Editorial

https://doi.org/10.34024/prometeica.2021.23.12420

VIRTUALIDAD Y CIENCIA

Dentro del estudio de las comunidades virtuales, se reconoce a la comunidad científica como la primera. Y no se refiere a la concepción basada en la comunicación digital; la virtualidad del trabajo del científico radica en la forma moderna de realizar investigación y la importancia de la divulgación de la ciencia.
El científico investiga, analiza y publica sus resultados con la finalidad de que otros científicos los lean y puedan continuar con el proceso de generación de conocimiento; aceptarlos, refutarlos, complementarlos; todo ello sin siquiera conocerse, sólo al leerse mutuamente. Así viaja el conocimiento, sin fronteras, ideologías o dogmas.
Proceso nacido y ubicado en la Escuela Invisible, (Palo Alto, Frankfurt), donde el conocimiento viajaba de aquí para allá sin la necesidad de tener una localización física. El desarrollo del conocimiento en la actualidad, gracias a las nuevas plataformas digitales, es más visible, más abarcador y más trascendental. Aquí está la importancia de la labor de los journals científicos y académicos de todo el mundo, que naturalmente evolucionaron a un formato digital.
De eso se trata la virtualidad, retomando su apreciación ontológica de potencia de ser. En el ámbito científico sabemos que el conocimiento existe hasta que es reconocido por la otredad, un texto académico es virtualidad al publicarse, citarlo lo hace potencialmente real y los siguientes pasos (refutarlo, aceptarlo, etc.) lo hace trascendental.
Ese movimiento natural de la difusión de la ciencia sentó las bases para comprender posteriormente lo que las comunidades virtuales generan: comunicación, inteligencia colectiva, cultura participativa, etcétera. La apropiación veloz de las Tecnologías de la Comunicación y la Información, principalmente el inicio de la web, aceleró el proceso comunicativo a escala mundial, logrando que el proceso de difusión de conocimiento incrementara.
La información existe, de forma desmesurada y caótica, como se ha estudiado los últimos años, lo cual genera inclusive desinformación (titulado “infodemia” actualmente). La regulación de dicho conocimiento se logró gracias a la institucionalización de entidades académicas. Al menos en el área científica. Es ahí donde los journals académicos tienen el trabajo de conciliar el proceso de la comunidad virtual académica.
El proceso de conciliación del conocimiento se da en un alcance nunca antes visto. Un tema presentado es dictaminado por científicos expertos en el área, no importa de qué nacionalidad sean, o en qué espacio físico se encuentren, el alcance de la comunicación digital rompe las fronteras permitiendo acelerar el proceso de difusión de conocimiento y de rigurosidad metodológica.
A su vez, la publicación en journals digitales de acceso libre pone en común los contenidos, donde gracias a los buscadores web y bases de datos, los interesados en el tema pueden encontrar los textos de forma rápida, tanto expertos en esas áreas como al público en general, desde un estudiante universitario, hasta un adolescente curioso. La información está ahí, abalada, cuidada y demostrada.
Una de las premisas del conocimiento científico es que nunca se detiene, la potencialidad (virtualidad) de seguir transformándose puede llegar a ser infinita. Texto publicado, texto citado, texto analizado, texto transformado.

Cuántas críticas trajo consigo la concepción de posmodernidad atravesada por el fenómeno de la globalización. Fueron pocos los que reconocieron la potencialidad que traería aquello al desarrollo de la ciencia.
Las comunicaciones digitales expandieron el mundo de la vida cotidiana, y no sólo eso, abrieron un mar de posibilidad que permite la interconexión de las personas, las comunidades, y por supuesto, los conocimientos.
Actualmente vivimos en carne propia el ejemplo más claro de todo lo anterior; pese a la llegada de una pandemia mundial, gracias a la virtualidad pudimos adaptarnos y lograr continuar nuestras vidas cotidianas y no sólo eso, la comunidad científica no detuvo su labor logrando conseguir y difundir conocimiento sobre el nuevo virus haciéndole frente.
El mundo virtual hoy en día es parte del mundo vital.

 

Jimena Yisel Caballero Contreras

Editora Adjunta
(Universidad Nacional Autónoma de México)
jimenayisel@politicas.unam.mx