gabriela
Fasolo Pivaro
(Universidade
Estadual de Campinas)
gabifasolo@gmail.com
Recibido: 11/01/2022
Aprobado: 14/01/2022
RESUMEN
Este
trabajo buscó analizar, a la luz de las referencias sobre
hiperparticularización de conceptos, tipos de negacionismo y Naturaleza de la
Ciencia, discursos contrarios a los materiales de divulgación científica
producidos en el período de la pandemia de la COVID-19. En el análisis,
interpretamos el material disponible en forma de comentarios de libre acceso,
realizados por lectores de un canal de difusión, con el objetivo de comprender
qué características pueden ser identificadas y, con ello, tejer caminos para
pensar la educación científica. Es posible identificar categorías que muestran
la presencia de aspectos referentes a los tres conceptos utilizados y también
hacer consideraciones sobre cómo se relacionan. Además de deconstruir los
comentarios, el análisis puede apoyar la planificación de acciones dirigidas a
la educación científica y la mitigación de la difusión de información errónea.
Palabras
clave: hiperparticularización. negacionismo científico. naturaleza de la
ciencia. divulgación científica
ABSTRACT
In the
light of the references on hyper-particularization of concepts, types of
denialism, and Nature of Science, this work sought to analyze discourses
contrary to scientific dissemination materials produced in the period of the
COVID-19 pandemic. The comments analyzed were written by readers in response to
materials produced in an outreach project. We sought to understand which
characteristics can be identified and, with that, weave paths for thinking
about science education. It is possible to identify categories that evidence
the presence of aspects associated with the three references used and to make
considerations about how they are related. In addition to deconstructing the
comments, the analysis can support the planning of actions aimed at scientific
education and the mitigation of the spread of misinformation.
Keywords:
hyperparticularization. scientific negativism. nature of science. scientific
dissemination.
RESUMO
Este trabalho buscou analisar, com base em estudos sobre hiperparticularização dos conceitos, tipos de negacionismo e natureza da Ciência, discursos contrários a materiais de divulgação científica produzidos no período da pandemia de COVID-19. Na análise, interpretamos o material — disponível na forma de comentários de acesso livre, feitos por leitores de um canal de divulgação — com o objetivo de identificar características desses discursos e, com isso, poder tecer caminhos para o (re)pensar a educação científica. Assim, foi possível identificar categorias que evidenciam a presença dos aspectos referentes aos três conceitos referidos e, ainda, tecer considerações sobre como eles se relacionam. Além da desconstrução dos comentários, a análise pode subsidiar o planejamento de ações voltadas à educação científica e à mitigação da propagação de desinformação.
Palavras-chave: hiperparticularização. negacionismo científico. natureza da ciência. divulgação científica.
Introdução
Ações vinculadas ao negacionismo científico e à circulação de informações falsas não são recentes, do ponto de vista histórico. No entanto, com o maior acesso a canais de compartilhamento de informações, elas vêm apresentando um crescimento acelerado (Leite, 2014; Reusing, L.; Wachowicz, 2019). O negacionismo climático, ou mesmo a confusão promovida pela indústria do tabaco nas décadas de 80 e 90, são exemplos temporalmente próximos que ilustram mecanismos utilizados pelos atores envolvidos nessas ações.
Ao longo dos anos de 2020 e 2021, no contexto da pandemia de COVID-19, fontes de desinformação emergiram incessantemente; e inúmeras Fake News foram propagadas, envolvendo diferentes temas. Simultaneamente, e como tentativa de resposta, agências de checagem de informações e grupos de divulgação científica compostos por profissionais de diferentes áreas também foram criados, promovendo uma intensa batalha de informações, com o objetivo de, por um lado, defender ideias pouco fiéis à concepção de ciência, e, do outro, a busca da divulgação de informações cientificamente corretas ou associadas aos mecanismos consensuais pelos quais a ciência se desenvolve.
Nesta seara, questionamentos relacionados à educação científica e à própria educação midiática podem e devem ser feitos, na perspectiva de pensarmos ações educacionais futuras, que possibilitem o ensino sobre ciências e não apenas o ensino de ciências, entendendo-se este último como um conjunto de conteúdos isolados e fragmentados, organizados num currículo preditivo com foco em conhecimentos conceituais e, eventualmente, procedimentais (Hodson, 2014).
Aspectos relacionados à epistemologia das ciências e questões voltadas à demarcação de diferentes campos de conhecimento — ainda que suscitem ampla discussão na comunidade acadêmica, nem sempre gerando consensos (Dupré, 1993; Grunbaum, 1984; Hansson, 2013, 2017; Rosenberg, 2012), — são passíveis de serem incorporados à educação científica, de modo a desenvolver a capacidade de argumentação apropriada e, portanto, de considerar aspectos fundamentais do letramento científico (SANTOS 2007). Para tanto, avaliamos e temos como pressuposto que compreender como os diferentes discursos negacionistas se propagam é de suma importância para pensarmos como os mesmos podem ser enfrentados dentro de uma educação científica formal que englobe questões relativas à Natureza da Ciência (NdC).
Destacados tais aspectos iniciais, o presente trabalho tem por objetivo desenvolver uma análise de conteúdo de argumentos utilizados por defensores de desinformações, em resposta a textos de divulgação científica. Três aspectos principais serão então considerados: o tipo de negacionismo associado; o papel da hiperparticularização de conceitos; e; concepções de ciência que os argumentos carregam. Buscamos, com isso, tecer relações entre tais concepções, assim como tecer uma breve discussão sobre aspectos voltados à educação científica em tempos de acesso e circulação de desinformações. Para tanto, discutimos, a seguir, suportes teóricos relativos ao estudo da circulação de informação na mídia, inclusive no que diz respeito a sua associação ao negacionismo científico; da concepção de hiperparticularização dos conceitos e suas implicações; e de aspectos consensuais de NdC.
Aportes teóricos: caracterização do negacionismo e das Fake News
Devido ao contexto histórico no qual estamos inseridos, as notícias falsas (fake news) que circulam na mídia e nas redes sociais frequentemente versam sobre a pandemia da Covid-19. A desinformação a respeito dos conhecimentos científicos aumentou nos últimos anos, no Brasil; e notícias falsas a respeito de supostos tratamentos precoces, que poderiam evitar o falecimento pelo novo coronavírus e similares, foram difundidas quase sem controle nas redes sociais on-line (Recuero et al, 2020). De fato, os ambientes virtuais se tornaram locais propícios para a proliferação das fake news — notícias inteira ou parcialmente falsas, difundidas com a intenção deliberada de enganar.
Pariser (2012) chama as comunidades locais que se formam através do controle dos algoritmos de “bolha dos filtros” e discute como nossas visões e nossos conhecimentos prévios de mundo são fortalecidos dentro delas. Para manter o engajamento do usuário, os algoritmos selecionam e mostram os conteúdos com base naquilo que eles julgam saber sobre o usuário, de forma que as concepções que o usuário já possui são reforçadas. Além disso, as bolhas de filtro dão a impressão de que todos ao seu redor estão pensando a mesma coisa, reforçando visões de mundo.
Dentre os diversos tipos de notícias falsas que podem circular, Santaella (2019) reforça que é necessário saber separar os “níveis de malignidade”. Para a autora, o tipo mais prejudicial são as “propagandas intencionalmente enganadoras com a finalidade de promover pontos de vista tendenciosos, quase sempre para alimentar causas e programas políticos” (2019: 35).
Quando falamos sobre um discurso negacionista, nos perguntamos o que, exatamente, é negado. Cohen (2001) categoriza três tipos de comportamento negacionista: o literal, o interpretativo e o implicatório. Destacamos que o autor descreve estados de negação que vão além do negacionismo científico, de forma que recorremos a suas ideias para falar sobre casos que envolvem o conhecimento científico, mas não se limitam a eles.
O primeiro caso, o literal, nega explicitamente o fato. A pessoa alega, por exemplo, que “isso não aconteceu”, que “isso não é verdade”; ou recorre a discursos parecidos. Nega, por exemplo, que haja uma pandemia, ou que haja pessoas morrendo de covid-19. Cohen explica que alguns dos motivos para esse tipo de negação podem vir de uma ignorância genuína, de uma aversão deliberada de olhar para uma realidade insuportável demais para ser reconhecida, ou de mentiras e desinformações calculadas.
O negacionista interpretativo não nega o fato, mas busca, por uma interpretação particular, um significado diferente para o ocorrido. Isto envolve discursos como “não sou alcóolatra, bebo socialmente”, “não foi um assassinato, foi um acidente” etc. No nosso contexto, o negacionista interpretativo é aquele que fala, por exemplo, que “as pessoas estão morrendo, mas não é por covid-19”. Para Cohen, esse tipo de negação vem de uma incapacidade genuína de compreender o que os fatos significam para as outras pessoas, de modo que a pessoa tenta se manter sem responsabilidades legais ou morais sobre o que acontece.
Por fim, o implicatório não tenta nem negar o fato, nem negar a sua interpretação convencional. O que é negado, ou minimizado, são as implicações morais, psicológicas ou políticas dos acontecimentos. Dado nosso contexto, o negacionista implicatório é aquele que repete discursos parecidos com “as pessoas estão morrendo de covid-19, mas não há nada que possa ser feito”, ou “as pessoas iriam morrer de qualquer jeito”. Cohen argumenta que esse tipo de negacionismo é o mais comum dentro do ambiente político, uma vez que é uma tentativa de evitar uma cobrança, moral ou psicológica, sobre as consequências dos fatos.
A hiperparticularização dos conceitos
Podemos compreender a aprendizagem em ciências como um movimento de busca fundamentada pela generalização. Praia, Pérez e Vilches (2007) apontam que uma das finalidades da ciência é vincular domínios aparentemente desconexos, procurando estabelecer leis e teorias que podem ser aplicadas em fenômenos diversos, buscando compreender as relações que manteriam entre si. Como sintetizam Pérez et al (2001), a busca aprofundada dos laços que ligariam campos que parecem desconexos é a forma mais correta de se fazer ciência, de modo a entender que fenômenos observados e/ou estudados são casos particulares de uma generalização maior.
Durante o processo de generalização, o que ocorre é a procura pelo invariável dentro de um conjunto de objetos e suas propriedades (Davidov, 1990). Como descreve Davidov (1990), durante o processo de aprendizagem, os estudantes se deparam com diversas coleções de impressões do mundo concreto, que servem como base para que eles possam realizar comparações com o objetivo de encontrar, dentro desses conjuntos, o que é invariável. Por meio desse procedimento, é possível, então, criar ideias abstratas capazes de generalizar o que há de único entre eles.
O encontro com o diverso é fundamental para a formação de uma abstração capaz de generalizar o conceito-chave que sintetiza o que há de essencial entre os fenômenos observados. Essa abstração generalizada é o germe (kernel) do conteúdo; e uma das principais dificuldades no processo de ensino e aprendizagem se dá quando os kernels não são compreendidos pelos estudantes (Davidov, como citado em Engeström, 1991).
Como descreve Engeström (1991), quando o conhecimento adquirido não é baseado na busca dessa abstração generalizada, os estudantes perdem a oportunidade de compreender e usar seus conhecimentos para deduzir, explicar e predizer os fenômenos concretos. O conhecimento se torna, então, encapsulado. Cria-se uma separação entre o conhecimento adquirido e o conhecimento “da vida real”, pois os estudantes não percebem que o que se aprende (na escola) são casos particulares de uma generalização maior, a mesma generalização com que eles se deparam nos fenômenos encontrados fora da escola.
Consideramos que a não compreensão de que o conhecimento deve buscar pela generalização é o início de um problema que se tornou mais grave nos últimos anos, com o aumento da proliferação massiva de desinformações. Afinal muitas delas, difundidas nas mídias, possuem como característica o oposto da generalização. Assim, como muitas vezes a aprendizagem em ciências é falha, no que diz respeito à procura da generalização, quando o aprendiz se depara com problemas que não consegue compreender, não se produz um questionamento aprofundado sobre a questão, o que facilita a possibilidade de aderir-se a uma explicação descontextualizada e particularizada (desinformação).
Ao estudar o movimento terraplanista em uma comunidade on-line, Pivaro (2019) descreve o que chamou de hiperparticularização: a tendência dos membros da comunidade de utilizar conceitos científicos retirados de seu contexto original, sem a preocupação da busca pela generalização. Para defender o formato plano da terra, os usuários da comunidade recorrem a um conceito científico diferente a cada contexto diferente, sem a percepção de que um mesmo conceito poderia explicar os diferentes fenômenos percebidos. Essa extrema particularização das explicações pode induzir a conclusões contraditórias, quando os conceitos utilizados de forma descontextualizada são aprofundados em uma sequência de questionamentos linearizados.
A característica da hiperparticularização não é restrita unicamente à comunidade negacionista, manifestando-se em diversas comunidades online. Também podemos considerar o duplo uso do conhecimento científico como uma consequência do modo de pensar extremamente particularizado, uma vez que, deste modo, é possível, em determinada situação, acreditar no que diz a ciência; e, em outras, duvidar. A hiperparticularização permite que conceitos científicos sejam retirados de seus contextos originais e utilizados para explicar particularidades sem o compromisso de se pensar de forma aprofundada o tema em questão. Pensa-se só no problema imediato a ser resolvido, sem compromisso com a construção generalista do pensamento científico. O termo hiperparticularização foi utilizado para se opor ao que Santos e Mattos (2010) descrevem como a hipercontextualização: a generalização dos conceitos que se verifica quando o indivíduo percebe, a cada passo, os múltiplos contextos nos quais um mesmo conceito pode se articular.
Natureza da Ciência (NdC)
A Natureza da Ciência (NdC) tem sido amplamente discutida; e diferentes autores buscam construir uma epistemologia do conhecimento científico. Sob a óptica do ensino de ciência, investigam-se a compreensão, o desenvolvimento e a elaboração da ciência, desde aspectos metodológicos até as relações sociais, políticas e culturais que englobam o saber científico crítico e integrado com a sociedade. Assim, o ensino com foco em aspectos da NdC tem sido apontado como fundamental para a formação de alunos e professores, tendo aumentado significativamente o número de pesquisas reportadas (Moura 2014).
Segundo Bejarano et al (2019), um sujeito cientificamente alfabetizado, no nível da educação básica, é aquele que compreende a natureza da ciência: sua produção, avaliação e relações com o contexto, assim como a união de conhecimentos das diversas áreas da atividade científica, desde a elaboração de seus métodos e teorias, até seu caráter social e cultural.
Azevedo e Scarpa (2017) afirmam que alguns autores usam o termo NdC para descrever a natureza do conhecimento científico. Os pesquisadores em questão apontam ainda definições fundamentais para a NdC, envolvendo características da investigação científica capazes de evidenciar como o conhecimento gerado influencia o indivíduo: os métodos; os padrões que orientam as pesquisas; como os cientistas interferem em um grupo social; e, por fim, como a ciência pode ser afetada pela sociedade. Ainda no contexto de conhecimento científico, autores apontam que a NdC auxilia o aluno na interpretação da Ciência contemporânea, possibilitando a compreensão das aplicações científicas no seu cotidiano, além de torná-lo um ser crítico capaz de somar em discussões públicas sobre o assunto e de avaliar os impactos que a Ciência pode produzir na sociedade (Barbosa, 2019).
Segundo Matthews (como citado em Bejarano et al, 2019: 968), um dos primeiros cientistas a falar sobre o assunto foi William Whewell, em 1854. Mas a NdC torna-se um tema relevante para o ensino, no âmbito internacional, por volta de 1989, quando Estados Unidos e Grã-Bretanha promovem reformas em seus currículos com o intuito de incorporar à educação básica discussões sobre a mutabilidade do conhecimento científico.
Apesar dos esforços, persiste uma percepção distorcida da ciência e do cientista, distante das práticas desenvolvidas em cenários reais, como apontam Azevedo e Scarpa (2017). Se dentro do ambiente acadêmico os estudantes não tiverem a oportunidade de conhecer, compreender e refletir sobre o processo de criação do conhecimento científico, o meio em que eles estão inseridos reforçará ideias inadequadas de ciência, construídas fora do ambiente escolar.
Alia-se a este fato o contexto atual, em que um conjunto imensurável de desinformações sobre a ciência circulam pelos canais midiáticos. Como discutimos anteriormente, compreender como tais desinformações carregam as concepções de NdC pode ser um caminho propício para o pensar em estratégias futuras de educação científica, assim como para a tomada de decisões que exigem avaliação crítica. Dessa maneira, a educação científica precisa atentar para o aprendizado de saberes conceituais e teóricos, a resolução de problemas, o processo de construção de conhecimento e a relação entre ciência, tecnologia, sociedade e ambiente (CTSA), além de garantir que o aluno possua capacidade de confrontar as questões que envolvem a sociedade e a ciência (Azevedo & Scarpa, 2017).
Alguns autores defendem o uso de aspectos consensuais, que são atributos do conhecimento científico. Segundo Moura (2014), essas características podem ser definidas como: “Ciência mutável, dinâmica e com o objetivo de explicar os fenômenos naturais”; “Não existe um método científico universal”; “Teoria não é consequência de observação/experimentos e nem o contrário”; “A Ciência é influenciada pelo contexto social, cultural, político, etc., no qual ela é construída, não há neutralidade na construção da Ciência e do conhecimento científico” e; “Os cientistas usam imaginação, suas crenças, influências externas e outros recursos, para produzir Ciência”.
Pérez et al (2001) apresentam um conjunto de sete aspectos, chamados de não consensuais, que deveriam ser evitados para que o saber científico não se afaste de suas características essenciais. Os autores ainda apontam que os aspectos não consensuais não devem ser tomados como um check list, por se tratar de uma primeira aproximação. Levando em conta essa advertência, utilizaremos esses aspectos em nossa análise, a saber: “Concepção empírico-indutivista e ateórica”; “Visão rígida (algorítmica, exata, infalível)”; “Visão aproblemática e ahistórica (dogmática e fechada)”; “Visão exclusivamente analítica"; “Visão acumulativa de crescimento linear”; “Visão individualista e elitista da ciência” e; “Visão socialmente neutra da ciência”.
Salientamos nossa compreensão dos importantes debates oriundos das demarcações do campo da ciência e, mais recentemente, das pseudociências e das diferentes discussões sobre a temática da NdC. Entretanto, como estamos buscando articular outros dois níveis de análise (tipos de negacionismo e hiperparticularização dos conceitos), optamos, neste trabalho, pelo referencial dos aspectos não consensuais de Perez et al (2001).
Metodologia
Levando em conta os objetivos estabelecidos para a análise de conteúdo do discurso dos defensores de desinformações; e considerando, ainda, os referenciais já discutidos, assim como a importância da análise das desinformações para a educação científica, buscamos um percurso metodológico capaz de dar suporte à categorização dos argumentos utilizados pelos diferentes sujeitos desses discursos.
Os dados de análise surgiram de comentários realizados frente a textos de divulgação científica produzidos por um projeto de extensão denominado Sala V. Tal projeto tem como objetivo a criação de uma rede de divulgação científica entre escolas da rede básica de ensino de um município do interior de São Paulo, é coordenado por um docente de uma universidade estadual paulista e tem a participação de estudantes de graduação em diferentes cursos (Química, Física, Biologia, História, Linguística). O projeto surgiu em março de 2020, juntamente com a propagação do novo coronavírus no Brasil. Devido ao isolamento social provocado pela pandemia, não foi possível desenvolvê-lo junto às escolas da rede básica de ensino. A convite do projeto Blogs de Ciência, da mesma universidade, o projeto Sala V atuou na checagem de informações veiculadas no período da pandemia, produzindo materiais de divulgação na forma de textos, infográficos, vídeos e podcasts.
Os textos, produzidos e publicados em um blog institucional, receberam inúmeros acessos e outros tantos comentários, de apoio, de dúvidas e de negação. Tal fato merece o devido destaque, pois demonstra que o texto "furou a bolha", chegando a públicos variados. Os comentários em resposta a esses textos foram analisados por meio da técnica de Análise de Conteúdo (AC) (Bardin, 1977) buscando, nos argumentos utilizados, aspectos do negacionismo científico, do papel da hiperparticularização dos conceitos na sustentação da desinformação e no surgimento de visões não consensuais de Natureza da Ciência. Nesta etapa, recorrendo à AC, consideramos categorias a priori os mesmos conceitos: hiperparticularização, tipos de negacionismo e visões não consensuais. Na análise, procuramos tecer uma contra-argumentação, mostrando os principais pontos de fragilidade dos argumentos e tentando identificar a origem dos comentários, no tocante ao uso dos conteúdos. Deste modo, de acordo com a AC, realizamos a análise considerando as seguintes categorias estabelecidas a priori:
Categoria 1 (C1): Aspectos da hiperparticularização: a tendência da utilização de conceitos científicos retirados de seu contexto original, sem a preocupação da busca pela generalização. As explicações tendem a conclusões contraditórias, em termos de conceitos científicos, ainda que os conceitos sejam, por vezes, empregados corretamente, em uma escala particular.
Categoria 2 (C2): Aspectos do tipo de negacionismo associado: o literal; o interpretativo; o implicatório.
Categoria 3 (C3): Aspectos não consensuais de Natureza da Ciência, de acordo com Perez (2001).
Para as categorias, procuramos unitarizar os comentários em Unidades de Contexto (UC) associadas a cada categoria. A depender da amplitude dos comentários, algumas Unidades de Registro (UR) foram estabelecidas, de modo a permitir uma maior compreensão da categorização.
Por fim, a articulação dos dados foi feita com base nessa análise e na ocorrência das categorias, juntamente com a discussão sobre o ensino de ciência e sobre ciência, tecendo-se relações com possibilidades para o letramento científico como possibilidade de enfrentamento à propagação de desinformações.
Resultados e discussão
Consideramos, em nossa análise, os comentários feitos em resposta a três textos produzidos no projeto. Os textos buscavam argumentar contrariamente a três Fake News que circularam no ano de 2020, com relação a tratamento ou cura da COVID-19. As Fake News em questão estavam relacionadas aos seguintes temas:
· Uso de uma mistura de desinfetante com ácido cítrico, na forma oral, no combate a diferentes doenças e distúrbios: em abril de 2020, foi noticiado em milhares de jornais que o então presidente dos EUA, Donald Trump, sugeriu um protocolo composto por injeção de desinfetante e luz solar para tratar pacientes da COVID-19. A ideia de que seria possível injetar produtos de desinfecção nas pessoas surgiu por meio de uma solução conhecida como Mineral Miracle Solution (MMS) ou solução mineral milagrosa (tradução livre).
· Uso de ozônio, na forma de gás ou solução por introdução retal, como tratamento contra a COVID-19. Em agosto de 2020, o prefeito de Itajaí - SC, realizou uma live em uma de suas redes sociais, afirmando que a cidade poderia começar um novo tratamento em pacientes com sintomas do novo coronavírus. O método era baseado em injetar ozônio por via retal durante dez dias, cada aplicação durando cerca de 2 a 3 minutos.
· Ingestão de alimentos com diferentes teores de acidez (pH - potencial hidrogeniônico) como medida preventiva à infecção contra a COVID-19. No começo da pandemia surgiram inúmeras notícias sobre como a população deveria se proteger. Dentre as desinformações, circulou, via aplicativos de mensagens e redes sociais, que o combate ao novo coronavírus poderia ser realizado pelo consumo de alimentos mais alcalinos, apresentando-se uma relação de frutas que poderiam auxiliar na prevenção.
Análise dos comentários
Optamos por agrupar os comentários produzidos pelos pesquisados com base nas categorias já referidas, organizando-os em três quadros. A cada quadro se seguem a nossa interpretação e a justificativa da classificação, bem como a argumentação contrária. As Unidades de Registro seguem a codificação URCX. Y, onde X representa o número da categoria e Y o número da unidade. As Unidades de Contexto, por sua vez, estão codificadas como UCCW. Z, onde W representa o número da categoria e Z o número da unidade. Indicamos também o total de UC que foram identificadas, mas, devido ao pouco espaço disponível nos quadros, recorremos a um conjunto representativo para ilustrar a análise. Optamos por não interferir nos textos originais, transcrevendo-os tais como produzidos pelos sujeitos pesquisados.
O Quadro 1 ilustra as unidades de sentido associadas a C1.
Quadro 1: Aspectos associados à hiperparticularização dos conceitos.
CATEGORIA 1: Aspectos da hiperparticularização dos conhecimentos |
|
Unidades de Registro (UR) |
Unidades de Contexto |
URC1. 1 Utilização de conceitos específicos (10 UC) |
UCC1. 1 Esta substância é conhecida e utilizada de forma obrigatória para desinfecção de sangue em bolsas p/ transfusão, desinfectar água, carnes, verduras, em vários países. UCC1. 2.É triste ler artigos assim, de gente que não sabe o que diz. Cloro existe na piscina, mas ninguém derrete quando pula em uma, porque a proporção que foi jogado na água é segura e aceitável pelo organismo humano. UCC1. 3 Vale lembrar que nossa alimentação não tem o poder de mudar o PH sanguíneo, porém alimentos alcalinizantes que não somente o limão colaboram para o organismo gaste menos energia em manter o PH equilibrado e desempenhar com mais eficiência as funções da manutenção celular bem como a de defesa (sistema imunológico). UCC1. 4 Por exemplo, o limão contém o ácido cítrico que, no organismo humano, sofre reação química, e torna-se um alcalinizante – neutraliza a acidez interna – estabilizando o meio em pH alcalino. UCC1. 5 Sabemos que o limão com glicose retira as células mortas da pele, e isto é inegável! Eu penso que deveriam descer do Olimpo e pesquisar mais sobre o limão, porque partindo do princípio que comprovadamente ele retira as células mortas da pele, colaborando para isso com a renovação celular, é óbvio que a defesa da pele se fortalece contra a entrada de organismos estranhos, pode parecer algo pequeno, mas não podemos desprezar, afinal a guerra é feita de batalhas. |
URC1. 2 Utilização de conceitos gerais (6 UC) |
UCC1. 6 TODOS recebem os múltiplos benefícios desta terapia comprovada, que soluciona mais de 250 doenças UCC1. 7 Ozônio é usado na Russia desde 1928, na Dinamarca e na Áustria é usado no tratamento da água pública, reduzindo os casos de câncer de estômago e esôfago. UCC1. 8 Foi esclarecido que era necessário fortalecer nosso sistema imunológico para combater o vírus covid19. E que alguns alimentos contribuíam para isso, tais como limão, corvina, própolis, gengibre etc. E que o limão também fortalecia o organismo com vitamina c. Por outro lado, vi vídeo de um médico que esclarecia como a hidroxicloroquina aliada a azitromicina combatia o vírus. Esclareceu que o vírus entra na célula e aloja nos ribossomos onde tem um ph de 6 e multiplicava. Estes medicamentos alteravam o pH dos ribossomos pouca coisa, mas suficiente para acabar com o vírus. |
Fonte: Dados da pesquisa
Ao considerarmos a hiperparticularização, duas situações se evidenciam. Primeiramente, o uso de conceitos em situações específicas não generalizados para outras, não diretamente relacionadas (como podemos observar na URC1). As UCC1.1 e UCC1.2 ilustram extrapolações bastantes ingênuas relacionadas à aplicação das substâncias. O cloro (em diferentes formas químicas) é bastante utilizado em tratamento de água, eliminando micro-organismos. Por esta razão, o sujeito extrapola que, se o cloro mata micro-organismos, ao ingeri-lo ele irá matar o vírus em seu corpo. Essa conclusão desconsidera todo o conhecimento associado à biologia e à bioquímica. Pela mesma lógica, se ingerirmos veneno, teremos o mesmo resultado.
Em uma segunda linha de raciocínio, os comentários reportados nas UCC1.3 a UCC1.5, apesar de associarem os mecanismos de ação à complexidade do sistema vivo, carregam um conjunto de erros conceituais resultantes de uma extrapolação da ideia de que podemos mudar de forma rápida nosso organismo pela ingestão instantânea de um determinado substrato, como se pudéssemos mudar a acidez do corpo da mesma forma como alteramos a acidez de um copo de água. Estes pontos ilustram de forma clara o conceito da hiperparticularização, uma vez que deslocam um conhecimento sobre determinado tema para um contexto diferente, para chegar às mesmas conclusões (PIVARO, 2019).
Outro aspecto, ilustrado na URC1.2, é a generalização sem o apoio de conceitos científicos, a partir de dados aleatórios. Por exemplo, com base na afirmação de que o “Ozônio é usado na Rússia desde 1928, na Dinamarca e na Áustria é usado no tratamento da água pública, reduzindo os casos de câncer de estômago e esôfago”, pouca ou nenhuma relação pode se estabelecer quanto ao uso de ozônio contra o coronavírus. O ozônio é usado no tratamento de água como alternativa ao cloro (ação antimicrobiana) e não como medicamento. Mas a associação que se faz é que seu uso combate o câncer, o que na verdade pode ser fruto de diferentes outras ações. Do mesmo modo, a UCC1.8 associa uma alimentação saudável e ao uso do limão o fortalecimento das defesas do organismo contra a COVID-19. Não se descarta que a alimentação adequada pode fortalecer o sistema imunológico; no entanto, nenhuma relação pode ser estabelecida entre o uso do limão e o combate ao coronavírus. Estas relações fragmentadas, lineares e descontextualizadas também apresentam paralelos com os aspectos vinculados ao tipo de negacionismo e com concepções não consensuais de NdC, como discutiremos na sequência.
O Quadro 2 apresenta as UR e UC referentes à categoria 2. Além das tipologias referentes ao negacionismo, duas outras unidades de registro foram estabelecidas, uma vez que mesclam aspectos negacionistas diferentes.
Quadro 2: Aspectos do tipo de negacionismo associado
CATEGORIA 2: Aspectos do tipo de Negacionismo |
|
Unidades de Registro (UR) |
Unidades de Contexto |
URC2. 1 Literal (5 UC) |
UCC2. 1 e..ozônio é vida e não existem efeitos colaterais depois da utilização. Nenhuma reação negativa! Só a cura mesmo. UCC2. 2 Foi esclarecido que era necessário fortalecer nosso sistema emunologico para combater o vírus covid19. E que alguns alimentos contribuíam para isso , tais como limão, corvina, própolis, gengibre etc. E que o limão também fortalecia p organismo com vitamina c. Por outro lado, vi. Vídeo de um médico que esclarecia como a hidroxicloroquina aliada a azitromicina combatia o vírus. Esclareceu que o vírus entra na célula e aloja nós ribossomos onde tem um ph de 6 e multiplicava. Estes medicamentos alteravam o pH dos âncermos pouca coisa, mas suficiente para acabar com o vírus. UCC2. 3 Por isso que o limão mostra efeitos positivos contra todos os tipos de gripe. Ainda! O covid-19 não se prolifera em meio ALCALINO… É ISSO! UCC2. 4 eu acredito muito no limão, porque o limão, ao contrário do que diz o articulista, segundo os nutricionistas, embora ácido, não participa do organismo com efeito acidificante e sim como alcalinizante. Uma vez que, no estômago, o ácido cítrico contido no limão combina com o sódio formando o citrato de sódio, excelente composto químico para alcalinizar as células do organismo. E o vírus, de modo geral, não gosta de atacar o núcleo das células, onde o pH não seja neutro. Não porque o ânce sofra efeito direto do nível do ph, mas sim porque pH ácido ou alcalino altera os trabalhos das enzimas citoplasmática, não permitindo que o vírus faça a conversão do DNA dos cromossomos para RNA, conforma o projeto de qualquer vírus. Motivo por que o limão tem mostrado efeitos positivos em todos os tipos de gripe |
URC2. 2 interpretativo (5 UC) |
UCC2. 5 Na forma MMS há resíduos, mas na forma CDS usa -se só o gás (dióxido de cloro) misturado na água e na proporção indicada, nunca matou ninguém. UCC2. 6 Não estou aconselhando o uso, mais sim, que o Governo faça estudo e não fique ouvindo opiniões que não apresentem estudos. UCC2. 7 Acredito que muitas informações são distorcidas, mais não podemos negar a relevância do benefício do limão no auxílio ao combate do sarscov2. UCC2. 8 Já que ninguém conhece o comportamento do civid-19 em nosso organismo, e nem sabe como ele reage às drogas existentes, não devemos abrir mão do consumo das frutas ácidas em momento algum. Tenho 67 anos e desde criança alimento limão laranja, abacaxi etc., e graças a Deus, em toda minha existência não tive mais de meia dúzia de febre. Então que continuemos ingerindo essas frutas. Conforme o ditado: para morrermos, basta estarmos vivos. Ninguém é recolhido por Deus sem ter chegado a hora. |
URC2. 3 Implicatório (3 UC) |
UCC2. 9 Ocorre é que nenhuma indústria farmacêutica quer que a população saiba disso, porque o MMS e o CDS são compostos por dois componentes que são obtidos de maneira muito fácil por qualquer pessoa e isso impede que algum laboratório o patenteie. UCC2. 10 Além disso, os médicos que ganham as suas devidas comissões da indústria farmacêutica, bem como precisam que o paciente fique o maior tempo possível dependente dele e de medicamentos químicos, não têm interesse de curar ninguém. Assim como está ocorrendo com a hidroxicloroquina (em que o gasto total com o tratamento de um paciente até sair da fase aguda sai por cerca 40 a 60 reais), outros medicamentos vendidos pelo mundo custam de 5 a 6 mil dólares. |
URC2. 4 Experiências individualizadas (6 UC) |
UCC2. 11 Não é uma experimentação nova. Sua comprovação é MUITO antiga. Tive câncer de colon sigmóide, retirei 45 centímetros do intestino grosso, e posteriormente a cirurgia, me cuidei com ozonioterapia. TOTALMENTE CURADA após 6 anos de cirurgia. Me recusei a fazer quimioterapia leve naquela época UCC2.
12 Minha irmã pegou covid 19 e convivemos na
mesma casa, eu não peguei a doença, costumo consumir chá de limão com alho
(12 de ph) tomo ele morno a noite essa receita é antiga e previne muitas
doenças.
UCC2. 13 Não vou me estender aqui tentando explicar detalhes técnicos, pois quem se arvorou a escrever o texto acima é quem deveria ter pesquisado melhor, mas apenas saliento que não existe nenhuma prova melhor para comprovar uma teoria científica do que a própria experiência e eu posso garantir que usei, assim como minha esposa, além de dois amigos, sendo que todos foram curados de suas doenças, sendo elas: malária, dengue e bactéria H-pylori. Se duvidar, eu provo bebendo de novo na frente de qualquer um e vou mostrar que não terei absolutamente nenhum efeito colateral e olhe que eu tomei a dose de um bezerro, segundo os protocolos veterinários que testaram o produto em animais de engorda. UCC2. 14 O ozônio tem sido usado “experimentalmente” na Italia. Veja os resultados… enfim… ozônio sempre é renegado, sempre tem sua eficácia desconfiada, mas, o fato é que há estudos contundentes desde o início do século 20… sinceramente, pelo o que já me tratei e resolveu, das coisas que vi em mais de 10 anos me tratando com ozônio, das pessoas que ajudou, não sei pq ainda não faz parte da política pública de saúde. |
UCC2. 15 Está sendo estudada na Suiça, cujo divulgador Andreas Kalcker se dispõe a enviar todos os estudos científicos que o País interessado desejar. Custo baratíssimo, qualquer farmácia pode fabricá-la. Aqui pode contatar: https://andreaskalcker.com/. UCC2. 16 Vejam meus Vídeos/aula sobre esse assunto, e vejam também no Google Acadêmico o meu Artigo Científico publicado na Revista Científica ETC da Federal, o qual foi indicado para Projeto de Lei na ALBa. Endereço Eletrônico: “Benefícios da água com pH alcalino. Saúde ou doença, você decide” UCC2. 17 Já temos um estudo em andamento na Federal, sobre o bloqueio e desintegração do novo Coronavírus, a partir do ambiente alcalino, já testado com pleno êxito com 15 voluntária (de fé pública) infectados… |
Fonte: Dados da pesquisa
A URC2.1 nos mostra Ucs o que pode ser categorizado como um negacionismo literal: trata-se da negação explícita do próprio fato em questão. Nos comentários selecionados, é possível notar tentativas de justificar o uso de tratamentos alternativos para a COVID-19; para isso, nega-se o que dizem cientistas sobre o uso destes tratamentos, sem qualquer argumentação plausível para tanto.
As UCC2.1 e UCC2.3 mostram uma negação mais direta, por meio da expressão de que algo não existe/acontece. Podemos ver, na UCC2.1, que o internauta afirma que “não existem efeitos colaterais” para justificar a utilização do ozônio como tratamento para a COVID-19. De modo parecido, a UCC2.3 contém a afirmação do usuário de que o vírus da COVID-19 “não se prolifera em meio alcalino”, para justificar o uso do limão no combate aos vírus, mesmo com o texto da divulgação científica informando que não se sabe quais são os níveis de pH suportados pelo novo coronavírus e, ainda, sendo o limão ácido, propriedade oposta à alcalina. Com esta afirmação, o usuário também se recusa a concordar que o limão não alcaliniza o sangue, uma vez que se trata de uma fruta ácida.
Já nas UCC2.2 e UCC2.4, o discurso negacionista não é tão direto. No entanto, também está presente de modo literal. Nelas, os usuários não negam explicitamente algo (não utilizam a expressão “isto não ocorre”), mas, de acordo com seus comentários, é possível denotar que se recusam a concordar com o conhecimento científico de que ingerir limão não auxilia no combate à COVID-19.
Na URC2.2, há UCs que mostram um negacionismo interpretativo, ou seja, não negam o fato, mas dão outra interpretação ou significado a ele. É comum, nesses casos, que as justificativas dadas pelos usuários tenham um formato como: “não estou negando o fato, mas ….”.
Em nenhum dos registros os usuários negam que haja muita desinformação circulando, nem que ainda haja o que se descobrir a respeito do novo coronavírus. No entanto, apresentam objeções: mas o limão funciona; mas o governo precisa bancar seus próprios estudos e não confiar nos apresentados. Da mesma forma, em UCC2.5, o usuário não nega que haja uso de uma solução supostamente milagrosa, mas, afirma ele, ela nunca matou ninguém.
Já o negacionismo implicatório exposto na URC2.3 é aquele que nega as implicações do acontecimento. Vemos nas UC exemplos de discurso que colocam a culpa da proliferação do vírus e aumento da pandemia na indústria farmacêutica, que supostamente não quer que se invista em um tratamento barato para a população, como a hidroxicloroquina ou a ivermectina. Desta forma, exime-se de culpa os governantes que deveriam ter sido responsáveis por manter o controle da pandemia de forma mais adequada.
Nas URC2.4 e URC2.5 encontram-se os três tipos de negacionismos simultaneamente, mas com características e aspectos que justificam reuni-las em novas UR, para uma melhor discussão.
Na URC2.4 encontra-se o negacionismo advindo da experiência individualizada. Ou seja, as pessoas baseiam-se em experiências próprias; e acreditam que essa particularidade provocou uma consequência específica. Ao utilizar a experiência própria como forma de justificativa para algo, a pessoa recusa-se a aceitar outra explicação para o acontecido. Em UCC2.11, por exemplo, o usuário afirma que foi devido ao uso do ozônio que se curou de um câncer, mesmo tendo feito a cirurgia para retirar parte do intestino; em UCC2.12, a pessoa afirma que não pegou covid-19 pois costuma tomar chá de limão com alho. Mas não sabemos se a pessoa pegou e ficou assintomática, ou se realmente não pegou, seja por um simples acaso, seja como resultado do “tratamento”.
Para a pessoa da UCC2.11, foi o ozônio que a curou, pois foi esta a sua experiência subjetiva; e, por isso, nega que o ozônio faça mal. No entanto, essa pessoa não leva em consideração que câncer e doenças respiratórias não são tratadas da mesma forma, nem possuem uma origem comum. Podemos traçar paralelos entre esse tipo de negacionismo e a hiperparticularização dos conceitos, uma vez que o fato do ozônio ter sido usado em um tratamento de câncer foi extrapolado para o tratamento de uma doença viral. Assim, o uso do ozônio foi descontextualizado e aplicado de forma arbitrária a uma outra doença, sem qualquer justificativa para o seu suposto funcionamento em um ou outro caso. Vemos em UCC2.13 o mesmo fenômeno, de pessoas justificarem o uso ozônio contra a COVID-19 com o argumento de que ele nunca lhes fez mal.
Por fim, em URC2.5, o negacionismo é dirigido às fontes das pesquisas que afirmam a ineficácia do tratamento com limão ou da manipulação de pH, sob a alegação de que essas pesquisas não seriam confiáveis. Por não confiarem nestas pesquisas, em UCC2.16 e UCC2.17 os usuários afirmam terem eles próprios realizado pesquisas, para provar que estariam certos e as outras fontes de informações, erradas. Já em UCC2.15, a pessoa indica um outro divulgador que, supostamente, seria confiável.
Destacamos como, neste último UC, a pessoa fornece o site do suposto pesquisador, no qual, entretanto, o mesmo apenas afirma realizar pesquisas, sem citar nenhum artigo publicado verificado por pares nem indicar vínculo com qualquer universidade ou instituição de pesquisa. Vemos, aqui, que o conhecimento científico “oficial” (das universidades e centros de pesquisa) é negado, enquanto o conhecimento produzido por “pesquisadores alternativos” (que estariam denunciando aquilo que as grandes indústrias farmacêuticas e a academia não querem divulgar) é aceito sem qualquer questionamento.
Ao relacionarmos a URC2.4 e a URC2.5, percebemos que a experiência pessoal e a recusa do conhecimento científico “oficial” — aquele construído em conjunto, em que diferentes cientistas se comunicam e avaliam o trabalho de seus colegas, buscando o refinamento do conhecimento — evidenciam que o entendimento sobre como se constrói o conhecimento científico é falho em parte expressiva da população. Constatamos que o conhecimento científico é negado para dar lugar a um outro, sem qualquer compromisso com a construção de procedimentos consensuados de observação, análise e verificação. Cada pessoa tem a “sua” versão sobre o que é verdade; ou escolhe, arbitrariamente, acreditar ou não nesta ou naquela fonte.
O Quadro 3 ilustra as UR e UC relacionadas a aspectos não consensuais da NdC, tais como destacados por Perez (2001).
Quadro 3: Aspectos não consensuais de Natureza da Ciência
CATEGORIA 3: Aspectos não consensuais de Natureza da Ciência |
|
Unidades de Registro (UR) |
Unidades de Contexto (UC) |
URC3. 1 Empírico indutivista (2 UC)
|
UCC3. 1 Gostaria que o Autor 1 e a Autora 2, antes de dar informações equivocadas para a população, realizasse Testes com seres humanos (como eu venho realizando a quase 10 anos), ao invés de se basear tão somente em Literaturas já ultrapassadas, estudadas nos cursos (inclusive ewseirinhas) em geral..!.!.!errados, UCC3. 2 Levei para dois amigos internados com COVID respirando com auxílio de oxigênio. E falei deixa ligado 10 minutos 3 vezes ao dia no apto do hospital 4×4 m mais o wc. Ambos disseram que após os primeiros 10 minutos, a melhora foi significativa. O aprelho de ozônio que tenho é daqueles aberto com placas de….20 g p/h e ozoniza o ambiente. Meu protocolo foi esse e deu certo. Uso sempre. Eu tinha um de 600 mg aquele com uma ewseirinha. É maravilhoso, melhor ainda se conseguir acoplar oxigênio puro medicinal para ozonizar e usar. Tanto para respirar, ozonizar óleo, sub-cutânea para músculos. Pantorrilha e nervo radial. Esses eu mesmo usei em mim. Eu usei até na uretra há um 3 anos. Isso mesmo. Coloca 30 segundos na uretra depois força pra sair. Resultado…tenho um filho rescêm nascido. |
URC3. 2 Exclusivamente analítica (2 UC)
|
UCC3. 3 Já temos um estudo em andamento na Federal, sobre o bloqueio e desintegração do novo Coronavírus, a partir do ambiente alcalino, já testado com pleno êxito com 15 voluntária (de fé pública) infectados… UCC3. 4 Vejam meus Vídeos/aula sobre esse assunto, e vejam também no Google Acadêmico o meu Artigo Científico publicado na Revista Científica ETC da Federal, o qual foi indicado para Projeto de Lei na ALBa. |
URC3. 3 Individualista e elitista (5 UC) |
UCC3. 5 Uma médica e professora de medicina chinesa falou em palestras sobre o poder do alho e do limão contra a covid e ela foi presa por isso, então acredito que deve haver um fundo de verdade nisso. UCC3. 6 Respeito os autores, mas minha médica, Dra. Dayana Hannemam, clínica, ortomolecular, fez diversas especializações no exterior e com o Dr. Lair Ribeiro (médico que já deu aulas em Harvard) UCC3. 7 Também sigo Lair Ribeiro, meu ews. Ah e passei a dormir melhor com Ozônio desde 2016 UCC3. 8 O trabalho vosso é sério, porém pesquisem doutores como lair ribeiro entre outros e irão se surpreender. Obrigado UCC3. 9 Verificar sobre essa substância, cujo estudo clínico em humanos, encerram em 1/6/2020, na Colômbia (https://patentimages.storage.googleapis.com/f0/8f/9b/4356d4bff1c967/ES2518368T3.pdf). Os estudos em andamento constatam atualmente uma efetividade de 97%. Alguns links para subsídio: https://www.docdroid.net/wIPxtU5/clo2-covid19-general2eng-pdf; https://andreaskalcker.com/documentos-cientificos/; https://patentimages.storage.googleapis.com/f0/8f/9b/4356d4bff1c967/ES2518368T3.pdf. |
URC3. 4 Socialmente Neutra (2 UC) |
UCC3. 10 Ocorre que nenhuma indústria farmacêutica quer que a população saiba disso, porque o MMS e o CDS são compostos por dois componentes que são obtidos de maneira muito fácil por qualquer pessoa e isso impede que algum laboratório o patenteie. UCC3. 11 O autor do comentário apresenta a argumentação de que o MMS e alguns medicamentos que fizeram parte de inúmeras fake ews sobre o novo coronavírus, não são divulgados porque a indústria farmacêutica não deseja ou até mesmo o governo, ainda afirmando que os compostos ajudam no tratamento de bactérias, vírus e fungos, o que realmente acontece em determinados casos, mas não por meio de ingestão, o cloro mesmo é muito utilizado para desinfecção de ambientes, mas não deve ser ingerido, pois apresenta inúmeros riscos à saúde. Finalizando com a sugestão de um único médico, como se a ciência fosse feita por apenas um homem e por sua opinião, sem ter a existência de pesquisas que refutem algumas informações. |
URC3. 5 apelo social/econômico (2 UC) |
UCC3. 12 Além disso, os médicos que ganham as suas devidas comissões da indústria farmacêutica, bem como precisam que o paciente fique o maior tempo possível dependente dele e de medicamentos químicos, não têm interesse de curar ninguém. Assim como está ocorrendo com a hidroxicloroquina (em que o gasto total com o tratamento de um paciente até sair da fase aguda sai por cerca 40 a 60 reais), outros medicamentos vendidos pelo mundo custam de 5 a 6 mil dólares. Pergunto agora ao autor desse indigitado pasquim: em qual caso você se encaixa? UCC3. 13 Eu só lamento o entrave acadêmico, governamental, e da indústria farmacêutica. Que acaba impedindo de pessoas serem tratadas com cloroquina, ivermectina , mms entre outros medicamentos que já é comprovado que combatem todo tipo de vírus bactérias fungos. Eu sou testemunha viva do uso do mms e indico a outros não só o mms como ivermectina e outros mais. |
Fonte: Dados da pesquisa
Apesar da menor quantidade de unidades de contexto, é possível estabelecer algumas relações entre os comentários e alguns aspectos da NdC, bem como articular as concepções em jogo ao tipo de negacionismo e à hiperparticularização. Um aspecto que destacamos para discussão é a interpretação inadequada das fontes.
A cobrança de fontes tornou-se comum tanto a divulgadores científicos quanto a negacionistas, o que poderia indicar um aspecto positivo, no que diz respeito ao entendimento sobre a construção do conhecimento científico. Em alguns casos, no entanto, as fontes são inúteis ou são interpretadas de maneira equivocada. Nos exemplos acima, os estudos reportam apenas desinfecção de ambientes externos, e não a desinfecção interna por ingestão direta. As fontes são encaradas como uma forma de gerar credibilidade por meio da "autoridade científica", aspecto relacionado à ideia de uma ciência elitista e de verdade absoluta. Todavia, as visões não consensuais representam e fortalecem a distorção do caráter científico como perspectiva certificativa da produção de conhecimento.
Nota-se, na UCC3.9, que um usuário fornece diversos links de supostos estudos e testemunhos, relativos a uma substância que combateria o novo coronavírus. A recusa deste usuário em aceitar o conhecimento científico “oficial” o leva à procura de uma alternativa que, aparentemente, também se basearia no conhecimento científico. O usuário procura por fontes por entender que é preciso recorrer a elas para sustentar uma afirmação científica. No entanto, a recusa do conhecimento científico construído coletivamente (o “oficial”), assim como a descrença de que estes coletivos estariam buscando pelo refinamento do conhecimento, levam o usuário a procurar individualmente por caminhos e soluções avessos aos procedimentos científicos reconhecidos.
A UCC3.9 pertence à URC3.3, que indica uma visão não consensual da NdC como individualista e elitista. O usuário da UCC3.9 recusa a ciência construída coletiva e consensualmente, apostando em que pessoas isoladas podem, pontualmente, construir um conhecimento científico sem precisar conversar e articular suas ideias com outros cientistas. Trata-se de uma outra maneira de se hiperparticulalizar a construção do conhecimento científico, pois fontes não validadas pela comunidade acadêmica são percebidas, pontualmente, como confiáveis, em determinado assunto. Esta discussão também se articula com o que destacamos sobre a relação entre as URC2.4 e URC2.5, na sessão anterior, o que indica que o negacionismo científico e as visões não consensuais sobre a NdC possuem pontos em comum entre as pessoas que praticam estes discursos.
Com o objetivo de ilustrar o uso inadequado ou restrito das fontes, destacamos a análise de uma das fontes citadas no comentário. O texto em jogo[177] diz respeito a um pedido de uso do dióxido de cloro vaporizado no ar em concentrações de no máximo 0,1 ppm. O texto de divulgação científica, no entanto, se refere ao uso da substância administrada diretamente no organismo, e não vaporizada no ar, algo bastante diferente, porque, além da concentração de uma solução caseira ser maior do que 0,1 ppm, sua administração direta acarretará um maior contato da substância com partes do organismo.
O uso para “desinfecção de sangue em bolsas p/ transfusão, desinfectar água, carnes, verduras, em vários países”, citado em UCC3.9, é um uso externo. Ou seja, é o mesmo que passar um agente desinfetante em um alimento para depois consumi-lo. No outro texto indicado pelo internauta[178], os autores sugerem uma proposta de teste ainda sem resultados. Citam vários trabalhos feitos na mesma linha, mas que, em grande parte, se referem à desinfecção externa. Quando administrados, produzem efeitos colaterais; e embora apoiem alguma premissa relativa ao uso, o estudo apresenta um teste para apenas 20 pacientes. Apesar dessa insuficiência de representatividade, o estudo é utilizado como base para a generalização de um possível conhecimento científico, construído, no entanto, isoladamente.
Tal ponto é interessante porque vai além das discussões propostas por Perez (2001). A ideia de ciência individualista e elitista, sugerida pelo autor, se refere à percepção de que a produção científica só é possível quando realizada por indivíduos de uma classe favorecida intelectual e financeiramente, atuando isoladamente. Os comentários expandem essa noção negativamente, pois mantêm a ideia de isolamento, mas que agora pode ser de qualquer pessoa, inclusive atuando sem qualquer perspectiva metodológica para a realização dos procedimentos. As fontes tornam-se, portanto, qualquer experiência realizada, com ou sem rigor metodológico.
Associando tais visões aos tipos de negacionismo, consideramos que esses comentários se enquadram, em maior escala, no interpretativo. Por vezes, vemos que não se nega o fato de que o produto faz mal. Mas há a tentativa de refutar, utilizando uma "contraciência" falha e com dados alterados ou interpretados de forma a comprovar uma posição, o que, novamente reforça não só uma visão exclusivamente analítica, mas também aproblemática e a-histórica (dogmática e fechada) do conhecimento científico.
O comentário todo tem um caráter exclusivamente analítico, de simplificação e fragmentação da ciência, transformando as pesquisas que descredibilizam o tratamento como uma parte que pode ser ignorada. O usuário inicia sua argumentação com uma afirmação que sugere que o contato externo com cloro pode ser equiparado à sua ingestão pelo homem. Na segunda parte de sua argumentação, o autor do comentário aponta que para provar algo é necessário a experimentação, assim se oferecendo para ingerir a solução. Omite, entretanto, as pesquisas e análises que já comprovaram os numerosos malefícios que o consumo do MMS causa ao organismo. Outro raciocínio errôneo é a comparação do organismo humano com o de animais de engorda, que possuem um sistema digestivo completamente diferente.
Destacamos, ainda, na URC3.5, um apelo socioeconômico, com a afirmação de que a indústria farmacêutica não permite a divulgação do produto porque é de baixo custo, esquecendo, no entanto, que o MMS não é um medicamento; para que assim fosse considerado, ele deveria tratar algo, como afirma a Organização Mundial da Saúde. Destaca-se, ainda, o caráter pejorativo associado à “química”, quando o comentarista aponta dependência média e de medicamentos químicos, esquecendo que o cloro também é uma substância química, e que se a solução fosse um medicamento — o que já foi constatado que não é — também se trataria de uma solução química.
Considerações finais
Por meio da análise dos dados originários dos comentários produzidos em resposta aos textos de divulgação veiculados por um blog institucional, retomamos, nesta seção, nossos objetivos de discutir as relações associadas a nossos referenciais teórico-metodológicos e de tecer uma breve discussão sobre suas possibilidades para a educação científica.
A Figura 1 ilustra a conexão entre as categorias analisadas.
Figura 1: Relação entre as categorias analisadas, com base na análise de conteúdo dos dados. Fonte: os autores.
Podemos estabelecer que há relações entre os tópicos referentes a hiperparticularização, aos tipos de negacionismo e às visões não consensuais de NdC, uma vez que, na análise das unidades de registro e contexto, foi possível notar justaposição de ideias próprias de cada referencial. Destacamos, na figura, que a fragilidade e a descaracterização dos argumentos utilizados pelos usuários têm forte relação com a natureza do negacionismo. Por vezes, a hiperparticularização dos conceitos é a causa do próprio argumento negacionista.
Ao considerarmos a perspectiva da educação científica sob a ótica do letramento científico, cujas ideias alinham-se ao uso contextual de diferentes linguagens e conceitos apropriados a um cenário de interpretação social da ciência, particularizar um conceito caminha de forma contrária à criação de argumentos sociocientíficos sólidos (SANTOS 2007). É nesse sentido que tecemos a reflexão de como a educação formal pode, atuando em termos de discussões menos fragmentadas de conceitos, contribuir para debates mais amplos. Não há, aqui, a intenção de prescrever meios pelos quais se deva realizar o ensino das diferentes áreas, mas concordamos com a ideia de que o ensino de conceitos deve perpassar a perspectiva conceitual e procedimental, associando-se cada vez mais à perspectiva atitudinal. Os caminhos para tal podem ser diversos.
Além disso, tanto a hiperparticularização quanto os tipos de negacionismo influenciam e são influenciados pelos aspectos não consensuais de NdC. Destacamos que o referencial para os aspectos não consensuais pode ter gerado dificuldades para a análise, por carregar concepções de debates ainda muito recentes. Entretanto, aspectos interessantes emergem, como a ideia de que o rigor elitista das ciências, na visão não consensual, passa agora a ser refutado pelo negacionismo por meio de uma ausência de rigor no fazer ciência, carregando diversas concepções alternativas avessas a refutações, aspecto contrário a concepções clássicas do fazer científico como a de Popper (2014). Salientamos, também, que é possível encontrar elementos de interlocução, principalmente voltados à linearidade da produção científica e da visão descontextualizada. Retomando as ideias de Hodson (2014), defendidas também por outros autores, mas que ainda carregam dificuldades, tanto na formação de professores como no próprio trabalho com o ensino e a aprendizagem, o ensino de ciências deve incorporar também o ensino sobre as ciências, suas epistemologias específicas e, principalmente, as didáticas relacionadas a estas últimas.
Finalizamos o trabalho salientando que não é possível afirmar que os comentários analisados sejam representativos de um conjunto maior da população. Não obstante, a rede de circulação de desinformações é ampla e tem sido utilizada como estratégia política e de manipulação e, portanto, análises como a realizada neste trabalho são necessárias (e perfeitamente passíveis de aprimoramentos), para que possamos compreender quais são os artifícios utilizados por determinados grupos, pensando em perspectivas de formação de estudantes críticos para o enfrentamento das situações. Reconhecemos que o espaço virtual, como lugar de educação não formal, tem sido frequentemente utilizado como espaço de desinformação e que, quando se propõe a promover informações adequadas, carrega ideologias e interesses. A educação formal precisa, portanto, incorporar novos caminhos para a formação crítica.
Referências
Barbora, F & Aires, J. (2019) Aspectos consensuais da Natureza da Ciência e suas implicações para o ensino de química. Revista Debates em Ensino de Química. 5(1), 26-44.
Bardin, L. (1997) Análise de conteúdo. Lisboa: Edições 70, 1977.
Bejarano, N; Aduriz-Bravo, A & Bonfim, C. (2019) Natureza
da Ciência (NOS): para além do consenso. Ciência & Educação. 25(4), 967-982.
Cohen, S.
(2001) States of Denial : Knowing about Atrocities and Suffering.
Cambridge, UK: Polity Press.
Davidov, V,
V. (1990) Types of Generalization in Instruction: Logical and Psychological
Problems in the Structuring of School Curricula. Soviet Studies in
Mathematics Education Volume 2. Translated by Joan Teller.
Dupré, J.
(1993) The Disorder of Things: Metaphysical Foundations of the Disunity
of Science. Londres: Harvard University Press.
Engeström,
Y. (1991) NON SCOLAE SED VITAE DZSCZMUS: Toward overcoming the encapsulation of
school learning. Learning and Instruction. 1, 243-259.
Grunbaum,
A. (1984) The foundations of psychoanalysis: A philosophical critique.
Berkeley: University of California Press.
Hansson, S.
O. (2013) Defining pseudoscience and science. In: Pigliucci, M. & Boundry,
M. (ed.). Philosophy of Pseudoscience: Reconsidering the Demarcation
Problem (pp. 61-77). Chicago & Londres: The University of Chicago Press.
Hansson, S.
O. (2017) Science and Pseudo-Science. In: Zalta, E. N. (ed.). The Stanford Encyclopedia of
Philosophy.
Stanford: Metaphysics Research Lab, Stanford University. Recuperado de: https://plato.stanford.edu/archives/sum2017/entries/pseudo-science/
Hodson, D. (2014) Learning Science, Learning about Science, Doing Science: Different goals demand different learning methods. International Journal of Science Education, 36 (15), 2534-2553.
Leite, J. C. (2014) Controvérsias científicas ou negação da ciência? A agnotologia e a ciência do clima. Scientiæ Studia, 12(1), 179-89.
Mortimer, E. F. (1996) Construtivismo, mudança conceitual e ensino de ciências: para onde vamos? Investigações em Ensino de Ciências, 1(1), 20-39.
Moura, B. (2014) A natureza da Ciência e qual sua relação com a História e Filosofia da Ciência? Revista Brasileira de História da Ciência. 7(1) 32-46.
Pariser, E. (2012) O filtro invisível: o que a internet está escondendo de você. Editora Schwarcz-Companhia das Letras.
Pérez, D. G ; Montoro, I. F ; Alís, J. C ; Cachapuz, A. & Praia. P. (2001). Para uma imagem não deformada do trabalho científico. Ciência & Educação, 7(2), 125-153. https://doi.org/10.1590/S1516-73132001000200001
Pivaro, G. F. (2019) A crença numa Terra plana e os ambientes virtuais: identificando relações e construções de conhecimento. In: Atas do XII Encontro Nacional de Pesquisa em Educação em Ciências, (pp. 1-7). Recuperado de http://abrapecnet.org.br/enpec/xii-enpec/anais/resumos/1/R2128-1.pdf
Pivaro, G. F & Girotto Jr, G. (2020) O ataque organizado
à ciência como forma de manipulação: do aquecimento global ao coronavírus. Caderno Brasileiro de Ensino de
Física, 37(3),
1074-1098
Popper, K. Conjectures, and refutations: The growth of scientific knowledge. 2ª ed. Nova Iorque: Routledge, 2014.
Praia, J, Pérez, D. G & Vilches, A. (2007) O papel da natureza da ciência na educação para a cidadania. Ciência e Educação, 13(2), 141-156
Recuero, R; Soares, F. B.; Vinhas, O.; Volcan, T.; Zago, G.; Stumpf, E. M.; ... & Sodré, G. (2020) Desinformação, Mídia Social e COVID-19 no Brasil: Relatório, resultados e estratégias de combate. (Relatório de Pesquisa). Recuperado de https://wp.ufpel.edu.br/midiars/files/2021/05/Desinformac%CC%A7a%CC%83o-covid-midiars-2021-1.pdf
Reusing, L.; Wachowicz, M. (2019) A agnotologia no processo
de conhecimento na biotecnologia. P2P E
INOVAÇÃO, 6(1), 35–48. https://doi.org/10.21721/p2p.2019v6n1.p35-48
Rosenberg, A. (2012) Philosophy of Science: A contemporary Introduction. (3a ed.) Nova Iorque: Routledge.
Santaella, L. (2019) A Pós-Verdade é verdadeira ou falsa? Barueri, SP: Estação das Letras e Cores.
Santos, F. P. P & Mattos, C. R. de. (2009) Generalização e Contextualização no Ensino de Ciências. In: VII Encontro Nacional de Pesquisa em Ensino de Ciências. (pp. 1-12) Florianópolis-SC.
Santos, W. L. P. (2007) Educação científica na perspectiva de letramento como prática social: funções, princípios e desafios. Revista Brasileira de Educação, 12(36), 474-550.
https://doi.org/10.34024/prometeica.2022.24.12970
Una panorámica sobre patentes, vacunas y covid-19
AN OVERVIEW OF PATENTS, VACCINES AND COVID-19
UMA VISÃO GERAL DAS PATENTES, VACINAS E COVID-19
Benedicto
Acosta
(Universidad
de Salamanca)
bneacosta@usal.es
Mario A.
Monzón Naranjo
(Universidad
Pompeu Fabra)
marioantonio.monzon@alum.upf.edu
Recibido: 23/11/2021
Aprobado: 18/01/2022
RESUMEN
El objetivo
de este artículo es presentar una panorámica actualizada de la cuestión en
torno a patentes y tratamientos de la COVID-19 y, especialmente, de las
vacunas. Primeramente, ofrecemos una aclaración
conceptual de conceptos como patente, vacuna o coronavirus. En segundo lugar,
explicamos por dónde ha discurrido el debate entre propiedad intelectual y
salud y abrimos paso para, en último lugar, reseñar los intentos de solución a
los problemas abiertos y los desafíos que creemos que quedan por atender,
con el objeto último de que todo ello sirva a las personas no expertas a
orientarse mejor en esta intersección entre vacunas, COVID-19 y patentes.
Palabras
clave: patentes. coronavirus. desafíos. tratamiento.
ABSTRACT
The aim of
this article is to present an updated overview of the issue of patents and
treatments for COVID-19 and, in particular, vaccines. First, we offer a
conceptual clarification of concepts such as patent, vaccine, or coronavirus.
Secondly, we explain where the debate between intellectual property and health
has taken place and, finally, we outline the attempts to solve the open
problems and the challenges that we believe remain to be met, with the aim of
helping non-experts to find their way around this intersection between
vaccines, COVID-19, and patents.
Keywords:
patents. coronavirus. challenges. treatments.
RESUMO
O objetivo deste artigo é apresentar uma visão atualizada da questão das patentes e tratamentos para a COVID-19 e, em particular, das vacinas. Primeiro, oferecemos um esclarecimento conceitual de conceitos como patente, vacina ou coronavírus. Em segundo lugar, explicamos onde ocorreu o debate entre propriedade intelectual e saúde e, finalmente, esboçamos as tentativas de resolver os problemas abertos e os desafios que acreditamos ainda estarem por enfrentar, com o objetivo final de ajudar os não especialistas a encontrar seu caminho em torno desta interseção entre vacinas, COVID-19 e patentes.
Palavras-chave: patentes. coronavírus. desafios. tratamentos.
Introducción
El objetivo de
este artículo es ofrecer una panorámica sobre el momento exacto en el que se
encuentra el debate sobre las patentes de vacunas contra el COVID-19, así como
presentar de una manera crítica desafíos abiertos para el debate ético y de
gestión pública. Está dirigido a periodistas, informadores, divulgadores
científicos, e incluso sanitarios y, en general, personas que, sin ser
expertas, quieran elaborarse un juicio informado sobre el tema.
Creemos que tal
objetivo es necesario ante la falta de información generalizada -e incluso la
mala información- que persiste en una gran parte de los relatos en medios de
comunicación, que es la fuente de información más habitual de los que no son
expertos en el asunto. Hemos detectado mucha confusión sobre conceptos importantes
en el debate sobre patentes, vacunas y COVID-19. Por ejemplo, respecto a la
posición del Parlamento Europeo, no solo de relevancia comunitaria sino muy
influyente en el resto del planeta, se ha dicho que pretenden “suspender” las
patentes (Domínguez, 2021), “liberarlas” (Martínez, 2021), “eliminarlas”
(Mateos, 2021), un “levantamiento” (Sánchez, 2021), incluso que se ha llegado a
pedir la “supresión” (Médicos Sin Fronteras, 2021). Todas estas ambigüedades y
problemas se han repetido incluso en algunos artículos más académicos que,
quizá por estar desactualizados, creemos que tampoco presentan adecuadamente la
cuestión. Algunos de estos puntos los comentaremos a lo largo del escrito.
Por todo esto es
necesario seguir incidiendo en la cuestión de las patentes, las vacunas y la
COVID-19, pensando especialmente en todos aquellos que, quizá por su condición
profesional, no lidien con los debates sobre la patentabilidad de las
invenciones farmacéuticas y, sin embargo, se vean aludidos como filósofos,
sanitarios o ciudadanos. Y esta empresa cobra aún más importancia teniendo en
cuenta la falta artículos destinados al público hispanohablante en revistas
académicas, algo que puede comprobarse fácilmente a través de una búsqueda en
bases de datos bibliográficas.
Así pues, el
artículo seguirá la siguiente estructura: primeramente, ofrecemos una aclaración
conceptual de conceptos como patente, vacuna o coronavirus. En segundo lugar,
explicamos por dónde ha discurrido el debate entre propiedad intelectual y
salud y abrimos paso para, en último lugar, reseñar los intentos de solución a
los problemas abiertos y los desafíos que creemos que quedan por atender.
Marco
conceptual
Antes de nada,
parece oportuno definir ciertos conceptos que están indisociablemente ligados a
la discusión social y política sobre las patentes de las vacunas de la
COVID-19. En primer lugar, parece importante responder a la pregunta de qué es
y qué protege una patente, puesto que las patentes son documentos complejos, a
la vez jurídicos y altamente técnicos, con una especificidad nacional muy
marcada. En segundo lugar, trataremos de aclarar la cuestión de los
tratamientos sobre la COVID-19, especialmente algunos puntos concernientes a la
figura de la vacuna.
Las patentes son
derechos que los inventores obtienen y que les permiten, por un período
limitado de tiempo, prohibir a terceros la fabricación y comercialización de
sus técnicas o artefactos. La idea clásica es que, a cambio, estos
derechohabientes levantan del secreto industrial dicho invento y lo hacen
público en los documentos de patentes, que se supone sirven para fomentar de
nuevo otras innovaciones y, con ello, hacen posible el cambio y progreso
tecnológico (Nordhaus, 1969; Denicolò, 2002).
Los coronavirus
(CoV), por su parte, son una subfamilia de virus de ARN monocatenario, que
producen patologías ya conocidas como el síndrome
respiratorio agudo severo (SARS-CoV), el síndrome respiratorio de Oriente Medio
(MERS-CoV) y el propio SARS-CoV-2 (que causa la COVID-19). Algo de vital
importancia es que todos ellos presentan cuatro proteínas estructurales, entre
la que destaca la proteína de la espícula S, que tiene un papel
relevante en el desarrollo de la vacuna para el COVID-19, puesto que al ser una
proteína común a los diferentes tipos de coronavirus los científicos ya la han
empleado con la vacuna del SARS-CoV en 2003 (Dong, et al., 2020; Uddin, et al.,
2020).
Las vacunas, y
entre ellas las de la COVID-19, son productos biológicos que provocan la
respuesta inmune a un antígeno específico derivado del patógeno causante de una
enfermedad infecciosa. Estos suelen producirse mediante la manipulación de
organismos vivos y/o de material genético (Aars, Clark, & Schwalbe, 2021;
Czochor & Turchick, 2014). En tanto que productos farmacéuticos y biológicos,
las vacunas pueden caer bajo la protección de las patentes, como de hecho lleva
ocurriendo desde hace décadas. Pero si nos centramos en aspectos del
desarrollo, la producción, las limitaciones reglamentarias y la estructura de
las patentes, no debemos homologar el término “vacuna” y “fármaco” (Aars, et
al., 2021). Mientras que los fármacos son químicamente idénticos y, por tanto,
pueden ser copiados mediante ingeniería inversa por otros fabricantes para
producir fármacos bioequivalentes, las vacunas requieren pasar por los mismos
procedimientos y ensayos clínicos que el producto original, debido a la
complejidad de su estructura y los procesos de fabricación (cultivos de células
animales, bacterianas o levaduras…) (Aars, et al., 2021).
Así pues, en caso
de una emergencia de salud pública es más fácil distribuir de forma rápida un
fármaco que una vacuna, ya que en estas son patentables tanto los componentes
como los procesos, el adyuvante e, incluso, los virus inactivos y las
estructuras genéticas (M. Eccleston-Turner, 2017).
Es un hecho, sin
embargo, que las vacunas contra la COVID-19 se han revelado como uno de los
tratamientos más efectivos. El interés de este artículo está en resaltar
precisamente las dificultades políticas y sociales que conciernen a la
protección industrial de estas vacunas, precisamente por eso es oportuno hacer
ciertas aclaraciones.
La primera tiene
que ver con el hecho de que las patentes no protegen todo lo relativo a un
tratamiento. Es habitual que las empresas farmacéuticas registren también
marcas (el nombre comercial, por ejemplo), pero incluso que mantengan en el
secreto industrial ciertos métodos de fabricación o el know-how. La
segunda puntualización es la inversa de esta: que existen más patentes
importantes para el tratamiento de la COVID-19 que no son las de vacunas, como
las de otros fármacos o tests de diagnóstico. Un estudio realizado por
la OMPI/WIPO en 2012 clasificó las patentes relevantes para los tratamientos
integrales de la gripe y otras enfermedades respiratorias causadas por virus.
En él aparecen desde componentes de vacunas como los adyuvantes a procesos de
producción como la purificación o la conservación mediante congelación de las
vacunas, etc. (cf. WIPO 2012). Todo ello nos revela el número de protecciones que
existen en torno a una vacuna clásica, y da una idea al mismo tiempo de cuál
debe ser la red de patentes de las vacunas llamadas “de nueva generación”.
Entrando
propiamente en las vacunas contra la COVID-19, son dos las clasificaciones más
habituales para diferenciar sus características: las vacunas “clásicas” (entre
las que se encuentran vacunas vivas atenuadas y vacunas inactivadas) y las
vacunas de nueva generación, como las vacunas de ácidos nucleicos (ADN o ARNm),
las de vector (viral, bacteriana, etc.), las de proteína recombinante o las de
células presentadores de antígenos (Dong, et al., 2020; Uddin, et al., 2020; van Riel & de Wit, 2020;
Wang, Peng, Xu, Cui, & Williams, 2020) –véase Figura 1–.
Dentro de las
vacunas tradicionales, nos encontramos en primer lugar con las vacunas
inactivadas, que mediante métodos físicos o químicos provocan que el virus no
pueda replicarse (Dong et al., 2020). Este tipo de vacunas puede producirse
fácilmente a gran escala. No obstante, presentan el problema de requerir
adyuvantes para estimular el sistema inmunológico y de necesitar múltiples
dosis para establecer la memoria inmunitaria (van Riel & de Wit, 2020; Wang
et al., 2020). Por otra parte están las vacunas de virus vivos atenuados, que
producen una respuesta inmunitaria fuerte y cuya memoria inmunológica puede
durar años, pero en ocasiones no es conveniente aplicarlas a personas
inmunodeprimidas (Dong et al., 2020; van Riel & de Wit, 2020; Wang et al.,
2020). En las vacunas clásicas, además de las comentadas previamente, existen
limitaciones que son comunes, y que dificultan la producción rápida de vacunas
en contextos de pandemia, como las pruebas de seguridad exhaustivas y el
cultivo de grandes cantidades de virus en condiciones de nivel de bioseguridad
3 (BSL3) (van Riel & de Wit, 2020).
Pero lo anterior
es diferente en las vacunas llamadas “de nueva generación”, puesto que al
conocer la estructura y la inmunopatogénesis del patógeno, precisamente por ser
homólogo del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV) y el síndrome
respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV), hace a estas más fácilmente
adaptables y acelera el desarrollo del producto (van Riel & de Wit, 2020;
Wang et al., 2020).
Entre estas
últimas cabe destacar las de ácido nucleico, como las de ADN y las de ARNm.
Estas se administran en células humanas con el objeto de transcribirse más
adelante en proteínas virales -principalmente la proteína S (Dong, et al.,
2020). Desde el punto de vista industrial, la vacuna de ADN tiene como ventajas
una excelente biocompatibilidad del ADN plasmídico, una vida larga útil y
fabricación de bajo coste (van Riel & de Wit, 2020). Las de ARNm tienen una
capacidad de desarrollo rápido, alta potencia y una producción rentable
(inmunidad protectora a dosis más bajas); sin embargo, las propiedades
fisicoquímicas del ARNm pueden influir en el suministro y distribución.
En ambos casos
existe una baja eficacia de transfección (esto es, la introducción de material
genético externo en las células), por la cual necesitan, en el caso de la
vacuna de ADN, electroporación para atravesar la membrana nuclear, o para las
de ARNm, el uso de nanopartículas de lípidos (LNP de su acrónimo en inglés)
(Dong, et al., 2020; van Riel & de Wit, 2020; Wang, et al., 2020).
Pero, ¿cómo de
hecho se distribuyen y administran a gran escala en el contexto de la
pandemia? ¿A qué desafíos se enfrentan los países para favorecer un acceso
equitativo a las vacunas y los tratamientos? O ¿cómo se protegen estas vacunas
mediante propiedad intelectual? Trataremos de explicarlo en lo que sigue.
Figura 1. Representación esquemática de la estructura del
SARS-CoV-2 y las vacunas clásicas y de próxima generación (Dong, et al., 2020;
van Riel & de Wit, 2020).
Debates
La polémica en
torno a la licitud de las patentes en cuestiones de salud pública es mucho
anterior a la enfermedad por el nuevo coronavirus. De hecho, es uno de los
debates más clásicos en la ética de la propiedad industrial (cf. Dutfield
2003). Uno de los casos que suelen argüirse es que las patentes dificultan la
investigación y la creación de nuevo conocimiento. Las patentes son para las
empresas un tipo de estrategia y, como tal, pueden tener el objetivo de impedir
que otros innoven antes incluso que la protección de las propias tecnologías
(Biddle 2014). Esto está especialmente estudiado en el sector químico y
farmacéutico, donde las solicitudes de patentes reivindican una protección muy
amplia (Chandrasekharan, et al. 2015: 6369).
Entrando en este
sector biosanitario, son muchos los autores que creen que las compañías
farmacéuticas imponen unos precios abusivos a sus productos sirviéndose del
monopolio que le confieren las patentes (Parthasarathy,
2017). El argumento es que, como no hay competencia que estimule la bajada
de precios, el titular de un medicamento patentado puede poner el precio que
desee, máxime si las personas enfermas que requieren ese tratamiento no tienen
otra alternativa para sanar; llegado el caso, imponen esos precios a los Estados
que financian dichos fármacos. Este tipo de razonamiento no se limita a la
discusión académica, sino que tiene eco en los medios de comunicación y la
opinión pública. Un caso muy sonado ha sido el de una patente, vigente en la
UE, que reivindica el uso de productos que contienen sofosbuvir en el
tratamiento contra la hepatitis C crónica. La compañía farmacéutica que posee
la licencia vendía esos productos a un precio que supera las decenas de miles
de euros (cf. Henry, 2018).
Ahora bien, y
dado su carácter controvertido, pensamos que hay ciertas cosas que aclarar
brevemente en esta discusión, que desde luego tiene también influencia en el
debate que nos ocupa, sobre patentes, COVID-19 y vacunas. Primeramente, el
titular de una patente puede negar a terceros la explotación comercial del
invento sobre el que posee tal derecho, pero eso no le permite ni siquiera
comerciar con su invención, que muchas veces requiere de autorizaciones también
muy difíciles, sobre todo en cuestiones de salud (autorizaciones de las
agencias reguladoras del medicamento). En segundo lugar, la exclusividad de los
derechohabientes sobre, por ejemplo, un principio activo novedoso, no siempre
genera monopolios. Es muy posible que aparezcan en el mercado patentes de
medicamentos que son químicamente diferentes pero que actúan sobre los síntomas
de la misma enfermedad. Eso genera una competición no monopolística entre
empresas que poseen patentes distintas, pero con fines terapéuticos afines
(Cebrián y López, 2017). Por todo esto, creemos que es oportuno estudiar cada
caso concreto, y no tanto elevarlo a una afrenta general contra las patentes.
Sobre todo, teniendo en cuenta que las licencias obligatorias (una figura que
permite a los gobiernos suspender la exclusividad de una patente) o las expropiaciones
pueden ser un desincentivo a la innovación y algo que también afecta al retorno
de inversión de farmacéuticas.
Ahora bien, no es
menos cierto que el problema del precio de los tratamientos ha cobrado también
sentido a la luz de la COVID-19. Un caso ha sido el del remdesivir, un
medicamento recomendado para tratar casos graves de la enfermedad (Agencia
Española del Medicamento, 2020). El tratamiento de cinco días con este fármaco
se vendía a más de tres mil dólares en los Estados Unidos, por mucho que se
comerciaba con él a un precio mucho más bajo en países en vías de desarrollo (Perehudoff, Hoen y Boulet, 2021: 2), algo que parece
demostrar que el elevado coste no tenía como fin compensar los costes de la
investigación, sino más bien obtener cuantiosos beneficios a costa de una
situación excepcional desde el punto de vista político y moral. De hecho, Rusia
aprobó una licencia obligatoria para este fármaco a finales de 2020 (The Pharma
Letter, 2021).
Otro argumento
que problematiza la patentabilidad de las invenciones sanitarias y que tiene
mucha relevancia en el caso del nuevo coronavirus, es que existen medicamentos
patentados por empresas cuya investigación ha sido en parte, o totalmente,
financiada con dinero público. Esta situación se agrava cuando se trata de
compañías que han empleado para su vacuna tecnologías previamente protegidas
por patentes para las que en su momento se concedieron licencias, sin permitir
ellos, a su vez, las investigaciones y el desarrollo en vacunas de mRNA (cf. Gaviria y Kilic, 2021).
Ahora bien,
también es cierto que muchas compañías farmacéuticas han hecho público sus
compromisos de colaborar en la producción de vacunas y su intención de no
lucrarse y, dado que la competencia crece entre las opciones a un tratamiento y
que eso puede generar una situación no-monopolística, de competencia, parece
una medida a considerar. El acuerdo AstraZeneca y Universidad de Oxford es uno
de los más sonados, y por su carácter público-privado ha tenido relevancia para
la situación anterior.
Así las cosas,
existen en la bibliografía dos formas que se solicitan garantizar que la
protección de la PI no impida el acceso a nuevos medicamentos, tanto para la
COVID-19, como en el debate más amplio de las invenciones biotecnológicas: la
primera, que los dueños de dicha patente ofrezcan precios asequibles y un
suministro adecuado mediante licencias voluntarias; la segunda, las licencias
obligatorias (cf. Perehudoff, Hoen y Boulet, 2021).
Estos factores los discutiremos en mayor medida a lo largo del siguiente punto.
Intentos de solución y desafíos
Uno de los
problemas a la hora de producir vacunas a gran escala es que implican a los
derechos de propiedad intelectual y la limitación de conocimientos que estos
pueden crear (McMahon, 2020). Tal como se comentó previamente, la producción de
las vacunas lleva consigo una serie de especificidades que las hacen distintas
al resto de fármacos (Aars, et al., 2021; M. Eccleston-Turner, 2017). Además,
no solo serían necesarios los conocimientos de fabricación sino el acceso a la
información secreta comercial o las líneas celulares empleadas (McMahon, 2020).
Una forma de
obtener dicha información sería mediante la concesión de licencias
obligatorias. Estas permiten a un tercero producir una tecnología patentada sin
el permiso del titular de la patente. El artículo 31 del Acuerdo sobre los
Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio
(ADPIC) (WTO, n.d.) permite a todos los Estados de la
Organización Mundial del Comercio (OMC) emitir licencias obligatorias con
sujeción a determinados criterios. El motivo por el que no se emplean estas
licencias para producir las vacunas para COVID-19 a gran escala es que se deben
obtener licencias obligatorias individuales para cada uno de los Estados y para
cada una de las invenciones que se deseen (vacuna, adyuvantes, proceso, etc.),
algo que ralentiza el procedimiento en el contexto de una pandemia (McMahon,
2020).
Por ello, se ha
apreciado una opción nueva ante este dilema: las licencias voluntarias. Estas
se plantean antes de emitir una licencia obligatoria ya que presentan
condiciones más favorables de cara al titular de patentes. Una de las
iniciativas más sonadas para promover las licencias voluntarias para COVID-19
ha sido Covid Technology Access Pool (C-TAP), de la Organización Mundial de la
Salud (OMS) (McMahon, 2020; WHO, n.d.-b).
C-TAP tiene como
objetivo acelerar el desarrollo de los productos necesarios para combatir la
COVID-19, al fomentar el intercambio de derechos de propiedad intelectual
(McMahon, 2020; WHO, n.d.-a; WHO, n.d.-b). Este intercambio de información
agiliza el desarrollo de los productos y evita duplicaciones en las
investigaciones futuras (WHO, n.d.-a). No obstante, las expectativas
depositadas en C-TAP no se han cumplido, debido mayoritariamente a la negativa
de la industria farmacéutica a participar (Health Action International, n.d.).
El periódico The Guardian es tajante al respecto: “no ha traído contribuciones
en los ocho meses desde que se estableció” (The Guardian, n.d.).
Por su parte, la
Organización Mundial de la Salud (OMS) en abril de 2020 junto con la Coalición
para las Innovaciones en la Preparación ante Epidemias (CEPI), la alianza de
vacunas (GAVI) y otros socios como UNICEF, propusieron el Acelerador del acceso
a las herramientas contra la COVID-19 o ACT-A (cf. Asundi, O’Leary, &
Bhadelia, 2021; Mark Eccleston-Turner & Upton, 2021; McAdams, et al., 2020;
Peacocke, Heupink, Frønsdal, Dahl, & Chola, 2021; van de Pas et al., 2021).
ACT-A coordina la estrategia, la financiación y el desarrollo, entre otras,
desde cuatro áreas o pilares (Mark Eccleston-Turner & Upton, 2021; van de
Pas et al., 2021): el diagnóstico, la terapéutica, las vacunas (llamadas COVAX)
y el fortalecimiento de los sistemas de salud (véase ).
COVAX, a su vez,
se enfoca en lograr tres objetivos: acelerar rápidamente el desarrollo de
vacunas para COVID-19 proporcionando respaldo financiero a una variedad de
candidatos prometedores, el uso de mecanismos de financiación de “incitación y
disuasión” (push and pull) para estimular la inversión en riesgo en la
capacidad de fabricación y asegurar el acceso equitativo a nivel mundial (Mark
Eccleston-Turner & Upton, 2021). COVAX se marcó como meta asegurar al menos
dos mil millones de dosis de la vacuna COVID-19 para finales de 2021, donde más
del 60% serían destinadas a 92 países de bajos ingresos (Forman, Shah, Jeurissen, Jit,
& Mossialos, 2021; McAdams, et al., 2020; Peacocke, et al., 2021). A fecha de octubre de 2021 “solo se han
enviado 371,1 millones de dosis… queda por ver si esta meta se alcanzará en
2022” (Krishtel & Hassan, 2021). Esto puede retrasarse además por el
déficit de financiación de 3.7 mil millones de dólares que tiene COVAX en 2020
y que Estados Unidos ha prometido ayudar a corto plazo junto con los 23.7 mil
millones solicitados para 2021(Asundi, et al.,2021; Mark Eccleston-Turner &
Upton, 2021).
De igual forma,
se estipuló en un inicio que estas dosis provendrían de CEPI, asociación
público-privado, y en un futuro se irían obteniendo vacunas de otras fuentes
para asignarlas a todos los países participantes de forma igualitaria y en
proporción al tamaño total de su población (McAdams, et al., 2020). Este último
punto ha despertado críticas por no haberse distribuido las vacunas según la
gravedad de la situación o la resistencia de los sistemas de salud afectados
por aumentos repentinos de nuevos brotes (Asundi, et al., 2021). El hecho es
que los países con un poder adquisitivo mayor han recibido más del 87% de las
vacunas mientras que los países con ingresos medianos o bajos solo el 0,2%
(Peacocke, et al., 2021). Además, como muchos países priorizan en su vacunación
nacional frente a la internacional la meta de COVAX se ha visto obstaculizada
(van de Pas, et al., 2021).
Pero estas no son
las únicas barreras que dificultan los objetivos planteados por COVAX para
finales de 2021. No podemos obviar el hecho de que esta organización debe
competir con los acuerdos bilaterales entre países de altos ingresos y empresas
farmacéuticas (Asundi, et al., 2021). Según los datos recopilados por el Centro
de Innovación Global de Duke, COVAX reservó solo 700000 dosis de vacunas frente
a los 6000 millones de dosis que los países de altos ingresos firmaron a través
de acuerdos bilaterales con empresas farmacéuticas (Usher, 2020). Aunque estos
países han comenzado a hacer donaciones y tener un mayor compromiso de dosis
con COVAX, hasta la fecha estas donaciones no se acercan a la escala de lo que
se necesita. De hecho, China y Rusia, que no participaron en COVAX, están
proporcionando dosis de vacunas desarrolladas a nivel nacional (Sputnik,
Sinopharm y Sinovac) a través de acuerdos bilaterales (Asundi, et al., 2021). A
lo que hay que sumar que algunos países han implementado incluso prohibiciones
de exportación de vacunas, como el caso de Alemania con Italia (cf. Forman,
et al., 2021).
Una dificultad
común a la exportación mediante acuerdos nacionales o multilaterales es que se
ha visto cómo los requisitos de datos, los procesos de concesión de licencias,
los resultados de los estudios o el empleo de nuevas tecnologías pueden
dificultar el transporte de las vacunas. COVAX no ha contratado para países más
desfavorecidos el suministro de la vacuna Moderna, aprobada en EEUU y Canadá a
finales de diciembre de 2020 y en la Unión Europea en enero de 2021, por la
inestabilidad de utilizar la tecnología de ARNm que debe almacenarse a -70ºC
(Mark Eccleston-Turner & Upton, 2021). Además, como ya se ha apuntado en el
anterior capítulo, “la negativa de Moderna a otorgar licencias de tecnología a
otros fabricantes ha sido criticada, ya que se desarrolló principalmente con
fondos públicos” (Krishtel & Hassan, 2021). Este punto es crucial ya que
CEPI, cofundador de COVAX, aportó grandes subvenciones a una cartera geográficamente
diversa de vacunas candidatas (AstraZeneca, Novavax, Moderna y Pfizer) con el
compromiso de suministrar vacunas a países en desarrollo, fijar precios
asequibles y transferir tecnología. AstraZeneca/Oxford y Novavax asumieron esto
en mejor medida que Moderna y Pfizer (Mark Eccleston-Turner & Upton, 2021;
Moon, Alonso Ruiz, & Vieira, 2021).
Varios miembros
del Senado y el Congreso de los Estados Unidos lo expresan así en una carta
reciente: “A pesar de recibir enormes sumas de fondos públicos de los
contribuyentes estadounidenses, Moderna ha rechazado las peticiones para
compartir su tecnología, incluso las del Gobierno de los Estados Unidos”
(Warren, 2021).
A su vez, la
confianza en la seguridad y eficacia en las vacunas está frenando el despliegue
de la vacunación COVID-19: en Europa una gran cantidad de dosis de la vacuna
AstraZeneca no se han usado debido a las discrepancias sociopolíticas en la
inoculación a adultos mayores (Mark Eccleston-Turner & Upton, 2021; Forman,
et al., 2021). Y otro factor a tener en cuenta es el precio de las vacunas
COVID-19, ya que informes sugieren que pagan más los países con un poder
adquisitivo menor y un índice de pobreza mayor; por tanto, existe una amplia
variación de los precios entre los diferentes países: Arabia Saudita, Uganda y
Sudáfrica están pagando más de $ 5 por dosis por la vacuna Oxford/AstraZeneca,
y la Comisión Europea paga $ 3,50 por dosis(Forman, et al., 2021). Sin embargo,
AstraZeneca y también Johnson&Johnson se han comprometido a vender sus
vacunas a precio de costo durante un período de tiempo (Forman, et al., 2021;
Matheson Am & Kirkinis, 2021).
Todos estos
problemas plantean el hecho de cómo se puede incentivar a los gobiernos para
que diseñen de forma coordinada un buen modelo de fabricación distributiva. Forman, R., Shah, S., Jeurissen: , Jit, M., &
Mossialos, E. (2021) plantean que las agencias internacionales subvencionen
a países con una población reducida, pero con una gran capacidad de fabricación
para que las distribuyan; de esto modo se podría obtener una mayor oferta en
los países más necesitados. Además, las normas internacionales podrían
garantizar un intercambio rápido de datos y resultados que permitirían obtener
información de posibles variantes emergentes, como sucedió en la secuenciación
genómica sobre el SARS-CoV-2 que científicos chinos difundieron mediante la
plataforma de acceso público GISAID (Moon et al., 2021).
Figura 2. En esta tabla resumimos el estado de los acuerdos
y los desafíos discutidos.
Sobre esta
posibilidad de que algunos países distribuyan vacunas a los más necesitados, es
oportuno hablar del caso de Europa. La mayoría de Las Constituciones de países
europeos explicitan que la propiedad privada está subordinada al bien común y
al interés general (por ejemplo, la Constitución Española en su artículo 128).
En este sentido, la mayoría de Estados se reservan emitir licencias
obligatorias para patentes en varios supuestos, entre los que destacan dos: por
necesidades de abastecimiento nacional o porque los productos farmacéuticos
patentados se destinen a la exportación a países con problemas de salud
pública. Este último supuesto se aplica en la Unión Europea en virtud del
reglamento número 816/2006, del 17 mayo de 2006.
Según comentan
los juristas, el desafío central que encierra la Directiva Europea sobre
exportación es que resulte dificultoso justificar la necesidad o conveniencia
de las licencias obligatorias de tecnologías que traten la COVID-19 cuando no
existen problemas de abastecimiento de vacunas en el territorio de la Unión; y
cuando, antes bien, se han comprado más vacunas de las que finalmente se han
administrado. En cualquier caso, es de vital importancia tener en consideración
que las posibles indemnizaciones por las licencias obligatorias quedan, en
muchos países, al arbitrio de los tribunales de justicia, los cuales no
aseguran remuneraciones a los titulares que sean asequibles para los Estados (Matheson y Kirkinis, 2021: 11)
Sea como fuere,
el coste de exportar estas vacunas a terceros países se acerca a la mitad del
precio total del tratamiento en los países más desarrollados (WHO, n.d.-c).
Además, el know-how es, como ya se ha indicado, un conocimiento relevante para
la fabricación y logística de las vacunas que, en tanto que no constituye una
patente, sino más bien una estrategia de secreto industrial, no puede tampoco
ser concedido como una licencia obligatoria. Tanta es la importancia del know-how
que la propia industria farmacéutica ha tenido que cerrar acuerdos
multilaterales en materia de transferencia de conocimiento, como el acuerdo
entre Pfizer y BioNTech o entre Sanofi y GlaxoSmithKline.
Pero la
fabricación en los países de destino de estas vacunas es un desafío todavía
mayor, sobre todo porque los países en vías de desarrollo no disponen de la
infraestructura necesaria ni del capital humano -no todos, está el Serum
Institute of India (cf. Aars, Clarck y Schwalbe, 2021), aunque sin la distribución
a gran escala todos los esfuerzos por fabricarla resultan infructuosos.
Conclusiones
Habida cuenta de
la limitación de la patente como difusora de la información tecnológica que es
necesaria para fabricar vacunas, es imprescindible contar con las compañías
farmacéuticas en lo que respecta al know-how, los métodos de negocio, y otras
modalidades de protección intelectual. El know-how es especialmente
importante en las vacunas de segunda generación, precisamente por la novedad de
sus tecnologías. Aquí los métodos de fabricación “no son patógenos y, por
tanto, flexibles y potencialmente exitosos a gran escala” (Aars, Clark y Schwalbe, 2021: 5). Pero, a la vez, son
precisamente las compañías que tienen aprobadas vacunas de ARNm las más reacias
a compartir el know-how (el caso de Moderna y la petición de los congresistas y
senadores de EEUU da buena prueba de ello).
Los Estados desde
luego pueden y deben emplear todas las herramientas que estén a su alcance para
hacer partícipes a las empresas en esos acuerdos, pero a la vez remunerar de
manera justa las inversiones de aquellas. Empero, sin olvidar qué parte de esa
investigación se ha financiado con fondos públicos. También las fundaciones
privadas, las ONGs y demás organizaciones filántropas, como ya hace la DCVMN,
deben poder colaborar en lo posible, puesto que su acreditada experiencia en
países subdesarrollados en lo que respecta a la producción y logística de
vacunas y medicamentos supera en ocasiones a la de los propios Estados.
Pensamos que debe exigírseles su parte en la solución de todos estos desafíos,
y la sociedad ha de ser consciente de su potencia.
El desafío al que nos enfrentamos, la gestión pública de la COVID-19,
es de naturaleza global. La resolución de un problema de estas
características, que potencialmente afecta a todos los seres humanos, es
oportuno abordarlo desde la perspectiva de la cooperación. Incluso desde una
perspectiva egoísta, los países desarrollados están obligados a colaborar con
el resto de nacionales del mundo si no quieren resultar dañados otra vez por
las nuevas variantes y mutaciones, que a cada paso reducen la efectividad de
las vacunas. Además, la importancia de la respuesta política al problema de
vacunas, patentes y COVID-19 sienta un precedente sobre cómo nuestras sociedades,
altamente tecnificadas, tratarán los desafíos sanitarios futuros (Krishtel y
Hassan, 2021).
Referencias
Aars, O.
K., Clark, M., & Schwalbe, N. (2021). Increasing efficiency in vaccine
Production: A primer for change. Vaccine: X. 8. 100104. https://doi.org/10.1016/J.JVACX.2021.100104
Agencia Española
del Medicamento. (2020, 28 julio). Recomendaciones para el tratamiento con
remdesivir de pacientes con COVID-19. Recuperado 27 de octubre de 2021, de https://www.aemps.gob.es/informa/notasinformativas/medicamentosusohumano-3/2020-medicamentosusohumano-3/recomendaciones-para-el-tratamiento-con-remdesivir-de-pacientes-con-covid-19/
Asundi, A.,
O’Leary, C., & Bhadelia, N. (2021). Global COVID-19 vaccine inequity:
The scope, the impact, and the challenges. Cell Host & Microbe. 29(7).
1036. https://doi.org/10.1016/J.CHOM.2021.06.007
Biddle, J.
(2014). “Can Patents Prohibit Research? On the Social Epistemology of Patenting
and Licensing in Science.” Studies in History and Philosophy of Science
45. 14-23.
Cebrián, M.
y López, S. (2017). “Assessing the Impact of Field-of-Use Restrictions in
Patent Licensing Agreements: The Ethical Pharmaceutical Industry in the United
States.” 1950–1962. Enterprise & Society. 18(2). 282-323.
Chandrasekharan,
S., Amin, T., Kim, J., Furrer, E., Matterson, A. C., Schwalbe, N., &
Nguyen, A. (2015). “Intellectual property rights and challenges for development
of affordable human papillomavirus, rotavirus and pneumococcal vaccines: Patent
landscaping and perspectives of developing country vaccine manufacturers.” Vaccine.
33(46). 6366–6370.
Czochor,
J., & Turchick, A. (2014). Introduction. The Yale Journal of Biology and
Medicine. 87(4). 401. Retrieved from /pmc/articles/PMC4257027/
Denicolò,
V., & Franzoni, L. A. (2003). “The contract theory of patents.” International
Review of Law and Economics. 23(4). 365–380. https://doi.org/10.1016/J.IRLE.2003.07.002
Domínguez, N. (2021, 20 mayo). “Suspender las patentes no resolverá la escasez de vacunas”. El País. Recuperado de https://elpais.com
Dong, Y., Dai, T., Wei, Y., Zhang, L., Zheng, M., &
Zhou, F. (2020). “A systematic review of SARS-CoV-2
vaccine candidates”. Signal Transduction and Targeted Therapy. 5(1). https://doi.org/10.1038/S41392-020-00352-Y
Dutfield,
G. (2003). Intellectual Property Rights and the Life Science Industries A
Twentieth Century History. Routledge. Abingdon, Reino Unido.
Eccleston-Turner,
M. (2017). “Beyond patents: Scientific knowledge, and access to vaccine.” Ethics,
Medicine and Public Health. 3(1). 64–73. https://doi.org/10.1016/J.JEMEP.2017.02.011
Eccleston-Turner,
Mark, & Upton, H. (2021). “International Collaboration to Ensure Equitable
Access to Vaccines for COVID‐19: The ACT‐Accelerator and the COVAX Facility”. The
Milbank Quarterly. 99(2). 426. https://doi.org/10.1111/1468-0009.12503
Forman, R.,
Shah, S., Jeurissen: , Jit, M., & Mossialos, E. (2021). “COVID-19 vaccine
challenges: What have we learned so far and what remains to be done?” Health
Policy. 125(5). 553–567. https://doi.org/10.1016/J.HEALTHPOL.2021.03.013
Gaviria,
M., & Kilic, B. (2021). A network analysis of COVID-19 mRNA vaccine
patents. Nature Biotechnology 2021 39. 5. 39(5). 546–548. https://doi.org/10.1038/s41587-021-00912-9
Health
Action International. (n.d.). C-TAP has not (yet) lived up to high
expectations - Health Action International. Retrieved from https://haiweb.org/c-tap-has-not-yet-lived-up-to-high-expectations/
Henry, B.
(2018). “Drug pricing and challenges to hepatitis C treatment access.” Journal
of health & biomedical law. 14(0). 265–283.
Krishtel: ,
& Hassan, F. (2021). “Share vaccine know-how.” Science. 374(6566).
379–379. https://doi.org/10.1126/SCIENCE.ABM8724
Martínez, S.
(2021, 10 junio). “La Eurocámara reclama liberar las patentes de las vacunas
contra el covid”. El Periódico. Recuperado de https://www.elperiodico.com
Mateos, A. (2021,
10 junio). “Sí del Parlamento Europeo a eliminar patentes en vacunas Covid”. Redacción Médica. Recuperado de https://www.redaccionmedica.com
Matheson
Am, S., & Kirkinis, A. (2021). “Compulsory licence and Crown use provisions in the Covid-19 pandemic—the
Australian perspective”. Journal of Intellectual Property Law & Practice.
16(6). 484–497. https://doi.org/10.1093/JIPLP/JPAB070
McAdams,
D., McDade, K. K., Ogbuoji, O., Johnson, M., Dixit, S., & Yamey, G. (2020).
“Incentivising wealthy nations to participate in the COVID-19 Vaccine Global
Access Facility (COVAX): a game theory perspective”. BMJ Global Health.
5(11). https://doi.org/10.1136/BMJGH-2020-003627
McMahon, A.
(2020). “Global equitable access to vaccines, medicines and diagnostics for
COVID-19: The role of patents as private governance”. Journal of Medical
Ethics. 47(3). 142–148. https://doi.org/10.1136/MEDETHICS-2020-106795
Moon, S.,
Alonso Ruiz, A., & Vieira, M. (2021). “Averting Future Vaccine Injustice.
New England” Journal of Medicine. 385(3). 193–196. https://doi.org/10.1056/NEJMP2107528/SUPPL_FILE/NEJMP2107528_DISCLOSURES.PDF
Médicos Sin
Fronteras. (2021, 7 abril). Pedro Sánchez: no a las patentes, la pandemia no
es un negocio. Recuperado 19 de octubre de 2021, de https://www.msf.es/firma-patente-vacuna-covid
Nordhaus, W. D.
(1969). “An Economic Theory of Technological Change”. The American Economic Review. 59(2). 18–28. http://www.jstor.org/stable/1823649
Parthasarathy,
S. (2017). Patent Politics Life Forms, Markets, and the Public Interest in
the United States and Europe. University of Chicago Press. Chicago, EEUU.
Peacocke,
E. F., Heupink, L. F., Frønsdal, K., Dahl, E. H., & Chola, L. (2021).
“Original research: Global access to COVID-19 vaccines: a scoping review of
factors that may influence equitable access for low and middle-income
countries”. BMJ Open. 11(9). https://doi.org/10.1136/BMJOPEN-2021-049505
Perehudoff,
K., Thoen, E., & Boulet: (2021). “Overriding drug and medical technology
patents for pandemic recovery: a legitimate move for high-income countries,
too.” BMJ Global
Health. 6(4).
e005518. https://doi.org/10.1136/BMJGH-2021-005518
Sánchez, V.
(2021, 3 junio). “Covid-19: ¿por qué hay oposición al
levantamiento de patentes de las vacunas?” France24. Recuperado de https://www.france24.com
The
Guardian. (n.d.). “WHO platform for pharmaceutical firms unused since pandemic
began | World Health Organization” The Guardian. Retrieved from https://www.theguardian.com/world/2021/jan/22/who-platform-for-pharmaceutical-firms-unused-since-pandemic-began
The Pharma
Letter. (2021, 1 junio). Russian government finally approves compulsory
licensing of original drugs. Recuperado 2 de noviembre de 2021, de https://www.thepharmaletter.com/article/russian-government-finally-approves-compulsory-licensing-of-original-drugs
Uddin, M.,
Mustafa, F., Rizvi, T. A., Loney, T., Al Suwaidi, H., Al-Marzouqi, A. H. H., … Senok, A. C. (2020).
“SARS-CoV-2/COVID-19: Viral Genomics, Epidemiology. Vaccines, and Therapeutic
Interventions.” Viruses. 12(5). https://doi.org/10.3390/V12050526
Usher, A.
D. (2020). “South Africa and India push for COVID-19 patents ban”. The
Lancet. 396(10265). 1790–1791. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(20)32581-2
van de Pas,
R., Widdowson, M.-A., Ravinetto, R., N Srinivas: , Ochoa, T. J., Fofana, T. O.,
& Van Damme, W. (2021). “COVID-19 vaccine equity: a health systems and
policy perspective”. Expert Review of Vaccines. https://doi.org/10.1080/14760584.2022.2004125
van Riel,
D., & de Wit, E. (2020). “Next-generation vaccine platforms for COVID-19”. Nature Materials
2020 19:8. 19(8). 810–812. https://doi.org/10.1038/s41563-020-0746-0
Wang, J.,
Peng, Y., Xu, H., Cui, Z., & Williams, R. O. (2020). “The COVID-19 Vaccine
Race: Challenges and Opportunities in Vaccine Formulation”. AAPS
PharmSciTech. 21(6). https://doi.org/10.1208/S12249-020-01744-7
Warren, E.
(2021, 12 de octubre). Carta
a WH y BARDA sobre el Contrato de Moderna https://www.warren.senate.gov/imo/media/doc/2021.10.12%20Letter%20to%20WH%20and%20BARDA%20on%20Moderna%20Contract.pdf
WHO.
(n.d.-a). C-TAP: A concept paper. Retrieved November 15, 2021, from https://www.who.int/publications/m/item/c-tap-a-concept-paper
WHO.
(n.d.-b). COVID-19 technology access pool. Retrieved November 15, 2021, from https://www.who.int/initiatives/covid-19-technology-access-pool
WHO.
(n.d.-c). “Costs of Delivering COVID-19 Vaccine in 92 AMC Countries: Updated
Estimates from COVAX Working Group on Delivery Costs.” Retrieved November 15.
2021 from https://www.who.int/docs/default-source/coronaviruse/act-accelerator/covax/costs-of-covid-19-vaccine-delivery-in-92amc_08.02.21.pdf
WIPO.
(2012). Patent Landscape Report on Vaccines for Selected Infectious Diseases. Recuperado de https://www.wipo.int/edocs/pubdocs/en/patents/946/wipo_pub_946_3.pdf
WTO. (n.d.). WTO | intellectual property (TRIPS) - agreement text - standards. Retrieved November 15, 2021, from https://www.wto.org/english/docs_e/legal_e/27-trips_04c_e.htmgestión
https://doi.org/10.34024/prometeica.2022.24.13141
REFLEXÕES SOBRE O IMPACTO DA PANDEMIA DO COVID-19 NA EDUCAÇÃO
REFLEXIONES
SOBRE EL IMPACTO DE LA PANDEMIA DE COVID-19 EN LA EDUCACIÓN
REFLECTIONS
ON THE IMPACT OF THE COVID-19 PANDEMIC ON EDUCATION
Celso Ribeiro Campos
(Pontifícia Universidade Católica de São Paulo)
crcampos@pucsp.br
Andréa Pavan Perin
(Faculdade Tecnologia de Itapetininga)
andreapavanperin@gmail.com
Ana Paula Gonçalves Pita
(Universidade Estadual Paulista)
anapaulagpita@gmail.com
Recibido: 15/12/2021
Aprobado: 18/01/2022
RESUMEN
En este artículo
buscamos recopilar las publicaciones académicas realizadas en los años 2020 y
2021 que trajeron el problema de la enseñanza a distancia que de repente
reemplazó a la enseñanza presencial en los años mencionados. Para ello, hicimos
una búsqueda bibliográfica con la ayuda de Google Scholar y seleccionamos los
tres artículos en lengua extranjera más referenciados por este buscador. Uno de
estos artículos fue escrito por un investigador brasileño, otro trajo un relato
de la realidad de la enseñanza en Zambia, mientras que el tercero vio sobre la
educación matemática en Alemania. También hicimos una selección de artículos en
portugués, que trajeron las principales ideas que trataban desde temas
políticos hasta temas relacionados con el aula y el papel de las matemáticas en
el contexto de la pandemia. Además, se buscaron libros publicados en 2020 y
2021 que trajeron informes e ideas de varios autores que hemos resumido aquí.
Finalmente, puntuamos un poco de nuestras experiencias, tratando de hacer su
conexión con los autores mencionados anteriormente.
Palabras clave:
covid-19. pandemia. educación. educación matemática
ABSTRACT
In this article
we seek to compile some academic publications made in the years 2020 and 2021
that brought the problem of remote teaching that suddenly replaced the
face-to-face teaching in the mentioned years. To do so, we did a
bibliographical search with the help of Google Scholar and selected the three
articles in foreign language most referenced by this search engine. One of
these articles was written by a Brazilian researcher, another brought an
account of the reality of teaching in Zambia, while the third talked about
mathematics education in Germany. We have also selected articles in Portuguese,
which brought some ideas that goes from political issues to issues related to
the classroom and the role of mathematics in the context of the pandemic.
Additionally, we searched for books published in 2020 and 2021 that brought
reports and ideas from several authors that we have shorted up here. Finally,
we highlighted our experiences, trying to link them with the authors referenced
earlier.
Keywords:
covid-19. pandemic. education. mathematics education
RESUMO
Neste artigo, buscamos compilar as publicações acadêmicas que, nos anos de 2020 e 2021 abordaram a problemática do ensino remoto que subitamente substituiu o ensino presencial. Para tanto, fizemos uma pesquisa bibliográfica com a ajuda do Google Acadêmico e selecionamos os três artigos em língua estrangeira mais referenciados por esse buscador. Um desses artigos foi escrito por um pesquisador brasileiro, outro trouxe um relato da realidade do ensino em Zâmbia e o terceiro versou sobre a educação matemática na Alemanha. Fizemos também uma seleção de artigos em língua portuguesa, dos quais trouxemos as principais ideias que tratavam desde questões políticas até questões relacionadas à sala de aula e ao papel da Matemática no contexto da pandemia. Adicionalmente, buscamos livros publicados em 2020 e 2021 que trouxeram relatos e ideias de diversos autores que aqui resumimos. Por fim, pontuamos um pouco de nossas experiências, procurando fazer a ligação delas com os autores referenciados anteriormente.
Palavras-chave: covid-19. pandemia. educação. educação matemática
Introdução
Em maior ou menor escala, a pandemia do Covid-19 vem afetando a vida de todos ao redor do mundo. Os impactos para quem sobrevive a ela são muitos: perda de um amigo ou familiar, desemprego, queda na renda, sequelas da doença, danos psicológicos, entre outros.
Ainda imersos numa nova onda epidemiológica, provocada pela variante Ômicron, podemos dizer que o mundo já não é o mesmo. Tivemos e ainda temos de nos adaptar a novos hábitos, novas realidades, que incluem diversos tipos de restrição, de cuidados com a saúde e a higiene, de novas demandas associadas a uma vida de maior isolamento, menos contato físico e mais interação virtual.
Todos os setores da economia foram impactados, alguns mais e outros menos, mas ninguém saiu ileso. No campo da educação, os impactos foram significativos. No estado de São Paulo, o Decreto n. 64.864 de 16/03/2020 suspendeu 100% das atividades presenciais nas escolas. Posteriormente, a Resolução n.54, de 18/03/2020 homologou a deliberação aprovada pelo Conselho Estadual, que permitia atividades pedagógicas realizadas por meio de EAD (ensino à distância) aos alunos do ensino fundamental e médio durante o período de suspensão das aulas. Na sequência, em 20/03/2020, a Resolução n. 56, Seduc-30 anunciou antecipação de férias e recesso escolar de 150 mil professores da rede estadual. Nessa resolução, foram antecipadas 2 semanas de recesso escolar que estavam previstas para o mês de julho e outras 2 semanas de recesso que ocorreriam em abril e outubro do mesmo ano. Outras resoluções se seguiram, buscando remediar problemas como a falta que a merenda escolar fazia para os alunos, a falta de equipamentos e softwares para viabilizar o ensino remoto etc. Os outros estados do país foram afetados de forma semelhante, e, subitamente, todo o país estava à mercê de uma nova realidade na educação, exigindo de todos os envolvidos uma readaptação e um aprendizado de novas tecnologias, que ainda não haviam sido experimentadas em larga escala, nem pelos professores, nem pelos alunos. Cumpre observar que o ensino superior público e privado também ficou sujeito às mesmas restrições de suspensão de aulas, assim como as escolas particulares da educação básica.
Em agosto de 2020, o DataSenado reportou que:
Entre os quase 56 milhões de alunos matriculados na educação básica e superior no Brasil, 35% (19,5 milhões) tiveram as aulas suspensas devido à pandemia de Covid-19, enquanto que 58% (32,4 milhões) passaram a ter aulas remotas. Na rede pública, 26% dos alunos que estão tendo aulas online não possuem acesso à internet (Agência Senado, 2020, n.p.).
No âmbito federal, o relatório do Conselho Nacional de Educação (CNE) do Ministério da Educação (MEC) sobre diretrizes gerais para a aprendizagem híbrida indica que o Brasil já contabilizava, naquele momento, “quase 2 (dois) anos com escolas públicas e privadas fechadas, em todos os níveis, utilizando soluções remotas emergenciais permanentemente” (Brasil, 2021: 1). O documento ainda ressalta que o domínio das tecnologias digitais está pressuposto em uma das competências gerais prescritas pela Base Nacional Comum Curricular (BNCC):
5 – Compreender, utilizar e criar tecnologias digitais de informação e comunicação de forma crítica, significativa, reflexiva e ética nas diversas práticas sociais (incluindo as escolares) para se comunicar, acessar e disseminar informações, produzir conhecimentos, resolver problemas e exercer protagonismo e autoria na vida pessoal e coletiva (Brasil, 2018: 9).
Entrementes, o relatório do CNE reconhece que
Em março de 2020, sem planejamento prévio, a sociedade brasileira obrigou-se a fechar as portas das escolas para a presença física dos estudantes, buscando desenvolver novas alternativas para a oferta de atividades educacionais não presenciais. A inevitável improvisação da oferta de atividades educacionais remotas, com ou sem suporte de modernas tecnologias de informação e comunicação, corajosamente assumida pelo conjunto dos educadores brasileiros, de todos os níveis e modalidades de educação e ensino, buscou garantir, da melhor forma possível, a manutenção dos melhores níveis possíveis de aprendizagem de seus educandos (Brasil, 2021, pp. 5-6)
Por fim, objetivando superar tal fase de tensão, apreensão e improviso, o relatório antecipa um novo desafio: o oferecimento de programas remotos de ensino alternados com momentos presenciais. Nessa linha, ele propõe um processo pedagógico de Aprendizagem Híbrida. Em um tom otimista, o relatório ressalta que
[...] esta flexibilidade híbrida não representa novidade para os professores e outros educadores, considerando que, historicamente, na organização da oferta da educação escolar, sempre se alternaram momentos presenciais, em salas de aulas ou em outros ambientes de aprendizagem desenvolvidos no ambiente escolar, com momentos não presenciais de estudos realizados em casa ou em outros ambientes culturais e sociais (Idem: 8)
Cabe ressaltar que o documento considera, como Aprendizagem Híbrida, uma metodologia mediada por Tecnologias de Informação e Comunicação (TIC) para apoiar a atividade docente, com o objetivo de desenvolver competências que vão além das atividades de sala de aula. O que as caracteriza, assim, como mais motivadoras, dinâmicas e capazes de inspirar um processo contínuo de aprendizagem.
Com um ponto de vista divergente, Helene (2021), assevera que “o ambiente em uma universidade, como também nas escolas de educação básica, é o melhor a que os jovens adultos, os adolescentes e as crianças podem ter acesso” (n.p.). Segundo o autor, esse ambiente propicia elementos que não existem no EaD, pois “oferece inúmeras possibilidades de desenvolvimento pessoal, cultural, artístico e científico que vão muito além das aulas” (ibid.). Adicionalmente, o autor pontua que “entre os problemas mais graves do EaD durante o período da presente epidemia estão os grandes danos causados aos grupos mais desfavorecidos, como já têm mostrado os muitos dados disponíveis” (ibid.).
Nesse cenário de posições contrárias, nos interessa fazer uma reflexão e relatar nossas vivências pedagógicas e acadêmicas ao longo dos anos de 2020 e 2021, bem como algumas experiências relatadas por colegas, de modo a esboçar um panorama das consequências da pandemia na educação.
Para tentar entender algo da dimensão que representou na educação a súbita virada do ensino presencial para o remoto, nos remetemos a Penteado (2000), que já valorizava a integração da TI (Tecnologias de Informática) ao currículo e ao espaço físico das escolas, afirmando que ela promove alteração das relações de poder e tira o professor da sua zona de conforto para inseri-lo em uma zona de risco, caracterizada por um baixo índice de certeza e controle da situação de ensino. Nesse contexto, a autora entende “a zona de conforto como a dimensão da prática docente em que estão presentes a previsibilidade e o controle” (idem: 32). Com ares de premonição, Penteado (ibid.) afirma ainda que “o uso de TI na escola, como nos sugere seu uso fora dela, requer do professor uma avaliação permanente dos procedimentos adotados e disponibilidade para o engajamento num processo contínuo de atualização”.
Baseado nas palavras de Penteado, podemos entender que a adoção repentina da modalidade de ensino remoto em todos os níveis escolares tirou os professores da sua zona de conforto, exigindo deles uma adaptação forçada a um novo ambiente educacional. Não obstante, nos toca refletir também sobre a adaptação do estudante a esse novo ambiente. De acordo com Helene (2021, n.p.), o ensino remoto
[...] afetou de forma gravíssima os estudantes mais desfavorecidos, muitos dos quais simplesmente abandonaram o sistema educacional, não apenas por não disporem de computadores, mas, também, de material didático e de tempo, espaço e ambiente adequados à concentração e ao estudo.
Tendo em vista essas posições, o objetivo geral deste artigo é explorar publicações acadêmicas que versem sobre os impactos da pandemia na educação, tanto do lado do professor quanto do aluno, enquanto o objetivo específico é focar nos relatos de experiências no campo do ensino-aprendizagem de Matemática. Diante disso, a metodologia que adotamos é a da pesquisa bibliográfica, conjugada com alguns relatos de experiência, entre as quais incluiremos as nossas próprias práticas.
Nos próximos tópicos, vamos descrever alguns artigos acadêmicos, explorar alguns livros publicados sobre o tema do Covid-19 na educação, aos quais vamos acrescentar nossas experiências, finalizando com um resumo das principais informações coletadas, buscando extrair delas os principais pontos positivos e negativos do ensino remoto adotado nos anos de 2020 e 2021.
Artigos acadêmicos
Uma busca feita no Google Scholar em 09/12/2021 usando as palavras-chave Covid-19 e educação resultou em cerca de 46.100 resultados, conforme se vê na imagem da Figura 1.
Figura 1: Artigos no Google Acadêmico
Fonte: Recuperado de: https://scholar.google.com.br/scholar?hl=pt-BR&as_sdt=0%2C5&q=covid-19+educa%C3%A7%C3%A3o&btnG=. Acesso em 09/12/2021.
Como se vê na Figura 1, a ordenação requerida foi a de relevância. Se aplicarmos um filtro para publicações em língua portuguesa, o número de resultados cai para 38.800 e, se adicionarmos um filtro para publicações a partir de 2020, o número se reduz a 19.500.
Fizemos uma outra busca atribuindo as palavras-chave Covid-19 e mathematics education, como se vê na Figura 2, o que resultou em 8.140 artigos.
Figura 2: Artigos no Google Acadêmico em língua estrangeira
Fonte: Recuperado de : https://scholar.google.com.br/scholar?lr=&q=%22covid-19%22++%22mathematics+education%22&hl=pt-BR&as_sdt=0,5&as_ylo=2020 . Acesso em 09/12/2021.
Diante de tantos resultados e sem a possibilidade de aplicar mais filtros, resolvemos começar explorando o artigo de Borba (2021), eminente pesquisador da área de Educação Matemática da UNESP, publicado pela Springer. O autor é largamente conhecido por suas pesquisas na área de tecnologia na Educação Matemática, sendo responsável por disseminar a expressão seres-humanos-com-mídia (Borba, 2000) e promover pesquisas que visam integrar o computador à educação matemática. Em Borba (2021), o autor discute como novas tendências em educação matemática podem surgir ou se modificar com a crise do coronavírus. Assim, ele usa o constructo teórico seres-humanos-com-mídia para conectar a crise com três diferentes tendências: o uso de tecnologias digitais, filosofia da educação matemática, e educação matemática crítica.
Em relação à primeira tendência, o autor afirma:
Se considerarmos uma tendência como um esforço para encontrar respostas para uma determinada questão, o COVID-19 avançou na agenda da tendência da tecnologia digital na educação matemática. Com a necessidade de isolamento social, tornou-se necessário oferecer educação para crianças e graduandos em casa (Borba, 2021: 388, tradução nossa).
Borba (op. cit.), afirma que embora existam diversas publicações sobre implementação de educação online em cursos de graduação, como Engelbrecht e Harding (2002, 2004, 2005), isso não se verifica no contexto da educação para crianças. Nessa linha, o autor pondera que a inserção da tecnologia digital na educação é, agora, um tema que concerne a todos. Adicionalmente, a amplificação da desigualdade social sob a pandemia não pode ser ignorada, assim como o surgimento do ensino remoto, o confinamento e o lockdown, podendo instigar muitos a pensar em questões filosóficas relacionadas ao lugar e ao papel do conhecimento e da aprendizagem nos seres-humanos-com-mídia.
No artigo mais referenciado na busca feita no Google Acadêmico em língua estrangeira, Mulenga e Marbán (2020) relatam o caso da adoção do ensino remoto na Zâmbia, ocorrida a partir de março de 2020 nas universidades do país:
(...) professores foram forçados a aprender métodos digitais de ensino e entrega de conteúdo aos alunos. O COVID-19 tornou-se um catalisador para a valorização de dispositivos digitais, recursos online, tecnologia de mídia social e atividades de e-learning. A literatura revela que nenhuma mudança de paradigma nos ambientes educacionais pode ser projetada com sucesso sem antes incluir professores como participantes da intenção (Mulenga & Marbán, 2020: 2, trad. nossa).
Analogamente ao que nos propomos a fazer neste artigo, Mulenga e Marbán (ibid.) citam diversos estudos publicados em 2020 sobre a problemática da aprendizagem via métodos digitais, tais como Iwai (2020), que argumenta sobre o que os estudantes têm a ganhar ou perder nas aulas virtuais. Agnoletto e Queiroz (2020) afirmam que a lógica que permeia a conversão para o ensino-aprendizagem digital não é simples; no entanto, segundo eles, há um clamor contínuo para o lançamento de ferramentas de medidas de emergência que adotem tecnologias digitais para a educação. Roy (2020) relata estudo australiano que indica algumas plataformas úteis para ministrar aulas remotamente, enquanto o estudo de Zhao e Xu (2020), na China, preocupa-se mais com as mídias sociais como forma de disseminação de informações importantes sobre a pandemia do Covid-19.
Outros estudos, como o de Burke (2020), chamam a atenção para a necessidade de valorizar a comunicação entre os estudantes, pais e professores, via plataformas digitais, assim como garantir acesso a dados via dispositivos de armazenamento remoto (nuvem), como o Dropbox, o Google Drive e outros.
Mulenga e Marbán (2020) alertam para o fato de que estudos anteriores sobre o uso de tecnologias digitais nas aulas de Matemática indicavam que os estudantes tendem a aprender mais e melhor. Contudo, o tipo de tecnologia digital presente nesses estudos não diz respeito ao ensino remoto, configurando-se uma lacuna que os autores tentam preencher.
Mulenga e Marbán (ibid.) pesquisaram 102 futuros professores de Matemática do ensino médio, licenciandos de uma universidade de Zâmbia. Os autores reportaram os resultados de uma análise quantitativa de parte de um estudo maior sobre métodos quali-quanti. Os principais resultados apontaram que, conquanto os alunos “tenham os dispositivos digitais necessários, acesso à internet, custos de internet acessíveis e fornecimento adequado de eletricidade, eles podem obter assentos na frente da sala de aula virtual de matemática” (idem: 10). Adicionalmente, os resultados sugerem que “os futuros professores acreditam que a aprendizagem digital lhes permitirá fazer uma mudança pedagógica da matemática para um método de ensino menos formalizado que seja divertido e interessante, ao invés de rigoroso e tradicional” (ibid.).
O trabalho de Kollosche e Meyerhöfer (2021) também está entre os mais citados na lista do Google Acadêmico. Os autores investigaram conceitos matemáticos envolvidos em discussões a respeito da pandemia de Covid-19 na Alemanha, tais como taxas de mortalidade, crescimento exponencial e outros. Após identificarem os conceitos, os autores examinaram até que ponto eles podem ser entendidos por leigos. Nessa linha, eles classificaram como conceitos ideais (básicos) aqueles que podem ser entendidos por leigos, mas pontuaram que apenas os conceitos estatísticos levam a um juízo apurado dos dados reais. Nesse sentido, os autores percebem que a falta de entendimento dos conceitos estatísticos leva a concepções errôneas e manipulação. A conclusão é que a avaliação de conceitos matemáticos avançados não é possível para leigos que não desenvolveram um letramento apropriado, abrindo espaço para intepretações equivocadas.
[...] notamos que enfrentamos debates políticos altamente relevantes e controversos, cujos componentes matemáticos não podem ser compreendidos por leigos matemáticos ao ponto de permitir a avaliação de tal conhecimento especializado. Adicionalmente, as matérias veiculadas na mídia geralmente não facilitam tal avaliação e muitas vezes fornecem relatos problemáticos dos respectivos conceitos matemáticos. Assim, o jornalismo espelha as limitações dos leigos matemáticos e não parece investir sistematicamente em uma reflexão mais profunda da matemática envolvida (Ibid.: 414)
Diante disso, apesar de defenderem os princípios da Educação Matemática Crítica preconizados por Skovsmose (1994) e Fischer (2001), eles entendem que “a reflexão crítica da matemática não pode ser a única solução para o problema enfrentado, pois muitas vezes a matemática em questão está fora do alcance do leigo matemático” (ibid: 415, trad. nossa).
Tendo em vista as ponderações de Kollosche e Meyerhöfer (2021) acerca da importância do conhecimento estatístico para a compreensão de dados e informações sobre a pandemia veiculados nos diversos tipos de mídia, selecionamos o artigo de Samá et al. (2020), que traz reflexões sobre o papel da Educação Estatística na formação de professores no contexto da vida em tempos de Covid-19. Os autores vão ao encontro do que afirmam Kollosche e Meyerhöfer (2021) e asseveram que
A crise sanitária vivenciada pela humanidade evidencia a importância da ciência, em especial da Matemática e da Estatística, na compreensão da Pandemia da Covid-19. Mais do que apenas a compreensão de números e padrões, este fenômeno traz em seu bojo a necessidade de romper os muros da disciplinaridade e a necessidade da transversalidade (Samá et al., 2020: 437).
Nessa linha, os autores citam Cobb e Moore (1997), para quem a Estatística fornece métodos e técnicas de análise de dados capazes de favorecer outros campos da ciência.
Acompanhando as informações divulgadas na mídia sobre a Pandemia da Covid-19, percebemos a relevância da Estatística na sua compreensão por parte da população, no auxílio da tomada de decisão e no planejamento de estratégias por parte dos gestores públicos a fim de conter a disseminação desta doença (Samá et al., 2020: 441).
Os autores buscam refletir sobre como os professores podem trabalhar em suas aulas alguns conhecimentos de Estatística, Matemática e Epidemiologia por meio do estudo de seis casos de ensino que ocorreram no contexto da pandemia do Covid-19. Eles analisam casos envolvendo números absolutos versus números relativos, representações gráficas, aplicação de escala logarítmica, função exponencial, gráficos em Geogebra etc.
Os dados gerados pela pandemia da Covid-19 proporcionam uma oportunidade ímpar para o professor da Educação Básica contextualizar os conceitos de Estatística, focando na importância do letramento estatístico, do conhecimento matemático e da leitura dos dados, bem como a capacidade de analisar e interpretar estes de forma crítica (ibid: 448).
Os autores entendem que a compreensão de conceitos de Matemática, Estatística e Epidemiologia são fundamentais para conscientizar a população sobre medidas de prevenção que envolvem, por exemplo, o distanciamento social. “Compreender como os dados são gerados, saber ler e interpretar gráficos e entender o processo de modelagem de variáveis estatísticas é fundamental para promover o letramento estatístico e o senso crítico dos estudantes (ibid., p; 448).
Entre os artigos em língua portuguesa, nos pareceu relevante a publicação de Saviani e Galvão (2021), já que aquelas que aparecem como mais citadas na Figura 1 datam de 2020. Os autores discutem as implicações pedagógicas do ensino remoto e consideram falacioso o discurso de adesão por falta de alternativa. Por meio da explicitação dos elementos constitutivos da tríade conteúdo-forma-destinatário, eles buscam demonstrar a inviabilidade de uma educação remota de qualidade e apresentam algumas proposições que poderiam ter sido adotadas. E chamam a atenção para a elevação da carga de trabalho a que os docentes foram submetidos durante a pandemia, que, segundo eles, ocorreu em condições desfavoráveis:
Relevante destacar também que esse processo açodado de implementação do ensino remoto contribui para a intensificação do adoecimento docente. Pois, além da pressão e vigilância impostas que podem se configurar em assédio, o uso constante das tecnologias, com as quais nem todos são familiarizados, amplia as possibilidades de adoecimento físico e mental (Informandes, 2020: 12, apud Saviani & Galvão, 2021: 43).
Diante disso, os autores sugerem que “havendo disponibilização de acesso e equipamentos, poderiam ser criados espaços de encontros virtuais nas escolas” (Saviani & Galvão, 2021: 44), com o objetivo de “promover debates sobre as crises em curso e o papel da educação, além de outras atividades culturais, cursos livres, seminários etc., que mantenham os vínculos com a comunidade escolar” (ibid: 44). Em relação ao calendário escolar, os autores sugerem o seu cancelamento, tendo em vista o período de exceção, sem a adoção do chamado ensino remoto.
Aliás, essa reorganização do calendário foi tardiamente estabelecida pela Lei nº 14.040, de 18 de agosto de 2020. Por outro lado, é inegável que a lei incentiva o “ensino” remoto, da educação infantil ao ensino superior. Contudo, a Lei nº 14.040/2020 (BRASIL, 2020) não determina a adoção das “atividades pedagógicas não presenciais” e apenas permite que sejam desenvolvidas (ibid: 44, grifo dos autores).
Tamayo e Tuchapesk da Silva (2020) baseiam-se em estudiosos que associam uma crise da educação escolar ao esgotamento do chamado projeto da Modernidade/Colonialidade. E argumentam em favor de pensar-se uma Educação (Matemática) que não se submeta a ele, mas que, em movimentos de desobediência político-epistêmica, estude os conhecimentos matemáticos ligados a cosmogonias não ocidentais.
[...] a escola, entendida como instituição do aparelho do Estado, já antes da pandemia enfrentava diversas problemáticas considerando a desigualdade social, os fatores históricos, políticos e econômicos do Brasil, que tornaram-se ainda mais graves com a chegada do “Covid-19” [...] (ibid: 31, aspas do autor).
As autoras entendem que a crise da educação escolar pode se aprofundar com a adoção deliberada do ensino remoto, na medida em que pensar a educação escolar nesse contexto, especificamente no ensino de Matemática, implica em atender algumas necessidades mínimas para o desenvolvimento do trabalho dos professores, ao mesmo tempo em que limita a possibilidade de aprendizagem dos alunos. Adicionalmente, elas chamam a atenção para o fato de que não devemos ignorar que “muitos estudantes e educadores, principalmente, da rede pública de ensino, não têm acesso à internet ou computador em casa e, ainda, que nem todos os professores e alunos sabem usar plataformas de ensino virtuais” (ibid: 36).
As autoras trazem imagens e falas para demonstrar seus pontos de vista, conforme Figura 3.
Figura 3: Escola em crise.
Fonte: Recuperado de “Desafios e possibilidades para a Educação (Matemática) em tempos de “Covid-19” numa escola em crise,” de C. Tamayo, M.Tuchapesk da Silva, 2020, Revista Latinoamericana de Etnomatemática, 13, 1: 29-48.
“Oi professora, tudo bem? [...] Sem você professora, eu não consigo aprender bem. A mãe não é igual você. Você tem as manias de “pro”. A minha mãe não tem. Ela trabalha num restaurante, ela só tem mania de fazer comida. Desculpe incomodar agora, mas eu queria falar para senhora isso”. [Áudio de aluno enviado para professora]. (Tamayo & Tuchapesk da Silva, 2020: 37).
Mesclando falas que consideram favoráveis à ideia de ensino remoto a outras que problematizam o acesso à internet, as autoras buscam tensionar e pensar de diferentes formas os desafios e possibilidades da Educação (Matemática) em tempos de pandemia, temperando a abordagem com discussões sociais, políticas e econômicas, assim como com movimentos ativistas que denunciam a pobreza sistêmica e a negação de assistência sanitária, contrapondo-se, ainda, “à falsa narrativa moral nacionalista religiosa” (ibid: 45).
Livros
Diversas publicações abordando a pandemia de Covid-19 no Brasil foram lançadas no período pesquisado, em perspectivas as mais diversas. Campos e Perin (2020), por exemplo, faz um estudo quantitativo da evolução da pandemia no primeiro semestre de 2020; Matta et al. (2021) analisa os impactos sociais da Covid-19 no Brasil entre as populações vulnerabilizadas; e Harari (2020) traz notas sobre a pandemia e discute lições para o mundo pós-coronavírus; entre outros.
Para este artigo, comentaremos dois livros, intitulados Pandebook: cabeças pensantes na pandemia, volume 1 (Sevarolli & Kistemann Junior, 2020) e volume 2 (Kistemann Junior & Sevarolli, 2021). Ambos apresentam coletâneas de artigos de diversos autores, dentre os quais abordaremos os que versam sobre a educação.
O volume é dividido em duas partes, sendo que a primeira é sobre “Educação e Pandemia”. Desta parte, selecionamos dois artigos: Flores (2020) e Reis (2020).
Flores (2020) investiga o ensino superior no Brasil em tempos de pandemia. Ainda sentindo os primeiros impactos da suspensão das aulas nas universidades privadas e públicas, a autora questiona como serão feitas as reposições de carga horária, discutindo como o ingresso de novas turmas é afetado, e como as Instituições de Ensino Superior (IES) podriam se preparar para outros imprevistos. A autora parece antever a seriedade do problema que se instaurou nas universidades públicas (principalmente), as quais até o final de 2021, ainda não haviam conseguido equilibrar a reposição de aulas, comprometendo o calendário de 2022 e acumulando ao menos três anos de prejuízo para os envolvidos.
Reis (2020) faz reflexões sobre a educação matemática em tempos de pandemia e nota como conceitos matemáticos e estatísticos se tornaram importantes, sendo buscados com frequência na internet. Segundo o autor, a palavra “gráfico” apresentou, em março de 2020, um aumento de 100% na sua busca indicada pelo Google Trends, quando comparada com o mesmo período do ano anterior. Isso também ocorreu com os termos “exponencial” e “curva”.
Nesse ponto, é preciso fazer uma pausa e refletir sobre a necessidade real de tratar desse problema sanitário e social gravíssimo como um mero problema de matemática. Não estaremos nesse caso banalizando a vida? Será mesmo que essa possibilidade de “contextualização” do problema é benéfica em termos de aprendizagem? É mais do que necessário pensar antes de qualquer outra coisa no fator humano. Matematizar a vida do ser humano não parece ser um caminho que faça o estudante ter maior interesse pela matemática. Pelo contrário, pode ser ainda mais traumático para pessoas que já sofreram a perda de entes queridos (ibid: 60).
No volume 2, Santiago (2021) expõe que a pandemia acelerou processos que vinham se descortinando lentamente no cenário educacional e que o ensino remoto emergencial trouxe aos alunos com deficiência novos desafios, somados aos já existentes. Nesse contexto, ela cita o Programa Incluir e o Projeto de Acessibilidade Curricular, que surgiram como desdobramentos de um projeto de extensão anterior e que visam ajudar a superar esses novos desafios.
Já Costa (2021) identifica uma tensão entre a vida e a liberdade na educação em tempos de pandemia, a qual ele chama de educação pandêmica. O autor busca demonstrar, em seu artigo, que a contemporânea apreensão vulgar do sentido da liberdade não possui sustentação no pensamento liberal. A forma como a parte negacionista da massa popular compreende a liberdade se mostra fundamental para o entendimento da modulação das forças políticas que deságuam, inclusive, na política educacional, nesses tempos de pandemia.
Gabriel (2021) destaca que o novo jeito remoto de realizar o ensino e a aprendizagem foi instalado de um modo drástico e repentino. Os docentes precisaram rever seus planos de ensino, adaptar, criar, lidar com o ambiente virtual, pensar em novas estratégias pedagógicas e metodológicas. Além de todas essas demandas, a autora pondera que houve a necessidade de construção de uma nova competência: o uso proficiente de tecnologias digitais. O texto discute as dificuldades que o professor de Atendimento Educacional Especializado (AEE) precisa transpor para que a docência possa ser realizada com êxito e para que o aluno compreenda o conteúdo ensinado.
Medeiro (2021) busca analisar e contrastar, no ensino tradicional e no ensino-aprendizagem exploratório, uma aula de Matemática. As mudanças nos papéis e na concepção sobre o conhecimento matemático, nesses dois modelos, são fundamentais para a compreensão do que realmente muda ou não muda, nas complexas interações da sala de aula. A autora discute, então, a transição da matematofobia para a matematofilia.
Rosa e Orey (2021) avaliam a passagem do processo educacional da presencialidade para a virtualidade, ponderando que esse movimento foi um desafio para os docentes e discentes, pois, durante o período, a aprendizagem de conteúdos escolares foi sendo realizada sem que os professores tivessem uma capacitação específica para trabalhar remotamente. Segundo os autores, a crise provocada pela Covid-19 terá efeitos de longo alcance no campo educacional, pois a pandemia causou a maior interrupção de sistemas educacionais da história da humanidade, afetando cerca de 1,6 bilhão de alunos, em mais de 190 países.
Nossas experiências e considerações finais
Alguns relatos presentes nas publicações analisadas têm relação com nossa experiência docente, tanto no ensino médio quanto no ensino superior (público e privado). Nossas principais dificuldades se deram no início do período da interrupção das aulas presenciais, quando tivemos apenas uma semana para nos adaptarmos a novas plataformas de ensino virtual (Teams, Zoom, Moodle), fato que corrobora as ideias apresentadas por Gabriel (2021) e por Agnoletto e Queiroz (2020)
Adicionalmente, percebemos a problemática evidenciada por Tamayo e Tuchapesk da Silva (2020), que problematizaram a desigualdade social no ambiente de ensino remoto. Em uma de nossas aulas de ensino superior em uma universidade privada do estado de São Paulo, um aluno inadvertidamente abriu sua câmera e, sem perceber, deu a todos os demais colegas a visão de seu entorno, o qual parecia ser um barraco muito humilde. Não podemos avaliar se tal fato lhe causou constrangimento, mas a aula seguiu seu curso sem menção alguma ao ocorrido. Tendo a universidade uma predominância de alunos provenientes das classes mais abastadas, com alguns poucos alunos bolsistas, é possível inferir algum incômodo que o aluno mais humilde possa ter sentido.
Nossas experiências não nos levam a concordar com Saviani e Galvão (2021), para quem as aulas deveriam ter sido suspensas ao longo de todo o período de pandemia, sem a migração para o ambiente remoto. Percebemos, em nossas aulas, uma crescente ambientação no ambiente virtual, o qual passou a ser encarado com naturalidade por todos os atores que, ainda no ano de 2021, vivenciavam essa realidade.
Não obstante, vimos pesquisas acadêmicas serem adiadas e/ou interrompidas por conta da impossibilidade da escola pública de adotar com eficácia o ensino remoto, já que os alunos não tinham acesso à internet ou não tinham os equipamentos eletrônicos necessários. Nesse caso, observamos sérios prejuízos para ambas as partes, principalmente para os alunos, na mesma linha que asseverou Tamayo e Tuchapesk da Silva (2020).
Na outra ponta se situou o trabalho de Kollosche e Meyerhöfer (2021), que pontuaram que, na Alemanha, a principal preocupação com a educação na pandemia dizia respeito aos conceitos matemáticos e estatísticos necessários para entender as informações veiculadas pela mídia local. Os autores não fizeram menção a possíveis dificuldades enfrentadas pelos professores e/ou pelos alunos, evidenciando a face da pandemia em países desenvolvidos.
Por fim, destacamos a reflexão de Reis (2020), a qual nos parece bastante apropriada e nos remete a um fato que muitas vezes parece controverso, ao comentar sobre a discussão de conceitos matemáticos e estatísticos em tempos de pandemia, fazendo um contraponto às ideias de Kollosche e Meyerhöfer (2021): O professor de Matemática é um profissional de Humanas, não de Exatas! Nesse contexto, o autor nos faz pensar sobre qual seria a fronteira entre o humano e a ciência!
Referências
Agência Senado, Elisa Chagas. (2020). DataSenado: quase 20 milhões de alunos deixaram de ter aulas durante pandemia. Recuperado de: https://www12.senado.leg.br/noticias/materias/2020/08/12/datasenado-quase-20-milhoes-de-alunos-deixaram-de-ter-aulas-durante-pandemia
Agnoletto, R., & Queiroz, V. (2020). COVID-19 and the challenges in
Education. Recuperado
de https://www.researchgate.net/publication/340385425
Burke, J. (2020). Covid-19 Practice in Primary Schools in Ireland Report. Recuperado de: https://doi.org/10.13140/RG.2.2.14091.03369
Borba, M. C. (2000). “GPIMEM e UNESP: pesquisa, extensão e
ensino em informática e educação matemática”. In M.G. Penteado & M.C. Borba
(Coords), A informática em ação: formação de professores, pesquisa e
extensão. 47-66. Olho
d’Água. São Paulo.
Borba, M.
C. (2021). “The future of mathematics education since COVID-19:
humans-with-media or humans-with-non-living-things”. Educational Studies in
Mathematics. Springer. 108. 385-400. https://doi.org/10.1007/s10649-021-10043-2
Brasil. (2018). Base Nacional Comum Curricular: educação é a base. MEC. Brasília. Recuperado de: http://basenacionalcomum.mec.gov.br/
Brasil. (2021). Diretrizes gerais sobre aprendizagem híbrida. CNE/MEC. Brasília. Recuperado de: http://portal.mec.gov.br/index.php?option=com_docman&view=download&alias=227271-texto-referencia-educacao-hibrida&category_slug=novembro-2021-pdf&Itemid=30192
Campos, C. R., & Perin, A. P. (2020). Covid-19: um estudo comparativo da pandemia no Brasil e na Itália. Editora da UFCSPA. Porto Alegre.
Costa, F. R. (2021). “Educação pandêmica entre a liberdade e a vida: uma crítica para a moderna, mas profundamente idiotizante, apreensão estereotipada da liberdade”. In M. A. Kistemann Junior & F. C. Sevarolli (Coords.). Pandebook: cabeças pensantes na pandemia. Volume 2. 121-137. Taubaté: Akademy.
Decreto n. 52, de 17 de março de 2020. “Dispõe sobre
a adoção de medidas adicionais, de caráter temporário e emergencial, de
prevenção de contágio pelo COVID-19 (Novo Coronavírus), e dá providências
correlatas”. Recuperado de: http://diariooficial.imprensaoficial.com.br/nav_v5/index.asp?c=4&e=20200317&p=1
Engelbrecht,
J., & Harding, A. (2002). “A qualitative investigation on the impact of
web-based undergraduate mathematics teaching on developing academic maturity”. Technical
Report UPWT. 13.
Engelbrecht,
J., & Harding, A. (2004). “Combining online and paper assessment in a
web-based course in undergraduate mathematics”. Journal of Computers in
Mathematics and Science Teaching. 23(3). 217–231.
Engelbrecht,
J., & Harding, A. (2005). “Teaching undergraduate mathematics on the
Internet”. Educational Studies in Mathematics. 58. 253–276.
Fischer, R. (2001). Höhere Allgemeinbildung [Higher general education]. In R. Aulke, A. Fischer-Buck & K. Garnitschnig (Coords.). Situation: Ursprung der Bildung. 151–161. Leipziger Universitätsverlag Leipzig.
Flores, A. P. X. (2020). “O ensino superior no Brasil em tempos de pandemia”. In F. C. Sevarolli & M. A. Kistemann Junior (Coords.), Pandebook: cabeças pensantes na pandemia Volume 1. 43-52. Akademy. Taubaté.
Gabriel, K. A. (2021). “Atendimento educacional especializado na educação básica: reinventando saberes e práticas durante a pandemia”. In M. A. Kistemann Junior & F. C. Sevarolli (Coords.), Pandebook: cabeças pensantes na pandemia Volume 2. 155-168. Akademy. Taubaté.
Harari, Y. N. (2020). Notas sobre a pandemia: E breves lições para o mundo pós-coronavírus (artigos e entrevistas). Companhia das Letras. São Paulo.
Helene, O. (2021). “Alguns fatos e algumas considerações sobre o ensino a distância”. Jornal da USP. Recuperado de: https://jornal.usp.br/?p=477724
Informandes. (2020). Ensino remoto em substituição ao
presencial? Recuperado de:
https://issuu.com/andessn/docs/informandes_-_julho_2020_-_hi
Iwai, Y.
(March 13, 2020) ‘Online Learning during the COVID-19 Pandemic: What do we
gain and what do we lose when classrooms go virtual?’. Recuperado de: https://blogs.scientificamerican.com/observations/online-learning-during-the-covid-19-pandemic/
Kollosche,
D., & Meyerhöfer, W. (2021). “Covid-19, mathematics education, and the
evaluation of expert knowledge”. Educational Studies in Mathematics. 108.
401–417. Springer. Retirado em 13/12/2021 de: https://doi.org/10.1007/s10649-021-10097-2
Lei n. 14.040, de 18 de agosto de 2020. Estabelece normas educacionais excepcionais a serem adotadas durante o estado de calamidade pública reconhecido pelo Decreto Legislativo nº 6, de 20 de março de 2020; e altera a Lei nº 11.947, de 16 de junho de 2009. Diário Oficial da União. Retirado em 25/10/2020 de: https://www.in.gov.br/en/web/dou/-/lei-n-14.040-de-18-de-agosto-de-2020-272981525
Matta, G. C., Rego, S., Souto, E. P., & Segata, J. (eds.). (2021). Os impactos sociais da Covid-19 no Brasil: populações vulnerabilizadas e respostas à pandemia. Série Informação para ação na Covid-19. Rio de Janeiro: Observatório Covid 19. Editora FIOCRUZ. Recuperado de: https://doi.org/10.7476/9786557080320.
Medeiros, K. M. (2020) “A Aula de Matemática Durante a
Pandemia do Covid-19 no Brasil: Aumentar a Matematofobia ou contribuir para
Matematofilia?” In M. A. Kistemann Junior & F. C. Sevarolli (Coords.), Pandebook:
cabeças pensantes na pandemia Volume 2. 171-191. Akademy. Taubaté
Mulenga, E.
M., & Marbán, J. M. (2020). Is COVID-19 the Gateway for Digital Learning in
Mathematics Education? Contemporary Educational Technology. 12(2).
1-11. https://doi.org/10.30935/cedtech/7949
Penteado, M. G. (2000). “Possibilidades para a formação de professores de Matemática”. In M. G. Penteado & M.C. Borba (Coords.). A informática em ação: formação de professores, pesquisa e extensão. 23-34. Olho d’Água. São Paulo.
Reis, E. L. (2020). “Reflexões sobre educação matemática em tempos de pandemia”. In F. C. Sevarolli & M. A. Kistemann Junior (Coords.), Pandebook: cabeças pensantes na pandemia Volume 1. 55-67. Taubaté: Akademy.
Resolução n.54, de 18 de março de 2020. Altera dispositivos da Resolução SE 25, de 17-03- 2020, que dispõe sobre a jornada laboral mediante teletrabalho, em regulamentação ao Decreto 64.864, de 16-03-2020. Recuperado de: https://www.imprensaoficial.com.br/DO/BuscaDO2001Documento_11_4.aspx?link=%2f2020%2fexecutivo%2520secao%2520i%2fmarco%2f19%2fpag_0018_0a82bd5d0fbe115a6a01b37f3c32f5cc.pdf&pagina=18&data=19/03/2020&caderno=Executivo%20I&paginaordenacao=100018
Resolução n.56, de 20 de março de 2020. Estabelece diretrizes para a organização e funcionamento do Ensino Fundamental e do Ensino Médio da Educação de Jovens e Adultos - EJA em classes multisseriadas, e dá providências correlatas. Recuperado de: https://www.imprensaoficial.com.br/DO/BuscaDO2001Documento_11_4.aspx?link=%2f2020%2fexecutivo%2520secao%2520i%2fmarco%2f21%2fpag_0022_b6b0bd8df32b49cff25f5a6274f757bf.pdf&pagina=22&data=21/03/2020&caderno=Executivo%20I&paginaordenacao=100022.
Rosa, M., & Irey, D. C. (2020) “Educação matemática,
pandemia e modelagem matemática: oportunidades de aprendizagem em tempos de
crise”. In M. A. Kistemann Junior & F. C. Sevarolli (Coords.), Pandebook:
cabeças pensantes na pandemia Volume 2. 195-216. Akademy. Taubaté.
Roy, D.
(2020). Trying to homeschool because of coronavirus? Here are 5 tips to help
your child learn. March. Recuperado de: https://theconversation.com/trying-to-homeschool-because-of-coronavirus-here-are-5-tips-to-help-your-child-learn-133773
Samá, S., Cazorla, I., Velasque, L., Diniz, L., & Nascimento, L. (2021). “Reflexões sobre o papel da educação estatística na formação de professores no contexto da pandemia do Covid-19”. Jornal Internacional de Estudos em Educação Matemática, 13 (4), esp. 437-449. Retirado em 13/12/2021 de: Reflexões Sobre o Papel da Educação Estatística na Formação de Professores no Contexto da Pandemia da Covid-19 | Jornal Internacional de Estudos em Educação Matemática (pgsskroton.com)
Santiago, M. C. (2021). “A educação em contexto de pandemia: reinventado projetos formativos e processos de ensino-aprendizagem”. In M. A. Kistemann Junior & F. C. Sevarolli (Coords.), Pandebook: cabeças pensantes na pandemia Volume 2. 109-117. Akademy. Taubaté.
Saviani, D., & Galvão, A. C. (2021). “Educação na pandemia: a falácia do “ensino” remoto”. Universidade e Sociedade. 31(67). 36-49. Recuperado de: https://www.andes.org.br/img/midias/0e74d85d3ea4a065b283db72641d4ada_1609774477.pdf
Sevarolli,
F. C., & Kistemann Junior, M. A. (orgs.). (2020). Pandebook:
cabeças pensantes na pandemia. Volume 1. Akademy. Taubaté.
Skovsmose, O. (1994). Towards a philosophy of critical mathematics education. Kluwer. Amsterdam.
Tamayo, C., & Tuchapesk da Silva, M. (2020). “Desafios e
possibilidades para a Educação (Matemática) em tempos de “Covid-19” numa escola
em crise”. Revista
Latinoamericana de Etnomatemática, 13(1). 29-48.
Zhao, Y., & Xu, H. (2020). Chinese Public Attention to COVID-19 Epidemic: Based on Social Media. Recuperado de: https://doi.org/10.1101/2020.03.18.20038026
https://doi.org/10.34024/prometeica.2022.24.12959
DIVULGAÇÃO CIENTÍFICA E FORMAÇÃO DE PROFESSORES
POSSIBILIDADES EXTENSIONISTAS na pandemia de covid-19
SCIENTIFIC
COMMUNICATION AND TEACHER EDUCATION
Extensionist possibilities in the COVID-19
pandemic
DIFUSIÓN
CIENTÍFICA Y FORMACIÓN DEL PROFESORADO
Posibilidades extensionistas en la pandemia de
COVID-19
Thiago Antunes-Souza
(Universidade Federal de São Paulo, Brasil)
tasouza@unifesp.br
Alexandre Monteiro de Camargo
(Universidade Federal de São Paulo, Brasil)
monteiro.alexandre@unifesp.br
Anderson Ricardo Júnior da Rocha Silva
(Universidade Federal de São Paulo, Brasil)
andjr.k@hotmail.com
Brenda Regina Bondezan Pereira
(Universidade Federal de São Paulo, Brasil)
brenda.bondezan@unifesp.br
Natacha Ferreira de Oliveira
(Universidade Federal de São Paulo, Brasil)
nf.oliveira@unifesp.br
Ana Maria Santos Gouw
(Universidade Federal de São Paulo, Brasil)
ana.gouw@unifesp.br
Recibido: 20/11/2021
Aprobado: 17/01/2022
RESUMO
O presente trabalho apresenta uma experiência de divulgação científica extensionista, vinculada à matriz curricular de um curso de licenciatura em Ciências, denominada Cientista por um dia, realizada durante a pandemia de Covid-19. A proposta caracterizou-se por encontros síncronos com estudantes de educação básica para a realização de atividades experimentais investigativas que dialogassem com as questões científicas vigentes. Durante os anos de 2020 e 2021, cerca de 290 estudantes oriundos de 13 escolas públicas e privadas participaram das atividades, monitorados por bolsistas de extensão. Os resultados indicam que, apesar do ambiente remoto dificultar as interações entre os estudantes participantes, eles puderam expressar suas dúvidas e opiniões ao longo dos encontros. A atividade constitui-se importante componente formativo para os futuros professores, que puderam conhecer a realidade do ensino remoto na educação básica e as dificuldades enfrentadas pelos professores durante a pandemia. Além disso, a experiência possibilitou uma relação dialógica entre a universidade e as escolas, a interação profissional e o fortalecimento da tríade ensino-pesquisa-extensão.
Palavras-chave: divulgação científica, extensão universitária, relação universidade-escola.
ABSTRACT
This paper
presents an experience of extensionist scientific dissemination, linked to the
curriculum of a science undergraduate course, called Scientist for a day,
during the Covid-19 pandemic. The proposal was characterized by synchronous
meetings with basic education students to carry out investigative experimental
activities that dialogued with current scientific issues. During the years 2020
and 2021, about 290 students from 13 public and private schools participated in
the activities, monitored by extension fellows. The results indicate that,
despite the remote environment hindering the interactions between the
participating students, they were able to express their doubts and opinions
throughout the meetings. The activity is an important formative component for
future teachers, who were able to learn about the reality of remote teaching in
basic education and the difficulties faced by teachers during the pandemic. In
addition, the experience enabled a dialogical relationship between the
university and the schools, professional interaction, and the strengthening of
the teaching-research-extension triad.
Keywords:
scientific communication, university extension, university-school relationship.
RESUMEN
Este trabajo
presenta una experiencia de divulgación científica extensionista, vinculada a
la matriz curricular de una carrera de Ciencias, denominada Científico por un
día, durante la pandemia del Covid-19. La propuesta se caracterizó por
encuentros sincrónicos con estudiantes de educación básica para realizar
actividades experimentales de investigación que dialogaran con temas
científicos de actualidad. Durante los años 2020 y 2021, unos 290 alumnos de 13
colegios públicos y concertados participaron en las actividades, monitorizados
por extensión becarios. Los resultados indican que, a pesar de que el entorno
remoto dificulta las interacciones entre los alumnos participantes, éstos
pudieron expresar sus dudas y opiniones a lo largo de las reuniones. La
actividad constituye un importante componente formativo para los futuros profesores,
que podrán conocer la realidad de la enseñanza a distancia en la educación
básica y las dificultades a las que se enfrentan los profesores durante la
pandemia. Además, la experiencia permitió una relación dialógica entre la
universidad y las escuelas, la interacción profesional y el fortalecimiento de
la tríada enseñanza-investigación-extensión.
Palabras
clave: difusión científica, extensión universitaria, relación
universidad-escuela.
Introdução
Atividades de divulgação científica têm sido prática frequente ao longo dos cursos de graduação, tanto na licenciatura quanto no bacharelado. Especialmente durante o período da pandemia de Covid-19, tais atividades foram ampliadas e fortalecidas nas universidades, dando visibilidade para a produção e confiabilidade do conhecimento científico na sociedade. Messeder Neto (2021) aponta que, especialmente diante do cenário obscurantista e de desvalorização da ciência do período pandêmico, a divulgação científica pode ser uma importante aliada das práticas pedagógicas escolares, favorecendo a discussão e apropriação do conhecimento científico em sala de aula.
Neste sentido, as atividades de divulgação científica realizadas no âmbito universitário, em especial em cursos de licenciatura, podem ser realizadas como prática extensionista em colaboração com a educação básica, como forma de valorizar a ciência e propiciar vivências formativas, tanto para os licenciandos como para os estudantes do ensino fundamental e médio (Lordêlo & Porto, 2012; Feitosa, Leite e Freitas, 2011).
Para os licenciandos, oportunidades de vivenciar as práticas de divulgação científica junto às escolas, no contexto da extensão universitária, podem constituir experiências profissionais distintas das realizadas no âmbito do estágio supervisionado obrigatório, ampliando as parcerias institucionais existentes entre a universidade e a escola e possibilitando vivências formativas alinhadas às demandas sociais vigentes.
Um dos principais desafios dos cursos de licenciatura é a inserção dos futuros professores na cultura profissional (Cunha, 2013; Fernandes e Cunha, 2013; Gatti, 2021; Nóvoa, 2017). Desta forma, assumimos como pressuposto pensar tais cursos segundo a lógica de sua profissionalização, fortalecendo em seu tecido curricular a prática docente enquanto fenômeno concreto. Em outros termos, assim como definem Fernandes e Cunha (2013: 61), a formação inicial de professores
Exige uma disposição acadêmica intensa e continuadamente refletida, que extrapola inserções pontuais na prática, durante o percurso curricular. É preciso fortalecer o sentimento de pertença dos estudantes, enfatizando o significado da presença nas atividades a serem realizadas pelos professores em formação no percurso do curso de Formação de Professores.
Ao nosso ver, tal disposição acadêmica curricular, preocupada com a formação do professor e não de bacharel, deveria considerar a necessária articulação entre teoria e prática em todos os espaços curriculares, que vão desde as disciplinas específicas, práticas pedagógicas e estágios supervisionados aos trabalhos de conclusão de curso, atividades complementares etc.
Partindo deste pressuposto, elencamos a extensão universitária vinculada à matriz curricular da graduação como um espaço de formação do professor para exercício de seu ofício (Santos & Gouw, 2021). Justificamos tal escolha com base na assertiva de Menezes (2020: 82), de acordo com a qual, “apesar da extensão ser considerada um dos pilares das instituições, observa-se uma carência de atividades de extensão nos cursos de licenciaturas”.
Nessa perspectiva, a presente investigação está inserida no campo de estudos e pesquisas de formação de professores e articula a tríade ensino-pesquisa-extensão através de atividades de divulgação científica. A defesa da extensão como espaço contributivo para a formação do profissional docente é também enfatizada por autores como Kochhann (2017), Menezes (2020), Silva, Penha e Gonçalves (2017) e Tinti e Silva (2021), entre outros. Segundo tais pesquisas, projetos extensionistas que assumem a capacidade formativa da extensão universitária têm condições de promover ações colaborativas entre universidade e comunidade num contexto em que ambas se desenvolvem. Nas palavras de Menezes (2020: 82)
Consideramos que a extensão universitária é imprescindível para a formação de professores críticos e reflexivos, éticos e socialmente comprometidos com a sua comunidade, sendo assim, as universidades, com o fomento do governo e de instituições públicas e/ou privadas, devem manter projetos de ensino-pesquisa-extensão, pois são fundamentais para o desenvolvimento profissional dos estudantes, para o crescimento institucional e para a sociedade.
Ao estabelecer tais relações entre a extensão universitária e o desenvolvimento profissional docente, colocamos no horizonte uma proposta formativa preocupada em suplantar a exclusiva capacitação científica de professores, organizando-a segundo a lógica das práticas de ensino e de aprendizagem consideradas no âmbito da ciência, da cultura e da sociedade. Tais prerrogativas vão ao encontro do que advoga Cunha (2010: 78), ao destacar que “compreender essa pluralidade de exigências é assumir a docência como ação complexa que requer saberes disciplinares culturais, afetivos, éticos, metodológicos, psicológicos, sociológicos e políticos”.
Assumindo a docência em seu sentido amplo é que propusemos o programa de extensão Cientista por um dia, que visa promover a divulgação científica através da interação de estudantes universitários e estudantes de educação básica em situações de aprendizagem realizadas nos laboratórios da Unifesp. Para tanto, são convidados estudantes das escolas públicas e privadas do município de Diadema e região para participarem de atividades experimentais investigativas que são planejadas por estudantes do curso de Licenciatura em Ciências, durante a unidades curriculares fixas de Prática Pedagógica de Química I e II, Prática Pedagógica de Biologia I e II e Prática Pedagógica de Física I e II.
O esteio para a proposição deste programa está na consideração de que, para avançarmos significativamente na formação inicial de professores, não basta apenas conscientizar os licenciandos sobre os problemas e limitações de um ensino cunhado na transmissão-recepção. Mais do que isso, “é preciso que eles explorem e vivenciem outras posturas docentes mais adequadas” (Schnetzler, 2010: 158). Em outras palavras, nosso objetivo é promover mudanças conceituais, metodológicas e atitudinais por meio do enfrentamento de situações de ensino, proporcionando, assim, um trabalho preocupado com a “formação de conhecimento de professor, que é sempre original em cada situação de ensino, porque este acontece na relação entre pessoas, portanto, por signos em processo de significação” (Maldaner, 2014: 40. Realce do autor).
Assim, o objetivo do presente artigo é analisar, segundo a fala dos licenciandos participantes das ações extensionistas voltadas para a divulgação científica, quais foram as contribuições dessas ações para sua formação docente, considerando o contexto da pandemia de Covid-19. A pergunta que elencamos responder é: “Quais são as aprendizagens promovidas pelas ações extensionistas de divulgação científica para a formação profissional dos licenciandos?”.
Para empreender a pesquisa, recorremos a pressupostos da abordagem qualitativa e realizamos entrevistas estruturadas com os licenciandos que participaram das atividades de extensão promovidas naquele programa. Suas falas foram analisadas em diálogo com autores do campo educacional.
Sobre o conceito de extensão que alicerça o Programa Cientista por um Dia
O Programa Cientista por um Dia surgiu em resposta à normativa de curricularização da extensão da Unifesp, que em 2017 estabeleceu “como curricularização das atividades de extensão o reconhecimento das atividades extensionistas em unidades curriculares (UC) dos cursos de graduação” (Unifesp, 2017: 4), indicando, ainda, que “os cursos de graduação devem assegurar o mínimo de dez por cento de sua carga horária total em atividades de extensão vinculadas a Programas e Projetos de Extensão Universitária” (Unifesp, 2017: 4).
Assim, na proposição do programa de extensão, partimos do pressuposto de que as atividades extensionistas de divulgação científica transformam não apenas os setores sociais com os quais a universidade escolhe interagir, mas também, a própria universidade. Tal entendimento está alicerçado na concepção de extensão universitária definida pelo Fórum de Pró-reitores de Instituições Públicas de Educação Superior Brasileiras (Forproex), no documento de Política Nacional de Extensão Universitária
A extensão universitária, sob o princípio constitucional da indissociabilidade entre ensino, pesquisa e extensão, é um processo interdisciplinar, educativo, cultural, científico e político que promove a interação transformadora entre a Universidade e outros setores da sociedade (Forproex, 2012: 28).
Portanto, ao assumir esta compreensão, acreditamos que as atividades de extensão, para além de seus objetivos próprios, podem ser espaços de socialização e troca de saberes entre a Universidade e a sociedade. Conforme as diretrizes da Política Nacional de Extensão Universitária, “é importante ter clareza de que não é apenas sobre a sociedade que se almeja produzir impacto e transformação com a Extensão Universitária. A própria Universidade Pública, enquanto parte da sociedade, também deve sofrer impacto, ser transformada” (Forproex, 2012: 36).
Nesse sentido, a relação com a sociedade, na presente proposta, é entendida em duas esferas. A primeira refere-se aos possíveis impactos na formação dos estudantes de educação básica, que, em sua maioria, não possuem acesso às aulas experimentais, já que grande parte das escolas públicas brasileiras não possuem laboratório (Andrade & Viana, 2017). Deste modo, o acesso às atividades experimentais pode contribuir para a aprendizagem de conteúdos científicos escolares.
No que tange à Universidade, além das contribuições para a formação dos graduandos envolvidos no programa, espera-se colaborar para maior reconhecimento da existência e produção científica da Unifesp em Diadema. Afinal, como aponta Santos (2019: 17), “a Unifesp campus Diadema é pouco conhecida no município e região, a aproximação da comunidade se faz ainda mais necessária. Poucos alunos da educação básica conhecem a universidade, seus cursos e formas de ingresso”.
Ainda sobre a segunda esfera, a vinculação do programa às unidades curriculares Práticas de Ensino de Biologia I e II, Práticas de Ensino de Física I e II e Práticas de Ensino de Química I e II poderá possibilitar que os alunos de graduação vivenciem experiências reais de ensino, tanto por meio do desenvolvimento dos guias experimentais, quanto por meio da recepção dos estudantes de educação básica e aplicação daqueles guias junto a eles.
Nessa perspectiva, ao articular a pesquisa e o ensino ao campo da formação inicial de professores, esperamos contribuir tanto com a comunidade participante, quanto com a formação dos licenciandos, que terão oportunidade de propor práticas pedagógicas e refletir sobre elas.
A pandemia de Covid-19 levou para o ambiente remoto, durante os anos de 2020 e 2021, diversos tipos de atividades, entre elas o Cientista por um dia. O formato de visitas a laboratórios da universidade para a realização de atividades experimentais investigativas foi transformado em encontros síncronos com turmas de estudantes de educação básica, acompanhados de seus professores. Durante os encontros, eram propostas práticas experimentais passíveis de serem realizadas em casa, onde o aluno poderia realizar ou acompanhar a atividade realizada pelo(a) monitor(a). Foi dado destaque para que as práticas tivessem interface com as demandas oriundas da situação de pandemia, de forma que se constituíssem oportunidades de divulgação do conhecimento científico de forma dialogada com os estudantes.
Para isso, o Cientista por um dia foi reestruturado, sendo suas ações divulgadas no site da universidade e promovidas através de grupos de WhatsApp de professores. O programa contou ainda, durante os anos de 2020 e 2021, com bolsistas de extensão do Projeto Institucional de Bolsas de Extensão (PIBEX), que organizaram o site e promoveram os encontros síncronos com as turmas de educação básica.
Metodologia
Esta pesquisa é de natureza qualitativa, cujo foco foi o estudo de um fenômeno específico, as atividades do Cientista por um dia, a partir da descrição de sua estrutura e funcionamento e da fala de sujeitos que participaram dele (Lodico, Spaulding e Voeglte, 2006). Para isso, foram realizadas entrevistas estruturadas com os(as) bolsistas participantes durante a pandemia (anos de 2020 e 2021). A pesquisa foi aprovada pelo Comitê de Ética da Universidade Federal de São Paulo.
Para responder à questão de investigação desta pesquisa — “Quais são as aprendizagens promovidas pelas ações extensionistas de divulgação científica para a formação profissional dos licenciandos?” — foram selecionados 4 bolsistas que participaram das atividades de divulgação científica durante o período da quarentena imposta pela pandemia de Covid-19. De acordo com Batista, Matos e Nascimento (2017: 5-6), a entrevista, como instrumento metodológico nas pesquisas sociais, configura-se como uma possibilidade frutífera de
buscar compreender a subjetividade do indivíduo por meio de seus depoimentos, pois se trata do modo como aquele sujeito observa, vivencia e analisa seu tempo histórico, seu momento, seu meio social etc.; é sempre um, entre muitos pontos de vista possíveis. É extrair daquilo que é subjetivo e pessoal do sujeito e pensarmos numa dimensão coletiva, nos permite compreender a lógica das relações que se estabelecem ou se estabeleceram no interior dos grupos sociais dos quais o entrevistado participa ou participou, em um determinado tempo e lugar.
Nessa perspectiva, dada as condições da pandemia de Covid-19 e a necessidade de isolamento social, optamos pela comunicação via endereço eletrônico dos bolsistas para envio de um roteiro de entrevista constituído por um conjunto fixo de perguntas, de ordem e redação invariáveis, e que, de acordo com Gil (2008), caracteriza a modalidade de entrevista estruturada.
As questões construídas tiveram como objetivo explorar as considerações dos entrevistados sobre a experiência formativa envolvida no programa e as interações estabelecidas com os estudantes de educação básica. Os entrevistados serão aqui nomeados por siglas, de forma a garantir seu anonimato. Deste modo, os bolsistas, com idade média de 26 anos e matriculados no 7º e 8º termo do curso de Licenciatura em Ciências da Unifesp, serão denominados por B1, B2, B3 e B4. Vale destacar que os dois primeiros são estudantes da trajetória de Química, sendo um bolsista do ano de 2020 e outro do ano de 2021, e os dois últimos são da trajetória de Biologia, sendo um bolsista do ano de 2020 e outro do ano de 2021. A bolsas tiveram duração entre 8 e 9 meses.
A construção e análise das entrevistas se deu por meio de leitura e releitura das respostas, buscando identificar trechos que expressassem, em maior ou menor grau, o entendimento dos bolsistas sobre quais foram as contribuições das ações extensionistas voltadas para a divulgação científica para sua formação docente. O processo analítico apoiou-se nos pressupostos da investigação qualitativa baseada na construção de unidade de significação. De acordo com Duarte (2004: 221)
Uma maneira de analisar é fragmentar o todo e reorganizar os fragmentos a partir de novos pressupostos. Trata-se, nesse caso, de segmentar a fala dos entrevistados em unidades de significação − o mínimo de texto necessário à compreensão do significado por parte de quem analisa − e iniciar um procedimento minucioso de interpretação de cada uma dessas unidades, articulando-as entre si, tendo por objetivo a formulação de hipóteses explicativas do problema ou do universo estudado.
Após a elaboração das unidades de significação, os fragmentos foram organizados segundo subtemas, que foram compondo a construção do texto de análise das falas em diálogo com a literatura do campo educacional, em especial da formação de professores. Nesse processo, Duarte (2004: 221) elucida que tal ação pressupõe o desenvolvimento de teorizações que vão dinamizar o material empírico coletado na “interpretação dos fragmentos dos discursos dos entrevistados, organizados em torno de categorias ou eixos temáticos, e do cruzamento desse material com as referências teórico/conceituais que orientam o olhar desse pesquisador”.
Divulgação Científica durante a pandemia: adequações do programa
De forma a garantir que as atividades realizadas pelo Cientista por um dia pudessem ser realizadas durante o período de quarentena imposta pela pandemia de Covid-19, algumas adequações foram realizadas:
i) Estabelecimento de parcerias com as escolas da região, no intuito de elencar os professores de turmas de ensino fundamental e médio que desejassem participar das atividades e que tivessem estudantes em condições de participar de atividades síncronas via Google Meet. Após a conversa com os professores, foram agendados horários e links de salas online, para que fossem realizadas as atividades com os estudantes de educação básica;
ii) Concomitante ao trabalho com as escolas, foram elaborados guias experimentais investigativos de Química e Biologia pelos discentes matriculados nas UC de Prática Pedagógica de Química I e II, Prática Pedagógica de Biologia I e II e Experimentação no Ensino de Química. Esses guias foram adaptados visando prever o uso de materiais alternativos e acessíveis em casa, para que fosse possível, aos alunos de educação básica, a realização dos experimentos em suas residências, acompanhados remotamente dos(das) bolsistas que ministravam o encontro síncrono;
iii) Foram aplicados os guias elaborados com os grupos de alunos da educação básica via Google Meet pelos(as) bolsistas participantes. Nesses encontros, os(as) estudantes eram antecipadamente comunicados de quais materiais seriam necessários, caso quisessem acompanhar o desenvolvimento do experimento, fazendo-os em suas casas. Participaram desses encontros os professores da turma, coordenadores da escola de educação básica, o(a) bolsista e o professor coordenador do programa de extensão. Neles, além da aula dialogada e da elaboração do experimento com os(as) estudantes de educação básica, os(as) bolsistas e o(a) professor(a) da turma explicavam os conteúdos científicos relacionados com a atividade.
Participaram das atividades, durante os anos de 2020 e 2021, 13 escolas públicas e privadas de educação básica, cerca de 290 alunos de educação básica, 16 professoras, 1 coordenadora e 1 diretora. Para o acervo do projeto, durante aquelas unidades curriculares, os discentes elaboraram ainda vídeos, guias experimentais e podcasts, que foram disponibilizados aos professores e escolas por meio do site do programa.
Com a palavra, os licenciandos participantes do programa
As atividades de divulgação científica propostas pelo Cientista por um dia são essencialmente dialogadas, ou seja, através de uma proposta experimental pretende-se estabelecer diálogo com os estudantes, a fim de elucidar conceitos científicos e compreender as questões envolvendo a ciência que permeiam a sociedade atual. Desta forma, espera-se que os(as) estudantes possam compreender e refletir sobre as questões científicas atuais, mobilizando-se para a tomada de decisões éticas e conscientes (Lordêlo & Porto, 2012).
Os(as) bolsistas expressaram suas opiniões sobre a possibilidade de estabelecer tal diálogo, em especial no momento da pandemia. Os(as) bolsistas consideraram que
B1: Os alunos demonstraram grande empatia e interesse com os experimentos feitos, entretanto, notou-se uma grande dificuldade em expressar os seus pensamentos durante todos os diálogos.
B1: Os discentes foram bem receptivos aos bolsistas e participaram ativamente dos experimentos realizados, contudo, notou-se uma grande dificuldade (que pode ser traduzida como vergonha) em expressar suas opiniões e conhecimentos sobre os conceitos envolvidos na experimentação
B3: Para mim, que tive a oportunidade de conhecer o projeto antes da pandemia, foi muito complicado no início pois os alunos não interagiam durante os experimentos e não faziam perguntas, apenas as turmas do ensino fundamental interagiam com questionamentos. Isso foi mudando aos poucos, as turmas começaram a participar mais ativamente com dúvidas e realizando os experimentos junto com os monitores que estavam aplicando.
B4: De modo geral, durante os encontros, realizados através da plataforma de videochamadas Google Meet, a interação dos alunos com os bolsistas ficou restrita aos momentos de interpretação dos resultados, variando de intensidade quando as professoras que acompanhavam os encontros, questionavam seus alunos, relacionando os temas investigados, com os aprendidos em sala de aula.
B4: As intervenções realizadas pelas professoras foram fundamentais para criar um ambiente mais familiar para os alunos, isso porque a docente estimulava seus estudantes a compartilharem suas perspectivas e impressões sobre os temas discutidos.
Desta forma, observa-se que, se por um lado o universo virtual propicia novas formas de divulgação da ciência através das plataformas sociais, tais como vídeos, podcasts, imagens e outros; por outro lado, estratégias que necessitam de uma interação dialógica foram bastante prejudicadas durante a pandemia, já que, em suas falas, os bolsistas enfatizam a pouca interação dos estudantes durante as atividades propostas. Merece destaque aqui a fala que aponta para o papel essencial dos professores de classe na condução da proposta. A familiaridade do professor com a turma tem sido essencial para estimular os alunos a participarem de atividades remotas.
Um momento importante nos encontros remotos é o esclarecimento de dúvidas. Os(as) estudantes, quando sentem confiança para expressarem suas dúvidas, passam a interagir mais significativamente com a proposta. Assim, foram estimulados diversos momentos nos quais os(as) estudantes pudessem expressar suas dúvidas durante as atividades propostas. Segundo as falas dos(das) bolsistas
B3: No início, poucos tiravam dúvidas, apenas respondiam as perguntas feitas pelos monitores, mas com o tempo começaram a perguntar mais. As dúvidas eram diversas, perguntavam sobre os materiais utilizados nos experimentos, sobre a universidade e os cursos já que no início dos encontros fizemos uma breve apresentação sobre a universidade, o projeto “Cientista por um Dia” e os cursos da UNIFESP. As perguntas referentes ao conteúdo apresentado eram mais acanhadas, mas quando um perguntava os outros se sentiam mais confortáveis para perguntar também. Essas dúvidas permitiram discussões muito interessantes sobre os temas apresentados, nós monitores sempre tentávamos dar exemplos do cotidiano dos estudantes e isso fazia com que as interações aumentassem.
B4: As principais dúvidas apresentadas pelos estudantes eram relativas ao ambiente universitário, as formas de ingresso no ensino superior, os cursos oferecidos pela instituição bem como, os percursos formativos escolhidos pelos bolsistas e alunos de graduação. As dúvidas sobre temas e conceitos discutidos ao longo dos encontros virtuais eram incipientes de modo geral produtos do questionamento feito tanto pelos professores, bem como pelos bolsistas a fim de potencializar a interação e convidar os alunos a participarem das ações propostas.
As falas dos bolsistas revelam momentos de reflexão sobre o processo de ensinar os conceitos científicos durante as ações extensionistas e podem caracterizar ações de (re)avaliação da própria prática e ampliação do entendimento do papel do professor nas situações escolares de aprendizagem.
Ao nosso ver, a ação extensionista desenvolvida em contexto escolar pode, portanto, promover condições de articulação teórico-prática para os professores em formação, tal como Menezes (2020: 82) identifica em sua pesquisa, que envolveu atividades extensionistas de licenciandos em Biologia em escolas de educação básica: “o contato direto com a escola, por meio de projetos de extensão ou outros além dos estágios obrigatórios, pode dar oportunidade dos licenciandos terem uma formação que não seja restrita ao campo teórico acadêmico”.
Corroborando a assertiva de Menezes (2020), Kochhann (2017), ao analisar os limites e as perspectivas da extensão universitária como componente curricular em cursos de licenciatura, também defende o potencial formativo da extensão universitária em cursos de formação de professores quando realizada no chão da escola, elegendo-a como espaço de produção de conhecimento. Segundo o autor,
Compreendendo a extensão como ambiência acadêmica, pode-se ampliar a formação do professor para que ao imergir no processo da indissociabilidade pesquisa, ensino e extensão tenham novas possibilidades de compreensão do real e possam construir uma práxis que entenda a escola como o espaço formativo dentro de um contexto e no contexto da comunidade em que está inserida (Kochhann, 2017: 290).
Nesse sentido, quando os bolsistas destacam a importância da interação dialógica nas relações escolares e marcam suas ações no sentido de aumentar a participação dos alunos na interpretação dos experimentos, é possível identificar um movimento de estímulo de elaboração de novos aprendizados dos licenciandos durante a formação inicial.
Outro aspecto a ser destacado nas falas até aqui analisadas está relacionado à consideração de que, ao propiciar momentos em que os alunos pudessem se expressar, possibilitamos que eles conversassem não apenas sobre a atividade em si, mas sobre a universidade, suas formas de ingresso, os cursos oferecidos, dentre outros. Nessa perspectiva, a atividade de divulgação científica pode contribuir também para a divulgação da própria universidade, permitindo que os estudantes de educação básica vislumbrem possibilidades para a continuidade de seus estudos no ensino superior (Santos & Gouw, 2021).
Ainda sobre esse último aspecto, Santos e Gouw (2021: 938) elucidam que “a extensão pode ser uma maneira de divulgar e tornar conhecida a universidade, esclarecendo os meios de acesso ao ensino superior, além da possibilidade de divulgar informações sobre os cursos e atividades desenvolvidas no âmbito universitário”. Segundo as autoras, a partir de um estudo que buscou compreender as contribuições da extensão no processo formativo dos licenciandos, verificou-se que “faltam ações que estimulem os alunos das escolas a se inserirem no ambiente universitário, de forma a vivenciarem esse espaço e se apropriarem dele como uma maneira de dar continuidade à sua formação profissional” (Santos & Gouw, 2021: 939).
Isto posto, é possível considerar, por meio das falas dos bolsistas, contribuições não apenas para os sujeitos da comunidade que participa no projeto (no caso, a escola), mas, também, possibilidades de desenvolvimento para a Universidade. Portanto, a ação extensionista reforça as diretrizes de políticas públicas para a extensão universitária, que defendem a transformação não apenas da comunidade participante, como também da própria Universidade Pública, que deve ser impactada e transformada (Forproex, 2012).
Por fim, os bolsistas foram questionados sobre as contribuições do Cientista por um dia sobre a sua própria formação enquanto licenciandos.
B1: O projeto de extensão permite a formação de um professor bem mais preparado para a realidade da educação brasileira, tendo em vista que ele proporciona uma experiência de aula junto aos alunos da educação básica. A pandemia de COVID-19 trouxe novos desafios para a educação no mundo todo, sendo também necessário que o projeto se adaptasse a esse atual cenário. No decorrer dos encontros síncronos foi possível observar a importância do papel do professor no processo de aprendizagem, sendo um de seus principais objetivos a mediação das ideias e a discussão do conhecimento.
B2: Pude perceber o impacto benéfico da aplicação de conhecimentos obtidos ao longo da minha formação e iniciação científica, podendo trazer exemplos do meu próprio trabalho de pesquisa, o que me proporcionou explicar sobre os temas com mais propriedade. Logo, foi possível construir habilidades para ensinar, o que me tornará mais capacitada e experiente para exercer a minha futura profissão.
B3: Como futura professora, participar de um projeto como esse, que permite a divulgação da ciência e do ensino público nas escolas de São Paulo e principalmente nas escolas de Diadema, é um privilégio muito grande para minha formação. Esse projeto mudou minha visão sobre divulgação científica e sobre como serão minhas aulas a partir de agora. Realizar essas atividades com os estudantes torna o conteúdo mais interessante para eles, ainda mais quando essas atividades podem ser aplicadas com situações do cotidiano. Além disso, me sinto muito mais preparada depois do projeto para dar aulas e lidar com os desafios que encontramos na educação brasileira.
B4: No que diz respeito aos bolsistas e alunos de graduação, protagonizar o processo de construção e aplicação de atividades experimentais remotas em um espaço de vivência e experimentação pedagógica foi fundamental para o nosso processo formativo. Frente a um contexto educacional em que as ferramentas tecnológicas e o ensino remoto estão cada vez mais presentes no contexto escolar, o espaço subsidiado pelo projeto de extensão enriqueceu o processo formativo dos bolsistas e alunos de graduação.
Compreendemos, a partir das falas, que participar de atividades de divulgação científica voltadas para a educação básica contribuiu para que os licenciandos pudessem conhecer a realidade das escolas em ambiente remoto e as possibilidades de ensino aprendizagem possíveis durante a pandemia de Covid-19. Feitosa, Leite e Freitas (2011) consideram que participar de tais atividades cria oportunidades para que futuros professores possam conhecer as escolas e perceber as dificuldades inerentes à prática.
As falas dos bolsistas corroboram os estudos de Kochhann (2017), Menezes (2020), Silva, Penha e Gonçalves (2017), Santos e Gouw (2021), entre outros, que destacam, em suas pesquisas, o potencial formativo da extensão curricularizada nos cursos de licenciatura. Silva, Penha e Gonçalves (2017: 83), por exemplo, que investigaram as opiniões das alunas de Pedagogia sobre a contribuição da participação em um projeto de extensão para o processo de sua formação docente, destacam, em seus resultado,s que as atividades práticas, mesmo ocorrendo em espaços diversificados, contribuem para a ampliação de conhecimentos que serão mobilizados na futura docência: “Foi possível constatar que as atividades práticas realizadas pelo projeto e a vivência no cotidiano das instituições proporcionam meios para que as alunas, através das experiências práticas, ampliem os seus conhecimentos teóricos obtidos ao longo do curso”.
Os relatos de B2 e B3 exemplificam tal potencial formativo da extensão como locus de articulação entre teoria e prática, tão necessário e exigido pela literatura educacional como desafio dos cursos de licenciatura (Fernandes & Cunha, 2013; Gatti, 2021). Desta maneira, a extensão pode figurar como espaço de formação do profissional professor, mediante a proposição de ações em contextos escolares que os coloquem em interação com os colegas mais experientes (os professores da educação básica) e em contato com situações reais de ensino. Nessa direção, há na extensão universitária potencial formativo para enfrentar o desafio de abrir espaços curriculares no curso de licenciatura preocupados com a formação de professores, tal como Nóvoa (2017: 1116) defende:
É preciso que toda a formação seja influenciada pela dimensão profissional, não num sentido técnico ou aplicado, mas na projecção da docência como profissão baseada no conhecimento. A formação deve funcionar em alternância, com momentos de forte pendor teórico nas disciplinas e nas ciências da educação, seguidos de momentos de trabalho nas escolas, durante os quais se levantam novos problemas a serem estudados através da reflexão e da pesquisa.
Por estar vinculado às unidades curriculares de graduação, o Cientista por um dia permitiu de forma mais ampla esta oportunidade, uma vez que, além dos bolsistas, os estudantes matriculados pudessem experimentar tais momentos.
Considerações Finais
O objetivo do presente estudo foi analisar, segundo a fala dos licenciandos participantes das ações extensionistas voltadas para a divulgação científica, quais foram as contribuições dessas ações para sua formação docente no contexto da pandemia de Covid-19. Orientados pela questão de investigação: “Quais são as aprendizagens promovidas pelas ações extensionistas de divulgação científica para a formação profissional dos licenciandos?”, nos apoiamos em pressupostos da abordagem qualitativa e realizamos entrevistas estruturadas com os licenciandos que participaram das atividades de extensão promovidas no Programa Cientista por um dia da Unifesp.
A partir das análises empreendidas, podemos considerar que a divulgação científica, como prática extensionista, possibilita uma interação dialógica entre a universidade e a escola, superando o discurso hegemônico universitário e possibilitando um ambiente de troca de saberes (Forproex, 2001). A discussão de conhecimentos científicos dentro do ambiente escolar por meio de práticas experimentais investigativas possibilitou que professores, estudantes de educação básica e licenciandos pudessem compreender dinâmicas distintas das tradicionalmente abordadas em seus percursos formativos.
No que se refere à interdisciplinaridade e interprofissionalidade, verificamos que foi possível imprimir, nas ações de ensino, consistência teórica e prática por meio de alianças entre a universidade e as escolas de educação básica, considerando a pluralidade das áreas de conhecimento, modelos de ensino, saberes, experienciais e visões de ciência.
A indissociabilidade entre pesquisa-ensino-extensão ficou evidente, vez que, ao propor as unidades curriculares de Prática Pedagógica de Biologia, Física e Química como espaços de elaboração de experimentos que compuseram as atividades desenvolvidas pelos estudantes de escola básica, bem como a possibilidade de pesquisa para reflexão das práticas formativas construídas nesse contexto, este programa pode ser caracterizado como promotor da articulação da mencionada tríade.
A experiência com as atividades propostas pelo Cientista por um dia tiveram impacto na formação do licenciando. Considerando a meta 12 do Plano Nacional de Educação 2014-2024, expressa na Lei 13.005/2014, que assegura a garantia e valorização da extensão na formação superior, bem como a resolução nº 139 de outubro de 2017 da Unifesp, corrobora-se os pressupostos de ambas normativas. Nesse sentido, foi possível propiciar aos futuros professores experiências que contribuíram com um dos pontos que alicerçam a cultura de ensino superior assumida pela Unifesp, a saber,
Formar um profissional com um sólido domínio das teorias e ideias científicas e educacionais, de modo a ajudá-lo a adquirir uma visão de mundo que abarque sua complexidade. Busca-se que este compreenda a importância social de sua profissão, aliando-a a sua realização pessoal, no exercício e no desenvolvimento de sua carreira. (Unifesp, 2019: 25).
Por fim, foi possível observar o impacto da iniciativa junto aos estudantes de educação básica, uma vez que puderam, mesmo por meio de atividades remotas, aproximar-se da universidade pública e vivenciar práticas científicas distintas das comumente realizadas em âmbito escolar.
Referências
Andrade, R. da S.; Viana, K. da S. L. (2017). “Atividades experimentais no ensino da química: distanciamentos e aproximações da avaliação de quarta geração”. Ciência & Educação (Bauru). 23(2). 507-522. Recuperado de https://www.scielo.br/j/ciedu/a/SW4j3nYTyKTTGtbqJdrRDCw/abstract/?lang=pt
Batista, E. C.; Matos, L. A. L.; Nascimento, A. B. (2017). “A entrevista como técnica de investigação na pesquisa qualitativa”. Revista Interdisciplinar Científica Aplicada. Blumenau. 11(3). 23-38. Recuperado de https://rica.unibes.com.br/rica/article/view/768/666
Corrêa-Silva. A M.; Penha, N. R.; Gonçalves, J. P. (2017). “Extensão universitária e formação docente: contribuições de um projeto de extensão para estudantes de pedagogia”. Revista Formaç@o Docente. 9 (1) 74 – 86. Recuperado de: https://www.metodista.br/revistas/revistas-izabela/index.php/fdc/article/view/1192
Cunha, M. I da. (2013). “O tema da formação de professores: trajetórias e tendências do campo na pesquisa e na ação”. Educação e Pesquisa, São Paulo. 39(3) 1-17. Recuperado de https://www.scielo.br/j/ep/a/xR9JgbzxJggqLZSzBtXNQRg/abstract/?lang=pt.
Cunha, M. I da. (2010). “A docência como ação complexa”. In: Cunha, M. I. (Org.). Trajetórias e lugares de formação da docência universitária: da perspectiva individual ao espaço institucional. 19-34. Araraquara. Junqueira & Marin. Brasília. CAPES/CNPq.
Duarte, R. (2004). “Entrevistas em pesquisas qualitativas”. Educar, Curitiba. 24. 213-225. Recuperado de http://www.ia.ufrrj.br/ppgea/conteudo/T2-5SF/Sandra/Entrevistas%20em%20pesquisas%20qualitativas.pdf
Feitosa, R. A.; Leite, R. C. M.; Freitas, A. L. P. (2011). “‘Projeto aprendiz’: interação universidade-escola para realização de atividades experimentais no ensino médio”. Ciência & Educação. 17 (02). 301-320. Recuperado de: https://www.scielo.br/pdf/ciedu/v17n2/a04v17n2.pdf.
Fernandes, C. M. B.; Da Cunha, M. I. (2013). “Formação de professores: tensão entre discursos, políticas, teorias e práticas”. Revista Inter Ação, [S. l.]. 38.(1). 51–65. Recuperado de: https://www.revistas.ufg.br/interacao/article/view/25127
Forproex. (2001). Política Nacional de Extensão Universitária. Manaus.
Gatti, B. A. (2021). “Didática e formação de professores: provocações”. Cadernos de Pesquisa. 47(166). 1150–1164. Recuperado de https://www.scielo.br/j/cp/a/h9mXZyNRkNkb5Sy9KrjTrwz/?format=pdf&lang=pt
Gil, A. C. (2008). Métodos e técnicas de pesquisa social. 6. ed. Atlas. São Paulo.
Kochhann, A. (2017). Formação de professores na extensão universitária: uma análise das perspectivas e limites. Teias. 18(51). 276-292. Recuperado de https://www.e-publicacoes.uerj.br/index.php/revistateias/article/view/29206
Lodico, D.; Spaulding, T.; Voegtle, K. H. (2006). Methods in educational research: from theory to practice. Jossey-Bass. San Francisco.
Lordêlo, F. S.; Porto, C. M. (2012). “Divulgação científica e cultura científica: Conceito e aplicabilidade”. Revista Ciência em Extensão. 8(1). 18-34. Recuperado de https://ojs.unesp.br/index.php/revista_proex/article/view/515
Maldaner, O. A. (2017). Prefácio. In: Lopes, J. G. da S.; Massi, L. (Orgs.). Aprendizagens da docência no ensino superior: desafios e perspectivas da educação em ciências (7 -15). Editora Livraria de Física. São Paulo.
Menezes, J. P. C. (2020). “Contribuição da extensão universitária na formação inicial docente em Ciências Biológicas”. Interfaces - Revista de Extensão da UFMG. 8 (1) Edição extra. 75 -85. Recuperado de https://periodicos.ufmg.br/index.php/revistainterfaces/article/view/19548/17530
Messeder Neto, H. S. (2021). “"Professora, a vacina vai me transformar em jacaré?": pós-verdade, divulgação científica e fake news na sala de aula”. In: Galieta, T. (org). Temáticas sociocientíficas na formação de professores. Livraria da Física. São Paulo.
Nóvoa, A. (2017).
“Firmar a posição como professor, afirmar a profissão docente”. Cadernos de Pesquisa.
47(166). 1106-1133. Recuperado de
https://www.scielo.br/j/cp/a/WYkPDBFzMzrvnbsbYjmvCbd/?format=pdf&lang=pt
Santos: M. (2019). A "fronteira" universidade escola: um estudo a partir da curricularização da extensão na formação de professores. Dissertação (Pós-graduação em Ensino de Ciências e Matemática) – Universidade Federal de São Paulo – campus Diadema.
Santos: M.; Gouw, A. M. S. (2021). “Contribuições da curricularização da extensão na formação de professores”. Interfaces da Educação. 12 (34). 918-942. Recuperado de https://ufsb.edu.br/proex/images/extensao/Curriculariza%C3%A7%C3%A3o/texto_licenciatura_ciencias.pdf
Schnetzler, R. P. (2010). “Alternativas didáticas para a formação docente em Química”. In: Cunha, A. M. de O. (Orgs). Convergências e tensões no campo da formação e do trabalho docente. 149-166. Autêntica. Belo Horizonte.
Tinti, D.; Silva, J. (2021). “A extensão universitária como possibilidade de constituição de espaços colaborativos para a formação de professores que ensinam matemática”. Com a Palavra, O Professor. 6 (14). 337-352. Recuperado de http://revista.geem.mat.br/index.php/CPP/article/view/724
Unifesp. (2017). Guia para curricularização das atividades de extensão nos cursos de graduação da Universidade Federal de São Paulo. Consu. São Paulo.
Unifesp. (2017). Resolução nº 139 de 11 de outubro de 2017. CONSU. São Paulo.
Unifesp. (2019). Projeto Pedagógico do Curso de Ciências. Diadema.
https://doi.org/10.34024/prometeica.2020.20.10177
ESCOLA E CULTURA ESCOLAR DURANTE E PÓS-PANDEMIA
CAMINHOS
PARA REFLEXÃO
School and
School culture during and post-pandemic
Paths
for reflection
escuela
y Cultura escolar durante y pospandémica
Caminos de reflexión
Wiara Alcântara
(Universidade Federal de São Paulo)
wrr.alcantara@unifesp.br
Recibido: 18/11/2021
Aprobado: 29/01/2022
RESUMO
O presente artigo tem como objetivo refletir sobre três momentos de inflexão, na história da escola, que ajudam a pensar desafios que vimos enfrentando, nos seus modos de organização e funcionamento, durante a pandemia iniciada em 2020. Chamo de momentos de inflexão os períodos históricos nos quais se nota uma condensação de acontecimentos e propostas que tenderam a alterar a cultura escolar, em seus modos de funcionamento e organização. O primeiro momento situa-se na passagem do século XIX ao XX, quando se observa um processo de institucionalização da escola pública, obrigatória e de massa. O segundo, envolve o ingresso massivo das camadas populares na escola pública, sobretudo no ensino secundário, na segunda metade do século XX. Já o terceiro, tem a ver com o impacto das tecnologias de informação e comunicação na cultura letrada. Do ponto de vista metodológico, a análise se desenvolveu a partir do exame, da crítica e do cotejamento da literatura especializada em história da educação sobre o que denominamos momentos de inflexão. Como resultado, argumenta-se que é profícuo e indispensável analisar os desafios atuais a partir de uma compreensão histórica da escola.
Palavras-chave: escola pós-pandemia. cultura escolar. história da educação.
ABSTRACT
This article
aims to reflect on three moments of inflection in the history of the school
that help to think about challenges that we face in the ways of organization
and functioning of the school during the pandemic of the year 2020. I call
moments of inflection periods when there is a condensation of events and
proposals that tended to alter the school culture, in its modes of functioning
and organization. The first moment is delimited in the passage from the 19th to
the 20th century, when a process of institutionalization of the public,
compulsory and mass schools is observed. The second moment involves the massive
entry of the popular classes into public schools, especially in secondary
education, in the second half of the 20th century. The third moment has to do with
the impact of information and communication technologies on literate culture.
From a methodological point of view, the analysis was developed from the
examination, criticism, and comparison of production in the area of history of
education on what are called moments of inflection here. As a result, it is
evident that it is fruitful and indispensable to analyze the current challenges
from a historical understanding of the school.
Keywords:
post-pandemic school. school culture. history of education.
RESUMEN
Este
artículo pretende reflexionar sobre tres momentos de inflexión en la historia
de la escuela que ayudan a pensar en los desafíos que enfrentamos en las formas
de organización y funcionamiento de la escuela durante la pandemia de 2020.
Eventos y propuestas que tendieron a cambiar la cultura escolar, en sus modos
de funcionamiento y organización. El primer momento se delimita en el paso del
siglo XIX al XX, cuando se observa un proceso de institucionalización de la
escuela pública, obligatoria y masiva. El segundo momento implica el ingreso
masivo de las clases populares a las escuelas públicas, especialmente en la
educación secundaria, en la segunda mitad del siglo XX. El tercer momento tiene
que ver con el impacto de las tecnologías de la información y la comunicación
en la cultura alfabetizada. Desde un punto de vista metodológico, el análisis
se desarrolló a partir del examen, crítica y comparación de la producción en el
área de historia de la educación sobre lo que aquí se denominan momentos de inflexión.
Como resultado, se evidencia que es fructifero e indispensable analizar los
desafíos actuales desde una comprensión histórica de la escuela.
Palabras
clave: escuela pospandémica. cultura escolar. historia de la educación.
Introdução
A pandemia de Covid-19 trouxe um conjunto de desafios e questionamentos para a humanidade, no ano de 2020. Colocou grande parte do mundo em isolamento social; e, em consequência, foi preciso, (re)inventar, repentinamente, novos modos de sobrevivência, de manutenção do trabalho e da própria escola.
Não poucas escolas públicas e privadas optaram pelo uso das tecnologias de informação e comunicação (TIC’S) como meio de manutenção da relação entre professores e alunos e de suas atividades de ensino. Os dilemas e as inseguranças decorrentes da adoção aligeirada de novos modos de se fazer a escola geraram um conjunto de questionamentos sobre o presente e o futuro da instituição.
Tanto os especialistas da área da educação quanto a sociedade de modo mais amplo levantaram indagações sobre a escola que temos e novas possibilidades de organização e funcionamento escolar:
Qual a função social da escola em um contexto de pandemia e isolamento social? Como garantir o direito à educação de todos, considerando as pessoas com deficiência[179]? Como garantir o direito à educação de todos, considerando as pessoas em maior vulnerabilidade social e econômica, em um modelo que se vale das TIC’S, às quais nem todos têm acesso? O modelo escolar que temos já se esgotou e a pandemia só deixou isso mais evidente? Quais e como têm sido utilizadas as TIC’S?
Voltará a escola a funcionar no espaço doméstico, como ocorria até o século XIX? Pode a educação básica se realizar de modo integral, em uma modalidade à distância? Que tipo de educação à distância é possível, para a educação infantil? Qual o papel do professor e das famílias, nesse tipo de educação à distância que associa ao trabalho da instituição escolar o suporte das famílias? Como (re)pensar avaliação, currículo, tempos e espaços de ensinar e aprender? Como tem se caracterizado as práticas pedagógicas na educação à distância associada ao ensino doméstico?
Todas essas questões apontam para as diferentes preocupações que temos, ao buscar alternativas para a escola. Diversas áreas do conhecimento e, sobretudo, as áreas dedicadas ao estudo e à pesquisa da educação escolar, podem trazer diferentes e importantes contribuições para pensarmos o presente e o futuro dessa instituição mundial que é a escola.
Todavia, o enfrentamento de questões como essas não deve se dar apenas sob um olhar técnico e burocrático, voltado para o presente e, portanto, para questões relacionadas a aplicativos, plataformas e ferramentas tecnológicas mais apropriadas para as diferentes faixas etárias; limites e possibilidades da ação docente em tempos de isolamento social; níveis de aprendizagem em educação presencial e à distância. Embora inevitáveis, essas questões pouco ajudam a pensar um contraponto central: a escola que temos e a escola que queremos. Pouco conseguiremos avançar nesse debate se não olharmos para o passado, se não atentarmos para as contribuições dos estudos e das pesquisas desenvolvidos no âmbito da história da educação. Esse olhar histórico é fundamental para a compreensão da escola que temos, de sua constituição e institucionalização, de sua cultura.
O tema da cultura escolar já está bem desenvolvido no âmbito da História da educação. O aspecto que se destaca aqui é o quanto o conhecimento dessa cultura ajuda a pensar a escola durante e pós-pandemia. Assim, embora o foco deste artigo não seja uma discussão acerca da cultura escolar, é preciso lembrar que esta é uma categoria polissêmica, já abordada por autores como Juliá (2001), Chervel (1998) e Vinão Frago (1995), conforme estudo desenvolvido por Vidal et al. (2004).
Para Juliá (2001: 10), a cultura escolar diz respeito ao "conjunto de normas que definem conhecimentos a ensinar e condutas a inculcar, e um conjunto de práticas que permitem a transmissão desses conhecimentos e a incorporação desses comportamentos". Já Chervel (1998), defende que a escola produz uma cultura específica, singular e original. É uma cultura que só pode ser entendida pela mediação da escola e que extravasa para o social.
Viñao Frago, por sua vez, prefere falar de culturas
escolares, no plural. Para
ele,
la
cultura escolar es toda la vida escolar: hechos e ideas, mentes y cuerpos,
objetos y conductas, modos de pensar, decir y hacer. Lo que sucede es que en
este conjunto hay algunos aspectos que son más relevantes que otros, en el
sentido que son elementos organizadores que la conforman y definen. Dentre
ellos elijo dos a lo que he dedicado alguna atención en los últimos años: el
espacio y el tiempo escolares. Otros no menos importantes, como las prácticas
discursivas y lingüisticas o las tecnologías y modos de comunicación empleados,
son ahora dejados a un lado (Viñao Frago, 1995: 69).
Atentar para a cultura escolar, seja quando se considera as normas e as práticas, as operações internas da escola, seja quando a lente se volta para outros elementos organizadores, como os usos do espaço e do tempo, será possível ver para além da gramática (Tyack e Cuban, 1999) e da forma escolares (Vincent, Lahire e Thin, 2001), permitindo uma aproximação do interior dessa instituição.
Em outras palavras, como já desenvolveu Vidal (2009), usar as lentes da cultura escolar favorece não apenas a percepção dos “elementos perenes da cultura escolar”, da gramática e da forma escolares, mas também “as mudanças, as mais sutis, introduzidas no cotidiano da escola” (Vidal, 2009: 29). Desse modo, nestes tempos de pandemia em que a escola tem sido chamada a se reinventar, o olhar histórico sobre a cultura escolar ajuda a refletir acerca de questões como a resistência às mudanças, as práticas docentes, o uso das TIC’S nas mediações pedagógicas, as novas propostas e os novos usos dos tempos e espaços escolares.
A ausência dessa lente, de um lado, dificulta compreender permanências e mudanças na escola (Vidal, 2009); de outro, não permite captar as pequenas ou grandes alterações que, historicamente, foram sendo introduzidas nos saberes, nas práticas e na organização escolares. Nesse sentido, os estudos da cultura escolar favorecem uma aproximação crítica do interior da escola e permitem ver para além do óbvio ou do senso comum. Por isso, eles são tão fundamentais na reflexão acerca da escola que temos e na construção da escola que queremos, mais democrática e inclusiva.
Os modos de operar, os saberes e as práticas escolares se tornam naturais nas sociedades escolarizadas. Tem-se a ilusão de que essa instituição sempre foi assim e, portanto, assim vai continuar a ser. A cultura constituída nesses termos tem o efeito de naturalizar processos sociais e históricos; o que pode levar ao equívoco de, mesmo em tempos de pandemia, querermos manter a qualquer custo uma certa forma escolar. Daí a importância de compreendermos como historicamente se constituiu o modelo hegemônico que conhecemos hoje. Desnaturalizar esses processos nos libera para pensar alternativas.
Para tanto, o texto aborda três momentos de inflexão na história da escola que, na compreensão aqui desenvolvida, ajudam a pensar essa instituição durante e pós-pandemia. Chamo de momentos de inflexões os períodos nos quais se nota uma condensação e intensificação de propostas que tenderam a alterar a concepção de escola, seus modos de funcionamento e sua organização. Assim, o texto está organizado em três partes. Na primeira, discorro sobre um primeiro momento de inflexão, delimitado na passagem do século XIX ao XX, quando se observa um processo de institucionalização da escola pública, obrigatória e de massa. A seguir, trato de um segundo momento, que envolve o ingresso massivo das camadas populares na escola pública, sobretudo no ensino secundário, na segunda metade do século XX. Por fim, abordo um terceiro momento, que tem a ver com o impacto das tecnologias de informação e comunicação na cultura letrada. Analisar estes três momentos ajuda a desnaturalizar processos e a perceber a historicidade da escola e o seu modo próprio de operar, entre permanências e mudanças. Todos esses aspectos mostram-se relevantes para (re)pensar-se a escola, seus saberes e práticas durante e pós-pandemia.
A institucionalização de um modelo escolar
O primeiro momento de inflexão aqui considerado é o da institucionalização, em que o modelo de escola moderna se legitima no Ocidente e ela se firma como instituição social de passagem obrigatória da infância. As perguntas que muitas vezes se dirigem a uma criança pequena, tais como: quem é a sua melhor amiga na escola? Qual o nome da sua professora? apontam um pressuposto claro, o de que todas as crianças frequentam uma escola.
Mas é só a partir das últimas décadas do século XIX que “o modelo escolar se desenvolveu com relativa homogeneidade no plano mundial” (Nóvoa e Schriewer, 2000: 9). No caso do Brasil, é também a partir das últimas décadas do século XIX que se publicam as primeiras leis de obrigatoriedade da frequência escolar (Vidal, Sá e Gaspar, 2013) e que se observa um processo de expansão da escola pública, obrigatória e de massa.
Neste contexto de pandemia, em que é fundamental refletirmos sobre o que é a escola e qual é a sua finalidade social, se há um tema que é preciso debater é o da constituição e institucionalização da escola pública, obrigatória e de massas. Isso, porque se, no século XX, a escola vai se legitimando como lugar de passagem obrigatória da infância, entender como se deu esse processo é fundamental para pensarmos os seus rumos e as suas possibilidades de mudança.
Até o século XIX, havia uma variedade de concepções sobre como a escola poderia se organizar. Isso não significa que, a partir do século XIX, teremos um modelo único, universal e homogêneo de escola. Mas, sim, que o modelo de escola moderna passa a circular internacionalmente e vai se consolidando como forma escolar (Vincent, Lahire e Thin, 2001) hegemônica ao longo do século XX.
Via de regra, até o século XVIII, o ensino dos rudimentos da leitura e da escrita era uma tarefa desenvolvida em contextos e formatos bastante diversos. Não se estabelecia uma relação idade/série para os alunos, nem frequência obrigatória ou um espaço de funcionamento específico. O espaço da escola poderia ser a casa do professor, a casa da própria família ou as igrejas (Hilsdorf, 2012). Eram as chamadas escolas de improviso. Improvisava-se qualquer lugar para ser uma escola ou para ensinar os rudimentos da leitura e da escrita (Faria Filho e Vidal, 2000).
É no século XIX que se cria o modelo de escola como a conhecemos hoje. O século XIX é conhecido, no âmbito da História da Educação, como o século da difusão mundial da escola, o momento em que praticamente todos os países do Ocidente começaram a organizar seus sistemas públicos de ensino. É só no século XIX que os Estados passam a assumir a educação escolar não como um direito, ainda, mas como um serviço público. Aí vamos ter a gênese da escola pública, obrigatória e de massas. Mas sob que modelo os países estruturam seus sistemas de ensino? A partir do modelo que ficou conhecido como escola moderna ou escola graduada.
A ideia da escola moderna implicava a existência de um lugar fixo, de um lugar próprio e adequado para a realização de atividades didáticas. A escola vai saindo do espaço privado das famílias e das igrejas, para se tornar um espaço público, uma instituição pública. Nesse modelo, há uma definição não apenas de como deve ser o prédio da escola, mas também o espaço da sala de aula, com a definição de lugares para o aluno sentar-se e para o professor se posicionar. É nessa segunda metade do século XIX que vamos ter, em todo o Ocidente, pela primeira vez, a fabricação das carteiras escolares, instrumentos para disciplinar os corpos dos alunos na ocupação do espaço que lhes era devido. A partir de então, as discussões sobre os espaços de ensinar e aprender vão se tornar uma constante, na história da educação. A sala de aula é o único lugar em que é possível aprender? Em alguma medida, as questões relativas à escola em tempos de isolamento social, que tanto nos inquietam, no momento, passam também pelas discussões sobre o espaço.
Nas últimas décadas do século XIX, quando a escola está em processo de institucionalização, a construção de prédios próprios passa a ser uma responsabilidade do poder público. Segundo os ditames da escola moderna, fundamentados nos discursos de educadores, médicos e higienistas, os prédios deveriam ser ventilados, arejados e iluminados, para evitar a proliferação de doenças comuns, nas cidades em franco crescimento. Há uma racionalização não apenas do espaço, mas também dos tempos escolares (Gallego, 2008). No modelo da escola graduada, cada minuto que o aluno passa no interior da escola é planejado. Há uma definição de tempo para tudo, tempo para aprender, tempo em que se pode conversar, tempo de ir ao banheiro, tempo de recreio, tempo de brincar. Define-se, também, um tempo da infância em que a frequência à escola passa a ser obrigatória.
O debate sobre os tempos escolares também será uma constante, na história da educação. A primeira lei de obrigatoriedade escolar, em São Paulo, por exemplo, é de 1874. Quantas horas a criança deve permanecer na escola? E a escola em tempo integral? E a definição da idade a partir da qual a matrícula na escola torna-se obrigatória? Mais uma vez, em alguma medida, as questões que nos inquietam no momento passam também pela discussão sobre os tempos de aprender.
Vidal e Faria Filho (2000) vão dizer, acertadamente, que espaço e tempos escolares se constituíram em dois grandes desafios, no Brasil, para a criação de um sistema de ensino primário. Na definição do tempo de permanência da criança em seu espaço, a escola precisou negociar com outros tempos sociais, sobretudo com os tempos de organização da vida das famílias. Conforme os autores citados, a escola ao mesmo tempo cedeu e se impôs, nesse processo de negociação. Impôs, por exemplo, o tempo escolar sobre o tempo social, porque hoje temos um período do ano conhecido como férias escolares. Muitas famílias organizam parte de suas vidas, de suas férias, levando em conta o funcionamento ou não da escola. Hoje, isso nos parece óbvio, mas essas definições se deram em meio a muitas negociações entre escola e família; e é possível supor que essas discussões sobre tempo e espaço também serão necessárias para repensarmos novas organizações para a escola.
Assim, o modelo de escola que se tornou hegemônico e chegou até nós, esse modelo da escola moderna, da escola graduada, estabelece tempos e espaços rigidamente definidos. Isso forjou uma cultura escolar que perpassa o imaginário de todos nós. Se formos pensar em uma sala de aula, o mais provável é que venha à nossa mente um espaço fechado, com carteiras para os alunos se sentarem, janelas, uma única porta, uma lousa, a mesa do professor à frente. Este é o modelo de espaço de ensinar e aprender que permeia o nosso imaginário; e a força dessa cultura escolar se impõe, quando pensamos alternativas. Nas escolas de improviso, não há definição de tempos nem de espaços próprios. Os professores não têm uma formação específica; e o ensino é, geralmente, individualizado. O professor ensina cada aluno de acordo com o que ele já aprendeu, de acordo com o que ele sabe.
Contrapondo-se a toda essa indefinição, o modelo de escola moderna é graduado. Cada sala de aula deve abrigar crianças com uma mesma faixa etária, pressupondo que alunos com 7 anos de idade, por exemplo, devem dominar os mesmos conhecimentos. Criamos aí a relação idade/série. Para cada série, uma idade específica e um conjunto de conhecimentos que deveriam ser ensinados de forma graduada, uma sequência de coisas a aprender (Souza, 1998). Para que isso fosse possível, o ensino individualizado foi substituído pelo ensino simultâneo: um único professor posicionado à frente da sala ensina, ao mesmo tempo, a todos os alunos, esperando que todos aprendam simultaneamente. Essa ideia, que compõe fortemente a cultura escolar, é mais um desafio que temos de enfrentar, ao repensar a escola.
A concretização do ensino simultâneo, na passagem do século XIX ao XX, dependeu da introdução de outra novidade: os objetos, ou os nossos conhecimentos materiais, e os recursos didáticos. A defesa para a aquisição ou introdução de objetos destinados ao ensino das mais variadas matérias fundamentava-se nas ideias do método intuitivo. Contrapondo-se à memorização e ao ensino puramente verbal e expositivo, o método intuitivo afirmava que a aprendizagem só poderia se dar pelo uso dos cinco sentidos. Então, o aluno deveria ver, observar, tocar, para adquirir um conhecimento abstrato por meio de objetos concretos.
As escolas, ao menos aquelas que receberam mais investimento do poder público, foram invadidas por um conjunto significativo de objetos e materiais específicos, para o ensino das mais variadas matérias. Temos aí a gênese de outra discussão, que atravessa o século XX e chega até nós: a relação entre o uso de objetos e recursos didáticos, e a qualidade do ensino. Essa introdução dos objetos na rotina das aulas provocará uma alteração na cultura escolar, porque a partir de então se cria uma relação quase que necessária entre qualidade de ensino e uso de recursos didáticos. Os recursos didáticos se tornarão indispensáveis para a consecução do ensino simultâneo.
Nas últimas décadas, a escola tem sido chamada a responder sobre a adoção ou não de um objeto muito específico, as TIC’s. Mas esse é o terceiro e último ponto do texto. Assim, se queremos pensar o futuro da escola, é preciso desnaturalizar os processos históricos em meio aos quais, ou por meio dos quais, a escola se constituiu e se institucionalizou.
No Brasil, o modelo da escola graduada/seriada vai ficar mais conhecido com o nome de Grupos escolares e funcionará, do ponto de vista legal, até o início da década de 1970. Entretanto, do ponto de vista da cultura escolar, é o modelo que se torna hegemônico, entre nós, no que se refere ao estabelecimento de espaços e tempos escolares próprios, à adoção do ensino simultâneo, à organização da sala de aula por faixa etária, à distribuição seriada dos conteúdos, à existência de uma materialidade própria da escola, dentre outros aspectos.
É com esta cultura escolar que estamos lidando, ao pensarmos e discutirmos alternativas para a pandemia e o pós-pandemia. Fomos obrigados a repensar o ensino simultâneo, pois, se no ensino presencial a premissa de que é possível ensinar o mesmo conteúdo a todos ao mesmo tempo é uma ilusão, no ensino à distância a definição dos tempos de aprender passa também pelas famílias das crianças. Se, historicamente, a sala de aula se consolidou como espaço hegemônico de ensino e aprendizagem, agora, com parte da população infantil e juvenil isolada em casa, estes espaços voltam a ser móveis e, não raro, improvisados. Se a instituição escolar controlava e organizava minuciosamente cada minuto do tempo em que as crianças nela permaneciam, agora, os tempos de aprender são fluídos, e voltam a ser negociados entre escola e famílias.
Por fim, se o uso que se faz do tempo e do espaço na escola são aspectos centrais para a compreensão da cultura escolar, a concretização do direito à educação — em tempos de pandemia, ou não — passa pelas dimensões do tempo e do espaço. Daí a relevância de se compreender a historicidade da escola e de se desnaturalizar seus modos de operar.
A escola pública e a luta pela democratização do ensino
O segundo momento de inflexão da escola tem a ver com o ingresso das camadas populares, sobretudo no ensino secundário. Embora muitas leis de obrigatoriedade escolar no Brasil datem do fim do século XIX (Vidal, Sá e Gaspar, 2013), é somente na segunda metade do século XX que se observará um aumento significativo do ingresso das camadas populares na escola, sobretudo, no ensino secundário.
O processo de democratização do ensino se desenvolveu de formas diferentes, no território brasileiro. Todavia, perdurou, em nosso sistema educacional, o que alguns autores chamam de “dualidade de sistemas” (Azevedo, 1963; Silva, 1969; Antunha, 1971). De modo que
a educação se repartia efetivamente em estruturas independentes e com reduzidos pontos de contato e de relacionamento efetivo, a federal, preocupada basicamente com a formação das elites e constituída por estabelecimentos de ensino superior e secundários; e as estaduais (diversas e separadas por sua vez uma das outras), com possibilidades legais de instituir escolas de todos e graus e tipos, mas na realidade, por força dos limitados recursos econômicos estaduais, especializando-se na manutenção da educação das camadas populares (Antunha, 1971: 101).
É desse modo que, no Brasil, se manterá, de modo mais preponderante, o ensino profissionalizante para os jovens das camadas populares e o propedêutico para os provenientes de famílias que podiam arcar com as despesas de um ensino secundário, público ou privado. Nas palavras de Sposito (2002: 15), “a concretização do modelo único de estruturação do ensino só foi possível, no plano legal, com a LDB n. 5.692, de 1971, que estabeleceu a escolaridade elementar e obrigatória de 8 anos”. Como esclarece a autora, isso se deu porque, em termos de acesso e permanência, a luta para que uma parcela significativa dos jovens provenientes das camadas populares concluísse o ensino médio ainda se arrastaria pela segunda metade do século XX.
Entretanto, este não é o ponto que se pretende destacar aqui. Isso já está devidamente abordado pela produção acadêmica. A partir dessas considerações, o que se pretende destacar é que essa mudança no público da escola causou abalos na instituição, no entendimento de suas práticas, de seus modelos de avaliação, de suas finalidades. Se no modelo da escola moderna esperava-se um aluno que “chegasse pronto e disposto para aprender” — devidamente uniformizado, calçado, com material organizado, seguindo as normas de higiene estipuladas, alimentado, um aluno cujas vivências culturais se aproximavam da cultura valorizada pela escola —, com o acesso progressivo das camadas populares todos esses pressupostos foram questionados e abalados. A escola pública da segunda metade do século XX foi cada vez mais “invadida por pobres”.
Este pode ser considerado um momento de inflexão importante, pois um conjunto de elementos sob os quais a escola se constituiu e se institucionalizou, desde as últimas décadas do século XIX, foram colocados em xeque. A escola pública estava fundamentada em uma lógica da homogeneidade. Seja uma certa homogeneidade social, relativa ao público que a frequentava, seja uma homogeneidade pedagógica. Segundo essa lógica, todos chegam à escola nas mesmas condições e podem aprender as mesmas coisas, ao mesmo tempo. Nesse modelo, os alunos constituem uma massa homogênea. Em uma mesma sala, estão alunos com a mesma faixa etária; portanto, deveriam saber as mesmas coisas e estarem prontos para aprender as mesmas coisas, ao mesmo tempo. As diferenças interindividuais e as idiossincrasias são apagadas ou desconsideradas.
Mas havia nessa escola uma outra lógica, a da exclusão. A escola pública da segunda metade do século XX ainda legitima mecanismos internos de exclusão, para aqueles que “não se adaptam”. Se um aluno “não consegue aprender”, repete sucessivamente de ano, até a família, ou ele mesmo, entender que não serve para escola, e ele acabar por abandoná-la.
Vai se constituindo a ideia de que o fracasso escolar, assim como “a repetência e a evasão ocorrem porque as crianças não estariam suficientemente preparadas para tirar proveito da escola” (Paulilo, 2017: 1263). Essa percepção, que atribui ao aluno supostamente desinteressado a culpa do fracasso escolar é rechaçada por Paulilo (2017), quando propõe que a mobilização popular por escolarização nas décadas de 1970 e 1980 é um elemento explicativo relevante da noção de fracasso escolar. Em outras palavras: a ideia do fracasso escolar resulta muito mais da forma de escolarização do que de uma condição a priori dos sujeitos/alunos. Assim, é porque o modelo de escola que se institucionaliza no Brasil é homogeneizador e exclui tudo e todos que a ele não se adaptam, que se constrói a ideia do fracasso escolar. Ou seja, o fracasso escolar só existe como uma classificação própria do modelo que o gestou, que o criou como realidade.
Essa lógica da exclusão se sustentava não porque os professores eram maus, mas porque não fazia parte daquela cultura escolar, daquela forma de escolarização, pensar alternativas diferentes para os alunos que não aprendiam ao mesmo tempo que os outros. A naturalização do ensino simultâneo bloqueia a reflexão sobre a construção de outros modos de ensinar, aprender e avaliar, fora do modelo de escola que construímos e herdamos.
Todavia, foi ficando cada vez mais evidente a heterogeneidade da escola pública; e a homogeneidade naturalizada foi se evidenciando como uma ilusão que só se sustentava em um modelo de escola para poucos. Nas últimas décadas do século XX, dois discursos passaram a ser recorrentes. Um, o discurso de que a escola pública do passado era melhor que a atual. Outro, o discurso de que ela está em crise. A afirmação “a escola do passado era melhor” não faz sentido para a maior parte dos brasileiros e dos jovens que não tiveram direito à educação, seja pela inexistência da escola, seja pela legitimidade escolar e social dos mecanismos de exclusão empregados.
Quanto à ideia de crise da escola pública, um aspecto importante a compreender é o descompasso entre as finalidades sociais de uma escola que vai lutando para ser mais democrática e diversa e o modelo da escola graduada, da escola seriada, com seus mecanismos homogeneizadores e excludentes. Se o ingresso das camadas menos favorecidas da população não foi capaz de alterar na totalidade a cultura escolar, contribuiu para colocar em xeque significados, modos de fazer e conhecer institucionalizados e naturalizados na história da escola. A ideia de que todos com a mesma faixa etária podem aprender a mesma coisa, ao mesmo tempo; a avaliação como verificação e medida; as ideias sobre prontidão e adaptação escolar são alguns exemplos.
Mas, de que maneira esse segundo momento de inflexão ajuda a pensar a escola em tempos de isolamento social ou uma escola pós-pandemia? Será preciso atentar para as finalidades dos modelos de realização do ensino e da aprendizagem propostos durante e após a pandemia para que eles favoreçam o direito à educação e não se constituam em novos mecanismos de exclusão e perpetuação de desigualdades.
Compreender a historicidade e desnaturalizar o ensino simultâneo como via única na relação professores e alunos é um importante caminho. Esse olhar histórico sobre a cultura escolar e os modos como ela cria limites e possibilidades para uma escola mais inclusiva e democrática não tem o condão de oferecer respostas prontas e generalizantes que podem ser adotadas indiscriminadamente pelas diferentes escolas do País. O olhar sobre a cultura escolar se presta mais a desnaturalizar saberes e práticas, evidenciando como se constituíram historicamente um formato e um modelo de escola que poderiam ser repensados para atender a novas finalidades sociais. Em outras palavras, esse movimento de desnaturalização libera educadores, gestores, alunos e toda comunidade escolar para considerar alternativas possíveis e, muitas vezes, desejáveis, para as relações de ensino e aprendizagem.
Assim, se a feição da escola foi mudando, a partir da segunda metade do século XX, se a cultura escolar sofreu alterações, com o ingresso das camadas populares, vale pensar que novas mudanças podem ocorrer, em um contexto de isolamento social e pós-pandemia. Nesse sentido, talvez seja o caso de se apostar numa maior ênfase na pesquisa, na autonomia do estudante, numa relação mais estreita da escola com a comunidade, em espaços de educação não formais, em novos ambientes de estudos, em modos de avaliação não presenciais. Esses novos modos e caminhos não estão prontos; mas serão construídos coletivamente, no interior de cada escola, considerando as necessidades e peculiaridades de cada região da cidade e do País. O importante é que as opções adotadas não sejam produtoras de novas exclusões, nem perpetuem desigualdades sociais.
A escola na sociedade da informação e comunicação
O terceiro momento de inflexão em que a escola é chamada a repensar seus saberes e suas práticas relaciona-se com a difusão das TIC’S. Nas últimas décadas, tem sido crescente a pressão para o uso das tecnologias digitais na escola. A discussão acerca da relação da escola com as TIC’S é bem anterior à pandemia, mas o isolamento social potencializou o debate, pois forçou a adoção urgente de outros modos de se fazer a escola, outros modos de concretizar o ensino e a aprendizagem, que não no espaço físico da sala de aula. Em um curto lapso de tempo, escolas públicas e privadas, da educação infantil ao ensino superior, precisaram discutir formas de oferecimento do ensino: remoto, à distância, online. Nesse contexto, as TIC’S, irremediavelmente, ganharam espaço. Discussões que pareciam adiadas pela força de uma gramática da escola, fundamentada no ensino simultâneo, no controle do tempo e dos espaços escolares, foram aceleradas pelas urgências impostas no contexto do isolamento social. Mais ou menos entre fevereiro e abril de 2020, escolas públicas e privadas, em diversas partes do mundo, estavam debatendo as melhores formas de ofertar o ensino em uma modalidade não presencial.
Na ocasião, muitas discussões giravam em torno de aspectos pedagógicos e técnicos burocráticos, como as melhores plataformas para as diferentes etapas da etapa educação básica; os diferentes níveis de escolaridade; a realização de aulas de modos síncronos ou assíncronos; o (des)preparo do corpo docente para lidar com as TIC’S, fazer videoaulas, acompanhar o desenvolvimento dos alunos; dentre outras. Além dessas, questões como a garantia do direito à educação de pessoas com deficiência ou maior vulnerabilidade social ganharam destaque. Isso porque o acesso às TIC’S se tornou um requisito indispensável no desenvolvimento das relações de ensino e aprendizagem.
Para ajudar a pensar os aspectos pedagógicos e técnico-burocráticos da educação escolar na era digital, é possível afirmar que já há um conjunto significativo de pesquisas e produções, mas nenhuma delas se interroga sobre a relação entre a introdução das TIC’s nas instituições de ensino e a cultura escolar. Isto é, não há uma abordagem histórica sobre o tema. Gómes (2015), por exemplo, discute mais a inserção da escola na era digital e menos as tensões da inserção das tecnologias digitais na rotina escolar. A ausência de um olhar histórico e cultural sobre essa relação corrobora a perpetuação de discursos antagônicos entre a inovação educacional e a resistência da escola à mudança.
Esse antagonismo infrutífero fica evidente quando o autor afirma:
Tenho a impressão de que estou me movendo sobre uma plataforma um tanto instável, sem forma, irregular e mutável, mas, de qualquer modo, bipolar; por isso não é fácil manter o equilíbrio. Um dos meus pés se encontra no território das ideias e práticas inovadoras, nas pesquisas em e sobre educação, psicologia, sociologia e neurociência cognitiva, assim como nas experiências pedagógicas cheias de esperança e sentido, marcando uma orientação e uma tendência complexa, porém rastreável, de otimismo com relação às surpreendentes possibilidades que se abrem para o desenvolvimento criativo e solidário de todos e cada um dos seres humanos. O outro pé se apoia em um território mais rochoso, firme, embora com rachaduras, de uma realidade escolar obsoleta, superada e criticada por todos, mas resistente à mudança e aferrada na defesa das tradições e dos modelos pedagógicos que, se alguma vez tiveram sentido, para mim pelo menos, questionável, certamente hoje já não têm. (Gómes, 2015: 11).
A longa citação tem a finalidade de colocar em destaque uma concepção que se perpetua na análise das práticas escolares: a de uma oposição estanque entre aqueles que defendem práticas inovadoras e os que se agarram a práticas tradicionais, no interior da escola. Essa leitura evidencia uma parca compreensão da constituição histórica da escola, bem como da cultura escolar.
Na leitura do antagonismo infrutífero há, de um lado, um conjunto de práticas inovadoras, acessíveis, à disposição das escolas, com “surpreendentes possibilidades” para o desenvolvimento dos alunos; de outro, uma escola acusada de resistir à inovação, às reformas e às mudanças. Tal antagonismo faz parecer que a solução para a escola em uma sociedade da informação e comunicação se reduz à adoção adequada das TIC’S, isto é, à relação da escola com um novo objeto ou recurso didático. Essa ressalva não tem o condão de desqualificar a obra de Gómes (2015). O autor traz contribuições importantes para a reflexão acerca dos novos desafios educacionais na era digital. E propõe, ainda, uma nova racionalidade para a escola, fundamentada na empatia como fundamento da tarefa educativa; uma nova cultura curricular; novas formas de ensinar, aprender e avaliar; novos cenários e ambientes de aprendizagem; novas competências para o professor, com foco na natureza tutorial da função docente.
Embora relevantes, falta a essas discussões uma compreensão histórica acerca de duas questões. Uma, é a da relação da escola com os objetos ou recursos didáticos; a outra, é a da relação entre permanência e mudança, na escola. Quanto ao primeiro aspecto, mais uma vez, a discussão remete ao fim do século XIX e início do século, pois é aí que podemos encontrar a gênese da discussão sobre a relação entre os objetos, os materiais e recursos didáticos e a qualidade do ensino (Souza, 2013). Naquele momento de institucionalização da escola, a introdução ou o uso de um conjunto de objetos e materiais na escola, como a lousa (Barra, 2001), o museu escolar, o livro didático, os materiais individuais de escrita, favoreceram a adoção do ensino simultâneo. Em outras palavras, a adoção desses materiais foi essencial para o estabelecimento e hegemonia de uma nova maneira de ensinar e aprender, o ensino simultâneo. Do ensino individual, preponderante nas escolas de improviso (Faria Filho e Vidal, 2000) até o século XIX, o ensino simultâneo vai se consagrando na cultura escolar como o modelo mais usual nas relações professor-aluno e de ensino aprendizagem, ao longo do século XX.
Isso leva a pensar que os diferentes objetos e recursos têm o potencial de alterar a relação professor-aluno, bem como as competências e habilidades acionadas no processo de ensino e aprendizagem. Desse modo, é possível considerar as TIC’s, por um lado, como um instrumento, um recurso didático a mais. Por outro, elas podem ser muito mais que isso, pelo potencial que têm de alterar a relação professor – aluno, as definições de uso dos tempos e dos espaços escolares e a divisão curricular dos conteúdos em áreas fragmentadas. Todavia, é importante considerar que, assim como o ensino simultâneo foi produtor de desigualdades no interior da sala aula, o uso indiscriminado das TIC’S tem o potencial de ser produtor de novas desigualdades, tendo em vista os alunos das escolas públicas. O mesmo se pode dizer das universidades que não têm acesso a internet de banda larga e/ou que não possuem condições objetivas e subjetivas de acompanhar o ensino à distância.
Acerca da relação da escola com os recursos didáticos, Souza (2013) analisa o papel dos objetos de ensino nas proposições de renovação da escola primária, durante o século XX. Para tanto, a autora examina três momentos de implantação de inovações na escola elementar: a virada do século XIX para o século XX, quando, atendendo a proposições do ensino intuitivo, pela primeira vez na história a escola é “invadida” por um conjunto de objetos; as décadas de 1930 a 1950, devido às proposições da Escola Nova; e a renovação representada pela Tecnologia Educacional, nas décadas de 1960 e 1970. A autora demonstra como, nesses três momentos, há uma compreensão de que os objetos são capazes de modificar as práticas pedagógicas, bem como a relação professor-aluno, no interior da escola e da sala de aula.
No caso das TIC’S, na virada do século XX ao XXI, a inflexão que se pontua aqui vai além de alterações nas práticas pedagógicas e na relação professor-aluno. As propostas de adoção das TIC’S nas relações de ensino e aprendizagem têm o potencial de alterar a própria concepção de escola, assim como suas formas de organização e funcionamento, tanto internas, como na relação com a sociedade. Se o ensino simultâneo, por exemplo, vai se legitimando ao longo do século XX como modo de organização do trabalho na sala de aula, o uso das TIC’S propicia não apenas interações síncronas, mas assíncronas, na relação professor-aluno. O que, por si só, já sinaliza a emergência de outras competências, habilidades e conhecimentos, para o professor e para os alunos.
Se, na organização escolar atual, os tempos e os espaços são rigidamente controlados, o uso das TIC’S, no modo como se deu no contexto do isolamento social em 2020, introduz outras lógicas. O tempo de aprender, sobretudo nas modalidades assíncronas, se estabelece em um tempo diferente daquele em que o ensino se dá. É o tempo de disponibilidade dos alunos, das famílias. Nesse sentido, a perspectiva do ensino simultâneo é flexibilizada, para dar lugar a diferentes tempos de aprender, não mais rigidamente controlados pela instituição escolar, mas pelos alunos e pelas famílias. Novamente, escolas e famílias entram em negociação quanto à dimensão do tempo.
Quanto à segunda questão, mais do que um rígido antagonismo entre as propostas de inovação e as acusações de resistência da escola à mudança, é fértil refletir, na perspectiva da cultura escolar, sobre como se operam as permanências e mudanças na escola. Nessa reflexão, o texto de Vidal (2009) oferece chaves importantes de leitura, para uma superação do antagonismo infrutífero. A autora propõe uma reflexão acerca da conservação e inovação, demonstrando como olhar para a escola e para as práticas escolares, a partir de uma perspectiva da cultura escolar, permite perceber, de um lado, os elementos perenes e a permanência dessa cultura; mas de outro lado, “as mudanças, as mais sutis, introduzidas no cotidiano da escola (...) evidenciando o espaço escolar como permeável à inovação”. (Vidal, 2009: 29).
Desse modo, é o estudo histórico e cultural da escola que nos permite ver as mudanças inseridas no cotidiano escolar. Se o antagonismo infrutífero buscar as práticas puras, ou seja, a inovação, as reformas e as mudanças como práticas puras, não as encontrará. Olhar com as lentes da cultura escolar, no entanto, permite conceber as práticas escolares como “práticas híbridas, fruto de mestiçagens, constituídas como meio dos sujeitos se situarem frente à heterogeneidade de bens e mensagens de que dispõem nos circuitos culturais” (Vidal, 2009: 30). Entre a “força dos elementos estruturantes da escola” (Vidal, 2009: 30) e a permeabilidade da cultura escolar à mudança, as TIC’S podem não impactar a escola como práticas puras. Todavia, as experiências vivenciadas com o uso das TIC’S, no contexto do isolamento social, sinalizam que a escola pós-pandemia não será a mesma. Análises das práticas escolares poderão evidenciar as mudanças, as mais sutis, ou não, introduzidas no interior da sala de aula, da escola e de sua relação com a sociedade.
É urgente compreender que o que passou não é coisa do passado (Depaepe e Simon, 2014). Os modos como foram se estruturando os tempos e os espaços escolares, a relação professor-aluno, o ensino simultâneo, as formas de avaliação, os usos dos recursos didáticos, ao longo do processo de expansão e institucionalização da escola constituíram uma cultura escolar que compõe um imaginário social de práticas escolares e pedagógicas arraigadas, mas também concepções sobre o que é escola e suas finalidades sociais.
Considerações finais
Os estudos desenvolvidos no âmbito da história cultural favorecem uma aproximação ao interior da escola, no sentido de uma compreensão de suas práticas, de seus modos de operar, de suas finalidades e, sobretudo, dos seus sujeitos, professores e alunos. Considerando investigações e pesquisas no âmbito da História da Educação, o entendimento aqui sustentado é o de que o enfrentamento dos desafios para a escola, decorrentes do isolamento social no ano de 2020, não pode se dar sem um olhar histórico sobre a instituição. Isso, porque, no contexto da pandemia de Covid-19, foi preciso repensar a escola; e repensar a escola exige a indagação sobre a escola que temos, sobre o que ela é e qual é a sua finalidade social, assim como qual escola queremos construir. Essas são questões que perpassam quaisquer outros desafios e preocupações que tenhamos de enfrentar nesse âmbito: quando se pensa seja em currículo ou avaliação, seja em práticas docentes, concretização do direito à educação, TIC’S, ou uso dos tempos e dos espaços escolares. Todavia, não é qualquer olhar histórico que pode ajudar nessa discussão, mas aquele que permite uma aproximação do interior da escola, das suas práticas e modos de operar. Por isso, este estudo foi articulado a partir de momentos importantes de inflexão, que funcionaram como verdadeiros pontos de viragem, perceptíveis pelas lentes da história cultural.
Assim, apontamos, como primeiro momento de inflexão, a institucionalização da escola pública, obrigatória e de massa, na passagem do século XIX ao XX. Nesse processo, foram constituídos elementos importantes do modelo escolar que temos, a partir do qual podemos engendrar qualquer reflexão. Um segundo momento foi o do ingresso das camadas populares, de modo mais intenso, na escola pública, a partir da segunda metade do século XX. Essa mudança subjetiva, relativa ao público escolar, foi forçando a instituição a repensar suas práticas, de uma escola para poucos a uma escola para todos. Isso exigiu uma análise dos elementos consolidados naquele primeiro momento de inflexão, como os modos de avaliação, a relação professor-aluno, os saberes privilegiados no currículo e a premissa de que todos aprendem ao mesmo tempo, dentre outros. Como terceiro momento, os impactos das TIC’S na cultura letrada, no âmbito de uma sociedade da informação e comunicação, desde o fim do século XX, têm forçado alterações, algumas sutis, na cultura escolar. Se o século XIX inaugura o uso massivo dos objetos na escola, agora, novos materiais e recursos, as TIC’S, introduzem novos suportes de leitura e novas formas de ler (Chartier, 2007), novas relações espaço-temporais que colocam em xeque práticas arraigadas no interior da escola.
O movimento aqui desenvolvido evidencia não só que a escola caminha entre permanências e mudanças mas, ainda, que discutir e refletir sobre a cultura escolar é fundamental para desnaturalizar processos de natureza histórica e social. É essa compreensão que nos ajudará a ir além da tentação de apenas transferir o modelo de trabalho escolar da modalidade presencial para uma modalidade à distância.
Por fim, a pandemia de 2020 e o consequente isolamento social atingiram a escola em três dimensões de tempo: no passado, no presente e no futuro. No passado, porque abala uma cultura historicamente sedimentada do ensino presencial, da organização da sala de aula, do ensino seriado, da segmentação curricular dos conhecimentos, das avaliações presenciais, do espaço soberano da escola, da definição dos tempos escolares de ensinar e aprender. Afeta o presente quando põe em evidência demandas que já vinham sendo gestadas e formuladas, como um maior uso das TICS, por exemplo. A discussão, até então, era como levar a internet para dentro das escolas. As urgências da situação que enfrentamos exigiu mais que isso. Exigiu que a escola saísse dos seus muros para encontrar a internet no mundo, na sociedade, nas casas das famílias dos alunos, nos computadores e celulares pessoais de cada professor, de cada professora. Finalmente, afeta o futuro, porque a adoção urgente de práticas de ensino à distância nos forneceu uma certa experiência, capaz de nos permitir debater e avaliar finalidades, limites e possibilidades do uso de TIC’S em uma escola que pretende ser mais inclusiva e democrática.
Referências bibliográficas
Antunha, Heládio C. G (1971). Tendências da educação brasileira durante a República. In: Introdução ao estudo da História da Educação brasileira – 1o Seminário de estudos brasileiros. São Paulo: IEB/USP.
Barra, Valdeniza (2001). Da pedra ao pó: o itinerário da lousa na escola paulista do século XIX. 2001. Dissertação (Mestrado em Educação) - Pontifícia Universidade Católica de São Paulo, São Paulo.
Chartier, Roger (2007). Inscrever e apagar. Cultura escrita e literatura (séculos XI-XVIII). Tradução de Luzmara Curcino Ferreira, São Paulo: Editora da UNESP.
Chervel,
André (1998). La culture scolaire: une approche historique. Paris:
Belin.
Depaepe, Marc; Simon, Frank (2014). Sobre el futuro del pasado de la educación. Museos de la Enseñanza y su relación con la Historia de la Educación – El caso de Ypres. In: Badanelli, Ana M.; Poveda, María and Rodríguez, Carmen (eds.). Pedagogía museística: prácticas, usos didácticos e investigación del patrimonio educativo (pp.35-43). Madrid: Universidad Complutense de Madrid/SEPHE.
Faria Filho, L. M.; Vidal, D (2000). Os tempos e os espaços escolares no processo de institucionalização da escola primária no Brasil. Revista Brasileira de Educação. n.14: 19-34, maio/ago.
Faria Filho, Luciano Mendes; Gonçalves Irlen Antônio; Vidal, Diana G.; Paulilo, André Luiz (2004). A Cultura Escolar como categoria de análise e como campo de investigação na história da educação brasileira. Educação e Pesquisa, SP. V. 30, n. 1: 139-159.
Gallego, Rita de Cassia (2008). Tempo, temporalidades e ritmos nas escolas primárias públicas em São Paulo: heranças e negociações (1846-1890). Tese (Doutorado em Educação) - Faculdade de Educação, Universidade de São Paulo, São Paulo.
GÓMEZ, A. I. Perez (2015). Educação na Era Digital: a escola educativa. Trad. Marisa Guedes. Porto Alegre: Penso, 2015.
Hilsdorf, M. Lucia S (2012). O aparecimento da escola moderna: uma história ilustrada. 2a ed. Belo Horizonte: Autêntica.
Julia, D (2001). A cultura escolar como objeto histórico. Revista Brasileira de História da Educação, Campinas, n. 1: 9-44.
Nóvoa, António & Schriewer, Jürgen (eds.) (2000) A difusão mundial da escola - alunos - professores - currículo - pedagogia. Lisboa: EDUCA.
Paulilo, André Luiz (2017). A compreensão histórica do fracasso escolar no Brasil. Cadernos de Pesquisa, São Paulo, v. 47, n. 166: 1252-1267.
Silva, Geraldo Bastos. A educação secundária: perspectiva histórica e teoria. São Paulo: Editora Nacional, 1969.
Souza, Rosa Fátima de (1998). Templos de civilização: a implantação da escola primária graduada no Estado de São Paulo (1890-1910). São Paulo: UNESP.
Souza, Rosa Fátima de (2013). Objetos de ensino: a renovação
pedagógica e material da escola primária. Educar em Revista, Curitiba, Brasil, n. 49: 103-120.
Tyack, David and Cuban, Larry (1999). Tinkering toward utopia. A century of public school reform. Harvard Univ. Press.
Vidal, D. G (2009). No interior da sala de aula: ensaio sobre cultura e prática escolares. Currículo sem Fronteiras, v. 9, n°1: 25-41.
Vidal, Diana; Sá, Elizabeth; Gaspar, Vera (Orgs.) (2013). Obrigatoriedade escolar no Brasil. Cuiabá: EdUFMT.
Viñao Frago, A (1995). Historia de la educación e historia cultural. Revista Brasileira de Educação, São Paulo, n.0: 63-82.
Vincent, Guy; Lahire, Bernard; Thin, Daniel (2001). Sobre a história e a teoria da forma escolar. Educação em Revista, Belo Horizonte, n. 33: 7-47.
https://doi.org/10.34024/prometeica.2022.24.12956
El nacimiento del
“liberfascismo” y los distintos modos de gestión de la pandemia en América
Latina
THE BIRTH
OF “LIBERFASCISM” AND THE DIFFERENT ways of managing the pandemic in latin
america
O NASCIMENTO DO “LIBERFASCISMO” E AS DIFERENTES FORMAS de gestão da pandemia na américa latina
Jesús
Ayala-Colqui
(Universidad
Científica del Sur)
yayalac@cientifica.edu.pe
Recibido: 20/11/2021
Aprobado: 14/01/2022
RESUMEN
El presente
artículo se propone investigar la relación entre las distintas formas de
gobierno de Latinoamérica y los modos de gestión social de la pandemia de la
Covid-19. Para ello se realiza una distinción teórica entre neoliberalismo,
neofascismo y “liberfascismo”, concepto teórico acuñado ad hoc que describe la
emergencia de grupos de extrema derecha, a fin de caracterizar las posturas
políticas de los gobiernos en América Latina, especialmente, en los países de Chile,
Perú y Brasil. Posteriormente, se analiza las estrategias de gobierno llevadas
a cabo por cada tipo de gobierno con el recurso a las nociones de viropolítica
(Ayala-Colqui, 2020b) y necropolítica (Mbembe, 2011). Finalmente, se reflexiona
sobre la posible expansión del liberfascismo y los grupos de ultraderecha en la
región, el cual tuvo como catalizador contextual las medidas restrictivas de
confinamiento ejercidas durante la pandemia.
Palabras
clave: COVID-19. ultraderecha. neoliberalismo. neofascismo. liberfascismo.
necropolítica.
ABSTRACT
This
article aims to investigate the relationship between the different forms of
government in Latin America and the modes of social management of the Covid-19
pandemic. To do this, it introduces a theoretical distinction between
neoliberalism, neofascism and “liberfascism”, a theoretical concept coined ad
hoc that describes the emergence of extreme right-wing groups, to characterize
the political positions of governments in Latin America, especially in the
countries of Chile, Peru, and Brazil. Subsequently, it analyses the government
strategies carried out by each type of government using the notions of
viropolitics (Ayala-Colqui, 2020b) and necropolitics (Mbembe, 2011). Finally,
it reflects on the possible expansion of liberfascism and far-right groups in
the region, which had as a contextual catalyst the restrictive confinement
measures exercised during the pandemic.
Keywords:
COVID-19. far-right. neoliberalism. neofascism. liberfascism. necropolitics.
RESUMO
Este artigo tem como objetivo investigar a relação entre as diferentes formas de governo na América Latina e os modos de gestão social da pandemia de Covid-19. Para tanto, introduz uma distinção teórica entre neoliberalismo, neofascismo e “liberfascismo”, conceito teórico cunhado ad hoc que descreve o surgimento de grupos de extrema direita, a fim de caracterizar as posições políticas dos governos na América Latina, especialmente na os países do Chile, Peru e Brasil. Posteriormente, analisa as estratégias de governo realizadas por cada tipo de governo a partir das noções de viropolítica (Ayala-Colqui, 2020b) e necropolítica (Mbembe, 2011). Por fim, reflete sobre a possível expansão do liberfascismo e de grupos de extrema direita na região, que teve como catalisador contextual as medidas restritivas de confinamento exercidas durante a pandemia.
Palavras-chave: COVID-19. extrema direita. neoliberalismo. neofascismo. liberfascismo. necropolítica.
Introducción
La pandemia
de la Covid-19, sobre todo en su dos primeros años con las variantes alfa,
beta, gamma y delta en auge (es decir, antes de la posibilidad de
inmunizaciones masivas), trajo consigo, además de las cifras dramáticas de
contagiados y fallecidos[180],
una miríada de interpretaciones teóricas. Entre estas resaltan las que giran en
torno al concepto de biopolítica. Agamben (2020a) fue sin duda el abanderado de
este tipo de conceptualizaciones: sus publicaciones fueron inclusive previas
y/o simultáneas al inicio de los confinamientos alrededor del globo en los
primeros meses del 2020. Retomando sus constructos teóricos previos (Agamben,
1998; 2003; 2008), el italiano postuló que la Covid-19 no era más que una
“gripe normal” (normale influenza) que funcionaba dentro de una
estrategia política de instalación de un persistente “estado de excepción”
(Agamben, 2020a). Añadió luego que esta excepcionalidad traía una
“bioseguridad” que limitaba todo albedrío individual (Agamben, 2020b, 2020d),
tanto cuanto erigía a la ciencia como la “verdadera religión” (vera
religione) (Agamben, 2020c). Una diversidad de textos hizo eco, de una u
otra forma, de la posición de Agamben, sea prolongando o reformando sus
análisis (Hillani, 2021; Kaya, 2021; Manichkin, 2021). A esta postura
caracterizada por abordar la pandemia desde un punto de vista exclusivamente
gubernativo en sus efectos epidemiológicos, de la cual Agamben hace las veces
del epítome exegético, podemos denominarla “clave hermenéutica biopolítica”.
Este primer
modelo interpretativo adolece, empero, de dos elementos esenciales: por un
lado, utiliza conceptos prefabricados para una situación inédita que no hacen
sino simplificar su complejidad, toda vez que no solo se desplegaron
dispositivos biopolíticos para la gestión de la peste, sino también legales,
anatomopolíticos y algorítmicos; por otro lado, ignora radicalmente o en su
defecto relativiza esencialmente la correlación entre técnicas de poder y
fenómenos económicos, verbigracia, el mantenimiento de un modo de producción
orientado hacia la valorización privada del capital (Ayala-Colqui, 2020b). De
ahí la postulación alternativa del término “viropolítica” (viropolitics)
para pensar, a la vez, la tesitura inesperada del acontecimiento pandémico, así
como su funcionalidad respecto a la acumulación capitalista:
the full
definition of viropolitics is: The updating and rearticulation of legal,
disciplinary, security and algorithmic apparatuses, in the context of the
management (social adensification) of the early 21st century pandemic; and this
current combining of dispositifs is only materially pertinent under capitalistic
governmentality, as well as being collaterally efficient for such government. (Ayala-Colqui, 2020b: 389)
Esta
crítica a la clave hermenéutica biopolítica abreva, sin duda, de una segunda
grilla de lectura que podríamos llamar “clave hermenéutica anticapitalista”.
Aquí sobresalen las intervenciones de Badiou (2020), Butler (2020), Lazzarato
(2020) y Wallace, Liebman, Chaves & Wallace (2020), las cuales ponen bajo
los reflectores las dinámicas a la vez económicas y políticas que permitieron
que una enfermedad viral se convirtiera en una crisis social sin precedentes:
de un lado, las políticas económicas neoliberales propician un extractivismo
industrial rapaz que destruye indiscriminadamente todo tipo ecosistemas dando
cabida a la transmisión zoonótica de enfermedades; de otro, la privatización
imperativa de todos los procesos sociales condicionan la disminución del gasto
en la atención sanitaria y determinan no solo la carencia de implementos
médicos necesarios, sino también su desigual distribución mundial.
Pues bien,
nuestra presente intervención se sitúa a medio camino entre estas dos claves
hermenéuticas retomando la noción de viropolítica –y también el concepto de
“necropolítica” de Mbembe (2011) que explicaremos en su momento– a fin de
pensar no la pandemia en sí misma, sino la relación entre las formas de
gobierno en América Latina y los modos de gestión de la peste. Es decir, la
pregunta de investigación que nos convoca es la siguiente: ¿cuál es el vínculo
entre ciertas formas de gubernamentalidad latinoamericanas y las estrategias
políticas de administración de las poblaciones durante los dos primeros años de
la crisis pandémica? Para ello dividiremos el artículo en dos secciones. En la
primera esclarecemos los tipos de gobierno existentes en Latinoamérica
diferenciando entre neoliberalismo y, lo que convendremos en llamar,
“liberfascismo”. En la segunda analizaremos las particularidades viropolíticas
y necropolíticas de la gestión de la pandemia según cada tipo de
gubernamentalidad a partir de una referencia empírica a lo acontecido en Chile,
Perú y Brasil; y, adicionalmente, incluiremos una referencia a la expansión de
las tendencias ultraderechistas en América Latina durante el contexto de la
pandemia y la posibilidad de que estas puedan generalizar la aplicación de
medidas necropolíticas.
Neoliberalismo,
(neo)fascismo y nacimiento del liberfascismo antes de la pandemia de la
Covid-19
En su curso
de 1978, Foucault (2006) explicita el término “gubernamentalidad” (gouvernementalité)
para entender la manera cómo funciona el poder en tanto “conducción de las
conductas”. Gobernar no es ejercer un poder soberano, sino inducir, alterar,
manipular las conductas (Foucault, 1994b). Por ello, ciertos fenómenos
políticos, como el neoliberalismo, no pueden ser comprendidos como meras
ideologías, sino como prácticas de gobierno que intersecan, en su específica
conducción, saberes y sujetos. En tal sentido, si se considera que en América
Latina existe una predominancia del neoliberalismo, sobre todo en países como Chile
o Perú, es menester comprender a este de un modo más comprehensivo y perfilar
sus notas específicas en tanto gubernamentalidad.
La
gubernamentalidad neoliberal, ante todo, se caracteriza por “gobernar para el
mercado y no gobernar a causa del mercado” (Foucault, 2007: 154). Esto no
excluye que haya diversas vertientes y orientaciones para materializar tal
práctica de conducción de conductas. De hecho, se puede diferenciar tres
corrientes neoliberales: la escuela alemana ordoliberal (Eucken, Röpke y Rüstow),
la escuela austríaca (von Mises y Hayek) y la escuela de Chicago (Simons,
Friedman, Buchanan y Baker). Son los alemanes quienes operan la inversión de la
fórmula clásica del liberalismo (esto es, el Estado como posibilitador de un
espacio para la libertad individual) en orden a dar paso a una lógica donde la
libertad de mercado sea “principio organizador y regulador del Estado […]. Para
decirlo de otra manera, un Estado bajo la vigilancia del mercado más que un
mercado bajo la vigilancia del Estado” (Foucault, 2007: 149). Con ello el
concepto liberal del intercambio –asumido como un dato– es sustituido por el
concepto neoliberal de la “competencia” –pensado como una normatividad, esto
es, como una realidad a fabricar a partir de la intervención activa en la
población y no directamente en el mercado (Foucault, 2007; Dardot & Laval,
2013; Stiegler, 2019)–. Y son los americanos quienes abogan por una
privatización total de los servicios públicos esenciales (educación, y salud,
por ejemplo) a fin de promover la competencia privada en el mercado (Valdes,
1995; Fischer, 2009; Mirowski & Plehwe, 2009; Audier, 2012). Postulan,
además, que el trabajador ya no es un sujeto que produce valor, sino
simplemente un “empresario de sí mismo”, un “capital humano”, dando lugar a un
abordaje económico de todo fenómeno social (Boltanski & Chiapello, 2002;
Foucault, 2007; Dardot & Laval, 2013; Paltrinieri, 2017) y dando cabida a
prácticas emprendedoras, hedonistas y cínicas (Dardot & Laval, 2013;
Moruno; 2014; Sadin, 2018).
Ahora bien,
se piensa que, con la defensa a la libertad, entendida exclusivamente como
libertad económica individual y libertad de mercado –una libertad
que no cesa de ser artificial y condicionada por factores económicos (Foucault,
2007; Dardot & Laval, 2013; Maruy, 2019)–, el neoliberalismo se encontraría
en las antípodas del totalitarismo y de la violencia. No obstante, ello es
falaz por dos razones. Por un lado, desde un punto de vista teórico, en el
corazón mismo del (neo)liberalismo se encuentran procedimientos de coacción y
coerción, dado que el control no solo se concibe como el contrapeso de las
libertades, sino ante todo como “su principal motor” (Foucault, 2007: 89). Por
otro lado, en la práctica, el neoliberalismo ha avalado golpes de Estado en América
Latina (Brown, 2016), así como regímenes militarizados y represivos
(Hinkelammert, 1984). Y en paralelo se ha generalizado una sujeción de las
conductas por medio del endeudamiento (Lazzarato 2013 y 2015) y las finanzas
(Marazzi, 2014), tanto cuanto por medio de un sufrimiento psíquico sin
precedentes (Berardi, 2003) y una creciente “acumulación por desposesión”
(Harvey, 2004) que redundan en el cariz violento (Sacchi, 2017), máxime bélico
(Alliez & Lazzarato, 2016), de la práctica neoliberal.
Aún más,
luego de la crisis financiera en 2007 múltiples escritores han descrito el
recrudecimiento de la violencia neoliberal hablándose así de un “momento
fascista” del neoliberalismo (Fassin, 2018; Pavón-Cuellar, 2020) o de una
versión “punitiva” (Davies, 2016) y “autoritaria” (Chamayou, 2018; Ryan, 2019)
del mismo que acentuaría su intrínseca violencia política (Alliez &
Lazzarato, 2016; Dardot & Laval, 2017; Saidel, 2020), cuya expresión
modélica mundial no sería sino Trump.
Sin
embargo, aquí no debe confundirse neoliberalismo y fascismo, puesto que en tal
indistinción no solo se incurre en una imprecisión conceptual, sino también en
un anacronismo generalizante. Ambos modos de gobierno son fenómenos históricos
precisos y acotados en el tiempo; poseen, igualmente, características
peculiares y distintivas. El fascismo es, pues, una experiencia histórica
concreta, antes que un universal abstracto, el cual se define por sus
componentes nacionalistas, estadolátricos, xenófobos, conservadores,
antiintelectualistas, militaristas, antiliberales (Poulantzas, 1976; Bobbio,
2006), antimodernos, demagógicos, propagandísticos y totalitarios (Paxton,
2019). Poulantzas (1976) y Borón (2017) puntualizan que el fascismo, pese a sus
críticas ambiguas al liberalismo, es un “régimen de Estado capitalista de
excepción” que responde, a la vez, a una crisis económica, política e
ideológica, a saber: la crisis imperialista del capitalismo posterior a la
primera guerra mundial.
Por
consiguiente, es impreciso denominar a las experiencias históricas de comienzos
del s. XXI como neoliberalismo “fascista”. De ahí que algunos autores hayan
propuesto el término “neofascismo” para pensar en términos más amplios el auge
de las nuevas extremas derechas (Casals, 2003; Antón-Mellón & Hernández-Carr,
2016; Sztulwark, 2019; Guamán, Aragoneses & Martín, 2019)[181]. En efecto, a partir de la
constatación de una diferencia entre dos tipos de partidos de ultraderecha,
unos llamados “extrema derecha tradicional” (que tendría un vínculo pasadista
con la simbología fascista originaria) y otros denominados “extrema derecha
postindustrial” o “nueva extrema derecha” –una alternative right– (que
renovaría sus contenidos y se desmarcaría de unos orígenes totalitarios y antidemocráticos)
(Ignazi, 2003; Mudde, 2007), se ha elaborado la categoría neofascista para
describir a estos últimos. Así, los rasgos esenciales del neofascismo serían el
nacionalismo –o el “nativismo”: solo deben habitar los nativos en los
Estados-nación (Mude, 2007)–, el populismo y el autoritarismo (Casals, 2003;
Antón-Mellón & Hernández-Carr, 2016). Sus ejemplos elocuentes serían los
partidos Frente Nacional (Francia), Liga Norte (Italia) y Partido de la
Libertad (Austria).
Mas,
¿realmente hay un neofascismo en América Latina? ¿Son Bolsonaro y los grupos de
extrema derecha surgidos en la región neofascistas? ¿O por el contrario estamos
ante un acontecimiento inopinado que escapa a las categorías al uso? ¿No hemos
ido muy rápido al caracterizar a nuevas realidades con la anexión veloz del
prefijo “neo” o incluso “pos”[182]? ¿Realmente estos modos de
gubernamentalidad rechazan el neoliberalismo y, en general, la economía de
mercado? ¿No será que, por el contrario, la apologizan, la reivindican, la
ensalzan? ¿Se trata, entonces, de una indistinción entre neoliberalismo y
fascismo o, más bien, de un nuevo fenómeno político que no se puede reducir
unilateralmente a estos acontecimientos históricos?
Veamos las
cosas con un poco más de detenimiento. Bolsonaro no es simplemente un
neofascista: su autoritarismo, populismo y conservadurismo no deben hacernos
perder de vista su devoción por el “libre” mercado, la privatización y la
mercantilización de toda la realidad social (Kalil, 2020; Fonseca & da
Silva, 2020; Stewart et al., 2021); un fervor que lo llevó a decir en plena
pandemia de la Covid-19 y con una tasa altísima de muertos: “there’s no reason
not to let these people work. After all, if the virus kills in some cases, hunger also kills”
(Reuters, 2020). Denominarlos
neofascistas podría llevar al error de suprimir toda referencia al
totalitarismo de mercado presupuesto. El presidente brasileño no es, además,
asimilable al Frente Nacional (Francia), la Liga Norte (Italia) o el Partido de
la Libertad (Austria). Y, en términos más amplios, la “extrema derecha
postindustrial” o la “nueva extrema derecha” (Ignazi, 2003; Mudde, 2007) en
América Latina –cuyos representantes políticos además de Bolsonaro son, de
momento, Aliaga en Perú, Kast en Chile, Milei en Argentina y los demás grupos
de “libertarios”– no solo remiten a los elementos nacionalistas, populistas y
autoritarios propios del neofascismo europeo. Ellos poseen, de manera
fundamental y distintiva, un culto irrefrenable y paranoico de la libertad de
mercado y la propiedad privada. Inclusive con poses de indignación y rebeldía,
y a través del uso intensivo de redes sociales y plataformas virtuales
(Stefanoni, 2021), difunden con desparpajo su fe en el mercado y su fobia a
toda propuesta de justicia e igualdad, esto es, a lo que denominan, sin ningún
cariz crítico o reflexivo, “comunismo” o “marxismo cultural”.
Para
nombrar a esta nueva experiencia histórica de gubernamentalidad de comienzos
del s. XXI en América Latina que no se puede reducir simplemente al
neoliberalismo –sea en su período combativo, normativo o punitivo según la
taxonomía bastante eurocéntrica de Davies (2016)– ni tampoco al neofascismo
–cuyas expresiones más logradas se pueden agrupar en la Nouvelle droite
europea–, sino que por el contrario los excede y los desborda, consideramos
pertinente forjar el término “liberfascismo”. En efecto, si a nivel de
la producción de la subjetividad y los modos de gubernamentalidad el
neoliberalismo se caracteriza por la asunción de la competencia y el empresario
de sí, además del hedonismo, el emprendedurismo y el cinismo; y si el
neofascismo se ultima por la adopción del nacionalismo, el populismo y el
autoritarismo; el liberfascismo no se define sino por la postulación del
mercantilismo y el defensor-de-sí, además del segregacionismo, el
conservadurismo y el conspiracionismo. El mercantilismo significa aquí una
defensa apologética de la propiedad privada, el libre mercado y el modo de
producción capitalista, modo en el cual, no obstante, los liberfascistas no
poseen una posición dominante, toda vez que son, por lo general,
pequeñoburgueses arribistas; el defensor de sí mienta la defensa reactiva, por
medio de una propensión a actividades abiertamente violentas, máxime armadas (a
partir de la conformación de pequeñas milicias populares), de un sí mismo
asumido como propiedad privada contra los embates de un imaginario progresismo
o un cierto establishment político que pondría en peligro dicha posesión
personal; el segregacionismo remite, como consecuencia de lo anterior, al
emplazamiento de una identidad excluyente y bélica que se resuelve en una
antiigualitarismo militante y generalizante, cuyas declinaciones variables
pueden ser la xenofobia, el racismo, el machismo y la homofobia; el
conservadurismo indica la reivindicación de unos valores que se juzgan
ingenuamente ácronos y naturales (la heterosexualidad, la familia, la identidad
nacional, la sumisión femenina, las jerarquías sociales); el conspiracionismo,
en fin, hace referencia a la admisión de la posverdad como criterio de verdad,
de modo que sus fragmentos falaces de presunciones económicas neoliberales son
suplementados con amplios fake news y teorías de la conspiración de todo
calibre.
Como bien
lo señalan Deleuze y Guattari (1985) cuando tematizan el fascismo, este no se
trata únicamente de una cuestión de prácticas e instituciones políticas:
expresa, ante todo, un momento de captura del deseo que produce subjetividades
segregativas, totalitarias y biunívocas. Por consiguiente, también el
liberfascismo, en tanto subjetividad –conducción de sí mismo–, es un modo de
modelamiento del deseo que remite a la clásica cuestión de la “servidumbre
voluntaria”, la cual se expresa, en la hechura liberfascista, en la defensa de
la propiedad de sí (ellos han interiorizado tanto la dominación capitalista que
la expresan como el más alto grado de liberación y la posesión de un pequeña
propiedad, en un sistema que empero la destruye para dar paso a la gran
acumulación del capital, como un logro insuperable e inalienable). Y, en tanto
gubernamentalidad –conducción de la conducta de los otros–, es una práctica
segregacionista que violenta, por medio del conservadurismo y el
conspiracionismo, toda forma de vida divergente (el liberfascista como milicia
que pasa a la acción, en tanto defensor de sí, contra todo aquel que ponga en
cuestión sus certezas y ansiedades). Con estos elementos quedan delimitados,
pues, el devenir liberfascista de la subjetividad y la estratificación
liberfascista de la gubernamentalidad.
Sin duda
hay elementos que el liberfascismo comparte tanto con el neofascismo occidental
como con el neoliberalismo, a saber: respectivamente, sus caracteres
nacionalistas y autoritarios, sus rasgos normativos y promercado. No obstante,
el liberfascista tiene la singularidad de que no se reconoce de buenas a
primeras como fascista o, mejor dicho, no considera como elemento fundante de
su identidad el nacionalismo populista y punitivo, sino que, por el contrario,
es la libertad individual y económica el fundamento de su
práctica política y el horizonte desde la cual resulta inteligible las
experiencias segregativas, defensoras, conspirativas y conservadoras. Mientras
que en el neofascismo el nativismo es el soporte tanto del autoritarismo como
del populismo; en el liberfascismo es la libertad abstracta, idealizada y
mercantil la que vertebra las estructuras de su significación política. Por
ello, sería un error identificar neofascismo y liberfascismo. El liberfascismo,
asimismo, difiere del neoliberalismo, en la medida que de la premisa de la
libertad obtienen conclusiones diferentes. En efecto, en la gubernamentalidad
neoliberal, de la libertad individual se extrae que toda interacción social se
encuentra mediada por la competencia a partir de un sujeto asumido como capital
humano; mientras que, en la gubernamentalidad liberfascista, de la libertad
personal se infiere que toda relación social está vehiculizada por la
segregación del otro no liberfascista a partir de un sujeto considerado como defensor
de su propiedad de sí en tanto creador soberano y privado de toda riqueza
social. Por ello, no es admisible postular que el liberfascismo sería una fase
o un momento interno del gobierno neoliberal, por más que ambos remitan al modo
de producción capitalista.
Ahora, el
liberfascismo históricamente ha surgido como respuesta a la crisis del
neoliberalismo y la interseccionalidad de críticas al capital[183]. Si históricamente el fascismo fue
la válvula de escape de la crisis del gobierno capitalista posterior a la
primera guerra mundial, el liberfascismo responde a la devastación del
modelo neoliberal y la crítica creciente de movimientos interseccionales. Bolsonaro,
no en tanto persona individual sino en tanto significante que agrupa una
colectividad social, simboliza el primer hito del liberfascismo en América
Latina, en la medida que, a partir de una crítica retórica al establishment neoliberal
y una oposición visceral a las luchas interseccionales, pone en escena una
performance liberfascista y afirma unos rasgos segregativos, violentistas,
ultraconservadores y conspirativos, así como mercantiles y procapitalistas.
¿Qué
relación tiene la forma de gobierno y la forma de subjetivación neoliberal y
liberfascista con la viropolítica, máxime con la necropolítica, en la gestión
de la pandemia?
Viropolítica
y necropolítica en las gubernamentalidades neoliberales y liberfascistas en
América Latina durante la pandemia de la Covid-19
Resulta
correcto, al menos parcialmente, considerar que el gobierno de las
colectividades durante la crisis sanitaria obedece a un esquema biopolítico
(Agamben, 2020a, 2020b y 2020d; Hillani, 2021; Kaya, 2021; Manichkin, 2021).
Recordemos que el término biopolítica fue introducido por Foucault (2000; 2002)
para pensar una tecnología de poder distinta a la anatomopolítica. Mientras
esta se centra en la disciplina del cuerpo humano a efectos de hacerlo dócil y
útil; la última toma como objeto la vida de la población en orden a regularla y
normalizarla (Foucault, 2006). Cada uno de estas trabaja con un dispositivo (dispositif)
diferente –si entendemos por esta noción una red de componentes discursivos y
no discursivos que responden a una urgencia política (Foucault, 1994a)–:
dispositivos disciplinarios y dispositivos de seguridad (Foucault, 2006). A
este respecto, la gestión de la pandemia ha implicado, naturalmente, una
regulación de la vida humana de la población, toda vez que se trata de
modificar la curva de contagios a unas condiciones normales donde los niveles
de enfermedad y mortalidad se encuentren en límites estables y seguros para el
óptimo funcionamiento de la sociedad, funcionamiento que no coincide sino, por
supuesto, con la valorización del capital. Pero, además de dispositivos
biopolíticos, la pandemia trajo consigo medidas anatomopolíticas y legales. Por
un lado, el encerramiento coercitivo y la vigilancia punitiva han modelado
sobremanera el disciplinamiento corporal de los sujetos, sea en los hogares
para el caso de los que poseen una vivienda, sea a la intemperie para los
desposeídos. Por otro lado, la proliferación de ordenanzas, normas, decretos y
leyes que modifican la tesitura jurídica de la sociedad han servido para
reforzar a los dispositivos de disciplina y seguridad descritos.
Mas la
pandemia también supuso la intervención de otro dispositivo no previsto por
Foucault y, en cierto modo, intuido por Deleuze (2006) cuando hablaba de las
sociedades de control. Nos referimos a los dispositivos que podemos denominar
“algorítmicos”, esto es, las tecnologías que tienen como objetivo la predicción
de la conducta humana, así como su programación o “formateo”. Estos
dispositivos electrónicos realizan, a partir del recurso a la información en
tanto data de los usuarios, un modelamiento, pronóstico y encauzamiento de la
actividad de los sujetos (Pasquinelli, 2014; Sadin, 2015; Rodríguez, 2019;
Constante, 2020) y en el caso de la peste tienen como objetivo, en el variable
desarrollo tecnológico de cada sociedad, la geolocalización en tiempo real, el
pronóstico virtual, el control digital de actuales y potenciales contagiados.
Por ello,
pensar la pandemia en términos exclusivamente biopolíticos, como Agamben y
compañía, resulta estrecho y sesgado. De ahí nuestra recurrencia al ya citado
término “viropolítica” que, creemos, condensa la articulación de dispositivos
legales, disciplinarios, “securitarios” y algorítmicos, los cuales, solo bajo
ciertos supuestos que a continuación explicitaremos, persiguen el mantenimiento
de la población a fin de conservar el ciclo económico del capital. Sin
población normada resulta imposible proseguir con la cadena de producción,
consumo, endeudamiento y financiamiento que requiere el gobierno neoliberal
(Ayala-Colqui, 2020b). Pues, bajo el neoliberalismo, todo fenómeno social,
incluyendo los acontecimientos relativos a la salud pública, forman parte de
una matriz económica que evalúa toda la realidad en términos de rentabilidad e
incremento de capital (Foucault, 2007; Dardot & Laval, 2013 y 2017; Brown,
2016).
Ahora bien,
la primera hipótesis que propondremos aquí es la siguiente: la viropolítica
fue la forma generalizada de manejo de la pandemia en América Latina,
especialmente la del neoliberalismo; la necropolítica, por contraste, fue el
modo de gestión distintiva y esencial del liberfascismo.
Consideremos,
primero, tres países de América Latina para analizar la actualidad de la
viropolítica: uno de ellos con una momentánea y relativa política
socialdemócrata; los otros dos con un decidido y explícito carácter neoliberal.
Nos referimos, respectivamente, a Argentina, Chile y Perú.
En caso de
la Argentina, el gobierno de Fernández supuso un revés a algunas de las
políticas neoliberales efectuadas previamente por Macri, las cuales hunden sus
raíces en el nefasto período dictatorial de 1976. Por eso, las medidas
adoptadas persiguieron no tanto un refuerzo de la economía de mercado, sino la
contención social y económica de los trabajadores. Además de la disciplina
anatomopolítica, la regulación biopolítica y el control algorítmico –suspensión
de actividades masivas, controles fronterizos, aislamiento social preventivo y
obligatorio (ASPO) (Boletín Oficial de la República de Argentina, 2020)–, hubo
un fuerte énfasis en los programas de seguridad y protección social, donde
destaca el Plan Básico Universal y el Programa de Recuperación Productiva (REPRO),
siendo este último un fondo económico destinado directamente a los
trabajadores, y el establecimiento de precios máximos en los productos de
primera necesidad (Ernst & López, 2020). Vemos que aquí “la viropolítica”
no regula la vida de los trabajadores para estabilizarlos estadísticamente y
hacerlos funcionales a la valorización del capital, sino que, en muchos casos,
afirma la vida de los trabajadores antes que el interés de las empresas.
Así como
Esposito (2006) separa la biopolítica negativa de la biopolítica positiva, la
cual puede ser leída, mutatis mutandis, como la distinción realizada por
Negri (2004) entre biopoder, en tanto conjunto de dispositivos que hace de la
vida un objeto para el beneficio del capital, y biopolítica, en tanto modo de resistencia
que tiene como meta la afirmación de la potencia vital; análogamente, hay
una diferencia entre una viropolítica negativa, cuyo manejo de la pandemia
enfatiza el beneficio del gran capital y una viropolítica afirmativa que se
propone expresar la resistencia de las colectividades sociales.
Por
consiguiente, en la Argentina se puede apreciar la presencia de una viropolítica
positiva que, allende los dispositivos gubernamentales de conducción de los
sujetos, realiza una cierta resistencia contra la lógica del capital.
En el caso
de Chile –cuya Constitución de 1980 considera la salud dentro de la tópica de
la elección del libre mercado asumiendo, sin más, que todas las personas poseen
las mismas condiciones económicas: “Cada persona tendrá el derecho a elegir el
sistema de salud al que desee acogerse, sea éste estatal o privado” (Biblioteca
del Congreso Nacional de Chile, 2021, Capítulo III, artículo 9)– nos
encontramos con un panorama distinto, esto es, un neoliberalismo galopante.
Así, la declaración de alerta sanitaria y, más aún, la declaratoria de un
“estado de excepción constitucional” dio el horizonte legal desde el cual
implementar dispositivos disciplinarios, biopolíticos y algorítmicos no solo
para regular la conducta de los sujetos en las cuarentenas y controles
dirigidos (Diario Oficial de Chile, 2020a, 2020b, 2020c), sino, ante todo, para
conducirlos económicamente al buen cauce del neoliberalismo al
institucionalizar los despidos, legitimar la suspensión de ingresos durante las
licencias médicas y, por si fuera poco, endeudar a los solicitantes de bonos
sociales bajo el eufemismo insólito de “Préstamo solidario” (Diario Oficial de
Chile, 2020d, 2020e). Al ser implementados estos dispositivos desde un
horizonte neoliberal, ellos se encuentran supeditados “a criterios económicos,
cálculos de utilidad de costo y beneficio, que tienen por finalidad ser
aplicados en ámbitos no económicos, que hace del ciudadano ya no un sujeto de
derechos sino de […] capital humano” (Silva-Escobar, 2021: 439). Por
consiguiente, en Chile, bajo el neoliberalismo, la gestión de la pandemia no es
sino una viropolítica negativa.
En el caso
de Perú –país donde la Constitución neoliberal de 1993 sigue aún vigente y en
la cual el “derecho a la salud” no se considera un derecho fundamental, sino un
mero derecho “social y económico” (Presidencia de la República del Perú, 2018),
es decir, se prejuzga también que todo ciudadano podrá sin más, por mero
abracadabra jurídico, disponer materialmente de ella–, se declaró, a nivel de
dispositivo legal, el primer estado de “Emergencia Sanitaria” a causa del
avance de la pandemia. Se impuso, asimismo, un “Estado de Emergencia Nacional”
que normativizó, con dispositivos disciplinarios, biopolíticos e
incipientemente algorítmicos, “el aislamiento social obligatorio (cuarentena)”
(El Peruano, 2020a; Velázquez Castro, 2020). No hubo, por contraste, ninguna
medida destinada a modificar el estatuto jurídico de la salud para que pase de
ser un servicio social y económico a un derecho esencial libre y gratuito, sino
tan solo una serie de disposiciones que tenían como objetivo regularizar la
situación pandémica a efectos de no devastar la circulación neoliberal de la
economía. Pasada la pandemia, la salud tendría que volver a ser un servicio precariamente
brindado por el Estado y a una mercancía de precios exorbitantes vendida por el
mercado. Y, por si eso no bastare, en este país aconteció el llamado
“Vacuganate” (Mayta-Tristán & Aparco, 2021), a saber: la élite
económico-política decidió vacunarse a espaldas de la población antes de que
existiera una política de distribución pública de las vacunas y en medio de
cifras deplorables de enfermos y contagiados. Todo es válido, en tanto recurso
e “inversión”, para consolidar la vida como capital humano a expensas de los
demás. En consecuencia, en Perú se trata de una viropolítica negativa
que no persigue como objetivo más que la recuperación económica del gran
capital.
En estos
dos últimos países la temporal adopción de medidas keynesianas no niega el
carácter neoliberal de sus gobiernos –precipitadamente otros piensan que sí
(Saad-Filho, 2020)–. La intervención del Estado en la economía no constituye la
antítesis del libre mercado sino su sostén temporal, su prolongación necesaria,
su condición de posibilidad. Tal como sucedió en la crisis financiera de 2007:
es el Estado el que se muestra como una peripecia de la gubernamentalidad
neoliberal al salvar a las empresas endeudando para ello a los ciudadanos. Los
bonos y subvenciones a las personas en estos países no tenían como destino el
bienestar de los ciudadanos, sino la continuidad del consumo para el beneficio
de las empresas y la continuidad de la fuerza laboral para la productividad
capitalista. Aún más, el carácter neoliberal de los programas sociales resulta
plenamente ostensible en la coyuntura peruana. En efecto, se implementó en el
país andino un programa denominado “Reactiva Perú”, destinado a inyectar
liquidez para la continuidad de la producción empresarial, tasado en 60
millones de soles (aproximadamente más de 15 millones de dólares) (El Peruano,
2020b; 2020c), el cual fue a parar a manos del gran empresariado. Este, por si
fuera poco, se tomó la ligereza de despedir a sus trabajadores bajo la figura
eufemística de la “suspensión perfecta”, normativa que el Ministerio de
Economía promulgó expeditivamente (El Peruano, 2020d). Con ello se refuerza lo
que ya señalaba Foucault (2007) y lo que reiteran Dardot y Laval (2003): el
neoliberalismo interviene activamente –y no solo en los Estados explícitamente
capturados por la gran burguesía (Durand, 2019)– para producir artificialmente
el mercado. Por otro lado, más allá de este soterrado y permanente
intervencionismo, el mercado “libre” no es de ningún modo la instancia donde
todos los problemas son solucionados, pues su desregulación no provocó sino en
la pandemia escasez de implementos médicos, disminución del presupuesto de
salud pública y una forzosa distribución desigual de tratamientos y vacunas
(Badiou, 2020; Butler, 2020; Daher-Nashif, 2022; Lazzarato, 2020; Wallace,
Liebman, Chaves & Wallace, 2020). A fin de cuentas, las medidas
viropolíticas no sirvieron más que para evitar el quiebre de la
gubernamentalidad neoliberal impidiendo que esta se quede sin una cantidad
normal y controlada de población que produzca, consuma y se endeude.
Pero, ¿qué
pasa en el caso del Brasil de Bolsonaro, país donde funge, como se ha
explicado, una gubernamentalidad liberfascista?
El 24 de
marzo de 2020, a inicios de la pandemia, el gobernante brasileño realizó un
mensaje público donde no solo calificó a la enfermedad causada por el nuevo
virus como una “gripezinha ou um resfriadinho”, sino que planteó una dicotomía
entre la crisis económica o el caos social (Cavalcante, 2021). Posteriormente,
el gobierno lanzó la campaña “O Brasil não pode parar” (Pele & Wilson,
2020) donde la salvaguarda de la economía no se basó en la regulación de la
vida de los sujetos, sino en la posibilidad abierta, máxime necesaria, de su
muerte sin discreción. La disyuntiva se acentuó: o la libertad económica
liberfascista o la vida de la población; elegir la primera implica,
forzosamente, optar por la muerte o el sacrificio de la segunda. Solo por la
mediación de estas muertes, el defensor de la propiedad de sí liberfascista
puede realizar su devoción mercantil y, a la par, una segregación violenta de
los que no son como ellos, libres y autodefensores, capitalistas y
ultraconservadores. Aunque retóricamente se oponen a las cuarentenas, son, de
facto, los únicos que por su condición de clase pueden sobrellevarla:
Assim, a possibilidade de quarentena das classes privilegiadas existiria somente graças à impossibilidade de que as classes menos favorecidas adotassem a mesma postura, continuando a trabalhar para a disponibilização de bens e serviços essenciais. De outro modo, algumas vidas podem ser protegidas pela assunção do risco pelas classes trabalhadoras, que não teriam o “privilégio” de fazer quarentena (Pele & Wilson, 2020: 161)
Sin
embargo, ignorando deliberadamente este factum, los liberfascistas
abogaron por una supresión de las medidas restrictivas:
Empresários de vários setores que compunham a base bolsonarista passaram a denunciar igualmente o “desequilíbrio” das medidas que causariam desemprego e o sofrimento (e até mesmo o suicídio) de milhões de pessoas em comparação com a morte de “alguns milhares” de infectados (Cavalcante, 2021: 9)
De este
modo el liberfascismo puede realizar dos de sus características en un mismo
movimiento: salvar el mercado y, a la vez, producir el segregacionismo como
tal. La consecuencia tangible de ello no ha sido sino, en efecto, la muerte
masiva, no de los liberfascistas pequeñoburgueses o burgueses, por supuesto,
sino de negros e indígenas desposeídos: “proportionally more indigenous and
black people die from COVID-19 than the white population” (Lucas et al., 2021:
444).
Esta
negativa frente a la evidencia material entronca con otro rasgo fundamental del
liberfascismo: la propensión a la conspiración o, si se quiere, la instauración
de la posverdad como gnoseología política. Bolsonaro, en tanto portavoz de la
gubernamentalidad liberfascista, se dedicó incesantemente, tanto a nivel
pragmático como a nivel discursivo (en una multiplicidad de plataformas
virtuales y en pronunciamientos oficiales), a difundir una serie de bulos sobre
la pandemia: “Misinformation spread on President Bolsonaro’s official
social-media profiles includes his promotion of ineffective medications, his
statements against social distancing, and his encouragement of agglomerations
without the use of masks” (Lucas et al., 2021: 441). Es importante señalar que
aquí el conspiracionismo y el negacionismo no son productos de la ignorancia,
que bien podría ser cancelados por una intromisión del saber científico o
razonable: forma parte, por el contrario, del modo de gobierno en calidad de
“veridicción” (Ayala-Colqui, 2020a), esto es, en tanto conjunto discursivo que,
allende su cualidad veritativa, tiene por objeto modificar las acciones de los
sujetos.
No existió
en el liberfascismo una amalgama de dispositivos disciplinarios, securitarios o
algorítmicos para mantener en condiciones normales y controladas a la
población. No hubo viropolítica en Brasil, ni positiva ni negativa. Aconteció,
por contraste, una “necropolítica”. Por este término hay que entender una estrategia
de poder que implica la producción deliberada de la muerte como medio esencial
de realización de una determinada gubernamentalidad. Tal y como lo dice
Mbembe (2011):
he utilizado
las nociones de política de la muerte [necropolítica] y de poder de la muerte
[necropoder], para reflejar los diversos medios por los cuales, en nuestro
mundo contemporáneo, las armas se despliegan con el objetivo de una destrucción
máxima de las personas y de la creación de mundos de muerte (p. 75)
En el caso
de Brasil, la necropolítica fue la estrategia propia de la gubernamentalidad
liberfascista y sus armas fueron la desinformación, la apoteosis del mercado y
el segregacionismo. Brasil, bajo el patrocinio liberfascista, confirmó con
creces la política de la muerte y el control de la mortalidad, pues hizo “del
asesinato de su enemigo su objetivo primero y absoluto” (Mbembe, 2011: 20). Un
genocidio, claro está, de los otros no liberfascistas y enemigos por
excelencia, esto es, los no pequeñoburgueses y burgueses, los que no defienden
el mercado, los que no siguen la posverdad, los que son segregados por poner en
cuestión, con su sola existencia, la égida de valores conservadores del
defensor de la propiedad de sí. Se trató, en suma, de una necropolítica de la
“gestão da morte de forma organizada, planificada, tecnológica” (Dornelles,
2020: 99).
Mientras
que en el caso de la viropolítica negativa se trata de un mantenimiento
interesado de la población, en la necropolítica se trata de un exterminio
deliberado de la misma. Es decir, mientras el neoliberalismo requiere de
hacer vivir a la población para un fin económico, dejando morir a los que caen
fuera de la normalidad estadística y el control económico y epidemiológico; el
liberfascismo necesita hacer morir a la población en orden a mantener la
propiedad intrínseca y solipsista del defensor de sí, dejando vivir solo a los
que, por su condición económica, entran o pueden entrar en el círculo del
mercantilismo desenfrenado y el segregacionismo esforzado. Y, por ello, la
necropolítica siempre es, necesariamente, negativa, mientras que la
viropolítica puede mantener cierta ambivalencia dependiendo de sus fines y
usos. O mejor dicho: la positividad de la necropolítica no reside sino en la
negación de la vida de los otros.
Y es aquí
donde queremos señalar, asaz brevemente y para concluir, nuestra segunda y
última hipótesis: la pandemia creó las condiciones para expandir el
liberfascismo latinoamericano en los lugares donde formalmente aún no toma las
instituciones políticas.
Es conocido
que Foucault (2002; 2018) plantea la resistencia (Castro Orellana, 2017; Durán
Rojas & Torres Apablaza, 2020) y posteriormente la crítica (Ríos, 2019;
Ayala-Colqui, 2020a), en tanto “contraconducta” (contre-conduite), como
un modo de oponerse a las relaciones de poder con sus respectivos dispositivos
anatomopolíticos o biopolíticos –y, añadimos nosotros, viropolíticos o
necropolíticos–. Generalmente, la resistencia se ha entendido en un sentido
revolucionario y/o interseccional, esto es, ligados a luchas de clase, género,
raza, ecología, etc. No obstante, es menester decir que hay también
resistencias reaccionarias y fascistas.
En efecto,
son precisamente los liberfascistas quienes hacen gala de un sentido reactivo
excepcional. El título de uno de los grupos extremistas en Perú no da lugar a
equívocos: se conciben a sí mismos como “La Resistencia” (Salazar, 2021), es
decir, asumen que resisten contra los embates conspirativos de los grupos
interseccionales. Esto que puede parecer atípico es, en realidad, orgánico y
correlativo a la gubernamentalidad liberfascista. Recordemos que ellos plantean
el defensor de sí como el paradigma subjetivo. Por esa razón resistir no es
para ellos un acto meramente negativo: es, de hecho, la afirmación, por exceso,
de la premisa del defensor de sí segregativo, mercantil y conservador. Bajo
tales coordenadas resulta inteligible la oposición férrea a las medidas de
contención social, asumidas como contrarias al liberfascismo. Milei, abanderado
de esta defensa, señaló categóricamente contra su país: “Este Gobierno impuso
una cuarentena cavernícola y liberticida [sic]” (La Nación, 2020).
Han sido,
pues, los dispositivos viropolíticos los que han permitido dotar de concreción
este talante reactivo liberfascista y extenderlo como una peste subterránea.
Frente a la conducción de las conductas viropolíticas en el uso del barbijo, el
distanciamiento social, la reclusión y la cuarentena, el liberfascista ha
asumido absolutamente una contraconducta. Pero se trata, como no podría ser de
otra manera, de una contraconducta necropolítica, cuyo efecto será la
muerte no exactamente de ellos quienes, de uno u otro modo en tanto
(pequeño)burgueses, pueden gestionarse cierto cuidado médico, sino de los
desposeídos, esto es, el otro no liberfascista que no puede ni siquiera llegar
a afirmar la propiedad privada de sí. (Esto da, por lo demás, la indicación que
la cuestión de la resistencia no debe tomar solo el epifenómeno del poder, sea
biopolítico o lo que sea, sino la interrelación de dominaciones sobre la clase,
la raza, el género). Así la gestión neoliberal de la pandemia ha permitido
sumar adeptos contra las medidas viropolíticas impuestas a fin de reforzar su
militancia y organizarse en redes sociales y en movilizaciones urbanas. En
Argentina, Chile y Perú si bien no se institucionalizó una política pública
necropolítica, sí se difundió por el cuerpo social la contraconducta
necrofílica del liberfascismo, merced al contexto de la pandemia.
A
modo de conclusión
Nos
gustaría finalizar este artículo recordando la intuición fundamental de Deleuze
y Guattari (1985): el fascismo nos habita; no es que los fascistas estén allá y
nosotros aquí: devenir liberfascista es una cuestión de coyuntura y requiere
para evitarlo un devenir menor que se distancie explícitamente del gobierno de
capital (Deleuze & Guattari, 1988). En Perú, el candidato ultraconservador,
si bien no llegó a la presidencia, quedó en segundo lugar en la capital, Lima,
ganando en los distritos más pudientes de la ciudad con casi la tercera parte
de los votos (Cabral, 2021). En Argentina, Milei obtuvo cinco escaños
convirtiéndose en la tercera fuerza política de la cámara baja (Centenera,
2021). En Chile, en fin, Kast asoma con fuerza, pese a solo cumplirse un
aniversario del estallido social, y –al momento de redactar este texto, finales
del 2021– se ubica en segundo lugar entre las preferencias presidenciales
(Karmy, 2021; Montes, 2021). No es posible descartar que, así como hubo una
década progresista en América Latina, pueda existir una década liberfascista en
la región donde los nefastos sucesos acaecidos en Brasil no sean sino, en
comparativa, un pasado remoto, a la vez negado en su realidad y celebrado
propagandísticamente por su magno talante conservador, segregacionista y
capitalista. Más allá de la cifra infausta de miles de muertos, está la
posibilidad de que la verdadera tragedia de la pandemia sea la herencia
liberfascista en expansión. Ante esto, la viropolítica y la necropolítica
podrían ser tan solo un efímero y superficial avatar. Habrá que construir
entonces no solo otros conceptos, sino también otras formas de ofensiva y
resistencia.
Referencias
Agamben, G.
(1998). Homo Sacer. El poder soberano y la nuda vida. Pre-textos.
Valencia.
Agamben, G.
(2003). Estado de excepción. Homo Sacer, II, I. Adriana Hidalgo. Buenos
Aires.
Agamben. G.
(2008). El reino y la gloria. Adriana Hidalgo. Buenos Aires.
Agamben, G.
(2020a). L’invenzione di un’epidemia. Quodlibet. Recuperado de:
https://www.quodlibet.it/giorgio-agamben-l-invenzione-di-un-epidemia
[Consultado el 6 de noviembre de 2021].
Agamben, G.
(2020b). Chiarimenti. Quodlibet. Recuperado de:
https://www.quodlibet.it/giorgio-agamben-chiarimenti [Consultado el 6 de
noviembre de 2021].
Agamben, G.
(2020c). Sul vero e sul falso. Quodlibet. Recuperado de:
https://www.quodlibet.it/giorgio-agamben-sul-vero-e-sul-falso [Consultado el 6
de noviembre de 2021].
Agamben, G.
(2020d). Biosicurezza e politica. Quodlibet. Recuperado de:
https://www.quodlibet.it/giorgio-agamben-biosicurezza [Consultado el 6 de
noviembre de 2021].
Alliez, É.
& Lazzarato, M. (2016). Guerres et Capital. Amsterdam. Paris.
Antón-Mellón,
J. & Hernández-Carr, A. (2016). El crecimiento electoral de la derecha
radical populista en Europa: parámetros ideológicos y motivaciones sociales. Política
y sociedad. 53 (1). 17-28. DOI: 10.5209/rev_POSO.2016.v53.n1.48456
Audier, S.
(2012). Le Colloque Lippmann. Aux origines du néo-libéralisme. Le Bord de l’eau. Paris.
Ayala-Colqui,
J. (2020). Viropolitics and capitalistic governmentality: On the management of
the early 21st century pandemic. Desde el Sur.
12 (2). 377-295. DOI: 10.21142/DES-1202-2020-0022
Badiou, A.
(2019). Trump. Polity. Cambridge.
Badiou, A.
(2020). On the Epidemic Situation. Verso. Recuperado de:
https://www.versobooks.com/blogs/4608-on-the-epidemic-situation [Consultado el
7 de noviembre de 2021].
Berardi, F.
(2003). La fábrica de la infelicidad. Nuevas formas de trabajo y movimiento
global. Traficante de sueños. Madrid.
Biblioteca
del Congreso Nacional de Chile (2021). Decreto 100. Fija el texto refundido,
coordinado y sistematizado de la Constitución de la República de Chile.
Recuperado de: https://www.bcn.cl/leychile/navegar?idNorma=242302 [Consultado
el 13 de noviembre de 2021].
Bobbio, N.
(2006). Ensayo sobre el fascismo. Prometeo. Buenos Aires.
Boletín
Oficial de la República de Argentina (2020). Legalización y avisos oficiales.
Aislamiento social preventivo y obligatorio. Decreto 297/2020. Recuperado de:
https://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/227042/20200320
[Consultado el 13 de noviembre de 2021].
Boltanski,
L. & Chiapello, É (2002). El nuevo espíritu del capitalismo. Akal.
Madrid.
Borón, A.
(1977). El fascismo como categoría histórica: en torno al problema de las
dictaduras en América Latina. Revista Mexicana de Sociología. 39 (2).
481-528.
Brown, W.
(2016). El pueblo sin atributos. La secreta revolución del neoliberalismo.
Malpaso. Barcelona.
Butler, J.
(2020). Capitalism Has its Limits. Verso. Recuperado de
https://www.versobooks.com/blogs/4603-capitalism-has-its-limits [Consultado el
7 de noviembre de 2021]
Cabral, E.
(2021). Ultraconservador López Aliaga obtuvo sus votaciones más fuertes en distritos
de ingresos altos de Lima. Ojo Público. Recuperado de:
https://ojo-publico.com/2636/lopez-aliaga-logro-votaciones-claves-en-distritos-de-ingresos-altos
[Consultado el 16 de noviembre de 2021].
Casals, X.
(2009). La renovación de la ultraderecha española: una historia generacional
(1966-2008). Historia y política. 233-258.
Castro Orellana, R. (2017). Foucault y la resistencia. Una gramática del concepto. Contrastes. Revista Internacional de Filosofía. 12 (1). 45-63. DOI: 10.24310/Contrastescontrastes.v22i1.3413
Cavalcante, S. (2021). A condução neofascista da pandemia de
Covid-19 no Brasil: da purificação da vida à normalização da morte. Calidoscópio. 19 (1). 4-17. DOI:
10.4013/cld.2021.191.01
Centenera,
M. (2021). La ultraderecha entra en el Congreso de Argentina. El País.
Recuperado de:
https://elpais.com/internacional/2021-11-15/la-ultraderecha-entra-en-el-congreso-argentino.html
[Consultado el 16 de noviembre de 2021].
Chamayou,
G. (2018). La société ingouvernable. Une généalogie du libéralisme autoritaire.
La Fabrique. Paris.
Constante,
A. (2020). La sociedad de la furia. Reflexiones marginales, 8.
Recuperado de:
https://revista.reflexionesmarginales.com/la-sociedad-de-la-furia/ [Consultado
el 13 de noviembre de 2021].
Dardot:
& Laval, C. (2013). La nueva razón del mundo. Ensayo sobre la sociedad
neoliberal. Gedisa. Barcelona.
Dardot:
& Laval, C. (2017). La pesadilla que nunca acaba. El neoliberalismo
contra la democracia. Gedisa. Barcelona.
Davies, W.
(2016). El nuevo neoliberalismo. New left review. 101. 129-143.
Deleuze, G.
& Guattari, F. (1985). El Anti-Edipo. Capitalismo y esquizofrenia.
Barcelona. Paidós.
Deleuze, G.
& Guattari, F. (1988). Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia.
Pre-textos. Valencia.
Deleuze, G.
(2006). Post-scriptum sobre las sociedades de control. Polis. 13. 1-7.
Diario
Oficial de la República de Chile (2020a). Normas generales CVE 1724518.
Recuperado de: https://www.diariooficial.interior.gob.cl/publicaciones/2020/02/08/42574/01/1724518.pdf
[Consultado el 13 de noviembre de 2021].
Diario
Oficial de la República de Chile (2020b). Normas generales CVE 1742691.
Recuperado de:
https://www.diariooficial.interior.gob.cl/publicaciones/2020/03/18/42607-B/01/1742691.pdf
[Consultado el 13 de noviembre de 2021].
Diario
Oficial de la República de Chile (2020c). Normas generales CVE 1743121.
Recuperado de:
https://www.diariooficial.interior.gob.cl/publicaciones/2020/03/20/42609/01/1743121.pdf
[Consultado el 13 de noviembre de 2021].
Diario
Oficial de la República de Chile (2020d). Normas generales CVE 1822168.
Recuperado de:
https://www.diariooficial.interior.gob.cl/publicaciones/2020/09/28/42766/01/1822168.pdf
[Consultado el 13 de noviembre de 2021].
Diario
Oficial de la República de Chile (2020e). Normas generales CVE 1923351
Recuperado de:
https://www.diariooficial.interior.gob.cl/publicaciones/2021/04/06/42922-B/01/1923351.pdf
[Consultado el 13 de noviembre de 2021].
Dornelles,
J. (2020). Necrocapitalismo e neofascismo em tempos de peste. Em
Brandão, C. & Dultra, R. Pandemias e pandemônio no Brasil. 90-110. Tirant lo Blanch. São Paulo.
Durán
Rojas, C. & Torres Apablaza, I. (2020). El impasse de la resistencia. La
intersección entre Foucault y Deleuze a propósito de la salida del poder. Hybris.
Revista de Filosofía,.11 (2). 107-128.
Durand, F.
(2019). La captura del Estado en América Latina. Reflexiones teóricas.
PUCP. Lima.
El Peruano
(2020a). Decreto de urgencia N°037-2020. Recuperado de:
https://www.gob.pe/institucion/pcm/normas-legales/473466-037-2020 [Consultado
el 13 de noviembre de 2021].
El Peruano
(2020b). Decreto legislativo N° 1455. Recuperado de:
https://busquedas.elperuano.pe/download/url/decreto-legislativo-que-crea-el-programa-reactiva-peru-par-decreto-legislativo-no-1455-1865394-1
[Consultado el 13 de noviembre de 2021].
El Peruano
(2020c). Decreto Supremo N° 124-2020-EF. Recuperado de:
https://www.gob.pe/institucion/mef/normas-legales/606067-124-2020-e [Consultado
el 13 de noviembre de 2021].
El Peruano
(2020d). Decreto de urgencia N° 038-2020. Recuperado de:
https://busquedas.elperuano.pe/download/url/decreto-de-urgencia-que-establece-medidas-complementarias-pa-decreto-de-urgencia-n-038-2020-1865516-3
[Consultado el 13 de noviembre de 2021].
Ernst, C.
& López, E. (2020). El Covid-19 y el mundo del trabajo en Argentina:
impacto y respuestas de la política. Recuperado de:
https://aldiaargentina.microjuris.com/wp-content/uploads/2020/04/nota-tecnoca-ernst.pdf
[Consultado el 13 de noviembre de 2021].
Esposito,
R. (2006). Bíos. Biopolítica y filosofía. Amorrortu. Buenos Aires.
Fassin, É.
(2018). Le moment néofasciste du néolibéralisme. Mediapart. 29 de junio
de 2018. Recuperado de:
https://blogs.mediapart.fr/eric-fassin/blog/290618/le-moment-neofasciste-du-neoliberalisme
Figueroa,
C. & Moreno, O. (2020). Derecha posneoliberal y neofascismo en América
Latina. Bajo el volcán. 2 (3). 77-107.
Foucault,
M. (1994a). Dits et écrits (1954-1988), tome III: 1976-1979. Gallimard. Paris.
Foucault,
M. (1994b). Dits et écrits (1954-1988), tome IV: 1980-1988. Gallimard. Paris.
Foucault,
M. (2000). Defender la sociedad. Curso en el Collège de France (1975-1976).
FCE. Buenos Aires.
Foucault,
M. (2002). Historia de la sexualidad 1. La voluntad de saber. Siglo XXI.
Buenos Aires.
Foucault,
M. (2006). Seguridad, territorio, población. Curso en el Collège de France
(1977-1978). FCE. Buenos Aires.
Foucault,
M. (2007). Nacimiento de la biopolítica. Curso en el Collège de France
(1978-1979). FCE. Buenos Aires.
Foucault, M. (2018). ¿Qué es la crítica? Seguido de la cultura de sí. Siglo XXI. Buenos Aires.
Fonseca, A. & da Silva, S. (2020). Neoliberalismo em
Tempos de Pandemia: o Governo Bolsonaro no contexto de crise da Covid-19. Ágora. 22 (2). 58-75.
Guamán, A.,
Aragoneses, A. & Martín, S. (dirs.). Neofascismo. La bestia neoliberal.
Siglo XXI. Madrid.
Giroux, H. (2018). Neoliberal fascism and the Echoes of History. Truthdig. Recuperado de: https://www.truthdig.com/articles/neoliberal-fascism-and-the-echoes-of-history/
Harvey, D.
(2004). El nuevo imperialismo. Akal. Madrid.
Hillani, A.
(2021). The Uses of Agamben in pandemic Times. Sociologia e Antropología.
11. 247-257. DOI: 0.1590/2238-38752021v11esp18
Hill
Collins: & Bilge, S. (2019). Interseccionalidad. Morata. Madrid.
Hinkelammert,
F. (1984). Crítica de la razón utópica. DEI. San José.
Ignazi:
(2003). Extreme Right Parties in Western Europe. Oxford University
Press. Oxford.
Kalil, I.
(2020). Políticas
antiderechos en Brasil: neoliberalismo y neoconservadurismo en el gobierno de
Bolsonaro. En Torres, A. (ed.). Derechos en riesgo en América Latina. 11
estudios sobre grupos neoconservadores. 35-53. Fundación Rosa
Luxemburgo/Ediciones desde abajo. Quito.
Karmy, R.
(2021). La situación fascista en Chile. Teología política y afectividad. Lobo
Suelto. Recuperado de:
http://lobosuelto.com/la-situacion-fascista-en-chile-teologia-politica-y-afectividad-rodrigo-karmy-bolton/
[Consultado el 16 de noviembre de 2021].
Kaya, Ö.
(2021). The biopolitics of the covid-19 crisis and a new form of the state of
exception. Contemporary Studies in Economic and Financial Analysis. 107.
65-76. DOI: 10.1108/S1569-375920210000107012
La Nación
(2020). Javier Milei:
"Este Gobierno impuso una cuarentena cavernícola y liberticida".
Recuperado de:
https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/javier-milei-este-gobierno-impuso-cuarentena-cavernicola-nid2469578/
[Consultado el 16 de noviembre de 2021].
Lazzarato,
M. (2013). La fábrica del hombre endeudado. Ensayo sobre la condición
neoliberal. Amorrortu. Buenos Aires.
Lazzarato,
M. (2015). Gobernar a través de la deuda. Tecnologías de poder del
capitalismo neoliberal. Amorrortu. Buenos Aires.
Lazzarato,
M. (2020). ¡Es el capitalismo, estúpido! Recuperado de:
http://lobosuelto.com/maurizio-lazzarato-es-el-capitalismo-estupido/
[Consultado el 7 de noviembre de 2021].
Lucas, F.,
Duczmal, L., Steinmetz, W., Leite, A., Leão, J., Camargo, R., Tupinambás, U.,
Fearnside: (2021). How Brazil’s President turned the country into a global
epicenter of COVID‑19. Journal of Public Health Policy. 42. 439-451.
Marazzi, C.
(2014). Capital y lenguaje. Hacia el gobierno de las finanzas. Tinta Limón. Buenos Aires.
Maruy, R.
(2019). Sobre la peligrosa idea de un “libre” mercado. Tradición, Segunda época. 19. 46-55. DOI:
10.31381/tradicion.v0i19.2619
Manichkin,
N. (2021). Biopolitical aspects of the COVID-19 pandemic: Public discussion
about freedom and transformation of social life. Siberian Historical Research. 2021 (2). 141-161. DOI:
10.17223/2312461X/32/7
Mayta-Tristán:
& Aparco, J. (2021). El uso de un producto de investigación fuera de un
ensayo clínico: el caso “Vacunagate”. Rev. Peru. Med. Exp. Salud Publica.
38 (2). 203-205. DOI: 10.17843/rpmesp.2021.382.8694
Mbembe, A.
(2011). Necropolítica. Melusina. Barcelona.
Mirowski:
& Plehwe, (eds.) (2009). The Road from Mont Pèlerin. The Making of the
Neoliberal Thought Collective. Harvard University Press. Cambridge.
Montes, R.
(2021). La extrema derecha avanza en la carrera presidencial chilena de la mano
de Kast, a siete semanas de las elecciones. El País. Recuperado de:
https://elpais.com/internacional/2021-10-09/la-derecha-extrema-avanza-en-la-carrera-presidencial-chilena-de-la-mano-de-kast-a-siete-semanas-de-las-elecciones.html
[Consultado el 16 de noviembre de 2021].
Moruno, J.
(2015). La fábrica del emprendedor. Akal. Madrid.
Mudde, C.
(2007). Populist radical right parties in Europe. Cambridge University
Press. Cambridge.
Negri, A.
(2004). Guías. Cinco
lecciones en torno a Imperio. Paidós.
Barcelona.
Paltrinieri,
L. (2017). Managing Subjectivity. Neoliberalism, Human Capital, and
Empowerment. Fudan, Journal of the Humanities and Social Sciences. 10
(4). 459-471. DOI: 10.1007/s40647-017-0200-0
Pavón-Cuellar,
D. (2020). El giro del neoliberalismo al neofascismo: universalización y
segregación en el sistema capitalista. Desde el Jardín de Freud. 20.
19-38. DOI: 10.15446/djf.n20.90161
Paxton, R.
(2019). Anatomía del fascismo. Capitán Swing. Madrid.
Pele,
A. & Wilson, A. (2020). Brasil e a pandemia de Covid-19: A aposta
cínica e genocida de Jair Bolsonaro. Em Brandão, C. & Dultra, R. (eds.) Pandemias
e pandemônio no Brasil. 157-163.
São Paulo: Tirant lo Blanch.
Poulantzas,
N. (1976). Fascismo y dictadura. La tercera internacional frente al fascismo.
Siglo XXI. España.
Presidencia
de la República del Perú (2018). Constitución Política del Perú. Recuperado de:
https://www.gob.pe/institucion/presidencia/informes-publicaciones/196158-constitucion-politica-del-peru
[Consultado el 13 de noviembre de 2021].
Reuters
(2020). UPDATE 2-Divisions over Brazil's coronavirus response grow. Retrieved
from
https://www.reuters.com/article/health-coronavirus-brazil-politics/update-2-divisions-over-brazils-coronavirus-response-grow-idUSL1N2BO0JW
Ríos, C.
(2019). A propósito de la noción de “Crítica”. O acerca de la imposibilidad de
una pedagogía del gesto. Vertientes. Revista de Estudiantes de Filosofía.
1 (1). 24-39.
Ryan, M.
(2019). Interrogating
“Authoritarian Neoliberalism”: The Problem of Periodization. Competition & Change. 23 (2).
116-137. DOI: 10.1177/1024529418797867
Saad-Filho,
A. (2020). De la Covid-19 al fin del neoliberalismo. El trimestre económico,
87 (4), 1211-1229.
Sacchi, E.
(2017). Neoliberalismo, gubernamentalidad y mnemotécnicas de la crueldad. El
Arco y la Lira. Tensiones y debates. 5. 47-63.
Sadin, É.
(2018). La siliconización del mundo. La irresistible expansión del
liberalismo digital. Caja Negra. Buenos Aires.
Saidel, M.
(2020). ¿Se puede hablar de un momento fascista del neoliberalismo? Crisis de
la democracia liberal y guerra contra las poblaciones precarizadas como
síntomas de época. Revista Argentina de Ciencia Política. 1 (24).
70-100.
Salazar, E.
(2021). En Perú se extienden acciones de grupos extremistas que desinforman y
acosan. Ojo Público. Recuperado de:
https://ojo-publico.com/2822/se-extienden-acciones-de-grupos-extremistas-que-desinforman-y-acosan
[Consultado el 16 de noviembre de 2021].
Silva-Escobar,
J. (2021). Biopolítica, necropolítica y pandemia. Notas sobre el neoliberalismo
y la desigualdad social en Chile. Autoctonía. 2. 438-453.
Stefanoni:
(2021). ¿La rebeldía se volvió de derecha? Cómo el antiprogresismo y la
anticorrección política están construyendo un nuevo sentido común (y por qué la
izquierda debería tomarlos en serio). Buenos Aires: Siglo XXI.
Stewart: ,
Garvey, B., Torres, M. & Borges de Farias, T. (2021). Amazonian
destruction, Bolsonaro and COVID-19: Neoliberalism unchained. Capital and
class. 45 (2). 173-181. DOI: 10.1177/0309816820971131
Stiegler,
B. (2019). «Il faut s’adapter». Sur un nouvel impératif politique.
Gallimard. Paris.
Sztulwark,
D. (2019). La ofensiva sensible. Neoliberalismo, populismo y el reverso de
lo sensible. Caja Negra. Buenos Aires.
Traverso,
E. (2016). Espectros del fascismo. Metamorfosis de las derechas radicales en el
siglo XXI. Pasajes: Revista de pensamiento contemporáneo. 50. 4-20.
Recuperado de: https://roderic.uv.es/handle/10550/57764
Valdes, J.
(1995). Pinochet's Economists. The Chicago School of Economics in Chile. Cambridge University Press.
Cambridge.
Velásquez
Castro, M. (2020). Hijos de la peste: Historia de las epidemias en el Perú.
Taurus. Lima.
Wallace, R., Liebman, A., Chaves, L. & Wallace, R. (2020). Covid-19 and Circuits of Capital. Retrieved from https://monthlyreview.org/2020/04/01/Covid-19-and-circuits-of-capital/ [Consultado el 7 de noviembre de 2021].
https://doi.org/10.34024/prometeica.2022.24.13343
Uso da mÁscara como dispositivo de barreira no combate a pandemia da COVID-19
repercussÕes sobre a saÚde
cardiovascular
USE OF THE
MASK AS A BARRIER DEVICE IN FIGHTING THE COVID-19 PANDEMIC
Repercussions on cardiovascular health
USO DE LA
MASCARILLA COMO DISPOSITIVO DE BARRERA EN LA LUCHA CONTRA LA PANDEMIA DEL
COVID-19
Repercusiones en la salud cardiovascular
Valter
Antonio Rocha Viana
(Universidade Paulista, Brasil)
valter.viana@docente.unip.br
Marcelo Mendes Alves
(Universidade Paulista, Brasil)
marcelo.alves1@docente.unip.br
Cássio Vilicev
(Universidade Paulista, Brasil)
cassio.vilicev@docente.unip.br
Recibido: 12/01/2022
Aprobado: 04/02/2022
RESUMo
Background: No ano de 2019, o mundo foi surpreendido por uma doença que teve seus primeiros casos confirmados na cidade de Wuhan-China, e rapidamente se espalhou pelo globo, a COVID-19. O vírus SARS-COV-2, causador da doença, se espalha com grande facilidade através do ar, em gotículas de saliva após o doente tossir ou espirrar. Dessa forma, as autoridades de saúde desenvolveram protocolos sanitários para desacelerar a disseminação. Porém, é possível que os benefícios da utilização da máscara vão além da transmissão do vírus, podendo impactar sobre outros aspectos relacionados a saúde. Objetivo: abordar os efeitos do uso da máscara e seu impacto sobre a saúde cardiovascular. Método e Resultado: A presente revisão bibliográfica foi realizada através de uma pesquisa em 3 bases de dados bibliográficos — PubMed, Periódicos Capes (Web of Science) e LILACS. Foram selecionados artigos publicados entre 2001 e 2021, em um total de 09 artigos. Conclusão: o presente estudo mostra que a utilização da máscara facial pode ser um bom aliado na diminuição a exposição a fatores de risco relacionados as doenças cardiovasculares, sobretudo, os poluentes atmosféricos.
Palavras-chave: covid-19. pandemia. máscara. poluentes atmosféricos. doenças cardiovasculares.
ABSTRACT
Background:
In 2019, the world was surprised by a disease that had its first confirmed
cases in the city of Wuhan-China, and quickly spread across the globe,
COVID-19. The SARS-COV-2 virus, which causes the disease, spreads very easily
through the air in droplets of saliva after the patient coughs or sneezes. In
this way, health authorities developed health protocols to slow the spread.
However, it is possible that the benefits of using the mask go beyond the
transmission of the virus and may impact on other aspects related to health.
Objective: to address the effects of mask use and its impact on cardiovascular
health. Method and Results: The present literature review was carried out
through a search in 3 bibliographic databases - PubMed, Capes Periodicals (Web
of Science) and LILACS. Articles published between 2001 and 2021 were selected,
in a total of 09 articles. Conclusion: this study shows that the use of a face
mask can be a good ally in reducing exposure to risks related to cardiovascular
diseases, especially air pollutants.
Keywords:
covid-19. pandemic. mask. atmospheric pollutants. cardiovascular diseases.
RESUMem
Antecedentes:
En el año 2019, el mundo se sorprendió por una enfermedad que tuvo sus primeros
casos confirmados en la ciudad de Wuhan-China, y se extendió rápidamente por
todo el mundo, el COVID-19. El virus SARS-COV-2, que causa la enfermedad, se
propaga muy fácilmente a través del aire en gotitas de saliva después de que el
paciente tose o estornuda. De esta forma, las autoridades sanitarias
desarrollaron protocolos sanitarios para frenar la propagación. Sin embargo, es
posible que los beneficios del uso de la mascarilla vayan más allá de la
transmisión del virus, y puedan repercutir en otros aspectos relacionados con
la salud. Objetivo: abordar los efectos del uso de mascarilla y su impacto en
la salud cardiovascular. Método y resultados: La presente revisión de la
literatura se realizó mediante una búsqueda en 3 bases de datos bibliográficas:
PubMed, Capes Periodicals (Web of Science) y LILACS. Se seleccionaron artículos
publicados entre 2001 y 2021, en un total de 09 artículos. Conclusión: este
estudio muestra que el uso de una mascarilla facial puede ser un buen aliado
para reducir la exposición a factores de riesgo relacionados con enfermedades
cardiovasculares, especialmente a los contaminantes del aire.
Palabras clave: covid-19; pandemia. máscara. contaminantes atmosféricos. enfermedades cardiovasculares.
Introdução
No ano de 2019, o mundo foi surpreendido por uma doença que teve seus primeiros casos confirmados na cidade de Wuhan-China, e rapidamente se espalhou pelo globo, a COVID-19 (Histórico da pandemia de COVID-19, 2021). Em janeiro de 2020 a Organização Mundial da Saúde (OMS) publicou um pacote abrangente de documentos sobre orientações para os países, cobrindo tópicos relacionados ao manejo de um surto dessa nova doença, incluindo prevenção e controle de infecções (Timeline: WHO's COVID-19 response, 2021). Diante da emergência ocasionada pelo coronavírus SARS-CoV-2, o reconhecimento da pandemia pela OMS e a declaração de Emergência de Saúde Pública de Importância Nacional (ESPIN), o Ministério da Saúde (MS) tem estabelecido sistematicamente medidas para resposta e enfrentamento da COVID-19. Entre as medidas indicadas pelo MS, estão as não farmacológicas, como distanciamento social, etiqueta respiratória e de higienização das mãos, uso de máscaras dentre outras (Como se proteger?, 2021).
O vírus SARS-COV-2 se espalha com grande facilidade através do ar, em gotículas de saliva após o doente tossir ou espirrar, dessa forma, o uso da máscara foi uma das mais recomendadas medidas de prevenção, tornando um dispositivo de barreira muito comum para os profissionais de saúde, item obrigatório para toda a população (Smith et al., 2016; Eikenberry et al., 2020).
Sabe-se que o uso da máscara pode não só proteger contra o Coronavírus, mas também contra diferentes tipos de partículas suspensas no ar, como os poluentes atmosféricos, que podem causar problemas a saúde por serem capazes de desencadear estresse oxidativo e processos inflamatórios, seja por exposição aguda ou crônica. Desta forma, o uso de máscaras pode ir além do propósito de contenção da pandemia da COVID-19, possivelmente diminuindo os riscos sobre a saúde geral da população, e beneficiando as pessoas que já apresentam alguma morbidade, como as relacionadas ao sistema respiratório e sistema cardiovascular. A exposição à poluição do ar é um importante fator de risco para morbimortalidade cardiovascular e um grande problema de saúde pública global, estando associada ao aumento da pressão arterial, redução da variabilidade da frequência cardíaca, disfunção endotelial e isquemia miocárdica (Langrish et al., 2008; 2009; 2012).
A poluição do ar tratada como uma epidemia ao redor do mundo, mostra que uma estratégia de prevenção em vários níveis é necessária para proteger a saúde pública global de forma otimizada (Morishita et al., 2015), sendo essa estratégia capaz de, ao menos, mitigar as consequências adversas para a saúde cardiovascular. As abordagens práticas para proteger os indivíduos das partículas ambientais, sobretudo os poluentes atmosféricos, são urgentemente necessárias nos países em desenvolvimento, e evidências sobre os benefícios para a saúde do uso de filtragem de partículas é limitado (Shi et al., 2017). Nesse sentido, o objetivo do presente estudo é abordar os efeitos do uso da máscara e seu impacto sobre a saúde cardiovascular.
Materiais e métodos
A presente revisão bibliográfica foi realizada através de uma pesquisa em 3 bases de dados bibliográficos — PubMed, Periódicos Capes (Web of Science) e LILACS. Foram selecionados artigos publicados entre 2001 e 2021 escritos em inglês e português. Por haver certos problemas e diferenças nos processos de indexação nas bases de dados bibliográficas, foram utilizados termos livres, sem o uso de vocabulário controlado (descritores) nas estratégias de busca. Assim, os termos “face mask”, “facemask”, “cardiovascular risk”, “cardiovascular health”, “cardiovascular effect”, e os filtros Humans, English, Portuguese. Os termos foram utilizados combinados com os boleanos “AND”, “OR” e “NOT”.
O critério para inclusão dos artigos no estudo, foi a utilização de máscara facial como parte do protocolo de investigação e sua relação com a exposição aos poluentes atmosféricos e risco cardiovascular. Artigos e sítios eletrônicos complementares foram utilizados como fundamentação teórica para a caracterização do tema de pesquisa.
Resultados
Como resultado, foram encontrados 09 artigos científicos, dos quais 06 são artigos baseados em pesquisas clínicas, 01 revisão de literatura e 02 editoriais. Não atendendo aos critérios de inclusão, um dos artigos de pesquisa clínica foi excluído por não utilizar a máscara facial em seu protocolo de intervenção.
Desenvolvimento
A poluição do ar é um risco significativo para o meio ambiente e a saúde. Estudos anteriores examinaram o efeito adverso na saúde associados à exposição de curto e longo prazo a partículas em doenças respiratórias. No entanto, estudos posteriores demonstraram que, na verdade, foi a doença cardiovascular que contribuiu para maioria da mortalidade. Uma ampla gama de estudos epidemiológicos demonstra que exposições de curto prazo durante alguns dias aumentam o risco de uma variedade de eventos cardiovasculares agudos, por exemplo: infartos do miocárdio, exacerbações de insuficiência cardíaca e derrames (Morishita et al., 2015; Mishra, 2017).
Foram demonstradas várias vias que explicam as associações epidemiológicas, as quais sustentam fortemente que o PM2.5 (material particulado com 2,5 nanômetros de diâmetro) uma partícula poluente suspensa no ar, está causalmente ligado a doenças cardiovasculares. A inalação de PM2.5 é capaz de desencadear estresse / inflamação oxidativa sistêmica e alterar o equilíbrio autonômico em favor da ativação simpática. Certas nanopartículas ou seus constituintes podem até mesmo se translocar para a circulação e, assim, prejudicar diretamente o sistema cardiovascular. Como resultado, uma variedade de respostas fisiológicas adversas pode ocorrer dentro de horas a dias, incluindo vasoconstrição, disfunção endotelial, aumento da pressão arterial (PA) e frequência cardíaca, isquemia miocárdica, diminuição da variabilidade da frequência cardíaca (VFC), anormalidades de repolarização, arritmias, e potencial trombótico e de coagulação aumentado. Exposições de longo prazo têm sido associadas à progressão crônica da aterosclerose, bem como ao aumento da incidência de hipertensão e diabetes mellitus (Morishita et al., 2015).
É reconhecido pela comunidade científica e pelo senso comum, que a prática de atividade física e/ ou exercícios físicos associados a bons hábitos alimentares e noites de sono reparadoras, são medidas comportamentais excelentes para a saúde da população em geral e muito recomendadas a portadores de doenças crônicas como alguns tipos de cardiopatias (Garber et al., 2011). Ainda assim, outras medidas não farmacológicas vêm sendo estudadas, como o uso de máscaras faciais, com o intuito de bloquear ou ao menos diminuir a passagem de partículas potencialmente danosas a saúde, na tentativa de evitar que poluentes atmosféricos alcancem as vias aéreas e até mesmo a corrente sanguínea.
Em um ensaio clínico controlado randomizado cruzado aberto, Langrish et al. (2009) recrutaram 15 voluntários jovens saudáveis que foram randomizados para não usarem máscara ou usarem uma máscara altamente eficiente (Dust Respirator 8812, 3M, St Paul EUA). Os voluntários foram solicitados a usar a máscara por 24 horas antes da intervenção e 24 horas no dia do estudo. No dia da intervenção, os participantes foram solicitados a caminhar por 2 horas em um local no centro da cidade de Pequim, ao longo de um anel viário entre 8h e 10h em uma rota predefinida, em um primeiro momento utilizando a máscara facial e em outro momento, sem o uso da máscara. Os indivíduos preencheram um questionário de sintomas usando uma escala visual analógica no início do dia de estudo, após a caminhada de 2 horas, e na visita de 24 horas após a caminhada. Eles foram solicitados a registrar quaisquer sintomas físicos, também como relatar uma percepção do grau de poluição e da tolerabilidade da máscara.
Durante a caminhada de 2 horas, não houve diferença na intensidade de exercício na presença ou ausência da máscara, embora os indivíduos tivessem uma pressão sistólica mais baixa quando do uso da máscara, embora a frequência cardíaca tenha sido semelhante. Durante o período de 24 horas, a variabilidade da frequência cardíaca aumentou quando os participantes usaram a máscara facial, que pode ser entendido como uma melhora na condição autonômica relacionada ao coração.
Segundo os autores, esse estudo foi o primeiro a demonstrar que usar uma máscara pode anular alguns efeitos relacionados a poluição do ar sobre parâmetros fisiológicos cardiovasculares em um curto período de tempo. Um dispositivo simples e barato, a máscara facial bem tolerada pode fornecer uma alternativa que colabore com a redução da morbidade cardiovascular e mortalidade, desta feita, tendo o potencial para proteger indivíduos suscetíveis e prevenir eventos cardiovasculares em cidades com altas concentrações de poluição do ar.
Esse mesmo grupo de estudo, capitaneados por Jeremy P. Langrish publicaram em 2012 os resultados de um desdobramento do estudo supracitado, onde cento e dois pacientes foram recrutados do Fuwai Hospital, Pequim, China, em março de 2009. Todos os pacientes eram não fumantes e tinham históricos de doença coronariana. Foi conduzido então, um ensaio clínico randomizado para avaliar o impacto da redução da exposição pessoal à poluição do ar em pacientes com doença cardíaca coronária em um ambiente urbano poluído. Por meio do uso de dispositivos portáteis de monitoramento e coleta de amostras, houve a caracterização detalhada da exposição a poluentes atmosféricos que demonstrou notável composição complexa e tóxica e potencial pró-oxidativo extremamente alto de PM do ar ambiente em Pequim. Foi realizado um monitoramento individualizado da poluição com uma avaliação cardiovascular abrangente que incorporou o monitoramento hemodinâmico e eletrofisiológico em conjunto com o rastreamento por GPS. Desta forma, sintomas, exercícios, exposição pessoal à poluição do ar, pressão arterial, frequência cardíaca e eletrocardiografia de 12 derivações foram monitorados durante todo o período de estudo de 24 horas.
Os sujeitos caminharam por 2 horas entre 09:00 e 11:00 horas ao longo das rotas prescritas do centro da cidade de Pequim, usando uma máscara facial (Dust Respirator 8812; 3M, St. Paul, MN, EUA) em uma visita de estudo, mas não na outra. Esta máscara consiste em um filtro de polipropileno leve, que é eficaz na remoção de PM transportado pelo ar sem afetar os gases do ambiente. A máscara tem uma válvula de expiração, em conformidade com EN149: 2001 FFP1 European Standard (British Standards Institute 2001), e tem um fator de proteção atribuído de 4, ou seja, pode ser usada em ambientes contendo até quatro vezes o limite de exposição do local de trabalho conforme definido pelo UK Health and Safety Executive (2011). Assim como no protocolo do estudo anterior, os indivíduos preencheram um questionário de sintomas no início do dia de estudo, após a caminhada de 2 horas e no final da visita de 24 horas.
Corroborando o estudo de Langrish et al. (2009), os sujeitos toleraram bem a intervenção com a máscara, pontuando o conforto da máscara como 0,64 ± 1,06 em uma escala de 0–10 (0 representa completamente confortável e 10, intolerável). A intervenção com máscara reduziu os sintomas gerais autorreferidos e a percepção do esforço de trabalho dos pacientes, bem como sua percepção do nível de poluição do ar ambiente (2,46 ± 1,67 vs. 2,73 ± 1,64 na escala visual analógica de 0–10; p = 0,03).
Durante as 2 horas de caminhada, os sujeitos percorreram uma distância (6,37 ± 1,44 km vs. 6,40 ± 1,51 km), e uma velocidade média semelhante (4,25 ± 0,96 km / h vs. 4,27 ± 1,01 km / h), e despendeu a mesma quantidade de energia (2,32 ± 0,52 vs. 2,33 ± 0,55 MET – equivalente metabólico de esforço) entre as visitas quando a máscara facial foi ou não usada.
Apesar dessa carga de trabalho semelhante, a pressão arterial média ambulatorial foi significativamente menor (93 ± 10 mmHg vs. 96 ± 10 mmHg) quando a máscara facial foi usada, embora a frequência cardíaca tenha sido semelhante, como visto no estudo de 2009. Durante a caminhada, a variabilidade da frequência cardíaca (potência de alta frequência - HF, potência normalizada de alta frequência - HFn, razão de baixa frequência - LF e diferenças quadradas médias sucessivas – RMSSD) foi maior ao usar a máscara facial. Não houve diferenças significativas na pressão arterial ambulatorial geral de 24 horas ou na variabilidade da frequência cardíaca. Não houve diferenças significativas na incidência de arritmias entre as duas visitas.
A variabilidade reduzida da frequência cardíaca tem sido associada ao aumento da mortalidade cardiovascular e a exposição aos poluentes do ar com uma redução na variabilidade da frequência cardíaca, de forma que, a redução da exposição pessoal à poluição atmosférica por PM em pacientes com doença cardíaca coronária está associada a uma melhora na variabilidade da frequência cardíaca durante o exercício, com base em medidas gerais de variabilidade e variabilidade em bandas de frequência específicas.
Assim, a redução da exposição pessoal à poluição atmosférica por PM foi associada a melhorias modestas, mas consistentes em medidas objetivas de isquemia miocárdica, aumentos relacionados ao exercício na pressão arterial e variabilidade da frequência cardíaca em pacientes com doença cardíaca coronária. O uso de uma máscara facial tem o potencial de reduzir a incidência de eventos cardiovasculares agudos, bem como melhorar o bem-estar geral dos pacientes, particularmente em países em desenvolvimento onde a exposição a poluentes é alta e os recursos para reduzir as emissões são limitados.
Os resultados observados mostram uma forte influência da VFC sobre os riscos cardiovasculares, sobretudo em indivíduos cardiopatas. É possível que a melhora encontrada nesse parâmetro quando da utilização de máscara facial, esteja relacionada ao controle central da atividade cardíaca, sendo induzida pelo equilíbrio no balanço autonômico por diminuição da quantidade de poluentes inalados. Um aumento no tônus parassimpático pode ser o responsável pela melhora da VFC (Stone e Godleski, 1999), semelhante ao efeito observado após um período de adaptação a sessões de exercícios físicos (Zanesco e Antunes, 2007). Quanto ao efeito hemodinâmico, a diminuição a exposição aos poluentes atmosféricos, principalmente ao PM 2.5, reduz seus efeitos sobre os tecidos envolvidos nos processos de coagulação e vasoconstrição, que tem sido propostos como principais agentes das implicações cardiovasculares do PM 2.5 (Chen et al., 2015).
Shi et al. (2017) corroborando os estudos de Langrish et al. (2009; 2012), mostraram que a utilização da máscara facial pode reduzir o risco cardiovascular. Os pesquisadores conduziram um ensaio clínico cruzado randomizado em um grupo de estudantes universitários saudáveis na Universidade Fudan, Xangai, China, durante o período de 21 de março a 13 de abril de 2014. Inicialmente foram recrutados 30 alunos sem história de tabagismo (nunca fumantes) ou dependência de álcool, sem diagnóstico clínico para doenças cardiopulmonares crônicas (incluindo asma, rinite e outros) e nenhuma infecção recente.
Os participantes foram distribuídos aleatoriamente em dois grupos e usavam máscaras faciais por 48 horas alternando com um Intervalo de “washout” de 3 semanas. No primeiro período de intervenção, um grupo usava a máscara facial por 48 horas assim como o grupo de intervenção, enquanto o outro grupo se comportava normalmente (o grupo de controle). Após um intervalo de “washout” de 3 semanas, os dois grupos trocaram de papéis e completaram o segundo período de intervenção. Durante as intervenções, eles agiram normalmente, mas foram obrigados a dar uma caminhada de 1 hora ao longo da estrada fora do campus para simular um padrão regular de exposição ao tráfego. Máscaras faciais descartáveis (8210V; 3M ™) foram usadas neste estudo. Estes respiradores são capazes de filtrar ≥ 95% de 0,3 μm particulados não petrolíferos, padrão N95.
Um holter eletrográfico contínuo de 12 derivações (Seer Light, GE Medical Systems) foi instalado em cada participante durante o segundo período de 24 horas de cada intervenção (das 08h00 às 08h00). Um instrumento de monitoramento e registro de PA ambulatório portátil, não invasivo e automatizado (Modelo 90217, Spacelabs) foi instalado em cada sujeito durante o segundo período de 24 horas de cada intervenção (das 08h00 às 08h00). Ao final de cada intervenção, os participantes foram convidados a descansar em uma sala silenciosa por meio hora. Amostras de sangue venoso periférico foram recolhidos e centrifugados imediatamente. Como resultado, os indivíduos que usavam máscaras faciais tiveram maiores níveis da maioria dos parâmetros de VFC e níveis mais baixos de PA e biomarcadores circulantes do que aqueles que não usavam máscaras faciais. Apesar dos parâmetros bioquímicos não apresentarem diferenças estatisticamente significativas, houve redução para os marcadores inflamatórios fibrinogênio 3,0% (IC 95%: –23,6%, 17,7%), P-selectina 18,9% (IC de 95%: -50,7%, 12,8%) e 15,6% para VCAM-1 (IC 95%: –36,2%, 5,0%). Para marcadores de vasoconstrição a redução foi de 8,6% para ET-1 (IC 95%: –22,8%, 5,6%) e coagulação do sangue – vWF foi de 9,5% (IC 95%: –30,1%, 11,1%).
Desta forma, Shi et al. concluíram que a utilização de máscara facial descartável pode servir como uma ferramenta eficaz e prática para proteger a saúde cardiovascular, creditando os benefícios observados a melhora na função autonômica e redução da pressão arterial.
É de grande importância que as máscaras faciais utilizadas como dispositivo de barreira sejam testadas e aprovadas pelos órgãos competentes, para que o seu uso seja seguro e eficaz. O tipo de máscara facial a ser utilizada depende do tipo de atividade e ambiente onde essa atividade irá ocorrer, de modo que, a escolha da máscara ideal é uma decisão importante para a proteção dos sujeitos.
Entretanto, uma revisão sistemática e meta-análise (Smith et al., 2016) avaliou o uso de máscaras faciais N95 e máscaras faciais cirúrgicas, não encontrando diferenças significativas como dispositivo de barreira entre os modelos para o uso de profissionais de saúde. Esses dados corroboram os achados de Li et al. (2005), e ainda, ambos os estudos mencionam que o uso da máscara facial cirúrgica gera menos incômodo, podendo observar-se inclusive, temperaturas significativamente diferentes e umidade nos microclimas das máscaras faciais N95, que têm profundas influências na frequência cardíaca, estresse térmico e percepção subjetiva de desconforto. É importante destacar que, não só o material utilizado para a confecção das máscaras deve ser considerado, mas também suas características estruturais como tamanho e desenho do molde.
Cherrie et al. (2018) avaliaram a eficácia na vida real das máscaras usadas por residentes da cidade de Pequim, para proteção contra a poluição do ar em áreas urbanas. Os pesquisadores demonstraram que uma máscara com material de filtragem de partículas altamente eficiente pode conferir pouca proteção, se considerado ajuste e movimento facial, que têm um grande impacto no uso desse dispositivo. Para avaliar o potencial de redução da exposição aos poluentes com o uso de máscara facial no mundo real, é necessário compreender os padrões de uso e avaliar o efeito da colocação e retirada constantes de máscaras pelo público em geral.
As autoridades de saúde em todo o mundo, recomendaram o uso de máscaras faciais como parte de uma gama de medidas, na tentativa de conter a pandemia da COVID-19 (Eikenberry et al., 2020; Werby e Chang, 2020), mas com certa flexibilidade para o uso de máscaras de diferentes tipos de materiais e fabricação industrial ou caseira para a população em geral. Contudo, nos ambientes hospitalares, clínicas médicas e laboratórios, tal flexibilidade não se aplica, dada a alta exposição dos profissionais não só ao Coronavírus, mas aos diferentes tipos de patógenos presentes no ar e em secreções como a saliva. Com isso, o uso de máscara facial, proteção para os olhos (face shield ou óculos), jaleco e luvas devem ser considerados como proteção pessoal adequada ao fornecer cuidados de rotina para um paciente com infecção respiratória aguda transmissível (Smith et al., 2016).
Nesse contexto, Guan et al. (2018) realizaram um estudo duplo-cego, randomizado e controlado cruzado em dois dias associado à poluição atmosférica em Pequim – China, de novembro de 2013 a fevereiro de 2014. Foram testadas as eficiências de filtragem dos seis tipos mais populares de máscaras N95 disponíveis nos dois maiores sites de comércio eletrônico da China. Todas as máscaras foram certificadas pelo Instituto Nacional de Segurança e Saúde Ocupacional (NIOSH) sob o regulamento 42 CFR 84, e suas eficiências de filtração foram avaliadas usando procedimentos NIOSH idênticos pelo Instituto Municipal de Proteção do Trabalho de Pequim, China.
Como parte da avaliação da eficácia das máscaras, foram utilizados modelos sintéticos (manequim) de cabeça adaptado para utilização das máscaras, de forma que não houvesse interferência do movimento humano. Os autores recrutaram adultos jovens saudáveis e observaram as mudanças nos biomarcadores relativos a influências da poluição do ar. Para minimizar as diferenças subjetivas, as características de todos os voluntários eram semelhantes, mantendo horários e hábitos alimentares idênticos antes e durante os dias de estudo, reduzindo as diferenças de exposição e minimizando o viés individual. Além disso, foi aplicado um modelo de máscara facial placebo (sham) máscaras faciais sem filtros ao grupo sham, para reduzir qualquer possível viés subjetivo e manter o desenho de pesquisa duplo-cego.
As respostas mais relevantes encontradas no estudo estão relacionadas a um aumento agudo significativo na concentração de eNO após exposição de alto nível ao PM em indivíduos usando máscaras faciais reais ou simuladas, mas o aumento no grupo usando máscara facial real foi substancialmente menor do que no grupo sham. Sugerindo que as máscaras N95 podem reduzir, mas não eliminar, a inflamação respiratória induzida pela exposição de alto nível ao PM. Um outro achado interessante, foi o de que os níveis de TNF-α e IL-6 em EBC no grupo usando máscaras sham aumentaram significativamente 6 e 24 horas após a exposição, respectivamente. E foi observado que os níveis de IL-1α, IL-1β e IL-6 em EBC aumentaram significativamente 6 h após a exposição no grupo que usava máscaras faciais simuladas. Em contraste, os níveis de citocinas no EBC não mudaram significativamente após a exposição ao PM no grupo que usava máscaras reais. Desta forma, alterações nos níveis de citocinas são paralelas aos de eNO, sugerindo que, após a exposição ao PM, o aumento da inflamação pulmonar induzida por células imunes ou células T foi efetivamente evitado com o uso de uma máscara facial.
O desfecho do estudo mostrou que a inflamação respiratória aguda em adultos jovens saudáveis causada pela poluição do ar foi parcialmente reduzida pelas máscaras faciais N95. Esses dados fornecem informações experimentais para os efeitos cardiopulmonares potenciais associados ao uso de máscaras faciais durante episódios de poluição, assim, aumentando o arcabouço de evidências sobre o assunto.
É possível afirmar a partir dos diferentes estudos apresentados, que existem informações de grande importância sobre os cuidados com a saúde, que vão além de pontos específicos em relação a uma única doença ou condição de saúde pública. As medidas adotadas desde o início da pandemia da COVID-19, nesse contexto histórico, foram voltadas ao bloqueio ou ao menos a diminuição da disseminação do vírus SARS-COV-2 entre as pessoas. Porém, fica claro após análise de diversos estudos que a utilização da máscara facial, o mais simples e popular dispositivo de barreira recomendado contra a contaminação do Coronavírus, vai além desse único propósito.
Além dos diversos microrganismos relacionados ao desenvolvimento de doenças, muitos patógenos são produtos da manufatura e produção de energia, advindos do processo de desenvolvimento industrial e urbano. Os poluentes atmosféricos como o PM podem, dependendo do seu diâmetro, alcançar não só as vias aéreas superiores e inferiores, mas a corrente sanguínea e o sistema nervoso central. Assim, esses produtos da combustão de combustíveis fósseis acabam por influenciar o desencadeamento de diversos processos patológicos levando a prejuízos locais e sistêmicos, agudos e crônicos. Neste “hall” encontram-se, além das doenças do trato respiratório, aquelas relacionadas ao sistema cardiovascular, um problema de saúde pública que vem ceifando vidas de forma exponencial em nossa sociedade, tendo forte influência não apenas de fatores comportamentais, mas também ambientais e ecológicos.
Os estudos mostram que uma medida simples e barata como a utilização da máscara facial pode minimizar a exposição da população aos poluentes atmosféricos, diminuindo os riscos para doenças cardiovasculares. Modificações sobre parâmetros bioquímicos e de controle autonômico da função cardíaca estão entre aqueles mais responsivos a diminuição da exposição aos poluentes presentes no ar. Porém, além de medidas paliativas, seria interessante que os governos dessem maior atenção as questões ambientais de uma forma geral. Nas grandes metrópoles, a ênfase deveria ser dada a diminuição da emissão de poluentes oriundos da queima de combustíveis fósseis, aqueles emitidos a partir de motores e máquinas a combustão, como nos veículos automotores e indústrias.
Ainda sobre a responsabilidade dos governos, vale lembrar que as medidas tomadas em relação ao uso de máscaras em todo o mundo estão pautadas em evidências científicas como mostra, inclusive, o presente estudo. Discussões polarizadas e movidas por questões político-partidárias não deveriam permear esse tema no que diz respeito aos cuidados em saúde. Ao invés disso, os governos deveriam atuar de forma uníssona no sentido de proteger a população independentemente de qualquer outra motivação, pois a Constituição Federal brasileira de 1988 garante o direito à vida como fundamental e inalienável, sendo a saúde um direito de todos e um dever do Estado.
Conclusão
Como descrito a partir de diversos estudos, observamos que a utilização da máscara facial pode ser um bom aliado na diminuição a exposição a fatores de risco relacionados as doenças cardiovasculares, sobretudo, os poluentes atmosféricos. Isso demonstra que a utilização da máscara durante a pandemia da COVID-19, pode ir além da disseminação da doença, e proporcionar benefícios adicionais a saúde. O fácil manuseio e o baixo custo desse dispositivo de barreira, o tornam um item acessível a toda a população, desde sua aquisição ou confecção, até seu uso diário. Considerações devem ser feitas em relação ao uso de máscaras faciais no que tange sua qualidade e capacidade de bloqueio, havendo diferentes marcas e modelos no mercado que melhor poderão se ajustar as condições físicas e comportamentais do indivíduo. Em suma, a utilização da máscara facial tem efeitos positivos, ainda que modestos, sobre marcadores de saúde cardiovascular, e seu uso pode ser encorajado para sujeitos cardiopatas ou não.
Referências
Chen, R., Zhao, A., Chen, H., Zhao, Z., Cai, J., Wang, C.,
Yang, C., Li, H., Xu, X., Ha, S., Li, T., & Kan, H. (2015). Cardiopulmonary benefits of reducing
indoor particles of outdoor origin: a randomized, double-blind crossover trial
of air purifiers. J Am Coll Cardiol, 65(6), 2279–2287. https://doi.org/10.1016/j.jacc.2015.03.553
Cherrie, J.
W., Apsley, A., Cowie, H., Steinle, S., Mueller, W., Lin, C., Horwell, C. J.,
Sleeuwenhoek, A., & Loh, M. (2018). Effectiveness of face masks used to
protect Beijing residents against particulate air pollution. Occup Environ Med, 75, 446?452. http://dx.doi.org/10.1136/oemed-2017-104765
Como
se proteger?. (2021,
April 8). gov.br - Governo Federal/ Ministério da Saúde. Retrieved November 10, 2021, from https://www.gov.br/saude/pt-br/coronavirus/como-se-proteger
DeMeo, D.,
Zanobetti, A., Litonjua, A., Coull, B., Schwartz, J., & Gold, D. (2004).
Ambient air pollution and oxygen saturation. American Journal of
Respiratory and Critical Care Medicine, 170(4), 383–387. https://doi.org/10.1164/rccm.200402-244OC
De Zwart,
F., Brunekreef, B., Timmermans, E., Deeg, D., & Gehring, U. (2018). Air
pollution and performance-based physical functioning in dutch older
adults. Environmental Health Perspectives, 126(1), 1–9.
https://doi.org/10.1289/EHP2239
Eikenberry,
S., Mancuso, M., Iboi, E., Phan, T., Eikenberry, K., Kuang, Y., Kostelich, E.,
& Gumel, A. (2020). To mask or not to mask: Modeling the potential for face
mask use by the general public to curtail the COVID-19 pandemic. Infectious
Disease Modelling, (5), 293-308. https://doi.org/10.1016/j.idm.2020.04.001
Garber, C.,
Blissmer, B., Deschenes, M., Franklin, B., Lamonte, M., Lee, I., Nieman, D.,
& Swain, D. (2011). Quantity and Quality of Exercise for Developing and
Maintaining Cardiorespiratory, Musculoskeletal, and Neuromotor Fitness in
Apparently Healthy Adults: Guidance for Prescribing Exercise. MEDICINE &
SCIENCE IN SPORTS & EXERCISE, 43(7), 1334-1359. https://doi.org/DOI:
10.1249/MSS.0b013e318213fefb
Guan, T., Hu, S., Han, Y., Wang, R., Zhu, Q., Hu, Y., Fan, H., & Zhu, T. (2018). The effects of facemasks on airway inflammation and endothelial dysfunction in healthy young adults: a double-blind, randomized, controlled crossover study. Particle and Fibre Toxicology, 30(15), 1-12. https://doi.org/10.1186/s12989-018-0266-0
Histórico da pandemia de COVID-19. (2021). OPAS/ OMS. Retrieved November 10, 2021,
from https://www.paho.org/pt/covid19/historico-da-pandemia-covid-19
Langrish,
J. P., Li, X., Wang, S., Lee, M. M. Y., Barnes, G. D., Miller, M. R., Cassee,
F. R., Boon, N. A., Donaldson, K., Li, J., Li, L., Mills, N. L., Newby, D. E.,
& Jiang, L. (2012). Reducing Personal Exposure to Particulate Air Pollution
Improves Cardiovascular Health in Patients with Coronary Heart Disease. Environ
Health Perspect, 120(3), 367?372. https://doi.org/10.1289/ehp.1103898
Langrish,
J. P., Mills, N. l., & Newby, D. E. (2008). Air pollution: the new
cardiovascular risk factor. Internal Medicine Journal, 38(12),
875?878. https://doi.org/doi:10.1111/j.1445-5994.2008.01850.x
Langrish,
J. P., Mills, N. L., Chan, J. K. K., Leseman, D. L. A. C., Aitken, R. J.,
Fokkens: H. B., Cassee, F. R., Li, J., Donaldson, K., Newby, D. E., &
Jiang, L. (2009). Beneficial cardiovascular effects of reducing exposure to
particulate air pollution with a simple facemask. Particle and Fibre
Toxicology, 8(6), 1-9. https://doi.org/doi:10.1186/1743-8977-6-8
Li, Y.,
Tokura, H., Guo, Y., Wong, A., Wong, T., Chung, J., & Newton, E. (2005).
Effects of wearing N95 and surgical facemasks on heart rate, thermal stress,
and subjective sensations. Int Arch Occup Environ Health, (78), 501–509. https://doi.org/10.1007/s00420-004-0584-4
Mishra, S.
(2017). Is smog innocuous? Air pollution and cardiovascular disease. Indian
Heart Journal, 69(4), 425?429. https://doi.org/http://dx.doi.org/10.1016/j.ihj.2017.07.016
Morishita,
M., Thompson, K. C., & Brook, R. D. (2015). Understanding Air Pollution and
Cardiovascular Diseases: Is It Preventable? Curr Cardiovasc Risk Rep, 9(6),
1-13. https://doi.org/10.1007/s12170-015-0458-1.
Shi, J.,
Lin, Z., Chen, R., Wang, C., Yang, C., Cai, J., Lin, J., Xu, X., Ross, J. A.,
Zhao, Z., & Kan, H. (2017). Cardiovascular Benefits of Wearing
Particulate-Filtering Respirators: A Randomized Crossover Trial. Environmental
Health Perspectives, 125(2), 175-180. https://doi.org/10.1289/EHP73
Smith, J.,
MacDougall, C., Johnstone, J., Copes, R., Schwartz, B., & Garber, G.
(2016). Effectiveness of N95 respirators versus surgical masks in protecting
health care workers from acute respiratory infection: a systematic review and
meta-analysis. CJMA, 188(8), 567-574. https://doi.org/DOI: https://doi.org/10.1503/cmaj.150835
Stone P.H.,
& Godleski J.J. (1999). First steps toward understanding the
pathophysiologic link between air pollution and cardiac mortality. Am Heart J
138(5 pt 1), 804–807. https://doi.org/10.1016/S0002-8703(99)70002-5
Timeline:
WHO's COVID-19 response. (2021). World Health Organization. Retrieved November 10, 2021, from https://www.who.int/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/interactive-timeline
Worby, C.,
& Chang, H. (2020). Face mask use in the general population and optimal
resource allocation during the COVID-19 pandemic. NATURE COMMUNICATIONS, (11),
1-9. https://doi.org/10.1038/s41467-020-17922-x
Zanesco, A., & Antunes, E. (2007). Effects of exercise training on the cardiovascular system: Pharmacological approaches. Pharmacology & Therapeutics, (114), 307–317. https://doi.org/doi:10.1016/j.pharmthera.2007.03.010
https://doi.org/10.34024/prometeica.2022.24.13430
O IMPACTO DO CORONAVÍRUS (COVID-19) E AS MUDANÇAS CLIMÁTICAS NA TAXA DE CÂMBIO
Abordagem multivariada para Moçambique
THE IMPACT
OF THE CORONAVIRUS (COVID-19) AND CLIMATE CHANGE ON THE EXCHANGE RATE:
A multivariate approach for Mozambique
El
impacto del Coronavirus (COVID-19) y el cambio climático en el tipo de cambio
Un enfoque multivariante para Mozambique
Estêvão Salvador Langa
(Departamento de Pesquisa e Extensão, Instituto Superior de
Gestão de Negócios, Moçambique)
estevaouemlanga@gmail.com
Justino Alberto Massuanganhe
(Departamento Científico, Instituto Superior de Gestão de
Negócios, Moçambique)
justinomassuanganhe@yahoo.com.br
Glória Alberto Nhanala
(Instituto Superior de Altos Estudos e Negócios, Universidade
Politécnica, Moçambique)
gloria.nhanala@yahoo.com
Recibido: 23/01/2022
Aprobado: 08/02/2022
RESUMO
Este estudo aplica o modelo Vector Autorregressivo (VAR), o teste de causalidade e de decomposição da variância, para examinar a relação entre a taxa de câmbio do Metical (moeda de Moçambique) em relação ao dólar norte americano, casos de Covid-19, mortes por Covid-19 e a temperatura em graus Celsius, concentrando-se em Moçambique como um exemplo de país em desenvolvimento, período de 01 de Janeiro de 2021 a 31 de dezembro de 2021. Os resultados indicaram a variável temperatura como estacionária em nível, e portanto, não há cointegração entre a temperatura e o restante das variáveis em estudo. Os resultados do VAR indicaram que, os coeficientes das variáveis da taxa de câmbio, casos da Covid-19 e a temperatura com quarta desfasagem, todos sobre a variável morte por Covid-19, são estatisticamente significativos. A série mortes por Covid-19, e temperatura com uma desfasagem, todos sobre casos de Covid-19, são estatisticamente significativos. Para o Modelo 1, apenas a variável mortes por Covid-19 com quinta desfasagem é a estatisticamente significativo sobre taxa de câmbio. Existe relação causal bidirecional entre as mortes por Covid-19 e taxa de câmbio. A temperatura causa, no sentido de Granger, a variação de mortes por Covid-19. Existe relação causal unidirecional de casos de Covid-19 para mortes por Covid-19, e da temperatura para mortes por Covid-19. Fica a evidência de que as mortes por Covid-19 são uma variável relevante que influencia as taxas de câmbio e, ao mesmo tempo, a temperatura tem influência importante nas mortes por Covid-19 em Moçambique.
Palavras-chave: casos da covid-19. mortes por covid-19. taxa de câmbio. temperatura. vetor autorregressivo VAR.
ABSTRACT
This study
applies the Vector Autoregressive (VAR) model, the causality and variance
decomposition test, to examine the relationship between the exchange rate of
the Metical (Mozambican currency) against the US dollar, cases of Covid-19,
deaths from Covid-19 and temperature in degrees Celsius, focusing on Mozambique
as an example of a developing country, period from January 1, 2021, to December
31, 2021. The results indicated the temperature variable as stationary in
level, and therefore, there is no cointegration between temperature and the
rest of the variables under study. The VAR results indicated that the
coefficients of the exchange rate variables, Covid-19 cases, and fourth lag
temperature, all over the Covid-19 death variable, are statistically
significant. The series Covid-19 deaths, and temperature with a lag, all over
Covid-19 cases are statistically significant. For Model 1, only the variable
Covid-19 deaths with a fifth lag is statistically significant on the exchange
rate. There is a bidirectional causal relationship between Covid-19 deaths and
the exchange rate. Temperature causes, in Granger's sense, the variation of
deaths by Covid-19. There is a unidirectional causal relationship from Covid-19
cases to Covid-19 deaths, and from temperature to Covid-19 deaths. There is
evidence that deaths from Covid-19 are a relevant variable that influences
exchange rates and at the same time temperature has an important influence on
deaths from Covid-19 in Mozambique.
Keywords:
covid-19 cases. covid-19 deaths. exchange rate. temperature. autoregressive
vector VAR.
RESUMEN
Este
estudio aplica el modelo Vector Autorregresivo
(VAR), la prueba de descomposición de causalidad y varianza, para examinar la
relación entre el tipo de cambio del Metical (moneda mozambiqueña) frente al
dólar estadounidense, casos de Covid-19, muertes por Covid-19 y temperatura en
grados centígrados, centrándonos en Mozambique como ejemplo de país en vías de
desarrollo, período comprendido entre el 1 de enero de 2021 y el 31 de
diciembre de 2021. Los resultados indicaron que la variable temperatura es
estacionaria en nivel, por lo que no existe cointegración entre la temperatura
y el resto de las variables objeto de estudio. Los resultados del VAR indicaron
que los coeficientes de las variables tipo de cambio, casos de Covid-19 y
temperatura de cuarto rezago, sobre la variable muerte por Covid-19, son
estadísticamente significativos. La serie de muertes por Covid-19 y la
temperatura con retraso, en todos los casos de Covid-19, son estadísticamente
significativas. Para el Modelo 1, solo la variable Muertes por Covid-19 con un
quinto rezago es estadísticamente significativa sobre el tipo de cambio. Existe
una relación causal bidireccional entre las muertes por Covid-19 y el tipo de
cambio. La temperatura provoca, en el sentido de Granger, la variación de
muertes por Covid-19. Existe una relación causal unidireccional de los casos de
Covid-19 a las muertes por Covid-19, y de la temperatura a las muertes por
Covid-19. Hay evidencia de que las muertes por Covid-19 son una variable
relevante que influye en los tipos de cambio y, al mismo tiempo, la temperatura
tiene una influencia importante en las muertes por Covid-19 en Mozambique.
Palabras clave: casos de covid-19. muertes por covid-19. tipo de cambio. temperatura. vector VAR autorregresivo.
1. Introdução
O Comitê para a Política de Desenvolvimento das Nações Unidas manifestou preocupação sobre os impactos negativos que poderiam advir da pandemia do coronavírus 2019 (Covid-19) nos países em desenvolvimento, desde o início de 2020 (Nações Unidas, 2020). Portanto, a eclosão, em todo o mundo, da Covid-19, trouxe sérios desafios à saúde humana, ao meio ambiente e à economia mundial. Esses desafios têm relação com medidas rigorosas, adotadas por quase todos os países, para controlar a propagação da Covid-19, o que resultou na desaceleração significativa das atividades econômicas, ao mesmo tempo em que contribuíram para a preservação do meio ambiente, ao reduzir as emissões para menores níveis de CO2 (Kumar, et al., 2020). Por outro lado, com a duração da pandemia, várias incertezas surgiram, relativas aos efeitos que a Covid-19 poderia causar no estilo de vida e, ainda, à eventual capacidade de pandemias semelhantes virem a paralisar a economia mundial (Al‐Thaqeb et al., 2020).
Países de todo o mundo iniciaram a implementação de ações políticas sem precedentes, para combater o vírus, fornecer assistência médica e evitar o colapso econômico. Alguns países começaram a reduzir o consumo de combustível fóssil e os impostos de carbono subsequentes, e a reivindicar regulamentações ambientais (Steffen et al., 2020; Reilly et al., 2021; Koçak et al., 2021). Portanto, as respostas descoordenadas dos governos, assim como bloqueios, levaram a uma interrupção na cadeia de suprimentos (Nicola et. al., 2020).
A pandemia não se comportou de forma diferente em Moçambique, na medida em que medidas restritivas foram impostas pelo governo, com efeitos imediatos na atividade econômica e na reprodução social (IESE, 2021), o que influenciou de forma negativa a importação de bens essenciais, matérias-primas, bens de capital e bens básicos de consumo. Deve-se levar em conta que Moçambique depende muito da importação de produtos básicos de consumo (Idem, op. cit.).
Os coronavírus (CoV) pertencem à família de vírus causadores de doenças com letalidade variada, o que inclui gripes comuns e doenças mais graves, como a Síndrome Respiratória do Oriente Médio (MERS-CoV), identificada no ano de 2012, e a Síndrome Respiratória Aguda Grave (SARS-CoV), identificada em 2002 (Ministério da Saúde de Moçambique, MISAU 2020). O primeiro caso de Covid-19 em Moçambique foi relatado em 22 de março de 2020. Em 26 de maio, Moçambique tinha 194 casos confirmados de Covid-19, dos quais 168 haviam sido transmitidos localmente (OCHA, 2020). A Covid-19 chegou ao país quando as necessidades humanitárias já aumentavam, em função de agravamentos devidos a consecutivos choques climáticos em várias regiões, potencializadas por conta de uma crescente insegurança na província de Cabo Delgado, devida a ataques armados de insurgentes extremistas (OCHA, 2020). Portanto, com acesso limitado a serviços essenciais, incluindo serviços de saúde, água, higiene e proteção, a população encontrou-se em risco de contrair Covid-19, além de sofrer consequências humanitárias da pandemia (OCHA, 2020). Para mitigar os efeitos da pandemia, o Banco de Moçambique anunciou uma série de medidas expansionistas, incluindo a taxa de juro da política monetária, em março de 2020 (Mapisse et al., 2021), a redução das taxas de reservas obrigatórias (RO), e a introdução de uma linha de financiamento em moeda estrangeira, medidas essas que visavam a minimização dos efeitos (de curto prazo) na inflação, taxa de câmbio etc. (IESE, 2021; Banco de Moçambique, 2020; Ibraimo e Muianga, 2020). Em 31 de dezembro de 2020, Moçambique havia testado 271.947 pessoas para Covid-19, das quais 18.642 (7%) haviam resultado em casos positivos. Entre os casos positivos, 18.326 foram causados por transmissão local e os 316 restantes foram importados do exterior. Moçambique tinha, a esta altura, registrado 166 mortes devido à Covid-19 (Betho et al., 2021).
Moçambique está localizada na Costa Oriental da África, com uma área de cerca de 799.380 km2, dos quais 13.000 km2 são de águas interiores. O país possui uma fronteira terrestre de extensão de cerca de 4.330 km, é delimitado ao Norte com a Tanzânia, a Ocidente com o Malawi, a Zâmbia, o Zimbábue, a África do Sul e Suazilândia e, a Sul, pela África do Sul. As temperaturas de Moçambique são mais altas perto da costa, em comparação com as temperaturas no interior. As temperaturas médias típicas na costa são 25°C - 27°C no verão e 20°C - 23°C no inverno. As temperaturas médias na região sul são 24°C - 26°C, no verão, e 20°C - 22°C no inverno (World Bank, 2022). Desde 1960, as temperaturas médias de Moçambique aumentaram em média 0,9°C (0,15-0,16°C por década), especialmente durante a estação chuvosa. Segundo o Carbon Brief (2020), as expectativas no ano de 2020 eram de que a pandemia do Covid-19 reduziria as emissões de carbono em 4% (1,6 bilhão de toneladas); com a propagação da pandemia, esse número foi atualizado para 5,5% (cerca de 2,0 bilhões de toneladas). Por outro lado, o relatório da Organização Meteorológica Mundial (OMM) indicou que as emissões globais de carbono poderiam cair 6% no mesmo ano (World Meteorological Organization, 2020).
Em Moçambique, a Covid-19 se impôs como um importante desafio, tendo em conta que, em 2021, já se faziam sentir os efeitos de uma imensa crise econômica, caracterizada pela subida de preços de produtos básicos, pela depreciação do Metical – que, no primeiro trimestre de 2021, chegou a custar 75 meticais (MZN) por dólar norte-americano (USD) – seguida pela valorização, em abril, para um valor nominal de 55 MZN/USD (IESE, 2021). Portanto, para conter a propagação da doença de coronavírus, medidas de confinamento produziram resultados positivos, mas por outro lado, contribuíram para a desaceleração do crescimento econômico, ao reduzir as atividades industriais e comerciais (Wang et al., 2020). Assim, esta pesquisa tenta identificar as variáveis e os mecanismos específicos que possam ajudar a impulsionar a economia de Moçambique, levando em consideração a conservação ambiental e a taxa de câmbio, na presença da pandemia de Covid-19. A hipótese de pesquisa é que não existe uma relação estatisticamente significativa entre as séries de casos da Covid-19, as mortes por essa doença, a temperatura e as taxas de câmbio em Moçambique em relação ao dólar norte-americano (USD).
A seguinte estrutura se aplica ao restante deste artigo: a seção 2 faz uma breve revisão da literatura relevante; a seção 3 descreve os materiais e métodos usados para a realização da pesquisa; a 4, apresenta os resultados empíricos e sua discussão; e a 5, traz as conclusões obtidas.
2. Revisão da Literatura
Há pouca literatura e escassas evidências empíricas, para o curto prazo, associadas à dinâmica diária de catástrofes como a pandemia da Covid-19 (Varona e Gonzales, 2021). Um crescente corpo de literatura examinou a relação entre a Covid-19, a taxa de câmbio, o mercado de ações, as mudanças climáticas (como proxys da poluição ambiental) e a temperatura, usando diversas técnicas (Iqbal et al., 2020; Rosario et al., 2020; Singh et al., 2021; Hoshikawa e Yoshimi, 2021). Singh et al. (2021) analisaram o padrão de variação temporal entre as taxas de câmbio, o retorno do mercado de ações, a temperatura e o número de casos confirmados de Covid-19 nos países do G7, com base na técnica de coerência wavelet e coerência wavelet parcial (PWC), para o período de 4 de janeiro a 31 de julho de 2021. Os resultados indicaram que as temperaturas diárias têm influência material na propagação do novo coronavírus; ainda: existe um impacto de longo prazo entre as taxas de câmbio e retornos do mercado de ações e casos de Covid-19. Hoshikawa e Yoshimi (2021), examinaram os efeitos da pandemia de Covid-19 no mercado de ações e na taxa de câmbio da Coreia do Sul, para o período de 2 de janeiro de 2019 a 31 de agosto de 2020. Os resultados mostram que um novo pico de infecção aumenta a volatilidade do índice de preços das ações e diminui as participações de investidores estrangeiros em ações domésticas e, indiretamente, leva à depreciação da moeda sul-coreana. Ao tentar estudar o nexo entre o clima, o surto de Covid-19 em Wuhan e a economia chinesa, Iqbal et al. (2020) usaram como variáveis a temperatura média diária, os novos casos diários confirmados de Covid-19 e a taxa de câmbio do período de 21 de janeiro a 31 de março de 2020. A metodologia de Wavelet Transform Coherence (WTC), Partial Wavelet Coherence (PWC) e Multiple Wavelet Coherence (MWC) foi empregada. Os resultados sugerem que um aumento insignificante de temperatura pode conter ou retardar as novas infecções por Covid-19. Sugere-se, ainda, um impacto negativo, mas limitado, do surto de Covid-19 em Wuhan na economia de exportação chinesa. Rosario et al. (2020) avaliaram a relação entre fatores climáticos (temperatura, umidade, radiação solar, velocidade do vento e chuva) e a infecção por Covid-19 no Estado do Rio de Janeiro, Brasil. A radiação solar mostrou uma forte correlação negativa com a incidência do novo coronavírus. Temperatura (máxima e média) e velocidade do vento apresentaram correlação negativa. Com base em casos e mortes diários confirmados por Covid-19 e dados de retorno do mercado de ações de 64 países, Ashraf (2020a) examinou a resposta do mercado de ações à pandemia de Covid-19. Seus resultados indicaram que os mercados de ações respondem negativamente ao aumento de casos confirmados de Covid-19 e que a resposta do mercado de ações ao crescimento do número de mortes por Covid-19 é fraca.
Vários estudos mostraram que, em 2020, a pandemia de Covid-19 contribuiu para uma queda significativa nas emissões de CO2 (Li e Li, 2021; Wang e Wang, 2020); no entanto, a questão em aberto é se essas emissões têm ou não tendência de redução, após a pandemia de Covid-19. Koçak et al. (2021) investigaram a cointegração entre o Índice de Eficiência de Carbono (CEI) 500 da Standard & Poor's (S&P) com casos de Covid-19, usando dados diários de 2 de janeiro a 5 de outubro de 2020. Os resultados sugerem que as empresas verdes foram afetadas positivamente pelo surto de Covid-19. Wang et al. (2020) usaram a redução diária de emissões de dióxido de carbono (CO2) na China, estimada a partir de dados estatísticos de consumo de energia e dados de satélite para dióxido de nitrogênio (NO2). Esse estudo realizou a análise de correlação; e os resultados indicaram que uma diminuição de 1% ao dia de casos de Covid-19 é associada à uma redução da emissão diária de CO2 de 0,22% ± 0,02%. Magazzino et al. (2020) selecionaram três grandes cidades francesas para estudar a relação entre o surto da Covid-19 e a poluição do ar com base em Redes Neurais Artificiais (RNAs), para determinar a concentração de PM2,5 e PM10 (PM é Material Particulado) ligadas a mortes relacionadas à Covid-19. Resultados indicaram novos níveis de limiar de PM2,5 e PM10 conectados à Covid-19: 17,4 μg/m3 (PM2,5) e 29,6 μg/m3 (PM10) para Paris; 15,6 μg/m3 (PM2,5) e 20,6 μg/m3 (PM10) para Lyon; 14,3 μg/m3 (PM2,5) e 22,04 μg/m3 (PM10) para Marselha, valores-limite superiores aos limites impostos pelo Parlamento Europeu.
As metodologias econométricas propostas para estudar as relações entre a Covid-19 e outras variáveis relevantes para dados de séries temporais têm sido bastante usadas (Farhia e Sulistiana, 2021; Gam, 2021; Villarreal-Samaniego, 2021; Wang e Wang, 2020). Nessa linha, com base no modelo Vector de Correção de Erro (VECM), Fahria e Sulistiana (2021) estudaram a relação entre uso de energia, qualidade ambiental (CO2) e crescimento econômico durante a pandemia de Covid-19 que assolou a Indonésia. Os resultados indicaram que os usos de energia, a qualidade ambiental (CO2) e o crescimento econômico (PIB) estão inter-relacionados e têm uma relação de cointegração de longo prazo devido à influência da pandemia de Covid-19. Gam (2021) estudou a relação de cointegração de Johansen e causalidade de Granger (influência) entre crise sanitária, degradação ambiental, preços do petróleo e atividade econômica nos EUA, com base em dados semanais de 03 de janeiro a 02 de outubro de 2020. Os resultados confirmam a existência de um impacto significativo da pandemia de Covid-19 no preço do petróleo. Identificou-se uma relação causal bidirecional entre infecções por Covid-19, de um lado, e de outro, emissão de carbono, crescimento econômico, e preço do petróleo. Villarreal-Samaniego (2021) examinou a relação entre a pandemia de Covid-19, os preços do petróleo e as taxas de câmbio do dólar americano em cinco economias em desenvolvimento, considerando dados de 13 de janeiro a 6 de abril de 2020. O estudo usou o modelo de teste de limites ARDL e o modelo de correção de erro irrestrito (ECM). Os resultados revelaram um comovimento positivo entre as taxas de mortalidade e as taxas de câmbio, assim como uma relação negativa entre os preços do petróleo e as taxas de câmbio. Wang e Wang (2020) exploraram os efeitos de curto e longo prazos usando o modelo VAR para investigar as relações entre consumo de energia per capita, estrutura energética, intensidade energética, investimento estrangeiro direto e abertura comercial e, finalmente, as mudanças nas emissões de carbono, de 1990 a 2014. Para o longo prazo, os resultados indicaram que a abertura comercial contribuiu para reduzir a emissão de carbono no mundo e nos grupos de renda no longo prazo, embora a abertura comercial levasse ao aumento da emissão de carbono nos países em desenvolvimento no curto prazo. Com base no modelo de regressão por Mínimos Quadrados Ordinários (MQO), Ashraf (2020) examinou o impacto direto das ações do governo nos retornos do mercado de ações. O estudo usou dados diários de 22 de janeiro a 17 de abril de 2020 de 77 países. E os resultados indicaram que os anúncios de medidas de distanciamento social têm um efeito negativo direto nos retornos do mercado de ações, devido ao efeito adverso sobre a atividade econômica, e um efeito positivo indireto, por meio da redução de novos casos de Covid-19.
Embora haja uma quantidade crescente de literatura que se concentra no estudo da relação entre Covid-19, temperatura e taxa de câmbio, a literatura empírica relacionada a Moçambique é quase inexistente. Neste estudo, são empregues novas técnicas, a saber, o modelo Vector Autorregressivo (VAR), o teste de causalidade de Granger e o teste de decomposição da variância. Dada a falta de evidências sobre o impacto das pandemias no mercado financeiro, consideramos que é crucial examinar os impactos da pandemia nas relações entre a Covid-19, temperatura e taxa de câmbio, num momento de grande crise sanitária mundial.
3. Materiais e Métodos
3.1 Dados
Os dados da taxa de câmbio Metical por dólar (MTn/USD) foram obtidos do site do Banco Central de Moçambique (BM) (https://www.bancomoc.mz/fm_pgLink.aspx?id=222). A taxa de câmbio representada pelo Metical é o custo de um dólar, em termos da moeda nacional. Os dados sobre novos casos e mortes por Covid-19 de Moçambique foram obtidos da base de dados da Organização Mundial da Saúde (OMS). Os dados da temperatura diária em graus Celsius de Moçambique foram obtidos do site da ACCUWEATHER (https://www.accuweather.com). A temperatura foi usada como proxy das mudanças climáticas, devido à redução das emissões de CO2 durante a pandemia de Covid-19. A temperatura é considerada um fator que contribui na redução da infectividade do coronavírus (Lamarre e Talbot, 1989); e as experiências anteriores com Síndrome Respiratória Aguda Grave (SARS-CoV) demonstraram que a doença desaparecia em clima quente (Wallis e Nerlich, 2005). Portanto, alguns especialistas defendem que regiões com baixas temperaturas são mais propensas à infecção do que as com altas temperaturas (Wilder-Smith et al., 2020, Das et al., 2020). Todos os dados coletados são relativos ao período entre 01 de janeiro de 2021 e 31 de dezembro de 2021 (365 dias). O modelo foi estimado usando o Eview 7.0 Enterprise Edition.
3.2 Especificação do Modelo
Este trabalho emprega o modelo Vector Autorregressivo (VAR)
para as estimativas e tem a taxa de câmbio como a variável dependente do
modelo. O modelo VAR é geralmente empregue para detectar ou prever correlações
dinâmicas de curto prazo e de longo prazo entre variáveis econômicas (Xu e Lin,
2016). O VAR trata todas as variáveis como endógenas e supera as deficiências
devidas a configurações subjetivas do modelo de equação simultânea (Dolatabadi
et al., 2018). Como resultado da heterogeneidade dos tamanhos das variáveis,
tomou-se o logaritmo natural das variáveis para homogeneizar as variáveis e
tornar o modelo mais robusto. O modelo VAR é especificado como
(1)
onde Yt é um vetor aleatório de variáveis endógenas, sendo consideradas, como taxa de câmbio, casos novos da Covid-19, mortes por Covid-19 e temperatura em graus Celsius; o é uma matriz de coeficientes fixa; é uma matriz fixa vetor de termos de interceptação; é um ruído branco de 4 dimensões e é a ordem de desfasagem. O modelo estrutural VAR irrestrito para este estudo é especificado como
(2)
(3)
é, então, uma matriz vetorial (3X1)
de outras variáveis exógenas, excluindo
taxa de CAMBIO,
(4)
onde CAMBIO é o logaritmo natural da taxa de câmbio MT/USD; CCOVID-19 é o logaritmo natural de casos da Covid-19; MCOVID-19 é o logaritmo natural de mortes por Covid-19; T é o logaritmo natural da temperatura em graus Celsius; e é a dimensão temporal, em dias do ano de 2021.
4. Resultados e Discussões
O gráfico da Figura 1 mostra a evolução, em termos logarítmicos, das séries Covid-19, taxa de câmbio e temperatura, 01/1/2021 a 31/12/2021, para Moçambique.
Figura 1: Evolução, em termos logarítmicos, das séries COVID-19, taxa de câmbio e temperatura, 01/1/2021 a 31/12/2021. T.Câmbio é a taxa de câmbio Metical por dólar norte americano; NovosCasos são novos casos de COVID-19; Mortes são número de mortes por COVID-19; e T.Celsius é a temperatura em graus Celsius.
De acordo com a Figura 1, embora as variáveis temperatura em graus Celsius e taxa de câmbio tenham apresentado uma tendência consistente de alta, em todo o período de analise, as séries Mortes por Covid-19 e Casos novos da Covid-19 caíram entre o mês de abril a final de junho, e entre os meses de outubro e final de novembro de 2021. As tendências identificadas para as variáveis da Figura 1 ilustram que uma análise útil da relação entre taxa de câmbio, casos de Covid-19 e temperatura em graus Celsius no cenário moçambicano requer a aplicação de métodos econométricos avançados.
A Tabela 1 apresenta a estatística descritiva das variáveis em estudo. Os valores estatísticos descritivos diários das variáveis são próximos, em tamanho, uns dos outros, exceto a variável morte por Covid-19 (MCOVID-19). A variável com maior valor médio e mediano é ln(CCOVID). Os valores do desvio-padrão das séries variam entre 0,08–2,1.
Tabela 1: Sumário estatístico
|
Ln(CAMBIO) |
Ln(CCOVID-19) |
Ln(MCOVID-19) |
Ln(T) |
Média |
4.177619 |
4.667196 |
0.996184 |
3.262023 |
Mediana |
4.155910 |
4.941642 |
0.693147 |
3.218876 |
Máximo |
4.319220 |
8.800867 |
3.526361 |
4.025352 |
Mínimo |
4.069027 |
0.000000 |
0.000000 |
2.708050 |
Desvio-padrão |
0.079802 |
2.120404 |
1.116875 |
0.285348 |
Observações |
365 |
365 |
365 |
365 |
Notas: Ln(CAMBIO) é o logaritmo da taxa de câmbio e representa unidades da moeda local por dólar americano. Ln(CCOVID-19 é o logaritmo de número novos casos da Covid-19; Ln(MCOVID-19 refere-se ao logaritmo de número de mortes por Covid-19; Ln(T) é o logaritmo da temperatura em graus Celsius. Fonte: elaboração própria.
Em seguida, apresentamos os métodos econométricos capazes de conduzir a resultados mais robustos e consistentes.
4.1 Testes de Raiz Unitária
Para evitar resultados espúrios e tendenciosos, e que poderiam levar a conclusões equivocadas, o estudo empregou os testes de raiz unitária de Dickey Fuller (1979), para todas as variáveis em estudo. O teste de Dickey Fuller testa se as variáveis em estudo possuem média e variância constantes, ao longo do tempo, e, se não, tenta corrigi-las. Para o teste dos níveis de significância, usou-se como base o p-value. As séries Ln(CAMBIO), Ln(CCOVID) e Ln(MCOVID) são não estacionários em nível I(0), mas a série Ln(T) é estacionário em I(0) (Tabela 2).
Tabela 2. Resultados do Teste de Raiz Unitária de Dickey-Fuller Aumentado.
Variáveis |
Nº de Desfasagem |
Com tendência e constante |
p-valor |
Resultado |
Ln(CAMBIO) |
0 |
Sim |
0.7361 |
Não-Estacionária |
D(Ln(CAMBIO)) |
0 |
Sim |
0.000*** |
Estacionária I(1) |
Ln(CCOVID) |
8 |
Sim |
0.4977 |
Não-estacionária |
D(Ln(CCOVID)) |
7 |
Sim |
0.0000*** |
Estacionária I(1) |
Ln(MCOVID) |
5 |
Sim |
0.5904 |
Não-Estacionária |
D(Ln(MCOVID)) |
4 |
Sim |
0.000*** |
Estacionária I(1) |
Ln(T) |
0 |
Sim |
0.0007*** |
Estacionária I(0) |
Nota. i) *** indica a rejeição da hipótese nula (não estacionariedade) a 1%, 5% e 10%. ii) “D” representa o operador de diferença.
O teste estatístico ADF, calculado pelo Eviews para a série Ln(T), tem um p-value de 0,0007, menor que todos os níveis de significância convencionais (1%, 5% e 10%, respectivamente). Portanto, a hipótese nula de não estacionaridade pode ser rejeitada, o que comprova a não existência de raiz unitária nesta série em nível I(0). Esta variável não satisfaz a condição de ser I(1), e portanto, pode-se inferir que não há cointegração entre a temperatura e o restante das variáveis em estudo, no período analisado. Assim, não se pode prosseguir com o teste de cointegração. A elaboração de um modelo VAR implica que as variáveis sejam I(0), podendo o modelo, no entanto, ser realizado com variáveis I(1), desde que estas sejam cointegradas. É possível algumas séries apresentarem não estacionaridade, pois estas podem incorporar ciclos, tendências ou padrões de sazonalidade. O próximo passo envolve a estimação do modelo VAR, o que implica a determinação do comprimento de defasagem que minimiza os critérios de informação. Portanto, o número ótimo de desfasagem selecionados são cinco (5), com base no critério de informação de Schwarz (consulte o Apêndice 1). Uma especificação VAR regular é, portanto, implementada. A Tabela 3 relata os coeficientes da estimação do VAR.
Tabela 3: Resultados do Modelo Estimado de AutoRegressivo Vetorial (VAR)
|
Modelo (1) |
Modelo (2) |
Modelo (3) |
|
D(LnCAMBIO) |
D(LnCCOVID-19) |
D(LnMCOVID-19) |
D(LnCAMBIO(-1)) |
0.003537 |
4.351880 |
6.294171* |
|
(0.05632) |
(6.55673) |
(2.57693) |
|
[ 0.06282] |
[ 0.66373] |
[ 2.44250] |
D(LnCAMBIO(-4)) |
0.007074 |
-1.068375 |
5.243650* |
|
(0.05660) |
(6.58958) |
(2.58985) |
|
[ 0.12499] |
[-0.16213] |
[ 2.02470] |
D(LnCCOVID(-1)) |
0.000153 |
-0.945603 |
-0.070627* |
|
(0.00049) |
(0.05744) |
(0.02258) |
|
[ 0.30954] |
[-16.4611] |
[-3.12829] |
D(LnCCOVID(-2)) |
0.000575 |
-0.713833 |
-0.082692* |
|
(0.00064) |
(0.07423) |
(0.02917) |
|
[ 0.90269] |
[-9.61676] |
[-2.83453] |
D(LnCCOVID(-3)) |
0.000180 |
-0.668607 |
-0.116285* |
|
(0.00065) |
(0.07603) |
(0.02988) |
|
[ 0.27624] |
[-8.79346] |
[-3.89131] |
D(LnCCOVID(-4)) |
0.000281 |
-0.555136 |
-0.103174* |
|
(0.00063) |
(0.07350) |
(0.02889) |
|
[ 0.44552] |
[-7.55262] |
[-3.57150] |
D(LnMCOVID(-2)) |
-0.002610 |
0.327093* |
-0.501769 |
|
(0.00158) |
(0.18397) |
(0.07231) |
|
[-1.65207] |
[ 1.77793] |
[-6.93956] |
D(LnMCOVID(-3)) |
-0.000925 |
0.328761* |
-0.343862 |
|
(0.00164) |
(0.19088) |
(0.07502) |
|
[-0.56414] |
[ 1.72232] |
[-4.58355] |
D(LnMCOVID(-4)) |
-0.001673 |
0.368771* |
-0.204089 |
|
(0.00156) |
(0.18174) |
(0.07143) |
|
[-1.07186] |
[ 2.02914] |
[-2.85733] |
D(LnMCOVID(-5)) |
-0.003863* |
0.285875* |
-0.118129 |
|
(0.00127) |
(0.14800) |
(0.05817) |
|
[-3.03862] |
[ 1.93154] |
[-2.03081] |
Ln(T(-1) |
-0.002468 |
1.097176* |
0.327376 |
|
(0.00529) |
(0.61605) |
(0.24212) |
|
[-0.46635] |
[ 1.78099] |
[ 1.35212] |
Ln(T(-4) |
-0.001643 |
-0.839784 |
-0.552162* |
|
(0.00653) |
(0.75988) |
(0.29865) |
|
[-0.25171] |
[-1.10516] |
[-1.84888] |
C |
0.000406 |
0.447541 |
0.577498 |
|
(0.00808) |
(0.94131) |
(0.36995) |
|
[ 0.05020] |
[ 0.47545] |
[ 1.56100] |
R-squared |
0.040664 |
0.533793 |
0.471855 |
Adj. R-squared |
-0.016102 |
0.506206 |
0.440604 |
F-statistic |
0.716350 |
19.34997 |
15.09882 |
Nota: ( ) indica os erros padrão; [ ] indica a estatística t.
A partir dos resultados da estimação do VAR da Tabela 3, para o Modelo 3, observa-se que os coeficientes das variáveis da taxa de câmbio com primeira e quarta desfasagem sobre morte por Covid-19, casos da Covid-19 com primeira à quarta desfasagem sobre morte por Covid-19, e a temperatura com quarta desfasagem são estatisticamente significativos, já que, nas suas estatísticas, . Nesse caso, quando as taxas de câmbio do dia anterior e de há quatro dias aumentam em 1%, as mortes por Covid-19 do dia (período presente) aumentam em 6,3% e 5,2%, respectivamente, mantendo outras variáveis do modelo constantes. Quando a temperatura registrada há quatro dias aumenta em 1%, as mortes por Covid-19 do dia (período presente) diminuem em 0,6%, mantendo outras variáveis constantes, resultado este que é consistente com Lamarre e Talbot (1989) e Wallis e Nerlich (2005), de que a doença desaparece em clima quente. Para o Modelo 2, observa-se que mortes por Covid-19 com segunda a quinta desfasagem sobre casos de Covid-19, e temperatura com uma desfasagem sobre casos de Covid-19, são estatisticamente significativos. Neste caso, quando as mortes por Covid-19 ocorridas há dois (2) e há cinco (5) dias aumentarem em 1%, os casos novos da Covid-19 do dia (período presente) aumentam em 0,33% e 0,29% respectivamente, mantendo outras variáveis do modelo constantes. Quando a temperatura do dia anterior aumentar em 1%, os casos da Covid-19 aumentam em 1,1%, mantendo o resto constante, resultado este que é consistente com Wilder-Smith et al. (2020) e Das et al. (2020), de que regiões com baixas temperaturas são mais propensas à infecção do que as com altas temperaturas. Para o Modelo 1, apenas uma variável mortes por Covid-19 com quinta desfasagem é a estatisticamente significativa; portanto, quando as mortes por Covid-19 de há cinco (5) dias aumentarem em 1%, a taxa de câmbio do dia (período presente) diminui em 0,004%, mantendo o restante das variáveis constantes.
Como teste diagnóstico do modelo VAR estimado, pode-se ver que os resíduos são independentes até a defasagem 5, com base no teste de Portmanteau. Verifica-se isso observando os valores de p, que são superiores a 0,05 até oitava desfasagem; e assim, não rejeitamos a hipótese nula, de nenhuma autocorrelação nos resíduos (ver Apêndice 2). Feito o teste de heterocedasticidade, sua hipótese nula é: a variância residual é constante (ou homocedástica), o que não é rejeitado, pois o valor de p é superior a 0,05 (ver Apêndice 3). O teste de normalidade dos resíduos do sistema VAR é apresentada no Apêndice 4. Para o teste conjunto, o teste JB-stat.=1138364 e seu valor de probabilidade associado é p < 0,01, que é inferior a 0,05, o que permite rejeitar a hipótese nula de normalidade conjunta ao nível de 5%. Isso pode surgir pelo fato de a maioria das séries temporais ter registrado tendências crescentes ao longo dos dias estudados.
4.2 Teste de Causalidade Granger
Esta subseção refere-se à aplicação da abordagem de causalidade de Granger para identificar e analisar as relações causais entre as variáveis em estudo. Esse conhecimento é crucial para a elaboração de políticas apropriadas. O teste de causalidade de Granger estruturou as hipóteses nulas da seguinte forma: D(LnCAMBIO) não causa Granger D(LnCCOVID), e vice-versa; D(LnCAMBIO) não causa Granger D(LnMCOVID), e vice-versa; D(LnCAMBIO) não causa Granger Ln(T), e vice-versa; e Ln(T) não causa Granger D(LnMCOVID), e vice-versa.
Tabela 4: Resultados dos Testes de Granger-Causalidade
|
Desfasagens: 5 |
|||
|
Hipótese Nula |
Obs |
p-value |
Inferência |
1 |
D(LnCCOVID) não causa Granger D(LnCAMBIO) |
359 |
0.8130 |
Não rejeita |
|
D(LnCAMBIO) não causa Granger D(LnCCOVID) |
359 |
0.9795 |
Não rejeita |
2 |
D(LnMCOVID) não causa Granger D(LnCAMBIO) |
359 |
0.0191** |
Rejeita |
|
D(LnCAMBIO) não causa Granger D(LnMCOVID) |
359 |
0.0506*** |
Rejeita |
3 |
Ln(T) não causa Granger D(LnCAMBIO) |
359 |
0.9286 |
Não rejeita |
|
D(LnCAMBIO) não causa Granger Ln(T) |
359 |
0.2279 |
Não rejeita |
4 |
Ln(T) não causa Granger D(LnMCOVID) |
359 |
0.0408** |
Rejeita |
|
D(LnMCOVID) não causa Granger Ln(T) |
359 |
0.2291 |
Não rejeita |
5 |
D(LnCCOVID) não causa Granger D(LnMCOVID) |
359 |
0.0006* |
Rejeita |
|
D(LnMCOVID) não causa Granger D(LnCCOVID) |
359 |
0.2878 |
Não rejeita |
Nota: * Significativo ao nível de significância de 1%. ** Significativo ao nível de significância de 5%. *** Significativo ao nível de significância de 10%.
A Tabela 4 indica que a segunda hipótese nula (MCOVID não causa Granger CAMBIO) pode ser rejeitada com um p-value de 0.019 e um nível de significância de 5%. No entanto, o oposto da hipótese nula (CAMBIO não causa Granger MCOVID) também pode ser rejeitado, pois o seu p-value de 0.051 é menor que o nível de significância de 10%. Esses resultados indicam que existe uma relação bi-causal entre mortes por Covid-19 e a taxa de câmbio em Moçambique, ou seja, as mortes por Covid-19 causam, no sentido de Granger, variações da taxa de câmbio. A quarta hipótese nula (T não causa Granger MCOVID) pode ser rejeitada, porque tem um p-value de 0.041 menor que um nível de significância de 5%, indicando que a temperatura em graus Celsius causa, no sentido de Granger, a variação de mortes por Covid-19. Entretanto, o inverso da hipótese nula (MCOVID não causa Granger T) não pode ser rejeitado, porque seu p-value=0.229 é maior que todos os níveis de significância convencionais. As hipóteses restantes da Tabela não podem ser rejeitadas, devido a seus p-values, maiores que seus níveis de significância convencionais. Este teste fornece evidências suficientes de que as mortes por Covid-19 são uma variável relevante que influencia as taxas de câmbio, ao mesmo tempo em que a temperatura tem influência importante nas mortes por Covid-19. Essa descoberta é muito inovadora e de grande interesse, podendo ser confirmada pelo fato de que, após o aumento dos casos de infecção por Covid-19, o governo de Moçambique achou por bem adotar estratégias de bloqueio que conduziram ao desligamento de várias atividades produtivas e investimentos, fatos que, de forma consequente, afetaram o crescimento econômico de Moçambique.
Detectou-se, ainda, uma relação causal unidirecional, no
sentido de Granger, de casos de Covid-19 para mortes por Covid-19. Outra
relação unidirecional encontrada entre a temperatura e as mortes por Covid-19
pode ser explicada, por um lado, por conta de um choque no número de mortes por
Covid-19 levar o governo à redução dos movimentos (redução do uso de meios de
transporte, por exemplo) e à diminuição das atividades econômicas, o que
afetou, posteriormente, as emissões. Por outro lado, o vírus da Covid-19 se
espalha pelo ar, podendo, portanto, ser sensível à poluição. As relações de
causalidade encontradas podem ser apresentadas em termos gráficos (Figura 2).
Figura 2: Granger-Causalidade entre D(LnMCOVID), D(LnCAMBIO) e Ln(T).
4.3 Teste de função de resposta ao impulso (IRF)
O objetivo de uma função de resposta ao impulso (IRF) é descrever a evolução da reação de um modelo VAR a um choque em uma ou mais variáveis (Lütkepohl, 2010), também conhecido como choques variáveis. Um IRF permite rastrear a transmissão de um único choque dentro de um sistema de equações (Pesaran e Shin, 1998), característica que os torna úteis para avaliar a política econômica. A seguir, estão os resultados da análise IRF, conforme mostrado na figura 3; os erros padrão assintóticos são plotados por padrão no nível de significância de 95%. Choque ao D(LnCAMBIO) eduziu uma resposta positiva do Ln(MCOVID), já que o gráfico de resposta não fica abaixo da linha zero. Choque ao Ln(MCOVID) eduziu uma resposta positiva do D(LnCAMBIO), devido ao gráfico de resposta acima da linha zero. Choque para Ln(MCOVID) eduziu uma resposta positiva do Ln(T), devido ao gráfico de resposta acima da linha zero.
Figura 3: Resultados da Função de Resposta ao Impulsos do modelo VAR construído
Por outro lado, foi examinada a dinâmica do VAR, observando a proporção dos movimentos na variação da taxa de câmbio que são devidos a choques “próprios”, versus choques nas demais variáveis. Para tanto, foram realizadas duas decomposições de Cholesky da matriz de variância-covariância de termos de erro, focando na variável da taxa de câmbio. Os resultados são relatados na Tabela 5.
Tabela 5: Decomposições de variância
|
|
|
|
|
|
Variance
Decomposition of D(LnCAMBIO): |
|||||
Período |
S.E. |
D(LnCAMBIO) |
D(LnCCOVID) |
D(LNMCOVID) |
Ln(T) |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
1 |
0.012040 |
100.0000 |
0.000000 |
0.000000 |
0.000000 |
2 |
0.012046 |
99.91103 |
0.012566 |
0.012903 |
0.063498 |
3 |
0.012104 |
98.95388 |
0.017236 |
0.897834 |
0.131052 |
4 |
0.012127 |
98.62129 |
0.017514 |
1.035095 |
0.326096 |
5 |
0.012136 |
98.48083 |
0.017684 |
1.160237 |
0.341244 |
6 |
0.012201 |
97.42687 |
0.018108 |
2.176331 |
0.378687 |
7 |
0.012280 |
96.26088 |
0.061251 |
3.303070 |
0.374799 |
8 |
0.012284 |
96.21997 |
0.096374 |
3.308603 |
0.375048 |
9 |
0.012285 |
96.19438 |
0.116515 |
3.309159 |
0.379942 |
10 |
0.012291 |
96.14890 |
0.140145 |
3.307600 |
0.403359 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Tabela 6: Decomposições de variância
|
|
|
|
|
|
Variance
Decomposition of D(LnMCOVID): |
|||||
Period |
S.E. |
D(LnCAMBIO) |
D(LnCCOVID) |
D(LNMCOVID) |
Ln(T) |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
1 |
0.550933 |
0.002931 |
19.20649 |
80.79058 |
0.000000 |
2 |
0.729426 |
0.750054 |
25.90300 |
73.04211 |
0.304831 |
3 |
0.735748 |
1.290986 |
26.32362 |
72.01680 |
0.368590 |
4 |
0.740724 |
1.284028 |
26.85695 |
71.21942 |
0.639601 |
5 |
0.751087 |
2.099779 |
27.02784 |
69.49187 |
1.380514 |
6 |
0.753797 |
2.084900 |
27.45741 |
69.08296 |
1.374737 |
7 |
0.755020 |
2.181807 |
27.39854 |
69.04307 |
1.376587 |
8 |
0.757510 |
2.173965 |
27.85564 |
68.58982 |
1.380569 |
9 |
0.757670 |
2.174144 |
27.86811 |
68.56173 |
1.396016 |
10 |
0.757951 |
2.173908 |
27.89002 |
68.52982 |
1.406250 |
|
|
|
|
|
|
A Tabela 5 sugere que choques na taxa de câmbio são impulsionados por sua
própria volatilidade (risco associado a movimentos inesperados na taxa de
câmbio, gerando incerteza sobre os lucros a serem obtidos e, portanto,
reduzindo benefícios do comércio internacional (Hooper e Kohlhagen, 1978)),
especialmente no primeiro período, no qual ela responde 100% por toda a sua
própria volatilidade. No terceiro período, a taxa de câmbio explica cerca de
98% da sua volatilidade. Por outro lado, as mortes por Covid-19 tendem a
representar significativamente cerca de 1% no quarto período a 3,3% no último
período. Os Casos de Covid e a temperatura não explicam qualquer variação
significativa da taxa de câmbio, pois sua importância relativa é inferior a 1%.
Na Tabela 6, os novos casos da covid-19 explicam cerca de 19%, do primeiro
período, a 28%, no último período, as mortes por Covid-19. A temperatura, neste
caso, explica uma percentagem significativa acima de 1%, a partir do quinto
período.
5. Conclusão
Neste estudo, empregou-se o modelo multivariado de séries temporais Vector Autorregressivo (VAR) com 5 defasagens, o teste de causalidade de Granger e a análise da decomposição da variância, com o objetivo de examinar a relação dinâmica entre taxa de câmbio, casos novos da Covid-19, mortes por Covid-19 e a temperatura em graus Celsius. O estudo emprega dados diários de 01 de janeiro de 2021 a 31 de dezembro de 2021). Os resultados previstos revelaram que apenas a variável temperatura é estacionária em nível, não satisfazendo a condição de ser I(1), e portanto, não havendo cointegração entre a temperatura e o restante das variáveis em estudo. A estimação do modelo VAR revelou que quando os novos casos da Covid-19 nos quatro (4) dias anteriores tiverem aumentado em 1%, as mortes por Covid-19 do dia diminuem em 0,07%, 0,08%, 0,12% e 0,10%, respectivamente. Quando a temperatura registrada há quatro dias aumenta em 1%, as mortes por Covid-19 do dia (período presente) diminuem em 0,6%. Observou-se, ainda, que quando a temperatura do dia anterior aumenta em 1%, os casos de Covid-19 aumentam em 1,1%, mantendo o resto constante; e quando as mortes por Covid-19 de há cinco (5) dias aumentam em 1%, a taxa de câmbio do dia (período presente) diminui em 0,004%, mantendo o restante das variáveis constantes. As mortes por covid-19 causam, no sentido de Granger, variações da taxa de câmbio e vice-versa. A temperatura em graus Celsius causa, no sentido de Granger, a variação de mortes por Covid-19. Existe relação causal unidirecional de casos de covid-19 para mortes por Covid-19, e da temperatura para mortes por Covid-19. Com estes resultados, fica a evidência de que as mortes por Covid-19 são uma variável relevante que influencia as taxas de câmbio, ao mesmo tempo em que a temperatura tem influência importante nas mortes por Covid-19.
Declaração de contribuição dos autores:
Estêvão Salvador Langa: Conceituação, Metodologia, Análise formal, curadoria de dados, software. Justino Alberto Massuanganhe: Redação – revisão e Validação. Glória Alberto Nhanala: Redação - revisão e edição.
Declaração de Interesse Concorrente
Os autores declaram não haver conflito de interesses.
Referências
Al‐Thaqeb, S. A., Algharabali, B. G., & Alabdulghafour, K. T. (2020). The pandemic and economic policy uncertainty. International Journal of Finance & Economics. Disponível em: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7675497/
Ashraf, B. N. (2020). “Economic impact of government
interventions during the COVID-19 pandemic: International evidence from
financial markets”. Journal of behavioral and experimental finance, 27,
100371.
Ashraf, B. N. (2020a). “Stock markets’ reaction to COVID-19: Cases or fatalities?”. Research in International Business and Finance, 54, 101249.Banco de Moçambique (2020). Impacto Esperado das Medidas Tomadas pelo Banco de Moçambique para mitigar os riscos do Covid-19 na Economia. Banco de Moçambique. Disponível em: https://www.bancomoc.mz/fm_pgTab1.aspx?id=385.
Betho, R., Chelengo, M., Jones, S., Keller, M.,
Mussagy, I. H., van Seventer, D., & Tarp, F. (2021). The macroeconomic
impact of COVID-19 in Mozambique: A social accounting matrix approach.
WIDER Working Paper 2021/93
Carbon Brief. (2020). Analysis: Coronavirus set to cause largest ever annual fall in CO2 emissions. Disponivel em: https://www.carbonbrief.org/analysis-coronavirus-set-to-cause-largest-ever-annual-fall-in-co2-emissions.
Das, P., Manna, S., & Basak, P. (2020). Analyzing the effect of temperature
on the outspread of COVID-19 around the globe. medRxiv.
Dickey, D.;
Fuller, W. “Distribution of the estimators for autoregressive time series with
a unit root”. J. Am. Stat. Assoc. 1979, 74, 427–431.
Dolatabadi,
S., Narayan, P.K., Nielsen, M.Ø., Xu, K. (2018). “Economic significance of
commodity return forecasts from the fractionally cointegrated VAR model”. J.
Futur. Mark. 38, 219–242.
Fahria, I., & Sulistiana, I. (2021). “Vector error
correction model to analyze energy uses, environmental quality and economic
growth during Covid-19 Pandemic”. In IOP Conference Series: Earth and
Environmental Science (Vol. 926, No. 1, p. 012066). IOP Publishing.Gam,
I. (2021). “Does a sanitary crisis drive oil prices and carbon emissions in the
USA? Evidence from VECM modeling”. Environment, development and
sustainability, 1-17.
Hooper, P., & Kohlhagen, S. W. (1978). “The effect of exchange rate uncertainty on the prices and volume of international trade”. Journal of international Economics, 8(4), 483-511.Hoshikawa, T., & Yoshimi, T. (2021). “The Effect of the COVID‐19 Pandemic on S outh K orea's Stock Market and Exchange Rate”. The Developing Economies, 59(2), 206-222.
Ibraimo, Y., & Muianga, C. (2020). “Moçambique e a COVID-19: mecanismos externos de transmissão do seu impacto económico”. IDeIAS, 131.
IESE - Instituto de Estudos Sociais e Económicos. (2021). Desafios para Moçambique 2021. Maputo, 332p. Disponível: https://www.iese.ac.mz/wp-content/uploads/2021/12/Desafios-2021_iese.pdf.
Iqbal, N., Fareed, Z., Shahzad, F., He, X., Shahzad,
U., & Lina, M. (2020). “The nexus between COVID-19, temperature and
exchange rate in Wuhan city: new findings from partial and multiple wavelet
coherence”. Science of The Total Environment, 729,
138916.
Koçak, E., Bulut, U., & Menegaki, A. N. (2021).
The resilience of green firms in the twirl of COVID‐19: Evidence from
S&P500 Carbon Efficiency Index with a Fourier approach. Business
Strategy and the Environment.
Kumar, P.,
Hama, S., Omidvarborna, H., Sharma, A., Sahani, J., Abhijith, K. V., ... &
Tiwari, A. (2020). Temporary reduction in fine particulate matter due to
‘anthropogenic emissions switch-off’during COVID-19 lockdown in Indian cities. Sustainable
cities and society, 62, 102382.Lamarre,
A., & Talbot, P. J. (1989). Effect of pH and temperature on the infectivity
of human coronavirus 229E. Canadian journal of microbiology, 35(10),
972-974.Li, R., & Li, S. (2021). Carbon emission post-coronavirus:
Continual decline or rebound?. Structural Change and Economic Dynamics,
57, 57-67.
Magazzino, C., Mele, M., & Schneider, N. (2020).
“The relationship between air pollution and COVID-19-related deaths: an
application to three French cities”. Applied Energy, 279,
115835.
Mapisse, Inocência; Banze, Celeste; Constantino, Leila; Fael, Baltazar; Nhamirre, Borges. (2021). What to Monitor in a Year of Covid-19 Pandemic and War in Mozambique - Economic and Social Situation Analysis and Perspectives on Governance for 2021. Center for Public Integrity, Maputo.
MISAU - Ministério da Saúde de Moçambique. Plano nacional de preparação e resposta a pandemia do COVID-19, 47p. Maputo, Março de 2020.
Nicola, M.,
Alsafi, Z., Sohrabi, C., Kerwan, A., Al-Jabir, A., Iosifidis, C., ... &
Agha, R. (2020). “The socio-economic implications of the coronavirus pandemic
(COVID-19): A review”. International journal of surgery, 78,
185-193.
OCHA - Office
for the Coordination of Humanitarian Affairs. Flash Appeal for COVID-19 Mozambique, 42p.
May - December 2020. Disponivel em: https://reliefweb.int/report/mozambique/flash-appeal-covid-19-mozambique-may-december-2020.
Pesaran, H. H., & Shin, Y. (1998). “Generalized
impulse response analysis in linear multivariate models”. Economics
letters, 58(1), 17-29. Reilly, J. M., Chen, Y. H. H., & Jacoby, H.
D. (2021). “The COVID-19 effect on the Paris Agreement. Humanities and Social
Sciences Communications”. Springer Nature., 8, 1–4. https://doi.org/10.1057/s41599-020-00698-2.
Rosario, D. K., Mutz, Y. S., Bernardes, P. C., &
Conte-Junior, C. A. (2020). “Relationship between COVID-19 and weather: Case
study in a tropical country”. International journal of hygiene and
environmental health, 229, 113587.
Singh, S., Bansal, P., Bhardwaj, N., & Agrawal, A.
(2021). Nexus Between COVID-19 Infections, Exchange Rates, Stock Market Return,
and Temperature in G7 Countries: Novel Insights From Partial and Multiple
Wavelet Coherence. Frontiers in Environmental Science, 470.Steffen, B., Egli, F., Pahle, M.,
& Schmidt, T. S. (2020). “Navigating the clean energy transition in the
COVID-19 crisis”. Joule, 4, 1137–1141. Disponível em: https://doi.org/10.1016/j.joule.2020.04.011.
United
Nations. (2020). Socioeconomic impact of COVID-19 in Myanmar. United
Nations in Myanmar: Monthly Digest, No. 4.
Varona, L., & Gonzales, J. R. (2021). “Dynamics of
the impact of COVID-19 on the economic activity of Peru”. Plos one, 16(1),
e0244920.
Villarreal-Samaniego, D. (2021). The dynamics of oil
prices, COVID-19, and exchange rates in five emerging economies in the atypical
first quarter of 2020. Estudios Gerenciales, 37(158), 17-27.
Wilder-Smith, A., Chiew, C. J., & Lee, V. J. (2020). Can we contain the
COVID-19 outbreak with the same measures as for SARS? The lancet infectious
diseases, 20(5), e102-e107.
Wallis, P., & Nerlich, B. (2005). Disease
metaphors in new epidemics: the UK media framing of the 2003 SARS epidemic. Social
science & medicine, 60(11), 2629-2639.
Wang, R., Xiong, Y., Xing, X., Yang, R., Li, J., Wang,
Y., ... & Tao, S. (2020). “Daily CO2 emission reduction indicates the
control of activities to contain COVID-19 in China”. The Innovation, 1(3),
100062.
Wang, Q., & Wang, S. (2020). “Preventing carbon
emission retaliatory rebound post-COVID-19 requires expanding free trade and
improving energy efficiency”. Science of The Total Environment, 746,
141158.
World Meteorological Organization. (2020). The State of the Global Climate 2020. Disponível em: https://public.wmo.int/en/our-mandate/climate/wmo-statement-state-of-global-climate.
World Bank, 2022. Climate Change Knowledge Portal. https://climateknowledgeportal.worldbank.org/country/mozambique/climate-data-historical
Xu, B., Lin, B. (2016). “Reducing carbon dioxide emissions in China’s manufacturing industry: a dynamic vector autoregression approach”. J. Clean. Prod. 131, 594–606.
Apêndice 1
Critérios de seleção de ordem de atraso VAR
Included observations: 356 |
|
|
|
|
||
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Lag |
LogL |
LR |
FPE |
AIC |
SC |
HQ |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
0 |
-76.96430 |
NA |
1.85e-05 |
0.454856 |
0.498394 |
0.472175 |
1 |
353.2410 |
848.3263 |
1.81e-06 |
-1.872141 |
-1.654448* |
-1.785546 |
2 |
386.1542 |
64.16225 |
1.64e-06 |
-1.967159 |
-1.575312 |
-1.811288 |
3 |
412.9483 |
51.63127 |
1.55e-06 |
-2.027800 |
-1.461798 |
-1.802653 |
4 |
441.9454 |
55.22475 |
1.44e-06 |
-2.100817 |
-1.360661 |
-1.806394 |
5 |
474.4862 |
61.24259 |
1.31e-06* |
-2.193743* |
-1.279433 |
-1.830044* |
6 |
489.9430 |
28.74259 |
1.32e-06 |
-2.190691 |
-1.102227 |
-1.757716 |
7 |
495.4393 |
10.09719 |
1.40e-06 |
-2.131681 |
-0.869063 |
-1.629431 |
8 |
510.6034 |
27.51688* |
1.40e-06 |
-2.126985 |
-0.690213 |
-1.555459 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Nota: Critérios de Seleção de Ordem de desfasagem VAR. Variáveis endógenas: D(LnCAMBIO); D(LnCCOVID); D(LnMCOVID); Ln(T). Amostra: 01/1/2021-31/1/2021. *indica a ordem de defasagem selecionada pelo critério. LR: estatística do teste de LR modificado sequencial (cada teste em nível de 5%); FPE: Erro final de previsão; AIC: critério de informação de Akaike; SC: critério de informação de Schwarz; HQ: critério de informação Hannan-Quinn.
Apêndice 2
VAR Residual Portmanteau Tests for Autocorrelations |
|
||||
Null Hypothesis: no residual autocorrelations up to
lag h |
|
||||
Date: 01/16/22 Time: 12:45 |
|
|
|
||
Sample: 1/01/2021 12/31/2021 |
|
|
|
||
Included observations: 359 |
|
|
|
||
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Lags |
Q-Stat |
Prob. |
Adj Q-Stat |
Prob. |
df |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
1 |
0.690099 |
NA* |
0.692027 |
NA* |
NA* |
2 |
2.097424 |
NA* |
2.107236 |
NA* |
NA* |
3 |
4.545864 |
NA* |
4.576308 |
NA* |
NA* |
4 |
6.850966 |
NA* |
6.907383 |
NA* |
NA* |
5 |
14.72951 |
NA* |
14.89720 |
NA* |
NA* |
6 |
25.68897 |
0.0586 |
26.04294 |
0.0534 |
16 |
7 |
43.32753 |
0.0872 |
44.03227 |
0.0764 |
32 |
8 |
58.25261 |
0.1476 |
59.29752 |
0.1271 |
48 |
9 |
85.99839 |
0.0347 |
87.75677 |
0.0261 |
64 |
10 |
101.6346 |
0.0517 |
103.8410 |
0.0379 |
80 |
11 |
124.2159 |
0.0279 |
127.1361 |
0.0184 |
96 |
12 |
144.1212 |
0.0220 |
147.7297 |
0.0134 |
112 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
*The test is valid only for lags larger than the VAR
lag order. |
|||||
df is degrees of freedom for (approximate)
chi-square distribution |
|||||
|
|
|
|
|
|
Apêndice 3
VAR Residual Heteroskedasticity Tests: No Cross
Terms (only levels and squares) |
|||||
Date: 01/16/22 Time: 13:05 |
|
|
|
||
Sample: 1/01/2021 12/31/2021 |
|
|
|
||
Included observations: 359 |
|
|
|
||
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Joint test: |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Chi-sq |
df |
Prob. |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
437.1041 |
400 |
0.0974 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Individual components: |
|
|
|
||
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Dependent |
R-squared |
F(40,318) |
Prob. |
Chi-sq(40) |
Prob. |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
res1*res1 |
0.066912 |
0.570100 |
0.9837 |
24.02153 |
0.9785 |
res2*res2 |
0.195964 |
1.937619 |
0.0010 |
70.35114 |
0.0021 |
res3*res3 |
0.190385 |
1.869476 |
0.0018 |
68.34805 |
0.0035 |
res4*res4 |
0.096599 |
0.850080 |
0.7282 |
34.67909 |
0.7082 |
res2*res1 |
0.103376 |
0.916595 |
0.6181 |
37.11207 |
0.6010 |
res3*res1 |
0.094348 |
0.828203 |
0.7618 |
33.87082 |
0.7416 |
res3*res2 |
0.165354 |
1.574998 |
0.0185 |
59.36215 |
0.0249 |
res4*res1 |
0.067216 |
0.572876 |
0.9830 |
24.13066 |
0.9776 |
res4*res2 |
0.106721 |
0.949798 |
0.5611 |
38.31294 |
0.5464 |
res4*res3 |
0.144216 |
1.339732 |
0.0903 |
51.77370 |
0.1005 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Apêndice 4
Teste de normalidade residual VAR
VAR Residual Normality Tests |
|
|
||
Orthogonalization: Cholesky (Lutkepohl) |
|
|||
Null Hypothesis: residuals are multivariate normal |
|
|||
Date: 01/16/22 Time: 13:08 |
|
|
||
Sample: 1/01/2021 12/31/2021 |
|
|
||
Included observations: 359 |
|
|
||
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Component |
Skewness |
Chi-sq |
df |
Prob. |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
1 |
-15.33698 |
14074.17 |
1 |
0.0000 |
2 |
-1.894746 |
214.8054 |
1 |
0.0000 |
3 |
-0.031692 |
0.060095 |
1 |
0.8063 |
4 |
-0.082639 |
0.408615 |
1 |
0.5227 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Joint |
|
14289.45 |
4 |
0.0000 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Component |
Kurtosis |
Chi-sq |
df |
Prob. |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
1 |
276.8217 |
1121551. |
1 |
0.0000 |
2 |
9.797151 |
691.0938 |
1 |
0.0000 |
3 |
3.404999 |
2.453528 |
1 |
0.1173 |
4 |
14.06266 |
1830.639 |
1 |
0.0000 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Joint |
|
1124075. |
4 |
0.0000 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Component |
Jarque-Bera |
df |
Prob. |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
1 |
1135625. |
2 |
0.0000 |
|
2 |
905.8992 |
2 |
0.0000 |
|
3 |
2.513623 |
2 |
0.2846 |
|
4 |
1831.047 |
2 |
0.0000 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Joint |
1138364. |
8 |
0.0000 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Debates – Dosier
https://doi.org/10.34024/prometeica.2022.24.13338
O contexto negacionista e a resistência da comunidade científica
aspectos associados à pandemia nas provas do ENADE de 2021
EL
CONTEXTO NEGACIONISTA Y LA RESISTENCIA DE LA COMUNIDAD CIENTÍFICA
Aspectos asociados a la pandemia en las
pruebas ENADE 2021
THE NEGATIONIST
CONTEXT AND THE RESISTANCE OF THE SCIENTIFIC COMMUNITY
Aspects associated with the pandemic in the
2021 ENADE tests
Ivy Judensnaider
(Universidade Paulista, Universidade Estadual de Campinas,
Brasil)
ivy.naider@gmail.com
Cristina Pontes Bonfiglioli
(Pontifícia Universidade Católica de São Paulo, Universidade de
São Paulo, Brasil)
cristina.bonfiglioli@gmail.com
Flaminio de Oliveira Rangel
(Universidade Federal de São Paulo, Brasil)
flaminio.rangel@gmail.com
Recibido: 07/01/2022
Aprobado: 04/02/2022
RESUMO
O debate sobre a inclusão de aspectos associados à pandemia no componente de Formação Geral nas provas do ENADE (Exame Nacional de Desempenho) de 2021 justifica-se em função de tal tema não estar contemplado pela base de itens comum a todos os cursos. Nesse sentido, entende-se que a inserção de temas associados à pandemia do coronavírus causador da Covid-19 no componente de Formação geral das provas do ENADE 2021 é um importante sinalizador dos temas percebidos como relevantes pelo Instituto Nacional de Estudos e Pesquisas Educacionais Anísio Teixeira (INEP), instituição responsável pela elaboração das provas do ENADE. Propomos que a inclusão deste conteúdo seja percebida como um movimento de resistência da comunidade acadêmica e dos técnicos do INEP ao ambiente negacionista que impregnou as áreas da Educação, Saúde e Ciência no Brasil.
Palavras-chave: ENADE. INEP. covid-19. pandemia. avaliação. ensino superior.
RESUMEN
El debate sobre
la inclusión de aspectos asociados a la pandemia en el componente de formación
general en las pruebas ENADE (Examen Nacional de Rendimiento) 2021, se
justifica por el hecho de que este tema no figura como posibilidad desde la
base de ítems que son comunes a todos los cursos En ese sentido, se entiende
que la inclusión de temas asociados a la pandemia del coronavirus que provoca
el Covid-19 en el componente de Formación General de las pruebas ENADE 2021 es un
indicador importante de los temas percibidos como relevantes por el Instituto
Nacional de Estudios y Pesquisas Educacionais Anísio Teixeira (INEP),
institución responsable de la elaboración de las pruebas de la ENADE.
Proponemos que la inclusión de este contenido sea percibida como un movimiento
de resistencia de la comunidad académica al ambiente negacionista que
impregnaba las áreas de Educación, Salud y Ciencia en Brasil.
Palabras
clave: ENADE. INEP. covid-19. pandemia. evaluación. enseñanza superior.
ABSTRACT
The debate
on the inclusion of aspects associated with the pandemic in the General
Training component of 2021 ENADE (National Performance Exam) tests is justified
because this topic is not listed as a possibility from the base of standard
items for all courses. In this sense, it is understood that the inclusion of
topics associated with the pandemic of the coronavirus that causes Covid-19 in
the General Training component of ENADE 2021 tests is an essential indicator of
the topics perceived as relevant by the Instituto Nacional de Estudos e
Pesquisas Educacionais Anísio Teixeira (INEP), the institution responsible for
preparing ENADE tests. We propose that the presence of this content is
perceived as a resistance movement by the academic community to the negationist
environment that permeated the areas of Education, Health, and Science in
Brazil.
Keywords:
ENADE. INEP. covid-19. pandemic. evaluation. undergraduate courses.
Introdução
No Brasil, os cursos de Ensino Superior são avaliados em sistema de rodízio a cada três anos pelo SINAES (Sistema Nacional de Avaliação da Educação Superior). Como um dos indicadores da qualidade do ensino oferecido pelas instituições de Ensino Superior (IES), o desempenho dos alunos concluintes é avaliado por meio de uma prova, a assim chamada prova do ENADE (Exame Nacional de Desempenho dos Estudantes). Nesta prova, são propostos aos alunos concluintes 40 itens, sendo 10 de Formação Geral, 5 de Formação Pedagógica (para todos os alunos de cursos de licenciatura) e 25 de Formação Específica[184].
Nosso texto discute a inclusão de temas associados à pandemia do coronavírus, causador da Covid-19, no componente de Formação Geral das provas do ENADE de 2021. A escolha por esse componente parece justificar-se por seu caráter comum a todos os cursos, o que nos permite entendê-lo como um importante sinalizador da relevância atribuída pelo INEP (Instituto Nacional de Estudos e Pesquisas Educacionais Anísio Teixeira), instituição responsável pela elaboração das provas do ENADE, aos temas que nele figuram. Assim, consideramos que a inclusão deste conteúdo possa sinalizar um movimento de resistência da comunidade acadêmica e dos técnicos do INEP ao negacionismo que provocou o insulamento de cientistas, universidades e pesquisadores.
O texto está organizado em três seções: a) a importância do ENADE como forma de avaliar a qualidade de ensino oferecido pelas IES e a elaboração dos itens das provas; b) o histórico da pandemia no mundo e no Brasil, em especial com relação aos problemas e conflitos presentes na sociedade brasileira quando do seu enfrentamento; c) os conteúdos do componente de Formação Geral, tais como propostos pela portaria do INEP, e os itens de Formação Geral envolvendo temáticas sobre a pandemia do coronavírus ou a ela associadas.
Os exames de larga escala e o ENADE
As avaliações escolares em larga escala têm sido realizadas de forma sistemática com o objetivo de aferir, junto ao maior número possível de alunos, a apreensão de conteúdos relevantes ou o nível de desempenho quanto às principais competências e habilidades (Vianna, 2003) associadas à formação do alunado em questão. Em geral, são promovidas por órgãos governamentais, supostamente capazes de oferecer um “olhar” externo objetivo e imparcial. Para além dos objetivos de acompanhar o desempenho de alunos, estas avaliações também podem ser utilizadas como instrumento para o acesso ao ensino superior (como é o caso do ENEM) ou para efeito de accountability, ou seja, como forma de avaliar a qualidade de ensino oferecido pelas instituições escolares.
A década de 1990 marcou o início do período em que a realização de exames de larga escala passou a ser estimulada como forma de avaliar a capacitação da mão de obra formada pelas instituições encarregadas do Ensino Superior. Afinal, os exames poderiam fornecer informações importantes para os organismos internacionais financiadores, tais como o Banco Mundial, Fundo Monetário Internacional, a Organização para a Cooperação e o Desenvolvimento Econômico e o Banco Interamericano de Desenvolvimento, para citar alguns (Dias Sobrinho, 2010). De fato, no contexto do preconizado pelo Consenso de Washington, a estratégia de abrir espaço ao mercado (com a autorização para a abertura de cursos sob a gestão de instituições privadas) sugeria a constituição de instâncias reguladoras, em geral coordenadas pelo Estado.
Em 2003, o projeto do SINAES (Sistema Nacional de Avaliação da Educação Superior) buscou maior proximidade com as aspirações da comunidade acadêmica, propondo-se a incluir a avaliação de atributos e de processos mais associados a metas e práticas pedagógicas (Fernandes; Nazareth, 2011). Segundo Dias Sobrinho, o SINAES materializou “a aliança orgânica entre a regulação (...) e a avaliação, integrada por múltiplos instrumentos, e contando com a participação da comunidade acadêmico-científica, das autoridades das IES e de membros da comunidade civil” (Dias Sobrinho, 2010: 209). Assim, o processo de avaliação do SINAES buscou reunir informações a partir de várias frentes de avaliação e com a participação de múltiplos agentes: alunos, professores, coordenadores e CPAs (Comissões Próprias de Avaliação).
Embora essas mudanças tenham melhorado o sistema de avaliação como um todo, boa parte dos críticos aos exames de larga escala continuou a apontar problemas potenciais de provas desse tipo: o estreitamento do currículo (já que as IES buscariam priorizar apenas os temas abordados nos exames) e o gaming (a exclusão dos alunos de baixa proficiência por meio da seleção dos estudantes participantes das avaliações) (Fernandes; Gremaud, 2009). Em especial, as críticas diziam respeito ao fato de as IES utilizarem os resultados dos exames como forma de obter visibilidade na mídia, por meio de uma publicidade que transformaria notas elevadas (ou superiores às de outras instituições) em discursos mercadológicos (Fernandes; Nazareth, 2011; Barreyro, 2008). Entretanto, ainda que consideradas as limitações inerentes a quaisquer avaliações de larga escala, é inegável que o SINAES vem produzindo informação de qualidade para gestores, educadores, alunos e outros agentes do sistema educacional[185].
Os itens apresentados nas provas do ENADE são fornecidos pelo Banco Nacional de Itens (BNI), que fornece insumos para os exames de larga escala realizados no Brasil. Esses itens são elaborados e revisados por educadores e pesquisadores escolhidos por meio de chamada pública, de forma a envolver a participação da comunidade educacional e acadêmica do país. “As chamadas públicas fazem parte de um processo mais amplo de estruturação da rede de colaboradores do Inep, que participam de capacitações, oficinas de elaboração e revisão, e painéis de revisão de itens” (INEP, 2021b).
A análise de provas anteriores mostra que os itens do ENADE têm formatos muito distintos de outros itens de avaliações de larga escala. Em geral, os textos-base são longos e constituídos de gráficos ou figuras com várias informações. Os enunciados, por sua vez, alternam diferentes estratégias, podendo envolver: a) a escolha da alternativa correta que melhor se associa ou responde a uma pergunta feita; b) a identificação de várias afirmativas corretas ou incorretas; e c) a identificação de proposições corretas e de relações de causalidade entre elas. Embora esse formato de item tenha se disseminado na comunidade acadêmica (tendo inaugurado, inclusive, uma categoria que se tornou conhecida como “questão do tipo ENADE”), itens construídos a partir de enunciados que pedem a avaliação simultânea de várias afirmativas ou a identificação de relações causais entre assertivas (verdadeiras ou não) têm sido alvo de críticas por parte de educadores e pesquisadores, já que eles tornam difícil localizar a origem do erro eventualmente cometido pelo estudante (Judensnaider, Figueirôa e Villar, 2021).
As provas do ENADE que deveriam ter acontecido em 2020 foram suspensas em função da pandemia. A avaliação foi retomada em 2021 em meio à adoção de inúmeras medidas sanitárias para a proteção dos alunos e de outros profissionais envolvidos. “Apesar do cenário pandêmico, a realização do exame contou com a presença de 75,4% do total de inscritos (489.958) e aconteceu sem intercorrências. Nesta edição, o Enade avaliou estudantes concluintes de 8.009 cursos de 30 áreas do conhecimento” (INEP, 2021a)[186].
A pandemia do coronavírus no mundo e no Brasil
Segundo a Organização Pan-Americana de Saúde (OPAS, 2021), o primeiro alerta a respeito da Covid-19 surgiu ao final de 2019, quando foi identificada uma provável nova cepa de coronavírus em humanos dentre os casos de pneumonia na cidade de Wuhan, na China. A confirmação da existência de uma nova doença não tardou: nas primeiras semanas de 2020, a OMS (Organização Mundial de Saúde) confirmou o novo coronavírus, denominado SARS-CoV-2. O avanço de novos casos e óbitos fez com que a OMS buscasse coordenar esforços mundiais para a contenção da doença, para sua investigação e para o desenvolvimento de protocolos sanitários e vacinas.
Em função dos milhares de casos em vários países e regiões do mundo, a OMS declarou, em março, a existência de uma pandemia de Covid-19. Os dados de dezembro de 2021 já registravam 267.865.289 casos de Covid-19 no mundo (4.226.593 apenas nos últimos sete dias), dos quais 5.285.888 resultaram em morte (WHO, 2021).
A reação da comunidade internacional estimulou uma verdadeira corrida para a descoberta de uma vacina que pudesse fazer frente à doença. Em agosto de 2020, vários estudos já estavam sendo realizados e, desde que foram criadas, as várias vacinas disponíveis imunizaram milhões de habitantes. Dados de dezembro de 2021 apontavam que, no mundo, a cada 100 habitantes, 44,29 já estavam totalmente imunizados (WHO, 2021).
A proporção mundial da pandemia, a rapidez com que o vírus se espalhou, o modo súbito com que os serviços públicos de saúde foram sobrecarregados com casos de síndrome respiratória aguda grave (SARS), tanto em países desenvolvidos como em países em desenvolvimento, e a aparente demora na produção de informações confiáveis sobre a profilaxia, os efeitos secundários e o tratamento da nova doença alimentaram um sem-número de fake news. A maior parte delas versava sobre supostas intenções conspiratórias da China (que teria espalhado o vírus para prejudicar a economia dos países em desenvolvimento) e sobre as vacinas, que poderiam conter chips para controle e vigilância das pessoas, entre outras narrativas pseudocientíficas. A desconfiança em relação aos centros de pesquisa, aos órgãos de representação internacional e às mídias convencionais incentivou o acesso a fontes duvidosas da web, o que provocou o aumento da desinformação e do negacionismo. Por conta desse contexto, algumas instituições mundiais reuniram esforços para combater os mitos e os boatos envolvendo a doença, em especial quanto aos métodos de profilaxia (uso de máscara e higiene constante das mãos) e à vacinação (Paho, 2021a; 2021b). Esse esforço, no caso de países governados por conservadores ideologicamente orientados à direita – como o Brasil – teve que superar significativos obstáculos e enfrentar inúmeras dificuldades.
O primeiro caso de Covid-19 no Brasil foi identificado no final de fevereiro de 2020: tratava-se de um homem de 61 anos que acabara de chegar de viagem da Itália, e que dera entrada em um hospital de São Paulo. Segundo a Agência Brasil (2021), no mês de março já tínhamos casos de transmissão comunitária, ou seja, o vírus já circulava na população[187]. A cisão entre o governo federal e os Estados e Municípios ocorreu em função de diferentes perspectivas em relação à obrigatoriedade do uso de máscaras e do isolamento social: enquanto o governo federal ainda minimizava os efeitos da pandemia e defendia que os cidadãos tinham o direito de escolher não usar máscara, os governadores e prefeitos trataram de buscar o apoio do Supremo Tribunal Federal (STF). Em abril de 2020, o STF reconheceu a competência de Estados, do Distrito Federal, dos Municípios e da União para a execução de ações de combate à pandemia. Essa decisão, portanto, autorizava que governadores e prefeitos decretassem lockdowns e obrigassem o uso de máscara em espaços públicos (Radio Senado, 2020). Apesar da rápida ação de governadores e prefeitos, os casos de contágio e de óbito se multiplicaram. As dezenas de milhares de mortes transformaram-se em centenas de milhares de mortos: de fevereiro de 2020 a dezembro de 2021, foram identificados 22.177.059 casos de contágio e 616.457 mortes por Covid-19 no Brasil (São Paulo, 2021).
No âmbito federal, o cargo de Ministro da Saúde mostrou-se de alta rotatividade: em quase dois anos, o Brasil teve quatro ministros da Saúde (Luiz Henrique Mandetta, Nelson Teich, Eduardo Pazuello e Marcelo Queiroga). Era quase impossível para o governo federal encontrar alguém respeitado pela comunidade médica que aceitasse ceder às diretrizes do presidente Bolsonaro quanto ao enfrentamento à pandemia (Senado Federal, 2021). Aliás, o presidente, de forma contínua, em entrevistas ou conversas com apoiadores à frente do Palácio do Planalto, continuava a negar a gravidade da situação, a fazer deboche de medidas sanitárias, a boicotar o isolamento social e o uso de máscara, a defender o uso de remédios ineficazes para uma suposta prevenção contra a Covid-19 (contrariamente à opinião da comunidade científica internacional), a defender uma estapafúrdia tese de imunidade de rebanho (ou seja, a imunidade que a sociedade alcançaria quando a maioria da população já tivesse contraído o novo coronavírus), a lançar suspeitas contra os centros de pesquisa e indústrias farmacêuticas envolvidas com os estudos sobre a doença, a difundir informações inverídicas e sem qualquer fundamentação científica e a boicotar, quase de forma explícita, a aquisição das vacinas que estavam disponíveis no mercado (inclusive a fabricada no Brasil com o uso de tecnologia chinesa) (Senado Federal, 2021). Tal panorama retardou os esforços para a testagem em massa, para a distribuição de recursos e materiais para o combate à pandemia e para o tratamento dos que haviam contraído a doença (Humanista, 2021). Ainda é importante mencionar que nem mesmo a área da Ciência, Tecnologia e Inovações, comandada pelo tenente-coronel Marcos Pontes, conseguiu agir de forma a mediar as tensões entre o governo e a sociedade civil, em especial entre as autoridades que, efetivamente, decidiam sobre as políticas de combate à pandemia, e a comunidade acadêmica e científica. Embora portador de um bacharelado em Ciências Aeronáuticas e Administração Pública, e tendo formação como engenheiro aeronáutico, além de mestrado em Engenharia de Sistemas, Pontes (que chegou ao governo carregando o título de primeiro – e único, até agora – astronauta brasileiro) não tomou quaisquer medidas visíveis de enfrentamento ao negacionismo, tampouco buscou minorar os embates entre as alas ideológicas do governo e as universidades, instituições de pesquisa e de avaliação da pesquisa e da aprendizagem em nível superior. Ao contrário, demorou a reagir à iniciativa do Ministério da Economia de desviar recursos destinados à Ciência para outras áreas, puniu servidores públicos de carreira por motivos obscuros, foi omisso em relação às necessidades de institutos de pesquisa quanto à aquisição de insumos para a continuidade dos trabalhos, não se mobilizou diante da iniciativa do Ministério Público em suspender a avaliação de programas de pós-graduação (SBPC, 2022).
Outra área marcada pelos embates ideológicos foi o da Educação: de forma semelhante ao que ocorreu no Ministério da Saúde, desde a posse do presidente Bolsonaro, os conflitos entre as alas do governo provocaram sucessivas mudanças na gestão do órgão. De janeiro de 2019 até a data em que este artigo foi redigido, três ministros ocuparam o cargo[188]. O primeiro foi Ricardo Vélez Rodrigues, bacharel em Humanidades e Filosofia, teólogo e professor (MEC, 2020). No dia de sua nomeação, Vélez publicou um texto no qual afirmava ser importante defender a educação brasileira de “uma doutrinação de índole cientificista e enquistada na ideologia marxista”. Ao invés de educação sexual e “ideologia de gênero”, iria privilegiar a “preservação da vida, da família, da religião, da cidadania, em soma, do patriotismo" (El País Brasil, 2018). Vélez permaneceu no cargo por três meses. O segundo Ministro da Educação foi Abraham Weintraub. Professor da UNIFESP e economista, já havia participado da equipe de campanha do então candidato Bolsonaro (MEC, 2020). Em abril de 2019, ordenou o contingenciamento de verbas das universidades federais, paralisando o pagamento de bolsas e forçando a interrupção de projetos de pesquisa. Posteriormente, Weintraub foi chamado pela Comissão de Educação da Câmara dos Deputados para prestar contas de sua declaração de que, nas universidades federais, existiam extensas "plantações de maconha" (BBC Brasil, 2020b). Em abril de 2020, em meio aos milhares de doentes e de óbitos, Weintraub debochou da China, afirmando ser a pandemia uma ação orquestrada por aquele país para dominar o mundo. Milton Ribeiro, pastor presbiteriano, criacionista e teólogo, assumiu o Ministério em julho de 2020 como resultado do lobby da ala evangélica alinhada ao governo federal. Profissional da área da Educação, seu histórico incluía estreitos laços com a Universidade Presbiteriana Mackenzie, instituição privada de São Paulo conhecida por defender a teoria do design inteligente como alternativa “cientificamente válida” à teoria darwiniana da seleção natural (ABCC, 2017).
O INEP, responsável pela elaboração e aplicação de exames de larga escala, sofreu as consequências das constantes mudanças no Ministério. Desde janeiro de 2019, cinco presidentes comandaram o órgão: Maria Inês Fini, uma das idealizadoras da prova do ENEM e que havia sido nomeada no governo anterior, foi demitida assim que o governo Bolsonaro assumiu; Marcus Vinicius Rodrigues permaneceu no posto por três meses; Elmer Vicenzi ficou só 18 dias no cargo; Alexandre Lopes permaneceu como presidente do INEP durante nove meses. Danilo Dupas Ribeiro, empossado em março, é o atual presidente, e sua gestão também tem sido marcada por problemas: nos últimos dois meses de 2021, em meio à realização das provas do ENADE e do ENEM, o INEP viu 37 de seus técnicos pedirem exoneração em função de discordância e insatisfação com os rumos que a área estava tomando (Globo G1, 2021). No início de 2022, outro problema surgiu: o diretor de Gestão e Planejamento do INEP, após a realização do ENEM 2021, foi exonerado, possivelmente por conta de uma atuação marcada pela resistência ao atendimento dos planos do governo, e já buscando sobreviver num ambiente de tentativas sucessivas de interferência nos exames do INEP e de denúncias de servidores por assédio moral (Folha de São Paulo, 2022).
Considerando a conjuntura aqui tratada, nosso objetivo é refletir sobre a forma como o tema da pandemia foi tratado na prova do ENADE em 2021. Ainda, o debate que propomos é o de pensar se a inclusão de temas associados à pandemia – e a forma como essa inclusão foi realizada – podem servir de sinalizadores de um movimento de resistência da comunidade acadêmica e dos técnicos do INEP ao desejo, por parte do Governo Federal, de se fazer representar ideologicamente nas provas do ENADE. Nas seções seguintes, veremos quais conteúdos estavam previstos para o componente de Formação Geral e quais itens, entre os propostos nas provas de 2021, envolveram a temática relacionada à pandemia.
Os conteúdos do componente de Formação Geral nas provas do ENADE de 2021 e os itens sobre a pandemia
Os objetivos referentes à aplicação de itens de caráter geral e os temas a serem tratados no componente de Formação Geral no ENADE de 2021 foram apresentados na Portaria 386 do INEP (Brasil, 2021). Nas provas do ENADE de 2021, tal como ocorreu em outros anos, o componente de Formação Geral compreendeu 10 itens, sendo 8 de múltipla escolha e 2 de caráter dissertativo. Este componente foi responsável por 25% da nota final atribuída ao aluno. O componente previa, como características desejáveis do egresso, o comprometimento com a ética e com questões sociais, culturais e ambientais; o comprometimento com o exercício da cidadania; a crítica humanista com base no conhecimento científico historicamente construído; a proatividade e a solidariedade na tomada de decisões; e a colaboração e proposição no trabalho em equipes (em especial no tocante ao respeito às diferenças). Como competências, seriam avaliadas aquelas associadas ao fomento do diálogo e de práticas de convivência; à busca por soluções inovadoras; à sistematicidade e à análise de informações para a tomada de decisões; ao planejamento e à elaboração de projetos de ação e intervenção; à compreensão das linguagens (verbais e não verbais); à articulação de argumentos e contra-argumentos e ao estabelecimento de relações de causalidade (Brasil, 2021).
De acordo com o Art. 6º. da Portaria 386, os componentes de Formação Geral tomariam como referencial os seguintes temas:
I - Ética, democracia e cidadania;
II - Estado, sociedade e trabalho;
III - Educação e desenvolvimento humano e social;
IV - Cultura, arte e comunicação;
V - Ciência, tecnologia e inovação;
VI - Promoção da saúde e prevenção de doenças;
VII - Segurança alimentar e nutricional;
VIII - Meio ambiente: biodiversidade, sustentabilidade e intervenção humana;
IX - Cidades, habitação e qualidade de vida;
X - Processos de globalização e política internacional;
XI - Sociodiversidade e multiculturalismo;
XII - Acessibilidade e inclusão social (Brasil, 2021).
Todos os temas sugeridos na Portaria poderiam remeter ou ser associados a situações vividas pela sociedade brasileira ao longo de quase dois anos de pandemia. A questão da desigualdade social; a necessária intervenção do Estado no sentido de garantir uma renda mínima para os segmentos economicamente mais vulneráveis da sociedade; o reconhecimento da importância de serviços públicos de saúde; a admissão de que a degradação ambiental poderia colocar o futuro da espécie humana em risco; e o negacionismo em relação à ciência e a suas instituições, todos esses foram elementos a respeito dos quais o corpo social brasileiro teve que refletir quando da mobilização de esforços para o enfrentamento à pandemia. Resta-nos, portanto, responder de que maneira o tema da pandemia compareceu nos itens do componente de Formação Geral das provas do ENADE de 2021. Apesar de buscarmos indícios no texto dos itens presentes no componente de Formação Geral que claramente tratam da pandemia, nossa análise é de interpretação sociocultural. Em outros termos, propomos discutir mais abertamente de que forma o arcabouço institucional representado pelas Portarias pode ter determinado o conteúdo das questões das provas do ENADE, numa resposta às tensões políticas nas áreas da Educação, da Saúde e da Ciência nos últimos três anos.
Dentre os dez itens de Formação Geral, dois estão especificamente relacionados ao contexto da pandemia. Um item fez referência aos diferentes impactos que a pandemia causou em termos de expectativa de vida dos norte-americanos, considerando-se os grupos étnicos (brancos, negros e latino-americanos); o outro, tratou de relações entre tecnologia, busca por informações a respeito de saúde e adoção de hábitos saudáveis. Embora o segundo item não tenha relação direta com a pandemia, os seus conteúdos envolvem questões que foram (e ainda são) intensamente debatidas na sociedade, em especial quanto às fake news e às campanhas de desinformação realizadas por setores políticos mais conservadores. A seguir, apresentamos cada item e a análise realizada a respeito do conteúdo que nele foi proposto.
O item FG01
O texto-base do item a partir de agora denominado FG01 reproduz um trecho de uma reportagem da Revista EXAME, publicada em 2021. São mencionados os impactos econômicos da pandemia no mundo todo e são discutidos os resultados de um estudo no qual os pesquisadores observaram uma queda na expectativa de vida dos norte-americanos, em função da pandemia. Segundo os dados da pesquisa, observaram-se diferentes níveis de redução de expectativa de vida, em função da etnia do grupo analisado. Nesse sentido, o estudo evidenciou que a redução era maior entre os latinos e negros, nessa ordem.
O enunciado envolve identificar como corretas ou não duas assertivas; e apontar a existência ou não de uma relação causal entre elas, caso percebidas como corretas. A primeira assertiva afirma que há relação entre situação de vulnerabilidade social e os diferentes efeitos da pandemia da Covid-19; a segunda aventa a hipótese de que os níveis diferentes de impacto na expectativa de vida por etnia devem-se às distintas condições de trabalho de negros e latino-americanos, o que levaria a diferentes níveis de exposição à doença.
As alternativas alternam a identificação das afirmativas como corretas ou incorretas, e sugerem diferentes relações de causalidade entre elas. O gabarito indica as duas assertivas como verdadeiras, sendo a segunda uma justificativa correta da primeira, ou seja, o fato de existirem diferentes condições de trabalho em diferentes grupos étnicos (quer dizer, de existirem diferentes níveis de vulnerabilidade social) justifica os diferentes impactos da pandemia quando considerados grupos étnicos distintos. A seguir, apresentamos o item FG01.
Item FG01
A pandemia ocasionada pelo novo Coronavírus gerou impactos negativos na economia e nos negócios, intensificando problemas sociais no mundo todo. Nos Estados Unidos, um estudo realizado com a parceria de duas importantes universidades verificou que a expectativa de vida dos norte-americanos caiu 1,1 ano em 2020. A nova expectativa é de 77,4 anos. De acordo com o estudo, esta foi a maior queda anual da expectativa de vida já registrada nos últimos 40 anos. O declínio é ainda maior se considerada a expectativa de vida para negros que moram no país, cuja queda foi de 2,1 anos. Para a população latina, essa queda foi de 3 anos. O declínio na expectativa de vida dos latinos é significativo, uma vez que eles apresentam menor incidência de condições crônicas que são fatores de risco para a Covid-19 em relação às populações de brancos e negros.
Loureiro, R. Covid-19 reduz gravemente expectativa de vida de negros e latinos nos EUA. Revista Exame, 2021 (adaptado).
Considerando as informações apresentadas no texto, avalie as asserções a seguir e a relação proposta entre elas.
I. O efeito desproporcional da pandemia da Covid-19 na expectativa de vida da população negra e latino-americana estabelece relação com sua situação de vulnerabilidade social.
PORQUE
II. Uma hipótese que pode ser levantada quanto à diminuição da expectativa de vida de negros e latino-americanos está relacionada às suas precárias condições de trabalho, levando-os a maior possibilidade de exposição ao contágio pelo novo Coronavírus.
A respeito dessas asserções, assinale a opção correta.
a) As asserções I e II são proposições verdadeiras, e a II é uma justificativa correta da I.
b) As asserções I e II são proposições verdadeiras, mas a II não é uma justificativa correta da I.
c) A asserção I é uma proposição verdadeira, e a II é uma proposição falsa.
d) A asserção I é uma proposição falsa, e a II é uma proposição verdadeira.
e) As asserções I e II são proposições falsas.
Gabarito: A.
Como é possível perceber, o item aborda alguns importantes fenômenos sociais decorrentes da pandemia. Embora o exemplo citado seja de um estudo realizado nos Estados Unidos (e que envolve, portanto, dados referentes àquela sociedade), o item aborda resultados que se repetiram em todos os lugares do mundo, quais sejam, o de que a vulnerabilidade social determinou os níveis de impacto da pandemia, e o de que a vulnerabilidade social esteve associada a inúmeras variáveis, dentre elas a etnia.
No Brasil, as primeiras medidas tomadas por prefeitos e governadores no combate à pandemia incluíram a recomendação de isolamento e distanciamento social, o fechamento das escolas, as restrições para o comércio e o uso de máscara em locais públicos. Demorou para que a sociedade brasileira percebesse que essas eram medidas que não alcançavam a todos: os que viviam da prestação de serviços diários (funcionários de limpeza, pedreiros, trabalhadores da construção civil, ambulantes e entregadores) estavam na informalidade e não tinham como trabalhar remotamente. Mesmo alguns trabalhadores do setor formal não tinham como trabalhar à distância: atendentes de farmácias, bancos e supermercados, motoristas de ônibus e, é claro, todos os profissionais da área da saúde. A continuidade das atividades escolares só era possível nos domicílios em que havia acesso à internet e dependia da disponibilidade de computadores na residência. O problema do distanciamento social também não era algo fácil de ser resolvido para boa parte dos habitantes dos centros urbanos: os mais vulneráveis do ponto de vista social moravam em condições extremamente precárias, incapazes de manter qualquer distância em relação aos demais moradores na residência.
O enfrentamento à pandemia de Covid-19 tinha que levar em conta que somos um país de imensas desigualdades sociais (Atlas Brasil, 2021; IBGE, 2021a; 2021b). Como adotar medidas que protegessem a todos? E, caso todos não estivessem protegidos, como interromper a circulação do vírus? Essas foram perguntas que a sociedade brasileira teve que responder: afinal, os dados comparativos entre número de casos e óbitos mostravam a desvantagem de homens pretos e mulheres pretas (dentre os quais a proporção de mortes era maior do que a existente nos grupos de pessoas brancas), de moradores de bairros de baixa renda, dos que dependiam dos serviços prestados pela rede pública de saúde (onde o índice de recuperação era menor, comparativamente à rede privada), dos que dependiam do trabalho diário para prover a família e dos que não tinham renda suficiente para a compra de máscaras e álcool em gel (RNSP 2020; 2021).
O quadro de desigualdade já era conhecido. Segundo o Atlas Brasil (2021), no ano de 2017, no Maranhão, 10,38% da população já havia sido internada por doenças relacionadas ao saneamento ambiental inadequado; em comparação, no estado de São Paulo essa condição atingia apenas 0,7% da população. Em 2017, no Amapá, apenas 39% das crianças nascidas vivas tinham tido suas mães atendidas em, pelo menos, sete consultas de pré-natal; no Paraná, essa proporção era de 84% (Atlas Brasil, 2021). Em 2017, uma criança nascida no Maranhão tinha uma expectativa de vida de 70 anos; uma criança nascida em Santa Catarina, 79 (IBGE, 2021a). Em 2018, no Brasil, 41,5% de pessoas de 14 anos ou mais de idade estavam trabalhando em ocupações informais no momento da pesquisa; dentre a população branca, essa proporção era de 34,6%; entre pretos e pardos, 47,3%. No mesmo ano, na Região Norte, 51,7% das pessoas brancas de 14 anos ou mais estavam em ocupações informais; no caso dos pretos e pardos, essa proporção era de 61% (IBGE, 2021b).
Consideremos o estado de São Paulo, cujo PIB (Produto Interno Bruto) era, em 2019, de aproximadamente US$ 600 bilhões, "maior que o de países como Polônia, Suécia, Bélgica, Argentina, Áustria, Noruega, Irlanda, Singapura e Dinamarca” (Casa Civil SP, 2020). É neste estado que está localizado o município que mais contribui para o PIB do país, o município de São Paulo que, em 2019, foi responsável por 10,3% do PIB do Brasil (IBGE, 2021c). Apesar da riqueza e da pujança, a cidade mais rica do estado mais rico da federação foi, também, o cenário de imensas desigualdades sociais. Em edição extraordinária do “Mapa de Desigualdades”, a RNSP (2020) declarou haver:
evidências de que o impacto da pandemia se relaciona com as vulnerabilidades e desigualdades territoriais e que a qualidade de vida e longevidade são aspectos que podem influenciar esses números. Os distritos onde as pessoas vivem mais tempo, são os que têm melhores condições de vida e onde as mortes por Covid-19 estão crescendo pouco. Na outra ponta, nos distritos onde as pessoas vivem menos tempo, encontra-se também piores condições de vida e é onde as mortes por coronavírus estão crescendo consideravelmente desde o começo da pandemia.
(...)
Apesar dos dados desagregados de óbitos da população negra ainda não serem divulgados, é possível compreender com graus de associação relevante, de que, os falecimentos de Covid-19 afetam mais a população negra, já que os distritos que representam os maiores números de mortes também são os que concentram a maioria da população negra, e na mesma linha, os distritos com os menores números de óbitos pela pandemia são também os que concentram números muito reduzidos de residentes pretos e pardos.
(...)
Os 11 distritos que não reúnem domicílios em favelas, de acordo com dados oficiais, têm baixo número de óbitos por Covid-19, em comparação com a média da cidade. [...] Os dois distritos que têm mais falecimentos por Covid-19 têm o percentual de domicílios em favelas 3 vezes maior que a média da cidade. Brasilândia e Sacomã têm 30% e 28% de seus domicílios em favelas (RNSP, 2020).
A interpretação do texto do item permite-nos concluir que, apesar de envolver dados referentes à realidade norte-americana, ele apresenta uma grande aderência aos problemas que a sociedade brasileira enfrentou no cenário pandêmico. Não apenas o item aborda os diferentes impactos da pandemia em função de condições de trabalho e de qualidade de vida para distintos grupos sociais, mas também se propõe a refletir sobre as relações de causalidade entre vulnerabilidade socioeconômica e maior exposição aos efeitos negativos da pandemia.
O item FG02
O item FG02 envolve as relações entre a adoção de hábitos saudáveis e a busca de informações sobre saúde na internet. São dois textos-base: o primeiro, citando informações de um estudo norte-americano, diz respeito à busca de informações na internet e a comportamentos relacionados à saúde, em especial na busca por diagnósticos precoces de doenças e enfermidades; o segundo, com base em pesquisas realizadas no Brasil, fala sobre o hábito de utilizar a internet como fonte confiável para dúvidas de natureza médica, o que tem feito aumentar o índice de autodiagnóstico e automedicação. Os dois textos, embora tragam exemplos positivos do uso da web para a coleta de informações, também mencionam alguns aspectos negativos desse comportamento, em particular no que respeita à falta de critérios dos usuários na escolha de fontes. O enunciado do item apresenta três assertivas sobre os textos e as alternativas solicitam que sejam identificadas quais as assertivas estão corretas. A seguir, apresentamos o item FG02.
Item FG02
TEXTO I
O estudo Internet and American Life Project, do Pew Research Center, demonstrou que, em 2009, metade das buscas de temas relacionados à saúde na internet era feita para terceiros, e quase seis em cada dez pessoas que usaram meios digitais para se informar sobre saúde mudaram o enfoque com que cuidavam da própria saúde ou da de algum parente. Estima-se que exista uma correlação positiva entre o grau de conhecimento das doenças (seus fatores de risco, formas de prevenção e tratamento) e a taxa de adoção de hábitos saudáveis pela sociedade. O aumento nos diagnósticos precoces do câncer de mama e a diminuição do tabagismo são dois exemplos clássicos a favor dessa ideia. Acredita-se que indivíduos mais bem informados aderem a comportamentos preventivos e reagem melhor a uma enfermidade. Infelizmente, a divulgação de temas médicos é uma faca de dois gumes: quem não sabe nada está mais perto da verdade do que a pessoa cuja mente está cheia de informações equivocadas. Conseguir que a mensagem seja bem decodificada pelos receptores é o grande desafio que preocupa (ou deveria preocupar) tanto médicos quanto jornalistas.
Tabakman, R. A saúde na mídia: medicina para jornalistas, jornalismo para médicos. Trad. Lizandra Magon de Almeida. São Paulo: Summus Editorial, 2013 (adaptado).
TEXTO II
De acordo com os dados da última TIC Domicílios — pesquisa realizada anualmente com o objetivo de mapear formas de uso das tecnologias de informação e comunicação no país —, aproximadamente 46% dos usuários de Internet no Brasil utilizam a rede à procura de informações médicas sobre saúde em geral e serviços de saúde. Para uma médica e pesquisadora da Fiocruz, os indivíduos sempre procuraram informações sobre seu estado de saúde, mas é inegável que o surgimento da Internet trouxe um aumento significativo do acesso a informações amplificando assim os reflexos deste processo e alterando a relação entre os indivíduos. A pesquisadora chama a atenção para o perigo do autodiagnóstico e da automedicação, que podem gerar consequências nefastas tanto para os indivíduos quanto para a saúde pública, uma vez que boa parte dos estudos mostra que não são adotados critérios durante as buscas na Internet.
Disponível em: https://agencia.fi ocruz.br/conteudos-sobre-saude-na-web-alteram-relacao-médico-paciente. Acesso em: 16 abr. 2020 (adaptado).
Considerando a abordagem dos textos, avalie as afirmações a seguir.
I. Os textos I e II evidenciam a importância de critérios nas buscas realizadas pelos usuários da Internet por informações sobre patologias, pois algumas informações podem trazer riscos à saúde por fomentarem a compreensão equivocada de sintomas e profilaxias.
II. O texto I afirma que a disponibilização de informações sobre temas de saúde nos meios de comunicação tem contribuído para o esclarecimento da população acerca de hábitos saudáveis.
III. No texto II, defende-se o acesso a informações relativas a pesquisas da área da saúde nos veículos de comunicação, pois elas permitem que o indivíduo seja proativo na prevenção de patologias.
É correto o que se afirma em
a) I, apenas.
b) III, apenas.
c) I e II, apenas.
d) II e III, apenas.
e) I, II e III.
Gabarito: C.
Como é possível aventar, a formulação do item pode ter induzido os estudantes ao erro: há dois textos, I e II; há três assertivas, I, II e III; há cinco alternativas que identificam as assertivas verdadeiras. O fato de o item fazer uso da mesma numeração para os textos e para as assertivas pode ter confundido os respondentes. Apenas para exemplificar, tomemos o caso da alternativa c: essa alternativa indica como verdadeiras as assertivas I e II. A assertiva I faz referência aos textos I e II; a assertiva II faz referência ao texto I. Assim, caso o aluno tenha errado, resulta ser de extrema dificuldade identificar qual raciocínio errado pode ter levado à escolha da alternativa incorreta.
Embora o item não trate diretamente da pandemia, é plausível estabelecer relações entre o que nele está sendo abordado e vários dos problemas enfrentados pela sociedade ao longo dos últimos dois anos, em especial a disseminação de notícias falsas via internet. Segundo Falcão e Souza (2021), a sociedade em rede tem seu funcionamento estruturado em termos globais e, nela, os múltiplos emissores de informação têm os instrumentos necessários para divulgar e disseminar o que consideram verdade, relativizando-a. Não à toa, a segunda metade do século XXI consagrou a Era da Pós-verdade, “período em que decisões tomadas por apelos emocionais parecem ter mais peso do que aquelas motivadas por fatos objetivos” (Falcão e Souza, 2021: 57). Este cenário se sustenta na desordem e na promoção da desconfiança em relação às instituições e aos meios de comunicação tradicionais, alimentando a crença de que a verdade pode ser escolhida em função do que se quer acreditar, ou melhor, que a verdade pode ser escolhida em função de crenças pessoais, independentemente de quaisquer evidências científicas. Com base nas ideias de Castells, Falcão e Souza (2021) esboçam as condições que estimulam o ambiente da pós-verdade:
as sociedades em geral têm sofrido com múltiplas crises, a saber: uma crise econômica que se prolonga em precariedade de trabalho e em salários de pobreza; um terrorismo fanático que fratura a convivência humana, alimenta o medo e dá amparo à restrição da liberdade em nome da segurança; as permanentes ameaças de guerras atrozes como forma de lidar com os conflitos; uma violência contra as mulheres que ousaram ser elas mesmas; uma galáxia de comunicação dominada pela mentira; a ausência de privacidade, na qual nos transformamos em dados; e uma cultura denominada entretenimento e construída sobre o estímulo de nossos baixos instintos e a comercialização de nossos demônios (Falcão; Souza, 2021: 58).
A negação da ciência (por meio de informações que negam o aquecimento global e a chegada do Homem à Lua, por exemplo) e a destruição das reputações de instituições de pesquisa ou de representação internacional (como a OMS) são efeitos do mundo da pós-verdade. Segundo Falcão e Souza (2021), se a “infodemia” é a propagação excessiva de informações e a desinformação é o vazamento intencional de informações enganosas, podemos concluir que o contexto da pandemia de Covid-19 acabou por criar as condições necessárias para o surgimento de uma “desinfodemia”, ou seja, uma campanha de desinformação excessiva, em geral comandada por grupos conservadores de extrema direita.
Os temas das fake news relacionadas à Covid-19 são: a) origem e propagação do vírus; b) estatísticas falsas e enganosas; c) impactos econômicos (e sanitários) da pandemia; d) descrédito dos jornalistas e dos meios de comunicação; e) ciência médica: sintomas, diagnóstico e tratamento; f) impactos na sociedade e no meio ambiente; g) politização com ponto de vista; h) conteúdos promovidos para lucro fraudulento, a partir dos dados pessoais; e i) sobre celebridades que supostamente foram contaminadas (Falcão; Souza, 2021: 64).
No mundo em rede, a internet e as redes sociais potencializaram a disseminação de fake news; e com tal sucesso que acabaram por contribuir para a redução dos índices de imunização da população por meio de campanhas contrárias à vacinação. Durante a pandemia, esta ação provocou danos maiores, já que foram inúmeras as informações falsas disseminadas. Apenas para exemplificar, podemos citar notícias que afirmaram que o coronavírus poderia ser combatido (ou prevenido) com a ingestão de café, de chá de limão com bicarbonato, de água a cada quinze minutos, de alimentos alcalinos, de chá de erva-doce, de água com alho, de chá de abacate com hortelã e de uísque e mel (Falcão; Souza, 2021). Algumas medicações também foram alçadas à categoria de milagrosas formas de prevenção e cura da Covid-19, dentre elas a hidroxicloroquina, a ivermectina, o zinco e a ozonioterapia por via retal. Também foi divulgado que o feijão da Igreja Mundial desativava o coronavírus e que a OMS recomendava “evitar sexo desprotegido com animais” (Barcelos et al., 2021). Informações falsas sobre os métodos profiláticos também invadiram as redes sociais, como as que afirmavam que o álcool em gel não funcionava como forma de prevenção e que o termômetro digital infravermelho causava câncer e cegueira (Barcelos et al., 2021).
As campanhas de desinformação buscaram desacreditar os softwares utilizados pela área da Saúde para controle do número de casos e óbitos, insinuando que os aplicativos, quando instalados, poderiam extrair informações pessoais dos celulares. Aliás, a campanha para desacreditar os órgãos oficiais e os meios de comunicação chegou a divulgar que caixões vazios estavam sendo enterrados apenas para apavorar a população e superestimar o número de mortos por Covid-19 (BBC Brasil, 2020a). O próprio presidente brasileiro auxiliou na disseminação de notícias falsas sobre o suposto superdimensionamento das mortes, estimulando a população a invadir hospitais e “comprovar” a inexistência de doentes internados (Folha de São Paulo, 2020).
Outras notícias fizeram ostensiva campanha contra as vacinas, afirmando que elas disseminariam outras doenças (como o HIV, por exemplo, ou pneumonia e infertilidade masculina) (Falcão; Souza, 2021). O presidente brasileiro colaborou para a desinformação:
“Lá no contrato da Pfizer, está bem claro, nós (a Pfizer) não nos responsabilizamos por qualquer efeito colateral. Se você virar um jacaré, é problema seu”, disse Bolsonaro, que questionou em várias ocasiões as vacinas e a gravidade da pandemia que já deixou quase 185 mil mortos no Brasil. “Se você virar Super-Homem, se nascer barba em alguma mulher aí, ou algum homem começar a falar fino, eles (Pfizer) não têm nada a ver com isso. E, o que é pior, mexer no sistema imunológico das pessoas”, continuou Bolsonaro em evento realizado nesta quinta-feira na Bahia (ISTO É, 2020).
A análise do item FG02 nos leva a concluir sobre a existência de uma clara aderência de seu conteúdo à realidade pandêmica brasileira, assim como os conteúdos previstos pelo INEP para o componente de Formação Geral. Tal como ocorreu no item anterior, os dados apresentados não dizem respeito única e exclusivamente ao Brasil. De fato, sequer fizeram referência direta à questão da pandemia. No entanto, é inegável que os temas discutidos no item são significativamente importantes e relevantes no atual contexto de enfrentamento à Covid-19.
Considerações Finais
Os itens envolvendo aspectos relativos ao contexto da pandemia representam 25% da prova de Formação Geral, o que indica a importância que o INEP atribuiu ao tema e evidencia a disposição dos formuladores de incluir essa temática na prova.
Discutimos, ainda, como esses itens podem estar relacionados aos conflitos e aos embates ocorridos no Brasil nos últimos dois anos, ainda que a pandemia não estivesse listada explicitamente como possibilidade de componente para o ENADE 2021. Nossa análise textual indica que, ao tratarem dos diferentes impactos da pandemia, em função de distintos graus de vulnerabilidade social, e ao abordarem as relações entre a qualidade da informação e a adoção de comportamentos relacionados à saúde, os itens envolveram tópicos que foram (e ainda são) alvo de intensos embates e discussões na sociedade brasileira.
Chama a atenção o fato de os dois itens abordarem situações que não tiveram apenas o Brasil como referência: no caso do item FG01, o texto-base tratou da realidade norte-americana; e um dos textos do item FG02 remeteu a um estudo também norte-americano. Podemos aventar que esta escolha tenha sido estratégica, com o objetivo de deslocar o problema de um cenário única e exclusivamente brasileiro e, assim, imprimir mais autoridade aos argumentos apresentados nos textos-base; e, ao mesmo tempo, proteger os formuladores da prova. Afinal, não podemos esquecer que o clima de beligerância e intolerância que contaminou as áreas da Saúde e da Educação, no Brasil, tem gerado movimentos persecutórios contra cientistas e instituições, várias vezes colocados na posição de alvos preferenciais das milícias digitais que defendem as pautas do governo diante da opinião pública.
Os itens sobre a pandemia remetem a conflitos e discussões do momento social e político do País. Considerando, de um lado, a apropriação ideológica que setores mais conservadores realizaram das narrativas sobre a pandemia, e, de outro, os muitos sinais de inconformidade da sociedade civil, podemos supor que a prova do ENADE se insere numa estratégia de resistência ao negacionismo e de luta da comunidade acadêmica pelo pleno exercício da cidadania. De acordo com nossa análise, a prova parece reverberar as reações de apoio da sociedade brasileira à área científica e às suas instituições. Apesar dos cortes de verbas e da perseguição política, o Instituto Butantã e a Fundação Oswaldo Cruz (FIOCRUZ) foram bem-sucedidos na pesquisa e na oferta de vacinas. Não obstante à forte campanha do governo contra a vacinação, aproximadamente 70% da população brasileira já está vacinada. Em que pesem as fake news e o negacionismo presente nas instituições de Estado, os índices de vacinação mostram que a população não está afinada com a ojeriza à Ciência promovida pelo governo federal e por seus aliados. Ainda que houvesse o desgoverno e as descontinuidades no Ministério da Educação e no INEP, os formuladores da prova do ENADE de 2021 estariam defendendo a Ciência, a necessária seriedade dos meios de comunicação na difusão de informações científicas e a urgência de combatermos a desigualdade social.
Referências
ABCC Associação Brasileira de Cristãos na Ciência. (2021). Discovery-Mackenzie: Design Inteligente no Brasil. Disponível em: <https://www.cristaosnaciencia.org.br/discovery-mackenzie-design-inteligente-no-brasil/>; acesso em: 19 dez. 2021.
Agência Brasil. (2021). Primeiro caso de covid-19 no Brasil completa um ano. Brasil. DF, 2021. Disponível em: <https://agenciabrasil.ebc.com.br/saude/noticia/2021-02/primeiro-caso-de-covid-19-no-brasil-completa-um-ano>; acesso em: 18 dez. 2021.
Atlas Brasil. Consulta. (2021). Atlas do Desenvolvimento Humano no Brasil: PNUD; Fundação João Pinheiro; IPEA Instituto de Pesquisa Econômica Aplicada, 2021. Disponível em: <http://www.atlasbrasil.org.br/consulta>; acesso em: 25 dez. 2021.
Barcelos, Thainá do Nascimento de et al. (2021). Análise de fake news veiculadas durante a pandemia de COVID-19 no Brasil. Revista Panamericana de Salud Pública, v. 45: e65, 2021. Disponível em: <https://www.scielosp.org/article/rpsp/2021.v45/e65/pt/>; acesso em: 26 dez. 2021.
BBC Brasil. (2021). A farsa dos caixões vazios usados para minimizar mortes por covid-19. Maio de 2020. Disponível em: <https://www.bbc.com/portuguese/brasil-52584458>; acesso em: 26 dez. 2021.
BBC Brasil. (2021) Weintraub deixa o governo: seis polêmicas que marcaram a gestão no Ministério da Educação. Junho de 2020. Disponível em: <https://www.bbc.com/portuguese/brasil-53058067>; acesso em: 19 dez. 2021.
Brasil. Portaria INEP no. 386, de 23 de agosto de 2021. (2021). Ministério da Educação, Instituto Nacional de Estudos e Pesquisas Educacionais Anísio Teixeira, Brasília, DF, 2017. Disponível em: <https://www.in.gov.br/en/web/dou/-/portaria-n-386-de-23-de-agosto-de-2021-340157960>. Acesso em: 12 dez. 2021.
Casa Civil. Notícias. (2021). Governo do Estado de São Paulo, 2020. Disponível em: <http://www.casacivil.sp.gov.br/sao-paulo-e-a-21a-maior-economia-do-mundo/#:~:text=O%20PIB%20paulista%20%C3%A9%20maior,mercado%20consumidor%20da%20Am%C3%A9rica%20Latina>; acesso em: 25 dez. 2021.
Dias Sobrinho, José. (2021). Avaliação e transformações da educação superior brasileira (1995-2009): do provão ao SINAES. Avaliação: Revista da Avaliação da Educação Superior, Campinas, v. 15, n. 1: 195-224, 2010. Disponível em: http://www.scielo.br/pdf/aval/v15n1/v15n1a11.pdf. Acesso em: 09 dez. 2021.
El País Brasil. (2018). "Anti-marxista" indicado por Olavo de Carvalho será ministro da Educação. Disponível em: <https://brasil.elpais.com/brasil/2018/11/22/politica/1542910509_576428.html>; acesso em>: 19 dez. 2021.
Falcão, Paula; Souza, Aline Batista de. (jan./mar. 2021). Pandemia de desinformação: as fake news no contexto da Covid-19 no Brasil. Revista Eletrônica de Comunicação, Informação & Inovação em Saúde, Rio de Janeiro, v. 15, n. 1: 55-71. Disponível em: < https://www.arca.fiocruz.br/handle/icict/47085>. Acesso em: 26 dez. 2021.
Folha de São Paulo. Bolsonaro estimula população a invadir hospitais para filmar oferta de leitos. (Junho de 2020). Disponível em: <https://www1.folha.uol.com.br/cotidiano/2020/06/bolsonaro-estimula-populacao-a-invadir-hospitais-para-filmar-oferta-de-leitos.shtml>; acesso em: 26 dez. 2021.
Folha de São Paulo. (Janeiro de 2022). Governo troca diretor de gestão do INEP após aplicação do ENEM 2021. Disponível em: <https://www1.folha.uol.com.br/educacao/2022/01/governo-troca-diretor-de-gestao-do-inep-apos-aplicacao-do-enem-2021.shtml>; acesso em: 21 jan. 2022
Globo G1 (2021). Inep: Entenda a crise que levou à saída de 37 servidores do órgão responsável pelo Enem e como isso pode afetar o exame. Novembro de 2021. Disponível em: <https://g1.globo.com/educacao/noticia/2021/11/09/inep-entenda-a-crise-no-orgao-responsavel-pelo-enem-e-como-isso-pode-impactar-o-exame.ghtml>; acesso em: 19 dez. 2021.
Humanista - Laboratório da Faculdade de Biblioteconomia e Comunicação da UFRGS. (2021). Covid-19: “Troca de ministros é sintoma de doença mais grave”, afirma especialista em saúde coletiva. Março de 2021. Disponível em: <https://www.ufrgs.br/humanista/2021/03/25/covid-19-troca-de-ministros-e-sintoma-de-doenca-mais-grave-afirma-especialista-em-saude-coletiva/>; acesso em: 18 dez. 2021.
IBGE. (2021). Agência de Notícias Releases. Disponível em: <https://censos.ibge.gov.br/2013-agencia-de-noticias/releases/23200-em-2017-expectativa-de-vida-era-de-76-anos.html>; acesso em: 25 dez. 2021.
IBGE. (2021). Estatísticas. São Paulo, 2021, Disponível em> <https://www.ibge.gov.br/estatisticas/sociais/populacao/25844-desigualdades-sociais-por-cor-ou-raca.html?edicao=25845&t=resultados>; acesso em: 25 dez. 2021.
IBGE. (2021). Agência de Notícias Sala de Imprensa. São Paulo, 2021. Disponível em: <https://agenciadenoticias.ibge.gov.br/agencia-sala-de-imprensa/32596-cidade-de-sao-paulo-concentra-10-3-do-pib-do-pais-em-2019.html>; acesso em: 25 dez. 2021.
INEP. (2010). Guia de elaboração e revisão de itens. Ministério da Educação, Instituto Nacional de Estudos e Pesquisas Educacionais Anísio Teixeira, Brasília, DF. Disponível em: <https://darnassus.if.ufrj.br/~marta/enem/docs_enem/guia_elaboracao_revisao_itens_2012.pdf>; acesso em: 17 dez. 2021.
INEP. (2021). Divulgados gabaritos preliminares do Enade 2021, Ministério da Educação, Instituto Nacional de Estudos e Pesquisas Educacionais Anísio Teixeira, Brasília, DF, 2021. Disponível em: <https://www.gov.br/inep/pt-br/assuntos/noticias/enade/divulgados-gabaritos-preliminares-do-enade-2021>; acesso em: 17 dez. 2021.
Isto É. (12/2020). Bolsonaro sobre vacina da Pfizer: ‘Se você virar um jacaré, é problema seu’. Disponível em: <https://istoe.com.br/bolsonaro-sobre-vacina-de-pfizer-se-voce-virar-um-jacare-e-problema-de-voce/>; acesso em: 26 dez. 2021.
Judensnaider, Ivy; Figueirôa, Silvia F. de M.; VILLAR, Renato Pacheco. (2021). Como as Teorias da Aprendizagem aparecem nas provas do ENADE?: Uma investigação para as Licenciaturas em Ciências e Matemática em 2017. Revista Internacional de Pesquisa em Didática das Ciências e Matemática: e021016-e021016, 2021. Disponível em: <https://periodicoscientificos.itp.ifsp.edu.br/index.php/revin/article/view/529>; acesso em: 18 dez. 2021.
Olabuenaga, J. I. R.; Ispizua, M. A. (1989). La descodificacion de la vida cotidiana: metodos de investigacion cualitativa. Bilbao, Universidad de deusto.
OPAS Organização Pan-Americana de Saúde. (2021). Histórico da pandemia de COVID-19. Disponível em: <https://www.paho.org/pt/covid19/historico-da-pandemia-covid-19>; acesso em: 12 dez. 2021.
PAHO Pan-American Health Organization. (2020). Perguntas frequentes sobre as vacinas candidatas contra a COVID-19 e os mecanismos de acesso. Versão 2, 27 de agosto de 2020. Disponível em: <https://iris.paho.org/handle/10665.2/52669>; acesso em: 12 dez. 2021.
PAHO Pan-American Health Organization. (2021). Caçadores de mitos sobre COVID-19. Disponível em: <https://www.paho.org/pt/cacadores-mitos-sobre-covid-19>; acesso em: 12 dez. 2021.
PAHO Pan-American Health Organization. (2021). Mitos e verdades vacinas COVID-19 - Coleção de redes sociais. Disponível em: <https://www.paho.org/pt/documentos/mitos-e-verdades-vacinas-covid-19-colecao-redes-sociais>; acesso em: 12 dez. 2021.
Radio Senado. (2020). STF reconhece competência de estados e municípios em regras de isolamento. Brasil: DF. Disponível em: <https://www12.senado.leg.br/radio/1/noticia/2020/04/16/stf-reconhece-competencia-concorrente-de-estados-df-municipios-e-uniao-no-combate-a-covid-19>; acesso em: 18 dez. 2021.
Richardson, R.J. (1989). Pesquisa social: método e técnicas. São Paulo, Atlas.
RNSP. (2020). Edição extraordinária do Mapa da Desigualdade indica CEP como fator de risco na pandemia. São Paulo: REDE NOSSA SÃO PAULO. Disponível em: <https://www.nossasaopaulo.org.br/2020/06/24/edicao-extraordinaria-do-mapa-da-desigualdade-indica-o-endereco-como-fator-de-risco-na-pan/>; acesso em: 25 dez. 2021.
RNSP. (2021). Mapa da Desigualdade 2021. São Paulo: REDE NOSSA SÃO PAULO, outubro de 2021. Disponível em: <https://www.nossasaopaulo.org.br/wp-content/uploads/2021/10/Mapa-Da-Desigualdade-2021_Tabelas.pdf>; acesso em: 25 dez. 2021.
Rocha, Paula Del Ponte; Ferreira, Maira. (2017). Avaliação em larga escala e indicativos de qualidade na educação. Revista Educação Em Questão, UFRN, v. 55, n. 43: 139-161. Disponível em: https://periodicos.ufrn.br/educacaoemquestao/article/view/11809. Acesso em: 09 dez. 2021.
São Paulo. (2021). SP Contra o Novo Coronavírus: Boletim Completo. Governo do Estado de São Paulo, 2021. Disponível em: <https://www.seade.gov.br/coronavirus/>; acesso em: 18 dez. 2021.
Senado Federal. (2021). Relatório Final: CPI da Pandemia. Brasil: DF. Disponível em: <https://legis.senado.leg.br/comissoes/comissao?codcol=2441>; acesso em: 18 dez. 2021.
Vianna, Heraldo Marelim. (2003). Avaliações nacionais em
larga escala: análises e propostas. Estudos em avaliação educacional,
São Paulo, n. 27: 41-76. Disponível em:
http://publicacoes.fcc.org.br/ojs/index.php/eae/article/view/2177. Acesso em: 09 dez. 2021.
WHO - World Health Organization. (2021). Coronavirus (COVID-19) DASHBOARD. Disponível em: <https://covid19.who.int/table>; acesso em: 12 dez. 2021.
Reseñas
– Dosier
https://doi.org/10.34024/prometeica.2022.24.13210
FilosofÍa de la redenciÓn
Reseña del
libro: Philipp Mainländer. Filosofía de la redención. Traducción de Sandra
Baquedano Jer. Santiago: Fondo de Cultura Económica, 2021 (516 pp.).
Ignacio
Moya
(Western
University)
ignaciomoyaa@gmail.com
Recibido: 31/12/2021
Aprobado: 30/01/2022
La pandemia del Covid que recorre el mundo desde el año 2020 ha dejado
una huella de muerte y sufrimiento a nivel global. No sólo porque la enfermedad
es en sí misma dolorosa sino porque todo aquello que antes de la pandemia era
normal, ha dejado de serlo. Las cuarentenas, el aislamiento y todo tipo de
restricciones no han hecho más que recordarnos lo frágil que es la vida. Si
antes había dudas acerca del poco poder que tenemos sobre el mundo y sobre los
procesos naturales que ocurren, ahora han de quedar muy pocas. Si algunos
llegamos a pensar que el ser humano estaba destinado a lograr grandes cosas,
que estaba destinado a conquistar la muerte, el dolor e incluso al planeta
entero, es momento de desechar esas aspiraciones. El mundo nos dice, con total
claridad - el sufrimiento es inevitable y nada pueden hacer ustedes para evitar
el desenlace que a todos nos espera: la muerte.
En este
contexto, Sandra Baquedano Jer nos presenta su reciente traducción del libro La
filosofía de la redención, obra del filósofo alemán Philipp Batz - más conocido
por su seudónimo Philipp Mainländer. Y lo cierto es que no pudo haber un mejor
momento. La profesora Baquedano ya nos presentó anteriormente una excelente
antología de La filosofía de la redención (Fondo de cultura económica, 2011,
141 pp) y en esta oportunidad nos regala la traducción completa de este libro.
Esto representa, sin duda, un aporte valioso para toda la filosofía de habla
hispana. En especial porque la obra de Mainländer, y el pesimismo filosófico en
general, está adquiriendo un renovado interés en todo el mundo y Baquedano pone
a disposición de todos los hispanohablantes una obra que es central para
conocer el pesimismo filosófico.
Mainländer
es el filósofo más trágico en la tradición pesimista - tradición que incluye a
Schopenhauer, von Hartmann y Julius Bahnsen. Es el más trágico porque, por un
lado, su filosofía es una que nos llama a enfrentar nuestro destino de manera
directa - siendo ese destino la muerte. Por otro lado, tal como Baquedano nos
relata en la sección Estudio preliminar, Mainländer se suicidó horas después de
haber recibido la primera edición de su Filosofía de la redención. Con este
acto, Mainländer logró dos cosas tremendamente importantes. Uno, hizo realidad
el argumento central de su obra: que nuestro destino es la muerte, que fuimos
creados para morir. Dos, que el suicidio, más que un problema filosófico, una
debilidad de caracter o un trastorno psicológico, es un acto de redención.
Baquedano
nos recuerda que el suicidio ha sido una preocupación filosófica al menos desde
que Sócrates decidiera ponerle termino a su propia vida. Muy apropiadamente,
entonces, en su Estudio preliminar, Baquedano incluye una sección llamada
Estudiar el suicidio por causa ontológica. Esta sección es muy importante y un
gran acierto puesto que aborda, a mi juicio, al tema central en la filosofía de
Mainländer: el suicidio. Lo cierto es que sería erróneo sostener que la
filosofía Mainländeriana es una apología al suicidio - este punto lo deja claro
Baquedano cuando dice que << La filosofía de la redención no exhorta en
general al suicidio [más bien] despeja y destruye contramotivos de enorme poder
que condenan el acto y a quienes lo cometieron.>> Entonces aunque no es correcto
leer la obra de Mainländer como una defensa del suicidio, sí es esencial
reconocer que el suicidio ocupa un lugar central e ineludible. El suicidio está
siempre presente, siempre en el fondo y, a ratos, en primera línea.
En este
sentido, es pertinente recordar que la primera línea en el libro El mito de
Sísifo, Camus nos dice que la pregunta filosófica más urgente es la pregunta
por el suicidio. Después de todo, si la vida no vale la pena vivirla, entonces
todas las otras preguntas filosóficas -qué es la ética, cuál es la mejor forma
de organización política- pasan a ser irrelevantes. En última instancia, Camus
termina diciendo que, en medio de esta absurda existencia, nuestras vidas
pueden encontrar propósito y que vale la pena seguir existiendo. Pero la
respuesta de Camus tiene sentido únicamente en la medida en que aceptemos que
la existencia no tiene propósito y que en consecuencia nosotros podemos darnos
un propósito. Aquí es donde radica, quizás, uno de los aportes más importantes
de Mainländer. Él dice que el universo sí tiene un propósito y razón de ser.
Que sí fue creado con un fin en mente. Sin embargo, más que darnos
tranquilidad, en la metafísica Mainländeriana la afirmación de que el universo
tiene una razón de ser puede llegar a ser una fuente de ansiedad y angustia.
Esto porque si existimos, no es porque tengamos algo hacer con nuestras vidas,
no es porque tenemos un objetivo que puede guiar y darles propósito a nuestras
existencias. O al menos eso parece, pues es aquí donde la genialidad de
Mainländer parece jugarnos una mala pasada.
Tomando
como punto de partido el postulado existencialista de que estamos colgando
sobre el vacío y la nada de la existencia, muchos han buscado llenar esa nada
con algo porque pensamos que un algo (lo que sea) es siempre mejor que una
nada. Pues Mainländer nos ha dado ese algo, pero en su caso ese algo es la
muerte, la nada absoluta. Mientras que Schopenhauer dijo que somos
voluntad-de-vivir, Mainländer dijo que somos voluntad-para-morir. Esto
significa que vivimos sólo para desgastar energía, para morir y alcanzar la
nada absoluta. Nacemos para desaparecer. El algo que nos ha dado Mainländer es
un algo que en realidad es una nada.
El
universo que nos presenta Mainländer avanza raudo hacia la nada absoluta. Esto
se explica porque en su metafísica hubo un momento en que Dios existía en
completa soledad. Era una unidad simple y absoluta, omnipotente sobre todo,
menos sobre su existencia. Esto significa que Dios se vio a sí mismo y
comprendió el tedio de una existencia que consistía en sólo ser, en sólo estar,
y en nada más. Ante ese tipo de existencia, Dios tomó la decisión de poner
término a su vida. Sin embargo, dado que no poseía el poder para terminar con
su propia existencia directamente (pues carecía de poder sobre su propia
esencia), decide hacer lo único que podía hacer: desintegrarse en múltiples
fragmentos, quebrando así la unidad primaria. De esta manera, cada individuo,
cada fragmento, cada existente estaba en condiciones de entrar en contacto con otros
existentes y agotar su voluntad, su energía vital hasta morir y dejar de ser.
En algún momento, entonces, la energía total del universo desaparecerá y sólo
quedará una nada absoluta. Y cuando esto ocurra, Dios habrá logrado su cometido
y cada uno de nosotros habrá cumplido su parte y habrá llevado a cabo el último
deseo de Dios -morir y dejar de ser.
Baquedano,
de forma muy acertada, hace un interesante paralelo entre la metafísica de
Mainländer y los recientes avances en física y las distintas teorías acerca del
origen del universo -específicamente la teoría del big bang. Las semejanzas son
importantes y tienen que ver con la idea de una unidad simple originaria que se
desintegra y da origen a todo lo que es. Para Mainländer la unidad primaria se
desintegró para crear el universo con el objetivo de llevarlo a la nada. Para
la física esa unidad primaria se expandió dando así también origen al universo.
A este paralelo tan revelador, le podemos sumar la posibilidad física de una
muerte termodinámica para el universo -un estado de equilibrio termodinámico
donde el intercambio de energía ya no sería posible lo que implicaría la
desaparición absoluta de toda energía y toda materia. Esto sería, desde el
punto de vista físico, el fin del universo. Y este fin se parece mucho a la
muerte que Mainländer ya adelantó en su Filosofía de la redención.
Para
terminar, y si las razones ya presentadas no son suficientes para motivar al
lector, es importante decir que Baquedano tiene el enorme talento de escribir
muy bien. Es clara, precisa y nos ofrece una lectura amena y cercana. En ese
sentido, su Estudio preliminar es fundamental pues allí ella nos entrega todo
el contexto, la historia y la información necesaria para conocer y entender la
extensa filosofía de Mainländer. Y en estos tiempos esto es una excelente
noticia.
https://doi.org/10.34024/prometeica.2022.24.12945
Entre linguagem, pensamento e política
uma resenha do ivro: RANCIÈRE, J. Les mots et les torts. Dialogue avec Javier Bassas. Paris: La Fabrique éditions, 2021. ISBN: 9782358722087
Renan Ferreira da Silva
(Universidade de São Paulo)
renan2.silva@usp.br
Recibido: 16/11/2021
Publicado em fevereiro de 2021 pelas Éditions La Fabrique, Les mots et les torts é o último livro do filósofo franco-argelino Jacques Rancière, professor emérito da Universidade de Paris VIII, e um dos grandes expoentes da filosofia francesa contemporânea. Autor de obras como La Mésentente (O desentendimento), Le partage du sensible (A partilha do sensível), Aisthesis: Scénes du régime esthétique de l’art (Aisthesis: Cenas do regime estético da arte), para mencionar somente algumas, Rancière caminha na intersecção entre os campos da estética e da política, a qual deve ser compreendida pela sua ideia de “partilha do sensível”, formulada pelo filósofo como um “sistema de evidências que revela, ao mesmo tempo, a existência de um comum e dos recortes que nele definem lugares e partes respectivas”, definindo, simultaneamente, “um comum partilhado e suas partes exclusivas” (Rancière, 2009: 15), revelando, em seus trabalhos, a “estética primeira” que se encontra na base de toda política, um sistema de formas a priori que determina o que se pode ou não sentir numa dada comunidade sensível. Tais trabalhos passaram a receber uma atenção mais crítica, rigorosa e sistemática dos meios acadêmicos do Brasil apenas recentemente, se comparados, por exemplo, com a recepção das obras de Michel Foucault e Gilles Deleuze, apenas para citar dois grandes nomes do pensamento francês.
O livro é escrito em formato de diálogo, gênero caro ao filósofo, haja vista a sua insistência em conceder entrevistas nos últimos anos, como se pode notar pelo número considerável de artigos e livros decorrentes da interlocução de Rancière com pesquisadores, professores e teóricos interessados em sua obra. Exemplo disso são os livros La méthode de l'égalité: Entretien avec Laurent Jeanpierre et Dork Zabunyan (2012), En quel temps vivons-nous?: Conversation avec Eric Hazan (2017), La méthode de la scène: Conversation avec Adnen Jdey (2018), e do recente Le travail des images: Conversations avec Andrea Soto Calderón (2019). Les mots et les torts nasce, assim, desse grande movimento dialógico, resultado do seminário organizado pelo filósofo e tradutor espanhol Javier Bassas, professor da Universidade de Barcelona, juntamente com Rancière, ocorrido em La Virreina Centre de la Imatge, em 2018. A partir do diálogo estabelecido com o filósofo espanhol, Rancière concordou em prosseguir com suas reflexões por escrito, respondendo a novos questionamentos, originando a obra que temos em mãos, infelizmente ainda sem tradução para o português.
Desse modo, é significativo frisar a importância da forma de Les mots et les torts. A constância do diálogo na produção teórica de Rancière é algo notável, mas não ocasional, como bem lembram Laurent Jeanpierre et Dork Zabunyan (Rancière, 2012: 7-8). De acordo com o próprio Rancière em conversa com os pesquisadores, uma entrevista não deve ser confundida com os resultados de um trabalho de pesquisa. Entretanto, ela denota uma parte não negligenciável do “método de igualdade”, processo defendido por Rancière desde o começo de sua produção teórica nos anos 1970. Para o filósofo, uma entrevista não diminui a eficácia ou a potência do pensamento, comumente considerado em sua efetividade extrema no trabalho de pesquisa. Com o método de igualdade, Rancière postula que “não há lugar próprio para o pensamento”, pois o mesmo encontra-se em todo o lugar, estando “sempre em atividade” (Rancière, 2012: 7-8).
Se o pensamento não conserva um lugar determinado, então o que dizer da sua relação com as palavras, em especial sob a forma da escrita? Sendo um dos temas caros ao trabalho de Rancière, a ligação entre palavra, escrita e pensamento será explicitada em Les mots et les torts. Para o filósofo, as palavras, ao contrário do que foi legado pela tradição platônica (a qual privilegia o logos, isto é, o discurso em toda sua presença em detrimento da mudez da escrita), não são sombras opostas à sólida realidade das coisas. Elas próprias são realidades cuja ação constrói ou subverte uma ordem do mundo. Constituindo realidades em si mesmas, as palavras se encarnam pela atividade escritural, estabelecendo ou subvertendo uma determinada partilha do sensível. E tal relação disruptiva entre linguagem e pensamento é o próprio fio condutor de Les mots et les torts, como podemos constatar logo no início: a partir da lógica da igualdade, a qual constitui o fundamento do pensamento rancièriano, como pensar uma palavra (parole) que não a traia? (Rancière, 2021: 11).
Toda atividade do pensamento, lembra Bassas, implica uma capacidade intelectual, a qual é, segundo Rancière, algo comumente partilhado, primordial e axiomático, encontrada no princípio de toda política: a igualdade das inteligências. Esta igualdade, atesta o filósofo, é o testemunho de toda contingência da ordem, revelando a falta de fundamento de toda ordenação social. Nesse sentido, se todos possuem a mesma capacidade intelectual, então o trabalho do pensamento não seria exclusividade e privilégio de alguns, como quer a lógica da divisão do trabalho que liga cada corpo a determinada atividade, hierarquizando as práticas e, no limite, instaurando a dominação do pensamento sobre o trabalho manual ao distinguir dois tipos de seres humanos, uns ligados à atividade de abstração, sábios que argumentam e explicam, enquanto outros encontram seu destino atrelado à materialidade do mundo, ignorantes sem a posse do discurso intelectual. Desse modo, o exercício filosófico de Rancière busca romper com essa lógica “que faz de uma potência comum [a inteligência] um trabalho específico” (Rancière, 2016: 247), na tentativa de construir, através da escrita, um “plano de igualdade entre os blocos de linguagem e os blocos de pensamento que são normalmente separados” (Rancière, 2016: 18). pela divisão das funções estabelecida pela ordem social. Aqui revela-se outra ideia principal do livro, qual seja, a de que a escrita não deve ser tomada como pura ilustração do pensamento. Ela é a própria atividade do pensamento, cujo trabalho rompe o fio do tecido consensual que compõem as relações verticalizadas entre pensamento e sensibilidade, embaralhando, dessa maneira, as hierarquias entre os diferentes modos discursivos. Seja na escrita filosófica, seja nas práticas de emancipação políticas, o que Rancière procura é um plano de horizontalidade, uma ação que embaralhe as divisões que separam e definem em seu lugar próprio a experiência da práxis e a atividade do pensamento.
É importante frisar que a temática de Les mots et les torts – as relações entre linguagem, pensamento e política – é parte essencial da produção teórica de Rancière. Na ocasião de outra entrevista, concedida à revista Diacritics, o filósofo é interpelado por Davide Panagia a respeito de seu empreendimento filosófico: seria possível caracterizar suas pesquisas a respeito do pensamento democrático como uma “poética da política”, haja vista o destaque concedido em seus escritos à eficácia política das palavras? (Rancière, 2000: 113). Ora, se percorremos a sua bibliografia, poderemos perceber que essa eficácia se encontra presente em diversos momentos de seu pensamento: em Les noms de l’histoire, Essai de poétique du savoir, publicado em 1992, Rancière procurou mostrar, por exemplo, que o excesso de palavras entre os indivíduos está na base de todo acontecimento revolucionário, um excesso que ocorre “na forma específica de um deslocamento do dizer: uma apropriação ‘fora da verdade da palavra do outro’ que a faz significar diferentemente”, conflagrando os discursos, embaralhando os seus tempos e deslocando as palavras de seu caminho naturalizado (Rancière, 2014: 46, 52). E é por meio dessa abundância e dessa confusão que embaralha os discursos e desvia as palavras em relação às coisas que, de acordo com Rancière, existe história, justamente porque não há harmonia entre as palavras e as coisas, entre nomes e propriedades, entre nominações e classificações (Rancière, 2014: 52-56).
Essa temática também pode ser encontrada em La Mésentente (1995), sua principal obra sobre filosofia política. Nela, Rancière elabora o conceito de subjetivação política, compreendida enquanto o processo através do qual aqueles que não têm sua parte reconhecida na ordem social, aqueles que são invisíveis e inaudíveis politicamente, que não detêm nenhuma parte na comunidade, a “parcela dos sem-parcela” (Rancière, 1996: 24), passam a declarar e a enunciar verbalmente, de maneira coletiva, a sua reivindicação à existência política – reivindicação que pode ser consciente ou não. Essa luta por reconhecimento político deve ser interpretada como a manifestação por parte dos “sem-parcela” na comunidade – o demos ateniense, ou ainda o proletariado moderno – de um erro fundamental, de um litígio depositado na origem da trama social, isto é, de um “dano” (tort) causado pelas outras partes e que se encontra no princípio de organização da comunidade política: uma contagem das parcelas e das partes da comunidade, uma contagem que é, na verdade, uma “falsa contagem, uma dupla contagem ou um erro na contagem” (Rancière, 1996: 22), pois relega o povo à inexistência, ao mesmo tempo que revela a contingência de toda organização social. É somente através do tratamento desse dano, por meio da subjetivação, que os sujeitos políticos podem reconfigurar o plano estético da comunidade, isto é, a sua dimensão sensível. Desse modo, pensando a política como desentendimento, Rancière a compreende não como um meio harmônico, por meio do qual possa haver concordância em torno do bem comum, mas como um conflito capital, como a enunciação de um dano, a expressão, pela palavra, daqueles que não têm parte. Nesse contexto, o “excesso de palavras” surge sob o conceito de “literaridade”, o qual indica a potencialidade desse excesso de desfazer “a relação entre a ordem das palavras e a ordem dos corpos” (Rancière, 1996: 49). Além disso, a “literaridade” refere-se, simultaneamente, ao regime da escrita, à condição de possibilidade da literatura e, paradoxalmente, ao seu limite, aquilo que a torna indiscernível de outras formas de discurso. Na mesma linha, o filósofo franco-argelino principia sua discussão em Aux bords de la politique (1990) com uma viagem ao tema do fim da política, identificado enquanto o fim da promessa – o que ele traz no regresso, senão a identificação entre política e promessa? Uma promessa, sabemos, não é nada menos do que a intenção da palavra, ou a palavra intencionada, o que torna o excesso a essência mesma da promessa.
Esses exemplos servem para ilustrar e destacar essa questão fundamental que se encontra no cerne da filosofia de Rancière: a sua preocupação em torno das palavras, de sua eficácia política e de sua força disruptiva, do poder que seu excesso representa nos campos da política, das artes e dos saberes, bem como de seus efeitos na reconfiguração da ordem do sensível. Tal preocupação não é acidental ou circunstancial, pois é proveniente de um ponto específico e importante de seu pensamento, oriunda dos seus anos de formação intelectual, e que pode ser fixado, como afirma o filósofo Alain Badiou, na relação dialética entre saber e poder, entre saber e autoridade (Badiou, 2015:178). Nesse sentido, Les mots et les torts encontra-se no rastro dessa preocupação, e nesta obra o filósofo sintetiza, através de um discurso que evidencia o método da igualdade, os diferentes momentos de sua reflexão e pesquisa filosóficas que versam sobre o tema da linguagem e da política, confrontando questões que vão desde a sua posição face ao althusserianismo, até outras que envolvem a sua relação com a fenomenologia ou mesmo com a desconstrução derridiana. Não por acaso o título do livro: em alusão explícita ao importante escrito de Michel Foucault, Les mots et les torts apresenta ao leitor aquilo de que suas páginas são constituídas, a saber, de reflexões sobre as palavras e os “danos”, isto é, a forma específica da igualdade, o ponto polêmico e universal segundo o qual, de acordo com Rancière, a política torna-se possível.
Referências
Badiou, A. (2015) A aventura da filosofia francesa no século XX. Autêntica Editora. Belo Horizonte.
Rancière, J. (1996). O desentendimento. 1ª. ed. Editora 34. São Paulo.
Rancière, J. (2009) A partilha do sensível. Editora 34. São Paulo.
Rancière, J. (2012). La méthode de l'égalité. Entretien avec Laurent Jeanpierre et Dork Zabunyan. Bayard Éditions. Montrouge.
Rancière, J. (2014). Os nomes da história: ensaio de poética do saber. 1ª. ed. Unesp. São Paulo.
Rancière, J. (2016). “L'arme théorique d'un recommencement du marxisme”. In: Lasowski, A. W. Althusser et nous. PUF - Presses Universitaires de France. Paris.
Rancière, J. (2021). Les mots et les torts. Dialogue avec
Javier Bassas. Éditions La fabrique. Paris.
Rancière,
J.; Panagia, D. (2000). "Dissenting Words: A Conversation with Jacques
Rancière". In:
Diacritics. 30(2).
Normas
para los autores
1) Los artículos y reseñas remitidos deberán
ser inéditos (esto incluye publicaciones digitales como blogs, actas online,
etc.) y no podrán ser postulados de forma simultánea para su publicación
en otros periódicos. Al someter a la plataforma de la Prometeica, el autor afirma
su anuencia a esa exigencia.
2)
Los artículos no deberán
exceder los 40.000 caracteres. Las reseñas no deberán exceder los 10.000
caracteres.
3)
Todos los artículos deberán
estar acompañados de un resumen y un abstract equivalente en inglés, cada uno
de no más de 1.500 caracteres, incluyendo tres palabras claves.
4)
Los idiomas aceptados para
los artículos serán:
a) español,
b) portugués,
c) inglés.
5)
Los artículos deben ser
enviados a la revista a través de lo que el acceso del usuario a la plataforma
OJS. Las presentaciones deben estar en dos archivos con formatos doc, docx
o.odt. La primera debe ser el artículo y el resumen, y sin los datos del autor.
El segundo debe contener los datos del autor: un breve curriculum, afiliación
académica e información de contacto. Los metadatos de los archivos deben ser
borrados por el autor para garantizar una evaluación
ciega, es decir, el autor no ve el nombre del parecerista y el
parecerista no ve el nombre del autor.
6)
Una vez enviado el
artículo/reseña el autor recibirá un e-mail de Prometeica acusando recibo.
Desde la recepción de ese mensaje el comité editorial tendrá un máximo de 4
meses para evaluar si el artículo/reseña será publicado/a en la
revista. El tiempo máximo previsto entre el envío del artículo y su
publicación, en caso de aceptación sin reformulaciones, es de 6 meses.
7)
En cuanto al sistema de
referencias Prometeica adopta las Normas APA – 2016 - 6ª edición, de la
American Psychological Association.
8) Para las notas aclaratorias se empleará la referencia al pie. Preferentemente se sugiere no
abusar de este recurso.
9)
En el caso de artículos que
incluyan imágenes, deben enviarse en un archivo separado. Las imágenes deben
tener una resolución de 300 dpi, en formato *.jpg o *.tiff. El copyright de la
imagen ya debe ser concedido, o el autor debe usar imágenes sin derechos de
autor.
10)
En cuanto a la evaluación de
los artículos, los mismos serán remitidos al miembro del consejo editorial
responsable del área del trabajo en cuestión. Los artículos serán enviados a
dos especialistas externos y evaluados en el sistema de revisión doble ciega en
que el autor no ve el nombre del evaluador y el evaluador no ve el nombre del
autor. En el caso de haber desacuerdo entre ellos, un tercer árbitro podrá
ser consultado, por decisión del consejo editorial.
11)
Los trabajos pueden tener
tres resultados posibles que constan en el formulario de evaluación que
completará junto a otras observaciones el evaluador:
a)
recomendado para su
publicación sin alteraciones,
b)
recomendado para su
publicación con modificaciones,
c)
no recomendado para su
publicación.
12)
En el caso 11 (b), la
publicación del mismo quedará sujeta a que el autor esté dispuesto a realizar
las modificaciones y las remita para su nueva evaluación.
13)
Todos los trabajos aprobados
serán publicados en un idioma aceptado por la revista. Si el original no está
escrito en uno de estos idiomas y demandas de traducción, puede resultar en un
retraso de la publicación.
14)
El contenido de los
originales publicados es responsabilidad exclusiva de sus autores.
15)
Los artículos presentados a
la revista deben ser escritos utilizando el Modelo_Autor_Estilos.dotx para seguir los estilos y formatos descritos en Formato_Prometeica_2019.docx
16)
Prometeica adopta una
política antiplágio sometiendo todos los artículos enviados a un primer
análisis por el software Turnitin.
[1] No solo en la producción
textual del Occidente cristiano, sino que en otras tradiciones, como en la
islámica, sucede que grandes autores destinaron obras para reflexionar sobre el
amor. El Islam no se presenta como una religión del amor, como el cristianismo.
Sin embargo, el Dios del Islam tiene como uno de “los más bellos nombres” el de
al-Wadûd, esto es, “el Amoroso, el Afectuoso, el Constante en su amor”,
al que se refieren dos grandes autores del Islam clásico, Algazel e Ibn Arabî
de Murcia, cf. Guerrero (2008).
[2] Le Goff (2008: 25) entiende que
el Capellán podría ser un clérigo, un proto-intelectual, sabio, profesor y
pensador por oficio.
[3] Para un análisis sobre la consistencia de la obra y las distintas
posiciones actuales, véase Martínez Sáez (2021: 99 ss).
[4] Esta idea de que la nobleza
puede adquirirse por amor se relaciona con elementos de la Ética a Nicómaco
que Andrés pudo conocer por las versiones árabes (Bianchi, 1990: 161-163).
También el platonismo se hace presente en la poesía árabe: Ibn Zaydūn, que amó
a Wallāda, hija del califa omeya al-Mustakfī, expresa que por amor un amante de
baja extracción social se iguala con la mujer de quien está enamorado. Por otro
parte, entre los padres de la Iglesia se aceptaba el amor como vía de
ennoblecimiento interior dado que acerca el hombre a Dios.
[5] Suele ubicarse el
nacimiento de la literatura caballeresca europea a fines del siglo XII, con los
romans de Chrétien de Troyes, a lo que debemos agregar los textos de
Shota Rustaveli, El caballero de la piel de tigre (escrito en lengua
georgiana), y de Ibn Hazm, El collar de la paloma.
[6] Robert le bougre fue declarado
inquisidor general del reino de Francia por una bula de Gregorio IX en 1233. Se
lo llamaba “el bougre” porque antes de entrar en la orden de los dominicos
había formado parte de los cátaros que popularmente se designaban burgari,
“búlgaros”. Al respecto, véase Sánchez Herrero (2005).
[7] La approbatio se conserva en las versiones latinas y del
inglés medio. Se ha querido ver en Jean de Querayn, según la versión inglesa,
al doctor sutil Juan Duns Escoto.
[8] El texto se publicó en 1927 como anónimo. Simone Weil se sintió
conmovida por el Espejo y lo menciona en sus últimas obras. En
1946, Romana Guarnieri reestableció el vínculo entre texto y autora.
[9] Babinsky (1987: 91-92) señala que la estructura del texto se corresponde
al diálogo de tradición boeciana, con figuras alegóricas que fundamentan sus
concepciones en el neoplatonismo. Se mantienen las mayúsculas cuando se trata
de los personajes del diálogo.
[10]
Amor est passio quaedam innata procedens ex visione et immoderata
cogitatione formae alterius sexus, ob quam aliquis super omnia cupit alterius
potiri amplexibus et omnia de utriusque voluntate in ipsius amplexu amoris
praecepta compleri. La
traducción ha sido levemente modificada.
[11] La definición del amor
como immoderata cogitatione por la forma del sexo opuesto puede proceder
de la teoría médica de Constantino el Africano en su Pantegni y del Canon
de Avicena, ambos conocedores de Aristóteles. Avicena en su Canon de
medicina define al amor pasional como una forma de desorden mental causado por
la meditación excesiva sobre la imagen de una mujer sexualmente inalcanzable,
cf. Grunter (1930).
[12] Para un análisis en detalle, véase Cervera Novo (2010).
[13] A esta interpretación se opone Gilson (1940), quien entiende que no hay
similitud alguna.
[14] Para la obra de Jaufre Rudel,
véase Riquer (1975: 148-169), Cirlot (1996).
[15] Tanto los cistercienses como los victorinos desarrollaron una mística
del amor. Queremos destacar la figura de Guilermo de Saint Thierry en tanto fue
el teólogo del siglo XII “más griego”, en el sentido de recuperar a Orígenes
—primer autor de un Comentario al Cantar de los Cantares, al que
interpreta simbólicamente— y los padres alejandrinos, olvidados en Occidente,
con la excepción, claro, de Eriúgena.
[16] Las tres
grandes beguinas del siglo XIII –Hadewijch de Amberes, Matilde de Magdeburgo y
Margarita Porete- emplearon lenguaje del amor cortés, pero con significativas
diferencias. Hadewijch y Matilde se basaron en buena parte en la imaginería sensorial, mientras
Margarita casi no emplea esos recursos, sino aspectos más conceptuales, como la
nobleza del alma, algo que, por otra parte, tiene una clara referencia
escritural, cf. Lucas 19.12, Meister Eckhart, Liber Benecdictus II Von dem
edien menschen (Del hombre noble).
[17] Se trata de la diferencia establecida por el neoplatonismo,
especialmente Proclo y Dionisio, entre el Dios absolutamente trascendente y el
Dios participado.
[18] Esta misma idea en Eckhart, DW II Pr. 50.
[19] Espejo LIX: “Al comienzo esta Alma vivió la vida de la gracia, que ha
nacido en la muerte del pecado. Después vivió la vida del espíritu, que ha
nacido en la muerte de la naturaleza; y ahora vive de la vida divina, que ha
nacido de la muerte del espíritu. Esta Alma que vive vida divina, está siempre
privada de sí misma […] cuando no está en ninguna parte por voluntad propia, ni
en Dios ni en ella misma, ni en su prójimo, sino en el anonadamiento o
aniquiliación que este relámpago opera en ella”. Sobre el relámpago, 2 Cor. 12.
2-4.
[20] Justamente por esta característica entendemos que se puede cuestionar la
interpretación de Rousselot (1981) del amor místico como un amor dual. El autor
diferencia entre amor físico, de acuerdo con la teorización de Tomás de Aquino,
y amor místico, representado por diversos autores –no mencionan a ninguna
mística mujer- que basan su teorización del amor en una absoluta trascendencia.
La auténtica
intención de Rousselot era introducir a Dios como aquel del cual procede todo
el dinamismo amoroso. Le importaba precisamente que el origen del mismo no
proviene desde fuera, exclusivamente como Amado, sino desde dentro a modo de
Amante que ama en el mismo hombre.
[21] Margarita hace referencia a una
regla en su texto. Se trata de la segunda parte del Espejo, CXXXVII: “<Esta Alma es profesa en su
propia religión y ha guardado su regla. ¿Cuál es su regla? Ciertamente
disolverse por anonadamiento en el estado primigenio en que la recibió Amor. Ha
pasado su examen de probación y ha librado todas las batallas contra todas las
potencias. Pero aquella última de la que hemos hablado fue especialmente dura.
Y no es maravilla. No hay guerra más penosa que la guerra de los amantes: la
que los mata debe pasar por el filo de la espada. Ahí le es arrebatado todo su
poder sin poderlo recuperar y queda sanada de toda enfermedad. ¡Oh, qué>
gran piedad esta masacre de amantes que ayudaron al Alma a vencer a sus
enemigos y que, al final, todos han muerto! ¿Qué tiene ello de maravilloso?
Dios dispensa sus bienes como le corresponde y por ello esta Alma ya no quiere
estar en ese lugar. Su imaginar sobrepasó en un tiempo lo imaginable poniéndola
a ella en el lugar de Dios, pero era porque estaba fuera de su ser”. La sección
demarcada entre corchetes angulares aparece solo en la versión latina.
[22] Seguimos aquí las investigaciones de Bara Bancel (2016), a quien
agradecemos facilitarnos el texto. Fue transcrito y publicado por Karl Christ en 1927. La règle des
fins amans consta de catorce páginas.
[23] En la Regla se menciona
a Jerónimo, Bernardo, Gregorio, Agustín e Isidoro. Hay alusiones a los
evangelios, a Pablo, Salomón, David, Juan evangelista, y a figuras femeninas:
la Magdalena, que amó ardientemente a Jesús, y la virgen María.
[24] En dos ocasiones se dice
explícitamente: “La orden de los auténticos amantes es ser beguina” (Li
ordres des fins amans est beginaiges).
[25] Sobre la avaricia, véase I Tim. 3.3, 6.9, Eclesiastés 5.10, Lucas 12.15.
En relación con el maldecir, Santiago 3.9-11, Romanos 12.14.
[26] Sobre la fidelidad, I Cor. 7.2, Mat. 5.27-28
[27] Una comparación de las reglas de De amore con la Benedictina en
Schoeck (1951). Por otra parte, Newman (2002: 109) estrecha lazos entre la Regla
y Margarita hasta el punto de sugerir que aquella sea una fuente de la gran
mística.
[28] Cf. Margarita Porete, 2005: LIII, LIV, LXXIV.
[29] La referencia para el De Amore
será la edición de Walsh P.G (1982). London: Duckworth. La casi totalidad de
pasajes, sin embargo, se presentará en una traducción al español de mi autoría.
[30] Me remitiré al romancero a
través de dos ediciones: la de Díaz-Mas: (1994). Romancero. Barcelona:
Editorial Crítica (pero solo en contadas ocasiones); la selección operada por
Alvar, M. (1984). Romancero. Barcelona: Bruguera. Indicaremos la edición de
Díaz-Mas como Romancero [1]. Sobre el carácter tradicional y la propagación de
los materiales contenidos en el romancero, es imprescindible la lectura de
Alvar, M. (1970). El romancero. Tradicionalidad y pervivencia. Barcelona:
Planeta.
[31] Sobre estas tipologías,
variamente interpretadas o revisitadas, se vean los siguientes textos:
Anahory-Librowicz,
O. (1989). Las mujeres no-castas en el romancero: un caso de honra. En S.
Neumeister, Actas del IX Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas
(pp. CCCXXI-CCCXXX). Madrid: Vervuert; Cano, B. (2004). Las mujeres malas en el
Romancero. En Líneas actuales de investigación literaria: estudios de
literatura hispánica (pp. LXIII-LXXI). Valencia: Universidad; González Troyano,
A. (1989). Algunos rasgos del arquetipo de la mujer seductora en el romancero
tradicional andaluz. En Pedro M. Piñero Ramírez, El Romancero. Tradición y
pervivencia en el siglo XX. Sevilla: Fundación Machado de Cádiz.
[32] Con relación a esto, véase Di
Patre: (2018). A la sombra del De Amore. Dante entre Capellanus y La Celestina.
Celestinesca, 42, 57-82. Ahora, en ese artículo no se ponen suficientemente de
relieve las fórmulas proemiales caracterizadoras de un tratado científico y
obedientes a la misma finalidad disquisitiva: “quid sit amor, et unde dicatur
amor, et quis sit effectus amoris, et inter quos possit esse amor, qualiter
acquiratur amor, retineatur, augmentetur, minuatur, finiatur”: cfr. De Amore,
op. cit., I, Accessus ad amoris tractatum.
[33]Alighieri, D. (1979). Opere
minori, II. Monarchia. B. Nardi (Ed.). Milano-Napoli: Ricciardi.
[34] Monarquía, I, 2,1. La
definición, lejos de agotarse aquí, continuará en los mismos términos que en el
tratado amoroso, considerando la finalidad, la extensión, los medios, los
actores, etcétera. Véase el artículo de Di Patre: (2018). Dalla Monarchia di
Dante al trattato machiavelliano sul Principe: un percorso obbligato. Dante.
Rivista internazionale di studi su Dante Alighieri , XV, 11-28.
[35] Las citas proceden siempre en conformidad
con la selección operada por Alvar, M. (1984). Romancero. Barcelona: Bruguera, salvo indicación en
contrario (Romancero, [1]).
[36] Sobre este tema, véase en primer lugar el volumen ya clásico de Cherchi:
(1994). The Ambiguity of Courtly Love in Andreas Capellanus’s Model.
Toronto: University Press; Martínez, N. (2015). Andrés el Capellán ante el fenómeno del amor
cortés. Studium. Filosofía y Teología, 35, 101-107; Paolini, D.
(2010). El libro de buen amor y el amor descortés. En P. Civil, F. Crémoux, Nuevos
Caminos del hispanismo. Actas del XVI Congreso de la Asociación Internacional
de Hispanistas, 2 (pp. XXXXVI-LII). Madrid: Iberoamericana.
[37] Complementario a la oposición
entre juegos de amor y armas: (“Caballero que va en armas de mujer no debe
curar”: Romance del conde Dirlos, 115). Cfr. 26 (Retos de los dos caballeros
zamoranos), 17-21: “Mientras los condes se arman, el padre al hijo ha hablado:
/ “Tú bien vees, hijo mío, aquellos tablados altos / donde dueñas y doncellas
nos están de allí mirando: / si lo haces como bueno, serás de ellas muy
honrado; / si lo haces como malo, serás de ellas ultrajado”.
[38] Lo tomamos de la edición
paralela: Romancero [1] de Díaz- Mas: (1994). Barcelona: Editorial crítica. Llanto de Gonzalo
Gustioz, III, 47-48.
[39] De Amore, I,
417-8: traducción mía, como en todos los contextos que siguen.
[40] Cfr. Cherchi: (2016). “Acursar
les faldes”. Postilla al
Tirant Lo Blanch, cap. XIV. Studi Romanzi. Nuova serie, 12, 233-243.
[41] Sobre el motivo de la caracterización femenina en el romancero, véase el
trabajo de Villas Millanes G.(2020). La mujer en el romancero: una propuesta
de análisis tipológico de los personajes femeninos. [Disertación de grado,
Universidad de Zaragoza]. https://zaguan.unizar.es/record/94789/files/TAZ-TFG-2020-1108.pdf?version=1.
Se
puede consultar también Lacarra Lanz, M.E. (1993). Representaciones de mujeres
en la literatura española de la Edad Media (escrita en castellano). En Iris M.
Zavala, Breve historia feminista de la literatura española en lengua
castellana, 2, (pp. XXI-LXVIII). Madrid: Anthropos.
[42] Confronta en el artículo citado de Di Patre, P (2018). A la sombra del
De Amore: 67.
[43] Antes de ir más adelante
en el análisis de estas modalidades, será conveniente ampliar la temática y
reenviar al esclarecedor artículo de Botta: (2013). El léxico del Romancero
General de 1600. Edad de oro, 32, 47-78.
[44] Me refiero con esto a los dos primeros libros, ya que en el tercero la
tópica aparece representada en forma, como siempre, denigratoria, por la
sospecha metódica que despierta en la mujer: “Mulier enim neminem confidit
amicum et quemlibet credit penitus deceptorem…” (III, 86).
[45]De Amore, III, 105.
[46]
Véase
Martínez (2015).
[47] En Alvar-Lucía (2008:
27).
[48] En Fenzi (1999: 78-79).
[49] Stone (2020).
[50] El comentario de Dino del Garbo está reproducido como Apéndice en Cavalcanti
(1957: 359-78). Hay una excelente transcripción comentada en Bird (1940 y 1941)
a la que nos referimos en este texto y donde se intentan desentrañar las
diferencias entre ambos autores. Véase también Fenzi (1999). La única copia manuscrita que
se conserva es de mano de Bocaccio y se encuentra en la Biblioteca Apostólica
Vaticana, Codice Chigiano, L. V. 176, ff. 29r-32v. Cfr. Gagliano - Guérin - Zanni (2016).
[51] Decamerón VI, 9; Villani, Historia
Florentini X, xl, en Muratori (1723-51: vol. V. 10).
[52] Los estudios sobre el hereos, la enfermedad de amor, empezaron a
desarrollarse especialmente con las investigaciones de Ciavolella (1976) y en
los última años han sido objeto de un renovado interés. Véase la Introducción a
Beecher-Ciavolella (1990), Wack (1990).
[53] Los estudios sobre el averroísmo son, como el lector puede imaginar,
numerosísimos. Me remito aquí a una de las obras más recientes, donde los
editores en su introducción y los autores de las contribuciones aportan una
detallada bibliografía; me refiero a Akasoy – Giglioni (2013).
[54]
Véase Blanco
Valdés (2006).
[55] De anima I, 403a 17-19 y III. X,
433b 10-11.
[56] Bird (1940: 183-184) y Bird (1941: 146-147). Cfr. Robert (2014).
[57] Alvar-Lucía (2008: 208). Véase también Guido Cavalcanti (2006: 33).
[58] Alvar-Lucía (2008: 200).
[59]
Según
Aristóteles, la rabia, la ira, no eran sino oleadas de sangre y calor en el
corazón, y aunque no se refería explícitamente al amor, su modelo fue aplicado
a él por quienes como Cavalcanti y Del Garbo pretendían dar una explicación del
fenómeno amoroso en los términos de la filosofía natural y la fisiología
aristotélicas. Aristóteles, Motu animalium vii, 701b20-32; viii,
201a1-7; Aristóteles, De Partibus animalium III, iv, 666a11, De anima
I, i, 403a 30. Sobre
la influencia de esta idea en Avicena y otros fisiólogos, cfr. Bird (1941:
132-3, 136-137).
[60]
Véase
McNamara (2015).
[61]
Este episodio
relatado por Plutarco en su Vida de Demetrio (XXXVIII) se convertirá en
representación icónica del mal de amores en las artes figurativas.
[62] Galeno dio una descripción detallada de la enfermedad amorosa de la
esposa de Justus y en un comentario a los Pronósticos de Hipócrates
(cap. 6) rebatió la idea de que el amor fuese una enfermedad de origen divino.
[63] Cfr. Wack (1990: 7-9).
[64] Wack (1990: 6-14), Giffen (1971).
[65] Abd Alghani (2014).
[66]
Hay una
transcripción del Viaticum I. 20, con una traducción inglesa, en Wack
(1991: 179-193), donde se incluye un interesante fragmento sobre el uso y
significado de los términos eros, heros y hereos. Véanse
también las páginas que la misma autora dedica a la teoría del amor de
Constantino el Africano en el cap. 2 de la misma obra.
[67] Avicena (1987: 135-137).
Sobre la teoría del amor de Avicena, veánse Fackenheim
(1945), Chittick (2014).
[68] Existe una edición española contemporánea en dos volúmenes: Madrid:
Arco-Libros, 1993. Véase también Cull - Dutton (1991), Lacarra (2015).
[69] Citado por Lowes (1914: 501, 502).
[70]
Bird
(1941:124-125), donde se hace notar que esta idea ya había sido formulada por
Arnaldo de Villanova. Cfr.
Lowes (1914: 497).
[71] Bird (1941:122).
[72] Bird (1941: 129), Avicena (Canon III, Fen. I. Tr. IV, cap. 23, vol. 1, p. 494a).
[73] Divina Comedia, Paraíso I, 103-120; Convivio, III, iii, 2-5.
[74] Cfr. Fenzi (1999: 18), Corti (1983).
[75] Véase también La Vida nueva, II, donde se lee: “Y aunque su
imagen, que continuamente me acompaña, se enseñorease de mí por voluntad de
Amor, tenía tan nobilísima virtud, que nunca consintió que Amor me gobernase
sin el consejo de la razón en aquellas cosas en que sea útil oír el citado
consejo”. La poesía filosófica amorosa de Dante recibió una durísima crítica
por parte de Cecco D’Ascoli (Francesco Stabili) (1269-1327) en su largo y
enciclopédico poema La Acerba. Cecco defiende una naturalización radical
de todos los fenómenos del universo, incluidas todas las pasiones humanas, que
según él han de ser explicadas con causas naturales y no con quimeras
intelectualizadas, teológicas y espirituales como había pretendido en Dante.
También el amor es considerado un proceso natural cuya causa primera reside en
los astros, que continuamente determinan su decurso. El amor escapa, por tanto,
a la voluntad humana, cuya fuerza nada puede contra el poder de los astros.
Cecco despreciaba sin ambages la mistificación del amor y ensalzaba todas las
bondades y placeres que el amor profano regalaba a quien cayese en sus brazos.
Cfr. Acerba, Libro III, cap. 1, 1-24 y Libro III, cap. 1, 85; Crespi
(1929), Fabian (2014).
[76] Cfr. Nelson (1958: 67-162).
[77] Ficino (2005:76).
[78] Ficino (2005: 31).
[79] Ficino (1994:198-199).
[80] Ficino (1994: 210).
[81] Ficino (1994: 216-217).
[82] Ficino (1994: 200-203). Sobre el complejísimo concepto de spiritus
en el pensamiento filosófico científico medieval véase Fattori - Bianchi (1984), Gubbini (2020). Para la
misma cuestión en el Renacimiento y los orígenes del pensamiento moderno: Bono
(1984), Granada (1984), Hirai (2005). Y por supuesto el clásico estudio sobre
el concepto de pneuma de Verbeke (1945). Sobre la interpretación que Ficino hace de Cavalcanti,
véase Ludueña (2019).
[83]
Ficino (2005:
25),
[84]
Ficino (2005:
95-96).
[85] Fellina (2017).
[86]
Dionisotti (1966).
Bembo será uno de los personajes de Il Cortigiano de B. Castiglione,
encargado de exponer la condena del amor profano.
[87] Moulton (2015).
[88] Maggi (1999), Musacchio (1992).
[89] Cox (1992), Maier-Kaapoor (2010: 122-123).
[90] En realidad, Castiglione escribió el libro en los primeros años del
s. XVI y el manuscrito tuvo una gran difusión. Sólo tomó la decisión de
publicarlo en los años finales de su vida, cuando era nuncio papal en España.
[91] Castiglione (2011: IV, 50: 507, IV, 51: 508-509). Se cita aquí por
la edición española de 2011, cuya paginación está indicada a continuación del
libro y el capítulo. Bembo, que era amigo de Castiglione, no se tomó a mal la
ironía, de hecho, su intervención fue capital para convencer al canciller de la
República de Venecia, Giovanni Battista Ramusio, de que permitiese la
publicación de la obra. Tras la muerte de Castiglione en 1529, encontrándose en
Toledo, Bembo le dedicó un epitafio.
[92] Cfr. Di Giulio (1996).
[93] Maier-Kaapoor (2010: 188-207).
[94] Castiglione (2011: IV, 7:
533-534).
[95] Burke (1998).
[96] Leushuis (2017: 108-170).
[97] Todos estos diálogos están
recogidos en Zonta (1912). La lista sería bastante más larga, pero basten aquí,
como modelo, estos
casos citados.
[98] Zonta (1912: 165).
[99] Se citan a continuación sólo algunos de los principales trabajos
sobre el pensamiento de Patrizi: Arcari, (1935), Bolzoni (1980), Castelli (2002), Dadic (2000), Muccillo (1986),
Plastina (1992), Prins (2015), Puliafito (1987), Vasoli (1989).
[100] Patrizi escribió aquella carta, enviada a Baccio Valori, en 1587,
está publicada en Patrizi (1975: 45-51).
[101] Véase Gómez (2015), Bolzoni (1980: 38-46);
Arcari (1935: cap. 2), Castelli (2002: 21-27).
[102] Pattini (2002: 81-119); Gentile (1983: 33-77).
[103]
Véase Gómez
(2020: 357-382). Sobre la Academia de la Fama, véase Bolzoni (1981), Rose
(1969), Pagan (1973-1974), Tafuri (1985: 172-185).
[104] Sobre F.
Giorgio, véase Vasoli (2005). Un
detallado estudio de las fuentes de Francesco Giorgio se encuentra en la
edición del De harmonia mundi realizada por Campanini (2010).
[105] Sobre Camillo, véase Yates (2005), Stabile (1974), Bolzoni (1984, 2007, 2015).
[106] Gómez (2020).
[107] “Non può parimenti verun’altro che amante, giudicare la soavità dello
assaporamento. Il quale si pruova nel bacio, in quelle tante maniere, che è
stato da me in altro tempo divisato”, Patrizi (1560: 17r).
[108] Il Delfino
overo del bacio, Biblioteca Ambrosiana de Milán, Códice Q 119 Sup., ff.
106r-117v. Se trata de una
copia del texto original de Patrizi, realizada en el s. XVI, a la que el propio
Patrizi añadió algunas anotaciones de carácter fundamentalmente estilístico. El
códice que lo contiene incluye también diversos opúsculos de diferentes autores
que tratan en su mayoría de cuestiones matemáticas. Sobre este códice véase
Kristeller (1963-67: I, 308, 309). Véase también Rivolta (1933: 58-60). Hay una
edición de Aguzzi Barbagli en Patrizi (1975: 133-164). Esta edición especifica
las expresiones que figuraban en la copia de algún secretario y que
posteriormente Patrizi revisó y tachó. Véase también Aguzzi-Barbagli (1972).
[109] Patrizi (1975: 136).
[110]
Bembo (2000:
3, XI-XXIII, en pp. 153-177).
[111] En realidad, ya otros autores habían aludido a los besos. Por
ejemplo, Castiglione, en El cortesano, admite el intercambio de besos en
la relación amorosa de tipo platónico, en cuanto que contribuye a la conexión
de las almas de los amantes. También lo hace Flaminio Nobili, cercano al
naturalismo de Patrizi y como él crítico con los neoplatónicos al estilo de
Bembo, en su Trattato dell’Amore Humano (1567), en Nelson (1958:
143-147). Unos años más tarde lo hará Annibale Romei en sus Discorsi
(1585), en cuyo primer discurso Patrizi es el interlocutor principal. Romei,
retomando la línea de asuntos cortesanos de Castiglione, admite el beso en el
amor cortesano, pero no en los amores más puros, es decir, el neoplatónico y el
matrimonial. Véase (Nelson 1958: 80, 118, 157-162).
[112]
Patrizi
(1975: 138).
[113]
Parizi (1975:
139).
[114]
Patrizi
(1975: 140-144).
[115]
Véase (Gómez:
2015).
[116] Patrizi (1975: 145-151). Ficino también había considerado la
semejanza como causa de amor, relacionándolo con la idea de belleza espiritual,
cfr. Ficino (1994: 41).
[117] Sobre este interesante concepto de “cuerpo etéreo”, su historia,
su uso por parte de Ficino y sus similitudes y diferencias con el concepto de
“spiritus”, véase Walker (1958) y (2000: 39-40). Véase también Granada (1984:
51-54). La idea ya se encontraba en Ficino (1576:1342-1345) y en el Della
diversità dei furori poetici de Patrizi (1553: 46r-49v).
[118] Patrizi (1975: 148-149).
[119]
Patrizi
(1975: 151 y ss.).
[120]
Véase Gómez
(2013: 221-234).
[121] En esta cuestión sobre la luz de los ojos, Patrizi hace casi una
paráfrasis de parte del cap. IV del De amore Ficino.
[122]
Patrizi
(1975:153).
[123] Patrizi (1975: 153-154).
[124] Patrizi (1975: 153).
[125] Patrizi (1975:155).
[126]
Esta
indicación sigue a una referencia a los versos de Petrarca en los cuales se
relata cómo éste enfermó por la mirada de su amada Laura: “¡Quién vio ventura
tal, cuando de uno / del par de ojos que más bello yo auguro, /viéndolo de
dolor malo y oscuro, / llegó luz que hizo el mío enfermo y bruno!” [Rime,
CCXXXIII]. Fueron los rayos de los ojos de la enferma Laura, que portaban sus
espíritus enfermos, los que transmitieron la enfermedad al pobre Petrarca.
[127]
Patrizi
(1975: 159-162).
[128]
Patrizi
(1975: 161-162).
[129] Patrizi (1975: 163).
[130] Patrizi (1560: 48).
[131] Este artículo no pretende ocuparse del estudio del amor cortés ni tampoco
de la revisión de toda la bibliografía existente en torno a este tema. Para
ello, se aconseja la lectura de Parker (1986), Rodazo (2000) y del
recopilatorio elaborado por Basarte (2012), que reúne los estudios clásicos de
Duby, Burnley o Huizinga, entre otros.
[132] Para el análisis de la influencia ovidiana en el De amore, se
recomienda acudir a Martínez Sáez (2020).
[133] Sobre Villalobos, véanse los trabajos de Fabié (1886a y 1886b), la
actualización de Sánchez Granjel (1979) y otros trabajos breves: Arrizabalaga
(2002) y Baranda Leturio (2014).
[134] Se ha decidido usar la edición bilingüe latín-castellano de Creixell
Vidal-Quadras y, dentro de esta, la parte latina. Esta decisión tiene su
fundamento en la versión menos rica terminológicamente que ofrece la traducción
castellana respecto al texto latino. Con el mismo criterio se ha preferido tal
edición a otras de buen rigor filológico, como las de Walsh (1982) o Rodríguez
(2006). Asimismo, de ahora en adelante se citará de manera abreviada solo con
el número de página entre paréntesis.
[135] Como
en el caso anterior, en lo sucesivo se citará de manera abreviada.
[136] Para un estudio exhaustivo sobre el tema,
véanse los trabajos de Caden (1993) y Klibansky et al. (2012).
[137] All references to the De amore are
to the Latin text of Walsh, 1982, abbreviated as DA, with book, chapter, and
paragraph numbers, followed by page numbers in parentheses.
[138] The manuscripts (hereafter ms.
plural mss) and early editions of the De amore are designated according to
their numbering in the list of Karnein (1985: 275-287), abbreviated as K
followed by ms number.
[139] One ms (K 32) attributes the work
to Andreas “chaplain of the sacred palace” (sacri palacii capellanus), which
appears to stem from a passage in the third dialogue (DA 1.6.142 [78])
concerning a handsome but wicked Italian count whose parents enjoyed the most
illustrious eminence in “the sacred palace” (sacro palatio). Arpad Steiner
(1938) suggests that this is a reference to William I “the Bad” of Sicily
(1154-1166), whose father Roger II, a count and papal vassal, was made king in
1130 by Anti-pope Anacletus II and confirmed in that title in 1139 by Pope
Innocent II. William’s son William II was married in 1177 to Joan, daughter of
Eleanor of Aquitaine and Henry II of England, hence the possible interest of
this allusion for aristocratic circles in northern France in the late-twelfth
century. But see below, n. 11.
[140] The queen of England (Angliae
regina Alinoria) cited in the fourth dialogue (DA 1.6.185 [92]) is undoubtedly
Eleanor of Aquitaine (1122-1204), queen of France from the ascension of Louis
VII in 1137 until their divorce in 1152, then queen of England from the
ascension of Henry II in 1154 until his death in 1189. She is called on to
render judgment in at least three of the love cases of book two (II, VI, VII)
and probably in three others (XVII, XIX, XX) ascribed to “the queen” (regina).
The M. Campaniae comitissa with whom letters are exchanged in the seventh
dialogue (DA 1.6.390, 1.6.395 [154]) is almost certainly Eleanor’s daughter
Marie (1145-1198), countess by her marriage in 1164 to Henry I “the Liberal” of
Champagne until his death in 1181, then regent countess until 1187 and again in
1190-1198. Seven of the love cases are entrusted to her arbitration (I, III,
IV, V, XVI, XXI), and her opinion is cited by the man of the eighth dialogue
(DA 1.6.444 [170]), by the queen in deciding love case XVII, and by the author
himself (DA 2.6.36 [248]). The countess of Flanders (comitissa Flandrensis)
asked to decide love cases XII and XIII is thought to be Isabelle (or
Elisabeth) of Vermandois (1143-1183), niece of Eleanor and first cousin of
Marie, who held that title by her marriage in 1159 to Philip of Alsace, Count
of Flanders. Five of the love cases (VIII, IX, X, XI, XV) are decided by
Narbonensis Mengarda, that is, Ermengard, viscountess of Narbonne (1143-1192),
a prominent patroness of troubadours. The decision in love case XVIII is
attributed to a court of unnamed ladies assembled in Gascony.
[141] A fanciful date for a fanciful
letter, according to Rajna (1891: 246), May 1st being the day for love par
excellence. Based apparently on the date of the letter, Du Cange
(1678/1883-1887, vol. 10: IX) lists Andreas as living in 1170, which Fabricius
(1734-1746/1962, vol. 1: 86) changes to “circa 1170,” and Raynouard (1816-1821,
vol. 2: LXXXI) follows Fabricius with “vers 1170.” Judging the grounds for that
finding not very strong, Fauriel (1895: 321) sees Andreas as living at the end
of the twelfth century or in the first half of the thirteenth. Also rejecting
Raynouard’s dating, Diez (1825: 76) assigns the work to the fourteenth century
based on the late dates of the vernacular translations known to him.
[142] Gualterius is addressed by name
another 14 times in the treatise, and in the fifth dialogue the god of Love
recommends “the book addressed to Walter” as a source for additional love
precepts (DA 1.6.269 [116]). Gualterius is named as the author in six mss, and
in another eight mss the work bears the title Gualterus De amore (see Karnein,
1985: 270-271, Tables IV & V). That is also how it is designated in the
earliest reference to the treatise by Albertanus of Brescia and in the work’s
1277 condemnation by Bishop Tempier of Paris.
[143] Louis and Eleanor were third cousins
once removed, being separated from their common ancestors, King Robert II of
France and Constance of Arles, by four and five generations, respectively.
Henry and Eleanor were also third cousins, though their respective
great-grandparents, Fulk IV of Anjou and Hildegard of Burgundy, were only
half-siblings, children by different fathers of the royals’ common ancestor,
Ermengard of Anjou. Louis VII subsequently married his second cousin, Constance
of Castile. The real reason for his and Eleanor’s divorce was probably her
failure to produce a male heir, with consanguinity a convenient excuse. See
Bouchard, 2003.
[144] Upon ascending the throne, Philip
confiscated the dower lands of his mother Adèle, Marie’s sister-in-law, and he
married Isabelle of Hainaut, who had been promised to Marie’s son Henry (II),
prompting a conflict with the entire Champagne family in which Marie took the
side of her in-laws against her half-brother. The conflict was eventually
resolved, in part by the marriage of Henry to Isabelle’s younger sister. See
Evergates, 2019: 30-33.
[145] Karnein dates the De amore from the
passage on Hungarian silver and the 1186 royal marriage, all the more so since
that coincides with the “youth” (in Duby’s, 1973, sense of an adult not yet
married) of Gautier le Jeune, born around 1163. He also derives from that date
an argument against the Champagne hypothesis: 1186 is the last date for which
Andreas is attested at the court of Champagne, so even with the supposition of
a transfer from Troyes to Paris, the treatise must have been written far from
Marie, he contends (1978: 4; 1985: 25). This argument is open to several
objections. Karnein claims that the work must have been written after the 1186
wedding, but Steiner (1938) places its composition in 1184-1185, during the
marriage negotiations, which were very much about Hungarian silver (Bela III
sent to Paris in 1184 a detailed report of his income and possessions).
Karnein’s scenario also assumes that Andreas would have set out for Paris
immediately upon witnessing his last charter in Troyes, which doesn’t
necessarily follow. 1186 was also the year of Gautier le Jeune’s own marriage,
according to Karnein, so if the treatise was written after that date, Gautier
would no longer have qualified as a “youth” in Duby’s sense, and it is doubtful
that he would have still had need of instruction in love.
[146] Having conducted extensive research
on the court of Philip Augusts, John Baldwin (1994: 275, n. 52) finds the
attempt to link Andreas capellanus with an Andreas cambellanus unconvincing,
and the confusion of the clerical priestly office of chaplain with the lay
domestic office of chamberlain he sees as highly unlikely. He also sees no
corroborating evidence that the Gualterius capellanus noster cited in Genoa in
an 1190 act of Philip II became the chamberlain Gautier the Young.
[147] Occurring 11 times each, the
expressions aula Amoris and curia Amoris are used interchangeably to refer to
the court of Love. Aula is used alone one other time (DA 1.6.217 [102]) and
curia five other times with the same meaning. There are 11 occurrences of rex
Amoris, plus two of rex alone, referring to the king of Love, in alternation
with deus Amoris, “god of Love,” attested three time, plus deus used once alone
in this sense. There are also seven attestations of palatium Amoris (“palace of
Love”), plus four of palatium alone with the same reference, and that may well
be the meaning of sacro palatio at DA 1.6.142 (78). See above, n. 3.
[148] The Occitan tradition offers a
somewhat similar case of ms rubrics reflecting an apparent scribal confusion
between the author of a courtly didactic work and the god of Love. See Monson,
1981: 99-100.
[149] Following Riquer (1971, vol. 1:
174-176), Dronke cites 13 allusions to the legend; Chambers (1971: 45-46)
records such references in 22 poems by 20 different poets. Gaston Paris (1872)
drew attention to the only reference in Old French, from the Chastoiement d’un
père à son fils, which adds the details that André died in Paris for lack of
courage to declare his love. There is also an allusion to the legend in Lambert
of Ardres’s chronicle of the counts of Guines, which Georges Duby (1978: 412
& n. 12) mistakenly takes as an indication that the De amore was known in
that court in the late-twelfth century.
[150] La
evolución personal de Foucault la analiza Schmid, W. (1991). Aus der Suche nach einer neuern
Lebenskunst: die Frage nach dem Grund und die Neubegründung der Ethik bei
Foucault. Frankfurt : Suhrkamp. Aunque
también debe verse una lectura menos favorable en Miller, J. (1993). The
Passion of Michel Foucault. Nueva York: Simon & Schuster.
[151] Al
respecto sígase el argumento de Panofsky, E. (1967). Architecture gothique
et pensé scolastique. Paris: Les Éditions de Minuit.
[152] Annales: Économies, Sociétés, Civilisations Janv.Fevr. 1981: “Choix des Annales”.
[153] Puede verse la nueva edición con motivo del cincuenta aniversario de
la fundación de la UAB: Ruiz-Domènec, J. E. (2018). Sentir el arte. Lectura
de San Bernardo, el arte cisterciense de Georges Duby. Bellaterra: UAB, con
un epílogo de Sergio Vila-San Juan que explica a la perfección el marco en el
que se hizo.
[154] Se apoya para ello en
el viejo artículo de Benton, J. F. (1961). “The Court of Champagne as a Literary Center”, Speculum,
36: 578-582. Pero que aún sigue vigente, véase Fried, J. (2009), Das Mittelalter. Geschichte und Kultur. Munich:
C.H. Beck.
[155] El sintagma “Iglesia de los malvados” es traducción de L’eglise des mauvais
y The chirche of the evyll men and women, los títulos de los impresos parisino
y londinense del De alearum ludo de Bernardino de Siena, el sermón sobre el
juego que más circulación tuvo durante los siglos XV y XVI. Para la biopolítica
alfonsí basada en el juego, véase Escourido, 2017.
[156] Desarrollo estas tesis en Escourido, 2018 y 2020.
[157] Coincido con Julian Weiss
cuando señala que la relación entre la poesía de cancionero y la vida cotidiana
es “the greatest challenge to cancionero studies in terms of both
conceptualization and practical analysis” (1998:10) y que la atención a los
elementos lúdicos del corpus es la clave para entender esa relación. Para el
desarrollo de la virtualidad como categoría explicativa de la poesía
cancioneril, véase Escourido, 2015.
[158] Véase un resumen de las perspectivas sobre el corte
historiográfico sujeto medieval-sujeto moderno en Peter Haidu, 2004. Una
propuesta potencialmente fructífera de extender la Edad Media hasta el siglo
XVIII en Jacques Le Goff, 2016.
[159] Véase la definición de arte como “ratio recta aliquorum operum faciendorum”
en la Suma Teológica de Tomás de Aquino (I-II, 57, 4 y 57, 5, ad 3).
[160]Para los diferentes títulos de
la obra, véase la introducción al De amore de P.G. Walsh (1982:1).
[161] Véase Toril Moi, 1986:14 - 21.
[162] Para el desarrollo de la ideología literaria de la cultura impresa, véase
Escourido, 2018. Para un intento de sentar las bases conceptuales e
historiográficas de una historia de larga duración desde la perspectiva
ludológica, véase Escourido, 2021.
[163] Discusión en torno a la gamification of life en Deterding et alii, 2011.
Para la corriente anglosajona de la gamification of life desde la perspectiva
de la ludología francesa, véase Silva, 2013.
[164] También se hace hincapié frecuentemente
en la colonización epistemológica de los estudios literarios sobre las
disciplinas que intentan nacer al calor del giro digital. Muestras en A.
Galloway 2006: 3-11 y en los capítulos noveno y décimo de Cybertext poetics,
donde Makku Eskelinen expone los intentos de la narratología y los estudios
literarios por ocupar el espacio académico del análisis de juegos.
[165] Una revisión que no solo es útil para
períodos históricos posteriores o anteriores a la modernidad. Quienes están
inmersos en la crítica de textos modernos, producidos durante los años en los
cuales la "literatura" actúa como constructo social relevante, una
evaluación y revisión de su legado conceptual pueden mostrar caminos
crítico-históricos poco seguidos por la institución o truncados en origen. Es
lo que argumenta Stefan H. Uhlig 2011:78-101.
[166] Para ejemplos del uso de estos términos con esos significados, véase
Andrea Nuti 1998: 68:89. Además,
el capítulo titulado “Ludus e Mimesi” amplia lo que se expone aquí.
[167] Expone estas denotaciones Nuti 1998: 93 -121.
[168] Recuerdo al paso la insistencia
de las Partidas en la división entre la esfera de la teología y la de los cuerpos, de la buena
vida: “Las leyes son
unas en cuanto a derecho, de dos maneras se reparten en cuanto a razón; la una
es en favor de las almas, la otra es a favor de los cuerpos; la creencia
religiosa y la buena vida: y de cada una diremos cómo se deben hacer; y por
estas dos se gobierna todo el mundo.” (Partidas 1,1,3). “Sabida cosa es que el hombre
tiene en sí dos naturalezas: una espiritual, que es el alma, y otra temporal
que es el cuerpo” (Partidas 2,9,3). Y que no solo la alegría aparece
repetidamente vinculada a la poesía como vimos anteriormente. El Libro de los
juegos, Alfonso usa la noción para explicar el porqué de su composición,
realizada “porque toda manera de alegría quiso Dios que oviessen los omnes en
sí naturialmente por que pudiese sufrir las cueítas e los trabajos cuando les
viniessen" (2010:19).
[169] Trato esta
división de los sentidos de la noción en Escourido 2021.
[170] Sobre el “neoliberal gamespace”, véase Wark, 2007.
[171] Como afirmó Deleuze en una
entrevista de 1980 con Catherine Clément, la noción de ensamblaje juega el papel de lógica
general de Mil mesetas. Se desarrolla también en Qué es la filosofía.
Para una panorámica del concepto en ambas obras, véase ahora Nail, 2017.
[172] Sobre este uso variopinto
y numeroso, difícilmente hallable para otras nociones, véase A. Enslinn, 2012:
3-16.
[173] Aunque las consecuencias de lo que
Deleuze llama reterritorialización van más allá de la reconceptualización, una reterritorialización produce, en su
momento primero, una reconceptualización. Sobre el asunto, véase Félix Guattari,
2006:46.
[174] Doctor en filosofía (Universidad Nacional de La Plata) con el
proyecto de tesis: “Andrés el Capellán: dialéctica y juego en el amor”.
[175] Profesora en filosofía (Universidad Nacional de Mar del Plata).
Maestranda en educación por la Universidad de Buenos Aires.
[176] Monson refiere a las cinco etapas del amor: la visión de la amada, la
conversación y saludo, la caricia, el beso y el acto sexual.
[177] Disponível em:
https://patentimages.storage.googleapis.com/f0/8f/9b/4356d4bff1c967/ES2518368T3.pdf. Acesso em: 24/01/2022.
[178] Disponível em: https://www.docdroid.net/wIPxtU5/clo2-covid19-general2eng-pdf. Acesso em: 24/01/2022.
[179] Conforme a Convenção Internacional sobre os Direitos das Pessoas com Deficiência/ONU, "pessoas com deficiência são aquelas que têm impedimentos de longo prazo de natureza física, mental, intelectual ou sensorial, os quais, em interação com diversas barreiras, podem obstruir sua participação plena e efetiva na sociedade em igualdades de condições com as demais pessoas (Artigo 1).
[180] Aprovecho el espacio de esta nota, después de
conseguir la aceptación del artículo, para dedicar este modesto esfuerzo
teórico a dos de mis familiares directos que fallecieron producto de la
emergencia sanitaria en 2020 antes de que Perú, por razones estrictamente
políticas y económicas, contara con tratamientos especializados y vacunas:
Ramón Colqui Tovar, mi abuelo, y Ciro Colqui Rojas, mi tío. Ellos son, en este
caso, los nombres propios de los sin voz, sin nombre, sin reconocimiento;
quienes, como mero dato estadístico, fueron una anécdota más, abstracta e
impersonal, de la crisis.
[181] Conviene comentar otras
denominaciones sobre los nuevos movimientos de derecha y apuntar las razones
por las cuales rechazamos su uso. Badiou (2019) emplea, por ejemplo, el término
“fascismo democrático” a partir de un análisis de la elección de Trump en 2016.
Consideramos doble el error del filósofo francés: por un lado, en la categoría
mencionada incluye a actores no estrictamente homogéneos como Berlusconi,
Sarkozy y Le Pen y, por otro lado, su caracterización no se basa en los
caracteres de los movimientos políticos, sino en los rasgos psicológicos del
representante político, como si bastara que un presidente sea chauvinista o
racista para que, ipso facto, su gobernanza se convierta en fascista.
Giroux (2018) plantea, a su turno, el vocablo “fascismo neoliberal” para
describir también el gobierno de Trump. El problema con esta conceptualización
es que el escritor canadiense asume que aquel término representaría una nueva
fase del neoliberalismo donde el fascismo, entendido erróneamente como un
concepto ahistórico, vendría a mixturarse con él. Así se considera que hay una
suerte de “fascismo milenario” (millenial fascism) que existía ya antes
de Trump –en la violación sistemática de derechos humanos y la reducción de
toda actividad humana al mercado– y que, durante el gobierno del mencionado
presidente, vendría a exacerbarse. No obstante, como bien lo apuntan los otros
investigadores citados, el neofascismo no se reduce simplemente a una inflexión
del neoliberalismo, sino a una gubernamentalidad propia y autónoma.
[182] Traverso (2016) avanza aún más
velozmente y propone el concepto “posfascismo”. Ya Sztulwark (2019) y Figueroa
& Moreno (2020) han cuestionado que una nominación tal corre el riesgo de
considerar como cancelada la herencia totalitaria y violentista del fascismo
histórico.
[183] Con este último término hacemos
referencia a la interseccionalidad, tal como lo conceptualiza Hill Collins y
Bilge (2019), como una praxis crítica, y no solo un enfoque analítico, que
interconecta luchas de clase, género, ecología, raza.
[184] O componente de Formação Geral é proposto nos termos de portaria específica. O componente de Formação Pedagógica é proposto por meio da portaria que regulamenta os conteúdos do curso de Pedagogia. Os conteúdos de formação específica são propostos em portarias específicas para cada um dos cursos avaliados.
[185] É importante ressaltar que, do ponto de vista das IES, uma boa colocação nos rankings é fundamental (Rocha; Ferreira, 2017), já que os resultados produzidos pelo SINAES determinam o acesso a recursos de convênios (FIES e PROUNI), a disponibilização ou não de recursos financeiros por parte das agências de fomento à pesquisa e à educação, e a autorização para a manutenção ou a criação de novos cursos de nível superior.
[186] Deve-se lembrar que, embora o desempenho na prova não determine qualquer punição ou benefício ao aluno, a presença na avaliação é obrigatória para a concessão do diploma pela IES na qual o estudante está matriculado.
[187] A transmissão comunitária ocorre quando há casos em que já não é possível rastrear a origem da contaminação.
[188] Teríamos tido quatro, caso a nomeação de um deles não tivesse sido cancelada por conta da descoberta de informações inverídicas no seu currículo profissional.